Revolucionarios contra Comodoro

El Comodoro saca su espada, que empieza a brillar con un aura rojiza:

- ¿Quiénes sois? -pregunta, mientras os apunta con su espada.

El hombre observa a la extraña mujer haciendo gestos, y cuando se intenta mover, se da cuenta de que sus pies están atrapados. Masculla algo mientras las agujas salen volando hacia él. De pronto, su cuerpo parece hacerse a un lado, girándose, mientras las agujas pasan rozándolo. Ninguna de ellas parece darle. Siente un movimiento tras él, y ve como el gigantón se lanza al ataque. Esquiva el primer golpe con un rápido movimiento, pero el segundo le golpea parcialmente debido a la trampa de los pies. Sin embargo, logra evitar los demás golpes, parando algunos con su espada, que provoca leves cortes superficiales.

Para librarse del acoso del gigante, el hombre lanza un tajo horizontal que crea una onda cortante de color rojizo. Esta onda se fracciona en tres al instante, abarcando un radio amplio.

Triple onda [AF]

Tras eso, el hombre tira con fuerza para librarse del suelo que aprisiona sus pies. el suelo se fractura levemente, y el hombre lanza un tajo para librarse del todo. Tras eso, salta por el aire, alejándose del alcance de Lugh y Virginia, y empieza a soltar una serie de ondas cortantes, una tras otra. Las ondas se multiplican en el aire, pasando de diez a treinta, y a noventa en instantes, cubriendo una zona amplia. Sin embargo, y pese a todo, ninguna golpeará a los reclutas.

- ¡Habéis agredido a un comodoro, deteneos o lo pagaréis caro! -os grita.

Storm [AMF]

El comodoro enfunda su espada tras lanzar las ondas, justo para ver cómo un montón de agujas iban dirigidas hacia él. Aún en el aire, cruzó el brazo derecho por delante del cuerpo, y adquirió un color oscuro, con lo que dos de las agujas le rebotaron. Las otras dos, las dirigidas a las piernas, le dieron. Y entonces, se giró rápidamente para realizar un iai contra la mujer, que estando en el aire como él, no podría esquivar. Recibió de lleno el corte del hula-hop, que le cortó a la altura del abdomen. Y tras eso, las rocas volaron hacia él. El comodoro cerró los ojos y se movió en el aire a saltos, esquivando tres de las rocas que iban dirigidas hacia él.

Iai [AIF]

Dranser se hallaba volando a una velocidad alta, buscando de una maldita vez a sus dos compañeros. Su mirada era bastante seria, ya se estaba hartando de que el tiempo pasase y no hubiera resultados por parte de la revolución. La isla estaba en muy malas condiciones y eso podía ser una enorme ventaja para un ataque contra el jodido gobierno, ahora el castaño notó las presencias de sus hombres, de modo que estaban por allí ¿Pero qué cojones? Estaban junto a otra bastante fuerte. Esperaba que esos dos no estuvieran metidos en líos, ahora se movió a la máxima velocidad posible dejándose llevar por su haki de observación en todo momento, de esa forma los podría encontrar. Cuando llegó pudo ver que el combate se estaba desarrollando, una pelea mortal contra un tipo que parecía ser un alto cargo de la marina. No podía permitir de ninguna forma que los dos revolucionarios salieran heridos.

Sus ojos se abrieron como platos cuando ahora Virginia quedaba en el aire, él sabía que ella no podía volar, sin pensárselo bajó volando a toda velocidad con el ceño fruncido. En su mano izquierda se hallaba su espada, de repente ese mismo brazo y su arma brillaron tomando un color negro metálico. Trató de chocar su Gin Kiba contra la espada del marine, al mismo tiempo que con el otro brazo agarraba a la revolucionaria con fuerza y la pegaba a su pecho, usando la inercia del vuelo para dejarse caer al suelo con ella. Su haki de observación le había ayudado bastante en esa situación, una vez se levantó suspiró despacio notando un leve escozor en su costado. Su chaleco estaba cortado por la mitad y podía verse un hilo de sangre salir de una leve herida de su costado, al parecer ese marine había desviado su espada y le había dado de roce.

- ¿Estáis bien?

Dijo con un tono serio y seco, no pudo evitar dirigir la mirada a sus hombres mientras sostenía su arma con fuerza en la mano. Un poco más tarde y posiblemente les habría perdido, ese tipo desprendía una aura poderosa y no era un cualquiera, aquello iba a ser difícil y complicado. Sin embargo se dio cuenta de que ese marine era un espadachín, no era muy difícil de adivinar a juzgar por el ataque que había conseguido ver. Se trataba de un movimiento famoso entre los samuráis, de modo que aquello iba a ser muy interesante. Frunció el ceño mientras ahora estiraba ambos brazos tomando el arma con las dos manos y colocándose en una extraña postura, una rara energía comenzó a imbuir su espada, era como si un segundo filo de viento la estuviera rodeando. Se trataba de su “Kaze” canalizaba la energía a través de viento cortante que hacía su arma más peligrosa y la volvía más ligera, dándole a él un mejor manejo de esta a la hora de los combates. Entrecerró los ojos alzando la voz en el mismo tono serio de antes, mostrándose frío y calculador en todo momento.

- Buen trabajo amigos, habéis aguantado bien contra un poderoso oponente. Alejaos de aquí si os veis en muy mal estado, yo me ocupare del espadachín.

El revolucionario empezó a volar despacio hasta colocarse a unos cuatro metros de aquel marine, apuntándole con su espada mientras trataba de poner una expresión algo más tranquila. Quería comprobar si ese hombre tenía un honor muy alto como el suyo o simplemente usaba un arma que se le daba muy bien usar, de modo que se acercó un poco invitándole a hacer un pequeño choque de armas, sabía el riesgo pero tenía su haki de observación activado. Si notaba algo raro se apartaría, una vez estuvo lo suficiente cerca, empezó a hablarle en un tono totalmente inexpresivo mientras se mantenía en una posición firme y elegante.

- Aquí tienes un oponente de tu clase. Soy Dranser, el depredador de la revolución ¿Qué te parece si arreglamos esto como los espadachines de verdad? No voy a dejar que toques a mis hombres.

A continuación trató de hacer chocar su espada pero sin intención alguna de darle, el golpe iba dirigido al arma del marine para hacer el típico choque y sentir el precioso sonido de los dos aceros haciendo saltar chispas.

Choque [ADD]

El comodoro te mira, evaluando la situación, y tras un par de segundos, choca la espada. Parece ser un hombre de honor. Se echa para atrás en el aire, y tras eso te lanza una onda cortante de color rojo intenso. La onda cortante avanza hacia ti, multiplicándose en el trayecto hasta ocho veces, y cruzándose hasta formar una malla cortante, de cuatro por cuatro metros.

- ¡En garde! -dice, enfundando su espada.

Malla cortante (Haki armadura lvl 2)[AF]

Ese hombre parecía ser un buen espadachín y de los que tenían honor, eso hizo sonreír al chico cuando las dos hojas chocaron, pero nada más hacerlo aquel hombre saltó hacia atrás, el revolucionario hizo lo mismo. Sin duda alguna el combate iba a ser algo que llevaría a Dranser a sus viejos tiempos de hacía tres años, pero estaba preparado para la pelea. Aquel tipo lanzó una onda cortante que iba hacia el chico, pero de repente se multiplicó y formó una especie de malla cortante. Eso hizo que el chico empezará a mover su espada a toda velocidad usando su aura de viento para hacerla más ágil y ligera. De su arma empezaron a salir unos destellos azulados hasta que salieron en forma de ondas cortantes a por su objetivo.

- ¡Kurai Mori!

Un total de seis ondas cortantes salieron chocando contra las de aquel hombre, no era tan rápido como ese ataque debido a que la onda se multiplicaba mientras que él debía de mover su espada. El choque produjo una explosión cortante, pero aún quedaban dos de aquellas ondas que ya estaban muy cerca del chico, este saltó a un lado mientras que de los dedos de su mano derecha surgían cinco hilos. Estos estaban envueltos en haki armadura, había usado su habilidad de araña, moviéndolo cortó aquellas ondas, pero el choque hizo que los fragmentos cortantes golpearan el cuerpo del revolucionario haciéndole varios cortes leves por todo el cuerpo, su camiseta quedó algo rota y sus brazos algo dañados. Respiró un poco agitado por el gran salto que pegó a su lado, había caído al suelo pero había rodado para poder evadirlo de esa forma. Enseguida se piso en guardia con su arma y observó a su oponente mientras fruncía el ceño.

- Daburu shi…

Imbuyó su Gin Kiba en la energía del viento y en la vibratoria buscando ahora preparar un poderoso corte, no iba a contenerse con aquel hombre. Si peleaba sin esforzarse podía ser una falta de respeto al marine y no buscaba eso, quería ser un rival digno y acabar cuanto antes posible aquella batalla que estaba librando. Usó su habilidad del águila y voló lo más alto que pudo, después activó su mantra para prever posibles problemas y salió disparado hacia el espadachín. Su velocidad era bastante buena, cuando estuviese llegando a él, imbuiría su arma en haki armadura además de las dos energías de corte, usando la inercia de la caída trataría de dar un poderoso corte buscando el pecho de su oponente o desarmarlo con el efecto vibratorio. Lo consiguiese o no daría otro tajo esta vez rumbó al estómago mientras gritaba con fuerza.

- !Buruhoku!

Daburu Shi: Washi Aki [AMF] [Haki armadura Nvl2] [Haki observación Nvl2] [Kaze: Viento] [Baibu: Vibraciones]

El hombre te observa y se eleva en el aire, tratando de seguirte el ritmo. Sin embargo lo dejas atrás. Cuando te giras en el aire, el hombre se queda en el aire, observándote.

Mientras empiezas a bajar a toda velocidad, el hombre lanza un montón de ondas cortantes, que empiezan a formar la figura de un enorme lagarto con colmillos afilados, hecho completamente de energía cortante. El lagarto, de casi cuatro metros de largo, sale disparado hacia ti. Al mismo tiempo, se multiplica, creando hasta siete copias más, y recombinándose para transformarse en un gigantesco lagarto de quince metros de largo, que te trata de engullir con la boca, para cortarte una vez en su interior.

Red Lizard [AB]

Tras eso, trató de evitar el golpe del espadachín. Si el otro lograba resistir el ataque, interpondría su espada, con lo que el arma saltaría por los aires, y trataría de detener el segundo golpe con haki armadura, aunque le provocaría una fea herida igualmente.

¿Qué diablos era esa cosa que se estaba formando? Un puto lagarto gigante y había salido de una maldita onda cortante, ese tipo no era un espadachín con honor ni nada parecido, era un maldito cobarde que usaba ataques a distancia. Estaba evadiendo ataques directos y se centraba en alejarse lanzando miles de ataques raros, el respeto de Dranser por ese hombre se había perdido. La situación parecía haberse puesto demasiado difícil incluso para el revolucionario, que se dirigía a toda velocidad a la boca de esa cosa. Su haki armadura estaba activado por si sufría daños serios, gritó con ira y en el último momento en el que estaba a punto de entrar en aquella boca, subió hacia arriba. Lanzó todas las ondas cortantes que pudo hacia el cielo de la boca mientras subía, no tardó mucho en atravesarlo debido a su velocidad. La sangre estaba chorreando por todo su cuerpo salvo por la cara y el cuello, ya que sus ondas cortantes iban hacia arriba y había producido explosiones cortantes al chocarlas con el cielo de la boca y por ahí había salido sin daños graves en las partes vitales.

- !!!Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

El dolor era intenso y el chico quería tirarse al suelo y gritar, pero su espíritu guerrero le hacía seguir hacia el frente mientras descendía por un lado de aquella cosa. Aunque más bien lo hacía por encima de ella, a su mente empezaron a llegar recuerdos sobre sus compañeros muertos, el pequeño enano de la revolución, su maestro Rikuto y más amigos. Le vinieron las imágenes de cuando conoció a Virginia y Lugh, las palabras de su amiga la enfermera y demás, todo estaba pasando delante de sus ojos, como si estuviera viviendo los últimos segundos. Fue decayendo un poco en su bajada y por ello rozó su estómago contra la espalda cortante del gigantesco animal que costaba demasiado esquivar por su tamaño. Volvió a gritar de dolor despertando de sus pequeños recuerdos, sus ojos se pusieron unos segundos en blanco mientras iba cayendo rumbo al marine. Parecía ser el final de todo para aquel castaño espadachín, la ira se iba apoderando de él pese a su cuerpo herido. Las piernas le sangraban al igual que los brazos y el pecho, el abdomen y los hombros. Sus ojos empezaron a cerrarse despacio cuando de repente pudo ver la sonrisa de su maestro tendiéndole la mano mientras le susurraba

- Adelante chico…

De repente los ojos del depredador se abrieron como platos, su ceño se frunció de forma exagerada y sus puños se cerraron, agarró la espada de la mejor forma posible y rugió de ira mientras metía su espada por la espalda del lagarto mientras seguía bajando entre gritos de guerra y rabia. Los fragmentos que iban saltando llegaban al dolorido cuerpo del revolucionario que ya se movía contra la propia voluntad de su cuerpo, gritando con toda su fuerza. El pelo se le iba moviendo con el viento mientras su trayectoria continuaba, finalmente pasó del todo y bajó junto a aquel hombre, su primer golpe le hizo perder la espada, algo que le iba a dar seguramente la victoria. El otro fue a su estómago y al parecer le hizo una fea herida, pero ahora después del jodido lagarto le iba a tocar rematar el asunto. Agarró con fuerza su espada de nuevo imbuyéndola en sus dos energías. Además de en haki armadura claro, después gritó con todas sus fuerzas mientras lanzaba su ataque, trató de cortarle la cabeza con su mayor velocidad y fuerza posible.

- ¡Ni pienso rendirme! ¡Aunque cada átomo de mi cuerpo me pida que pare forzare todo mi ser hasta haberme llevado la victoria! ¡Cumple tus metas y nunca te rindas! ¡Esas fueron las palabras de mi maestro! ¡Muere hijo de puta!

Daburu Shi: Memorias De Rikuro [AB] [Aura vibratoria y de viento] [Hakis al 2]

Lanzado aquel ataque, le consiguiera dar o no, caería al suelo con heridas muy serias e incapaz de seguir peleando. Se quedó mirando al cielo con una media sonrisa pero con su espada en la mano, jadeando mientras escupía algo de sangre y trataba de respirar de mejor forma.

El conjunto de ataques golpean al Comodoro. Logra esquivar parcialmente el ataque de Virginia, con lo que solo le arranca parte del hombro. El ataque de Dranser se hunde en la propia herida, arrancándole un alarido de dolor. Por último, el ataque de Lugh (tras una roca que casi da a Dranser) golpea al hombre en la pierna, reventándole los huesos.

Tras eso, una enorme hacha remata al hombre, ya moribundo. Un gigante acaba de llegar.