[Pasado][Privado][Maximilian - Yumiko] Distracción sana: Conociendo a una cazadora

Había llegado a Nueva esperanza algunos días atrás y me había gustado mucho ver la ciudad. Caminaba sin preocupaciones por una calle comercial por donde pasaba gran cantidad de personas que vestían ropas bastante elegantes. Yo como de costumbre, solo mi gabardina oscura, mi pantalón negro y en mi cinturón mis katanas lista para defenderme de cualquier persona. Mientras caminaban viendo las cosas que había en las tiendas, un delicioso aroma hizo que la boca se me entreabriera y babeara un poco.

-Dulces – susurré con una sonrisa en el rostro

Una tienda de pasteles estaba muy cerca y aquello era lo que había olido antes. Entre y no parecía haber nadie, cuando de pronto una voz delicada y algo aguda dijo:

-Buenos días

Me acerque al mostrador de madera y vi que una niña pequeña estaba detrás del mostrador. Le sonreí y mirándola con ternura le dije:

-¿Tiene pasteles de chocolate?

-Sí, hay uno recién preparado

-Oh, genial, ¿puedes mostrármelo?

-Si claro – dijo la niña mientras corría hacia un lado y de un mostrador de vidrio sacaba lo que parecía ser un pastel de chocolate.

Lo vi y tuve que apretar las manos para contener las ganas de comerlo. La niña me miró con una sonrisa y al ver mi expresión de emoción me volvió a hablar.

-¿Te lo llevaras?

-Si – dije mientras sacaba algunos billetes de mi bolsillo

La niña cogió algunos y los guardó en una caja. Luego de eso tomó un recipiente circular algo grande y metió el pastel  enteró allí.

-Disculpa, ¿sabes donde hay un lugar donde pueda tomar algo y descansar?

-Sí, hay una cafetería a la vuelta de la esquina. El café y las malteadas son excelentes, mamá me lleva ahí cuando está desocupada

-Oh ya veo, gracias

-Gracias a ti

Me levanté y le di una mirada por última vez a la niña. Le sonreí y salí nuevamente a la calle. Me gire a la derecha y caminé hasta llegar a la esquina, donde vi un letrero indicando que aquel lugar era una cafetería. Entré y me senté en una mesa vacía, dejando mis cosas y la bolsa con el pastel de chocalte en una silla vacia. Podía ver la calle por el cristal que estaba a mi izquierda y luego de un momento un chico me tomó la orden.

-Una malteada de vainilla extra grande

El chico tomó nota y se fue.

Mientras esperaba a que me trajeran lo que ordené, oí la puerta de la cafetería abrirse y una figura femenina entró. Una chica bastante alta para ser mujer de un cabello rubio muy largo que le llegaba casi hasta la cintura había aparecido en la cafetería. La chica miró hacia los lados como buscando algún lugar libre y de pronto clavó su mirada hacia donde estaba yo. Baje la cabeza para que no se diera cuenta que estaba mirándola y cuando llegó a donde estaba me habló.
 
-¿Me puedo sentar aquí, si no es mucha molestia? No hay muchas mesas libres y esta me ha parecido la más indicada.
 
Sin esperar a responderme se sentó sin más ni más. Estaba nervioso, no me era fácil hablarle a alguien y mucho menos a una mujer. No quería parecer agresivo ni descortés así que no dije nada hasta que me dijo su nombre.
 
-Mi nombre es Yumiko Mei, pero puedes llamarme Yumiko. Llevo unos días en la isla y aún estoy algo sorprendida por toda la tecnología que poseen, ¿tú eres de por aquí?
 
Su voz era suave y tranquila, agradable cuando alguien la oía.
 
-No, no soy de por aquí señorita. Mi nombre es Maximilian pero puede decirme Max si así lo prefiere – dije casi balbuceando y mirando la mesa.
 
En ese momento llegó el chico con mi orden. Era un vaso enorme de vidrio y en el había una gran cantidad de malteada de vainilla. Le pedí al chico que trajera algunos cubiertos y dos platos pequeños. Cogí la caja donde estaba el pastel de chocolate que recién había comprado y la coloqué en la mesa para abrirla y luego sacar el pastel.
 
-Perdone mis modales, desea pedir algo, permítame invitarle lo que guste y este pastel que he comprado, normalmente como solo pero nunca esta demás una buena compañía. Por cierto señorita, a mí también me ha sorprendido la tecnología que hay en el lugar
 
No quería parecer ignorante pero la verdad es que no me había dado cuenta para nada de eso y después de que llegué mi instinto me había hecho buscar comida y un lugar tranquilo donde pasar un buen rato. Corté un trozo de pastel y lo coloque en uno d elos pequeños platos que habia traido el camarero del lugar. Se lo acerqué a Yumiko para que se sirviera.

-Y digame señorita, ¿Que la trae aqui? - dije esbozando una leve sonrisa mientras no veia donde tenia la mano y me hice un corte en el dedo derecho.

Un delgado hilo de sangre salio de la herida y la cubri con un trozo de tela pequeña que encontré en mi bolsillo.

Aquella chica era muy atractiva y me gustó mucho que aceptara el pastel que le ofrecí. Su cabello era lo que más me gustaba ver ya que parecía un ángel tan delicada y tierna mientras comía el pastel de chocolate. Escuché lo que dijo acerca de su estancia en aquel lugar y me llamó mucho la atención de que estuviera buscando nueva tecnología. Le sonreí para que se sintiera en confianza pero de pronto algo extraño empezó a suceder. Unos ruidos llegaron a mis oídos y vi que unos hombres bastante agresivos derribaban una mesa y otro sacaba un arma que parecía ser un bate. De pronto, sin poder creerlo y quedándome algo atónito por lo que hizo la chica que estaba a mi lado fue desconcertante. Cogió una especie de arco y disparo dos flechas contra la mano del tipo que iba a golpear al comensal que estaba en la mesa. Su mano empezó a sangrar y todos los que estaban en local salieron a la calle con expresiones de terror y miedo en sus rostros.  Uno de los hombres se acercó a Yumiko casi hasta estar demasiado cerca de su rostro.



-Jovencita, debería saber que no es bueno entrometerse con nosotros, al parecer usted no es de aquí, por ello se lo perdonaré, pero esto lo tiene que pagar dandonos algún servicio. ¿Cuánto quiere, trescientos berries por una hora? No creo que valga más.

Aquello me enfureció en verdad. Tratar aquella chica tan dulce de esa manera se merecía el peor de los desprecios. Yumiko reacciono escupiéndole en la cara y le dio una fuerte patada en la cara. Tras eso vi como el tipo al que había herido sacaba unas extrañas armas pero se auto golpeaba mientras que otros dos con rifles en manos se preparaban para dispararle a Yumiko.  Ella se impulsó en el aire usando la mesa y disparó una flecha de energía contra uno de ellos. Le atravesó la cabeza y el hombre cayó al piso con agujero bastante grande en el cráneo. Cuando cayó al suelo otros dos la esperaban con katanas grandes de doble mano blandidas. Hirió a uno pero el otro aún se disponía a atacarla.

-Esta chica es… - pensé mientras en mi mente solo había una cosa – esta chica es más fuerte que yo, sus movimientos, su forma de actuar, incluso su presencia pueden confundir a cualquier por su actitud pero cuando entra en batalla se vuelve otra persona.

Desenvaine rápidamente mis dos katanas y dibujando una rápida diagonal de arriba abajo, corte al tipo de la katana a dos manos en el pecho con gran velocidad. Mientras el otro hombre con fusil en mano trataba de reaccionar a su nuevo enemigo pero no lo hizo a tiempo y corte su escopeta a la mitad con mi katana izquierda mientras le introducía la hoja de mi katana derecha por el costado izquierdo. Me giré y lancé con toda fuerza mi katana contra el otro tipo que estaba herido en la pierna por la flecha de Yumiko, mi salio despedida como un proyectil y atravesó el pecho con del hombre totalmente, vomito un chorro de sangre y cayó al suelo sin vida.

-Lamento el desastre – dije sonriendo – supongo que me molestó que te ofendieran Yumiko

Yumiko era una caja de sorpresas, había resultado ser una excelente tiradora con una precisión excelente a la hora de disparar. Luego de acabar con los tipos que nos habían causado problemas la cafetería decidimos ir a otra parte de la ciudad. La seguí sin dudarlo, ya que en mi había surgido algo de interés por esa chica y su habilidades. El día aún estaba iluminado por el radiante sol y eso me daba a entender que aun ni siquiera era medio día. Yumiko parecía no preocuparse por lo que había pasado en la cafetería y traté de hacer lo mismo. Las calles estaban aún llenas de gente que caminaba de aquí para halla y de algunas cosas más extrañas. Algunas personas parecían moverse de una manera peculiar y pude ver como algunas figuras de metal mecánicas ayudaban en algunos locales con la limpieza y la atención a los clientes.
 
-Dime Yumiko, ¿porque te interesa tanto esta tecnología?, ¿te dedicas a ello? – pregunté par a tratar de conocer algo más de aquella chica
 
Luego de que terminé la pregunta, un joven con grandes cejas y unos ojos pequeños y un peinado extravagante me entregó un panfleto. El color del papel era muy llamativo y las letras brillaban. Tenía un título extravagante que decía “Gran concurso: Reyes del rock, participa y gana fabulosos premios”. Sonreí mientras seguía mirando aquel anuncio. Me parecía bastante gracioso, porque yo justamente era músico y aquello me venía a genial.
 
-Mmm te importaría acompañarme luego, quisiera ver algunas cosas – dije con una sonrisa mientras le mostraba el anuncio a Yumiko – parece que habrá fiesta hoy, Jajaja, no estaría mal ir un momento para ver si hay algo interesante
 
No esperaba que se pusiera a preguntarme cosas pero si veía mi guitarra detrás no me importaría si se interesaba en algo.

Yumiko me respondió a la primera pregunta que le hice de una manera bastante sincera o eso me hizo sentir. Sus ojos brillaron un momento mientras hablaba sobre la razón por la que le gustaba la tecnología. Luego le entregué el papel con el anuncio del concurso que habría aquella noche en la ciudad y supuse que en ese momento se dio cuenta de que en mi espalda llevaba una guitarra, ya que me preguntó por ella. La guitarra que tenía en la espalda me la había regalado mi maestro hace ya más de un año atrás. No podía negar que encantaba tocar algunas melodías que calmaran mis ansias de volver a mi hogar pero muy sobre todo que no me hiciera olvidar a mi madre. No alguien que se aferraba a la idea de ser alguien consentido, sino que después de todo, mi familia estaba muy lejos y no podía evitar extrañarla.
 
-Esta guitarra jajaja, la he tenido siempre, tal vez no la notaste porque estaba a un lado mientras comíamos – le dije con una sonrisa de oreja a oreja
 
No sabía cómo expresarme ante ella porque después de todo apenas y la había conocido pero algo en ella me inspiraba mucha confianza. Llegamos al edificio donde se daría el evento y mientras entrabamos pude ver que había muchísima gente llegando a las tribunas del auditorio.
 
-Gracias por acompañarme, la verdad jamás he tocado para público y menos para tanta gente – dije mientras trababa de no ponerme nervioso – jajaja la música fluye si lo deseas, es parte de todos, creo si practicas podrías cantar algún día
 
Le sonreí tiernamente a Yumiko mientras veía a un lado del lugar una inmensa fila de personas que avanzaba hacia una mesa donde a mi parecer se estaban registrando los concursantes. De pronto hoy una curiosa voz detrás de mí.
 
-Hey, hey, hey,  Mickey, tenemos un problema
 
Me giré y vi a un peli largo de cabello castaño acercarse a otro que también tenía el cabello largo rubio algo pálido, delgado y bastante alto, a su lado había otro de cabello negro corto, de menor estatura pero con un físico más atlético.
 
-¿Que pasa Rose? – dijo el chico rubio
 
-Jimmy se ha enfermado, se lo acaban de llevar al hospital por que se desmayó mientras descargábamos las cosas

-Demonios – dijo el tipo de cabello corto – y ¿ahora qué haremos?, él era nuestro guitarrista
 
-Tranquilos, encontraremos la solución
 
El chico de cabello rubio y de piel pálida miro hacia su izquierda como buscando algo y luego estiró su cuello para tener una mayor visión.  Notó que lo estaba mirando y giró su rostro hacia sus compañeros como susurrando algo. Me hizo una señal para que me acercara. No quise ser irrespetuoso y me acerqué a ellos sin antes avisarle a Yumiko que aquellos hombres querían hablar conmigo. Yumiko se quedó detrás de mí y yo me quedé de pie frente a los tres sujetos extraños.
 
-Oye, tú eres guitarrista, no
 
-Algo así - Dije sonriéndoles – no soy un novato si quieren saberlo pero al menos practico todos los días
 
-Suficiente, tocaras con nosotros, bueno antes que nada soy Mickey – dijo colocando su mano en su pecho para referirse a sí mismo y luego señalo al de pelo castaño – él es Rose y el de aquí – dijo colocando la mano en el pecho del hombre de cabello corto – es el pequeño Sam, vinimos a participar en el concurso y somos una banda, nuestro amigo Jimmy se enfermó y necesitamos a alguien que lo reemplace
 
-A pues por mi estará bien – dije despreocupadamente
 
-¿Es tu chica? – preguntó Rose
 
-Una buena amiga
 
-Pues dile que se acomodé en la tribuna y disfrute del espectáculo, hoy te volverás una estrella
 
Todo gritaron un ¡Yeahh baby! Y chocaron las palmas en algún gesto de fraternidad. Aquellos hombres vestían con chaquetas negras de cuero y pantalones del mismo color. Parecían alguna especia de vestimenta extravagante a lo que yo no era muy diferente, ya que mis ropas combinaban muy bien con las de ellos.

Yumiko se fue para buscar algún lugar por donde sentarse y ver el espectáculo mientras yo me quedaba a solas con esos tipos. No parecían ser malas personas ni siquiera intimidaban con sus ropas extravagantes. Pasó un buen rato antes que llegáramos a la mesa de inscripción y nos registráramos. Nos enviaron tras una puerta para que esperáramos y así lo hicimos. Las personas iban y veían de un lado, parecían bastante ocupadas preparando todo para que esté listo. Al menos una hora pasó para que nos indicaran que seriamos el último grupo en presentarse. De pronto la voz de alguien se oyó en todo el lugar. Era obviamente el presentador del evento quien hablaba para animar a las personas y comenzar a calentar el ambiente. Por los gritos debía haber mucha gente, lo cual hizo que me sintiera algo tenso. Rose se acercó a mí y dijo:

-Relájate, todo irá bien

Sonrió y luego se dio la vuelta para hablar con sus compañeros. Los minutos pasaban y pronto todos los números iban pasando uno por uno. La música se escuchaba hasta donde estábamos y parecía ser que la competencia era muy dura. No sabía que tan buenos eran los tipo con los tocaría pero pronto lo averiguaría. Deje mi guitarra de madera aun lado y me dieron una un poco más pesada y de un color negro. Era una guitarra eléctrica, al fin y al cabo sabia de ellas porque a veces iba a las tiendas de música a buscar algo que me pudiera interesarme. Sabía cómo usarla y lo único que ellos me dijeron es que les siga el ritmo como mejor me pareciera. Aquello era darme demasiada libertad por lo que deduje que improvisarían de alguna manera.

-Le importaría si yo voy primero – dije acercándome al grupo de Mickey

Mickey me miró con los ojos abiertos y luego de un momento todos rieron carcajadas.

-¿Por qué te demoraste tanto en pedirlo?, claro que puedes

-Gracias

Luego de unos momentos llegó nuestro turno. Subimos por una pequeña escalera y por un segundo todo se volvió muy lento. Como si el cada segundo que pasara durara años, cada paso que daba hacia que mi corazón se agitará cada vez más. De pronto una luz casi me cegó los ojos y aparecí en medio de un gran escenario. Miré frente a mí y muchísima estaba aplaudiendo fuertemente a nuestra llegada. Rose se acercó a mí y dijo

-Tú turno compañero, es el momento

Pude haberme quedado helado y sin reaccionar pero no lo hice. Fue extraño porque en mi mente surgió una voz que me dijo:

“Muéstrales las emociones de tu corazón”

Mis dedos se colocaron a nivel de las cuerdas de la guitarra y empancé a tocar con toda la emoción de mi cuerpo.



La melodía comenzó muy frenética mientras los demás de la banda acompañaban con el bajo y la letra de una canción bastante movida. La gente se puso en pie y comenzó moverse emocionada. Era obvio que aquella canción junto con el fondo musical que les estábamos dando a todos generaba una especie de éxtasis en el público.  Luego de que terminamos nuestro número algo inesperado pasó. Una explosión bastante fuerte levantó una gran cantidad de polvo desde la puerta de la entrada. La gente que estaba cerca corrió hacia un lado aterrorizada por aquel suceso y una figura extraña apareció a medida que se disipaba el polvo.  Un hombre de cabello gris con un parche en el ojo derecho, una bata blanca, corbata y guantes del mismo color apareció en el marco de la puerta.

Cientifico Loco:

-Lamento interrumpir pero el ganador del concurso soy yo – dijo mientras se reía de una muy sádica – ahora si me lo permiten no me gustaría que nadie se moviera

La seguridad del lugar que se encontraba debajo del escenario justo frente a la primera fila del público corrió hasta él para someterlo. Justo cuando en el momento cuando estaban a medio camino, una ráfaga disparos impacto en los cuerpos de aquellos hombres. Detrás de aquel sujeto aparecieron figuras metálicas imponentes.

-Se los dije- dijo sonriendo otra vez – vamos mis queridos hijos SRX-600, debemos dar una buena demostración a nuestros clientes

Robot:

Una fila de aquellas maquinas marcharon hasta estar frente al público y levantaron sus brazos. Dos de ellos se giraron y apuntaron contra el escenario. Sin darme cuenta me había quedado solo y los demás que había estado tocando conmigo se habían esfumado.

Lo que había ocurrido era en verdad increíble. Aquella chica tenía un poder bastante extraño y creo una especie de pilar de metal que aplasto por completo a los robots. La manera en la que se había desecho de las siete maquinas que aterrorizaron el lugar fue en verdad increíble y yo perplejo aun no podía creer que luchara tan bien, estaba seguro que nunca querría tener a esa chica como mi enemiga. Sin embargo, algo que no vio venir aquella chica fue que una de las columnas que sostenía el techo del lugar se había venido abajo y que todo comenzaba a destruirse poco a poco. Yumiko me miró por unos momentos y busqué alguna forma de salir. No había otra forma más que la entrada principal, así que suponiendo que ella me seguiría crucé todo el lugar a toda velocidad y pasé justo por el lado del científico loco. El hombre ni se inmuto por verme correr hacia él cuando pude salir del edificio y ver como todo comenzaba desde la calle.  
 
El científico que había irrumpido en el lugar también estaba fuera del edificio  cuando este se vino abajo. Tocia y tocia de manera brusca mientras se quitaba el polvo de encima. De pronto dirigió  su mirada hacia donde estaba yo y gritó:
 
-Maldita inútil, como te atreves, esto no se quedará así – dijo mientras introducía su mano a su bolsillo derecho y sacaba una especie de aparto con muchos botones.
 
Presionó uno y un extraño sonido muy agudo se oyó en todo el lugar. El suelo se sacudió por un momento y desde los escombros del edificio destruido salieron dos figuras extrañas al exterior. Una de ellas se elevó en el aire y se colocó al lado del científico.

Robot 1:

 
Era otra de sus máquinas pero algo extraño había en ella, era diferente a las que aparecieron primero. Su estructura metálica y la de su cuerpo se parecían mucho a la de una persona. Aquello hizo que me estremeciera un momento, ya que tendríamos que enfrentarnos a eso en unos momentos pero no solo esa nueva máquina estaba ahí. Frente a mí a unos 8 metros de distancia el sonido metálico de algo acercándose me inquieto. Era la segunda figura que había aparecido antes y ahora se revelaba. Un robot de apariencia caminaba por los escombros del edificio y en sus manos tenía dos espadas de hoja ancha de color rojo. Su estructura era muy parecida a que estaba a lado de su creador.

Robot 2:

 
-Ahora hijos míos, demuéstrenle al mundo de lo que son capaces

Pude notar algo de asombro por parte de Yumiko al ver a los nuevos robots que habían aparecido frente a nosotros. Lo siguiente que sucedió fue muy rápido, ya que Mellanie fue atacada por una de ellos y recibió un fuerte impacto en el cuerpo siendo enviada muchos metros más allá. Me disponía a ayudarla cuando justo en el momento en que iba a dar el primer paso, una extraña sensación recorrió mi cuerpo, el viento cambio y sentí como si fuera a estar en peligro. El robot que antes había aparecido con espadas estaba justo a mi derecha, moviendo su brazo robótico a toda velocidad para cortarme de improviso por mi flanco derecho. Su ataque pasó muy cerca por que cuando me moví un mechón de mi cabello fue cortado por su veloz ataque. El robot movió su brazo izquierdo e hizo corte de izquierda a derecha muy potente que me fue algo complicado esquivar.
 
“Demonios, si intento bloquearlo, me destrozara, lo mejor que puedo hacer es esquivarlo”  - pensé mientras me movía rápidamente para esquivar su siguiente ataque.
 
Hizo una apertura grande cuando su espada cortó el suelo al intentar atacarme de abajo hacia arriba. Sus movimientos eran muy rápidos y lo único que podía hacer era retroceder y esquivar su ataque. Las personas que antes había estado presenciando lo que ocurría allí corrían despavoridas para no ser alcanzadas por los ataques de ambos robots. Retrocedí hasta chocar con una pared y vi llegar el ataque del robot a toda velocidad. Sus dos espadas iban a partirme por la mitad sino la hubiera detenido con mis dos katanas. Las espadas de robot chocaron contra el metal de mis katanas y justo cuando parecía que podía resistir, oí un crujido extraño como si un sonido muy agudo se generara de algún lugar.
 
“Que…” –pensé mientras veía una especie de corriente eléctrica correr por toda la hoja de la espada derecha del robot. Igualmente pasó en la izquierda. – “Esto es malo”

De pronto el robot levantó la cabeza y pude mirar una luz roja que muy posiblemente la serbia de radar. Una descarga eléctrica me cruzó todo el cuerpo, haciendo me gritara casi al instante. “Ahh…” brevemente mientras la descarga corría por todo mi cuerpo, haciéndome sentir un dolor intenso por todos lados. Era como si me estuvieran quemando vivo pero el dolor no se detenía. De pronto todo ceso y un olor a quemado se podía sentir de alguna parte. Mi cuerpo no me respondía, mí mirada solo estaba fija hacia el frente, borrosa y sin una razón por la que no podía moverme. El robot se acercó a mí y con su pie metálico me lanzó una patada  en el pecho haciéndome atravesar el muro de ladrillos con el que estaba construido el edificio al menos 5 niveles. El dolor en mi cuerpo era sumamente intenso, sentí que moriría en cualquier momento pero algo en mi me dijo que debía seguir luchando, no podía darme por vencido.
 
“Solo esta vez, solo por esta vez, necesito ponerme de pie “– me decía a mí mismo mientras me ponía de pie tambaleándome.

Caminé hacia el agujero que había creado con mi cuerpo y pude ver como el robot con el que había estado luchando estaba caminado en dirección contraria a la mía, suponiendo que iba a ayudar al otro a derrotar a Yumiko.
 
-He tú – dije con tonó burlón – aún no se ha acabado – agregué saliendo nuevamente del edificio.
 
El robot se detuvo al instante y se giró rápidamente. Clavó sus espadas en el suelo y se acercó a mí corriendo a toda velocidad, se detuvo justo frente a mí y me cogió del cuello casi asfixiándome para luego lanzarme de nuevo dentro del edificio. Mi espalda impacto contra el muro que estaba del otro del edificio pero esta vez desde el interior. Mi cuerpo cayó al suelo casi sin fuerza cuando pude ver al robot lanzar algunos cuchillos a las cuatro esquinas de la primera planta del edificio. Luego de eso se dio media vuelta y se fue caminando y dándome la espalda. Un hilo de sangre corría por el lado izquierdo de mis labios. Trate de ponerme de pie pero justo cuando lo iba a ser una sucesión de explosiones hizo que volara por los aires para estamparme contra el suelo y ver como el concreto de todo el edificio se venía abajo encima mío.

El cuerpo no respondía, la respiración era apenas un rezago delos movimientos normales que servían para llenar de aire mis pulmones, sentía la desesperante necesidad de levantarme pero mi maltrecho cuerpo no respondía mis órdenes. Comencé a preguntarme si todo terminaría así, si me dejaría vencer por una simple creación que ni siquiera era humano. No podía, era humillante ser derrotado sin más ni más. Fue en ese momento en que en mi afloraron mis instintos naturales de supervivencia y poco a poco fui arrastrándome entre los escombros. Vi una luz a medida a que me acercaba a la superficie nuevamente. Sin darme cuenta me había transformado en la forma híbrida de mi akuma. Justo antes de verme librado de todos los escombros pude notar la presencia del robot con quien había estado luchando momentos antes. Cogí sus pierna con la mano derecha y lo ale hacia donde estaba. Mi fuerza fue suficiente para enterrarlo al mismo nivel que yo. Con mi katana izquierda desenvainada le destrocé la capa superficial de la armadura que cubría su pecho.

“Ahora es momento de terminar con esto”

El robot retrocedió a toda velocidad y salió por fuera de la montaña de escombros que se había formado al derrumbarse el edificio en que yo antes había estado aplastado. Rugí con fiereza para intimidar a mi oponente y sabía que a pesar de no podía desarrollar alguna especie de sentimiento de miedo, al menos eso desahogaría mi propia frustración. Salí al exterior vi que Yumiko estaba a una distancia considerable de donde estaba yo. Su oponente había sido destruido y solo podía ver los restos de su cuerpo a lejos. El robot que era mi oponente estaba de pie mirándome a unos 2 metros de mi posición. Sus espadas parecían que volvía a estar lista para atacarme pero esta vez fui yo quien atacó primero. El robot lanzó una especie de cuchillo que esquivé y unas explosiones sucedieron a ello en el aire. Mis espadas se movieron rápidamente y chocaron con la suyas. Una descargar eléctrica intensa salió disparada a través de ellas pero esta vez no me importó y logrando superar su defensa corte su brazo derecho. Le introduje mi espada izquierda en la pierna derecha y dejándola brevemente allí, con mi mano libre estampe su cuerpo contra en suelo cogiendo su rostro metálico.  Me moví rápidamente y le corté la cabeza en un ataque letal. Cogí mi espada y caminé lentamente hacia adelante  para que luego explotara detrás de mí. Sus restos se esparcieron por todos lados. La mitad de cuerpo estaba ensangrentada y el dolor no lo sentía por la adrenalina que corría por mi cuerpo. Oí un sonido extraño y pude notar al instante que el científico loco estaba huyendo del lugar al ver perdidas sus creaciones. Con gran velocidad, lo alcancé y cogiéndolo del cuello, estrellé su cuerpo contra la pared de una casa con fuerza. La pared se quebró y el científico gritó de dolor.

-¡Suéltame Monstruo!

Me dolía todo el cuerpo y pronto regresé a mi estado natural. Ya no tenía más esa sensación de querer matar a alguien y por un momento no me reconocí a mí mismo. Miré a Yumiko le sonreí con tranquilidad. No quería causarle más problemas, así que deje que me ayudara a curarme las heridas pero pronto tuvimos que reaccionar, ya que una gran tropa de marines se acercaba al lugar donde estábamos desde una avenida al norte.

-Debemos irnos – dije mientras trataba de ponerme en pie – puedo caminar, salgamos de este lugar, llevémonos a ese tipo y averigüemos que hizo para construir esas bestias metálicas, a lo mejor no está solo y fue financiado por alguien

No quería creerlo porque enserio luchar con más tipos de esos me resultaría agotador y yo era una persona que le gustaban los combates rápidos y odia sobrellevar mi cuerpo a límites, ya que eso me costaría a la larga muchas horas de descanso. Me eché al científico en hombros y pronto me encontraba caminando a toda velocidad para alejarme del lugar y no tener más problemas con los marines. Debíamos buscar un lugar donde poder descansar y ocultarnos por algún tiempo.

Encontramos un gran edificio bastante iluminado a esas horas cuando el sol comenzaba a ocultarse por el horizonte y me dispuse a entrar confiando en que Yumiko me seguía. El encargado nos vino llegar y rápidamente un pequeño grupo de Robots se acercaron para ayudarnos con el supuesto equipaje que llevábamos encima. No permití que tocaran al científico en ningún momento ya que de seguro muchas preguntas se generarían, así que fui directamente al mostrador de donde el encargado nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Le pedí una habitación y rápidamente nos entregó las llaves sin siquiera pedir el dinero por el hospedaje. Un pequeño robot de color verde se nos acercó a toda velocidad y nos hizo unas señas para que lo siguiéramos. Caminamos por la recepción que era una gran zona amoblada y bastante bien iluminada con algunos espejos y otros adornos llamativos para captar la atención de los clientes. Subimos a un ascensor y nos una puerta metálica se cerró delante de nosotros. El pequeño robot verde había subido con nosotros y cuando el ascensor se detuvo, se quedó dentro indicándonos con su dedo done estaba nuestra habitación.

-Esperó que no tengas problemas – dije mientras abría la puerta a Yumiko

Me di con la sorpresa de que era una gran habitación, bien amueblada, con una nevera pequeña, una mesa en medio y un dormitorio a la derecha de aquel extraño salón.

-Me preguntó si habremos hecho bien en venir aquí

Deje al científico inconsciente uno de los muebles que estaban acomodados en medio de aquella especie de sala y me desplomé al suelo. Mi cuerpo en verdad estaba demasiado cansado y ya no aguantaba más.