Ficha de Himura

Es un hombre alto de unos 1.85csm, de rostro un poco peculiar, sin duda nada de lo que se vea muy amenudeo, pero comencemos por lo primero y más resaltante, su cabellera, son como hilos plateados que reflejan el color la luna los cuales con facilidad se deslizan como serpiente en el cuerpo de Fausto, son lo bastante largo como para tapar un poco mas allá de la cintura y además estos pueden sin duda dar una idea de la personalidad o humor en el que se encuentra dicho personaje, que se quiere decir con esto pues que en el momento que este se encuentra en su forma más dócil esta cabellera ya mencionada antes  le tapara los ojos no dejando observar mas allá de la superficie, pero la cosa cambia de manera considerable cuan Fausto está listo para la lucha o se encuentra en un momento de suma importancia que amerite su seriedad en el asunto puesto que su cabello adopta una forma más manejable y le deja en descubierto sus azules ojos. Su piel es blanca como la nieve y suave como la seda, sus uñas largas de color oscuro (negro)  mas sus numerosas cicatrices le hacen reflejar el descuido y poco amor propio. Se dice que el lenguaje corporal da una clara sensación de la atmósfera, pues este amigo tiene 2 dos personalidades bien definidas haciendo saber claramente su estado de ánimos.

Respecto a su vestimenta en lo que más se podría hacer énfasis es en su siempre atuendo fúnebre de color negro, el luto que le guarda a la muerte de su tan amada Meliza lo hace usar cosas góticas. Como atuendo principal se le ve cubriéndole casi todo su cuerpo una gabardina, la cual como se ha dicho anteriormente cubre todo hasta los pies no dejando observar su interior, pero si en alguna ocasión bastante rara se llegara a observar lo que ella esconde se podría apreciar aquellos pantalones de cueros los cuales son sujetados por varios cinturones que se extienden por todo su muslo hasta llegar un poco antes de la rodilla, esto acompañado por un chaleco del mismo material los cuales visto en su forma más critica podrían a llegar a infundir el temor mismo a los ojos de tercero. Por último no menos importante viene el detalle final de este maniático amigo, su sombre elegante gótico el cual usa casi la mayor parte del tiempo exceptuando cuando el momento lo amerite o las peleas que ya resultaría un estorbo total.

Sin dudas este sujeto es un hombre caracterizado por su poca cordura, dado a sus grandes traumas y vivencias Fausto se ha convertido en lo que llamarían loco, aunque piensa que la cordura es algo sobre valorado. Este hombre sin duda hará sus vivencias realmente entretenida y divertida con cuanta ocurrencia se le pase por la mente, pero hay que tener en claro que en él hay como una segunda personalidad como quien diría, sus momentos de seriedad puede llegar a ser un sujeto totalmente diferente y sin igual tal como seguiré destacando en la descripción. Otros de sus puntos fuertes es el increíble sentido de justicia que tiene en situaciones críticas y no tan críticas, pero no es de confiar, a veces este desquiciado es capaz de cometer barbaridades con tal de conseguir sus metas fundamentales. Se podrá ver a medida de su avance una persona de gran socialización en las ocasiones que lo ameriten, que se quiere decir con esto, su gran elocuencia al momento de hablar con cualquier ser, aunque también  es alguien muy amable y tiene consigo un encanto natural, especialmente con niños, animales y necesitados pero no le temblara el pulso al momento de hacer lo que es necesario (siempre siguiendo su concepto de justicia).

Otro de sus aspectos psicológicos es que este personaje tiene una gran pasión por el conocimiento, el saber y aprender cosas nuevas le hace palpitar el corazón, esto dado a que siempre tiene la esperanza de conseguir la forma para poder revivir a su amada novia que falleció a manos de la codicia de terceros, aunque su pasado no fue amable con el este seria alguien quien con sus artes en la medicina estaría al servicio de cualquiera que lo necesitara, sin falta el joven Fausto estaría a las ordenes del débil y desvalido. Si a criterio propio preguntaran la tendencia de este ser entre lo bueno y lo malo, tendría que contestar con sumo pesar que no se podría definir dada a su situacional actitud.

En el caso dado que este llegara a tener un compañero seria un convivencia bastante entretenida y desconcertante, puesto como ya reflejado antes este es un hombre que a momentos no se sabe que pensara ni que hará, su cerebro simplemente función de manera especial por no decir diferente del resto, aunque es de dudar que este llegue a tener un motivo por el cual desechar a su compañero gracias a su sentido del deber (justicia, correcto e incorrecto). Si la ocasión permitiese que este se llegara a encariñar con su compañero (a) (lo digo de amistada) este haría lo imposible solo por el bienestar de aquella persona.

Fausto es un hombre de gustos bastantes peculiares, sin duda uno de los que más podrán denotar en el, es aquel amor por el saber, el conocimiento para él es un arma sin duda fundamental, sin discriminar de que tipo sea, esto incluye el aprendizaje de combates o estilos de pelea. También tiene aquella apreciación por la libertad debido a su niñez llena de restricciones, además debemos de añadir su afinación por la justicia, lo correcto y justo, Fausto, el hombre llamado El shinigami de ojos azules es alguien de amor a la naturaleza y a los seres que allí viven, no quitaría vidas y destruiría sin razón, tiene peculiar gusto por los niños y por su amada Melisa. Una de las cosas que más puede apreciar es el sonreír de los inocentes niños y mujeres, ve en ello aquella inocencia que se le fue arrebatada cuando pequeño, se puede decir que este es un amante de los gatos y perros.

Las armas que mas que más le gusta usar son aquellas de extraño ver, como por ejemplo las guadañas, marionetas, hilos entre otras tantas, no se le vera nunca obsesionado por pistolas o espadas en su defecto le apasionan los cañones y aquellas cosas de tamaño gigante, esto le crea casi se diría un orgasmo.

Como gustos secundarios podríamos decir que su bebida más codiciada es el jugo de mora, dado que esta era una de las especialidades que le preparaba su conyugal, al igual tiene. La comida que más le gusta sin duda es el arroz, este sujeto puede comer arroz en todas sus presentaciones si así se lo sirviesen. Además tiene un gusto por la costura bastante excéntrico.

Fausto si tiene una serie considerable de cosas que le desagradan, cosas como por ejemplo los abusivos, los corruptos, la mayor parte de la marina (aunque no juzga a primera vista) el gobierno como tal le disgusta, para él no son más que corruptos que no hacen cumplir la justicia tal cual como se debe. Aquel que en su presencia desprecie la vida en si (esto incluye, humanos, animales, plantas) tiene un lugar asegurado en el otro mundo, no deja pasar las injusticia fácilmente, si entre sus posibilidades está este no dejara impune ningún abuso que el haya presenciado.

Fausto desde el momento de infancia a tenido sus reservas cuando se trata de payaso, realmente no son de su agrado, no les teme pero sin duda les repugnan, creo que si en un momento le tocara darle muerte alguno, ese hombre no tendría la mas sofisticada y común de las muertes por el contrario sería horrible y grotesca. Otro tipo de disgusto son las diferentes y variables verduras, realmente le desagrada el sabor de esas cosas, será culpa de su paladar, claro en ocasiones tenía que comerlas pero las evitaba a toda costa. También se puede agregar su temor a las mariquita y a los animales como gusanos y lombrices y serpiente de pequeño tamaño, solo las pequeñas las de más grosor le parecen incluso tiernas.

Tiene una gran capacidad de aprendizaje tal cual como se ve reflejado en sus historia este joven es un genio cuando se trata de aprender, simplemente fue obligado a desarrollar esta destreza. Gracias a sus capacidad ya nombrada anteriormente puede con solo una mirada observar cada punto de su oponente, analizar de arriba abajo con gran precisión y rapidez para así detectar cualquier falla o mejor dicho debilidad que este tenga, claro es que esto no solo se queda en el campo de batalla, su poder de observación fácilmente lo lleva a la vida común y corriente.

Gracias a su técnica de pelea el joven tiene la facultad de utilizar armas de gran tamaño sin dificultad alguna, sin contar que también se le hace fácil el utilizar esas armas poco comunes que la gente por lo general no utiliza. Uno de sus más importantes fuertes a resaltar es la gran elocuencia de su hablar, el expresarse en momentos dados le resulta increíblemente fácil y útil.

Fausto también posee destrezas en las arte de la medicina, química e historia, además puede leer los escritos antiguos, gracias a su estricta educación inculcada por sus padres desde su edad prematura, se puede añadir su capacidad abrir diferente tipos de cerraduras usando el uso de su capacidad analítica es campas de abrir y escapar de casi cualquier lugar si así lo quisiera (dije casi, no todos, claro esto si presento un buen argumento es que puedo salir escapándome) tiene un don para los disfraces esto se debe a su capacidad en la costura. Por último y no menos importante es su habilidad estratega, la cual le resulta muy efectiva en el momento de combates globales, escapes, infiltración entre otras.

A pesar de todas aquellas facultades antes nombrada Fausto también guarda un sin número de debilidades. Comencemos con la que mas resaltara on rol, gracias a sus pérdidas y tragedia este joven quedo algo fuera de la cordura, es un poco indiscreto y a veces puede hacer cosas que saldrán de las expectativas que pueda tener una persona sobre él, claro es un problema que ni el mismo ya puede controlar, otro de sus defecto se le podría decir que la obsesión con la resurrección de su amada, este hombre es capaz de perder los estribos cuando algo se interpone entre él y su meta.

Fausto no es un hombre de buen cocinar o diestro en lo que labores comunes se refiere, debido a su alto estatus jamás había tenido la necesidad de estas trivialidades, incluso se le es casi imposible completar una labor de esta índoles pues su cerebro no asimila esto como algo de gran importancia, es mas lo único que logra hacer es arroz blanco sin más nada. A pesar de la técnica del joven este no tiene nada de destreza cuando se refiere al manejo de armas comunes, como espadas katanas y pistolas de todo tipo, esto no incluye los grandes cañones.

Fausto gracias a descripciones puestas antes tiene el defecto de temerle a las lombrices morisquita y gusano, estos animales repugnante pueden hacerlo llegar a retroceder  en ciertos momento, puesto cuando se encuentra eufórico es de dudar que algo lo haga dar un paso atrás y esta es otra de sus tantas falla, cuando pierde el control de si mismo este no mira a donde ni a quien esta desmembrando, todo aquel que se le interponga corre con la posibilidad de morir, quizás sea esta una de las cosas que más le acarreen problemas en su vida como revolucionario.

De familia pudiente proviene nuestro próximo protagonista, un niño con madera de genio el cual sin duda representaría una gran diferencia en el futuro de la humanidad misma, aunque era incierto de que manera aportaría a ella.

Fausto D Himura el típico joven nacido en cuna de oro, era instruido con profesores de la más alta madera, no había ni siquiera un solo maestro que no fuese de reconocidos meritos, esta familia de nobles no se podía dar el lujo de estar en la boca inmunda de sus contrincantes, no era posible nada menos que la perfección, si es que esta existiese, ni siquiera el aspecto de su hijo daba nada malo de que hablar, pero que sabrían terceros los que a puerta cerrada sucedía en aquel lugar.

Este pequeño genio con habilidades excepcionales de aprendizaje en cualquiera de los terrenos que se le midiera no era más que una víctima del miedo y miseria humana, que se quiere decir con esto, pues no más que del maltrato al que era sometido, no tenia libertad propia para las tomas de las decisiones de su existencia misma, todo debía girar entorno de los intereses familiares o mejor dicho de los caprichos de sus padres y las faltas eran castigadas con graves maltratos físicos, en pocas palabras estaba confinado a una dictadura totalitaria.

Una noche como cualquier otra llana de compromisos y apariencias sociales la familia Himura fue invitada a una elegante cena, una que daría otra renombrada familia de la clase más alta, definitivamente el asistir a esa fina fiesta era una prioridad y más aún porque en ella se daría a conocer la unión de aquellos 2 escudos, sería una unión la cual se sellaría con el próximo casamiento del primogénito de los Himura y la última de las hijas de los Kido, vaya que sin duda la más alta alcurnia asistiría a tan magistral evento.

Fausto algo incauto de lo que pasaría se mantiene caminante por los alrededores de la mansión, todo aquel que entraba iba y lo saludaba, no podían perder la oportunidad de conocer el que se convertiría en uno de los integrantes de una de las más codiciadas familias. Cada persona que conocía y conversaba con el señorito salía maravillado por la gran habilidad y locución que este manejaba (Contando que esta era gente bastante estudiada podrán dar a imaginación las habilidades del protagonista).

Fueron pasando las horas y la familia Himura se había convertido en el centro de atención de aquella elegante fiesta y todo esto gracias a el pequeño heredero, pero esta no era cosa a la que el realmente le diera importancia, para el esto no era más que su rutina de todos los días, viviendo entre mascaras como quien diría. Escapándose de entre sus obligaciones Fausto se va discretamente sin el consentimiento de nadie a los jardines de aquel inmenso lugar, luego de caminar unos pocos minutos logro conseguir un pequeño claro, un lugar iluminado por la luz de la luna reflejada en las aguas cristalina de aquella discreta fuente la cual decoraba las cercanías juntos a sus no tan largos bancos, el joven ya un poco cansado de estar de pie se dispone a sentarse aunque sea unos minutos antes de tener que devolverse a su ajetreada tarea, pero espera, algo le hizo detener, un suave canto de sirena el cual lo embeleso al solo escuchar una pequeña estrofa ¿De dónde provenía tan hermosa melodía?  Esa era una pregunta la cual no duro mucho en responder, escabulléndose por unos de los matorrales este encuentra a una pequeña chica como de su edad, de cabellera dorada como la de él y ojos verdes como la viva naturaleza.

- Así que de usted proviene tan bello cantar, realmente algo de admirar joven señorita.

Las palabras del joven heredero hicieron sonrojar como un tomate a la damisela, la cual a causa de eso detuvo la melodía, pero esta no era alguien a quien intimidar tan fácilmente, así que tampoco hizo esperar su réplica al alago.

- Cuanta amabilidad señorito, pero debo penosamente diferir de sus alabanza, no creo que yo sea tan buena vocalista como usted afirma, dudo que mi canto se compare a tantas otras cantantes.

- Fausto: Se equivoca pequeña doncella su canto no es comparable a las de aquellas cantantes, ni siquiera tendría la osadía de compararlo con la melodía de un turpial en plena libertad, en cambio si doy afirmación de que se podría comparar con eso que llaman coro de ángeles. Y disculpe mi atrevimiento de tal aseveración pero sin duda esta es una cosa la cual se debe alagar. Por cierto con tanta descortesía de mi parte Me llamo Fausto D Himura.

Estas últimas palabras la dijo haciendo reverencia y besando la mano de la dama la cual quedo petrificada por las alabanzas del joven y además por su nombre, pues con risa se volvió a dirigir a él.

- Me llena el corazón de gozo el haberlo conocido, realmente estaba hecha un manjar de miedo ante el desconocido esposo que habían elegido mis padres, pero ahora que por fin el tiempo me da la oportunidad de entrelazar mi camino con aquel, entonces me enorgullece la sabia y acertada decisión que tomaron para mi futuro. Por cierto mi nombre es Melisa Kido

Haciendo reverencia esta se marcha hacia a la mansión, tenía la obligación de atender a sus invitados, además ya habían pasado 10 minutos de su desaparición y lo último que deseaba era hacer preocupar a sus padres. Fausto anonadado ante aquella casualidad queda pensativo por unos segundos, sin dudas el destino había hecho su traviesa jugada al encontrar a aquellos 2 amante en tan romántica situación. ¿Sería este un buen augurio? Era algo que posiblemente el tiempo decidiría.

Fue el pasando el tiempo y el romance siguió fomentándose entre platicas y coqueteos, ambos habían quedado enredado en las fuertes tela de araña en la que el amor los tejió, dos tortolos los cuales sin medidas se amaban, pero aun Fausto tenia la presión de sus padres de hacerse la persona más culta de aquella distintiva comunidad, así que de manera paralela este siguió sus estudios con gustos algo preferenciales hacia la medicina, la química y la historia.

Llegado su cumpleaños número 18, todos los preparativos se habían hecho, la fiesta tendría como culminación el casamiento de aquellos 2 amantes los cuales con alegría acataban la decisión tomada por sus mayores, cuanta hermosura se puede ver entre ambos, aunque su casamiento fue impuesto por las codicia de tercero su amor fue netamente puro, si a mi criterio me tocase comparar todos los momento que habían vividos juntos esta pareja a hasta ahora, solo podría asociarlos a los cuento de fantasía que le relatan a los pequeños en sus edades de inocencia, esos cuentos llamado de Hadas.

En medio de la celebración Fausto un poco ansioso por la boda sale en busca de su tan amada Melisa a pesar de todos los prejuicios y supersticiones que conlleva el mirar a la novia antes del casamiento, de todas maneras Fausto tenía una buena idea de cómo no quebrantaría ninguna tradición, de la mano de uno de sus sirviente Fausto avanza con ojos vendados hacia los brazos de su Cupido y con voz algo fatigada por felicidad le habla.

Fausto: Aun recuerdo como nos conocimos en aquella fiesta, la luna fue la testigo de nuestro casual encuentro bajo aquellas estrellas las cuales como lunares adornaban el cielo.

- Melisa: Como olvidar aquella escena, ella permanecerá en mi memoria por el resto de mi existencia, además es imposible olvidar a aquel caballero de hilos plateados como la luna, mirada penetrante y dentadura perfecta que me cautivaron de manera inmediata.

- Fausto: No me hagáis sonrojar te ruego, ya suficiente tiene mi corazón con lo que ocurrirá en pocos momentos, pero ya que estamos excavando aquel baúl de los recuerdos quisiera pedirte un último deseo antes de nuestra boda.

- Melisa: ¿Cual podría ser ese deseo? Vamos sin miedo pedirlo que te complaceré en tu capricho mi apuesto caballero.

- Fausto: Gracias por complacer este capricho, pues sin rodeo te lo diré, quisiera que entonaras aquella melodía la cual ese día entonabas.

- Melisa: ¡Vaya! Hasta te has sonrojado, hay que ver que a veces te da por ser un pícaro niño

Así pasaron los últimos momentos antes de su casamiento esta dichosa pareja, llena de apapachas y al compas de aquella embelesante canción la cual los había unidos años atrás. Llegado el momento del casamiento todo era perfecto, la decoración del lugar estaba a la altura de toda esa gente importante que allí residía, la ambientación, los refrigerios  y platos fuertes, sin duda seria la boda más recordada de toda aquella isla lástima que por razones equivocas.

Las campanas resonaron en toda la isla dando a entender que el casamiento había dado comienzo, en la puerta principal la deslumbrante Melisa entraba vistiendo aquel tradicional traje blanco, una joya exótica sin duda. Llegado el momento el padre el cual los uniría dio comienzo al prologo, le mentaba a los jóvenes reglas la cuales eran irrevocable e infaltable ante los ojos de la divinidad, amor, respeto y muchos otros valores eran los que debían llevar siempre consigo para que esa unión fuese permanente, pero claro no podía falta la última frase dada en cualquiera de los casamientos, que peculiarmente en esta fue modificada “Que ni la muerte los separe” esta fueron las últimas palabras pronunciadas por el padre dando inicio a su vida de casados

Con un beso que parecía eterno estos sellaron el compromiso, pero como dice el dicho “No grites tus alegrías que la envidia tiene el sueño ligero” ¿sería este el caso de estos jóvenes? Pues parecía que si dado que una detonación detuvo la alegría en la celebración que en medio de ese beso perpetuo se llevaba a cabo.

Lagrimas, gritos y gente corriendo era lo que se percibía en aquella que paso de celebración a tragedia,  Fausto quedo totalmente impactado en medio de la conmoción de tener en sus brazos a su tan amada Melisa, la cual resulto ser el blanco de aquel sicariato, ¿Qué clase monstruo pudo ser culpable de tal mortal? ¿Quién había sido el inescrupuloso ser que había arrebatado la luz que se colaba en la oscuridad de Fausto? Estas sin dudar serian preguntas con respuesta pues el destrozado novio se encargaría de ponerle nombre y apellido a aquellos malvados.

Los meses pasaban y aun los responsables no habían recibido castigo alguno por sus actos, el desdichado buscaba socorro ante las autoridades de aquel pueblo, pero estas solo hacían caso omiso a sus suplicas, incluso los detectives que el contrataban se retiraban sin razón aparente de la investigación ¿Qué clase de justicia deja impune actos tan miserables? Esta era otra de las preguntas del joven que ahora lloraba día y noche y se refugiaba en sus libros tal como había hecho toda su vida.

Muy agobiado por la tristeza Fausto toma una decisión que marcaria el rumbo de su vida, el decide a pensamiento propio el investigar y buscar a tales responsables haciéndolos pagar por mano propia sus crímenes.

Este comenzó a entrenar con los más amaestrados luchadores, aprendiendo de manera rápida y magistral el arte de la pelea con un arma poco común, el hacha se convertiría en su fiel sirviente de la justicia propia, una justicia que sin dudarlo tomaría si se le diera la oportunidad.

Al pasar de unas semanas Fausto se encontraba recorriendo los prosperos jardines de su elegante misión, sollozante el heredero Himura escucha unas palabras la cual jamás deseo escuchar, pues sin intención alguna se topo con una conversación que llevaban sus avariciosos padres.

- Madre: ¡Vaya! Que si salieron nuestros planes tal cual como queríamos, ahora nosotros los Himura nos podremos hacer con el codiciable poder y riqueza de los Kido.

- Padre: Si que estuvo bien el habernos desecho de aquel estorbo de mujer, esa Melisa no era más que una piedra en zapato.

Fausto nuevamente había sido víctima de los maltratos y caprichos de aquellos desalmados, no se explicaba cómo podían llegar a tales extremos por solo algo de poder. Con el corazón aun más destrozado el joven decide hacer justicia, después de todo, la justicia y lo correcto no son discriminantes, tomando su hacha y perdiendo la poca cordura que le había quedado Fausto retorna al jardín y sin mediar palabra hizo obra de justicia. El joven dueño de la fortuna se hizo prófugo de aquella justicia que a conveniencia castigaba, no a los criminales si no a los que se le oponían.

Fausto agobiado por todos los sucesos ocurridos en el transcurso de su vida, empieza de manera paulatina a perder la cordura, claro, siempre llevando consigo aquellos conocimientos de justicia que parecía que solo en libros podía encontrar, así que se abrigaba en la historia, la medicina y la química que parecían ser los únicos que no le mentían. Los meses pasaban  y Fausto aun no lograba deshacer de su mente los sucesos ocurridos, aun en sus recuerdos estaba latente la cara sin vida de su amor Melisa, aun podía casi palpar la piel fría y pálida de ella, no podía dejar a un lado su agobiante pensamiento de que si fuese sido tan solo un poco más hábil abría evitado tal cometido, que si al menos fuese sido más inteligente fuese descubierto los planes macabros de los seres que llamo padre, simplemente no pudo aguantar la agonía que el recuerdo le producía, así que intento liberarse de culpas en un movimiento desesperado. Con decisión el heredero hizo lo que creyó correcto, pensó que si el pagaba dolor con dolor podría al menos saldar un poco del pecado y fue ahí como se corto la cara y también parte del cuello quedando casi muerto, pero sin siquiera poder hacerlo, puesto el destino aun tenía planes para él.

Un día casual el joven se encontraba en la tarea de seguir investigando una manera efectiva para revivir a su amada, no concebía la idea que en un mundo tan amplio y misterioso no hubiese una forma para revivir a los seres queridos, fue ahí cuando entonces el señorito respondió a sus suplicar, leyendo un antiguo libro,  en este se entero de la existencia de armas ancestrales y lugares ocultos, se decía que estas armas tenía un increíble poder oculto capas de sembrar el caos  en la tierra y en el mar ¿Tendrá estas armas el poder para traer a un ser querido? Esto era algo que el mismísimo Fausto debía averiguar a mano propia.

Con su cordura tendiendo de un hilo este joven decide impartir un viaje hacia lo desconocido, un viaje donde también se encargaría de sembrar justicia verdadera en los lugares donde se concibiera impunidad de las leyes y tenía la fuerte convicción de que los que podrían propinarle sus más absurdos capricho era la facción revolucionaria. Pues así partió de su ciudad al mar, no tenía más que buscar que la verdad y la  justicia

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