Lupus Custos contra el Ninja

Shun se levantó, concluyendo su técnica. La bola de viento estaba ahora a diez metros sobre él, lista para ser usada en cuanto lo necesitase. El caos que había en la ciudad había aumentado brutalmente. De repente detectó una amenaza con su mantra, pero fue demasiado tarde. Una ninjato asomó por el pecho de Tyrion, y el gyojin se desplomó, probablemente muerto. Tras él apareció un hombre con una armadura ligera, ropas de tonos rojizos y ocres, dos ninjatos y una máscara de oni. ¡¿Un shinobi?! El samurai se llevó la mano a la empuñadura de Kaze no Ryoshu, frunciendo el ceño y torciendo el gesto en una mueca de ira. Aquel cobarde había asesinado a traición a su compañero cazador... imperdonable. Más aun, había fallado en su tarea de proteger al gremio, quedando deshonrado. Lo mataría por lo que había hecho. Miró hacia Alex, con seriedad.

- Alex-sama, este asesino ha matado a Tyrion. He fracasado en mi misión de proteger al gremio... permitidme restaurar mi honor derrotándole. En un uno contra uno - dijo, mirando al resto del gremio con una mirada que no dejaba lugar a réplica - Tenía una tarea y me he descuidado. Estoy deshonrado...

Miró al ninja con su habitual actitud osca y se concentró. Vacío su mente de cualquier emoción o pensamiento vano, respirando hondo. De repente su actitud pareció cambiar, volviéndose más "frío" y serio aun. "Abraza el vacío... se uno con el viento y deja tus emociones de lado." Acababa de entrar en el Mushin, el estado de combate. Su percepción del mundo cambió. Toda la escena dejó de carecer importancia y oscurecerse, a excepción del shinobi. Centró su atención en él, activando su mantra. El viento comenzó a cobrar fuerza en torno a ellos, mientras el samurai comenzaba a retrasar ligeramente la pierna izquierda y a agacharse ligeramente, preparándose para cargar. Ninguna emoción o pensamiento recorrían su mente, a excepción de su intención de acabar con la vida del ninja. Comenzó a silbar una suave melodía, y entonces, cargó. Su cuerpo se había vuelto de un color azul transparente, y sus ojos rojos. Su contorno se veía desdibujado, como si no fuera sólido. Se lanzó a por el shinobi, al tiempo que otros dos "Shuns" hechos de viento cortante también aparecían tras el hombre, de tal manera que formaban un triángulo con el original.

- Aki no uta: Shukaku-ki - murmuró.

Los tres Shuns se lanzaron sobre el ninja, coordinando sus ataques para pasar junto al ser golpeando uno tras otro con el menor espacio entre los ataques pero sin ser a la vez para no chocar entre ellos. El Shun original esperó al final para poder preveer las esquivas de su rival y lanzar su ataque en función a esto. Por precaución y potenciarlas, imbuyó sus técnicas en haki armadura. En cuanto los dos clones de viento hubieron atacado, se lanzó a por el shinobi realizando un perfecto iai y tratando de pasar en torno a él, hiriéndolo. Al tiempo que desenvainaba, su espada se prendió en llamas. Se paró unos metros tras el ninja, y miró hacia atrás, envainado a Kaze no Ryoshu. Todo aquel movimiento había sido realizado en apenas un segundo, dado que había empleado su Ki no Senritsu para duplicar la velocidad de su viento y él mismo se había convertido en este, alcanzando una gran velocidad. Los clones se deshicieron, y el samurai volvió a tomar un aspecto "sólido".

- Corte completado... - dijo, envainando.

Todo fue demasiado rápido. Ni si quiera tuvo tiempo para escuchar la respuesta de Alex, o más bien este no lo tuvo para contestar. Un hombre apareció tras nuestro compañero gyojin y lo ensartó con su espada. El cuerpo de Tyrion se desplomó en el suelo, y su ejecutor, desapareció como si nada, dispersándose en pequeñas partículas negras que no dejaron nada. No obstante, cuando Isma miró al frente lo vio. Portaba una extraña máscara que tapaba su rostro casi por completo, con aspecto demoníaco. Un traje completo de un tono carmesí y algunos adornos dorados. Parecía ser un oponente increíblemente fuerte, pero no importaba. El cazador acababa de prometer que lucharía, que haría lo mismo que ellos hacían por él y que no retrocedería. Además, acababan de matar a uno de sus compañeros como si nada. No tuvo oportunidad de defenderlo, y la ira empezaba a abrirse camino en su interior. Tenía los puños cerrados, la mirada hacia el suelo y apretaba los dientes con fuerza.

Estaba a punto de lanzarse contra el miserable asesino, que ni si quiera tuvo la decencia de hacer un combate justo. Atacó por la espalda como un cobarde y parecía enorgullecerse de su acto, pues podía apreciarse una sonrisa debajo del hueco que tenía la máscara en la zona de los labios. Apretó sus puños y sus dientes con más fuerza y miró a su adversario con desprecio y furia. Pero al parecer, ese no sería su oponente. Shun quería encargarse de él en un combate de uno contra uno, sin interrupciones según las órdenes del líder. Justo ahora que tenía unas ganas horribles de golpear a alguien, de desahogarse a base de golpes. Aunque no mancharía el honor del samurai ni de su gremio. Tenía que acatar las órdenes del moreno y permitir al espadachín que se batiera en duelo y pudiese llevar a cabo su venganza. Mientras tanto, procuraría que nadie interfiriese en ese combate. Sí, esa sería su meta. Si alguien osaba ayudar a aquel cobarde, Isma lo detendría.

-Me ocuparé de que nadie te moleste mientras luchas, Shun. Hazle pagar su crimen. Que no quede impune su acto de cobardía y la muerte de nuestro amigo.- Probablemente Shun no le escucharía. Cuando combatía seriamente, hacía caso omiso a su al rededor. Era como si todo desapareciese para él y tan solo estuviese su adversario. Era increíble su capacidad de concentración.

Alex dejó el cuerpo del hombre pez sobre su lobo y cuando varios hombres se subieron a este, partió en busca de la gran tortuga. Seguidamente, el capitán de Lupus Custos se marchó. Algo había ocurrido, pero no preguntaría y no le detendría. Confiaba en él más que en cualquier otra persona y no pondría en duda sus capacidades para sobrevivir. Ahora se centraría en velar por Shun. Nadie le atacaría por la espalda si estaba en su mano evitarlo.

El combate empezaba a complicarse. El oponente de Shun tenía técnicas muy peculiares y extraordinarias. Daba la sensación de que el samurai lo iba a tener difícil contra semejante rival. Y no solo eso. Las sombras de aquel luchador eran capaces de moverse por sí solas, o este tenía un control increíble sobre ellas y una capacidad muy buena para concentrarse en su lucha y manejar a sus copias. Estas lanzaron varios shurikens contra los demás miembros presentes de Lupus Custos. La agilidad no era el punto fuerte de Isma, así que intentó esquivar alguno y puso sus brazos por delante de su rostro. Un par se clavaron en sus brazos y un tercero en el pecho, pero al ser tan pequeños no alcanzaron ningún órgano. Tan solo dejaron una herida superficial.

-Creo que no hay tiempo para pensar. Tenemos que eliminar a esas sombras, y no solo por ayudar a Shun. Seguramente continuarán atacando, y no podremos evadirlas continuamente.- Dijo Isma, respondiendo al comentario de Rayne.

El castaño no estaba seguro de si podría atacar a aquellos seres, pero debía intentarlo. Esta vez no le frenaría su cobardía. Estaba oculta bajo un manto de valor temporal. Suspiró y se lanzó a por una de ellas, intentando golpear su vientre con un gancho de izquierda imbuido en energía que causaría una pequeña explosión [AF] [Manual Genkidama] y un segundo ataque con el puño derecho en su rostro. [AD]

Golpe en el vientre y en el rostro + Manual Genkidama + Manual Prisa [AF] [AD]

Alex llegó a la zona del combate. Shun seguía luchando con aquel hombre y había algunos más como él que parecían... extraños. Alex se posicionó cerca de Rayne e Isma y realizó una vibración en el aire hacia aquellos seres que les atacaban. Se había cansado de todo, los partiría en dos si era necesario. El sismo surcó el aire desgarrándolo y partiéndolo hasta alcanzar a los enemigos. Además se puso delante de Isma con su cuerpo imbuido en haki para detener los proyectiles que iban hacia el castaño.

Sismo aéreo [AF]

-Shun, es hora de marcharnos, demuéstrale ya a eso tu poder. Nuestro trabajo ha terminado- Le dijo al comandante de sus tropas.

De repente escuchó una poderosa explosión y perdió la concentración. Giró la cabeza y vio en la distancia una columna de energía de llegaba hasta los cielos. ¿Qué habría provocado aquello? Su instante de distracción fue letal. De repente el ninja apareció junto a él. Shun se le encaró, pero los dos aceros le trazaron dos cortes paralelos en el pecho. Además de eso, varios shurikens se le clavaron en la espalda. El samurai abrió mucho los ojos y dio un gañido de dolor, cayendo de rodillas. Se llevó la mano al pecho. Tenía las ropas destrozadas, y se le estaban enrojeciendo por la sangre. Entonces su rival le soltó un comentario jocoso, y le lanzó un golpe en cruz. Reaccionando lo más rápido que pudo, interpuso su katana entre las dos ninjatos. Jadeó, notando un intenso dolor. Aquella postura forzaba sus músculos pectorales, los cuales no estaban precisamente intactos. Mantuvo la posición de manera estoica, con Kaze no Ryoshu imbuida en haki. Un simple momento de distracción y había fastidiado todo. Recolocó un pie para afianzar su bloqueó, despertando el dolor de su espalda. Sin embargo, su rostro se mantuvo serio e inexpresivo. "Debo activar el Mushin de nuevo... es demasiado veloz para permitirme combatir así."

- Shun, es hora de marcharnos, demuéstrale ya a eso tu poder. Nuestro trabajo ha terminado.

- Perdonad mi debilidad, Alex-sama... eliminaré a este asesino de inmediato - dijo el samurai, entre respiraciones entrecortadas.

¡Le habían dado una orden! Y además, en aquel reto estaba en juego su honor como Comandante de las tropas. Había atacado a uno de sus hombres a traición. Notó una ira fría y se motivó para continuar combatiendo. Empleando sus nuevas energías surgidas de sus ánimos, entró de nuevo en el Mushin. Cerró los ojos durante un instante, y al abrirlos volvía mostrar la inexpresividad de antes. Velozmente separó la mano derecha del mango de la katana, e hizo un último esfuerzo en mantener el bloqueo con una sola mano, mientras con la libre desenvainaba la wakizashi. En un veloz iai, trazó un arco horizontal hacia el abdomen de su rival, empleando su control del viento para extender el alcance de la técnica con una ráfaga cortante, algo débil pero rápida. Acto seguido, retrocedió velozmente impulsándose con el viento. Se volvió intangible, dejando que los shurikens que le habían quedado clavados se cayeran al suelo. Sus heridas eran dolorosas, pero ahora estaba en el Mushin de nuevo. No cesaría de luchar, no importaba cuánto doliera, hasta morir o que su rival cayese. O hasta recibir una orden de su señor. Observó el ninja y se colocó bien las gafas, con una mirada seria y fría.

Iai: Kazekiri [Haki Armadura nvl. 2] [Ataque de músico solista] [AID]

- Reza lo que sepas y encomienda tu alma a tus dioses, shinobi. Es un aviso, como hombre de honor. Vas a morir aquí y ahora - no lo dijo como quien amenaza a un rival. Parecía más bien como si afirmara algo que daba por sentado - Es hora de acortar el terreno de juego. ¡Alejaos todos! - dijo al gremio.

Envainó ambas armas, y sujetó la vaina y empuñadura de Kaze no Ryoshu con sus dos manos. Entonces, comenzó a silbar una melodía más bien poco alegre, y el viento enloqueció. En torno a ellos se formó una cúpula de viento de cuatro metros de radio, en torno a la cual poderosos vientos cortantes giraban velozmente. De repente, una bola de aire comprimido bajó del cielo y atravesó la cúpula por un pequeño agujero que el samurai abrió. El espadachín comenzó a ascender en el aire, vigilando al ninja con su mantra y al tiempo que la bola bajaba y se situaba a su altura. Generó una ligera protección en torno a él consistente a una corriente de viento que salía constante de su cuerpo hacia el exterior. Hecho esto, trazó un veloz iai hacia la esfera, apuntando al ninja y imbuyendo su katana en haki y llamas. El resultado fue una brutal explosión al liberar el aire comprimido, el cual se prendió rápidamente. Empleando sus poderes, redirigió la mayor parte de la explosión de viento hacia su rival, en forma de una gigantesca tromba de llamas que cubrió también la cúpula. Si lo notaba escapar con su mantra, redirigiría en su dirección todo el viento ardiente de la cúpula hacia él en forma de un enorme pájaro de fuego y viento cortante. Sin embargo, aquel golpe a pesar de su defensa no lo dejó intacto. Tanto en manos como brazo sufrió varias quemaduras dolorosas, y en sus piernas igual, por no hablar de que su kimono quedó destrozado. Tras liberar el brutal golpe, perdió tantas energías que cayó al suelo. Había sido necesaria una concentración enorme para mantener un control constante de tantas corrientes de viento distintas y lanzar el golpe a la vez, y ya no estaba en condiciones de seguir peleando.

Kaze no Keimucho + Hinoken + Kajiarashi [Haki armadura nvl. 2] [Haki observación nvl. 2] [AB]