Jallial VS Astarod

North blue, mi mar de origen. El mar donde nació el hombre de las dos caras, el lobo azul más sanguinario de los mares. Allí estaba yo.

Habían pasado semanas desde que atravesé el Calm Belt corriendo sobre el agua, convirtiendo esta en hielo a cada paso que daba, mientras surcaba aquella peligrosa región. Los reyes marinos ni siquiera tenían tiempo de darme caza, acostumbrados a barcos estáticos por la ausencia de viento no eran precisamente veloces. Además, la placa de hielo que mis pasos formaban era de varios decímetros de espesor, y su dureza superior a la de una piedra, no les era sencillo atravesarla solo por una presa menor, y a menudo, ni lo intentaban siquiera.

En todo aquel tiempo había vagabundeado por aquel mar, sin saber siquiera donde estaba. Mi mente y mi cuerpo ya no actuaban al unísono, no formaban parte de un mismo ser. Llegue así a una isla famosa en todo el mundo, el reino de Lvneel. Aquel mítico lugar donde, hacia ya cientos de años, nació Norland "El Mentiroso". Sus palabras sobre una isla en el cielo le hicieron quedar por poco ante un mundo incrédulo, aunque a la postume se sabría que el llevan razón.

Nada mas llegar me di cuenta, precisamente, de que así era. Un tipo extraño se encontraba a las afueras del reino, y a su espalda se podían discernir una especie de alas oscuras.

-Interesante... -Dije en voz baja al verlo, de modo que fuera imperceptible para el. Entonces me acerque despacio y, mientras caminaba hacia el, lance un saludo sonoro. Están v si buscaba que me oyera, era un tipo curioso, pero lo que mas me intrigaba era una pregunta sencilla. ¿Cómo seria de fuerte aquel tipo extraño?

-¡Hey tu, pollo negro! -Le grite sonriendo. -Eres la cosa mas fea y rara que he visto en mucho tiempo, y he visto a una vieja desnuda tocar el ukelele... -Fui cruel, y esperaba que se enfadara. Aquel tipo parecía ser capaz de proporcionarme un momento de diversión, solo esperaba que no muriera demasiado rápido.

Aquel tipo acababa de demostrar algo de valor, al menos estar ligeramente por encima de la media. Acababa de volverse un poco mas interesante. Se reía ante mi, y aunque mi orgullo me habría llevado a arrancarle la cabeza, decidí sonreir.

-No se que clase de "Pollo" eres, pero al menos parece que no eres un gallina. Enhorabuena, acabas de ascender de personaje interesante a interesante oponente. -Acababa de dejarle claro que pensaba pelear, aunque pensaba empezar jugando un poco.

-Bueno, pongamos interesante este juego. Antes de nada, que no se diga que no tengo modales, es un placer conocerte, Astarod. Mi nombre es algo que desconozco, de modo que tendrás que perdonarme si no puedo presentarme. En fin, estoy aburrido así que te pondré un poco a prueba. -Tras decir aquello comencé a estirar el cuello, crujiendo lo de un lado a otro, mientras le miraba con una sonrisa en mi faz.

-Primero pongamos a prueba tus reflejos y tu velocidad. -Nada mas decir aquello deje de estirar y agache el torso, preparándome para salir corriendo a por el. Ni siquiera utilice una técnica especial, tan solo correría a toda velocidad hacia aquel pollo negro. Era un asesino rápido y ágil, de modo que seguramente le seria difícil reaccionar a mi. Mi ataque era simple, en cuanto estuviera en frente suya, lanzaría un puñetazo con mi brazo izquierdo hacia su pómulo derecho. Aquel golpe, dada su velocidad y potencia, seguramente sería bastante doloroso para el muchacho si le golpeaba, aunque no pensaba hacerle demasiado daño, a fin de cuentas, solamente estaba jugando.

[Puñetazo al pómulo (AD)

Aquel Pollo Negro parecía ágil. Se movía bien, aunque de forma simple, le faltaba habilidad aunque tuviera cierta capacidad. Sin embargo, acababa de evitar mi golpe. Era ciertamente interesante, aunque le quedaba mucho por mejorar si pensaba estar a mi nivel.

-Aún te queda un largo camino por recorrer, pollito. No te las des de fanfarrón por haber esquivado un golpe tan simple... Sin embargo acabas de demostrar que no eres del todo patético, así que no me contendré contigo. -Tras decir aquello comencé a emanar un brillo púrpura. Acababa de activar el Fenrir's Mode para duplicar mi velocidad y agilidad. En ese momento sonreí, y mientras él se agachaba para lanzar una patada a mi estómago, interpuse mi brazo entre su pie y mi torso, agarré con fuerza su pierna, y lo traté de lanzar hacia arriba con fuerza. Era un escueto muchacho a mi lado, que saldría volando sin demasiado esfuerzo.

Si lo mandaba por los aires, usaría el Ugoki Keiryo para caminar por el aire, colocáncome encima de él antes de que alcanzara una altura mayor a diez metros. Desde arriba, y con ambas manos agarradas formando un improvisado martillo, le golpearía con fuerza hacia abajo, con intención de lanzarlo con aquel golpe contra el suelo.

Puñetazo doble + Posible impacto contra el suelo (AID)

Solamente jugaba con aquel chico, pero al parecer me estaba confiando demasiado. No pensaba dejarle pasar mas movimientos así, de modo que en cuanto vi que se quitaba los zapatos y parecía ponerse serio, hice lo mismo.

-Muy bien chico, si quieres jugar, juguemos. -Tras decir aquello comencé a transformarme en mi forma híbrida, un hombre lobo de pelaje azul de más de tres metros de altura, con una fuerza y velocidad muy superiores a las de un humano corriente. Pero aquello no era todo, mi principal poder era el de congelar todo a mi paso, y ahora era él el que se encontraba en mi camino.

Había salido corriendo a por mi, pero mi velocidad y reflejos eran demasiado superiores a los suyos como para dejarme golpear por unos ataques tan simples. Sin embargo no quería correr riesgos, así que abrí la primera de las puertas Infernales, la del Limbo. En aquel estado podía prever con facilidad los ataques, era casi como emplear el Haki de observación, aunque a un nivel mucho menor.

-Apertura de los sellos de clausura. Primera Puerta Infernal, Abierta. -Nada mas pronunciar aquello, mi cuerpo comenzó a moverse por instinto, para ir evitando sus ataques. Golpee su brazo con el mío para evitar un codazo en mis costillas, interpuse la rodilla entre su pierna y yo, para partirle la tibia con su fuerza sumada a la mía, y por ultimo, agarre de nuevo su pierna con fuerza, esta vez en aquel monstruoso estado donde mi piel y mis músculos eran lo bastante duros para soportar golpes que partirían muros, de modo que poco podría hacer para liberarse.

Una vez lo tuviera bien amarrado, lo acercaría con mi mano derecha, con la cual había cogido su pierna por el tobillo, hacia mi zarpa derecha, que se preparaba para asestarle un poderoso golpe en el torso.

Dicho y hecho. Con las garras orientadas hacia su cuerpo, golpee con la palma abierta el pecho de aquel muchacho. Era lo bastante hábil para no atravesarle el corazón, los pulmones u otra zona importante, pero con toda seguridad le partiría el esternón y varias costillas si le golpeaba. Además, la potencia del impacto lo mandaría a volar varios metros hacia atrás, difícilmente podría soportar aquel ataque sin recibir heridas severas, aunque en el momento del impacto use mis poderes para producir un intenso frío en mi zarpa, de modo que el hielo que se formaría en su herida sirviera de coagulante para evitar que acabara desangrado. No quería matarlo, solo demostrarle que este era un mundo peligroso.


[Zarpazo en el pecho] (AIF)

Aquel tipo aguanto bien, incluso me recordó a mi hacia algún tiempo, y aunque aún le quedaba mucho por recorrer, decidí darle una oportunidad.

Había logrado zafarse de aquel golpe interponiendo una espada entre nosotros, de modo que el golpe solo le había rasgado superficialmente, pero su pierna parecía fracturada, y su herida podría ser un problema si se dejaba sin atender. Ahora se encontraba en forma de cruz, pidiendo que perdonara su vida, para que un día fuera él quien me derrotará a mi.

-¿Intentas decirme que debería dejarte vivir para que tu me arrebates la vida después? Bueno, no parece una opción demasiad acertada, ¿no crees? -Sonreía tras cada palabra, era gracioso aquello que pedía.

-No lo haces mal, muchacho. Al menos has demostrado agallas, es mas de lo que muchos han mostrado antes. No voy a matarte. Me pica la curiosidad por ver hasta donde puedes llegar, chico, así que te dejare ir. Solo voy a ponerte una condición para ello, deberás aprender algo llamado haki. Cuando lo domines, podrás volver a enfrentarme, pero hasta entonces procura sobrevivir, porque este es un mundo cruel, y si no te aferras a la vida, alguien se ocupará de arrebatartela... -Tras aquellas palabras di media vuelta y alce mi mano derecha en señal de despedida, mientras usaba el Movimiento Ligero para salir corriendo por el aire, alejándome de aquella isla.

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