Combate en el hielo contra la mujer babosa [Akashi]

Akashi caminaba tranquilo. Alerta a cada movimiento que daba, cuidando su paso. Estaba calmado, no le daba miedo no ver, su Haki al menos servía para ir detectando presencias. Suspiró mientras ahora lo notaba, unas presencias se acercaban a su posición, se detuvo en seco para esperarlas. Podían ser nuevos compañeros en el viaje y así no estar solo. Esa era una opción, que de una u otra forma, podía ser buena en esta situación. La otra era que fuera un enemigo o más de uno. Sea como sea, ahora mismo solo quedaba esperar y ver que podía hacer en el proceso. Se cruzó de brazos en señal de no estar con ganas de luchar, no quería perder el tiempo y solo quería llegar a la isla pronto.

Entonces, la presencia, que luego de un rato se dio cuenta que solo era uno, apareció. Venía corriendo a una buena velocidad, aunque, ¿Era enemigo? Lo observó con calma, era totalmente raro… Era una babosa con implantes humanos y horrible… ¿De dónde mierda había salido algo así? No, lo más importante ¿Quién fue el bastardo que hizo aquella mierda? Lo vio correr, al parecer, no iba a frenar. Y entonces su Haki le advirtió del peligro. Aquella cosa, no sabía si era mitad babosa mitad humano, mitad humano mitad babosa, 5 por ciento babosa y el resto humano… Escupió al aire y por el frío se convirtió en una bola de hielo. Pero por la distancia y porque ya sabía lo que venía, fue que con un salto hacia el lado la esquivó. ”¿Qué debo hacer? Podría ignorarlo, no quiero perder el tiempo contra esa cosa.” – pensaba mientras lo veía. Luchar podía ser una buena forma de probar sus habilidades, pero el campo era irregular y peligroso. Tampoco podía devolverse, sabía que para atrás no había nada más que su barco y un camino demasiado alejado. Pero ¿Lo dejaría pasar así como así? Tampoco era que lo dudara mucho, pero no era algo demasiado viable.

– Supongo que no me dejarás pasar ¿no? – ¿Entendería su idioma? – Así que, maldita escoria, si no quieres salir herida déjame pasar. – dijo con un tono autoritario. Una orden que una basura como esa debía obedecer. Si no, solo quedaría luchar, de ser ese el caso, solo tenía que esperar la mejor forma de contraatacar. Incluso, tener paciencia e investigarlo para encontrar su punto débil. En esta situación, nunca se debía atacar de los primeros, aparte quizás cabía la posibilidad que fuera más inteligente que esa cosa. De ser así, esta batalla sería más fácil de lo que pensaba.

No, no lo había escuchado. Suspiró mientras ahora dejaba su posición y se ponía alerta ante cada movimiento de su rival… Seguía sin poder encontrar una forma de describirla… Era totalmente extraño y nada parecía concordar con una posible descripción física. Se concentró en los movimientos de aquella cosa, era rápida a pesar del terreno ¿Cuál sería el truco? Quizás solo había sido demasiado cuidadoso y el hielo bajo sus pies no era tan fino ¿O sí? Akashi logró ver con anticipación los ataques de su rival… Eran estacas dirigidas a sus extremidades. Con agilidad fue que se movió de lado a lado, y moviéndose hacia adelante, esquivando la gran mayoría. Recibió daño, un corte poco profundo en su hombro izquierdo, en su pierna derecha y uno en su pecho. ”Fui demasiado lento… Pero no importa… Debo acabar con esta cosa.” – pensaba mientras se hacía crujir los nudillos y sonreía con cierta malicia.

– Veo que no escuchas nada… Esto te lo buscaste, idiota. – le dijo mientras empezaba a correr. Tenía una idea que podía usar a su favor… O eso creía. Mientras corría iba utilizando su fruta repeliendo el aire con sus palmas de oso, estas iban a unos 25 metros por segundos, era aire comprimido a gran poder capaz de atravesar todo en su camino... O casi todo. Con el poder de su fruta, creo cinco de esos misiles que iba dirigidas al pecho, cabeza, piernas y brazos. Siguió corriendo mientras sentía el frio en su cara y en sus heridas, era una sensación extraña, mas no le impedía seguir luchando. De hecho, luchar le haría entrar en calor y eso en este clima, era lo mejor que podía hacer. Al llegar a donde estaba esa mujer-babosa o babosa-mujer, que de lograr esquivar su primer ataque, intentaría conectar un fuerte puñetazo en su rostro, que estaba imbuido en su Busoushoku Haki. Para luego, con velocidad, trataría de sobrepasarla y ganarse a sus espaldas, desde ahí lanzaría una patada a sus costillas para finalizar dando un gran salto  y alejarse un par de metros ¿Habría funcionado?

– Sigo insistiendo, te daré una oportunidad más para escapar y dejarme tranquilo. Vete, maldita basura. – le dijo mientras volvía a estar de brazos cruzados. Inhaló y exhaló con fuerza para relajarse… Si eso no funcionaba, debería atacar de otra forma, no podía seguir perdiendo el tiempo. No aquí y menos con esa maldita escoria buena para nada.

Su ataque no había resultado como quería. La mayor sorpresa fue el hecho que su patada diera contra algo gelatinoso ”¿Qué mierda? Bueno… Si es un logia, solo debo seguir usando Busoushoku…” – pensaba a la par que miraba a su alrededor, aunque bueno… Solo era niebla y no veía una mierda. Sintió la sangre correr en su hombro izquierdo y logró ver, con algo de asombro, que aquella cosa había contraatacado con rapidez. Se sacó con una mueca de dolor aquel carámbano de hielo y la sangre solo corría y corría. Suspiró para concentrarse, ya no debía seguir perdiendo el tiempo. Era hora de seguir adelante, su Haki le predijo el ataque de aquella cosa y era hora de actuar. El ataque era casi el mismo de siempre, solo que ahora apuntando a los pies. ”Ya no me darás de nuevo. Estúpido cosa.” – pensaba mientras ahora se movía de un lado a otro esquivando aquellas cosas que se impactaban en el hielo. Esquivó casi todas, más de una logró hacerle un corte poco profundo en sus piernas, estaba terminando muy magullado era ahora o nunca.

– Seguro te crees invencible, escoria. – empezó a decir mientras la miraba con frialdad. Lo había visto momentos antes. Al parecer, su puñetazo en el rostro le había hecho daño. – Ya te lo dije, no puedo perder tiempo aquí. – si su teoría era cierta, la cara de la mujer-babosa era de carne y hueso, el resto del cuerpo seguramente solo era… Insecto, es decir, gelatinoso y sin algo firme para asestar un buen golpe. Aparte, si lograba conectar un buen puñetazo en el mentón, le haría perder el equilibrio y la marearía lo suficiente para impactar otros golpes. Es decir, era una estrategia más que suficiente. – Es hora de acabar el juego. – finalizó.

Empezó a correr con energía. Mientras lo hacía, golpeaba el aire una y otra vez haciendo lo mismo que la otra vez, solo que esta vez había una diferencia, todas iban dirigidas al torso. Una mera distracción, en los últimos tramos, aceleró un poco más, dejando una huella un poco profunda en el hielo, para luego imbuir ambos brazos en su Busoushoku Haki. Luego de eso, sin repetir la escena anterior, de saltar y quedar al descubierto, fue que lanzó un poderoso gancho dirigido al mentón. Sabía que golpear en ese lugar haría que el cerebro se moviera de un lugar a otro, haciendo que por unos segundos, su rival no pudiera saber dónde estaba o como moverse. Era todo o nada. De no funcionar, intentaría con un segundo gancho al mismo lugar pero con la izquierda y luego, aprovechando, quizás la abertura de su rival, seguir con dos directos al rostro y finalizar con un golpe de derecha en su mejilla. Con eso esperaba acabar con esa cosa de una vez. Se alejaría un par de pasos para esperar respuesta de la babosa-mujer. ¿Habría funcionado su plan?