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Era ya por la tarde cuando la chica regresó al cuartel Marine del North Blue, mar al que había sido enviada en otra aburrida misión sin la compañía de Kuro para molestarle a base de preguntas que le dieran, bien información sobre el mundo a ella, bien dolores de cabeza al chico, al pedirle ella aún más y más explicaciones con cada pregunta que le hacía. Por suerte, la misión ya había finalizado y la chica podría regresar al Grand Line de mañana por la mañana. Aunque, no podía partir sin cierta gotita azul que andaba desaparecida desde la tarde. "¿Dónde demonios está Nepu?" Se preguntaba la pelimorada una y otra vez mientras le buscaba. En teoría, esa mañana debían hacerle una revisión en la parte del laboratorio del cuartel, aunque ella en verdad quería llevarlo con ella a su misión, pero un superior no la quiso dejar. "Cómo no le encuentre a tiempo me divertiré torturándoles hasta que haya otro barco en el que partir." Se dijo a sí misma mientras seguía buscando.
Según le dijeron al llegar, cuando fueron a su cuarto a buscar a la IA, esta no parecía encontrarse por ninguna parte. Sin embargo era imposible que Nepu hubiera ido con ella o se hubiera escapado. En primer lugar, ella se había asegurado a regañadientes, de que el pequeño se quedará en su cuarto y en segundo lugar, la ventana del cuarto estaba cerrada y no había más salidas, pero no se encontraba en el cuarto. Seguramente se hubiera escondido y escapado mientras lo buscaban. Una de dos, o su IA era muy inteligente (que lo era) o los miembros del cuartel eran muy estúpidos. Por suerte, sabía que Nepu no se iría a ningún lugar sin ella, así que tarde o temprano aparecería.
-¡¡Neeeeepuuuu!!- Le llamó la chica una vez más antes de echar a correr por uno de los pasillos, sin fijarse en si había alguien en el lugar cosa que hizo que se chocara con alguien o algo. Fuera lo que fuese, parecía llegarle hasta la altura del pecho más o menos. -L-Lo siento....esto...- Dijo por la costumbre de tratar con gente aunque le fuera indiferente si estaba bien o no. -¿Un niño?- Preguntó en voz alta cuando se separó un poco para ver con quien se había chocado.
Según le dijeron al llegar, cuando fueron a su cuarto a buscar a la IA, esta no parecía encontrarse por ninguna parte. Sin embargo era imposible que Nepu hubiera ido con ella o se hubiera escapado. En primer lugar, ella se había asegurado a regañadientes, de que el pequeño se quedará en su cuarto y en segundo lugar, la ventana del cuarto estaba cerrada y no había más salidas, pero no se encontraba en el cuarto. Seguramente se hubiera escondido y escapado mientras lo buscaban. Una de dos, o su IA era muy inteligente (que lo era) o los miembros del cuartel eran muy estúpidos. Por suerte, sabía que Nepu no se iría a ningún lugar sin ella, así que tarde o temprano aparecería.
-¡¡Neeeeepuuuu!!- Le llamó la chica una vez más antes de echar a correr por uno de los pasillos, sin fijarse en si había alguien en el lugar cosa que hizo que se chocara con alguien o algo. Fuera lo que fuese, parecía llegarle hasta la altura del pecho más o menos. -L-Lo siento....esto...- Dijo por la costumbre de tratar con gente aunque le fuera indiferente si estaba bien o no. -¿Un niño?- Preguntó en voz alta cuando se separó un poco para ver con quien se había chocado.
Gareth Silverwing
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Ah el North blue, cielos grises, clima frío, mucho viento, todo muy agradable... pero eso sí las raciones en los restaurantes y en el comedor eran impresionantes. ¿Qué hacía yo en el North blue? ¿Qué se me había perdido en la otra punta del mundo? Aunque me cueste reconocerlo todo ésto pasó porque se me ocurrió abrir la boca. Hace una semana, revisando los papeles me di cuenta de que se necesitaba la firma y la confirmación personal de un alto cargo de la marina para aprobar cierto presupuesto. Le llevé los papeles a Al para que se encargase del asunto pero resulta que estaba "ocupado" así que me tocó encargarme a mí de los dichosos papeles, los cuales necesitaban la firma del... oficial al cargo de la base del North Blue. Maldita burrocracia, me podía imaginar las caras de todos los de la brigada el mismo momento en que embarqué.
"En ese mismo momento, en el despacho de Kiritsu Ryodan, los globitos y el confeti volaban por los aires mientras una fila de reclutas con matasuegras y gorritos e colores, encabezados por Jack, Kai y Al bailaban la conga con gesto de júbilo en el rostro."
-Deja de decir cosas raras en mi mente- Le dije a Zinogre en voz baja.
-Oh, venga, sabes de sobra que pasará eso- Me contestó dentro de mi cabeza.
-No necesito que me lo... ¿Qué es eso?- Pregunté mirando hacia una especie de bola de gelatina con cara de perro que estaba en medio del pasillo.
-No tengo ni idea, será un... ¿algo?- Dijo dejando claro que si que no sabía qué era eso.
Parecía una especie de animal, miraba de un lado para otro como si se hubiese perdido o buscase a alguien. Me acerqué y le tendí la mano con gesto agradable en el rostro. Iba a preguntar si se había perdido pero de pronto aquella cosa se alteró al mirarme y saltó a mi cara, pegándose a mis ojos. Intenté quitármelo de encima pero parecía pegarse más y más conforme tiraba. Después de chocarme con un par de paredes decidí tranquilizarme y caminar con un poco de tranquilidad, podía ver un poco a través de esa criatura, además, creo que estaba dando un poco el espectáculo. Lo que más me tocaba la moral en que Zinogre no paraba de reírse en mi cabeza. Me disponía a ir a enfermería (como pudiese) para que me quitasen esta cosa pero, al doblar una esquina me choqué con alguien. Había algo raro, sabía que era una persona, pero tenía algo blando... ¿Un airbag? Marines con Airbag, buena idea, pero ¿sería algo práctico?
Estaba a punto de pedir disculpas cuando de pronto una voz fenemina dijo en voz alta las palabras "¿un niño?" refiriéndose a mí. Tranquilo, en esta base nadie te conoce... Era dificil estar tranquilo, pero es que llevaba una semanita...
-No... pasa... nada.- Dije con una tono seco procurando sonreír.
De pronto la cosa que tenía en la cara se despegó y saltó hacia la persona con la cual había chocado. Se trataba de una joven de estatura media y cabello color púrpura.
-¿Es tu... cosa? - Pregunté al ver que aquella masa se comportaba de manera amistosa con la chica.
"En ese mismo momento, en el despacho de Kiritsu Ryodan, los globitos y el confeti volaban por los aires mientras una fila de reclutas con matasuegras y gorritos e colores, encabezados por Jack, Kai y Al bailaban la conga con gesto de júbilo en el rostro."
-Deja de decir cosas raras en mi mente- Le dije a Zinogre en voz baja.
-Oh, venga, sabes de sobra que pasará eso- Me contestó dentro de mi cabeza.
-No necesito que me lo... ¿Qué es eso?- Pregunté mirando hacia una especie de bola de gelatina con cara de perro que estaba en medio del pasillo.
-No tengo ni idea, será un... ¿algo?- Dijo dejando claro que si que no sabía qué era eso.
Parecía una especie de animal, miraba de un lado para otro como si se hubiese perdido o buscase a alguien. Me acerqué y le tendí la mano con gesto agradable en el rostro. Iba a preguntar si se había perdido pero de pronto aquella cosa se alteró al mirarme y saltó a mi cara, pegándose a mis ojos. Intenté quitármelo de encima pero parecía pegarse más y más conforme tiraba. Después de chocarme con un par de paredes decidí tranquilizarme y caminar con un poco de tranquilidad, podía ver un poco a través de esa criatura, además, creo que estaba dando un poco el espectáculo. Lo que más me tocaba la moral en que Zinogre no paraba de reírse en mi cabeza. Me disponía a ir a enfermería (como pudiese) para que me quitasen esta cosa pero, al doblar una esquina me choqué con alguien. Había algo raro, sabía que era una persona, pero tenía algo blando... ¿Un airbag? Marines con Airbag, buena idea, pero ¿sería algo práctico?
Estaba a punto de pedir disculpas cuando de pronto una voz fenemina dijo en voz alta las palabras "¿un niño?" refiriéndose a mí. Tranquilo, en esta base nadie te conoce... Era dificil estar tranquilo, pero es que llevaba una semanita...
-No... pasa... nada.- Dije con una tono seco procurando sonreír.
De pronto la cosa que tenía en la cara se despegó y saltó hacia la persona con la cual había chocado. Se trataba de una joven de estatura media y cabello color púrpura.
-¿Es tu... cosa? - Pregunté al ver que aquella masa se comportaba de manera amistosa con la chica.
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Heaten miró al "niño con el que acababa de chocarse, el cual parecía algo molesto y le respondió un "no pasa nada" bastante cortante. "Será uno de esos niños que se molestan por que le llamen pequeño..." Pensó la chica antes de fijarse en que el chico llevaba algo en la cara. ¿Unas gafas de esas de última moda? si hubiera sido eso, hasta la pelimorada, que no tenía dato alguno sobre eso de la moda, habría pensado algo así como: "Qué gustos más..raros" o "A quien le puede gustar eso." Sin embargo, esas gafas que parecían pegadas con superglue a la cara del chico, y que también podían ser consideradas como un pegote de gomina que se hubiera secado así sobre él, parecían tener vida propia, ya que empezaron a soltarse nada más se escucho la voz de la chica.
-Nepu...- Dijo la chica con voz monótona al ver a su peculiar "amigo" El cual saltó usando de trampolín la cabeza del pequeñín para frotar su mejilla con la de ella, si es que esa criaturita tenía mejillas. El chico pareció sorprenderse por la reacción del animalito, el cual por cierto, había decidido quedarse sobre la cabeza del chico votando como una pelota para seguir poder "hablar" con la chica mirándola a los ojos. -Sí, es mío...Se llama Nepu.- Respondió al gnomo pelirrojo antes de seguir hablando con Nepu, como si se hubiera olvidado de la existencia del otro. No era por ser borde, pero la chica había decidido que cualquier dato sobre los marines de esa base era innecesario y, por tanto, no duraría en su "disco duro" más de lo necesario. Como si lo borrase al segundo de decirle "hola".
-¿Dónde estabas? Hubiéramos perdido el barco si no aparecías...- Siguió con tono calmado, aunque se veía el descontento en su rostro. Nepu tenía suerte de no ser capaz de sentir dolor en esos momentos, ya que si había algo que odiara la pelimorada era la falta de puntualidad, aunque aún le sobraba tiempo antes de tener que marcharse. "al menos pude meterme en los interrogatorios y ver otros tipos de dolor...No sabía que existía el dolor psicológico...- Pensaba la chica buscando una forma de desahogarse por su mal humor.
-Nepu...- Dijo la chica con voz monótona al ver a su peculiar "amigo" El cual saltó usando de trampolín la cabeza del pequeñín para frotar su mejilla con la de ella, si es que esa criaturita tenía mejillas. El chico pareció sorprenderse por la reacción del animalito, el cual por cierto, había decidido quedarse sobre la cabeza del chico votando como una pelota para seguir poder "hablar" con la chica mirándola a los ojos. -Sí, es mío...Se llama Nepu.- Respondió al gnomo pelirrojo antes de seguir hablando con Nepu, como si se hubiera olvidado de la existencia del otro. No era por ser borde, pero la chica había decidido que cualquier dato sobre los marines de esa base era innecesario y, por tanto, no duraría en su "disco duro" más de lo necesario. Como si lo borrase al segundo de decirle "hola".
-¿Dónde estabas? Hubiéramos perdido el barco si no aparecías...- Siguió con tono calmado, aunque se veía el descontento en su rostro. Nepu tenía suerte de no ser capaz de sentir dolor en esos momentos, ya que si había algo que odiara la pelimorada era la falta de puntualidad, aunque aún le sobraba tiempo antes de tener que marcharse. "al menos pude meterme en los interrogatorios y ver otros tipos de dolor...No sabía que existía el dolor psicológico...- Pensaba la chica buscando una forma de desahogarse por su mal humor.
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Si, al parecer esa cosa era de la chica y se llamaba Mopu o Nepo... o como sea, el caso es que me contestó de forma bastante seca y, no bastando con eso se puso a hablar con su coso, el cual botaba sobre mi cabeza, ignorando mi presencia por completo. Ignorándoame, a mi, esto era insultante, y más cuando estaba a escasos 20 centímetros de ella, es más, le daba más importancia a ese moco que a mí. Mi paciencia estaba a su límite y a penas habían pasado escasos 42 segundos, no batía el récord de 23 segundos de Al, pero, sin duda, se trataba de una marca impresionante.
"Ignorarme de esta manera... ¡JAMÁS MORTAL ALGUNO PROFIRIOME TAMAÑA IGNOMINIA!" Exclamé mentalmente casi ciego de ira.
"Tranquilo Arthur... es sólo una niña, además eso de mortal lo debería haber dicho yo, tu eres también un mor..." Contestó Zinogre en mi mente
"SILENCIO... Esto no puede quedar así" Le interrumpí.
Mientras ella hablaba Con su Bepu, o como se llame, yo hablaba mentalmente con Zinogre, manteniendo mi postura, de pie, cada vez cabreándome más. Sin darme cuenta estaba usando mis poderes de forma inconsciente, irradiando energía térmica, lo que se traduce en que mi cuerpo estaba alcanzando grandes temperaturas, adoptando un aura rojiza mientras unas finas volutas de vapor empezaban a salir de mi cabeza.
Estaba a punto de estallar cuando, de pronto se escuchó una explosión en el exterior de la base. Unos segundos después sonó la alarma y los marines comenzaron a moverse de una lado para otro tomando posiciones. Al poco se escuchó la voz por los altavoces "A todas las unidades, estamos bajo ataque, la isla se encuentra bajo ataque de una fuerza desco-"
¿Qué estaba pasando? Un ataque ahora era algo ridículo, de todas formas la situación parecía ser seria por lo que me olvidé de esa ofensa y me enfrié.
-Tú. Acompáñame tenemos que ver qué ocurre- Dije de forma seria, tras eso comencé a correr hacia la salida más cercana con la intención de ver qué estaba pasando fuera.
"Ignorarme de esta manera... ¡JAMÁS MORTAL ALGUNO PROFIRIOME TAMAÑA IGNOMINIA!" Exclamé mentalmente casi ciego de ira.
"Tranquilo Arthur... es sólo una niña, además eso de mortal lo debería haber dicho yo, tu eres también un mor..." Contestó Zinogre en mi mente
"SILENCIO... Esto no puede quedar así" Le interrumpí.
Mientras ella hablaba Con su Bepu, o como se llame, yo hablaba mentalmente con Zinogre, manteniendo mi postura, de pie, cada vez cabreándome más. Sin darme cuenta estaba usando mis poderes de forma inconsciente, irradiando energía térmica, lo que se traduce en que mi cuerpo estaba alcanzando grandes temperaturas, adoptando un aura rojiza mientras unas finas volutas de vapor empezaban a salir de mi cabeza.
Estaba a punto de estallar cuando, de pronto se escuchó una explosión en el exterior de la base. Unos segundos después sonó la alarma y los marines comenzaron a moverse de una lado para otro tomando posiciones. Al poco se escuchó la voz por los altavoces "A todas las unidades, estamos bajo ataque, la isla se encuentra bajo ataque de una fuerza desco-"
¿Qué estaba pasando? Un ataque ahora era algo ridículo, de todas formas la situación parecía ser seria por lo que me olvidé de esa ofensa y me enfrié.
-Tú. Acompáñame tenemos que ver qué ocurre- Dije de forma seria, tras eso comencé a correr hacia la salida más cercana con la intención de ver qué estaba pasando fuera.
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Nepu se bajó de un salto de la cabeza de aquel a quien Heaten había denominado como "niño", segundos antes de que una fuerte explosión se escuchara a una distancia de medio kilómetro a su izquierda y cuatro coma quince metros sobre su cabeza. ¿Les estaban atacando? bueno, el hecho de que una alarma comenzara a sonar al poco de la explosión y el aviso interrumpido de la molesta voz que indicaba las ordenes que debían seguir indicaban que se trataba de un ataque, pero ¿Quién atacaría uno de los cuarteles generales de la marina? Eso mismo se preguntaba la pelimorada, en cuyo rostro una sombría sonrisa acababa de formarse, aunque como el "enanito" acababa de salir corriendo hacia una de las salidas al tiempo que le indicaba que debía seguirlo, nadie podría darse cuenta de aquello.
-Parece que tendremos algo de diversión, Nepu.- Comentó a la criatura que se había apegado a su ropa como si se tratara de una capa protectora, la cual cubría su tronco casi por completo. "Será mejor que no tarde en alcanzar al niño de antes, seguro que será divertido quedarme un rato con él." Se dijo a sí misma antes de echar a correr con su katana normal en la mano derecha. -Es una pena que Kuro no este aquí también...- Murmuró para sí misma, molestado a Nepu con el comentario, cosa que dejó clara con un "Hmp" en tono de enfado. no tardaron mucho en alcanzar al bajito marine de cabello rojo, quien hubiera sido fácil de reconocer aún si se encontraran en un mar de personas, quizá porque la gente a su alrededor parecía asustarse al verle. ¿Qué les causaba tanto temor? -¿Cuál es la situación?- Preguntó la pelimorada poniéndose a su lado al tiempo que guardaba la Katana normal y desenvainaba a Nepgear. Si iban a entrar en combate con un gran número de personas, esta sería de mayor utilidad.
-Parece que tendremos algo de diversión, Nepu.- Comentó a la criatura que se había apegado a su ropa como si se tratara de una capa protectora, la cual cubría su tronco casi por completo. "Será mejor que no tarde en alcanzar al niño de antes, seguro que será divertido quedarme un rato con él." Se dijo a sí misma antes de echar a correr con su katana normal en la mano derecha. -Es una pena que Kuro no este aquí también...- Murmuró para sí misma, molestado a Nepu con el comentario, cosa que dejó clara con un "Hmp" en tono de enfado. no tardaron mucho en alcanzar al bajito marine de cabello rojo, quien hubiera sido fácil de reconocer aún si se encontraran en un mar de personas, quizá porque la gente a su alrededor parecía asustarse al verle. ¿Qué les causaba tanto temor? -¿Cuál es la situación?- Preguntó la pelimorada poniéndose a su lado al tiempo que guardaba la Katana normal y desenvainaba a Nepgear. Si iban a entrar en combate con un gran número de personas, esta sería de mayor utilidad.
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La base era un completo caos, los marines se movían de un lado para otro, los reclutas esperaban órenes confusos, los oficiales un informe de situación que nunca llegaba, de todas formas, de manera instintiva todos sabían lo que hacer, salir a luchar. Corría por los pasillos de la base esquivando o apartando a todo aquel que tenía por delante tratando de visualizar la salida, a mi paso, las luces parpadeaban y las paredes temblaban al son de unas explosiones cada vez más cercanas.
Tras unos minutos corriendo llegué a la puerta que daba al arsenal. Al abrirla de par en par una luz anaranjada me cegó por un instante, se trataba de la luz de la guerra, el escaso brillo del sol del que se colaba por las nubes de humo y ceniza causadas por el fuego y la devastación. Cuando mis ojos se acostumbraron pude ver a un escuadrón de marines atrincherados en las gigantescas puertas del almacén. No durarían mucho ,a juzgar por los gritos, tenía la sensación de que pronto serían superados por un enemigo al cual todavía no había visto. Mis temores se hicieron realidad cuando unas figuras, aparentemente humanas sobrepasaron la barricada y se abalanzaron sobre ellos en forma de una masa frenética ahogando sus gritos en una marea de carne.
-¡EH!- Gritó Zinogre en mi mente -Muévete, como te quedes ahí parado nosotros seremos los siguientes.- Dijo sacándome de mi asombro.
-Gracias, no... no se que me ha pasado- Me disculpé un poco avergonzado por no haber sabido reaccionar como es debido.
-No pasa nada, pero ¿sabes lo que debemos de hacer no?- Me preguntó todavía un poco desconfiado.
-Si... Luchar- Dije en voz alta mientras transformaba el colgante en un glaive carmesí.
Me lancé de frente ante la masa de carne y tracé dos tajos amplios con mi arma, uno en vertical para atravesar todo lo que estuviera en mi trayectoria y otro en horizontal para apartarlos de mí. Tras eso comenzó una frenética lucha con aquellos seres, los cuales eran como cadáveres andantes, uno tras otro se lanzaban a por mí de forma salvaje, uno tras otro iba siendo rebanado en pedacitos por la afilada hoja de Zinogre. Cuando pensé que ya no quedaban alcé la vista y pude ver a más de ellos escalando torpemente la barricada, seguramente tuviésemos para rato.
-¡Os habla el capitán Arthur Silverwing! Todo aquel que sea capaz de portar un arma que se dirija al edificio principal y de atrinchere dentro, va a ser una batalla larga.- Hice una pausa mirando al creciente número de enemigos que se aglomeraban a la entrada del almacén. -Aquellos que deseen ayudar de verdad que tomen posiciones, yo iré al frente, no me vendría mal alguien para cubrir mis espaldas- Grité a los soldados. Para mi sorpresa una docena de ellos tomaron sus armas y se prepararon entre las cajas del almacén mientras el resto se retiraba.
Miré un momento atrás y pude ver a aquella chica, parecía que estaba lista para la batalla. Esperaba que fuese fuerte, sino sería una carga y no me apetecía tener que cuidar de nadie en esta situación.
Tras unos minutos corriendo llegué a la puerta que daba al arsenal. Al abrirla de par en par una luz anaranjada me cegó por un instante, se trataba de la luz de la guerra, el escaso brillo del sol del que se colaba por las nubes de humo y ceniza causadas por el fuego y la devastación. Cuando mis ojos se acostumbraron pude ver a un escuadrón de marines atrincherados en las gigantescas puertas del almacén. No durarían mucho ,a juzgar por los gritos, tenía la sensación de que pronto serían superados por un enemigo al cual todavía no había visto. Mis temores se hicieron realidad cuando unas figuras, aparentemente humanas sobrepasaron la barricada y se abalanzaron sobre ellos en forma de una masa frenética ahogando sus gritos en una marea de carne.
-¡EH!- Gritó Zinogre en mi mente -Muévete, como te quedes ahí parado nosotros seremos los siguientes.- Dijo sacándome de mi asombro.
-Gracias, no... no se que me ha pasado- Me disculpé un poco avergonzado por no haber sabido reaccionar como es debido.
-No pasa nada, pero ¿sabes lo que debemos de hacer no?- Me preguntó todavía un poco desconfiado.
-Si... Luchar- Dije en voz alta mientras transformaba el colgante en un glaive carmesí.
Me lancé de frente ante la masa de carne y tracé dos tajos amplios con mi arma, uno en vertical para atravesar todo lo que estuviera en mi trayectoria y otro en horizontal para apartarlos de mí. Tras eso comenzó una frenética lucha con aquellos seres, los cuales eran como cadáveres andantes, uno tras otro se lanzaban a por mí de forma salvaje, uno tras otro iba siendo rebanado en pedacitos por la afilada hoja de Zinogre. Cuando pensé que ya no quedaban alcé la vista y pude ver a más de ellos escalando torpemente la barricada, seguramente tuviésemos para rato.
-¡Os habla el capitán Arthur Silverwing! Todo aquel que sea capaz de portar un arma que se dirija al edificio principal y de atrinchere dentro, va a ser una batalla larga.- Hice una pausa mirando al creciente número de enemigos que se aglomeraban a la entrada del almacén. -Aquellos que deseen ayudar de verdad que tomen posiciones, yo iré al frente, no me vendría mal alguien para cubrir mis espaldas- Grité a los soldados. Para mi sorpresa una docena de ellos tomaron sus armas y se prepararon entre las cajas del almacén mientras el resto se retiraba.
Miré un momento atrás y pude ver a aquella chica, parecía que estaba lista para la batalla. Esperaba que fuese fuerte, sino sería una carga y no me apetecía tener que cuidar de nadie en esta situación.
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Los ojos azulados de la teniente, se asombraron al ver que aquel pequeñín no era tan "pequeño" al menos en cuanto a fuerza se trataba. Pero bueno, las apariencias engañan, y eso era algo que podía decir por propia experiencia, es decir...¿Quién pesaría que ella solo había vivido seis años? Pero bueno, dejando eso de lado, frente a ella se encontraba un escenario que sería considerado por su compañero de armas como "magnífico"...y quizá también para Noise, quien llevaba una temporada dormida a causa de la falta de actividad. "Supongo que es buen momento para que despiertes...Noise..." Dijo en su cabeza la voz de Eco, quien estaba dispuesta a cederle el control. "Aunque sabes las normas, nada de matar aliados...y quiero estar lo suficientemente despierta para obtener datos..." Ante lo que la otra parte de Heaten, Noise, contestó. "Lo sé, Lo sé...¡Pero deja que me divierta en paz!" Exclamó la contraria al tiempo que, fuera de su mente, los ojos de la joven de cabello violáceo se tornaban de color escarlata y una macabra sonrisa se formaba en sus ojos.
Tras esa pequeña charla interna, que duró casi todo el tiempo que el enanito había empleado para su discurso de guerra, el cual ella había ignorado para tratar asuntos "más importantes". Comenzó de nuevo la carga contra esas criaturas, carga a la que ella se unió, mostrando así su instinto asesino...De hecho, esperaba que sus compañeros no se molestaran al querer quedarse ella con la mayoría de...presas...La joven se lanzó al ataque, impulsándose en varios fragmentos de corindón que había ido generando de forma ascendente, para poder realizar un ataque desde arriba. -¡Será mejor que os apartéis u os cortaré a vosotros también!- Exclamó a modo de...¿Advertencia? Bueno, más que una advertencia era una afirmación. Es decir, a ella no le importaba quien muriera si no le era de utilidad. en fin.
Tras su aviso, o lo que fuera, la joven alzó su espada, sujetándola con ambas manos, por encima de su cabeza, antes de "caer", dispuesta a dar un tajo, en apariencia vertical, si no fuera por que su espada se transformó en un látigo en ese momento, para convertirse después en una espada aún más grande, de metal y corindón rojo, imbuido en Haki de armadura, que corto a la mitad de los nuevos enemigos que habían atravesado la barricada, cortándolos en diagonal, algunos por la cabeza, otros por el tronco...y así hasta llegar a los pies, antes de volver a quedar en el suelo, donde Nepu amortiguo gran parte de su caída, aunque siendo de corindón tampoco le era necesario. "¿Me mostrareis vuestro dolor?"
Tras esa pequeña charla interna, que duró casi todo el tiempo que el enanito había empleado para su discurso de guerra, el cual ella había ignorado para tratar asuntos "más importantes". Comenzó de nuevo la carga contra esas criaturas, carga a la que ella se unió, mostrando así su instinto asesino...De hecho, esperaba que sus compañeros no se molestaran al querer quedarse ella con la mayoría de...presas...La joven se lanzó al ataque, impulsándose en varios fragmentos de corindón que había ido generando de forma ascendente, para poder realizar un ataque desde arriba. -¡Será mejor que os apartéis u os cortaré a vosotros también!- Exclamó a modo de...¿Advertencia? Bueno, más que una advertencia era una afirmación. Es decir, a ella no le importaba quien muriera si no le era de utilidad. en fin.
Tras su aviso, o lo que fuera, la joven alzó su espada, sujetándola con ambas manos, por encima de su cabeza, antes de "caer", dispuesta a dar un tajo, en apariencia vertical, si no fuera por que su espada se transformó en un látigo en ese momento, para convertirse después en una espada aún más grande, de metal y corindón rojo, imbuido en Haki de armadura, que corto a la mitad de los nuevos enemigos que habían atravesado la barricada, cortándolos en diagonal, algunos por la cabeza, otros por el tronco...y así hasta llegar a los pies, antes de volver a quedar en el suelo, donde Nepu amortiguo gran parte de su caída, aunque siendo de corindón tampoco le era necesario. "¿Me mostrareis vuestro dolor?"
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La marea de cuerpos se abría ante los tajos de mi arma para volver a cerrarse con nuevos enemigos en un ciclo sin fin. Había algo raro en ellos, no sabía que los hacía moverse, uno no era un problena, se podía manejar bien incluso una docena, pero tantos estaban mermando nuestras fuerzas. Yo podría seguir un rato más, pero los hombres que habían quedado no lo tendrían tan facil cuando se acabase la munición de sus ametralladoras fijas.
Por lo menos aquella joven que me acompañaba era fuerte, sindo capaz de mantener a raya a la horda en su parte, era un alivio saber que era una usuaria, aunque algo en ella me parecía distinto a como era antes. Tras varios interminables minutos de batalla un sonido anunció lo inevitable, las ametralladoras se habían encasquillado, sin munición no teníamos fuego de covertura que contuviese a los enemigos.
-QUE TODOS LOS SOLDADOS SE RETIREN AL EDIFICIO PRINCIPAL- Grité. -No podemos resistir más en ensta posición. Tú, dije señalando a la chica, quédate aquí, los contendremos un par de minutos mientras los demás se retiran.- Ordené.
Justo después de esa orden ma marea de cuerpos pareció cesar, ¿Se habrían quedado sin refuerzos? Parece que no. Por encima de los cadáveres comenzaron a caminar figuras enmascaradas y armadas con armas de fuego. Tomando posición de ventaja por encima de nuestra cabezas comenzaron a disparar a discrección contra nosotros, parecía que la primera fuerza era para desgastarnos y la segunda para rematarnos. Comencé a girar mi arma a gran velocidad para rechazar los disparos y ponerme a cubierto tras unas cajas mientras pensaba en un plan. Acto seguido miré al maltrecho techo del almacen.
-Necesitaré que me cubras unos segundos, tengo un plan- Grité a mi compañera, la cual no parecía hacerme mucho caso.
Tras eso y, confiando en que me hubiese escuchado activé mi Trans Am durante unos segundos, un aura rojiza me envolvió mientras centraba las fuerzas en mis piernas. Cargué de frente hacia los enemigos, desviando los disparos con mi arma mientras destrozaba todo lo que hubiese por delante. Una vez encima de la pila de cuerpos de encargué de un par de ellos, acto seguido salté con todas mis fuerzas hacia el techo. Al llegar cerca de él usé mis poderes para calentar y enfriar rápidamente la estructura, debilitando el metal que la conformaba y transformando el almacén en una bomba de relojería. Tendríamos unos segundos antes de que colapse la estructura, con un par de giros en el aire aterricé en el suelo, dejando un par de marcas agrietadas en le hormigón por la fuerza del impacto.
-Será mejor que nos larguemos si no queremos quedar aplastados.- Le dije a mi compañera... espero que me hiciese caso, sino la tendría que llevar por la fuerza.
Por lo menos aquella joven que me acompañaba era fuerte, sindo capaz de mantener a raya a la horda en su parte, era un alivio saber que era una usuaria, aunque algo en ella me parecía distinto a como era antes. Tras varios interminables minutos de batalla un sonido anunció lo inevitable, las ametralladoras se habían encasquillado, sin munición no teníamos fuego de covertura que contuviese a los enemigos.
-QUE TODOS LOS SOLDADOS SE RETIREN AL EDIFICIO PRINCIPAL- Grité. -No podemos resistir más en ensta posición. Tú, dije señalando a la chica, quédate aquí, los contendremos un par de minutos mientras los demás se retiran.- Ordené.
Justo después de esa orden ma marea de cuerpos pareció cesar, ¿Se habrían quedado sin refuerzos? Parece que no. Por encima de los cadáveres comenzaron a caminar figuras enmascaradas y armadas con armas de fuego. Tomando posición de ventaja por encima de nuestra cabezas comenzaron a disparar a discrección contra nosotros, parecía que la primera fuerza era para desgastarnos y la segunda para rematarnos. Comencé a girar mi arma a gran velocidad para rechazar los disparos y ponerme a cubierto tras unas cajas mientras pensaba en un plan. Acto seguido miré al maltrecho techo del almacen.
-Necesitaré que me cubras unos segundos, tengo un plan- Grité a mi compañera, la cual no parecía hacerme mucho caso.
Tras eso y, confiando en que me hubiese escuchado activé mi Trans Am durante unos segundos, un aura rojiza me envolvió mientras centraba las fuerzas en mis piernas. Cargué de frente hacia los enemigos, desviando los disparos con mi arma mientras destrozaba todo lo que hubiese por delante. Una vez encima de la pila de cuerpos de encargué de un par de ellos, acto seguido salté con todas mis fuerzas hacia el techo. Al llegar cerca de él usé mis poderes para calentar y enfriar rápidamente la estructura, debilitando el metal que la conformaba y transformando el almacén en una bomba de relojería. Tendríamos unos segundos antes de que colapse la estructura, con un par de giros en el aire aterricé en el suelo, dejando un par de marcas agrietadas en le hormigón por la fuerza del impacto.
-Será mejor que nos larguemos si no queremos quedar aplastados.- Le dije a mi compañera... espero que me hiciese caso, sino la tendría que llevar por la fuerza.
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Los cuerpos seguían avanzando, más y más criaturas a las que Heaten ya consideraba como inhumanas por los datos que ofrecían, No se quejaban al ser cortados, sus movimientos no eran normales y su visión infrarroja no indicaba que tuvieran calor corporal. Solo le quedaba por descubrir si acaso su corazón latía, pero por desgracia para "Eco", quien sí estaba interesada. "Noise se había enfadado y descontrolado debido a la falta de dolor en ellos. -¡Morid, morid, MORID! ¡Si sois incapaces de sentir dolor no tenéis derecho ni de sufrir una muerte lenta!- Exclamó una vez los demás se habían marchado y solo quedaban en batalla el pequeñín, ella y Nepu. "Calmate, Noise..." Murmuró Eco en su cabeza, mientras aguantaba a la otra versión de Heaten haciendo una rabieta en su mente.
"¡NO QUIERO CALMARME!" Gritó esta, antes de llamar la atención de Nepu, volviendo a alzarse varios metros en el aire, haciendo flotar una superficie de corindón bajo sus pies. -¡Bien, te daré todo el tiempo que necesites, pequeñín!- Exclamó la chica con todo el descaro del mundo antes de combinar sus poderes con la elasticidad de Nepu para convertirlo en un arco, con el que comenzar a lanzar "flechas" de corindón que se convirtieron en una lluvia de agujas de dicho material que atravesaron los cuerpos de la oleada de sujetos, deteniendo su avance durante un rato.
Justo entonces, el enanito advirtió que debían marcharse para no quedar atrapados...¿atrapados? Pensaba que no pudiera arreglárselas bien contra esos insectos solo porque eran más en número? -No necesito que... Estuvo a punto de decir Noise, por suerte, Eco la detuvo pensando en el motivo lógico por el que había dicho que debían retirarse. El sonido que provenía del techo metálico indicaba que este iba a ceder pronto, cosa que podría derivar en que acabaran aplastados. No era como si ella fuera a morir por ello, gracias a su habilidad, pero tampoco tenía motivos para no hacerle caso. Heaten asintió y bajo desde su posición saltando de escalón a escalón de corindón, los cuales fue creando mientras descendía.
"¡NO QUIERO CALMARME!" Gritó esta, antes de llamar la atención de Nepu, volviendo a alzarse varios metros en el aire, haciendo flotar una superficie de corindón bajo sus pies. -¡Bien, te daré todo el tiempo que necesites, pequeñín!- Exclamó la chica con todo el descaro del mundo antes de combinar sus poderes con la elasticidad de Nepu para convertirlo en un arco, con el que comenzar a lanzar "flechas" de corindón que se convirtieron en una lluvia de agujas de dicho material que atravesaron los cuerpos de la oleada de sujetos, deteniendo su avance durante un rato.
Justo entonces, el enanito advirtió que debían marcharse para no quedar atrapados...¿atrapados? Pensaba que no pudiera arreglárselas bien contra esos insectos solo porque eran más en número? -No necesito que... Estuvo a punto de decir Noise, por suerte, Eco la detuvo pensando en el motivo lógico por el que había dicho que debían retirarse. El sonido que provenía del techo metálico indicaba que este iba a ceder pronto, cosa que podría derivar en que acabaran aplastados. No era como si ella fuera a morir por ello, gracias a su habilidad, pero tampoco tenía motivos para no hacerle caso. Heaten asintió y bajo desde su posición saltando de escalón a escalón de corindón, los cuales fue creando mientras descendía.
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Un estruendo sonó por todo el pasillo al mismo tiempo que un temblor anunciaba que el techo había colapsado, desplomándose sobre todo lo que qudase dentro. Una nube de polvo y cenizas se extendió por el pasillo haciendo que todos los presentes tuviesen que taparse la boca. Aquella chica había logrado salir de ahí, aunque parece que tuvo algunos problemas para asmilar que no era seguro quedarse en ese lugar.
-Me algra que estés bien, sin tí me hubiese sido más dificil hacer frente a esa situación sin... tomar una decisión estúpida.- Dije haciendo referencia a mi estúpido impulso de perderme en medio de las filas enemigas. -Será mejor que lleguemos al centro de mando para informar y tratar de ayudar con lo que podamos.
Con paso rápido pero decidido procuré abrir paso entre los marines que nos encontrábamos, atravesando túneles, pasillos y salas. Las explosiones se escuchaban en el exterior así como el inconfundible sonido de la batalla, aunque algo parecía distinto, no escuchaba el paníco de los hombres y el caos en las instalaciones se había reducido considerablemente. Pronto llegamos a la sala de mando de los pisos inferiores del cuartel donde pudimos reunirnos con el oficial al mando. En medio de la sala había un hombre, alto, robusto y con pinta de aguerrido, su rojiza melena mostraba algunas canas, miraba fijamente un plano del cuartel mentras sotenía un puro en su boca. Se trataba del contra-almirante Genjuro.
-Capitan Arthur Silverwing, señor.- H¡ce una pausa para dejar que mi compañera se presentase mientras hacía el saludo. -Hemos logrado detener su avance en los almacenes. Me gustaría saber en qué más podemos ayudar.
-Sobran las presentaciones joven, hemos sido capaces de veros por las pantallas. Vuestra temeraria actuación nos ha llamado la atención de su frente y nos ha servido para reagruparnos, ahora estamos planeando un contraataque, necesitamos todo el personal posible en la plaza central.
Durante los siguientes minutos nos dio los detalles del plan, básicamente atraeríamos la atención de su frente a la plaza central donde la artillería se encargaría de acribillarlos a todos. No se sabía porqué pero los barcos que los trajeron se habían retirado al verse superados por los refuerzos lo que dejaba posibilidad de que todo esto fuera un ataque para probar nuestra fuerza. Tras dejar las cosas claras nos pusimos en camino a nuestras posiciones, los muelles.
-Espero que seas capaz de dar un espectáculo como el de antes... ahora que no hay aliados arededor no hará falta contenerse- Dije a la vez que un aura rojiza volvía a envolver mi cuerpo y una serie de placas de hielo aparecían formando una especie de armadura parcial. -Recuerda nos quedaremos sólo hasta que seamos capaces de atraer a casi todos, tras eso correremos a la plaza.
-Me algra que estés bien, sin tí me hubiese sido más dificil hacer frente a esa situación sin... tomar una decisión estúpida.- Dije haciendo referencia a mi estúpido impulso de perderme en medio de las filas enemigas. -Será mejor que lleguemos al centro de mando para informar y tratar de ayudar con lo que podamos.
Con paso rápido pero decidido procuré abrir paso entre los marines que nos encontrábamos, atravesando túneles, pasillos y salas. Las explosiones se escuchaban en el exterior así como el inconfundible sonido de la batalla, aunque algo parecía distinto, no escuchaba el paníco de los hombres y el caos en las instalaciones se había reducido considerablemente. Pronto llegamos a la sala de mando de los pisos inferiores del cuartel donde pudimos reunirnos con el oficial al mando. En medio de la sala había un hombre, alto, robusto y con pinta de aguerrido, su rojiza melena mostraba algunas canas, miraba fijamente un plano del cuartel mentras sotenía un puro en su boca. Se trataba del contra-almirante Genjuro.
-Capitan Arthur Silverwing, señor.- H¡ce una pausa para dejar que mi compañera se presentase mientras hacía el saludo. -Hemos logrado detener su avance en los almacenes. Me gustaría saber en qué más podemos ayudar.
-Sobran las presentaciones joven, hemos sido capaces de veros por las pantallas. Vuestra temeraria actuación nos ha llamado la atención de su frente y nos ha servido para reagruparnos, ahora estamos planeando un contraataque, necesitamos todo el personal posible en la plaza central.
Durante los siguientes minutos nos dio los detalles del plan, básicamente atraeríamos la atención de su frente a la plaza central donde la artillería se encargaría de acribillarlos a todos. No se sabía porqué pero los barcos que los trajeron se habían retirado al verse superados por los refuerzos lo que dejaba posibilidad de que todo esto fuera un ataque para probar nuestra fuerza. Tras dejar las cosas claras nos pusimos en camino a nuestras posiciones, los muelles.
-Espero que seas capaz de dar un espectáculo como el de antes... ahora que no hay aliados arededor no hará falta contenerse- Dije a la vez que un aura rojiza volvía a envolver mi cuerpo y una serie de placas de hielo aparecían formando una especie de armadura parcial. -Recuerda nos quedaremos sólo hasta que seamos capaces de atraer a casi todos, tras eso correremos a la plaza.
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La chica siguió a su pequeño compañero hasta la sala de comando (ignorando completamente las felicitaciones de este, pues se encontraba en medio de una pelea interna en aquel momento), en la que los peces gordos parecían estar esperando sin hacer nada, observando únicamente como los reclutas y aquellos que se encontraban en medio de la conmoción cuando estos comenzó (como ellos dos).
"No entiendo por qué debemos seguir las instrucciones de este montón de inútiles si no está Kuro aquí. " Se quejó Noise en su cabeza, al tiempo que Eco suspiraba. "Ya hemos hablado de esto muchas veces. Como hemos acabado aquí dentro para poder estar con Kuro, debemos actuar de acuerdo a las ordenes de los superiores, como buenos soldados, al menos de momento. Además, ¿no te agrada el poder golpear sujetos en movimiento o hacerles daño sin repercusiones?" Contestó la parte más fría y calculadora de la chica. "¡LO UNO Y LO OTRO NO TIENEN NADA QUE VER! O sí....Quizá, pero ese no es el punto. Además, esas cosas no sufrían, no escuché ni un grito salir de sus bocas." Reprochó, hinchando sus mejillas imaginarias, al tiempo que en el exterior de su cabeza, el enanito que iba con ella se presentaba ante sus "superiores". "Además, estamos haciendo aquello que querían en ese estúpido laboratorio." Añadió Noise antes de que Heaten se presentase, sin hacer saludo alguno ante ellos. Eco no pudo contradecir lo que dijo.
Tras aquello, ambos escucharon el ingenioso y muy bien calculado plan, para el que había sido necesaria la ayuda de cientos de mentes brillantes, que consistía simple y llanamente en usarles de señuelos/escudos y armas de destrucción masiva mientras ellos se seguían escondiendo en su cuarto blindado. Y así acabaron allí, en medio de una plaza y rodeados de enemigos. -No te quedes atrás, chibi-chan, y acabemos cuanto antes.- Dijo la chica antes de sacar su espada y convertirla en látigo, girando con él y haciendo que de este salieran volando gran número de fragmentos de rubí, en forma de dagas, los cuales atravesaron a la mitad de la primera fila enemiga, dejándolos inutilizados.
"No entiendo por qué debemos seguir las instrucciones de este montón de inútiles si no está Kuro aquí. " Se quejó Noise en su cabeza, al tiempo que Eco suspiraba. "Ya hemos hablado de esto muchas veces. Como hemos acabado aquí dentro para poder estar con Kuro, debemos actuar de acuerdo a las ordenes de los superiores, como buenos soldados, al menos de momento. Además, ¿no te agrada el poder golpear sujetos en movimiento o hacerles daño sin repercusiones?" Contestó la parte más fría y calculadora de la chica. "¡LO UNO Y LO OTRO NO TIENEN NADA QUE VER! O sí....Quizá, pero ese no es el punto. Además, esas cosas no sufrían, no escuché ni un grito salir de sus bocas." Reprochó, hinchando sus mejillas imaginarias, al tiempo que en el exterior de su cabeza, el enanito que iba con ella se presentaba ante sus "superiores". "Además, estamos haciendo aquello que querían en ese estúpido laboratorio." Añadió Noise antes de que Heaten se presentase, sin hacer saludo alguno ante ellos. Eco no pudo contradecir lo que dijo.
Tras aquello, ambos escucharon el ingenioso y muy bien calculado plan, para el que había sido necesaria la ayuda de cientos de mentes brillantes, que consistía simple y llanamente en usarles de señuelos/escudos y armas de destrucción masiva mientras ellos se seguían escondiendo en su cuarto blindado. Y así acabaron allí, en medio de una plaza y rodeados de enemigos. -No te quedes atrás, chibi-chan, y acabemos cuanto antes.- Dijo la chica antes de sacar su espada y convertirla en látigo, girando con él y haciendo que de este salieran volando gran número de fragmentos de rubí, en forma de dagas, los cuales atravesaron a la mitad de la primera fila enemiga, dejándolos inutilizados.
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Los cuerpos volaban de un lado a otro, en medio de la masa de aquellos seres se podía saber perfectamente dónde me encontraba, sólo había que seguir el reguero de cadáveres. Por sí sólos cada uno de ellos no era una amenaza, pero en grandes grupos se volvían una fuerza considerable, por eso procuraba mantenerme en un movimiento constante mientras repartía tajos y hostias a todo lo que se movía... Y MIENTRAS ESA COSA BOTANDO EN MI CABEZA. En serio, le quitaba toda la seriedad a la situación, de lo único de lo que servía era para que me se viese por encima de la marea de cuerpos.
Por su parte aquella chica... la verdad es que la había perdido de vista, pero a juzgar por el sonido de lucha, carne siendo machacada y huesos rompiéndose, juraría que estaba bien. Pero ahora no era tiempo para pensar en eso, poco a poco se iban agurpando cada vez más en nuestra posición, haciendo cada vez más difícil el moverse. A los pocos segundos una muralla de cuerpos se abalanzaba sobre mí como una ola de carne que amenazaba con aplastarme entre sus brazos, piernas, y mandíbulas. Lo siguiente que noté fue una gran presión encima y la oscuridad, aunque gracias a mi haki y a la armadura estaba protegido de aquellos seres. Poco a poco fui absorbiendo el calor de sus cuerpos, dejándo inmóviles a los más cercanos, generando una cúpula de cadáveres helados alrededor mío. Noté algo debajo de mí, estaba haciendo ruiditos y temblando. Una sonrisa se dibujó en mi cara.
-Enhorabuena. Por fin vas a ser algo útil.
Agarré a aquella cosa y moví mi brazo rápidamente, haciendo que su cuerpo se estirase, tras eso lo imbuí en haki de armadura.
Desde el exterior el montón de cuerpos que se retorcía sobre mí comenzó a convulsionarse y a palpitar, al principio de forma lenta, luego cada vez más rápido. Tras unos segundos estalló lanzando cuerpos por los aires y dejñandome unos metros libres para respirar. En la mano derecha empuñaba a Zinogre, en la Izquierda a aquella cosa gelatinosa, que ahora era sólida y tenía un brillo azabache. Parecía una espada y la cara de asombro se había quedado plasmada en lo que sería el mango de ésta. Alcé la cabeza para ver la vengala roja que indicaba el comenzo de la segunda fase de la operación.
-Es la hora. A mover el culo si no quieres acabar en pedazos.
Al otro lado del puerto, una torreta con dos cañones comenzaba a girar apuntando a nuestra posición, supuestamente esperaría a que nos fuésemos, pero no me fiaba. Comencé a correr en dirección al cuartel, lanzando tajos con ambas armas, abriéndome paso como una bala de cañón. Al llegar al lado de la chica le recordé que nos teníamos que ir al mismo tiempo que las primeras explosiones se sucedían a una docena de metros. En cuanto llegásemos a la plaza supuestamente estaríamos a salvo.
Por su parte aquella chica... la verdad es que la había perdido de vista, pero a juzgar por el sonido de lucha, carne siendo machacada y huesos rompiéndose, juraría que estaba bien. Pero ahora no era tiempo para pensar en eso, poco a poco se iban agurpando cada vez más en nuestra posición, haciendo cada vez más difícil el moverse. A los pocos segundos una muralla de cuerpos se abalanzaba sobre mí como una ola de carne que amenazaba con aplastarme entre sus brazos, piernas, y mandíbulas. Lo siguiente que noté fue una gran presión encima y la oscuridad, aunque gracias a mi haki y a la armadura estaba protegido de aquellos seres. Poco a poco fui absorbiendo el calor de sus cuerpos, dejándo inmóviles a los más cercanos, generando una cúpula de cadáveres helados alrededor mío. Noté algo debajo de mí, estaba haciendo ruiditos y temblando. Una sonrisa se dibujó en mi cara.
-Enhorabuena. Por fin vas a ser algo útil.
Agarré a aquella cosa y moví mi brazo rápidamente, haciendo que su cuerpo se estirase, tras eso lo imbuí en haki de armadura.
Desde el exterior el montón de cuerpos que se retorcía sobre mí comenzó a convulsionarse y a palpitar, al principio de forma lenta, luego cada vez más rápido. Tras unos segundos estalló lanzando cuerpos por los aires y dejñandome unos metros libres para respirar. En la mano derecha empuñaba a Zinogre, en la Izquierda a aquella cosa gelatinosa, que ahora era sólida y tenía un brillo azabache. Parecía una espada y la cara de asombro se había quedado plasmada en lo que sería el mango de ésta. Alcé la cabeza para ver la vengala roja que indicaba el comenzo de la segunda fase de la operación.
-Es la hora. A mover el culo si no quieres acabar en pedazos.
Al otro lado del puerto, una torreta con dos cañones comenzaba a girar apuntando a nuestra posición, supuestamente esperaría a que nos fuésemos, pero no me fiaba. Comencé a correr en dirección al cuartel, lanzando tajos con ambas armas, abriéndome paso como una bala de cañón. Al llegar al lado de la chica le recordé que nos teníamos que ir al mismo tiempo que las primeras explosiones se sucedían a una docena de metros. En cuanto llegásemos a la plaza supuestamente estaríamos a salvo.
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La Teniente miró entre asombrada y molesta al enano que acababa de emplear a Nepu como una espada, puesto que hasta entonces ella había sido la única persona con la que este había luchado. Era su compañero de armas, y que otros jugaran con él a su antojo era equivalente a que un niño le quitara a ella, una niña pequeña, su muñeca favorita. En esos casos podían suceder dos cosas: O que la niña echara a llorar o que se enfadara y golpease a dicho niño. Y Heaten no había llegado a derramar una sola lágrima desde que tenía memoria. Hablando de memoria, una bombillita pareció encenderse en aquel momento. Llevaba tiempo pensando que el nombre de aquel chibi le era familiar. Por lo visto era el amigo de aquel hombre rubio que en su día en el reino de Sakura se puso a hacer cosas incoherentes antes de marcharse sin más, pero tampoco era algo que a Noise le afectara mucho. "Bien, si es él, le preguntaré porque su amigo hizo eso...¡Si es que sigue vivo tras esto!"
La chica saltó hasta el centro de la plaza, aplastando con una plataforma de corindón a todo zombie que hubiera debajo, antes de empezar a crear una cúpula a su alrededor, de color carmesí, imbuida en Haki de armadura, la cual comenzó a expandirse de la manera más rápida que la chica logró ir fabricando el corindón, no era muy gruesa, pero si lo suficientemente resistente como para que no se rompiera si no usaban Haki y algo capaz de cortar corindón de dureza 9. No solo eso, sino que en la superficie de la cúpula, comenzaron a surgir pinchos. si aquellos seres no morían aplastados, serían atravesados. Era una forma rápida de acabar aquello. Solo esperaba que el pequeño no muriera, o no mucho.
La chica saltó hasta el centro de la plaza, aplastando con una plataforma de corindón a todo zombie que hubiera debajo, antes de empezar a crear una cúpula a su alrededor, de color carmesí, imbuida en Haki de armadura, la cual comenzó a expandirse de la manera más rápida que la chica logró ir fabricando el corindón, no era muy gruesa, pero si lo suficientemente resistente como para que no se rompiera si no usaban Haki y algo capaz de cortar corindón de dureza 9. No solo eso, sino que en la superficie de la cúpula, comenzaron a surgir pinchos. si aquellos seres no morían aplastados, serían atravesados. Era una forma rápida de acabar aquello. Solo esperaba que el pequeño no muriera, o no mucho.
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Esto no es bueno, esto no es bueno. Es lo único que pensaba mientras corría a todo velocidad hasta llegar a la zona "segura". Me seguían aquella horda sin aliento, las explosiones y, esperaba que aquella chica. Miré hacia atrás y pude ver lo que me recordó bastante a una demente herramienta de masacre. Aquella cosa estaba rebanando todo lo que se le acercaba y, si no tenía cuidado yo acabaría igual. Era algo curioso, mientras pensaba todo eso yo no era algo muy diferente, abriéndome paso a tajo limpio.
Al fin llegamos a la plaza, estaba vacía excepto por unas cuantas barricadas en la parte mas periférica. Aquella masa de cuerpos me seguía de cerca, hice un sprint lo más rápido que pude y me situé en un lugar seguro tras las barricadas. Me giré para mirar a aquella chica, ¿Como se llamaba? Daba igual. Dejé de usar el haki en aquel moco vivo y lo lancé hacia su dueña.
-Piensa rápido. Grité.
Tras eso miré a los soldados, todos ellos estaba preparados para la acción. A la orden del mando todos ellos asomaron sus armas y dispararon sobre la horda. Los cuerpos caían ante la lluvia de fuego de rifles, ametralladoras y cañones. Cuando el humo se disipó no parecía quedar más que cachos de cuerpos en llamas.
Pasaron las horas y los marines fueron limpiando aquel amasijo de carne antes de que su olor se impregnase en toda la base. Por nuestra parte recibimos un sermón de "bla bla bla... gracias por vuestro heróico acto, bla bla bla... investigar el suceso bla bla bla" Todo muy formal y aburrido para simplemente darnos permiso para irnos a descansar. Estaba apunto de salir de la sala cuando, de pronto llegó uno de los marines, tenía una cara pálida y traía un comunicado el cual pasó a toda prisa a su superior. Al leerlo su cara palideció y arrugó el papel con una furia mal contenida.
-Decidles a los hombres que se preparen... Estamos en guerra con Hallstat.
Al fin llegamos a la plaza, estaba vacía excepto por unas cuantas barricadas en la parte mas periférica. Aquella masa de cuerpos me seguía de cerca, hice un sprint lo más rápido que pude y me situé en un lugar seguro tras las barricadas. Me giré para mirar a aquella chica, ¿Como se llamaba? Daba igual. Dejé de usar el haki en aquel moco vivo y lo lancé hacia su dueña.
-Piensa rápido. Grité.
Tras eso miré a los soldados, todos ellos estaba preparados para la acción. A la orden del mando todos ellos asomaron sus armas y dispararon sobre la horda. Los cuerpos caían ante la lluvia de fuego de rifles, ametralladoras y cañones. Cuando el humo se disipó no parecía quedar más que cachos de cuerpos en llamas.
Pasaron las horas y los marines fueron limpiando aquel amasijo de carne antes de que su olor se impregnase en toda la base. Por nuestra parte recibimos un sermón de "bla bla bla... gracias por vuestro heróico acto, bla bla bla... investigar el suceso bla bla bla" Todo muy formal y aburrido para simplemente darnos permiso para irnos a descansar. Estaba apunto de salir de la sala cuando, de pronto llegó uno de los marines, tenía una cara pálida y traía un comunicado el cual pasó a toda prisa a su superior. Al leerlo su cara palideció y arrugó el papel con una furia mal contenida.
-Decidles a los hombres que se preparen... Estamos en guerra con Hallstat.
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