Invasión en el nuevo complejo de ciencias (Pasado-privado-Zamira-Nocturne93-Trinidad212-Xiahou Dun-Levarem Ougi)

-Se les acaban las escusas para mandarme lejos...

No era una queja, tan solo un comentario a uno de los compañeros que tenía en el navío, de camino hacia aquellas extrañas instalaciones de la división científica del gobierno. Ese tipo se rió, yo también solté una risotada, pero por otro lado sentía que en ocasiones querían mantenerme alejado del cuartel, siempre me mandaban a misiones tontas, como si dudasen de mi capacidad todavía. Soy un teniente, y aun así en mis misiones estoy más tiempo de viaje que actuando en una misión. Me sentía algo despreciado en parte.

No obstante se compensaba con las risas que me echaba con algunos compañeros de navío. La mayoría de las veces, descartando al capitán del barco, yo era el marine de más alto rango, y eso a muchos se les podría subir a la cabeza. No obstante estar en un barco, quieto, sin hacer nada, encerrado en mi camarote, dando órdenes... Eso no va conmigo, prefería estar junto a los reclutas trabajadores, echarles una mano, hacernos unas risas y pasar el tiempo lo más ameno posible. Lo que más gracia me hacía era la cara de asombro de unos cuantos cuando veían que me juntaba con ellos como si fuera un recluta más. Que tampoco es que sea un alto cargo, pero entre reclutas y cabos tengo ciertos privilegios, los cuales no me gusta aprovechar.

Ya estábamos llegando, allí delante de mí estaba el complejo de investigación. Mi misión era simple. echar una mano en las tareas de seguridad. En otras palabras, actuar como vigilante de seguridad en el complejo y cuando acaben un proyecto fuerte escoltarles en la entrega hacia Mariejois. Una tarea sencilla, tanto como aburrida. Pero al fin y al cabo, una misión es una misión, y debía cumplirla pasase lo que pasase. Hoy me sentía especialmente alegre, no sabía por qué. Algo me decía que iba a ser un gran día. Aunque ya era de noche.

El barco atracó, yo me despedí de aquellos marines y desembarqué camino hacia el complejo. Antes de entrar por la puerta, el barco ya estaba dando media vuelta. Sabía que había gran cantidad de reservas para este viaje. ¿Pero ni siquiera iban a descansar esa noche allí? Qué raro, les habrán metido un petardo por el culo para que vayan más a prisa. Que estrés debe de ser el mero hecho de ser un capitán de barco. Esperaba que nunca me encomendasen un cargo así.

Entré por la puerta principal y lo primero que vi fue una caseta, al parecer de la seguridad del recinto. Me asomé por la puerta y lo primero que vi fue un hombre doliendose del hombro. Se habría dado un buen golpe.

-Buenas noches caballero.
-Hola -respondió algo tosco.
-Soy Kimura Hayate, destinado desde la marina para ayudar en las tareas de seguridad.
-¿Más marines? Sabemos defendernos, gracias.
-Puede ser. Y créame que no lo niego -le miré fijamente el brazo con un gesto irónico-. No obstante he sido enviado aquí, y es mi misión ayudar. De modo que si pudiera decirme dónde se me necesita...
-Tira al comedor. Por esta puerta de delante, en el pasillo gira a la derecha y la mesa del fondo, ahí hay muchos como tú.

No le di ni las gracias, asentí con la cabeza con un pequeño gesto y seguí sus indicaciones. Parecía algo mosqueado por algo, y algo me decía que tenía que ver con el dolor de su hombro. Me reí de camino hacia aquél lugar, siguiendo sus indicaciones. Parece ser que hay unos cuantos marines aquí vigilando. Parece que mis superiores no tienen toda su fe depositada en ellos, si hay tantos compañeros de la marina aquí, es por que más que proteger les tienen en vigilancia. Ahora entiendo más el hecho de que me hayan enviado aquí. Tal vez en mitad de mis tareas deba investigar algo de por aquí dentro. Debo descubrir aquello que desean saber mis superiores. Que rabia me da que me den la información a medias.

Antes de llegar a la primera puerta me crucé con una mujer, lo primero que me di cuenta era que se trataba de una mujer bastante alta, más que yo. Aunque bien es cierto que mi estatura es aproximadamente la media, pero esta mujer era muy alta. Parecía algo cansada. Algo me dice que el estar por aquí no va a ser nada fácil con tanta gente de mal humor. Aunque bueno, las apariencias engañan, tal vez no es lo que parece esta mujer. Eso si, no parecía ser mayor que yo en cuanto a edad, no sabría decir una edad exacta, pero no estaría muy lejos de mí. Y si algo más podía destacarse era que no es que fuera una mujer fea, más bien al contrario.

-Buenas noches señorita.

Saludé cortés mientras continuaba mi camino, tampoco quería meterme donde no me llamaban, y tan solo le di las buenas noches y me dirigí hacia el comedor. Una vez llegué pude ver a varias personas, no muchas, pero observé que tres marines me miraron y saludaron al ver mi distintivo de teniente, el cual lo tenía como un brazalete atado en el brazo izquierdo. Les devolví el saludo, me pedí un café y me senté con uno de esos marines, quien no estaba solo.

-Buenas noches caballeros. Acabo de llegar, me gustaría que me informasen de cómo está la situación por aquí. A poder ser claro está.

      Y ahora...

Había sido una dura noche pero al fin estaba frente a mi catre, era duro nada cómodo pero en estas circunstancias era lo ideal para dejar este mundo de pesadilla por lo menos unas 4 o 5 horas antes de iniciar mi turno. Estaba quitándome, mis armas dejándolas sobre el baúl que estaba junto a mi cabecera, usualmente estaba Hator revoloteando por el lugar pero creo que estaba aun más aburrido que yo de estas instalaciones ya que no lo había visto en uno o dos días. Seguramente debía estar volando por los alrededores libre, a que bella idea libre de todas estas ataduras y deberes.

Era afortunado sin duda, una vez estuve cómoda me dispuse a dormir ya recostada sobre el catre, debo decir que había un silencio de muerte ya que eramos pocos, era evidente que la mayoría de los reclutas de la instalación eran destinados al turno nocturno, los demás camastros pertenecía a los grupos de ciencias pero ellos poco o nunca subían a esta área, siempre ocupados trabajando. Ahora en aquel lugar solo habían 10 personas la mayoría era marines, pues solo dos eran colegas guardianes y no es que me llevara mucho con ellos.

Pensando en estas cosas fui conciliando el sueño, hasta que de repente un ruido del den den mushi que me asignaron me despertó. Era el guardia de la caseta, ese tipo no hacia más que fastidiarme, seguramente por las incontables veces que le había golpeado y por aquella vez que lo rachase ante todo el comedor, la única vez que lo vi lleno de comensales. Desde entonce acostumbraba a llegar tarde a relevarme o a llamarme por tonterías como era el caso para esta noche.

-Bueno aquí Zamira, que rayos quieres- dije con un tono algo molesto.

-Zamira lamento molestarte pero tenemos un problema en uno de los conductos una de las luces de emergencia se ha encendido, parece que de nuevo entraron una de esas ardilla o ratas de nieve a los conductos de ventilación, necesito que enciendas los ventiladores a alta velocidad y las ahuyentes cuando salgan. Yo iría pero no te gusta que use el incinerador.

En verdad era un cretino aquel tipo y es que falta decir que en cuanto se entero que me gustaban los animales amenazo varias veces con incinerar a las ardillas y ratas de nieve que entran a los ventiladores, usando ese pretexto ahora me hace a mi limpiar esos malditos respiraderos pero en fin todo sea por esos animalitos ya me las pagara luego. Si mas confirme que iría a verificar, me dispuse a tomar mi equipo y salí rumbo a la bodega para encender los ventiladores, los cuales desembocaban en la pare de atrás de la bodega, el ducto estaba entre el despacho 1 y el área administrativa.

Al pasar junto a la caseta de vigilancia aquel cretino me lanzo un saludo y una sonoriza de sadismo, le hice un mueca imitando una sonrisa y murmure para mis adentros-Muérete imbécil pero ya veras tendré mi oportunidad de acerté llorar- mientras pensaba en esto, llegue a la bodega, la cual tenia en su interior la pólvora de los años que todavía no entregaban, algunos rifles los cuales superaban por mucho el numero de manos que podían usarlas.  Al mismo tiempo se abarragana sogas, palas, catres y equipo de entrenamiento, entre otras cosas. Pronto divise la pequeña consola, que estaba llena de botones, cerré las todas las compuertas y forme de esta forma un camino que llevara al exterior aquellos animalitos.

Sin mas apreté el botón del ventilador principal que era usado para retirar el oxigeno del área del ascensor, si llegara haber algún incendio ya que al girar tan fuertemente producía un basia que extraía todo el oxigeno de los conductos superiores y del cubo del ascensor, pero ahora era usado para empujar así afuera a las ardillas y ratas de nieve que entraban a los conductos. Sin mas que hacer en la bodega, salí no sin antes poner la contraseña que solo el personal sabia, terminado esto me dirigí al conducto de donde saldrían los animales que se hubieran metido.

Esta tarea era algo que no tenia que hacer pero me gustaba comprobar que salieran con bien de aquellos conductos, pues el aire en su interior era verdaderamente fuerte y a veces se lastimaban algunos al salir. Sin mas me pare ante conducto que ya dejaba sentir la fuerte corriente de aire, ahí parada me limite a esperar usualmente toma unos segundos a que salgan, luego de ver que estuvieran bien me iría a dormir, si es que me dejaban hacer lo.

-Esto es una mierda. No hay nada que hacer. Llevamos aquí días y no ha pasado nada. Para colmo algunos nos desprecian por ser marines. Se creen que queremos robarles su trabajo e ideas.
-No tiene sentido. Al fin y al cabo estos científicos trabajan para el gobierno mundial, y es el gobierno quien nos proporciona tecnología en ocasiones. Por no decir que no hay grandes secretos en cuanto a las tecnologías empleadas.
-Ya bueno. Será que no quieren que lo sepamos antes que ellos... O que están escondiendo algo.

Sonreí. Era justo lo que quería escuchar. Sabía que no era el único que lo pensaba, y estos hombres que ya habían estado aquí parecían tener la información necesaria para aventurarse a decir eso. Parece que ciertos científicos no se han portado como deberían.

Miré la hora. Hacía ya cerca de tres horas que había llegado. Era hora de hacer una inspección a fondo por todo el recinto, necesitaba saber los recovecos, entradas y salidas al complejo. Por lo que me levanté y comencé a caminar hacia el exterior. La entrada ya la conocía, por lo que fui directamente hacia allí. A mano izquierda parecía haber lo que eran unos dormitorios. Sería para el personal de allí. En unos dormitorios no había gran cosa, tan solo la entrada y catres. Si acaso alguna ventana, por lo que prefería ir hacia el lado opuesto, a la izquierda de la entrada principal, ahora lo que era mi derecha.

Lo primero que me percaté es que la puerta estaba ya abierta. Observé hacia el puesto del encargado de seguridad. No parecía estar muy atento a través de la ventanilla. Me aproximé tranquila pero cautelosamente y me asomé por la puerta. Al ver lo que vi me descubrí. Era la bodega, donde se guardaban todas las armas y pólvora. Pero lo más curioso es que estaba aquella mujer con la que me había encontrado anteriormente. Una mujer observando a través de lo que parecía ser un conducto de ventilación.

-Disculpe señorita. ¿Puedo ayudarla?

No la conocía, no sabía siquiera si sería de aquí. Pero estaba mirando muy atentamente hacia los conductos de ventilación. Desde luego no parecía ser muy normal. Por otra parte podría ser alguna comprobación, una limpieza... No lo sabía, pero prefería asegurarme.

Mientras me encontraba esperando a que salieran aquellos animales del ducto de ventilación un hombre se me acercó, gire levemente la cabeza y note que era el mismo marino que había saludado minutos antes, quitado de la pena  me pregunto si requería ayuda, supuse al ver su rostro que era de los recién llegados pues no recordaba verlo antes y es que una base tan pequeña quieras o no te terminas aprendiendo al menos la facciones de sus miembros. Me dispuse a contestar a su pregunta mientras regresaba la vista al ducto – No te preocupes, créeme no estoy haciendo nada emocionante, se podría decir que son labores de rutina o algo así veras usualmente entran alguna ratas de nieve y ardillas a los ductos de ventilación y como soy la domadora del lugar pues ese es mi importante...

No pude terminar de decir nada más en ese justo momento un bulto bastante grande choco contra mí,  provocando que levemente perdiera el equilibrio al empujarme hacia atrás, cuando me recupere del asombro note que era un hombre, el cual me dio la impresión de que estaba todo sucio debido al polvo de las ventilas, además llevaba ropa de invierno, entre sus cosas que ahora estaban dispersas en el suelo note de reojo una lámpara, una soga, una cámara y unos prismáticos. El hombre se puso de pie y con un tono irritado nos preguntó que sobre él porque habíamos actuado de la forma que habíamos actuado, nos argumentó que según alguien le había instruido sobre que no correría peligro mientras limpiara los conductos y que los ventiladores estarían apagados.

Sonreí ante su palabras – Bueno amigo veo muy difícil de creer tu historia veras primero son las 3 de la madrugada y nunca he sabido que se limpien doctos a esa horas de la noche y segundo si asi fuera considero pertinente usa una lámpara, para alumbrarse pero para que necesitaría una campar, una soga y unos prismáticos, solo digamos que ahí adentro no creo hayan paisajes muy hermosos o usted que opina Marine- dije mientras veía al hombre ante mí – Pero que no se diga que no doy el beneficio de la duda  amigo usted  quedara bajo custodia de cuartel hasta que se aclarezcan sus intenciones, si no opone resistencia y bien con nosotros entonces esta un paso más de cerca de que le creamos, creo que ahora si requiero de su ayuda para escoltar al sospechoso y no tengo con migo mis esposas pero si usted trae un par serían muy útil- dije mientras esperaba a ver como evolucionaba la situación.

Estaba claro que si el hombre era inocente no dudaría en ponerse bajo custodia, la verdad es que a estas alturas pudiera ser cierta su historia y solo era una mala broma de tipo que estaba actualmente en la caseta, ya me la había jugado antes  con ese pésimo sentido de humor, por tipo como ese luego por eso bases como estas son fácilmente invadidas.

Aquella mujer me dijo que era una labor rutinaria, se estaba encargando de limpiar los conductos de pequeños animales que en ocasiones se cuelan, puesto que debido a su profesión y afinidad a los animales le toca a ella ejercer dicha labor. Suena lógico. Los condunctos de ventilación deben de ser algo más caldeados que el exterior, y es una entrada para pequeños animales. Los pobres tan solo buscan el calor, sobrevivir.

No obstante, mientras me estaba explicando eso, un hombre la embistió. Había salido de los conductos... A estas horas de la noche, eso solo podía significar una incursión enemiga. La domadora se encargó de dejárselo bien claro sin necesidad de que yo tuviera que decirle nada, inclusive pidió mi opinión al respecto.

Yo tan solo sonreí y asentí antes de decir unas palabras obvias.

-He venido aquí para asegurarme de que no hayan problemas. No puedo dejar pasar algo así. Si su versión es cierta, entonces podrá proporcionarnos el nombre de quien le haya mandado dicha tarea. Espero que colabore, no quisiera despertar a toda esta buena gente a altas horas de la noche.

Me aproximé para evitar que aquél tipo hiciese alguna estupidez. Si era un infiltrado sería capaz de cualquier cosa, como por ejemplo amenazar a la chica. Pero intentaría que no fuera así. Llegué hasta él y le hice un gesto a la mujer como dándole paso a que encabezara ella la marcha hacia donde quisiera llevar al "inquilino". Después iría el sospechoso y detrás, muy cerca y controlándole yo.

No había hecho más que llegar aquí y ya me habían hablado mal del lugar y me había encontrado con éste percal. Ahora entiendo la preocupación de la marina al enviar constantemente soldados a éste lugar. Realmente comenzaba a pensar que aquí se escondía algo digno de ocultar a cualquiera.

El hombre pareció confundido y desorientado luego balbuceo el nombre incompleto de quien según él lo había contratado para limpiar los ductos de ventilación, en ese momento y tras sus respuestas mis sospechas se incrementaron, según él se había programado para trabajar una hora, pero aun si hubiera iniciado a las 8 de la noche ya era demasiado tiempo, aun si se hubiera perdido al interior de los ductos se supone que este es su oficio y en algún punto tubo que solucionarlo. Cambia la posibilidad de que se hubiera dormido y por su lenguaje corporal podría estar ebrio, por lo cual se había quedado dormido al interior, pero todo esto no tenía sentido la alarmas estaban activadas y hubiera sonado desde hacía mucho, comencé a cuestionarme las posibilidades pero me mantuve firme en lo que era la prioridad.

-Bien amigo usualmente no me hubiera importado que no supieras el apellido de quien te contratara y quizás te hubiera creído aquel cuento, pero resulta que me han despertado de madrugada para sacar algunos roedores de los ductos y me vengo a encontrar contigo deambulando por los ductos, por lo tanto....- el hombre coloco su manos en mi hombro y dijo sínicamente que nos olvidáramos de todo lo que habíamos visto-Esto es todo, vendrás con nosotros y resolveremos de una forma u otra vienes o tendremos que someterte a la fuerza, creo que hemos sido muy pacientes ahora suéltame- Le quite la mano del hombro y tras esto el marine llego hasta donde yo estaba parada y me indico con las manos que fuera por delante de aquel individuo.

Eso era todo para aquel hombrecillo ahora lo escoltaría directamente a la sala de juntas la cual era usada como sala de interrogatorio, El marine me dio a entender que el estaría en la retaguardia sin perder tiempo le comente-Si tienes tus esposas seria bueno que lo esposarás para que no de problemas, iremos a la sala de juntas es donde hacemos nuestros interrogatorios- Dicho esto último me puse al frente avance dos paso y me di media vuelta para ver como marchaba la situación por si mi compañero requería ayuda con el prisionero, pero era evidente que aquel hombre era uno de esos perros viejos del mar y un hombre como aquel que teníamos frente a nosotros no sería ningún problema, cuando seguramente estaba acostumbrado a tratar con individuos mucho más fuertes y hostiles.

Aproveché la oportunidad para llamar a Hator pues pensé que unos ojos desde las alturas no serían malos, silbe tres veces pero mi compañero no llego, al parecer estaba profundamente dormido, no di mayor interés a esto último era justo que al menos uno de los dos durmiera un poco más. De pronto me percate que el clima comenzaba a cambiar unos copos de nieve comenzaron a descender lentamente, mientras el viento soplo una ráfaga de aire gélido, si no estaba mal y por mi experiencia en un par de horas abría una verdadera tormenta invernal, pero para este punto esperaba estar de nuevo en cama o por lo menos al interior de fuerte.