Tenzo
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Hacía poco menos de 2 semanas desde que Tenzo aceptó la invitación de unirse al CP. En ese tiempo, aprendió sobre ellos, conoció a ciertos superiores y reclutas en su misma posición, le explicaron cuáles eran sus funciones, trabajos… Pero lo más importante, escuchó sobre un arte marcial, Rokushiki, el cual usaban ciertas personas dentro de la organización. Aquello lo fascinó, por lo que había oído se trataba de habilidades que otorgaban súper velocidad, resistencia, reflejos e incluso la capacidad de volar, entre otras cuantas.
Llevaba días deseando ser sometido a algún tipo de prueba, para poder promocionar y que le desvelasen el secreto de aquellas técnicas, pues deseaba comenzar a entrenarlas.
Aquella mañana, fue citado por el mandamás del lugar. Tras ponerle al día, procedió a explicarle los detalles de la misión que le habían encomendado.
- Se trata de una banda que lleva tiempo incordiando en el East Blue, hasta ahora no nos suponía ninguna amenaza, pero los últimos informes dicen que sus fuerzas han aumentado drásticamente en las últimas semanas, y que se han hecho con el control de Villa Cocoyasi, la cual es ahora su base de operaciones. El líder es conocido Naraku, un pistolero que posee una recompensa de 20 millones sobre su cabeza. Pero cuidado, hay rumores que hablan sobre un arma secreta que les hace ganar cualquier contienda. Creemos que tienen relación con el Ejercito Revolucionario, es por eso que debemos detenerlos.
Partirás inmediatamente en una de nuestras embarcaciones, la numero 1, junto a otros 50 agentes de rango bajo. Vuestro oficial al mando será El Cid, un agente veterano. No le hemos dicho de que trata la misión, así que coge estos papeles y espéralo en el barco, entrégaselos en cuanto llegue.
Suerte.
El joven gigante no dijo demasiado, cogió los papeles, se despidió y fue hacia el puerto.
Pocos minutos después, ya se encontraba a bordo del barco que le correspondia, los 50 agentes ya parecían estar listos para zarpar, solo faltaba el capitán. Tenzo apretaba con una mano su martillo, mientras con la otra sostenía el cartel de “se busca” de Naraku, emocionado, era su oportunidad de promocionar…
Llevaba días deseando ser sometido a algún tipo de prueba, para poder promocionar y que le desvelasen el secreto de aquellas técnicas, pues deseaba comenzar a entrenarlas.
Aquella mañana, fue citado por el mandamás del lugar. Tras ponerle al día, procedió a explicarle los detalles de la misión que le habían encomendado.
- Se trata de una banda que lleva tiempo incordiando en el East Blue, hasta ahora no nos suponía ninguna amenaza, pero los últimos informes dicen que sus fuerzas han aumentado drásticamente en las últimas semanas, y que se han hecho con el control de Villa Cocoyasi, la cual es ahora su base de operaciones. El líder es conocido Naraku, un pistolero que posee una recompensa de 20 millones sobre su cabeza. Pero cuidado, hay rumores que hablan sobre un arma secreta que les hace ganar cualquier contienda. Creemos que tienen relación con el Ejercito Revolucionario, es por eso que debemos detenerlos.
Partirás inmediatamente en una de nuestras embarcaciones, la numero 1, junto a otros 50 agentes de rango bajo. Vuestro oficial al mando será El Cid, un agente veterano. No le hemos dicho de que trata la misión, así que coge estos papeles y espéralo en el barco, entrégaselos en cuanto llegue.
Suerte.
- Papeles:
- La misión consiste en desmantelar un grupo de... Blablabla.
El joven gigante no dijo demasiado, cogió los papeles, se despidió y fue hacia el puerto.
Pocos minutos después, ya se encontraba a bordo del barco que le correspondia, los 50 agentes ya parecían estar listos para zarpar, solo faltaba el capitán. Tenzo apretaba con una mano su martillo, mientras con la otra sostenía el cartel de “se busca” de Naraku, emocionado, era su oportunidad de promocionar…
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El olor del salitre se filtraba por mis fosas nasales, el vaivén de las olas mece suavemente el barco del gobierno donde me encontraba, el sol estaba saliendo por el horizonte bañando con su luz anaranjada todos los lugares por donde pasaba. Por primera vez me encargaban la misión de dirigir una operación de captura, los detalles de mis tareas me iban a ser rebelados al llegar al punto de reunión. Me encontraba bastante tranquilo pues si bien era mi primera vez como líder de un escuadrón de caza, la misión no consiste en recoger información o infiltrarse en ningún lugar y eso me reconfortaba, pues prefiero luchar abiertamente que torturar a mis enemigos para recoger datos.
Al alba ya me encontraba en el pueblo Cocoyasi el cual se halla en la isla Conomi del East Blue. Tardé tres semanas en llegar pero con los primeros rayos de luz puse mis gigantescos pies en la arena de la playa. Tras caminar unos cientos de metros divisé el punto de reunión y el lugar donde se encontraban los demás agentes. Mi fiel compañero Babieca se encontraba caminando a mi lado con su majestuoso pelaje bien peinado y resplandeciente, sus herraduras brillaban de lo bien pulidas que estaban. Esto ayudaba a contrarrestar la fealdad natural del animal en cuya cara se podía apreciar una chulería innata.
Mis aspecto era algo diferente al de los demás agentes, el almófar una protección para la cabeza, el cuello y una extra para los hombros, hecha de tres piezas compuestas por mallas metálicas; yelmo, cubriéndome la cabeza. La “Sabana”, cubriéndome el cuello y parte de la garganta. Manto de obispo o gola, tapan mis hombros. Además de esto, el almófar tiene una extensión en la sabana por la parte baja para cubrir el cuello. Una hombrera metálica con el símbolo del gobierno, un pantalón de mallas metálicas compuestas negro ceñido el cual está atado por un cinturón de correas, una grebas metálicas desgastas por el uso y mis brazos los llevó cubiertos con la misma tela roja usada en mi cicatriz del pecho.
Cuando llegue al puesto de mando inmediatamente me sorprendió el hecho de encontrar a otro gigante. Si bien no pude verle la cara pude ver a simple vista que era de mi altura, pero más corpulento que yo. Al llegar el gigante me informo que la misión consiste en encontrar a la banda del revolucionario Naraku el cual posee una recompensa de 20 millones de berries.
Señores soy el Cid, estamos aquí reunidos para dar caza a un enemigo del gobierno, el mismo gobierno que hemos jurado proteger, no toleraré la insurrección en el barco ni que mis órdenes sean cuestionadas. Todos sabemos la misión, así que es hora de poner en marcha este circo ambulante.
Tras poner en marcha el navío me dirigí al enorme recluta.
Saludos recluta es un honor encontrar a un gigante en nuestras filas, ¿Cuál es tu nombre?
Al alba ya me encontraba en el pueblo Cocoyasi el cual se halla en la isla Conomi del East Blue. Tardé tres semanas en llegar pero con los primeros rayos de luz puse mis gigantescos pies en la arena de la playa. Tras caminar unos cientos de metros divisé el punto de reunión y el lugar donde se encontraban los demás agentes. Mi fiel compañero Babieca se encontraba caminando a mi lado con su majestuoso pelaje bien peinado y resplandeciente, sus herraduras brillaban de lo bien pulidas que estaban. Esto ayudaba a contrarrestar la fealdad natural del animal en cuya cara se podía apreciar una chulería innata.
Mis aspecto era algo diferente al de los demás agentes, el almófar una protección para la cabeza, el cuello y una extra para los hombros, hecha de tres piezas compuestas por mallas metálicas; yelmo, cubriéndome la cabeza. La “Sabana”, cubriéndome el cuello y parte de la garganta. Manto de obispo o gola, tapan mis hombros. Además de esto, el almófar tiene una extensión en la sabana por la parte baja para cubrir el cuello. Una hombrera metálica con el símbolo del gobierno, un pantalón de mallas metálicas compuestas negro ceñido el cual está atado por un cinturón de correas, una grebas metálicas desgastas por el uso y mis brazos los llevó cubiertos con la misma tela roja usada en mi cicatriz del pecho.
Cuando llegue al puesto de mando inmediatamente me sorprendió el hecho de encontrar a otro gigante. Si bien no pude verle la cara pude ver a simple vista que era de mi altura, pero más corpulento que yo. Al llegar el gigante me informo que la misión consiste en encontrar a la banda del revolucionario Naraku el cual posee una recompensa de 20 millones de berries.
Señores soy el Cid, estamos aquí reunidos para dar caza a un enemigo del gobierno, el mismo gobierno que hemos jurado proteger, no toleraré la insurrección en el barco ni que mis órdenes sean cuestionadas. Todos sabemos la misión, así que es hora de poner en marcha este circo ambulante.
Tras poner en marcha el navío me dirigí al enorme recluta.
Saludos recluta es un honor encontrar a un gigante en nuestras filas, ¿Cuál es tu nombre?
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Seguía impaciente esperando que el capitán hiciera acto de presencia en el navío, no podía soportarlo más, el ansia de pelear estaba haciéndole contar incluso los segundos. Los agentes comenzaron a hablar y a mirar todos al mismo lugar, Tenzo hizo lo mismo, no veía más que dos extrañas siluetas acercándose, estaban demasiado lejos, pero se llevó una grata sorpresa en cuanto los tuvo a la vista… ¿Qué era eso? ¿Un camello? Y aquel que iba a su lado… ¿¡Un gigante!?
Joder, estos cabrones del Gobierno han acertado enviándome a esta misión, saben lo que se hace. Ese tío parece ser el capitán, tiene un aura completamente diferente a los demás y parece muy fuerte… Pensó Tenzo.
Hacía mucho tiempo que no se topaba con gente de su misma raza, por lo que sintió curiosidad por aquel gigante. Se incorporó y esperó a que llegara, para entregarle los papeles en cuanto subiese al barco. Tras eso, el capitán alzó la voz y habló para todos.
Señores soy el Cid, estamos aquí reunidos para dar caza a un enemigo del gobierno, el mismo gobierno que hemos jurado proteger, no toleraré la insurrección en el barco ni que mis órdenes sean cuestionadas. Todos sabemos la misión, así que es hora de poner en marcha este circo ambulante.
Los agentes asintieron con fuerza y fueron a tomar sus posiciones rápidamente. Tenzo no tenía que ocuparse de nada en especial, así que se mantuvo inmóvil mirando al capitán, esperando el momento para entablar una conversación. El Cid fue quien dio el paso.
Saludos recluta es un honor encontrar a un gigante en nuestras filas, ¿Cuál es tu nombre?
El recluta sonrió y le extendió la mano, de forma amigable.
Mi nombre es Tenzo. El honor es mío. No me esperaba encontrarme con uno de los nuestros tan pronto, ¿de donde eres? Por cierto, ¿Cuánto tiempo llevas en esta organización? ¿Algún consejo?
Joder, estos cabrones del Gobierno han acertado enviándome a esta misión, saben lo que se hace. Ese tío parece ser el capitán, tiene un aura completamente diferente a los demás y parece muy fuerte… Pensó Tenzo.
Hacía mucho tiempo que no se topaba con gente de su misma raza, por lo que sintió curiosidad por aquel gigante. Se incorporó y esperó a que llegara, para entregarle los papeles en cuanto subiese al barco. Tras eso, el capitán alzó la voz y habló para todos.
Señores soy el Cid, estamos aquí reunidos para dar caza a un enemigo del gobierno, el mismo gobierno que hemos jurado proteger, no toleraré la insurrección en el barco ni que mis órdenes sean cuestionadas. Todos sabemos la misión, así que es hora de poner en marcha este circo ambulante.
Los agentes asintieron con fuerza y fueron a tomar sus posiciones rápidamente. Tenzo no tenía que ocuparse de nada en especial, así que se mantuvo inmóvil mirando al capitán, esperando el momento para entablar una conversación. El Cid fue quien dio el paso.
Saludos recluta es un honor encontrar a un gigante en nuestras filas, ¿Cuál es tu nombre?
El recluta sonrió y le extendió la mano, de forma amigable.
Mi nombre es Tenzo. El honor es mío. No me esperaba encontrarme con uno de los nuestros tan pronto, ¿de donde eres? Por cierto, ¿Cuánto tiempo llevas en esta organización? ¿Algún consejo?
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Mi nombre es Tenzo. El honor es mío. No me esperaba encontrarme con uno de los nuestros tan pronto, ¿de dónde eres? Por cierto, ¿Cuánto tiempo llevas en esta organización? ¿Algún consejo?
Al parecer Tenzo estaba tan emocionando como por encontrarse a otro gigante, espere a que terminara de hablar para responder a sus preguntas. A mi lado Babieca miraba con recelo al nuevo recluta pues aparte de mi nunca tuvo la oportunidad de ver otro gigante.
Mi historia es algo complicada, pues procedo de la mismísima Elbaf, pero mi hermano el famoso pirata Harld manos grandes me vendió como esclavo a una isla del nuevo mundo llamada “Colisseo” cuando apenas era un niño de 25 años. Si no fuera porque el gobierno actuó en contra de los esclavistas de la isla nunca hubiera podido escapar de allí. Aunque la verdad ser la estrella de un coliseo no está nada mal.
Mientras hablaba la tripulación del barco se puso en movimiento elevando anclas y zarpando del puerto en dirección a la guarida del revolucionario. La sincronización de los agentes era perfecta y el barco estuvo en marcha rápidamente, la borda proa del barco se elevaba sobre las olas surcándolas cada vez a mayor velocidad. Los cañones resplandecían con el sol de la mañana y las velas totalmente desplegadas con el símbolo del gobierno se veían simplemente majestuosas.
Llevaré como agente 4 años ahora mismo y si quieres un consejo lo más útil que puedo decirte es que aprendas a pasar desapercibido pues nosotros como gigantes tenemos más complicaciones para conseguirlo, no debes olvidar que somos agentes secretos después de todo. Y bueno siempre ayuda tener a alguien en quien confiar ¿no es verdad Babieca?
El camello realizo una mueca de asentimiento con la cabeza para posteriormente restregarse con la parte baja de mis piernas en señal de amistad.
Y cuéntame algo de ti aun nos queda medio camino para llegar y pasar al modo sigiloso. ¿De dónde eres? ¿Cuáles son tus motivaciones para formar parte de esta organización?
EL barco avanzaba a buen ritmo faltando la mitad del trayecto para llegar al puerto enemigo.
Al parecer Tenzo estaba tan emocionando como por encontrarse a otro gigante, espere a que terminara de hablar para responder a sus preguntas. A mi lado Babieca miraba con recelo al nuevo recluta pues aparte de mi nunca tuvo la oportunidad de ver otro gigante.
Mi historia es algo complicada, pues procedo de la mismísima Elbaf, pero mi hermano el famoso pirata Harld manos grandes me vendió como esclavo a una isla del nuevo mundo llamada “Colisseo” cuando apenas era un niño de 25 años. Si no fuera porque el gobierno actuó en contra de los esclavistas de la isla nunca hubiera podido escapar de allí. Aunque la verdad ser la estrella de un coliseo no está nada mal.
Mientras hablaba la tripulación del barco se puso en movimiento elevando anclas y zarpando del puerto en dirección a la guarida del revolucionario. La sincronización de los agentes era perfecta y el barco estuvo en marcha rápidamente, la borda proa del barco se elevaba sobre las olas surcándolas cada vez a mayor velocidad. Los cañones resplandecían con el sol de la mañana y las velas totalmente desplegadas con el símbolo del gobierno se veían simplemente majestuosas.
Llevaré como agente 4 años ahora mismo y si quieres un consejo lo más útil que puedo decirte es que aprendas a pasar desapercibido pues nosotros como gigantes tenemos más complicaciones para conseguirlo, no debes olvidar que somos agentes secretos después de todo. Y bueno siempre ayuda tener a alguien en quien confiar ¿no es verdad Babieca?
El camello realizo una mueca de asentimiento con la cabeza para posteriormente restregarse con la parte baja de mis piernas en señal de amistad.
Y cuéntame algo de ti aun nos queda medio camino para llegar y pasar al modo sigiloso. ¿De dónde eres? ¿Cuáles son tus motivaciones para formar parte de esta organización?
EL barco avanzaba a buen ritmo faltando la mitad del trayecto para llegar al puerto enemigo.
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Tenzo escuchó atentamente la historia de su superior, su cara mostraba interés, admiración y una cierta… ¿Envidia? Pronto el barco alcanzó su velocidad punta, las olas golpeaban suavemente el navío, el sol, la brisa, el olor del mar… Aquello le recordó a su isla natal, se podría decir que estaba feliz. Además, gozaban de la ayuda del viento, por lo que sería un viaje perfecto. Estiró los brazos y volvió a mirar a los ojos a su acompañante.
Disculpa, espero no haberte hecho pasar un mal trago al hacerte recordar tu pasado. Aun así, creo que te envidio, un coliseo es el lugar perfecto para que gigantes como nosotros luchen, ¡y más siendo de Elbaf! ¡Además eras la estrella! Aunque bueno… Lo de estar esclavizado… Pues como que le quita todo lo bonito, ¿no?
Vió como Babieca, el camello, se restregaba cariñosamente contra las piernas de su acompañante, le pareció tan extraño que no pudo evitar soltar una carcajada.
Antes de nada, decirte que nunca en mi vida he intentado ser sigiloso, sino todo lo contrario. Tendrás que enseñarme. Hizo una pequeña pausa.
Nací y me crié en una isla llamada Kyodaina shima, un lugar donde viven casi un millar de gigantes. Imagino que estarás pensando en Elbaf, pero no se parecen en nada. Allí reina la paz, viven de la agricultura y la pesca, no hay armas, batallas… Nada interesante. Están totalmente aislados del resto del mundo. Es un buen lugar para vivir sin preocupaciones, pero como ves, no es mi estilo. Por desgracia he vivido toda mi vida ahí, hace apenas tres años que empecé a viajar, y me arrepiento de no haberlo hecho antes.
Dejó pasar la pregunta sobre cuáles eran sus motivaciones para formar parte de la organización, pues realmente no sabía que responder. No lo había pensado, y quería hacerlo.
Pasaron un buen rato navegando, hasta que por fin divisaron la isla. Era la hora de la verdad.
Disculpa, espero no haberte hecho pasar un mal trago al hacerte recordar tu pasado. Aun así, creo que te envidio, un coliseo es el lugar perfecto para que gigantes como nosotros luchen, ¡y más siendo de Elbaf! ¡Además eras la estrella! Aunque bueno… Lo de estar esclavizado… Pues como que le quita todo lo bonito, ¿no?
Vió como Babieca, el camello, se restregaba cariñosamente contra las piernas de su acompañante, le pareció tan extraño que no pudo evitar soltar una carcajada.
Antes de nada, decirte que nunca en mi vida he intentado ser sigiloso, sino todo lo contrario. Tendrás que enseñarme. Hizo una pequeña pausa.
Nací y me crié en una isla llamada Kyodaina shima, un lugar donde viven casi un millar de gigantes. Imagino que estarás pensando en Elbaf, pero no se parecen en nada. Allí reina la paz, viven de la agricultura y la pesca, no hay armas, batallas… Nada interesante. Están totalmente aislados del resto del mundo. Es un buen lugar para vivir sin preocupaciones, pero como ves, no es mi estilo. Por desgracia he vivido toda mi vida ahí, hace apenas tres años que empecé a viajar, y me arrepiento de no haberlo hecho antes.
Dejó pasar la pregunta sobre cuáles eran sus motivaciones para formar parte de la organización, pues realmente no sabía que responder. No lo había pensado, y quería hacerlo.
Pasaron un buen rato navegando, hasta que por fin divisaron la isla. Era la hora de la verdad.
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Después de escuchar mi historia pude ver en su rostro un deje de admiración, eso me alegró pues eso significaba que por las venas del novato fluye la verdadera sangre gigante. Tras mostrar de manera sincera y directa sus sentimientos el joven paso a contar su propia historia. Sus palabras demostraban las ganas que del joven por entrar en combate pues me contó que provenía de una isla de gigantes pacificas.
En mi mente me costó asimilarlo pues lo que recordaba de mi vida en Elbaf era bien diferente, las peleas transcurrían a cualquier hora del día y por cualquier motivo. En cuanto me hice a la idea me quedo claro que era un lugar que algún día tendría que visitar dado que seguramente hubieran hembras de mi raza que quedarían encandiladas por mi bravura.
Lo que me cuentas es muy diferente a la imagen que tengo de los gigantes, me cuesta creérmelo pero algún día tendré que hacerles una visita.
Tras la amena charla estuvimos un rato en silencio, momento que utilice para ver los mapas que nuestros espías habían recuperado. La villa Cocoyashi era un núcleo pequeño apenas 100 viviendas dos tabernas y un par de comercios por lo que nuestra altura iba a ser una gran desventaja. La opción más clara era que nuestros agentes rodearan el pueblo para impedir la fuga de nuestros objetivos, mientras Tenzo y yo los sacamos a golpes.
Señores, el plan es sencillo, rodearan el pueblo para interceptar a nuestros enemigos si intentan huir mientras Tenzo y yo los obligamos a salir. Al llegar al pueblo quiero que entren en modo reconocimiento hasta que nosotros dos estemos preparados.
Tras comentarles el plan a mis compañeros empecé a preparar mis armas para el combate, me aseguré que mi armadura estuviese bien colocada y brillante tras lo cual aseé a Babieca y lo deje listo para el combate. El Camélido se irguió como gesto de orgullo y se preparo para el combate. Mientras tanto el barco atracaba en una cala cercana a la villa para no llamar tanto la atención.
En mi mente me costó asimilarlo pues lo que recordaba de mi vida en Elbaf era bien diferente, las peleas transcurrían a cualquier hora del día y por cualquier motivo. En cuanto me hice a la idea me quedo claro que era un lugar que algún día tendría que visitar dado que seguramente hubieran hembras de mi raza que quedarían encandiladas por mi bravura.
Lo que me cuentas es muy diferente a la imagen que tengo de los gigantes, me cuesta creérmelo pero algún día tendré que hacerles una visita.
Tras la amena charla estuvimos un rato en silencio, momento que utilice para ver los mapas que nuestros espías habían recuperado. La villa Cocoyashi era un núcleo pequeño apenas 100 viviendas dos tabernas y un par de comercios por lo que nuestra altura iba a ser una gran desventaja. La opción más clara era que nuestros agentes rodearan el pueblo para impedir la fuga de nuestros objetivos, mientras Tenzo y yo los sacamos a golpes.
Señores, el plan es sencillo, rodearan el pueblo para interceptar a nuestros enemigos si intentan huir mientras Tenzo y yo los obligamos a salir. Al llegar al pueblo quiero que entren en modo reconocimiento hasta que nosotros dos estemos preparados.
Tras comentarles el plan a mis compañeros empecé a preparar mis armas para el combate, me aseguré que mi armadura estuviese bien colocada y brillante tras lo cual aseé a Babieca y lo deje listo para el combate. El Camélido se irguió como gesto de orgullo y se preparo para el combate. Mientras tanto el barco atracaba en una cala cercana a la villa para no llamar tanto la atención.
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El viaje se pareció ser bastante más corto de lo que en realidad había sido, la charla con el gigante de Elbaf ayudó a que el recluta se tranquilizase un poco y dejase de pensar en sus ganas de aplastar gente.
El barco ya había atracado en aquella cala cerca del pueblo, los infantes estaban listos y armados al igual que ambos gigantes, por lo que comenzaron a desembarcar. Se acercaron todos juntos a Cocoyasi lo más sigilosamente posible, hasta que llegados a un punto se puso en marcha el plan y se separaron. Aquello era perfecto para Tenzo, era su estilo, no preocuparse por nada más que dar palos.
-Señor Cid, ya estamos en nuestras posiciones. Hemos rodeado la villa, todo parece estar tranquilo, no nos han descubierto.- dijo uno de los agentes a través del Den Den Mushi.
Tenzo sonrió y crujió los nudillos, para después agarrar su martillo con fuerza y soltar suavemente un pequeño grito de guerra. -¿Y ahora que, compañero? ¿Cómo quieres que los hagamos salir?.- dijo, con una sonrisa que asustaría a cualquiera.
El barco ya había atracado en aquella cala cerca del pueblo, los infantes estaban listos y armados al igual que ambos gigantes, por lo que comenzaron a desembarcar. Se acercaron todos juntos a Cocoyasi lo más sigilosamente posible, hasta que llegados a un punto se puso en marcha el plan y se separaron. Aquello era perfecto para Tenzo, era su estilo, no preocuparse por nada más que dar palos.
-Señor Cid, ya estamos en nuestras posiciones. Hemos rodeado la villa, todo parece estar tranquilo, no nos han descubierto.- dijo uno de los agentes a través del Den Den Mushi.
Tenzo sonrió y crujió los nudillos, para después agarrar su martillo con fuerza y soltar suavemente un pequeño grito de guerra. -¿Y ahora que, compañero? ¿Cómo quieres que los hagamos salir?.- dijo, con una sonrisa que asustaría a cualquiera.
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Mis hombres estaban actuando según el plan rodeando todo el pueblo para evitar las fugas de los criminales, en cuanto llegaron a sus posiciones me avisaron vía den den mushi. Al escuchar que todos estaban listos para la acción mi ansioso compañero lanzó un pequeño grito de guerra que advertía de nuestra presencia, mientras esperaba mis órdenes para atacar. Su cara y sonrisa delataban que el joven estaba deseoso de entrar al combate.
Ahora mi joven compañero los hacemos salir a ostias.
En cuanto pronuncie estas palabras Babieca se metió corriendo en el pueblo lanzando bufidos amenazadores, de las casas empezaron a salir varios grupos de personas armadas con espadas y lanzas. Los primeros en caer lo hicieron bajo las pezuñas del camello el cual se encontraba cargando a la vez que lanzaba sendas patadas con sus majestuosas extremidades y desarmaba a sus enemigos a base de mordiscos.
Eh de reconocer que tarde un poco en reaccionar pues ver a mi fiel compañero luchando por los mismos ideales que yo me llenaba de emoción. Al recomponerme lance un atronador grito y cargué contra mis enemigos a la vez que intentaba cubrir la retaguardia de Babieca.
¡Por el gobierno!
De un salto me puse delante de un grupo de 5 personas que al ver mi imponente figura tiraron las armas y salieron corriendo, no me preocupe mas por ellos pues los agentes desplegados los interceptarían. Dirigí mi atención al siguiente grupo de objetivos y con toda la fuerza que pude blandí a Longinus lanzando un golpe de barrido de derecha a izquierda. Los enemigos que no cayeron por el golpe contraatacaron intentando clavar sus diminutas espadas en mi piel, para protegerme active el Tenkai haciendo revotar las espadas al contacto con mi piel.
¡Vamos Tenzo no te quedes atrás!
Ahora mi joven compañero los hacemos salir a ostias.
En cuanto pronuncie estas palabras Babieca se metió corriendo en el pueblo lanzando bufidos amenazadores, de las casas empezaron a salir varios grupos de personas armadas con espadas y lanzas. Los primeros en caer lo hicieron bajo las pezuñas del camello el cual se encontraba cargando a la vez que lanzaba sendas patadas con sus majestuosas extremidades y desarmaba a sus enemigos a base de mordiscos.
Eh de reconocer que tarde un poco en reaccionar pues ver a mi fiel compañero luchando por los mismos ideales que yo me llenaba de emoción. Al recomponerme lance un atronador grito y cargué contra mis enemigos a la vez que intentaba cubrir la retaguardia de Babieca.
¡Por el gobierno!
De un salto me puse delante de un grupo de 5 personas que al ver mi imponente figura tiraron las armas y salieron corriendo, no me preocupe mas por ellos pues los agentes desplegados los interceptarían. Dirigí mi atención al siguiente grupo de objetivos y con toda la fuerza que pude blandí a Longinus lanzando un golpe de barrido de derecha a izquierda. Los enemigos que no cayeron por el golpe contraatacaron intentando clavar sus diminutas espadas en mi piel, para protegerme active el Tenkai haciendo revotar las espadas al contacto con mi piel.
¡Vamos Tenzo no te quedes atrás!
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Inesperadamente, el primero en estrenarse y comenzar a divertirse fue Babieca, el acompañante del jefe, que a simple vista no parecía más que un extraño animal de compañía. “Joder, pero si ese bicho es más fuerte que todos los agentes juntos, menuda forma de empezar la misión…” pensó, mientras veía como el camello se cargaba a los delincuentes con facilidad y, al mismo tiempo, ¿con elegancia?
El siguiente fue El Cid, entró en escena como todo buen gigante, haciendo gala de fuerza bruta y ferocidad. Mas hubo una cosa que extrañó a Tenzo, las armas de filo con las que le atacaron no llegaron ni siquiera a arañar su piel, ¿habían rebotado? ¿Podría ser aquello el Rokushiki? La llamada de su superior lo despertó, dejó las dudas a un lado, corrió y saltó para ponerse en medio de un grupo humanos, algo alejado del otro gigante.
Con el martillo a ras del suelo comenzó a girar sobre sí mismo, golpeando a todos y a todo aquello que había a su alrededor. Edificios y malhechores, básicamente. En una de las vueltas algo lo paró en seco, alzó la mirada y se tambaleo levemente, se había emocionado con los giros.
Quien detuvo el ataque rotatorio fue un semigigante, golpeando su martillo de guerra con otro de aspecto sombrío y tamaño similar. -Vaya, vaya, vaya. Menuda suerte la nuestra, ¡vamos a cargarnos a dos gigantes!- dijo el semigigante de seis metros. -Aguantad al otro, ¡el jefe llegará en seguida!- exclamó esta vez, la moral de todos se alzó en cuanto el jefe fue nombrado, pues empezaron a gritar y se abalanzaron sobre El Cid y Babieca.
Tenzo retrocedió unos cuantos pasos y retomó las postura. -Compañero, ya me encargo yo de este, ¡te toca Naraku!- gritó, segundos más tarde detuvo un impacto de su contrincante, con el martillo, en seguida comenzaron a intercambiar golpes como si de dos duelistas se tratase.
Todos los demás criminales se enfocaron en El Cid, intentando mantenerlo a raya mientras su jefe llegaba.
El siguiente fue El Cid, entró en escena como todo buen gigante, haciendo gala de fuerza bruta y ferocidad. Mas hubo una cosa que extrañó a Tenzo, las armas de filo con las que le atacaron no llegaron ni siquiera a arañar su piel, ¿habían rebotado? ¿Podría ser aquello el Rokushiki? La llamada de su superior lo despertó, dejó las dudas a un lado, corrió y saltó para ponerse en medio de un grupo humanos, algo alejado del otro gigante.
Con el martillo a ras del suelo comenzó a girar sobre sí mismo, golpeando a todos y a todo aquello que había a su alrededor. Edificios y malhechores, básicamente. En una de las vueltas algo lo paró en seco, alzó la mirada y se tambaleo levemente, se había emocionado con los giros.
Quien detuvo el ataque rotatorio fue un semigigante, golpeando su martillo de guerra con otro de aspecto sombrío y tamaño similar. -Vaya, vaya, vaya. Menuda suerte la nuestra, ¡vamos a cargarnos a dos gigantes!- dijo el semigigante de seis metros. -Aguantad al otro, ¡el jefe llegará en seguida!- exclamó esta vez, la moral de todos se alzó en cuanto el jefe fue nombrado, pues empezaron a gritar y se abalanzaron sobre El Cid y Babieca.
- Semigigante:
Tenzo retrocedió unos cuantos pasos y retomó las postura. -Compañero, ya me encargo yo de este, ¡te toca Naraku!- gritó, segundos más tarde detuvo un impacto de su contrincante, con el martillo, en seguida comenzaron a intercambiar golpes como si de dos duelistas se tratase.
Todos los demás criminales se enfocaron en El Cid, intentando mantenerlo a raya mientras su jefe llegaba.
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Observé con gran asombro como mi joven compañero combatía al semigigante, chocando las armas y repeliéndose mutuamente enfrascándose en una danza mortal. Eh de reconocer que en ese momento me sentí celoso pues añoraba un combate que me pusiera en las mismas circunstancias pues los bandidos que me rodeaban caían sin apenas resistencia frente a mis poderosos ataques.
Babieca se encontraba en la misma situación pues ninguno de los enemigos a los que abatió se volvió a levantar en la contienda. Sus devastadoras coces rompían los huesos allí donde impactaban y con sus portentosas mandíbulas lanzaba a sus enemigos a varios metros de distancia. Más de una vez una espada llegó a cortar alguno de sus duros pelos pero su agilidad le ayudó a esquivar los golpes.
Para mi desgracia el estar atento a mis compañeros y no al combate no vi venir un espadazo que provoco un ligero corte en el muslo causando una fina línea de sangre que emanaba de él. Maldije por todo lo alto, otra vez me había vuelto a distraer del combate pero por suerte los daños fueron escasos, con un rápido movimiento de mi lanza mandé a volar al revolucionario que me acababa de atacar, solo para ver como este era interceptado en el aire por un joven de de pelo negro. Tras dejarlo en el suelo se encaro hacia mí y pronunció unas palabras.
Malditos perros del gobierno, Yo Naraku agente de la revolución os maldigo, compañeros demos muerte a esta lacra que camina a sus anchas por nuestras tierras.
Después del discurso todos los revolucionarios que quedaban en pie contraatacaron a los agentes del gobierno. El joven con su espada se lanzó sin temor a por mí lanzándome una estocada la cual me vi obligado a parar con mi lanza para que no se clavase en mi pecho. Comprobé que la fuerza del joven no era nada desdeñable pero eso no me haría retroceder, aprovechando que se encontraba en el aire le lancé una patada a la altura del costado lanzando un par de metros por el aire.
No retrocedáis, somos el escudo y el martillo del gobierno, estamos aquí para acabar con ellos ¡Que no quede ninguno vivo!
Con todas mis fuerzas cargué contra mi enemigo caído el cual con una voltereta esquivó una estocada de mi lanza. El combate se desarrollo durante el tiempo suficiente para que mis hombres fueran capaces de reducir a los revolucionarios. Poniéndose delante de mi Naraku imbuyó su espada en un aura negra y cargo contra mí al ver a sus hombres apresados por mis compañeros, sabía que si no me derrotaba sus hombres serian encarcelados.
Pero este era mi trabajo, se me había asignado la tarea de acabar con ellos y es lo que iba a hacer, usando la técnica Kamie me volví flexible como el papel y esquivé su golpe con una agilidad antinatural en un gigante y con ambas manos clavé la lanza en el pecho de mi oponente, el cual soltaba las ultimas maldiciones a los agentes del gobierno.
Con todo el pueblo ahora bajo control busqué junto a babieca la que supuestamente era el arma definitiva de los revolucionarios pero lo único que encontramos fueron unas bombas. Desilusionado llamé a mis superiores para explicarles los resultados de la misión la cual había acabado exitosamente.
Babieca se encontraba en la misma situación pues ninguno de los enemigos a los que abatió se volvió a levantar en la contienda. Sus devastadoras coces rompían los huesos allí donde impactaban y con sus portentosas mandíbulas lanzaba a sus enemigos a varios metros de distancia. Más de una vez una espada llegó a cortar alguno de sus duros pelos pero su agilidad le ayudó a esquivar los golpes.
Para mi desgracia el estar atento a mis compañeros y no al combate no vi venir un espadazo que provoco un ligero corte en el muslo causando una fina línea de sangre que emanaba de él. Maldije por todo lo alto, otra vez me había vuelto a distraer del combate pero por suerte los daños fueron escasos, con un rápido movimiento de mi lanza mandé a volar al revolucionario que me acababa de atacar, solo para ver como este era interceptado en el aire por un joven de de pelo negro. Tras dejarlo en el suelo se encaro hacia mí y pronunció unas palabras.
Malditos perros del gobierno, Yo Naraku agente de la revolución os maldigo, compañeros demos muerte a esta lacra que camina a sus anchas por nuestras tierras.
Después del discurso todos los revolucionarios que quedaban en pie contraatacaron a los agentes del gobierno. El joven con su espada se lanzó sin temor a por mí lanzándome una estocada la cual me vi obligado a parar con mi lanza para que no se clavase en mi pecho. Comprobé que la fuerza del joven no era nada desdeñable pero eso no me haría retroceder, aprovechando que se encontraba en el aire le lancé una patada a la altura del costado lanzando un par de metros por el aire.
No retrocedáis, somos el escudo y el martillo del gobierno, estamos aquí para acabar con ellos ¡Que no quede ninguno vivo!
Con todas mis fuerzas cargué contra mi enemigo caído el cual con una voltereta esquivó una estocada de mi lanza. El combate se desarrollo durante el tiempo suficiente para que mis hombres fueran capaces de reducir a los revolucionarios. Poniéndose delante de mi Naraku imbuyó su espada en un aura negra y cargo contra mí al ver a sus hombres apresados por mis compañeros, sabía que si no me derrotaba sus hombres serian encarcelados.
Pero este era mi trabajo, se me había asignado la tarea de acabar con ellos y es lo que iba a hacer, usando la técnica Kamie me volví flexible como el papel y esquivé su golpe con una agilidad antinatural en un gigante y con ambas manos clavé la lanza en el pecho de mi oponente, el cual soltaba las ultimas maldiciones a los agentes del gobierno.
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