El mercenario contra el tiburón

 VS 

Empieza Tyrion

Me levanté del suelo aturdido mientras cogía mi tridente como si de un salvavidas se tratase. Una gran explosión tras de mi fue la que me hizo caer y la que ahora me levantaba nervioso. Miré a mi alrededor, la batalla pareció multiplicarse y para mi desgracia, yo participaba; pero ¿y la explosión? No veía ningún indicio del bombardero, todos se mantenían centrados en sus luchas particulares, pero de pronto un sonido se elevo por encima de los demás, era como una especie de motor, pero no encontraba su procedencia. El sonido se hizo mayor ayudándome así a encontrarlo; finalmente pude localizarlo. Sobre la batalla, a unos metros por encima del suelo, el causante de la explosión y de aquel ruido de motor: un hombre con una impresionante armadura. A la espalda portaba lo que parecía una mochila de propulsión y junto a ella colocó su lanza granadas, aparentemente inútil. Me miró, o eso creo (con el casco que portaba no lo tenia claro) mientras sacaba un rifle. Finalmente me levanté, me puse derecho y con tridente en mano le miré. Durante un momento me pareció que solo estábamos él y yo en una batalla aun sin decidir. No podía decidir el siguiente movimiento, solo observaba sus atributos para tener claras mis posibilidades.

A pesar de que aquella armadura que portaba era bastante chula, no cubría todo su cuerpo dejando huecos en los que podría asestarle un golpe con el tridente, pero debido a su superioridad aérea seria difícil el ataque y más difícil aun sin agua, lo que me impedía los golpes a distancia, a no ser que... Adelante un pie y flexione levemente ambas rodillas, para tener un mejor equilibrio, agarré con fuerza y con ambas manos mi tridente, lo atrasé y con la mayor fuerza que pude di un golpe seco al aire dirección al soldado volador provocando así que, frente a las puntas de mi tridente, el aire formara tres puntas similares que se dirigieron con gran empuje a mi objetivo. El ataque no fue con la fuerza que hubiera querido, pero si con la suficiente para empujar al hombre. Era un ataque que tenia poco entrenado, pero en aquellas circunstancias era lo único que podía hacer.

El hombre reacciona a tu ataque maniobrando en el aire y haciendo un quiebre. Sin embargo el ataque logra golpear en su hombro, aunque no es algo que parezca molestarle en gran medida. El hombre te apunta con el rifle, y dispara una bala directa a tu hombro izquierdo. Una persona que se fijara bien en la bala vería que se encuentra rotando a gran velocidad, lo suficiente como para hacer una ligera curvatura, de tal modo que el disparo no es recto, y en vez de dirigirse al hombro, viajará hasta más o menos la altura del corazón. La bala va imbuida en haki. El tipo sigue volando en el aire.

Disparo de bala rotatoria + Haki armadura lvl 1

A aquel maldito no le hizo nada mi ataque (aunque tampoco esperaba mucho), pero eso significaba que por el momento no volvería a usar ese ataque y me las tendría que apañar de otra forma. Después del ataque me había quedado al descubierto, por lo que aquel tipo aprovecho el momento y me apunto con su arma dispuesto a disparar. En cuento su dedo apretó el gatillo, yo, viendo que su arma apuntaba a mi cuerpo, me eche hacia la derecha para esquivarlo y ya de paso esconderme tras unos restos de rocas. En principio pensé que lo esquivaba, pero fue como si la bala me siguiera y acertó de lleno en mi hombro izquierdo. Quede abatido en el suelo con la mano en mi hombro dolorido, pero sabia que no debía quedarme quieto. Me senté apoyando la espalda en las rocas, me quité la camisa con algo de dificultad y me la até alrededor del brazo haciendo un torniquete. En ese momento me pude percatar de la batalla que se librara a nuestro alrededor y que parecía intensificarse.
Me asomé entre las rocas para vislumbrar a mi contrincante que seguía flotando en su posición, una posición casi inalcanzable. estaba claro que a campo abierto y sin lugar donde cubrirme yo tenia las de perder, pero la situación no era exactamente esa. El campo de batalla estaba repleto de gente por la cual podría moverme sin que el pudiera verme con tanta facilidad como en campo abierto.
-Y dime.- me dirigí a él con una voz potente para que me escuchará. -¿Por que causa luchas?-
No es que quisiera terminar esta batalla a través del dialogo, ni mucho menos, pero luchar así por que si con alguien no era lo mio.

Con la mano buena me di un golpe en la cabeza, debía actuar y no estar de cháchara. Cogí mi tridente y salí corriendo entre la muchedumbre. Corría a gran velocidad pero con algo de dificultad por la batalla entre aquellas cosas y los marines mientras esquivaba algún espedazo que otro. Sin perder de vista a mi oponente, me fui acercando en zigzag hacía él mientras pensaba alguna forma de llegar a su altura. ``¡Ya lo tengo!´´ a lo lejos, casi debajo de aquel tipo pude ver a un zombi bien grande (incluso me superaba por un par de cabezas) que pensaba usar de trampolín, el plan en mente era simple, ahora solo tenia que desarrollarlo. Lancé mi tridente como si de una jabalina se tratara acertando en su gemelo derecho, haciendo así que se arrodillará. Antes de que aquel ser pudiera levantarse, yo ya pude recuperar mi tridente y usar al tipo para impulsarme. Una vez en el aire, ya no tenia el control, solo podía atacar. Empuñando el tridente con la mano derecha lancé un golpe al hombre propulsado con intención de clavar el tridente en aquella cosa que le permitía volar. Si acertaba podríamos luchar en igualdad de condiciones.

Buen salto. El problema es que al arrodillar al zombi, el cuerpo pierde soporte y pierdes parte del impulso del salto, sin llegar a la altura del mercenario, que responde a tu pregunta, con el mismo tono que emplearía un padre al hablar con un niño tonto que no entiende.

- Dinero, por supuesto. ¿Por qué si no? -mientras lo dice, lanza una esfera hacia la gente, que estalla en un racimo de pequeñas bolitas negras. Cada una de ellas provoca una explosión de fuego y muerte. Los pocos supervivientes huyen, aunque un par de ellos parecen ser lo suficientemente valientes como para dar la cara y responder al ataque.

Las balas parecen rebotar o desviarse en la armadura del mercenario, que guarda su rifle y decide usar la artillería, sacando una gatling. Apunta a los marines que quedan y los convierte en coladores con patas, antes de dirigir su ráfaga hacia ti. Estas balas son normales, pero su gran número las hace difíciles de evadir.

Lluvia de balas

``¡Maldición!´´. Por desgracia el impulso fue insuficiente y mi golpe solo azoto al aire. Caí y, pendiente de aquel tipo, aterrice con el culo sin llegar a provocarme nada grave, simplemente un molesto dolorcillo de nada. Con un tono de voz molesto hizo ciertas mis sospechas al contestar mi pregunta, evidentemente trabajaba por dinero. Sin previo aviso sacó de su arsenal una bola negra que lanzo hacia donde se producía la batalla que se inclinaba a favor de los marines. Poco después de ser lanzada, la esfera se dividió en pequeñas bolas negras que empezaron a caer produciendo mortales explosiones. Cuando las primeras bolas cayeron dejando tras de si nada mas que muerte y fuego y veía como todo aquel mal se acercaba, no tarde en levantarme y salir corriendo, lógicamente, en dirección contraria al caos que se acercaba por segundos. Corría lo más deprisa que podía dejando atrás a zombis y compañeros; por suerte (y digo por suerte, porque una mas y hubiera muerto) la ultima explosión provocada se produjo a unos metros de mi haciendo que me lanzara por los aires como un simple muñeco. Con una estrepitosa caída entre tierra y piedras, me levante dolorido, con rasgones que sangraban por todo el cuerpo y con mas de una rotura en la ropa. Para mi desgracia, al apoyar el pie derecho un dolor punzante ataco mi gemelo debido a la mala caída; no me impedía el movimiento total de la pierna, pero si una torpeza que no me aventuraba nada bueno. A unos metros de mi, entre cuerpos sin vida, se encontraba mi tridente, en cuanto lo tuve en mi posesión miré a mi alrededor para comprobar la situación la cual iba de mal en peor. Los pocos marines que quedaban con vida se marcharon, huyendo de aquel horror en llamas, aunque una pareja de valientes, si se les puede llamar así, recogieron sus armas y dispararon al mercenario sin mucho éxito, pues su armadura desprecio todas y cada una de las balas. Una vez hubo terminado el fuego, el mercenario sin demasiadas prisas guardo su rifle y saco una gatling y acribilló a balazos a ambos marines sin darles tiempo a reaccionar.

Miraba horrorizado como todo aquel lugar era comido por las llamas, como hasta el ultimo marine caía al suelo abatido sin que yo hubiera podido ayudarle y como los pocos zombis que quedaban se marchaban dando por terminado el trabajo. Solo cuando aquel maldito mercenario volador cambio la dirección de la desbastador arma y apunto hacia mi pude reaccionar. Me tiré lo más rápido que pude al suelo y me cubrí sin más remedio con los cuerpos sin vida que me encontré. Con la vista aferrada al suelo, oía y notaba como las balas se incrustaban en aquellos cuerpos que me cubrían y como un par atravesaron uno de los cuerpos que me cubran haciéndome heridas que, aunque no mortales si que tardarían en cicatrizar. Una de las balas perdidas pudo, para mi desgracia, acertar de pleno, dándome justo en el gemelo derecho, el cual me había jodido instantes antes. Aquello hizo sacar de mi un potente grito de dolor y frustración por no poder hacer nada que continua hasta que acabo la infernal ráfaga que me dedico el mercenario. Me levanté apartando de mi los cuerpos agujereados hasta los topes.
-¡¿Ya has tenido suficiente maldito imbécil?!- le grite enfurecido tanto por sus actos como por mi incapacidad para detenerlo -¡¿Por que no bajas y me demuestras como luchas sin tanto aparatito maldito cobarde?!-
Sin esperar su respuesta y harto de esperar a su siguiente ataque cogí el tridente apretando con rabia, lo incliné hacia atrás y apoyando todo mi peso sobre la pierna izquierda lo lancé con la máxima fuerza que me fue posible hacia él. Mientras el tridente atravesaba el aire como una flecha pude observar que poco a poco se cubría de las mismas hondas que lancé en mi primer ataque haciéndole parecer algo más grande. ``Acaba con él Jiyū´´

El cañón de la gatling deja de girar, ya las balas dejan de barrer el lugar. Te levantas y lanzas tu tridente. El hombre se intenta mover laterlamente usando sus propulsores, pero el tridente le golpea en el hombro, clavándose en el mismo y haciendo que el hombre grite, saliendo volando en dirección al castillo, cayendo tu tridente unas decenas de metros más allá, justo entre la horda de guerreros de Derian que cargan contra los marines que se baten en retirada.

(puedes contestar en el cap, contando esto como moderación)