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Goru carga contra Drake a la velocidad de una bala. Trata de arrancarle la cabeza de un mordisco [AMF] mientras con las manos le trata de hundir las garras en el abdomen para destriparlo sin compasión [AIF]. Sus dos ataques iban imbuidos en haki armadura (nivel 3). Al mismo tiempo, Goru tiene activo su haki de visión (nivel 3).
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Aquella melodía comenzó a sonar en el lugar mientras Drake observaba como de aquel agujero empezaban a salir una cantidad interesante de Gyojines. Reconoció a varios de ellos, los cuales estaban presentes durante la muerte de Krabbo. Frunció el ceño apretando los puños y se fijó en que Derian tenía un brazo menos “No dejaré que le pongan una mano encima”. De repente su tamaño empezó a crecer, su hocico se alargó y sus ojos se volvieron dorados, de la parte baja de su espalda se formó una cola peluda de lobo. Sus garras salieron a la luz y soltó un terrible rugido mostrando su forma híbrida. El enorme ser de tres metros y medio estaba atento y con sus sentidos listos para la batalla. Se colocó frente al vampiro para cubrirle totalmente y observó a sus presas, de repente pudo ver a un tiburón algo extraño, no recordaba si formaba parte de la tripulación del difunto cangrejo. Lo que si era seguro es que se lanzó hacia él.
La velocidad fue impresionante, pero el chico no se había apartado se colocó a cuatro patas y se lanzó hacia su oponente entre rugidos salvajes. Sus hakis estaban activados al igual que su olfato, usó las dos manos (ahora enormes) para apartarle la cabeza por acto reflejo mientras echaba el cuerpo a un lado. Desvió la cabeza del pez lo suficiente pero no tanto ya que cortó parte de su hombro izquierdo haciéndole una grave herida, al haber echado el cuerpo a un lado, hizo que el ataque a su abdomen quedara en un par de cortes alga más leves que el ataque del hombro. Cayó al suelo rodando entre gritos de dolor y rugidos, después un aura verde comenzó a invadirle lo más rápido posible mientras sus heridas del estómago se cerraban y la del hombro se volvía leve. (Micaiah). Ahora se levantó despacio manteniendo su mirada en aquella cosa mientras fruncía el ceño, su hocico se arrugó mostrando enfado y sus musculoso se tensaron.
- ¡!!GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!!! ¡!!AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
De repente el enorme lobo activó todos los niveles de su Berserker quedando a unos seis metros más o menos de altura. Su musculatura ya era demasiado exagerada y parecida a una maldita masa, cada brazo podría parecer un tronco de los gruesos o más. Su fuerza y resistencia aumentaron, incluso un pequeño humo empezó a salir de su cuerpo mientras sus ojos perdían las pupilas, además su SN2 salió al momento en forma de aura azul (SN2: Duplicación de fuerza) Rugió de nuevo mirando al tiburón declarándole el combate de forma directa y colocándose a cuatro patas mientras apretaba más los músculos tratando de intimidarlo, acto seguido cerró los puños mientras que el derecho empezaba a tomar un brillo blanco. Por si fuera poco su cuerpo se vio rodeado de un aura ardiente que hacía sus golpes más fuertes y de “fuego”. “Activación ¡Slayer!” Su ojo derecho de repente tomó un tono rojizo intenso saliendo su parte maligna enseguida y volviendo a aumentar su fuerza, cada ojo era de un color, la bestia miraba al tiburón con rabia mientras rugía y sin pensárselo se lanzó a por él con el ceño fruncido. Con toda su fuerza trató de estamparle el ripera o utsu nivel 2 en todo el pecho, aquello podría reventarlo por las vibraciones internar o al menos eso creía el chico lobo. Lo consiguiera o no, saltaría hacia atrás entre gruñidos mirando si le había dado.
Despertar de la bestia: Armageddon. [AMF] [Hakis al 3] [Dark Drake] [Forma Hibrida] [SN2] [Berserker nivel 5] [Moeru Yona Ora] [Ripera O Utsu Nivel 2]
Derian Markov
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Derian observó al Zafiro Negro con una expresión salvaje y animalesca. Poco a poco comenzó a volver en sí, y su cara volvió a ser impasible. Sin embargo, el hecho de que estuviese empapado en sangre hacía que aquello no le diese un aspecto más "normal". Observó con indiferencia al Shichibukai y lo ignoró. Un música empezó a escucharse de fondo, como una especie de orquesta sinfónica. El vampiro notó las vibraciones segundos antes de que el suelo comenzara a resquebrajarse. Enormes bestias marinas salieron del subsuelo, al tiempo que con un feroz grito de guerra, los Trilobites salían del agujero dejado por el géiser. Desplegó su mantra: eran mucho más poderosos que la última vez que los había visto, en Loguetown, y tenían nuevas adquisiciones. Más aun, la presencia de Goru se había vuelto absurdamente poderosa, comparable a la de Yazori o Jack Drallion.
- Comienza la verdadera batalla. Es hora de demostrar el poder de los cazadores, Drake - dijo con voz fría a su guardaespaldas, al notar su presencia acercándose a él - Seguramente seas el blanco de sus ataques. No te descuides.
Goru se aproximó hacia ellos, rugió y cargó contra Drake a una velocidad absurda. El chico se las apañó para librarse de una muerte segura. El vampiro se alejó una distancia prudencial, sacó un paño y se elevó unos metros en el aire. Se puso a limpiar la sangre de Vanator, sin intervenir. Aquello era entre esa bestia y su discípulo. Se negaba a combatir en equipo si no quedaba más remedio, él peleaba solo. Y Drake debía convertirse en un auténtico cazador. Observó la batalla, con su mantra activado por si alguien intentaba atacarle. Miró de reojo a Dexter, preguntándose cuales serían sus intenciones.
- Es hora de que demuestres que eres un auténtico cazador, Drake. Confío en que lo logres. No voy a intervenir - a continuación le habló a Dexter - Zafiro Negro, no te pediré que no intervengas, pero esta es una lucha de Drake por su honor. Deberíamos dejarle que demuestre su poder.
Dexter Black
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Dexter miraba con una sonrisa el remolino, que terminó por disiparse. "Aquí llegan". Era el momento de la batalla, y para acompañar a los dos shichibukais, un tercero apareció. El famoso Lobo Blanco, Drake la Bestia, hacía acto de presencia con una expresión sorprendentemente amigable. Su presencia era, si cabe, más poderosa que la del conde, aunque no andaban demasiado lejos, y ver al noble mantenerse impertérrito con un solo brazo, recién amputado, hacía que el dragón se cuestionara si no ocultaría su presencia de algún modo. Debería plantearse estudiar aquello con detenimiento si sobrevivía.
"Armadura y cara cubierta, no sale en los carteles, Kiara la Trilobites, Shark, Tridente...", uno a uno fue recordando cada cartel visto en la reunión que tuvo lugar apenas unas horas antes, y casi sonrió, de no ser porque vio cómo el más preocupante de la tripulación se lanzaba contra Drake raudo como una bala, al tiempo que el suelo temblaba a sus pies y se agrietaba. Le habría dado tiempo a reaccionar si esperase algún ataque directo, pero fue tan inesperado como les habían advertido en la reunión. Una bestia movida por instintos, que sólo trataba de destruir lo que, de alguna manera, le hacía daño. "Drake mató a Krabbo.... Ése es su secreto". Vio al animal cargar contra el lobo y a punto estuvo de intervenir, pero las palabras del noble llegaron, y tuvo que asentir. Las luchas por el honor no debían ser interrumpidas, aunque estaba listo para saltar si lo veía necesario. Sin embargo, le escamaba sobremanera cómo aquel mastodonte podía ser capaz de moverse con esa agilidad. Casi tanto como que el lobo pudiera resistir el embate irresistible de Goru. "La bestia. Si resiste al Devorador, el apodo es perfecto para él", pensó, y dejó su espada desvanecerse en la mano. Mientras el lobo estuviera ahí, no podían perder. Sin embargo, tal vez él pudiera acabar con la guerra ya.
En su espalda un par de alas acorazadas surgieron, y un remolino de viento nació bajo sus pies, elevándolo por los aires, dejándolo en una posición casi angelical. "La Diplomacia puede salvar muchas vidas hoy, es hora de negociar". Se alzó dos, tres y hasta cuatro metros con las alas impasibles, inamovibles. Si aquello funcionaba podía detener aquella batalla, e incluso podría lograr que depusieran las armas. Si no... Al menos ganaría tiempo, un tiempo que podía ser la diferencia entre vivir o morir.
-¡Kiara!- gritó, alzando la voz sobre todos los ruidos de alrededor, imponiéndose al fragor de la batalla-. ¡Muchos aquí os llaman monstruos! ¿Por qué estáis empeñados en demostrar que lo sois?- hizo una pausa de menos de un segundo, esperando haber captado su atención-. No tengo nada en contra de vuestra raza, y mucha gente aquí tampoco. Luchamos por defender a la nuestra. ¿Qué ganáis los Gyojin con la aniquilación de simples humanos, de gente sin más pecado que defender esta tierra? ¿Queréis la tierra? Quedáosla- escupió al suelo, dejando caer un lapo a varios metros de altura-. ¡Ni siquiera me importa esta tierra!- su voz sonaba tranquila, aunque con el toque suficiente de desesperación para notarse afectada-. Estoy aquí luchando porque no quiero que haya dos gobiernos enfrentados esclavizando al mundo. ¿Creéis que aquí está el grueso del ejército del Gobierno Mundial? No sois tan inocentes, no podéis serlo. La gente que esclaviza a vuestra raza y marca la desdicha de la mía ha marchado ya, y si pierden esta ciudad, se reorganizarán en otra. ¿De verdad creéis que esto será el final? Años y años de lucha constante, humanos contra Gyojins, enfrentados por una disputa sin motivo, esclavizando ambos a gente por igual. Levas para ejército, trabajadores para los campos y sangre derramada durante décadas. ¿Sabéis lo que veo yo? Que nadie va a ganar hoy. Mañana, si somos de los pocos afortunados que despiertan al amanecer, lo haremos sabiendo que perdimos amigos, familiares, y el futuro...- hizo una pausa, y dejó que sus pulmones adoptaran la forma completa de dragón para poder alzar aún más la voz-. Yo miro esta guerra y no veo humanos y Gyojins, veo hermanos matándose entre ellos, veo viudas de ambas razas que llorarán a sus maridos, veo hijos que mañana no verán a sus padres y veo ancianos que perderán su estirpe aquí. Esta guerra ha llegado demasiado lejos, Kiara. Si mis palabras han servido de algo, retiraos, y yo en persona, como acto de buena fe, negociaré con vosotros una paz que os parezca aceptable. Si por el contrario, deseas luchar...- su espada volvió a materializarse en la mano, y un escudo de brazo en el contrario-. Debo detenerte. Pero si quieres luchar, por favor, prométeme que no es en venganza de Krabbo, detesto luchar sobre la tumba de los caídos- faltaba una frase, archiconocida desde que otro Shichibukai la dijera en una situación similar-. Tengo claro que hoy ganará la justicia, porque quien gane se convertirá en la justicia...- sin embargo, añadiría algo más-. Pero no hay justicia en una victoria hoy.
Se puso en posición de guardia, pero claramente defensiva. Si había logrado algo, que interpretara sus movimientos como una amenaza lo estropearía todo. Si no lograba convencerla y lo atacaba, al menos esperaba un combate de honor en el que venciera el más digno. ¿Habría hecho historia aquel día la palabra sobre la espada? Si, así era. Para bien o para mal estaba por decidirse, pero después de aquello nada iba a ser igual. Activó sus sentidos al máximo, preparado para prever cualquier cosa, y lanzó la capa a volar, para caer lejos de aquella arena de guerra. Por suerte aquel objeto podía mantenerse largo tiempo en el aire, y Uracha y Hinori estarían a salvo de pasar algo.
"Armadura y cara cubierta, no sale en los carteles, Kiara la Trilobites, Shark, Tridente...", uno a uno fue recordando cada cartel visto en la reunión que tuvo lugar apenas unas horas antes, y casi sonrió, de no ser porque vio cómo el más preocupante de la tripulación se lanzaba contra Drake raudo como una bala, al tiempo que el suelo temblaba a sus pies y se agrietaba. Le habría dado tiempo a reaccionar si esperase algún ataque directo, pero fue tan inesperado como les habían advertido en la reunión. Una bestia movida por instintos, que sólo trataba de destruir lo que, de alguna manera, le hacía daño. "Drake mató a Krabbo.... Ése es su secreto". Vio al animal cargar contra el lobo y a punto estuvo de intervenir, pero las palabras del noble llegaron, y tuvo que asentir. Las luchas por el honor no debían ser interrumpidas, aunque estaba listo para saltar si lo veía necesario. Sin embargo, le escamaba sobremanera cómo aquel mastodonte podía ser capaz de moverse con esa agilidad. Casi tanto como que el lobo pudiera resistir el embate irresistible de Goru. "La bestia. Si resiste al Devorador, el apodo es perfecto para él", pensó, y dejó su espada desvanecerse en la mano. Mientras el lobo estuviera ahí, no podían perder. Sin embargo, tal vez él pudiera acabar con la guerra ya.
En su espalda un par de alas acorazadas surgieron, y un remolino de viento nació bajo sus pies, elevándolo por los aires, dejándolo en una posición casi angelical. "La Diplomacia puede salvar muchas vidas hoy, es hora de negociar". Se alzó dos, tres y hasta cuatro metros con las alas impasibles, inamovibles. Si aquello funcionaba podía detener aquella batalla, e incluso podría lograr que depusieran las armas. Si no... Al menos ganaría tiempo, un tiempo que podía ser la diferencia entre vivir o morir.
-¡Kiara!- gritó, alzando la voz sobre todos los ruidos de alrededor, imponiéndose al fragor de la batalla-. ¡Muchos aquí os llaman monstruos! ¿Por qué estáis empeñados en demostrar que lo sois?- hizo una pausa de menos de un segundo, esperando haber captado su atención-. No tengo nada en contra de vuestra raza, y mucha gente aquí tampoco. Luchamos por defender a la nuestra. ¿Qué ganáis los Gyojin con la aniquilación de simples humanos, de gente sin más pecado que defender esta tierra? ¿Queréis la tierra? Quedáosla- escupió al suelo, dejando caer un lapo a varios metros de altura-. ¡Ni siquiera me importa esta tierra!- su voz sonaba tranquila, aunque con el toque suficiente de desesperación para notarse afectada-. Estoy aquí luchando porque no quiero que haya dos gobiernos enfrentados esclavizando al mundo. ¿Creéis que aquí está el grueso del ejército del Gobierno Mundial? No sois tan inocentes, no podéis serlo. La gente que esclaviza a vuestra raza y marca la desdicha de la mía ha marchado ya, y si pierden esta ciudad, se reorganizarán en otra. ¿De verdad creéis que esto será el final? Años y años de lucha constante, humanos contra Gyojins, enfrentados por una disputa sin motivo, esclavizando ambos a gente por igual. Levas para ejército, trabajadores para los campos y sangre derramada durante décadas. ¿Sabéis lo que veo yo? Que nadie va a ganar hoy. Mañana, si somos de los pocos afortunados que despiertan al amanecer, lo haremos sabiendo que perdimos amigos, familiares, y el futuro...- hizo una pausa, y dejó que sus pulmones adoptaran la forma completa de dragón para poder alzar aún más la voz-. Yo miro esta guerra y no veo humanos y Gyojins, veo hermanos matándose entre ellos, veo viudas de ambas razas que llorarán a sus maridos, veo hijos que mañana no verán a sus padres y veo ancianos que perderán su estirpe aquí. Esta guerra ha llegado demasiado lejos, Kiara. Si mis palabras han servido de algo, retiraos, y yo en persona, como acto de buena fe, negociaré con vosotros una paz que os parezca aceptable. Si por el contrario, deseas luchar...- su espada volvió a materializarse en la mano, y un escudo de brazo en el contrario-. Debo detenerte. Pero si quieres luchar, por favor, prométeme que no es en venganza de Krabbo, detesto luchar sobre la tumba de los caídos- faltaba una frase, archiconocida desde que otro Shichibukai la dijera en una situación similar-. Tengo claro que hoy ganará la justicia, porque quien gane se convertirá en la justicia...- sin embargo, añadiría algo más-. Pero no hay justicia en una victoria hoy.
Se puso en posición de guardia, pero claramente defensiva. Si había logrado algo, que interpretara sus movimientos como una amenaza lo estropearía todo. Si no lograba convencerla y lo atacaba, al menos esperaba un combate de honor en el que venciera el más digno. ¿Habría hecho historia aquel día la palabra sobre la espada? Si, así era. Para bien o para mal estaba por decidirse, pero después de aquello nada iba a ser igual. Activó sus sentidos al máximo, preparado para prever cualquier cosa, y lanzó la capa a volar, para caer lejos de aquella arena de guerra. Por suerte aquel objeto podía mantenerse largo tiempo en el aire, y Uracha y Hinori estarían a salvo de pasar algo.
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El tiburón sonrió cuando el lobo se hizo a un lado. Soltó un rugido gutural y se relamió. Sus músculos se hincharon, y sus ojos parecieron brillar con un ansia asesina. Su postura cambió, hasta colocarse medio agazapado, como un verdadero animal. Su boca mostraba una sonrisa sádica y asesina, como la de un depredador que ha acorralado a su presa. Cuando el lobo empezó a cargar todo su poder, el tiburón giró la cabeza de medio lado y tensó los músculos de sus piernas. Su mayor baza a la hora de combatir era hostigar a su presa. Dejó que Drake se acercase para golpearlo y se movió a toda velocidad, como si de una bala se tratase, hacia la izquierda. El golpe del lobo erró, golpeando el aire desde abajo. El tiburón aprovechó la posición actual de su oponente para tratar de golpearlo con su aleta derecha en el abdomen Ataque lateral (hakis al 3)[AI].
- ¡Graaagh! -gritó mientras trataba de pasar al lado del lobo.
Con su velocidad superior trató de ponerse a la espalda del lobo, para saltar sobre él y morderle en el cuello, arrancándole un trozo de carne del cuello. Su fuerza en las mandíbulas era brutal, por lo que no le costaría mucho trabajo. Tras atacar por la espalda, y para evitar represalias, patearía en la espalda al lobo para alejarse de su alcance varios metros. Mordisco al cuello (Hakis al 3) [AF]
- ¡Graaagh! -gritó mientras trataba de pasar al lado del lobo.
Con su velocidad superior trató de ponerse a la espalda del lobo, para saltar sobre él y morderle en el cuello, arrancándole un trozo de carne del cuello. Su fuerza en las mandíbulas era brutal, por lo que no le costaría mucho trabajo. Tras atacar por la espalda, y para evitar represalias, patearía en la espalda al lobo para alejarse de su alcance varios metros. Mordisco al cuello (Hakis al 3) [AF]
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La bola de energía paso por el lado de aquella cosa que se movió a una velocidad de escándalo evadiendo el ataque y echándose a un lado. El chico frunció el ceño mientras hacía desaparecer su ataque de energía y ahora notaba un golpe en el abdomen, lo que mayor le protegió a fue su prodigiosa musculatura en ese estado. Todo el daño de los llevó la carne, pero la fuerza de aquella cosa era notable y llegó a hacerle un daño bastante dañino pero sin llegar a dejarle sin respiración. La velocidad de aquel ser era enorme pero el chico ya empezaba a darse cuenta de los ataques de esa cosa “Antes ha intentado decapitarme, está claro que ataca por encima de mi pecho”. Nada más haber recibido el coletazo lanzó con su otro brazo un lazo hacia atrás con fuerza, la mano de ese brazo era la que estaba rota. Mientras se estaba girando lanzando el lazo notó que algo le atrapaba ¿Qué diablos es esto? La respuesta llegó cuando sintió el mayor de los dolores y una patada mandarlo unos metros a volar, pero se levantó entre gritos.
- ¡Aaaaaaaaaaaah!
Un chorro de sangre surgió de repente ante los ojos del lobo, el cual tras recibir aquel mordisco saltó hacia atrás. La enorme figura se dio cuenta de que no tenía mano, al lanzar el lazo hacia atrás la había metido en la trayectoria de la boca de aquella cosa, nada más recibir el ataque del abdomen supo que debía hacer su defensa lo más rápido posible aunque no viera el ataque de su oponente y como bien pensaba, iba a su cabeza. Lo bueno de aquella forma es que su enorme brazo cubría su cuello y hasta la frente de su cabeza. Pero el pago había sido caro, el lobo rugía de dolor observando que había perdido la mano y al menos siete centímetros más hacia arriba. La sangre fluía y lo que hizo fue darse un golpe en la herida con el aura ardiente varias veces hasta quemarse y sellar el sangrado. Gruñó clavándose de rodillas en el suelo mientras ahora sus ojos brillaban más y los dirigía hacia el tiburón observándole mientras trataba de respirar mejor “Es demasiado fuerte para mí… no puedo seguir su velocidad y su haki es tan poderoso como el mío”.
Drake ahora se concentró sabiendo que su oportunidad estaba a unos segundos de ocurrir, su forma lobo supremo era la solución. Por un momento le pasó por la cabeza comerse tres rumbles pero aquello podía ser peor debido a su descontrol, de modo que intentó ganar algo más de velocidad. Volvió a la forma humana desactivando el berserker y su forma de lobo pero ahora creció hasta los dos metros, su pelo se puso pinchudo y algo más largo mientras tomaba un color negro. De la parte baja de su espalda surgió una cola de lobo y todo su cuerpo empezó a rodearse de pelo rojizo menos la cara, los pectorales y la zona abdominal. Por el momento usaría su Densetsu Okami que le daba mucha más fuerza que la forma híbrida y por supuesto más velocidad y agilidad que la forma completa. Una vez lo hizo se quedó mirando al tiburón con una sonrisa pero muriéndose de dolor por la pérdida de su mano y el golpe en el estómago, que ahora sin tanta musculatura se veía un moratón. Activó de nuevo el Berserker al nivel cinco pero no era tan alto, ahora medía unos tres metros y medio. Sonriente se lanzó volando hacia su objetivo y trató de colocarse a su lado, intentó pegarle una fuerte y rápida patada en las costillas para después volar algo más algo y lanzarle una poderosa onda de choque tratando de estamparlo contra el suelo. Durante la patada había activado su SN2 para duplicar su fuerza pero a la hora de volar y lanzar la onda lo había desactivado. Le diese o no, saldría volando a toda velocidad o al menos lo intentaría, hasta el cielo y colocarse a unos quince metros de altura, tal vez aquella cosa no volaba y no podía alcanzarle allí. Desde lo alto empezó a hablarle entre jadeos y un tono amable y calmado, como si estuviera tratando de ser amigo de aquel tiburón.
Okami Presión: [AF] [Hakis al 3] [Aura ardiente] [Berserker Nvl5] [Densetsu Okami] [SN2]
- Eres bastante fuerte tiburón, pero me gustaría pelear contigo usando solo los puños y las piernas. Pelear con garras y colmillos no es para los luchadores como nosotros, por cierto eres el mejor rival que he tenido nunca ¡Después de esto podríamos incluso ser amigos! ¿Qué te parece? ¡Yo me llamo Drake!
- ¡Aaaaaaaaaaaah!
Un chorro de sangre surgió de repente ante los ojos del lobo, el cual tras recibir aquel mordisco saltó hacia atrás. La enorme figura se dio cuenta de que no tenía mano, al lanzar el lazo hacia atrás la había metido en la trayectoria de la boca de aquella cosa, nada más recibir el ataque del abdomen supo que debía hacer su defensa lo más rápido posible aunque no viera el ataque de su oponente y como bien pensaba, iba a su cabeza. Lo bueno de aquella forma es que su enorme brazo cubría su cuello y hasta la frente de su cabeza. Pero el pago había sido caro, el lobo rugía de dolor observando que había perdido la mano y al menos siete centímetros más hacia arriba. La sangre fluía y lo que hizo fue darse un golpe en la herida con el aura ardiente varias veces hasta quemarse y sellar el sangrado. Gruñó clavándose de rodillas en el suelo mientras ahora sus ojos brillaban más y los dirigía hacia el tiburón observándole mientras trataba de respirar mejor “Es demasiado fuerte para mí… no puedo seguir su velocidad y su haki es tan poderoso como el mío”.
Drake ahora se concentró sabiendo que su oportunidad estaba a unos segundos de ocurrir, su forma lobo supremo era la solución. Por un momento le pasó por la cabeza comerse tres rumbles pero aquello podía ser peor debido a su descontrol, de modo que intentó ganar algo más de velocidad. Volvió a la forma humana desactivando el berserker y su forma de lobo pero ahora creció hasta los dos metros, su pelo se puso pinchudo y algo más largo mientras tomaba un color negro. De la parte baja de su espalda surgió una cola de lobo y todo su cuerpo empezó a rodearse de pelo rojizo menos la cara, los pectorales y la zona abdominal. Por el momento usaría su Densetsu Okami que le daba mucha más fuerza que la forma híbrida y por supuesto más velocidad y agilidad que la forma completa. Una vez lo hizo se quedó mirando al tiburón con una sonrisa pero muriéndose de dolor por la pérdida de su mano y el golpe en el estómago, que ahora sin tanta musculatura se veía un moratón. Activó de nuevo el Berserker al nivel cinco pero no era tan alto, ahora medía unos tres metros y medio. Sonriente se lanzó volando hacia su objetivo y trató de colocarse a su lado, intentó pegarle una fuerte y rápida patada en las costillas para después volar algo más algo y lanzarle una poderosa onda de choque tratando de estamparlo contra el suelo. Durante la patada había activado su SN2 para duplicar su fuerza pero a la hora de volar y lanzar la onda lo había desactivado. Le diese o no, saldría volando a toda velocidad o al menos lo intentaría, hasta el cielo y colocarse a unos quince metros de altura, tal vez aquella cosa no volaba y no podía alcanzarle allí. Desde lo alto empezó a hablarle entre jadeos y un tono amable y calmado, como si estuviera tratando de ser amigo de aquel tiburón.
Okami Presión: [AF] [Hakis al 3] [Aura ardiente] [Berserker Nvl5] [Densetsu Okami] [SN2]
- Eres bastante fuerte tiburón, pero me gustaría pelear contigo usando solo los puños y las piernas. Pelear con garras y colmillos no es para los luchadores como nosotros, por cierto eres el mejor rival que he tenido nunca ¡Después de esto podríamos incluso ser amigos! ¿Qué te parece? ¡Yo me llamo Drake!
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Goru sonríe de lado y mastica con complacencia la mano del chico. Tras tragársela se relame, manchando su rostro con sangre. Sus pupilas se dilatan por la emoción. Su estado en caza final lo hace ser mucho más rápido y fuerte, aunque su potencia bruta no es tan exagerada como la del lobo. Por eso, cuando lo ve llegar hacia él no hace ademán de detenerlo, sino que se hizo a un lado, aunque el lobo logró golpearlo en el hombro y casi lo tira al suelo. Por suerte, el golpe no llegó a tirarlo al suelo. Se gira hacia el lobo y cuando este lanza la onda desde el aire, se lanza a un lado a toda velocidad para evitar un daño brutal. El tiburón gruñe a Drake y se retira a toda velocidad, buscando presas más fáciles.
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