Steve
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era extraño que te citaran para ir hasta Enies Lobby, ¿no? El puerto estaba casi vacío, y solo había algún que otro barco. Podría ser cosa de que era bastante temprano, pues acababa de amanecer. En las calles de la isla flotante podías ver a una gran cantidad de marines y posiblemente muchos de los paisanos fueran miembros del CP, ¿pero que tendría que temer el poderoso Dexter Black, asesino de Yonkous?
En la carta que te habían citado para el juicio en el único juzgado existente en la isla, el Palacio de Justicia. El hecho de que fueras el acusado no te daba buena impresión, pero podrías mirarlo por el lado bueno e intentar convencer a los jueces de que tus delitos estaban justificados. Según lo escrito en el papel aún quedaba una hora para que el juicio empezara, así que tenías un poco de tiempo para rondar por la ciudad. Quizás deberías buscar un buen abogado, si no has encontrado uno.
En la carta que te habían citado para el juicio en el único juzgado existente en la isla, el Palacio de Justicia. El hecho de que fueras el acusado no te daba buena impresión, pero podrías mirarlo por el lado bueno e intentar convencer a los jueces de que tus delitos estaban justificados. Según lo escrito en el papel aún quedaba una hora para que el juicio empezara, así que tenías un poco de tiempo para rondar por la ciudad. Quizás deberías buscar un buen abogado, si no has encontrado uno.
Dexter Black
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La situación era cuanto menos curiosa: El Palacio de Justicia de Ennies Lobby, directamente y sin rodeos, le enviaba una carta formal instándolo a declarar en el Juicio de Dexter Black. Obviamente, como acusado, pero lo que realmente hacía increíble la situación era que, a su llegada en la Joya tan sólo un par de barcos atracaban o partían. ¿Tal vez por ser temprano? Debía haber algo más detrás de todo aquello, pues no era casual, o al menos estaba convencido de ello, que tras la muerte de Kirito por fin sus delitos fueran a ser juzgados y, tal vez... ¿Olvidados? No se fiaba en absoluto del Gobierno Mundial, ni sería la primera vez que tendieran una trampa al mundo, pero debía comparecer si quería en algún momento recuperar su vida. Cómo hacerlo sin revivir los horrores que había presenciado del Gobierno Mundial ya era otra historia.
-Alejad el barco y poned rumbo al Nuevo Mundo- había dicho nada más llegar según se preparaba para abandonar la nave-. No puedo confiar en ellos; si hay algún problema me comunicaré con vosotros de inmediato. Si no, os veré en el Ojo en unos días.
Con aquellas palabras había dejado la Joya alejarse en manos de Bagg, el viejo navegante que se encargaba de comandar las fuerzas del ojo. Sólo confiaba en él para guiar el barco en las aguas del Nuevo Mundo cuando su capitán no estaba a bordo. Había confiado en Nemo hacía un tiempo, pero estaba completamente desaparecido y, según lo último que había escuchado, estaba aliado con Derian Markov en unos fines que no comprendía adónde llevarían. "Y están los demás", pensó por un momento, pero ninguno de ellos conocía de Navegación ni tenía ingenio o estudio suficiente para manejar al completo aquel artificio de ingeniería con un solo panel. En cualquier caso, rodeado de civiles, allí estaba Dexter Black para enfrentarse a su juicio. Con suerte, el que le permitiera dejar la vida de "criminal redimido" para continuar su antiguo rol de simple cazafortunas. Aunque, tras tanto oro acumulado, tal vez se retirara de la vida sin más. Quién sabe.
Comenzó a caminar por las calles observando en cada rincón. Que lo señalaran con miedo y le dieran el título de "asesino de Yonkous" no le terminaba de convencer, y en gran medida le hacía pensar que sólo agravaría su situación ya que, al fin y al cabo, podría sólo estar tramando una purga para coronarse como único Emperador del Nuevo Mundo y, más tarde, rey de los piratas. No entendía que aquella reputación le fuera dada, pero era razonable pensarlo y, sin duda, debía ser cauteloso con todas sus palabras desde aquel mismo instante o podría estropear una situación que sería favorable en muchos casos.
Los Marines no le quitaban ojo de encima, y algunos civiles tampoco. "Agentes secretos, tal vez", pensó, aunque el miedo y la leyenda podían hacer que muchos quisieran controlarlo o, simplemente, estar atentos para saber en qué momento huir. Sí, era plausible, aunque seguía siendo una opción fiable, más sabiendo que León Zaid era parte de esos agentes y él no había llegado a darse cuenta hasta la guerra de Mariejoa... O Jin, que también era agente cuando compartieron capitán. Cada vez más, todo parecía una trampa.
Siguió, igualmente, avanzando hacia el palacio de justicia. No tenía nada que temer; al fin y al cabo, el temor sólo servía para que no analizase correctamente la situación. Y la situación era complicada, cuanto menos.
-Queda una hora... En fin. Creo que puedo esperar- dijo en voz alta, activando su Haki de Observación. Cualquier cosa extraña la captaría, probablemente.
-Alejad el barco y poned rumbo al Nuevo Mundo- había dicho nada más llegar según se preparaba para abandonar la nave-. No puedo confiar en ellos; si hay algún problema me comunicaré con vosotros de inmediato. Si no, os veré en el Ojo en unos días.
Con aquellas palabras había dejado la Joya alejarse en manos de Bagg, el viejo navegante que se encargaba de comandar las fuerzas del ojo. Sólo confiaba en él para guiar el barco en las aguas del Nuevo Mundo cuando su capitán no estaba a bordo. Había confiado en Nemo hacía un tiempo, pero estaba completamente desaparecido y, según lo último que había escuchado, estaba aliado con Derian Markov en unos fines que no comprendía adónde llevarían. "Y están los demás", pensó por un momento, pero ninguno de ellos conocía de Navegación ni tenía ingenio o estudio suficiente para manejar al completo aquel artificio de ingeniería con un solo panel. En cualquier caso, rodeado de civiles, allí estaba Dexter Black para enfrentarse a su juicio. Con suerte, el que le permitiera dejar la vida de "criminal redimido" para continuar su antiguo rol de simple cazafortunas. Aunque, tras tanto oro acumulado, tal vez se retirara de la vida sin más. Quién sabe.
Comenzó a caminar por las calles observando en cada rincón. Que lo señalaran con miedo y le dieran el título de "asesino de Yonkous" no le terminaba de convencer, y en gran medida le hacía pensar que sólo agravaría su situación ya que, al fin y al cabo, podría sólo estar tramando una purga para coronarse como único Emperador del Nuevo Mundo y, más tarde, rey de los piratas. No entendía que aquella reputación le fuera dada, pero era razonable pensarlo y, sin duda, debía ser cauteloso con todas sus palabras desde aquel mismo instante o podría estropear una situación que sería favorable en muchos casos.
Los Marines no le quitaban ojo de encima, y algunos civiles tampoco. "Agentes secretos, tal vez", pensó, aunque el miedo y la leyenda podían hacer que muchos quisieran controlarlo o, simplemente, estar atentos para saber en qué momento huir. Sí, era plausible, aunque seguía siendo una opción fiable, más sabiendo que León Zaid era parte de esos agentes y él no había llegado a darse cuenta hasta la guerra de Mariejoa... O Jin, que también era agente cuando compartieron capitán. Cada vez más, todo parecía una trampa.
Siguió, igualmente, avanzando hacia el palacio de justicia. No tenía nada que temer; al fin y al cabo, el temor sólo servía para que no analizase correctamente la situación. Y la situación era complicada, cuanto menos.
-Queda una hora... En fin. Creo que puedo esperar- dijo en voz alta, activando su Haki de Observación. Cualquier cosa extraña la captaría, probablemente.
Steve
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Puedes ver como el Palacio de Justicia sigue cerrado, aunque es normal, todavía falta una hora. Quizás te apeteciera comer algo en ese pequeño restaurante familiar. Desde esta sale un olor suculento, y una buena cantidad de gente esta disfrutando de un buen desayuno, aunque no parece estar completamente lleno.
¿No crees que estaría bien disfrutar de un buen desayuno antes de saber que destino te espera? Siempre puedes esperar delante, sufriendo las miradas de la gente que te reconozca, que posiblemente fuera mucha, y disfrutando de la congelada brisa marina.
¿No crees que estaría bien disfrutar de un buen desayuno antes de saber que destino te espera? Siempre puedes esperar delante, sufriendo las miradas de la gente que te reconozca, que posiblemente fuera mucha, y disfrutando de la congelada brisa marina.
Dexter Black
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por delante de él pasaba alguna gente. Informes, más informes, un café con un aroma delicioso... Y no pudo evitar mirar en la dirección de aquel olor. Lo llevaba una mujer bastante mona, peliverde con una gran flor rosa en el cabello, decorándola. Cuando terminó de examinar a la dama y tener fantasías eróticas con el café, torció la cabeza y descubrió el origen de aquel efluvio amargo: Un restaurante familiar, extrañamente abierto a aquellas horas de la mañana ¿O era ya por la tarde? Era imposible saberlo en un lugar donde nunca se ponía el sol. De hecho, tal vez los ritmos circadianos de la gente en el lugar estaban tan alterados que el restaurante abría las veinticuatro horas al día... Era plausible.
"Cuando termine con esto tal vez debería tomarme algo allí", pensó, mientras su paciencia iba poniéndose a prueba minuto a minuto. Primero el café, pero empezaban a salir familias felices, por no hablar de todas las que se veían con gozo y algarabía disfrutando de la comida en el lugar. El panizo y las tortitas se fundían con el sirope, y el chocolate fundido hacía que se derritiera su voluntad de hierro. ¡No! Tenía que resistir.
Pero el tiempo pasaba despacio, muy despacio, y tras cinco minutos que parecieron años, fue directo al local. Era pequeño, pero encantador, con gente entrando y saliendo, además de un saludable tono rojo y una M dorada y redondeada que iniciaba el logo.
Mcdowells era el hogar de una de sus hamburguesas favoritas, y allá donde encontrara una de sus franquicias era feliz por un día, al margen de los acontecimientos. El hogar de la Big Mick y otras delicias como los Dowell Nuggets o las Mcdalenas era como una segunda casa para estudiantes obesos de todas las islas del mundo, así como un lugar agradable para olvidar la dieta muchas mujeres y un extraño sitio de ligoteo para los más atrevidos. "Aunque yo no ligaría con una chica que devora estas cosas", pensó mientras abría la puerta del restaurante, y todos los olores de las cocinas fueron a dar con su nariz.
Chocolate almendrado ,con leche, cafés de cien regiones distintas y hasta orujo y Licores varios. La garantía de calidad, un anciano que se emborrachaba en una esquina, solo y contando batallitas a cada persona incauta que se acercaba a él. Siempre que alguien pudiera emborracharse en Dowells la diversión estaba asegurada. Incluso con aquellas miradas que se clavaron en él cuando entró al local. ¿Tan peligroso parecía? Se sentó a una mesa con calma, esperando que fueran a atenderlo.
"Cuando termine con esto tal vez debería tomarme algo allí", pensó, mientras su paciencia iba poniéndose a prueba minuto a minuto. Primero el café, pero empezaban a salir familias felices, por no hablar de todas las que se veían con gozo y algarabía disfrutando de la comida en el lugar. El panizo y las tortitas se fundían con el sirope, y el chocolate fundido hacía que se derritiera su voluntad de hierro. ¡No! Tenía que resistir.
Pero el tiempo pasaba despacio, muy despacio, y tras cinco minutos que parecieron años, fue directo al local. Era pequeño, pero encantador, con gente entrando y saliendo, además de un saludable tono rojo y una M dorada y redondeada que iniciaba el logo.
- Logo:
Mcdowells era el hogar de una de sus hamburguesas favoritas, y allá donde encontrara una de sus franquicias era feliz por un día, al margen de los acontecimientos. El hogar de la Big Mick y otras delicias como los Dowell Nuggets o las Mcdalenas era como una segunda casa para estudiantes obesos de todas las islas del mundo, así como un lugar agradable para olvidar la dieta muchas mujeres y un extraño sitio de ligoteo para los más atrevidos. "Aunque yo no ligaría con una chica que devora estas cosas", pensó mientras abría la puerta del restaurante, y todos los olores de las cocinas fueron a dar con su nariz.
Chocolate almendrado ,con leche, cafés de cien regiones distintas y hasta orujo y Licores varios. La garantía de calidad, un anciano que se emborrachaba en una esquina, solo y contando batallitas a cada persona incauta que se acercaba a él. Siempre que alguien pudiera emborracharse en Dowells la diversión estaba asegurada. Incluso con aquellas miradas que se clavaron en él cuando entró al local. ¿Tan peligroso parecía? Se sentó a una mesa con calma, esperando que fueran a atenderlo.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.