Página 1 de 2. • 1, 2
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras navegaba por el paraíso, decidí en visitar el gran Reino de Sakura. Este no estaba demasiado lejos de mi ubicación actual, por lo que demoré unas pocas horas en desembarcar en uno de los puertos del reino. Más concreta mente deje mi bote sobre la cosa de la ciudad de Bighorn. Por desgracia no conocía ningún tipo de información sobre la misma, por lo que me dirigí directamente a una tienda que no estaba a más de unos metros del puerto. Al entrar a la tienda pude apreciar las hermosas flores que al parecer vendía la hermosa dueña del lugar. Según mi impresión el local no parecía muy concurrido que digamos ya que siendo las 12 del mediodía tendría que haber alguna persona comprando algo, pero salteando este pequeño detalle me acerqué a la mujer que ahora me observaba seguramente pensando porque razón me quedé parando unos cinco segundos observándola.
Al aproximarme lo suficiente le pregunté con una voz tranquila y curiosa:"¿Señorita... me presento, soy Juka B.Volpi. Como es su nombre?". La dueña de la tienda me contestó en ese momento:"¿Señor... mi nombre es Mira, que se le ofrece?". Sin darle verdadera importancia a su nombre le pregunté lo que realmente venía a buscar:"Me gustaría saber por donde empezar mi recorrido por el reino, ya que soy turista". La mujer me miró con una cara un poco desconfiada diciéndome que tendría que empezar visitando la plaza central de la plaza y luego si quería caminar estaría bueno que visitara el palacio de Drum.
Luego de recibir esa respuesta me di vuelta saliendo de la tienda, pero no sin antes agradecerle a la señorita por su amable trato y por su información. Siguiendo al pie de la letra las instrucciones de mi guía caminé por lo que parecía ser la calle principal de la ciudad hasta finalmente llegar a la famosa plaza. Esta era gigantesca, del tamaño de un palacio o una gran mansión pero llena de flores, y decoraciones. Observando con cara de sorprendido todas estas maravillosas esculturas, logré ver de reojo a mi derecha como un hombre con una vestimenta oscura, le quitaba la cartera a una mujer de una edad cercana a la mía. Sin dudarlo corrí en la dirección en la que estaba el ladrón y mientras lo perseguía le grité a la mujer:"Ya vuelvo con su cartera!!".
A pesar de lo que dije, el ya vuelvo se transformó rápidamente en un "vuelvo en una hora" ya que el ladrón conocía perfectamente la ciudad y se me escapó de las manos varias veces. Por suerte logré atraparlo transcurrido ese tiempo. Dejé ir al hombre encapuchado cuando me devolvió lo que le había robado a la señora. Apurándome por todo el tiempo pasado regresé a la plaza y por más sorprendente que pareciera la señora aún estaba ahí sentada en uno de los bancos de la plaza. Sin pensarlo le devolví la cartera a la señora, la cuál me dio un muy sincero gracias. Mirándome ahora como un buen héroe, me senté en uno de los bancos del lugar, observando así todo el exquisito paisaje.
Al aproximarme lo suficiente le pregunté con una voz tranquila y curiosa:"¿Señorita... me presento, soy Juka B.Volpi. Como es su nombre?". La dueña de la tienda me contestó en ese momento:"¿Señor... mi nombre es Mira, que se le ofrece?". Sin darle verdadera importancia a su nombre le pregunté lo que realmente venía a buscar:"Me gustaría saber por donde empezar mi recorrido por el reino, ya que soy turista". La mujer me miró con una cara un poco desconfiada diciéndome que tendría que empezar visitando la plaza central de la plaza y luego si quería caminar estaría bueno que visitara el palacio de Drum.
Luego de recibir esa respuesta me di vuelta saliendo de la tienda, pero no sin antes agradecerle a la señorita por su amable trato y por su información. Siguiendo al pie de la letra las instrucciones de mi guía caminé por lo que parecía ser la calle principal de la ciudad hasta finalmente llegar a la famosa plaza. Esta era gigantesca, del tamaño de un palacio o una gran mansión pero llena de flores, y decoraciones. Observando con cara de sorprendido todas estas maravillosas esculturas, logré ver de reojo a mi derecha como un hombre con una vestimenta oscura, le quitaba la cartera a una mujer de una edad cercana a la mía. Sin dudarlo corrí en la dirección en la que estaba el ladrón y mientras lo perseguía le grité a la mujer:"Ya vuelvo con su cartera!!".
A pesar de lo que dije, el ya vuelvo se transformó rápidamente en un "vuelvo en una hora" ya que el ladrón conocía perfectamente la ciudad y se me escapó de las manos varias veces. Por suerte logré atraparlo transcurrido ese tiempo. Dejé ir al hombre encapuchado cuando me devolvió lo que le había robado a la señora. Apurándome por todo el tiempo pasado regresé a la plaza y por más sorprendente que pareciera la señora aún estaba ahí sentada en uno de los bancos de la plaza. Sin pensarlo le devolví la cartera a la señora, la cuál me dio un muy sincero gracias. Mirándome ahora como un buen héroe, me senté en uno de los bancos del lugar, observando así todo el exquisito paisaje.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La isla de Drum, ahora más conocida como el reino de Sakura… un lugar que me parecía realmente detestable. Me recordaba demasiado a la isla donde me crie. No obstante para llegar hasta el reino de Arabasta tenía que pasar por aquel lugar obligatoriamente… Tanta nieve, tanta montaña, tantos recuerdos… ¡Aggh! Cuanto antes me marchara de aquel sitio mejor. Me encontraba en el muelle de la isla, atraqué mi pequeño bote de madera en este y me dispuse a avanzar hacía en centro de la isla pues me había quedado sin provisiones para mi viaje y no podía continuar sin estas.
Tengo que admitir que las calles de la isla vistas de más cerca estaban mejor, por decirlo de alguna forma le daban al lugar un toque más navideño, o algo por el estilo. La gente de aquel lugar transmitían cierta energía positiva, todos estaban sonriendo y rebosantes de alegría. Esto hizo lo que creía que era imposible en aquellas circunstancias, una leve sonrisa apareció en mi rostro poco a poco. De golpe vi algo que me llamó la atención, justamente era lo que estaba buscando, una tienda de víveres. Me adentré en esta y empecé a mirar las estanterías rebosantes de alimentos y bebida. Cogí una gran bolsa y metí todo lo que necesitaba dentro de esta. Cuando acabé me dirigí hacía el mostrador y la vacié en este, el dueño del local, sorprendido por la gran cantidad de comida y alcohol que había comprado no pudo evitar poner una cara un tanto rara la cual expresaba sorpresa y confusión al mismo tiempo. Uno a uno fue mirando el precio de los artículos y los fue sumando hasta lograr la cifra total. -Será un total de cuarenta y dos mil seiscientos veintiocho coma sesenta y siete berries. Saqué mi monedero, puse todos los billetes que tenía y seguidamente busqué las monedas necesarias para que el precio fuera exacto. Tras pagar volví a meter todo lo que había comprado en la bosa con sumo cuidado y la cargué en mi hombro para llevarla hasta el bote donde con el que había llegado hasta allí, pero opté por un camino diferente, quería ver algo más de ese lugar antes de marcharme.
Empecé a caminar y minutos más tarde fui a parar a lo que parecía ser la calle principal de la isla. Avancé por este hasta que llegué a una gigante plaza llena de flores, decoraciones y alguna que otra escultura de lo que aparentemente era mármol. Tras quedarme unos segundos quito en el sitio admirando la belleza de aquella estructura seguí caminando. De repente vi algo… o mejor dicho alguien al cual prefería evitar. Se trataba de un hombre con el que ya había coincidido meses antes en la isla de Ohara. Un individuo que me metió en una pelea contra un Teniente y me hizo golpear a quince marines inocentes. Él estaba sentando en uno de los bancos de la plaza. Mierda… Pensé por dentro. Pues tenía que pasar por su lado para llegar hasta el camino que llevaba a mi barco. Me puse la bolsa llena de alimentos en mi hombro derecho, tapando así mi cara y me dispuse a pasar por su lado a un paso ciertamente rápido. Esperaba que no me reconociera…
Tengo que admitir que las calles de la isla vistas de más cerca estaban mejor, por decirlo de alguna forma le daban al lugar un toque más navideño, o algo por el estilo. La gente de aquel lugar transmitían cierta energía positiva, todos estaban sonriendo y rebosantes de alegría. Esto hizo lo que creía que era imposible en aquellas circunstancias, una leve sonrisa apareció en mi rostro poco a poco. De golpe vi algo que me llamó la atención, justamente era lo que estaba buscando, una tienda de víveres. Me adentré en esta y empecé a mirar las estanterías rebosantes de alimentos y bebida. Cogí una gran bolsa y metí todo lo que necesitaba dentro de esta. Cuando acabé me dirigí hacía el mostrador y la vacié en este, el dueño del local, sorprendido por la gran cantidad de comida y alcohol que había comprado no pudo evitar poner una cara un tanto rara la cual expresaba sorpresa y confusión al mismo tiempo. Uno a uno fue mirando el precio de los artículos y los fue sumando hasta lograr la cifra total. -Será un total de cuarenta y dos mil seiscientos veintiocho coma sesenta y siete berries. Saqué mi monedero, puse todos los billetes que tenía y seguidamente busqué las monedas necesarias para que el precio fuera exacto. Tras pagar volví a meter todo lo que había comprado en la bosa con sumo cuidado y la cargué en mi hombro para llevarla hasta el bote donde con el que había llegado hasta allí, pero opté por un camino diferente, quería ver algo más de ese lugar antes de marcharme.
Empecé a caminar y minutos más tarde fui a parar a lo que parecía ser la calle principal de la isla. Avancé por este hasta que llegué a una gigante plaza llena de flores, decoraciones y alguna que otra escultura de lo que aparentemente era mármol. Tras quedarme unos segundos quito en el sitio admirando la belleza de aquella estructura seguí caminando. De repente vi algo… o mejor dicho alguien al cual prefería evitar. Se trataba de un hombre con el que ya había coincidido meses antes en la isla de Ohara. Un individuo que me metió en una pelea contra un Teniente y me hizo golpear a quince marines inocentes. Él estaba sentando en uno de los bancos de la plaza. Mierda… Pensé por dentro. Pues tenía que pasar por su lado para llegar hasta el camino que llevaba a mi barco. Me puse la bolsa llena de alimentos en mi hombro derecho, tapando así mi cara y me dispuse a pasar por su lado a un paso ciertamente rápido. Esperaba que no me reconociera…
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pasaron minutos antes de que terminara de apreciar ese maravilloso paisaje de la plaza, entonces cuando finalmente me encontraba recostado totalmente en el banco y comenzaba a relajarme, logré ver entre un par de personas a lo que parecía un hombre que escapaba de algo. Debido a que anteriormente un hombre había hecho lo mismo luego de robarle a una señorita en la plaza, me aproximé a el diciendo con un tono de matón:"Ehh tu... deja ver tu rostro!"
En ese momento el desconocido que tapaba su cara con una bolsa, mostró su cara y al verla quede en un estado entre feliz e impactado al ver a la persona con la que había compartido semejante pelea meses atrás, este hombre era si mal no cuerdo "Ragnar". Mientras observaba si realmente era él la persona que tenía a delante mío, le dije:"Ragnar!!... cuanto tiempo amigo, que novedades tienes!?". Mientras lo miraba y pronunciaba esas palabras logré ver que su rostro no estaba tan feliz de verme como lo estaba yo. Al parecer este hombre no quería que lo metiera en más problemas, ya que soy como un imán para los mismos, pero en el fondo sabía que ese hombre de cabello blanco había disfrutado la batalla en conjunto que tuvimos en nuestra ultima aventura juntos.
Mientras esperaba su respuesta a lo que le había dicho, le sugerí que me acompañara al banco en el que anteriormente estaba sentado mientras admiraba el gran paisaje de la plaza de Bighorn.
En ese momento el desconocido que tapaba su cara con una bolsa, mostró su cara y al verla quede en un estado entre feliz e impactado al ver a la persona con la que había compartido semejante pelea meses atrás, este hombre era si mal no cuerdo "Ragnar". Mientras observaba si realmente era él la persona que tenía a delante mío, le dije:"Ragnar!!... cuanto tiempo amigo, que novedades tienes!?". Mientras lo miraba y pronunciaba esas palabras logré ver que su rostro no estaba tan feliz de verme como lo estaba yo. Al parecer este hombre no quería que lo metiera en más problemas, ya que soy como un imán para los mismos, pero en el fondo sabía que ese hombre de cabello blanco había disfrutado la batalla en conjunto que tuvimos en nuestra ultima aventura juntos.
Mientras esperaba su respuesta a lo que le había dicho, le sugerí que me acompañara al banco en el que anteriormente estaba sentado mientras admiraba el gran paisaje de la plaza de Bighorn.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras pasaba por su lado a un paso bastante rápido escuché como su voz decía algo dirigido aparentemente a mí. “"¡Ehh tu... deja ver tu rostro!" Dijo a la vez que se levantaba de su asiento dispuesto a venir hacía mi posición. “Mierda” pensé a la vez que me detenía al ver que me había reconocido. Cuando estaba lo suficientemente cerca de mi aparté aquel gran saco lleno de comida y bebida de mi rostro dejando así mi cara al descubierto para que me reconociese. Al ver quien era una gran expresión de felicidad apareció en el rostro del chico, al parecer se alegraba mucho de verme y no pudo retener aquel sentimiento. Tras saludarme y preguntarme como me había ido todo desde la última y primera vez que nos vimos. Una pequeña expresión de decepción sustituyó a la anterior, indicando que se había dado cuenta de que yo no estaba tan feliz de verle como él, pero a los pocos segundos volvió su expresión inicial de felicidad y me invitó a sentarme en el banco en el que se encontraba instantes antes junto a él.
Nos dirigimos hacía el asiento de roca, yo le empecé a hablar sobre algunos de mis viajes, como el que tuve en la isla de Shoko, o la de días antes en Little Garden. Tras contarle alguno de los detalles sobre mis últimas aventuras me quedé mirando en silencio a una de las grandes estatuas, aún llena de nieve, que se encontraba en medio de la plaza rodeada por aquellas hermosas flores. Esta se trataba de un gran hombre, de complexión fuerte, y con una armadura que cubría sus dos brazos y nada más. En la base de la estatua ponía unas palabras” Dalton, El Rey Bisonte". Tras observarla durante unos segundos mi giré hacía mi viejo amigo y le pregunté algo. -¿Cómo crees que era él?
Nos dirigimos hacía el asiento de roca, yo le empecé a hablar sobre algunos de mis viajes, como el que tuve en la isla de Shoko, o la de días antes en Little Garden. Tras contarle alguno de los detalles sobre mis últimas aventuras me quedé mirando en silencio a una de las grandes estatuas, aún llena de nieve, que se encontraba en medio de la plaza rodeada por aquellas hermosas flores. Esta se trataba de un gran hombre, de complexión fuerte, y con una armadura que cubría sus dos brazos y nada más. En la base de la estatua ponía unas palabras” Dalton, El Rey Bisonte". Tras observarla durante unos segundos mi giré hacía mi viejo amigo y le pregunté algo. -¿Cómo crees que era él?
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Después de que finalmente mi compañero reaccionara ante mi aparición, decidió acompañarme al previamente nombrado banco de aquella plaza. Cuando nos sentamos en ese haciendo hecho a base de mármol, admiramos nuevamente la vista de la hermosa plaza. Justo en el medio de la misma pudimos ver una gran estatua, la cuál estaba rodeada de las más hermosas flores del lugar. Debajo de la figura se encontraba una placa hecha de plata, en esta estaba escrito el nombre de "Dalton, El Rey Bisonte". A ambos nos llamó la atención ver ese nombre debajo de aquel hombre, y justo cuando pensaba como relacionar el nombre de "Bisonte" con la persona, Ragnar me preguntó:"¿Cómo crees que era él?".
Quedando unos pocos segundos en un estado pensativo le respondí a mi amigo:"Creo que era un hombre duro de roer como un bisonte, y con la misma fuerza de voluntad". Mientras esperaba que el hombre sentado a mi lado hiciera algún tipo de reflexión al respecto, saqué un cigarrillo de mis bolsillos y luego de ponerlo en mi boca y encenderlo le ofrecí uno a Ragnar estirando mi mano con el cigarro en la mano dejándola a mitad de camino entre nosotros.
Quedando unos pocos segundos en un estado pensativo le respondí a mi amigo:"Creo que era un hombre duro de roer como un bisonte, y con la misma fuerza de voluntad". Mientras esperaba que el hombre sentado a mi lado hiciera algún tipo de reflexión al respecto, saqué un cigarrillo de mis bolsillos y luego de ponerlo en mi boca y encenderlo le ofrecí uno a Ragnar estirando mi mano con el cigarro en la mano dejándola a mitad de camino entre nosotros.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Coincidía con su respuesta, la verdad es que había leído sobre él en uno de los viejos y roñosos libros que tenía mi maestro en nuestra aislada casa en la montaña y por lo poco que sabía acerca de ese tal Dalton, era un hombre digno de admiración. Mientras pensaba en todo aquello como si me tratara de un hombre mayor recordando viejos tiempo mientras observa una foto antigua Juka se sacó un cigarrillo del bolsillo y lo llevó a su boca, tras encendérselo y dar un primer calo se sacó otro del mismo bolsillo y me lo ofreció. Al ver aquel gesto por su parte giré mi cabeza hacía él para poder hablarle mientras le miraba a la cara. –Gracias, pero no fumo. Tras dejarle clara mi posición ante el tabaco me estiré hacía atrás pudiendo apoyar así toda mi espalda en el respaldo del banco a la vez que bostezaba. Cuando terminé me levanté de mi asiento encarándolo con intenciones de despedirme para poder ir hasta mi bote. En el mismo instante que estiré mi mano para estrechar la suya una gigantesca explosión a pocos metros de mis espaldas retumbó por toda la plaza. Al escuchar semejante estruendo me giré alarmado para ver qué era lo que sucedía.
-Dalton… Dije mientras observaba sorprendido lo que había sucedido. La estatua que segundos antes estábamos observando había sido destruida en miles de pedazos. A consecuencia de esto toda la gente que se encontraba en la plaza empezó a gritar y se fue corriendo, algunos de los trozos de piedra que habían sido volados por los aires chocaron contra las casas y las tiendas que rodeaban el lugar prendiéndolas en llamas y las flores que envolvían la ya destrozada estatua ahora estaban prendidas, haciendo que un enorme torrente de humo y fuego se alzara desde el centro de la plaza hasta las nubes.
Los oídos me pitaban, Juka y yo no nos encontrábamos muy lejos de la explosión y fue un auténtico milagro que no acabáramos malparados. Entre el humo y las llamas vi algo, un hombre riéndose a carcajadas mientras contemplaba aquel macabro espectáculo, no logré apreciar muy bien sus rasgos a causa de la gran humareda pero lo más seguro es que él fuera el causante de todo esto. Empecé a correr hacía él de la forma más rápida que pude, esquivando los restos de roca chamuscada y abriéndome paso entre la asustada gente. Cuando me encontraba a escasos pasos de él vi algo que hizo detenerme, al parecer un gran pedazo de roca en llamas había chocado contra una casa y esta estaba tapando la entrada por completo, en una ventana envuelta de llamas vi como una mujer con lo que parecía ser un bebe recubierto de toallas en brazos gritaba a pleno pulmón pidiendo ayuda. Sin pensármelo dos veces dejé de lado a aquel loco cabrón y me dirigí hacía la casa en llamas.
-Dalton… Dije mientras observaba sorprendido lo que había sucedido. La estatua que segundos antes estábamos observando había sido destruida en miles de pedazos. A consecuencia de esto toda la gente que se encontraba en la plaza empezó a gritar y se fue corriendo, algunos de los trozos de piedra que habían sido volados por los aires chocaron contra las casas y las tiendas que rodeaban el lugar prendiéndolas en llamas y las flores que envolvían la ya destrozada estatua ahora estaban prendidas, haciendo que un enorme torrente de humo y fuego se alzara desde el centro de la plaza hasta las nubes.
Los oídos me pitaban, Juka y yo no nos encontrábamos muy lejos de la explosión y fue un auténtico milagro que no acabáramos malparados. Entre el humo y las llamas vi algo, un hombre riéndose a carcajadas mientras contemplaba aquel macabro espectáculo, no logré apreciar muy bien sus rasgos a causa de la gran humareda pero lo más seguro es que él fuera el causante de todo esto. Empecé a correr hacía él de la forma más rápida que pude, esquivando los restos de roca chamuscada y abriéndome paso entre la asustada gente. Cuando me encontraba a escasos pasos de él vi algo que hizo detenerme, al parecer un gran pedazo de roca en llamas había chocado contra una casa y esta estaba tapando la entrada por completo, en una ventana envuelta de llamas vi como una mujer con lo que parecía ser un bebe recubierto de toallas en brazos gritaba a pleno pulmón pidiendo ayuda. Sin pensármelo dos veces dejé de lado a aquel loco cabrón y me dirigí hacía la casa en llamas.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Poco después de realizar mi ofrecimiento, Ragnar me dejó bien claro que no fumaba al rechazarlo. Mientras nos manteníamos sentados en el banco de la plaza, alimentando un silencio incomodo, de la nada sentimos desde una corta distancia el sonido de una gran explosión que por lo que pudimos ver frente a nuestras narices, explotó la brillante estatua del tal Dalton. Mientras aún nos recuperábamos del agudo sonido que se repetía en nuestros oídos, pudimos ver tras los escombros y el humo a un hombre que estaba parado frente a lo que era la estatua mirando sus cenizas y riendo.
Cuando vi que Ragnar se levantaba rápidamente del banco yendo tras este sospechoso, decidí que yo sería de ayuda en esa captura. En el trayecto mi compañero se desvió viendo que unos aldeanos estaban atrapados entre las llamas dentro de su casa. Por esta razón le grité a mi amigo mientras corría:" Yo me encargo de esto Ragnar!!". Cuando terminé de decir esas palabras, corrí directamente hacia el sospechoso, el cuál al verme intentó correr aunque no logró escapar de mi agilidad.
Cuando finalmente había logrado tumbar a este hombre, puse mi mano derecha sobre su cabeza, empujándola contra el suelo, mientras que con la otra mantenía inmóviles sus brazos y sus piernas sentándome sobre él. Al término de unos segundos el sospechoso se dio por vencido en su intento de escape, en ese momento tomé rápidamente unas cuerdas de mis bolsillos y lo até como pude a uno de los postes de la plaza para posteriormente comenzar plan para extorsionarlo.
Por lo que pude comprobar el hombre no era muy resistente a los daños físicos, ya que solo con clavarle una daga en una de sus piernas, ya me había dicho que pertenecía a una rebelión interna del reino para conquistar la aldea, ademas me dijo que el líder de esta revolución es uno de los herederos del antiguo rey Drum y por ultimo me dijo que los revolucionarios habían sido los responsables de la explosión y luego de que pregunté me contó donde quedaba exactamente su base. Viendo que no me diría nada más decidí que el hombre no necesitaba seguir sufriendo, pero si lo liberaba les advertiría a sus compañeros. Por eso mismo tomé la decisión de asesinarlo con mi propia espada agradeciéndole por la información mientras cerraba sus ojos. Al término de esta acción me dirigí al frente de la casa donde mi compañero había entrado para contemplar la situación y compartir con él la información que había adquirido.
Cuando vi que Ragnar se levantaba rápidamente del banco yendo tras este sospechoso, decidí que yo sería de ayuda en esa captura. En el trayecto mi compañero se desvió viendo que unos aldeanos estaban atrapados entre las llamas dentro de su casa. Por esta razón le grité a mi amigo mientras corría:" Yo me encargo de esto Ragnar!!". Cuando terminé de decir esas palabras, corrí directamente hacia el sospechoso, el cuál al verme intentó correr aunque no logró escapar de mi agilidad.
Cuando finalmente había logrado tumbar a este hombre, puse mi mano derecha sobre su cabeza, empujándola contra el suelo, mientras que con la otra mantenía inmóviles sus brazos y sus piernas sentándome sobre él. Al término de unos segundos el sospechoso se dio por vencido en su intento de escape, en ese momento tomé rápidamente unas cuerdas de mis bolsillos y lo até como pude a uno de los postes de la plaza para posteriormente comenzar plan para extorsionarlo.
Por lo que pude comprobar el hombre no era muy resistente a los daños físicos, ya que solo con clavarle una daga en una de sus piernas, ya me había dicho que pertenecía a una rebelión interna del reino para conquistar la aldea, ademas me dijo que el líder de esta revolución es uno de los herederos del antiguo rey Drum y por ultimo me dijo que los revolucionarios habían sido los responsables de la explosión y luego de que pregunté me contó donde quedaba exactamente su base. Viendo que no me diría nada más decidí que el hombre no necesitaba seguir sufriendo, pero si lo liberaba les advertiría a sus compañeros. Por eso mismo tomé la decisión de asesinarlo con mi propia espada agradeciéndole por la información mientras cerraba sus ojos. Al término de esta acción me dirigí al frente de la casa donde mi compañero había entrado para contemplar la situación y compartir con él la información que había adquirido.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Vi como Juka se dirigió hacía el sospechoso “Genial” pensé al ver aquella acción por su parte. Desde la última vez que nos vimos su fuerza había aumentado enormemente, casi alcanzando la mía, por ese mismo motivo confiaba plenamente en que fuese capaz de capturar a aquel hombre. Cuando me encontraba delante de la casa me paré unos instantes para ver su estructura e idear un plan para rescatar a aquella mujer, en la planta baja no había ventana alguna y la puerta estaba totalmente bloqueada, así que no me quedaba otra que trepar. Empecé a escalar la roca que bloqueaba la puerta, una vez encima de esta di un salto para agarrarme a una de las ventanas de la segunda planta. Rompí el cristal de esta y me adentré en la estructura. Por dentro todo estaba hecho de madera, desde las paredes hasta las muebles cosa que favorecía el paso del fuego. Todo estaba envuelto en llamas y casi no se podía ver, intenté hacerme paso como pude hasta el pasillo. Una vez allí empecé a abrir las puertas una por una para intentar dar con la que ocultaba a aquella madre y a su bebé.
Tras cuatro intentos por fin di con la puerta correcta. Entré en la habitación pero en el mismo instante que me metí en esta una enorme biga en llamas cayó del techo rompiendo el suelo y separándome de la madre y su hijo. “Mierda” pensé al ver lo sucedido. Di un par de pasos hacia atrás, intentando coger así carrerilla, entonces empecé a correr hacía la biga y cuando me encontraba en el límite del suelo salté con todas mis fuerzas, logrando así llegar a la parte de la habitación donde se encontraban las otras personas. Una vez a su lado, me dirigí hacía la ventana y miré hacia abajo para ver la altura a la que nos encontrábamos, no era mucha, unos cuatro o cinco metros. –Espero que mi cuerpo aguante esto… dije a la vez que cogía a la mujer y a su hijo en brazos y me tiraba de espaldas al suelo.
Tras unos segundos en el aire impacté contra el suelo. Noté un horrible dolor recorrer toda mi espalda, pero por lo menos la mujer y su hijo estaban bien. Noté como ella se levantaba, seguidamente me dio la mano y me ayudó a mí. Yo puse mis manos en mi espalda y tiré esta hacía delante estirándola. Me dolía todo pero al parecer no me había roto nada. La mujer me miró fijamente y empezó a hablarme. –Mu… muchas gracias. Si no fuera por ti ahora yo y mi bebé… Dijo mientras miraba a su hijo. Yo sonreí y le contesté. –No pasa nada, ahora iros. Aquí no estáis a salvo. Ella asintió con la cabeza y se fue corriendo del lugar. Yo fijé mi mirada hacía Juka, al parecer había logrado detener a aquel individuo y lo había atado a una farola. Ahora estaba viniendo hacía mí, así que me senté en uno de los bancos para que el dolor de mi herida disminuyera.
Tras cuatro intentos por fin di con la puerta correcta. Entré en la habitación pero en el mismo instante que me metí en esta una enorme biga en llamas cayó del techo rompiendo el suelo y separándome de la madre y su hijo. “Mierda” pensé al ver lo sucedido. Di un par de pasos hacia atrás, intentando coger así carrerilla, entonces empecé a correr hacía la biga y cuando me encontraba en el límite del suelo salté con todas mis fuerzas, logrando así llegar a la parte de la habitación donde se encontraban las otras personas. Una vez a su lado, me dirigí hacía la ventana y miré hacia abajo para ver la altura a la que nos encontrábamos, no era mucha, unos cuatro o cinco metros. –Espero que mi cuerpo aguante esto… dije a la vez que cogía a la mujer y a su hijo en brazos y me tiraba de espaldas al suelo.
Tras unos segundos en el aire impacté contra el suelo. Noté un horrible dolor recorrer toda mi espalda, pero por lo menos la mujer y su hijo estaban bien. Noté como ella se levantaba, seguidamente me dio la mano y me ayudó a mí. Yo puse mis manos en mi espalda y tiré esta hacía delante estirándola. Me dolía todo pero al parecer no me había roto nada. La mujer me miró fijamente y empezó a hablarme. –Mu… muchas gracias. Si no fuera por ti ahora yo y mi bebé… Dijo mientras miraba a su hijo. Yo sonreí y le contesté. –No pasa nada, ahora iros. Aquí no estáis a salvo. Ella asintió con la cabeza y se fue corriendo del lugar. Yo fijé mi mirada hacía Juka, al parecer había logrado detener a aquel individuo y lo había atado a una farola. Ahora estaba viniendo hacía mí, así que me senté en uno de los bancos para que el dolor de mi herida disminuyera.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras caminaba en la dirección donde se encontraba Ragnar, pude ver como él estaba adolorido, esto se debía seguramente a algún inconveniente que tuvo en la casa, pero a pesar de ello parecía estar relativamente bien por lo que cuando me acerqué a él no pregunte nada sobre el tema.
Decidí acompañarlo a un lado en el banco donde se sentó para descansar y en ese momento comencé la conversación:" Ragnar... el hombre que estaba allí me confesó todo, me dijo que el fue el que produjo la explosión y que además trabaja para algún tipo de revolución que se esta produciendo en la ciudad. Creo que deberíamos investigarlo para ayudar a estas personas, además tengo la ubicación de donde se esconden estos malditos rebeldes, así que si quieres acompáñame, a ver si logras pararte jaja... y el hombre de la explosión... tuve que matarlo, sino advertiría a los revolucionarios y no podríamos encontrarlos". Cuando terminé de decir esas palabras me dirigí hacia las afueras de la ciudad con un paso lento y tranquilo, esperando que mi compañero siguiera mis pasos.
Decidí acompañarlo a un lado en el banco donde se sentó para descansar y en ese momento comencé la conversación:" Ragnar... el hombre que estaba allí me confesó todo, me dijo que el fue el que produjo la explosión y que además trabaja para algún tipo de revolución que se esta produciendo en la ciudad. Creo que deberíamos investigarlo para ayudar a estas personas, además tengo la ubicación de donde se esconden estos malditos rebeldes, así que si quieres acompáñame, a ver si logras pararte jaja... y el hombre de la explosión... tuve que matarlo, sino advertiría a los revolucionarios y no podríamos encontrarlos". Cuando terminé de decir esas palabras me dirigí hacia las afueras de la ciudad con un paso lento y tranquilo, esperando que mi compañero siguiera mis pasos.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando Juka vino se sentó en el banco conmigo, él empezó a contarme toda la información que el sacó a aquel hombre. Al parecer había una especie de revuelta en el pueblo y aquel hombre era uno de los causantes de esta. Por lo que me había dicho ahora sabía dónde se encontraba su base y quería ir hasta allí para parar todo este caos. Por último me comentó que había matado a aquel hombre. A pesar de mi posición frente a matar a los demás… esta vez solo contesté con un “bien” acompañado de una cara totalmente sería e inexpresiva. Esta vez no me importaba lo más mínimo que aquella persona hubiese muerte, no porque pudiera advertir a los demás ni nada por el estilo, simplemente porque se lo merecía, puso la vida de muchas personas inocentes en peligro y aquello era algo que no iba a perdonar. Juka se levantó y empezó a camina hacía las afueras de la ciudad, seguramente en dirección hacia la base de los hijos de puta que habían causado todo ese estropicio en la plaza principal. Yo dejé que avanzara un poco y me quedé sentando en el banco, reflexionando.
Alcé mi mirada y me quedé observando el cielo, ¿Por qué alguien querría hacer daño a tanta gente a cambio de romper una simple estatua? El ser humano es una especie realmente realmente avariciosa y destructiva. Aquello era algo de lo que me estaba dando cuenta a medida que iba avanzando en mi viaje, algo que tarde o temprano acabaría cambiando mi actitud radicalmente… Mientras seguía pensando en eso vi como unos cuantos marines y los bomberos de la isla se acercaban corriendo por la calle principal hacía el incendio. No quería meterme en ningún problema, no ahora, así que me levanté del banco y poniéndome la capucha para que no reconocieran mi cara empecé a caminar hacía mi compañero. Había que encontrar a aquellos cabrones antes de que le hicieran daño a alguien más.
Alcé mi mirada y me quedé observando el cielo, ¿Por qué alguien querría hacer daño a tanta gente a cambio de romper una simple estatua? El ser humano es una especie realmente realmente avariciosa y destructiva. Aquello era algo de lo que me estaba dando cuenta a medida que iba avanzando en mi viaje, algo que tarde o temprano acabaría cambiando mi actitud radicalmente… Mientras seguía pensando en eso vi como unos cuantos marines y los bomberos de la isla se acercaban corriendo por la calle principal hacía el incendio. No quería meterme en ningún problema, no ahora, así que me levanté del banco y poniéndome la capucha para que no reconocieran mi cara empecé a caminar hacía mi compañero. Había que encontrar a aquellos cabrones antes de que le hicieran daño a alguien más.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ragnar y yo caminamos durante horas camino a esa supuesta base de los revolucionarios de Bighorn. Mientras caminábamos por un sendero viejo y totalmente congelado, nos dimos cuenta de que ya estábamos cerca de nuestro destino. Este lugar estaba totalmente alejado no solo de la ciudad sino que también de cualquier civilización o vida. Al ver al final del largo camino la base enemiga nos dispusimos a ocultarnos detrás de unos glaciares cercanos a la ubicación para poder espiar los movimientos del enemigo. Por más que queríamos acercarnos por el frío que generaba estar quieto, sabíamos que no podíamos revelarnos sin tener una estrategia de ataque.
La base enemiga era básicamente un enorme hangar muy antiguo que estaba totalmente destruido pero aún parecía una estructura aunque un poco inestable. Cuando vi que un grupo de rebeldes abandonaban el edificio, pude observar que la puerta de donde salieron aún no se había cerrado, por lo tanto tomé la decisión de correr hacía ella para adentrarme en la base, pero no sin antes avisarle a Ragnar diciéndole:"Voy a entrar por el frente... tu intenta encontrar una entrada por detrás, nos vemos adentro". Terminé la frase con una gran sonrisa dejando claro que seguramente necesitara su ayuda adentro.
Mientras corría hacia mi objetivo, este se cerraba cada vez más dejándome cada vez más nervioso, sin embargo cuando estaba a punto de cerrarse logré deslizarme por debajo y gracias al hielo del lugar logré adentrarme en el hangar. Estando adentro no sabía hacia donde ir ya que había dos compuertas a los lados, opté por avanzar hacia la de mi derecha gracias a que en la compuerta izquierda había unos 6 guardias con los que no quería toparme aún. Cuando me adentré en la compuerta vi que en su interior había una gran sala que supuse que tendría algo que ver con la creación de esas bombas con las que explotaron la estatua, razoné eso porque vi a un par de científicos haciendo varias pruebas con explosivos. Ya que no detecté ningún guardia en los alrededores decidí mostrarme ante los científicos los cuales no opusieron resistencia alguna ya que vieron mi espada en mi espalda.
Luego de atar y extorsionar a mis nuevos prisioneros, me dijeron donde estaba exactamente la oficina del líder de la revolución y por donde debía pasar para llegar a él sin interferencia de ningún guardia. Dejando a los guardias con la boca tapada con un paño y una cuerda me dirigí por el camino que ellos me dijeron que tomara, pensando en donde estaría Ragnar y si lograría entrar sin ser detectado.
La base enemiga era básicamente un enorme hangar muy antiguo que estaba totalmente destruido pero aún parecía una estructura aunque un poco inestable. Cuando vi que un grupo de rebeldes abandonaban el edificio, pude observar que la puerta de donde salieron aún no se había cerrado, por lo tanto tomé la decisión de correr hacía ella para adentrarme en la base, pero no sin antes avisarle a Ragnar diciéndole:"Voy a entrar por el frente... tu intenta encontrar una entrada por detrás, nos vemos adentro". Terminé la frase con una gran sonrisa dejando claro que seguramente necesitara su ayuda adentro.
Mientras corría hacia mi objetivo, este se cerraba cada vez más dejándome cada vez más nervioso, sin embargo cuando estaba a punto de cerrarse logré deslizarme por debajo y gracias al hielo del lugar logré adentrarme en el hangar. Estando adentro no sabía hacia donde ir ya que había dos compuertas a los lados, opté por avanzar hacia la de mi derecha gracias a que en la compuerta izquierda había unos 6 guardias con los que no quería toparme aún. Cuando me adentré en la compuerta vi que en su interior había una gran sala que supuse que tendría algo que ver con la creación de esas bombas con las que explotaron la estatua, razoné eso porque vi a un par de científicos haciendo varias pruebas con explosivos. Ya que no detecté ningún guardia en los alrededores decidí mostrarme ante los científicos los cuales no opusieron resistencia alguna ya que vieron mi espada en mi espalda.
Luego de atar y extorsionar a mis nuevos prisioneros, me dijeron donde estaba exactamente la oficina del líder de la revolución y por donde debía pasar para llegar a él sin interferencia de ningún guardia. Dejando a los guardias con la boca tapada con un paño y una cuerda me dirigí por el camino que ellos me dijeron que tomara, pensando en donde estaría Ragnar y si lograría entrar sin ser detectado.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Estuvimos caminando durante horas, estaba empezando a pensar que Juka no sabía a donde nos dirigíamos. Entonces pasamos por un estrecho camino muy antiguo, hecho de piedra el cual estaba totalmente congelado. Aquello me recordaba mucho al puente que utilizaba para ir de la montaña a la aldea cuando era más pequeño. Nos encontrábamos en medio de la nada, alejados de cualquier persona o animal… Al final del camino pudimos apreciar la base enemigo, cuando nos encontrábamos más cerca de esta nos ocultamos a cuclillas tras dos grandes bloques de hielo. Al parecer Juka le gustaba demasiado el jugar a los agentes secretos, se estaba tomando demasiadas molestias en espiar y ocultarse, tal vez su verdadera vocación fuera la de CP y no la de pirata. Yo no le dije nada, simplemente esperé para ver que iba a hacer, realmente tenía curiosidad sobre como actuaría ante aquella situación. Mientras esperaba algún movimiento por parte del pirata observé mejor la base enemiga, esta era lo que parecía ser un antiguo hangar hecho de metal, a pesar de los años que debía de tener sus paredes estaban sin ningún tipo de fractura o brecha, aunque el edificio tenía toda la pinta de que se podía derrumbar en cualquier instante.
La gran puerta principal se abrió, varios hombres salieron de esta, todos armados con rifles, pistolas, escopetas y armas de fuego variadas. Cuando se alejaron lo suficiente de la puerta esta empezó a cerrarse, Juka se giró hacía mí y me comentó que tenía pensado entrar por ahí. Él empezó a correr rumbo a la gran puerta, cuando esta estaba a punto de cerrarse el pirata a provechó el gélido suelo y se deslizó por este, entrando así por debajo de la puerta a escasos segundos antes de que se cerrara. Le falta el látigo y el sombrero... pensé al ver la acción de mi compañero. Cuando lo perdí de vista me puse de pie y tranquilamente empecé a caminar hacía la base enemiga, no hacía la puerta principal sino hacía uno de sus lados. Cuando me encontraba ante una gran pared de metal agarré a mis tres katanas e hice un corte triangular en forma de puerta para poder entrar dentro de esta. Tumbé la placa de metal que había cortado de una patada y tras guardar mis espadas entré en el edificio.
Tuve la mara suerte de entrar en una sala la cual no se encontraba vacía, esta no era muy grande, de paredes de metal oxidado y algo escarchado. Dentro de esta se encontraba un hombre de un metro ochenta aproximadamente, de pelo morado, con ojos pequeños de color negro y con un aro dorado en cada oreja. Debía de tener unos cuarenta años de edad y me estaba apuntando con una pistola, seguramente se habría alarmado al escucharme cortar la pared. Algo asustado y tembloroso, empezó a hablarme. –Qui…qui…¿¡Quién eres tú!? Al ver su reacción, sin saber muy bien por qué respondí a su pregunta. –Este no es el droide que estás buscando… Al escuchar mi respuesta este se quedó algo confuso y sin saber cómo reaccionar, aprovechando esto lo desarmé de un golpe con la mano y seguidamente le di con codazo dejándolo inconsciente. Pasando por encima de su cuerpo, me dirigí hacía la puerta de la habitación. Al salir pude contemplar un largo pasillo con un montón de puertas. Mierda… pensé al ver todo aquello.
La gran puerta principal se abrió, varios hombres salieron de esta, todos armados con rifles, pistolas, escopetas y armas de fuego variadas. Cuando se alejaron lo suficiente de la puerta esta empezó a cerrarse, Juka se giró hacía mí y me comentó que tenía pensado entrar por ahí. Él empezó a correr rumbo a la gran puerta, cuando esta estaba a punto de cerrarse el pirata a provechó el gélido suelo y se deslizó por este, entrando así por debajo de la puerta a escasos segundos antes de que se cerrara. Le falta el látigo y el sombrero... pensé al ver la acción de mi compañero. Cuando lo perdí de vista me puse de pie y tranquilamente empecé a caminar hacía la base enemiga, no hacía la puerta principal sino hacía uno de sus lados. Cuando me encontraba ante una gran pared de metal agarré a mis tres katanas e hice un corte triangular en forma de puerta para poder entrar dentro de esta. Tumbé la placa de metal que había cortado de una patada y tras guardar mis espadas entré en el edificio.
Tuve la mara suerte de entrar en una sala la cual no se encontraba vacía, esta no era muy grande, de paredes de metal oxidado y algo escarchado. Dentro de esta se encontraba un hombre de un metro ochenta aproximadamente, de pelo morado, con ojos pequeños de color negro y con un aro dorado en cada oreja. Debía de tener unos cuarenta años de edad y me estaba apuntando con una pistola, seguramente se habría alarmado al escucharme cortar la pared. Algo asustado y tembloroso, empezó a hablarme. –Qui…qui…¿¡Quién eres tú!? Al ver su reacción, sin saber muy bien por qué respondí a su pregunta. –Este no es el droide que estás buscando… Al escuchar mi respuesta este se quedó algo confuso y sin saber cómo reaccionar, aprovechando esto lo desarmé de un golpe con la mano y seguidamente le di con codazo dejándolo inconsciente. Pasando por encima de su cuerpo, me dirigí hacía la puerta de la habitación. Al salir pude contemplar un largo pasillo con un montón de puertas. Mierda… pensé al ver todo aquello.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras caminaba por una tubería de aire rumbo a la oficina del lider revolucionario, escuché no desde muy lejos lo que asimilé como un gran corte, supuse que ese sería mi amigo y por lo tanto decidí desviarme de mi camino para juntarme con él. Cuando bajé de esa tubería me encontraba en una sala no muy grande y completamente oscura, de la nada escuché como la puerta de entrada se habría dejando entrar así a los que aproximé como 4 guardias del lugar. Intentando pasar desapercibido me oculté detrás de una mesa que tenía a mi lado, la cuál pude ubicar cuando estos hombres encendieron una luz que iluminó la habitación. Tal y como pensaba los hombres no se quedaron quietos, sino que comenzaron a caminar por el lugar mientras yo intentaba moverme estratégica mente para que no lograran verme. Moviéndome lentamente al rededor de la mesa logré escapar de estos desconocidos que al verme podrían alertar fácilmente al resto de sus compañeros.
Deslizándome por la puerta que aún se mantenía parcialmente abierta, salí de la habitación. En su exterior pude ver una puerta que parecía ser una intermediaria entre salas, sin más opciones decidí adentrarme en ella para ver hacia donde me llevaba. Al parecer esa no fue la mejor decisión que tomé en mi vida ya que en el momento en el que abrí la puerta de la sala pude ver como un hombre sumamente corpulento se levantó de su aparentemente cómoda silla mientras me miraba fijamente y gritaba:" Intruso... Intruso", rápidamente a mis espaldas llegaron los cuatro hombres que habían entrado en la sala donde estaba escondido.
Me encontraba en una situación desventajosa ya que no solo que tenía oponentes que me superaban en número, sino que además todas las personas de la base se enteraron de que estaba allí gracias al que el gigantesco hombre lo alertó por algún tipo de Den Den Mushi. Observando mi actual situación decidí actuar rápido mientras los hombres aún no se preparaban para el combate inmediato, de esta manera desenvainé aceleradamente mi espada, corriendo hacia atrás y cortando gracias a mis habilidades y a su distracción a los cuatro guardias que tenía a mis espaldas. Desafortunada mente ahora tendría que pelear contra el otro hombre que parecía ser duro de roer, y además estando contra una cuenta regresiva, ya que si no me apuraba en derrotarle todos sus compañeros entrarían en la sala y sería un grave problema para mi.
Deslizándome por la puerta que aún se mantenía parcialmente abierta, salí de la habitación. En su exterior pude ver una puerta que parecía ser una intermediaria entre salas, sin más opciones decidí adentrarme en ella para ver hacia donde me llevaba. Al parecer esa no fue la mejor decisión que tomé en mi vida ya que en el momento en el que abrí la puerta de la sala pude ver como un hombre sumamente corpulento se levantó de su aparentemente cómoda silla mientras me miraba fijamente y gritaba:" Intruso... Intruso", rápidamente a mis espaldas llegaron los cuatro hombres que habían entrado en la sala donde estaba escondido.
Me encontraba en una situación desventajosa ya que no solo que tenía oponentes que me superaban en número, sino que además todas las personas de la base se enteraron de que estaba allí gracias al que el gigantesco hombre lo alertó por algún tipo de Den Den Mushi. Observando mi actual situación decidí actuar rápido mientras los hombres aún no se preparaban para el combate inmediato, de esta manera desenvainé aceleradamente mi espada, corriendo hacia atrás y cortando gracias a mis habilidades y a su distracción a los cuatro guardias que tenía a mis espaldas. Desafortunada mente ahora tendría que pelear contra el otro hombre que parecía ser duro de roer, y además estando contra una cuenta regresiva, ya que si no me apuraba en derrotarle todos sus compañeros entrarían en la sala y sería un grave problema para mi.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Salí fuera de la habitación. Mierda… pensé al salir a aquel estrecho y largo pasillo y al ver todas aquellas puertas. A saber cuál era la correcta para llegar hasta el cabecilla de toda esa operación… y algo más importante aún para mi vida, me preguntaba qué o quién escondería las otras entradas. Con todas las espadas en sus respectivas fundas me decidí a entrar a la primera de las salas que escondían aquellas misteriosas puertas. Era una sala pequeña, no cambiaba mucho el tamaño comparado a la que había usado como entrada. Las paredes eran metálicas, más o menos igual que el exterior de la nave, esta estaba totalmente deshabitada y a juzgar por su contenido se trataba de la armería. Pues estaba repleta de todo tipo de armas: pistolas, fusiles, espadas, hachas, mazos etc. Al ver que no se trataba de esta cerré la puerta y me dirigí a la siguiente. Antes de llegar a esta reflexioné, ahora que lo pensaba bien podría tirarme horas de sale en sala y me perdería toda la acción. Seguramente Juka ya se habría encontrado con el jefe de toda la operación, y yo allí, como un tonto abriendo puertas. ¡NO IBA A PERMITIR ESO!
Tras mi pequeña reflexión empecé a tomar cartas en el asunto, ya no me fijaba en el interior de la sala, simplemente si había alguien dentro o no. Abría las puertas dándoles patadas frontales, aquella era la forma más rápida que se me ocurría de limpiar la zona. Tras cuatro o cinco puertas sin obtener ningún resultado positivo, abrí una con la que parecía ser dos hombres detrás. Me fije mejor en ellos, de espaldas a mi había uno muy musculoso y grande y dándome la cara…. ¡UN MOMENTO! ¿¡ESE ERA JUKA!? Al parecer estaba teniendo dificultades para ganar a aquel gran hombre. Antes de que pudiera adentrarme en la sala escuché el paso de varias personas corriendo hacia mí. Me giré y observé fijamente el pasillo, efectivamente dos pelotones de cuatro hombres cada uno se estaban dirigiendo hacía mi posición. Mierda… Juka habría alarmado al resto de la base al luchar contra aquel individuo. Desenfundé a tan solo 2 de mis espadas, Bagami y Moeru, y me preparé para hacerles frente a dos bandas. No iba a permitir que tan patéticos enemigos me derrotasen de esa manera, arrinconándome,
Tras mi pequeña reflexión empecé a tomar cartas en el asunto, ya no me fijaba en el interior de la sala, simplemente si había alguien dentro o no. Abría las puertas dándoles patadas frontales, aquella era la forma más rápida que se me ocurría de limpiar la zona. Tras cuatro o cinco puertas sin obtener ningún resultado positivo, abrí una con la que parecía ser dos hombres detrás. Me fije mejor en ellos, de espaldas a mi había uno muy musculoso y grande y dándome la cara…. ¡UN MOMENTO! ¿¡ESE ERA JUKA!? Al parecer estaba teniendo dificultades para ganar a aquel gran hombre. Antes de que pudiera adentrarme en la sala escuché el paso de varias personas corriendo hacia mí. Me giré y observé fijamente el pasillo, efectivamente dos pelotones de cuatro hombres cada uno se estaban dirigiendo hacía mi posición. Mierda… Juka habría alarmado al resto de la base al luchar contra aquel individuo. Desenfundé a tan solo 2 de mis espadas, Bagami y Moeru, y me preparé para hacerles frente a dos bandas. No iba a permitir que tan patéticos enemigos me derrotasen de esa manera, arrinconándome,
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras la tensión en mi mente aumentaba, pude observar como la puerta que estaba detrás de mi enemigo se abría, cuando miré con exactitud que había detrás de esa puerta me di cuenta de que era Ragnar, al parecer mi amigo no había encontrado ningún problema para entrar en la base, me alegré cuando lo vi pensando que podría ayudarme a vencer al grandullón. Pero cuando estaba apunto de llamarlo para que me ayudase, volvió por donde había entrado, ya que al parecer unos guardias del lugar se aproximaban y no tenía pensado dejarlos pasar.
Estando seguro de que mi amigo contendría a los refuerzos yo decidí centrarme totalmente en derrotar a mi complicado enemigo. Como primer movimiento saqué rápidamente mi espada de su funda avanzando en un movimiento veloz hacia mi enemigos, este ya se lo veía venir y tomó una gran maza que estaba debajo de su gigantesco escritorio, al tomarla me lanzó por los aires el escritorio. Viendo esa ofensiva de mi enemigo, apreté con fuerza el mango de mi espada y produje un corte vertical, abriendo así la mesa en dos y continuando mi trayecto hacia mi enemigo.
El gigantesco hombre al ver mi corte previamente hecho, tomó su maza levantándola en el aire y la movió intentando golpearme totalmente ya que la maza era del tamaño de todo mi torso. Cuando vi ese ataque acercarse, calculé que al ser tan grande y pesado, mi agilidad superaría la suya, por lo que me moví rápidamente hacia el costado contrario al movimiento de la maza, esquivando así la ofensiva de mi contrincante. Luego de que este quedara sin ninguna defensa, tomé mi espada y produje un corte diagonal en su torso, aunque no fue muy profundo fue un corte que recorrió todo su inmenso cuerpo. Cuando terminé mi ataque, el hombre parecía sumamente herido, pero debido a su aparente fuerza y resistencia logró tomarme desprevenido, agarrándome con su mano derecha y apretando mi cuello con una fuerza monstruosa.
Cuando ya estaba levantado en el aire y no muy lejos de quedar inconsciente, hice un movimiento lento pero preciso con mi espada, que perforó la muñeca de mi enemigo. Sin poder soportar el dolor mi enemigo me soltó y mientras caía al suelo casi sin fuerzas, el gran hombre se quitó mi espada incrustada en su muñeca con su brazo opuesto. Por más que mi contrincante estuviese casi desangrado y con un brazo inútil, yo estaba tirado en el piso retomando el aire y las fuerzas. Entonces el hombre tomó la delantera, se acercó lentamente a mi pegándome una patada que me hizo volar hacía atrás e impactar de una manera bestial contra una de las paredes de metal. Ese golpe podría haber matado a un humano promedio, pero conmigo no funcionó. A pesar de que estaba caído en el suelo casi sin fuerzas y con la mínima posibilidad de moverme, no había caído muerto. En cambio el gigantesco hombre cayó de rodillas al suelo, para posteriormente desmayarse y desplomarse en el suelo como una gigantesca bolsa de papas. Viendo mi victoria intenté comenzar a arrastrarme hasta mi espada, la tomé y con ella logré pararme, aunque no del todo bien. Rengueando me aproximé a la puerta donde antes mi amigo había aparecido para ver como había resultado su combate.
Estando seguro de que mi amigo contendría a los refuerzos yo decidí centrarme totalmente en derrotar a mi complicado enemigo. Como primer movimiento saqué rápidamente mi espada de su funda avanzando en un movimiento veloz hacia mi enemigos, este ya se lo veía venir y tomó una gran maza que estaba debajo de su gigantesco escritorio, al tomarla me lanzó por los aires el escritorio. Viendo esa ofensiva de mi enemigo, apreté con fuerza el mango de mi espada y produje un corte vertical, abriendo así la mesa en dos y continuando mi trayecto hacia mi enemigo.
El gigantesco hombre al ver mi corte previamente hecho, tomó su maza levantándola en el aire y la movió intentando golpearme totalmente ya que la maza era del tamaño de todo mi torso. Cuando vi ese ataque acercarse, calculé que al ser tan grande y pesado, mi agilidad superaría la suya, por lo que me moví rápidamente hacia el costado contrario al movimiento de la maza, esquivando así la ofensiva de mi contrincante. Luego de que este quedara sin ninguna defensa, tomé mi espada y produje un corte diagonal en su torso, aunque no fue muy profundo fue un corte que recorrió todo su inmenso cuerpo. Cuando terminé mi ataque, el hombre parecía sumamente herido, pero debido a su aparente fuerza y resistencia logró tomarme desprevenido, agarrándome con su mano derecha y apretando mi cuello con una fuerza monstruosa.
Cuando ya estaba levantado en el aire y no muy lejos de quedar inconsciente, hice un movimiento lento pero preciso con mi espada, que perforó la muñeca de mi enemigo. Sin poder soportar el dolor mi enemigo me soltó y mientras caía al suelo casi sin fuerzas, el gran hombre se quitó mi espada incrustada en su muñeca con su brazo opuesto. Por más que mi contrincante estuviese casi desangrado y con un brazo inútil, yo estaba tirado en el piso retomando el aire y las fuerzas. Entonces el hombre tomó la delantera, se acercó lentamente a mi pegándome una patada que me hizo volar hacía atrás e impactar de una manera bestial contra una de las paredes de metal. Ese golpe podría haber matado a un humano promedio, pero conmigo no funcionó. A pesar de que estaba caído en el suelo casi sin fuerzas y con la mínima posibilidad de moverme, no había caído muerto. En cambio el gigantesco hombre cayó de rodillas al suelo, para posteriormente desmayarse y desplomarse en el suelo como una gigantesca bolsa de papas. Viendo mi victoria intenté comenzar a arrastrarme hasta mi espada, la tomé y con ella logré pararme, aunque no del todo bien. Rengueando me aproximé a la puerta donde antes mi amigo había aparecido para ver como había resultado su combate.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me encontraba en aquel lugar podrido de mala muerte, totalmente rodeado por aquellos revoltosos payasos con espadas, martillos y lanzas, los cuales no hacían más que estorbar, como una piedra en el zapato o una mosca en la sopa . No sabía que era lo que me daba más rabia de esos individuos, que casi mataran a aquella mujer y a su hijo junto a la mitad de la plaza o que se hicieran llamar "revolucionarios". Ellos no sabían nada acerca de la revolución, la revolución actúa pensando primero en el bien del pueblo, no va poniendo bombas en plazas habitadas por gente inocente para romper una simple estatua, no, alguien que arriesga así la vida de sus compatriotas no es digo de utilizar la palabra revolucionario para describirse. Tras aquella pequeña reflexión noté como dos de ellos, uno de cada lado se lanzaban contra mi, el de la izquierda llevaba consigo una lanza y el de la derecho un mazo redondo con púas. Apreté con fuerza las manos sobre la empuñadura de mis dos queridas espadas, el juego estaba a punto de empezar. Cuando ambos se encontraban lo suficientemente cerca de mi, me lancé hacia el que empuñaba la lanza, su mayor ventaja era la distancia en aquel estrecho pasillo, así que tenía que suprimirla. Al acercarme a él, me lanzó un ataque directo al pecho, pero segundos antes de que pudiera darme lo esquive, haciendo que le diera al hombre con la maza situado a mi espalda. Seguidamente corté su lanza más o menos por la mitad con mi espada Moeru, evitando así más ofensivas peligrosas por su parte y continúe clavando mi otra espada, Bagami, en su barriga. Cuando la retiré la sangre empezó a salir a chorro, manchando el filo de mis espadas y la parte inferior de mis ropajes.
Al ver el macabro espectáculo que había montado en cuestión de segundos, el pelotón de hombres armados que me estaba rodeando se quedó realmente asombrado, no, más bien una mezcla entre miedo y asombro. Al ver que no me podían tomar a broma se tiraron los seis restantes contra mi, todos de golpe. En los escasos segundos que corrían hacia mi, me dediqué a analizar sus armas para crear lo más cercano a una estrategia. A mi derecha: dos hombres con katanas en la delantera, al igual que yo, y uno con una lanza algo más atrasado, a mi izquierda : un hombre con una maza, otro con una katana y en la retaguardia, uno más con un bisento. Aquello se ponía interesante, los cuatro hombres de la delantera atacaron primero, todos de golpe. Yo paré sus cuatro armas con mis espadas, las dos katanas de la derecha con mi espada roja y la espada y la maza de la izquierda con la preciada katana que me entregó mi maestro, ya que era mucho más resistente por la pequeña mejora que le hizo aquel herrero de Dawn meses antes. Ellos seguían haciendo fuerza, JA, ilusos. Pocos segundos después hice un tajo horizontal con ambas armas, liberándome de las suyas y cortando sus cuerpos más o menos por la altura del tórax. Pero aquello no era todo, habían dos más con intenciones de matarme y yo, cometí un error, bajar la guardia. El hombre de la lanza y em hombre del bisento me lanzaron un ataque, el primero con forma de estocada, directo a la cara y el segundo de manera vertical descendente, dirigido al pecho. Por suerte logré reaccionar a tiempo y minimizar los daños dando un paso hacia atrás. A consecuencia de esto, un corte superficial causado por la lanza apareció en mi mejilla y otro algo más profundo causado por el otro filo apareció en mi hombro izquierdo, nada grave.
Ahora era mi turno de contraatacar, aprovechando que la lanza aún seguía cerca de mi cara, la agarré con la boca por la parte de madera, impidiendo así que la moviera , seguidamente la corté en dos y dejé momentáneamente de lado a aquel individuo para centrarme en el otro. Corrí hacia el del bisento, pero este volvió a atacarme de forma descendente, esta vez directamente a la cara. Podría haberlo esquivado, sí, pero no había roto aquella lanza para nada. Paré su ataque con la punta de esta, que aún se encontraba en mi boca, y seguidamente le hice un corte en cruz en el pecho, bastante profundo. Dejé caer el trozo de lanza y me dirigí al que anteriormente era su usuario, este intento pararme con la mitad restante de su arma, pero la aparté con el costado de mi espada como si nada y seguidamente le lancé una estocada directa al pecho, la cual seguramente había alcanzado el corazón.
Limpié la sangre de mis armas con el mismo trapo de siempre y seguidamente las envainé. Miré al suelo, ese estaba totalmente rojo, al igual que la gran mayoría de mis ropajes, excluyendo a mi bandana. Miré hacia la puerta en la que se encontraba Juka, este estaba en unas condiciones realmente pésimas, al parecer su combate ya había acabado y estaba observando el mío, pero no salió muy bien parado de su encuentro con aquel mastodonte, pues estaba cojeando. Me acerqué hacia él y puse su brazo rodeando mi cuello, seguidamente lo apoyé ligeramente en mi mientras le decía algo al mismo tiempo que le ayudaba a caminar. "Vamos amigo, ya queda poco."
Al ver el macabro espectáculo que había montado en cuestión de segundos, el pelotón de hombres armados que me estaba rodeando se quedó realmente asombrado, no, más bien una mezcla entre miedo y asombro. Al ver que no me podían tomar a broma se tiraron los seis restantes contra mi, todos de golpe. En los escasos segundos que corrían hacia mi, me dediqué a analizar sus armas para crear lo más cercano a una estrategia. A mi derecha: dos hombres con katanas en la delantera, al igual que yo, y uno con una lanza algo más atrasado, a mi izquierda : un hombre con una maza, otro con una katana y en la retaguardia, uno más con un bisento. Aquello se ponía interesante, los cuatro hombres de la delantera atacaron primero, todos de golpe. Yo paré sus cuatro armas con mis espadas, las dos katanas de la derecha con mi espada roja y la espada y la maza de la izquierda con la preciada katana que me entregó mi maestro, ya que era mucho más resistente por la pequeña mejora que le hizo aquel herrero de Dawn meses antes. Ellos seguían haciendo fuerza, JA, ilusos. Pocos segundos después hice un tajo horizontal con ambas armas, liberándome de las suyas y cortando sus cuerpos más o menos por la altura del tórax. Pero aquello no era todo, habían dos más con intenciones de matarme y yo, cometí un error, bajar la guardia. El hombre de la lanza y em hombre del bisento me lanzaron un ataque, el primero con forma de estocada, directo a la cara y el segundo de manera vertical descendente, dirigido al pecho. Por suerte logré reaccionar a tiempo y minimizar los daños dando un paso hacia atrás. A consecuencia de esto, un corte superficial causado por la lanza apareció en mi mejilla y otro algo más profundo causado por el otro filo apareció en mi hombro izquierdo, nada grave.
Ahora era mi turno de contraatacar, aprovechando que la lanza aún seguía cerca de mi cara, la agarré con la boca por la parte de madera, impidiendo así que la moviera , seguidamente la corté en dos y dejé momentáneamente de lado a aquel individuo para centrarme en el otro. Corrí hacia el del bisento, pero este volvió a atacarme de forma descendente, esta vez directamente a la cara. Podría haberlo esquivado, sí, pero no había roto aquella lanza para nada. Paré su ataque con la punta de esta, que aún se encontraba en mi boca, y seguidamente le hice un corte en cruz en el pecho, bastante profundo. Dejé caer el trozo de lanza y me dirigí al que anteriormente era su usuario, este intento pararme con la mitad restante de su arma, pero la aparté con el costado de mi espada como si nada y seguidamente le lancé una estocada directa al pecho, la cual seguramente había alcanzado el corazón.
Limpié la sangre de mis armas con el mismo trapo de siempre y seguidamente las envainé. Miré al suelo, ese estaba totalmente rojo, al igual que la gran mayoría de mis ropajes, excluyendo a mi bandana. Miré hacia la puerta en la que se encontraba Juka, este estaba en unas condiciones realmente pésimas, al parecer su combate ya había acabado y estaba observando el mío, pero no salió muy bien parado de su encuentro con aquel mastodonte, pues estaba cojeando. Me acerqué hacia él y puse su brazo rodeando mi cuello, seguidamente lo apoyé ligeramente en mi mientras le decía algo al mismo tiempo que le ayudaba a caminar. "Vamos amigo, ya queda poco."
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando finalmente miré hacia el pasillo donde se encontraba mi amigo, pude observar perfectamente como el suelo estaba teñido de rojo, todos los hombres de la revolución habían sido brutalmente asesinados. Mi compañero al parecer estaba en mejores condiciones que yo, por lo que cuando terminó su combate se dispuso a ayudarme a caminar mejor, dejando que pusiera mi brazo sobre sus hombros. Al parecer, mientras caminaba poco a poco comenzaba a mejorarme, mis heridas internas eran más bien algo pasajero, mi cuerpo retomaba el pasaje libre de sangre y los músculos ya no estaban tensos como segundos antes en mi difícil combate.
Luego de unos segundos caminando por ese largo pasillo, saqué mi brazo de la espada de Ragnar, insinuando que ya comenzaba a mejorar y que aún estaba en condición para pelear. En ese momento decidí continuar mi camino por el pasillo hasta que finalmente llegamos a la última puerta, esta era sumamente grande, más que las demás, era bastante espeluznante, parecía la puerta de entrada al infierno. Ya que no quería demorarme más en esta búsqueda, abrí rápidamente la puerta como si supiera perfectamente que me encontraría del otro lado, pero al entrar me di cuenta de que mis pensamientos no eran los correctos, yo imaginaba que allí estaría el líder de la revolución, el sujeto que veníamos a buscar, pero no, esa sala parecía ser la habitación que proporcionaba energía al edificio, una sala repleta de máquinas y controladores, estos también poseían cámaras de todas las habitaciones de la fachada. Al parecer estos hombres ya sabían que vinimos desde el momento en que entramos al lugar, al parecer nuestro plan de sorprenderlos no funcionó muy bien, sino que más bien ellos nos sorprenderían a nosotros al saber donde estamos y hacia donde vamos.
Sin mirar atrás, dejé la habitación imaginando que mi amigo me seguía, al abrir una pequeña puerta al otro lado de la sala, pude comprobar que esta salía nuevamente al lugar por donde había entrado, al parecer el camión que salía horas atrás, volvió y no estaba vacío. Este estaba lleno de niños, al parecer estos hombres estaban reclutando niños para entrenarlos al servicio de la revolución, supuse que ni a mi ni a Ragnar nos motivaba esta situación, por lo que sin pensarlo y sin mirar cuantos guardias había en la habitación me dispuse a salir, revelándome ante los revolucionarios. Mi único deseo en ese momento sería el de liberar a los niños que estaban en ese camión.
Al mirar mejor la situación, me encontraba frente a los que conté como 12 guerreros, unos 8 de estos estaban armados con espadas, y los otros 4 tenían rifles. Tomando mi espada de la vaina lo más rápido que pude, me moví directamente hacia los hombres que poseían armas de fuego. A tres de estos no les dio el tiempo de disparar antes de que mi espada los alcanzara, pero el tercero logró disparar, impactando así su bala en mi brazo izquierdo. Por suerte para mi podía mantenerme en pie y continuar la pelea ya que uso solo una espada y podía manejarla con mi brazo derecho únicamente. Sin dar más pausa, estando a menos de un metro del hombre con el rifle, produje un movimiento en diagonal que cortó el torso del hombre, haciendo que este se desplomase en el suelo. Dando media vuelta para mirar a los 8 soldados con espadas, deseaba que Ragnar me hubiera seguido y hubiera conseguido vencer al menos a alguno de esos guardias con espadas.
Luego de unos segundos caminando por ese largo pasillo, saqué mi brazo de la espada de Ragnar, insinuando que ya comenzaba a mejorar y que aún estaba en condición para pelear. En ese momento decidí continuar mi camino por el pasillo hasta que finalmente llegamos a la última puerta, esta era sumamente grande, más que las demás, era bastante espeluznante, parecía la puerta de entrada al infierno. Ya que no quería demorarme más en esta búsqueda, abrí rápidamente la puerta como si supiera perfectamente que me encontraría del otro lado, pero al entrar me di cuenta de que mis pensamientos no eran los correctos, yo imaginaba que allí estaría el líder de la revolución, el sujeto que veníamos a buscar, pero no, esa sala parecía ser la habitación que proporcionaba energía al edificio, una sala repleta de máquinas y controladores, estos también poseían cámaras de todas las habitaciones de la fachada. Al parecer estos hombres ya sabían que vinimos desde el momento en que entramos al lugar, al parecer nuestro plan de sorprenderlos no funcionó muy bien, sino que más bien ellos nos sorprenderían a nosotros al saber donde estamos y hacia donde vamos.
Sin mirar atrás, dejé la habitación imaginando que mi amigo me seguía, al abrir una pequeña puerta al otro lado de la sala, pude comprobar que esta salía nuevamente al lugar por donde había entrado, al parecer el camión que salía horas atrás, volvió y no estaba vacío. Este estaba lleno de niños, al parecer estos hombres estaban reclutando niños para entrenarlos al servicio de la revolución, supuse que ni a mi ni a Ragnar nos motivaba esta situación, por lo que sin pensarlo y sin mirar cuantos guardias había en la habitación me dispuse a salir, revelándome ante los revolucionarios. Mi único deseo en ese momento sería el de liberar a los niños que estaban en ese camión.
Al mirar mejor la situación, me encontraba frente a los que conté como 12 guerreros, unos 8 de estos estaban armados con espadas, y los otros 4 tenían rifles. Tomando mi espada de la vaina lo más rápido que pude, me moví directamente hacia los hombres que poseían armas de fuego. A tres de estos no les dio el tiempo de disparar antes de que mi espada los alcanzara, pero el tercero logró disparar, impactando así su bala en mi brazo izquierdo. Por suerte para mi podía mantenerme en pie y continuar la pelea ya que uso solo una espada y podía manejarla con mi brazo derecho únicamente. Sin dar más pausa, estando a menos de un metro del hombre con el rifle, produje un movimiento en diagonal que cortó el torso del hombre, haciendo que este se desplomase en el suelo. Dando media vuelta para mirar a los 8 soldados con espadas, deseaba que Ragnar me hubiera seguido y hubiera conseguido vencer al menos a alguno de esos guardias con espadas.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras varios metros caminando por el pasillo, pude notar como Juka apartaba su brazo de mi cuello, por lo visto, lo que parecían heridas internas graves no eran más que un dolor momentáneo que había tenido el espadachín, ahora ya podía andar con más normalidad, aunque aún era apreciable como arrastraba un poco el pie cada cierto número de pasos. Tras unos segundos caminando llegamos al final del pasillo, ante nosotros se alzaba una puerta de enormes dimensiones, muchísimo más grande que todas las demás y más oxidada y vieja, como si algo "maligno" se encontrara tras ella. Lo primero que pensé fue que el causante y cabecilla de todo esto se encontraría en la sala que ocultaba esa entrada, pero cuando llegamos al interior de esta pude ver como me equivocaba. En esta se hallaba una gran sala de control, llena de paneles, aparatos electrónicos de alta tecnología y pantallas con cada sala de aquel edificio. Al parecer en ningún momento eso había sido una misión "secreta" desde que entramos ellos sabían donde estábamos y que hacíamos. Lo más probable es que el responsable de toda esa "revolución" ya se hubiera marchado.
Tras ver toda esa tecnología punta lo único que pude pensar es que detrás de todo esa operación había alguien con mucho dinero, y aquello era lo convertía en una persona sumamente peligrosa. Mientras yo examinaba toda la sala de cabo a rabo, mi compañero encontró lo que parecían ser una pequeña puerta. Salimos por esta, de nuevo en la entrada, al parecer habíamos hecho un recorrido de lo más interesante. Fuera había un gran camión con una gran jaula en la parte trasera de este, me fijé mejor en lo había en esta... NIÑOS! Malditos bastardos... estaban reclutando a niños inocentes con intenciones de adiestrarlos y hacer que lucharan por ellos. Eso si que no se lo iba a permitir, iban a pagar caro por eso. Miré a Juka, al parecer eso le hacía la misma gracia que a mí. Este salió disparado hacia el camión, al verlo, doce guardias salieron a por él, cuatro de ellos llevaban rifles y los ocho restantes espadas. Vi como el espadachín iba a por los de las armas de fuego, dejandome a mí los restantes, al ver aquello sonreí, me estaba empezando a dar cuenta que a pesar de todo ese tipo y yo no eramos tan diferentes.
Ahora! Era mi turno de salir! Desenvainé a Bagami y cargué contra mis enemigos, la verdad es que aquello iba a ser como coser y cantar... El primero de ellos se acercó hacía mí con la espada sobre la cabeza, "Demasiado lento para intentar eso." Pensé mientras cortaba su pecho de forma horizontal, tres más vinieron, uno de frente, otro por la izquierda y uno más por la derecha, con un simple corte rotatorio pude librarme de los tres de un solo movimiento. Me estaba empezando a aburrir... Otros dos cargaron contra mi, uno por cada lado, ambos intentaron cortarme de forma horizontal la cabeza, simplemente me agaché y de acabaron decapitando uno al otro. "Patético" pensé al ver tan ridículo espectáculo. Ya sólo quedaban dos, al ver que sus compañeros habían caído de una forma tan rápida estos se fueron corriendo. "De eso nada." Pensé mientras veía como se alejaban. Agarré mi espada con fuerza y corte el aire en su dirección, creando así una onda de energía que alcanzó a ambos cortándoles la espalda y haciendo que cayeran desplomados de cara al suelo. Limpié mi arma con un trapo y la guardé en su respectiva funda al mismo tiempo que miraba a mi compañero, el cual ya había derrotado a sus sacos de boxeo.
Tras ver toda esa tecnología punta lo único que pude pensar es que detrás de todo esa operación había alguien con mucho dinero, y aquello era lo convertía en una persona sumamente peligrosa. Mientras yo examinaba toda la sala de cabo a rabo, mi compañero encontró lo que parecían ser una pequeña puerta. Salimos por esta, de nuevo en la entrada, al parecer habíamos hecho un recorrido de lo más interesante. Fuera había un gran camión con una gran jaula en la parte trasera de este, me fijé mejor en lo había en esta... NIÑOS! Malditos bastardos... estaban reclutando a niños inocentes con intenciones de adiestrarlos y hacer que lucharan por ellos. Eso si que no se lo iba a permitir, iban a pagar caro por eso. Miré a Juka, al parecer eso le hacía la misma gracia que a mí. Este salió disparado hacia el camión, al verlo, doce guardias salieron a por él, cuatro de ellos llevaban rifles y los ocho restantes espadas. Vi como el espadachín iba a por los de las armas de fuego, dejandome a mí los restantes, al ver aquello sonreí, me estaba empezando a dar cuenta que a pesar de todo ese tipo y yo no eramos tan diferentes.
Ahora! Era mi turno de salir! Desenvainé a Bagami y cargué contra mis enemigos, la verdad es que aquello iba a ser como coser y cantar... El primero de ellos se acercó hacía mí con la espada sobre la cabeza, "Demasiado lento para intentar eso." Pensé mientras cortaba su pecho de forma horizontal, tres más vinieron, uno de frente, otro por la izquierda y uno más por la derecha, con un simple corte rotatorio pude librarme de los tres de un solo movimiento. Me estaba empezando a aburrir... Otros dos cargaron contra mi, uno por cada lado, ambos intentaron cortarme de forma horizontal la cabeza, simplemente me agaché y de acabaron decapitando uno al otro. "Patético" pensé al ver tan ridículo espectáculo. Ya sólo quedaban dos, al ver que sus compañeros habían caído de una forma tan rápida estos se fueron corriendo. "De eso nada." Pensé mientras veía como se alejaban. Agarré mi espada con fuerza y corte el aire en su dirección, creando así una onda de energía que alcanzó a ambos cortándoles la espalda y haciendo que cayeran desplomados de cara al suelo. Limpié mi arma con un trapo y la guardé en su respectiva funda al mismo tiempo que miraba a mi compañero, el cual ya había derrotado a sus sacos de boxeo.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando finalmente logré vencer al último hombre con rifle, pude ver como mi brazo izquierdo estaba totalmente teñido de rojo, para parar la hemorragia(ya que la bala trapazó mi brazo), tomé un trozo de tela de mi remera y lo enrosque en mi brazo, quedando esta totalmente roja. Al terminar mi matanza pude ver que en mi retaguardia mi compañero había logrado vencer a los 8 hombres que en este momento estaban desplomados en el suelo nadando en un río de sangre.
En ese momento recordé que los niños aún seguían en el camión, por lo que abrí la parte de la cajuela del mismo, donde pude ver a unos 15 niños asustados, que no tenían ni idea de lo que sucedía. Luego de unos minutos convenciéndolos de que no eramos malas personas, estos niños se nos acercaron y bajaron del automóvil. Cuando salieron pudimos ver como en sus cuellos había un tipo de collares en el cuál había un número. Supuse que ese número era para tener un listado de ellos, pero los trataban como mercancía y no como niños, no como vidas. Por esa razón con mi mano aún móvil, quité cada uno de los collares para luego abrirles la pequeña puerta de un armario, indicándoles que se quedaran allí que en un par de horas vendríamos a buscarlos.
Cuando finalicé esta tarea, decidí que era momento de comenzar a buscar enserio al líder revolucionario, si seguía aquí claro... como ya tenía las ubicaciones de donde quedaba su oficina me encaminé hacía allí, atravesé nuevamente la sala de maquinarias y cuando estaba a punto de salir en dirección al pasillo, observé en una de las pantallas de las cámaras como cuatro camiones de guerra marchaban desde el hangar secundario hasta la ciudad de Bighorn. Supuse que en uno de esos camiones estaba en gran desconocido que buscábamos hace horas. Sorprendente mente razoné que no escapaba de nosotros sino que se dirigía al pueblo por decisión propia, ya que llevaba a una gran cantidad de revolucionarios y llevaba también camiones de guerra.
Por esta razón decidí buscar a Ragnar para comunicarle lo sucedido y para decirle también que esta base ya había quedado deshabitada, y que deberíamos dirigirnos hacia el pueblo de Bighorn porque quizás lo que suceda ahora sea incluso peor de lo sucedido con la estatua en la plaza.
En ese momento recordé que los niños aún seguían en el camión, por lo que abrí la parte de la cajuela del mismo, donde pude ver a unos 15 niños asustados, que no tenían ni idea de lo que sucedía. Luego de unos minutos convenciéndolos de que no eramos malas personas, estos niños se nos acercaron y bajaron del automóvil. Cuando salieron pudimos ver como en sus cuellos había un tipo de collares en el cuál había un número. Supuse que ese número era para tener un listado de ellos, pero los trataban como mercancía y no como niños, no como vidas. Por esa razón con mi mano aún móvil, quité cada uno de los collares para luego abrirles la pequeña puerta de un armario, indicándoles que se quedaran allí que en un par de horas vendríamos a buscarlos.
Cuando finalicé esta tarea, decidí que era momento de comenzar a buscar enserio al líder revolucionario, si seguía aquí claro... como ya tenía las ubicaciones de donde quedaba su oficina me encaminé hacía allí, atravesé nuevamente la sala de maquinarias y cuando estaba a punto de salir en dirección al pasillo, observé en una de las pantallas de las cámaras como cuatro camiones de guerra marchaban desde el hangar secundario hasta la ciudad de Bighorn. Supuse que en uno de esos camiones estaba en gran desconocido que buscábamos hace horas. Sorprendente mente razoné que no escapaba de nosotros sino que se dirigía al pueblo por decisión propia, ya que llevaba a una gran cantidad de revolucionarios y llevaba también camiones de guerra.
Por esta razón decidí buscar a Ragnar para comunicarle lo sucedido y para decirle también que esta base ya había quedado deshabitada, y que deberíamos dirigirnos hacia el pueblo de Bighorn porque quizás lo que suceda ahora sea incluso peor de lo sucedido con la estatua en la plaza.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mi compañero tenía el brazo sangrando a chorro, al parecer una bala le había alcanzado… pude observar como este usó un trozo de tela para parar la hemorragia y proseguir como si nada hubiera pasado. Él se dirigió hacia la puerta del camión, dentro de este pudimos ver a ni más ni menos que quince niños asustados, estos debían de tener unos once años… la gente que secuestraba a gente de esa edad para convertirlos en guerrilleros solo tenían un nombre para mí y este era “escoria.” A cada segundo que pasaba mi odio hacía aquellos supuestos revolucionarios aumentaba más, tenía unas enormes ganas de encontrarme con el líder y causante de todo esto y hundirle el filo de mi espada en su barriga. Mi compañero convenció a los asustados niños de que solamente les queríamos ayudar, estos eran desconfiados y con mucha razón, pues cuando bajaron del camión pudimos observar como en sus cuellos portaban unos collares enganchados a la piel con un número en estos. Mientras Juka le quitaba los collares yo me dirigí hacía dentro del transporte en busca de pistas. Cuando pasé por el lado de uno de los chicos, aún con el collar puesto, pude ver el número que tenía en este. “1765” al leer la cifra me quedé parado en el sitio al mismo tiempo que apretaba mi puno con fuerza y una cara de rabia aparecía en mi rostro. Tantas vidas… solo eran niños… y sin embargo ya los estaban tratando como soldados… malditos bastardos… iba a matarlos a todos.
Me metí dentro del camión y empecé a buscar pistas, pero dentro de este solo habían armas, algún que otro papel con un listado de nombres de lo que parecían ser los niños que acabábamos e liberar y poca cosas más, tras unos segundos buscando algo, Juka se metió en el asiento del copiloto y me contó todo lo que sabía, al parecer todo el ejército estaba siendo movilizado hacía BigHorn… nuestra presencia les estaba inquietando y querían acabar su “trabajo” cuanto antes. Yo puse en marcha el camión y conduje lo más rápido que pude hacía el lugar donde Juka me había indicado minutos antes. Cuando llegamos pudimos observar como en la misma plaza donde horas antes habían hecho explotar la estatua habían un sinfín de camiones aparcados, al parecer aquel lugar era el centro de la ciudad y querían tomarla del medio hacía fuera. Paré el camión cerca de los suyos y me bajé de este, lo único que se podía escuchar por la isla eran tiros, gritos y explosiones, al parecer la guerra ya había comenzado y teníamos que ponerle fin cuanto antes.
Me metí dentro del camión y empecé a buscar pistas, pero dentro de este solo habían armas, algún que otro papel con un listado de nombres de lo que parecían ser los niños que acabábamos e liberar y poca cosas más, tras unos segundos buscando algo, Juka se metió en el asiento del copiloto y me contó todo lo que sabía, al parecer todo el ejército estaba siendo movilizado hacía BigHorn… nuestra presencia les estaba inquietando y querían acabar su “trabajo” cuanto antes. Yo puse en marcha el camión y conduje lo más rápido que pude hacía el lugar donde Juka me había indicado minutos antes. Cuando llegamos pudimos observar como en la misma plaza donde horas antes habían hecho explotar la estatua habían un sinfín de camiones aparcados, al parecer aquel lugar era el centro de la ciudad y querían tomarla del medio hacía fuera. Paré el camión cerca de los suyos y me bajé de este, lo único que se podía escuchar por la isla eran tiros, gritos y explosiones, al parecer la guerra ya había comenzado y teníamos que ponerle fin cuanto antes.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Luego de poner a los niños a salvo, mi amigo y yo nos dirigimos a Bighorn con el camión que le quitamos a los hombres que asesinamos minutos antes. Al llegar a la ciudad, pudimos ver como los camiones "revolucionarios" efectuaban gran cantidad de disparos pesados contra las fuerzas del gobernador, a pesar de los esfuerzos de los soldados de la ley, estos no pudieron frenar la ofensiva de los hombres que tanto buscábamos.
A pesar del estado de mi brazo, sabía que podía luchar perfectamente, ya que mi espada es una y no necesito las dos manos para usarla. Entre medio de unos 20 soldados, pude ver que se encontraba una especie de tanque de guerra que disparaba una pesada munición explosiva a los soldados del otro bando y también a las casas y a los habitantes de Bighorn. Viendo la desesperación de las personas decidí que debíamos actuar rápido, por esta razón le dije a Ragnar directamente cuando apenas nos habíamos bajado del camión:"Te crees capaz de seguirme el paso para cortar ese tanque a la mitad?".
Mi idea al pronunciar esas palabras era que juntos hiciéramos un ataque combinado que lograra destrozar de una vez por todas ese tanque. Además supuse que el líder de esos soldados estaría dentro del tanque, ya que no estaba por ningún lado, por esa razón si lográbamos cortar el tanque, este saldría del mismo y podríamos enfrentarlo cara a cara.
Esperando la respuesta de mi amigo me dediqué a asesinar con mi brazo no herido y mi espada, a todos los "revolucionarios" que se me acercaban, dándole tiempo a Ragnar de pensar el movimiento y obviamente yo esperando para poder seguirlo.
A pesar del estado de mi brazo, sabía que podía luchar perfectamente, ya que mi espada es una y no necesito las dos manos para usarla. Entre medio de unos 20 soldados, pude ver que se encontraba una especie de tanque de guerra que disparaba una pesada munición explosiva a los soldados del otro bando y también a las casas y a los habitantes de Bighorn. Viendo la desesperación de las personas decidí que debíamos actuar rápido, por esta razón le dije a Ragnar directamente cuando apenas nos habíamos bajado del camión:"Te crees capaz de seguirme el paso para cortar ese tanque a la mitad?".
Mi idea al pronunciar esas palabras era que juntos hiciéramos un ataque combinado que lograra destrozar de una vez por todas ese tanque. Además supuse que el líder de esos soldados estaría dentro del tanque, ya que no estaba por ningún lado, por esa razón si lográbamos cortar el tanque, este saldría del mismo y podríamos enfrentarlo cara a cara.
Esperando la respuesta de mi amigo me dediqué a asesinar con mi brazo no herido y mi espada, a todos los "revolucionarios" que se me acercaban, dándole tiempo a Ragnar de pensar el movimiento y obviamente yo esperando para poder seguirlo.
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aparqué, el sonido de las balas matando y el grito de las personas muriendo empapaba el ambiente. Al parecer en la ciudad había una especie de resistencia, pero no se trataba de más que panaderos o escultores con espadas y pistolas, hombres que lo único que querían hacer era proteger a sus familias. También habían soldados reales, gente con armaduras y lanzas, pero por muy bien entrenados que estuvieran no podían soportar las explosiones de los cañones y tanques enemigos. Se encontraban lejos de su castillo y eso les daba una desventaja muy grande en cuanto a estrategia.
Salimos del camión, en medio de toda la masacre había algo que me llamaba mucho la atención, un tanque, pero no uno normal, este era más grande, mucho más grande, y al parecer disparaba una especia de munición muchísimo más potente. A pesar de tener tanta potencia de fuego no la utilizaba solamente en el enemigo... sino que también disparaba contra las casas de los aldeanos, como si disfrutase haciendo eso.
Juka y yo fuimos directos hacia aquel gran objetivo, teníamos que eliminarlo cuanto antes, si no mucha gente inocente moriría y sinceramente no estaba dispuesto a dejar que eso ocurriese, y menos si yo podía hacer algo para impedirlo. Cuando empezamos a correr pude observar como de la boca de mi compañero salían unas breves palabras en forma de reto: "Te crees capaz de seguirme el paso para cortar ese tanque a la mitad?". Al escuchar aquello una pícara sonrisa se dibujó en mi rostro, me encantaban los retos... Desenvainé a Bagami y la sujeté con tan sólo una mano, pues mi compañero tenía un brazo en mal estado y sólo podía utilizar uno para empuñar su arma, no quería partir con ventaja. Cuando nos encontrábamos cerca de este pudimos observar como su cañón se dirigía lentamente hacía nosotros, hasta apuntarnos. Un fortísimo disparo se escuchó y una enorme bala salió disparada del gran tanque, directa hacia nosotros. Esta impactó en el suelo, entre nosotros dos, iba demasiado deprisa y no pude hacer nada para detenerla, así que salí disparado varios metros hacia la derecha.
Mis oídos me pintaban, abrí los ojos, me encontraba rodeado por humo... miré hacia un lado, guerra, miré hacía el otro, más guerra. " Mierda..." Pensé mientras me levantaba y miraba hacia el frente. Entonces, delante de mi, pude observar algo realmente raro... Un hombre se estaba convirtiendo en bisonte, alguien con un parecido impresionante al pasado rey, un hombre con una corona en su cabeza... Sería él...? Descendiente de Dalton? Rápidamente me dirigí hacía él, abriéndome paso entre enemigos a base de sablazos. Cusndo me encontraba delante de él y me dispuse a hablarle pude notar como cargaba contra mi, al parecer creía que era su enemigo. Logré parar su potente ataque con Bagami, deteniéndole cruzando sus cuernos con ni espada. Cuando nos encontrábamos encarados aproveché la cercanía para informarle de mi persona. "No soy enemigo, os estoy ayudando." Al escuchar eso él empezó a reírse. "Conozco muy bien a todos mis hombres, y tu no eres uno de ellos." Dijo con una grave voz. Al parecer no quería entrar en razón... mierda.
Salimos del camión, en medio de toda la masacre había algo que me llamaba mucho la atención, un tanque, pero no uno normal, este era más grande, mucho más grande, y al parecer disparaba una especia de munición muchísimo más potente. A pesar de tener tanta potencia de fuego no la utilizaba solamente en el enemigo... sino que también disparaba contra las casas de los aldeanos, como si disfrutase haciendo eso.
Juka y yo fuimos directos hacia aquel gran objetivo, teníamos que eliminarlo cuanto antes, si no mucha gente inocente moriría y sinceramente no estaba dispuesto a dejar que eso ocurriese, y menos si yo podía hacer algo para impedirlo. Cuando empezamos a correr pude observar como de la boca de mi compañero salían unas breves palabras en forma de reto: "Te crees capaz de seguirme el paso para cortar ese tanque a la mitad?". Al escuchar aquello una pícara sonrisa se dibujó en mi rostro, me encantaban los retos... Desenvainé a Bagami y la sujeté con tan sólo una mano, pues mi compañero tenía un brazo en mal estado y sólo podía utilizar uno para empuñar su arma, no quería partir con ventaja. Cuando nos encontrábamos cerca de este pudimos observar como su cañón se dirigía lentamente hacía nosotros, hasta apuntarnos. Un fortísimo disparo se escuchó y una enorme bala salió disparada del gran tanque, directa hacia nosotros. Esta impactó en el suelo, entre nosotros dos, iba demasiado deprisa y no pude hacer nada para detenerla, así que salí disparado varios metros hacia la derecha.
Mis oídos me pintaban, abrí los ojos, me encontraba rodeado por humo... miré hacia un lado, guerra, miré hacía el otro, más guerra. " Mierda..." Pensé mientras me levantaba y miraba hacia el frente. Entonces, delante de mi, pude observar algo realmente raro... Un hombre se estaba convirtiendo en bisonte, alguien con un parecido impresionante al pasado rey, un hombre con una corona en su cabeza... Sería él...? Descendiente de Dalton? Rápidamente me dirigí hacía él, abriéndome paso entre enemigos a base de sablazos. Cusndo me encontraba delante de él y me dispuse a hablarle pude notar como cargaba contra mi, al parecer creía que era su enemigo. Logré parar su potente ataque con Bagami, deteniéndole cruzando sus cuernos con ni espada. Cuando nos encontrábamos encarados aproveché la cercanía para informarle de mi persona. "No soy enemigo, os estoy ayudando." Al escuchar eso él empezó a reírse. "Conozco muy bien a todos mis hombres, y tu no eres uno de ellos." Dijo con una grave voz. Al parecer no quería entrar en razón... mierda.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Luego de que nos propusimos cortar el gran tanque, éste logró lanzar un potente disparo hacia nosotros. Ambos salimos volando para lados opuestos, caí a un lado, conde dos soldados revolucionarios me esperaban. Tomé rápidamente mi espada y me abrí paso entre ellos, cortando a altas velocidades el lateral de su torso.
Cuando alcé la mirada, pude ver como Ragnar se estaba enfrentando a un nuevo enemigo, éste era bastante parecido a la estatua que fue destruida en la plaza. Al ver a mi amigo en problemas no dudé en correr hacia su posición, al encontrarme a unos 5 metros de donde se encontraban, pude escuchar que mi compañero le comunicaba al hombre bisonte que no era su enemigo, sino que estaba intentando ayudar. El animal era terco, no quiso entenderlo y continuó con el pensamiento de que era su enemigo.
Antes de que el bisonte pudiera atacara a Ragnar, decidí mostrarle la verdad, pero de una forma bastante hostil. Avancé rápidamente por su retaguardia, y cuando me encontraba en frente a su espalda, levanté mi pierna a la altura de mi cara, mientras pegaba un salto, rotando. Al caer, el bisonte no se percató de mi presencia y fue golpeado en su cabeza con mi potente ataque. Éste quedó comprimido contra el suelo con mi cuerpo sobre él.
Mientras lo mantenía inmóvil, le dije en un tono serio:"Si no quieres entender que somos aliados... no tengo problema en acabarte personalmente, pero creo que deberíamos colaborar, viendo el panorama del ataque. Espero que tengas el cuenta el estado del pueblo y tendríamos que detener la destrucción cuanto antes".
Luego de decir esas palabras me puse de pie, y mientras observaba como el bisonte entendía mi punto, me acerqué a Ragnar diciéndole:"Retomemos el reto... prepara tu espada, hay que parar el ataque de una vez por todas".
Cuando alcé la mirada, pude ver como Ragnar se estaba enfrentando a un nuevo enemigo, éste era bastante parecido a la estatua que fue destruida en la plaza. Al ver a mi amigo en problemas no dudé en correr hacia su posición, al encontrarme a unos 5 metros de donde se encontraban, pude escuchar que mi compañero le comunicaba al hombre bisonte que no era su enemigo, sino que estaba intentando ayudar. El animal era terco, no quiso entenderlo y continuó con el pensamiento de que era su enemigo.
Antes de que el bisonte pudiera atacara a Ragnar, decidí mostrarle la verdad, pero de una forma bastante hostil. Avancé rápidamente por su retaguardia, y cuando me encontraba en frente a su espalda, levanté mi pierna a la altura de mi cara, mientras pegaba un salto, rotando. Al caer, el bisonte no se percató de mi presencia y fue golpeado en su cabeza con mi potente ataque. Éste quedó comprimido contra el suelo con mi cuerpo sobre él.
Mientras lo mantenía inmóvil, le dije en un tono serio:"Si no quieres entender que somos aliados... no tengo problema en acabarte personalmente, pero creo que deberíamos colaborar, viendo el panorama del ataque. Espero que tengas el cuenta el estado del pueblo y tendríamos que detener la destrucción cuanto antes".
Luego de decir esas palabras me puse de pie, y mientras observaba como el bisonte entendía mi punto, me acerqué a Ragnar diciéndole:"Retomemos el reto... prepara tu espada, hay que parar el ataque de una vez por todas".
Ragnar Asborn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras ejercía una gran fuerza contra los blancos y largos cuernos del rudo animal, abrí ligeramente mi seca boca para contestar a sus últimas y repentinas palabras. Antes de poder decir nada, Juka se abalanzó contra el fuerte rey, aplastándole contra el suelo y pronunciando unas seberas palabras: “Si no quieres entender que somos aliados... no tengo problema en acabarte personalmente, pero creo que deberíamos colaborar, viendo el panorama del ataque. Espero que tengas en cuenta el estado del pueblo y tendríamos que detener la destrucción cuanto antes.” Tras decir aquello, el espadachín liberó al bisonte, al parecer las palabras del pelinegro habían hecho entrar en razón al líder de todo aquél país y este ya no tenía intenciones hostiles contra mí.
Todo aquello me extrañó, estaba seguro de que él podría haberse liberando cuando hubiese querido, incluso que vio venir el ataque de mi compañero, ¿Por qué habría reaccionado de aquella manera? Sin protegerse o esquivar siquiera su ataque. Tras unos segundos pensando aquello dejé de lado el tema, miré a Juka de forma firme y sería y escuché su propuesta. Al parecer quería volver al reto original de cortar el tanque por la mitad. Yo me moría de ganas de probar mis fuerzas contra aquel frio metal, no obstante lo dijo con cierto tono de mandato, no me gustaba que la gente me diera órdenes y aquello me puso algo furioso.
Agarré mis tres espadas y sin previo aviso fui corriendo hacía la gran estructura de metal con ruedas, era hora de acabar con toda esa mierda y no quería andarme con rodeos. Cuando me encontraba a pocos metros del tanque dio el salto más grande que pude, encarándome a este y esperando a que mi compañero me siguiera.
Todo aquello me extrañó, estaba seguro de que él podría haberse liberando cuando hubiese querido, incluso que vio venir el ataque de mi compañero, ¿Por qué habría reaccionado de aquella manera? Sin protegerse o esquivar siquiera su ataque. Tras unos segundos pensando aquello dejé de lado el tema, miré a Juka de forma firme y sería y escuché su propuesta. Al parecer quería volver al reto original de cortar el tanque por la mitad. Yo me moría de ganas de probar mis fuerzas contra aquel frio metal, no obstante lo dijo con cierto tono de mandato, no me gustaba que la gente me diera órdenes y aquello me puso algo furioso.
Agarré mis tres espadas y sin previo aviso fui corriendo hacía la gran estructura de metal con ruedas, era hora de acabar con toda esa mierda y no quería andarme con rodeos. Cuando me encontraba a pocos metros del tanque dio el salto más grande que pude, encarándome a este y esperando a que mi compañero me siguiera.
Haxter
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pude ver como Ragnar accedía a mi petición, sabía que no sería fácil ese corte, pero también sabía que ambos queríamos convertirnos en buenos espadachines y necesitaríamos lograrlo para continuar nuestro camino. Vi como mi compañero saltaba para producir el corte al tanque, como no quería quedarme atrás, salté junto a mi amigo y produje un corte diagonal junto al gigantesco tanque.
Luego de pasar a un lado del tanque, me voltee a ver el resultado del ataque, el vehículo estaba aún completo, pero estaba agrietado, mantenía el corte de mi espada, a la espera de algún otro corte que acabara el trabajo.
Sabía que la responsabilidad de terminar mi trabajo era de mi amigo Ragnar. Esperé de rodillas a un costado del tanque, para ver como mi compañero hacía el gran corte que revelaría el interior de ese tanque y dejaría inútil su gran y destructiva arma.
Luego de pasar a un lado del tanque, me voltee a ver el resultado del ataque, el vehículo estaba aún completo, pero estaba agrietado, mantenía el corte de mi espada, a la espera de algún otro corte que acabara el trabajo.
Sabía que la responsabilidad de terminar mi trabajo era de mi amigo Ragnar. Esperé de rodillas a un costado del tanque, para ver como mi compañero hacía el gran corte que revelaría el interior de ese tanque y dejaría inútil su gran y destructiva arma.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.