En busca del tesoro de rajame el ojo

Me encontraba a bordo del submarino octubre rojo, la tripulación me dejaría en la playa cercana, la misión consistía en internarse en la selva hasta las ruinas que se encontraban en el centro una vez allí descifrar el mapa logarítmico endecasilabito multifacético que tenia para poder encontrar la zona en donde el pirata Rájame el ojo o Rajam el rojo por algunos, Fluffle me acompañaría en este intrépido viaje, aunque seguro que el lo disfrutaría mas que yo. Parecía muy emocionado mientras correteaba por la cubierta y daba saltitos de alegría mientras miraba la costa acercarse cada vez mas.
-Bien Fluffle ¿preparado para ir a por ese tesoro?, si claro que si. Ven que te pondré tus alforjas y yo coger la mochila con el equipo nunca esta de más ir preparado eh pequeñín.
Coloque las alforjas en el lomo de Fluffle para que llevara las provisiones, yo por mi parte llevaría todo el equipo necesario para la excavación y la investigación así como el material de primeros auxilios y defensa propia. Esperaba que nuestros contactos no tardaran demasiado en aparecer y pudiéramos comenzar sin mucha dilación.

Mi misión era sencilla, acompañar a un grupo de arqueólogos e historiadores hasta unas ruinas piratas, cosa sorprenderte por el hecho de que normalmente estos no construían nada en tierra a excepción de sus barcos. Si estos encontraban algo peligroso, o de valor histórico debía asegurar que el gobierno lo recibiera y no se perdiera o fuera robado, lo que implicaba que también debía convencer a los historiadores.

Me encontraba en Ireos esperando ya al equipo, al parecer venían en dos tandas, los primeros ya llevaban allí unos días conmigo, me los había ganado muy fácilmente, y ahora era la jefa de seguridad de la expedición. El segundo grupo debería llegar esa misma mañana y entonces podríamos partir hacia el lugar que indicaran. Casi a medio día se me informó que por dificultades técnicas el transporte del otro grupo llegaría a una playa cercana, por lo que envié a un par de hombres a buscarlos.

-No os entretengáis mucho, cogerlos, que cargar con lo que no puedan y rápidamente aquí para partir justo después de comer, ¿Entendido? –Los dos hombres asintieron y se dirigieron al a zona designado a por el resto. Esperaba que no fueran demasiados o aquello parecería una acampada de jóvenes.

Dicho y hecho, allí mismo nos encontramos con un par de hombres, que amablemente nos condujeron hasta un campamento justo antes de la hora de comer. Fluffle estaba encantado por el paseo y la comida, el muy goloso ya se encontraba dispuesto para saquear los postres, más de una vez hubo que controlarlo para que no se escapara a empacharse. Una vez allí me quede perplejo, pues conocía a una de los integrantes de la expedición.

¡Que me aspen si no es la linda pajarito Alwyn!
¿Que haces tu aquí culito sexy?
Tal vez era demasiado obsceno o directo pero me tome muchas confianzas con mucho gusto de correr el riesgo de un tortazo.

No, no, no, aquello no podía ser real, otra vez con el tipo raro ese no. Al menos esta vez no aprecia que hubiera cerca gorilas asesinos ni cuevas de la muerte. Bueno, al menos podría volver a pasar tiempo con la adorable oveja rosa que poseía el hombre. Se me pasó hacer caer al hombre por algún barranco si había y quedarme con Fluffe, pero debía la tapadera de la misión intacta.

-Si vuelves a llamarme así terminaras siendo comida de gorila, ¿me entiendes?-Tras lo cual le di un sonoro bofetón en la mejilla.- En media hora os quiero a todos listos para partir, el que no esté listo se va por libre.- Dije hablando para todos aquellos buscatesoros.

Al menos con tanta gente no tendría que estar a solas con el salido ese demasiado tiempo, además seguro que pronto se fijaría en alguna de las modositas arqueólogas que nos acompañaban.

Fluffle pasa de mi y comienza a corretear en círculos alrededor de Alwyn extasiado. Finalmente se para delante de ella y le saca una tarjeta roja que muerde hasta darle forma de corazon en donde hay un dibujo de alwyn y Fluffle con A F BFF (alwyn Fluffle Best friends forever)
Ouch,-recibo el tortazo en plena cara- he pequeña guarda tus fuerzas para el camino, además por aquí no hay gorilas. Pórtate bien y dejare que fluffle duerma contigo esta noche, puedes usarlo de almohadón es súper cómodo.- Me arrimo y le susurro al oído- Ten cuidado come tacos estando dormido.

Me separo con una sonrisa dejando a Fluffle con alwyn. Mientras exploro un poco el campamento, muchos hombres y muchas chicas guapas pero ninguna merecedora de mis atenciones, tal vez tendría que hacer algo para congraciarme con la pequeña Alwyn, con suerte le dejare escoger el mejor cacho del tesoro, después de todo el mapa lo tiene un servidor.
Saco el mapa y lo ojeo a la luz un tiempo intentando orientarme y calcular la ruta mas rápida y menos peligrosa por la cual internarnos en la isla.

La oveja rosa se puso a hacer círculos entorno a mí en cuanto me vio, llegado un momento se paró de golpe sacando una tarjeta de color rojo y mordiéndola hasta forma un bonito corazón con una inscripción en al que decía que seriamos amigos para siempre. Recogí la tarjeta encantada, haciendo caso omiso de Bleyd y abrazando a la oveja. Éste se fue dejándonos a las dos solas, como ya tenía todo hecho podía gastar el tiempo que había dado al resto para hacer sus cosas en estar con la rosada criatura.

Me acerqué con ella hasta la mesa de dulces, de la que cogí varios y me puse a jugar/adiestrar al animalito. Fue muy entretenido y la oveja era de lo más cachonda realizando las tareas de las formas más inverosímiles posibles. Cuando se acabó el tiempo le indique a Fluffe que fuera a por su dueño, al fin y al cabo hasta que no viera el mapa o lo tuviera lo necesitábamos.

El resto de gente de la expedición sólo tenía detalles vagos del camino o la ubicación del tesoro. Podría robarle el mapa a bleyd e ir yo sola, pero llamaría demasiado la atención, y a fin de cuentas si algo salía mal por el camino siempre podía echarle las culpas a él por no leer bien el mapa y cosas del estilo.

-Hey Fluffle que tal con la chiquilla.
Fluffle inmediatamente se pone colorado mientras se lleva las patitas a la cara. Si es un encanto de chica y además un bombón.- Esta noche duerme con ella seguro que te deja ser su almohadón. Volvamos con ella tenemos que dirigirnos hacia el suroeste hacia los pechos de Shiva. Que mas traducido es esas dos montañitas del fondo que parecen un par de pechos erectos. Casi, casi como los de Alwyn.

Me río ante mi chiste y acaricio el cogote de Fluffle,
-vamos compañero pongámonos en marcha.
Alwyn en marcha tenemos que ir hacia el suroeste a esas montañas del fondo. Lo mejor sera ir ligeritos a ver si podemos acampar en la falda antes del anochecer.

Antes de partir un pensamiento cruza mi mente.
-Jum pechos, faldas…. Esto parece una peli porno

Cuando Fluffe se fue me acerqué hasta donde se estaban empezando a reunir ya los demás miembros de la expedición, en total seriamos unos diez, de ellos cinco eran arqueólogos, otros dos eran porteadores y luego estábamos un guardia, Bleyd y yo. Por lo que tenía entendido la isla no era demasiado grande así que no esperaba tardar más de dos días en llegar al tesoro, y si era posible con todo el equipo. Cuando bleyd llego me indicó la dirección que debíamos tomar antes de poner una cara de pervertido total, cosa que no me extrañaba.

-Vamos, de dos en dos hasta que se diga lo contrario. Avisar si alguien ve algo raro, no queremos sorpresas. Hulver, tú ve al final cerrando la marcha y estate atento a que no perdamos a nadie.

Tras ello comencé a caminar, esperando que el resto me siguiera. Había mandado al otro guardia al final ya que seguramente Bleyd quisiera ir adelante conmigo y además era el que tenía el mapa. Siempre podía intercambiarme con Hulver si me aburría demasiado de él y llevarme a Fluffe a la parte final de la cola.

Bueno me extraño que Alwyn se pusiera a mi lado. Aunque después de ver como se pasaba el rato haciéndole mimos y carantoñas a Fluffle no pude hacer otra cosa que encogerme de hombros. Fluffle es amor peludo concentrado y ella... Bueno ella es una chica de grandes pechotes, una bonita pareja, aunque si por un momento espera que puede apropiarse de mi compichuelo. Digamos que acabara desnuda en medio de un bar de mala muerte.

Bueno emprendamos la marcha si ya estamos todos según el mapa tendremos que cruzar, las charcas de las ranas centelleantes, después las arenas de Anubis para finalmente llegar a las cuevas de cristal en los pechos de shiva… Vamos que to tieso hasta que veamos agua.

Comencé la caminata dejando que Fluffle de divirtiera con Alwyn normalmente solo esta conmigo y los compañeros de la resistencia, así que es bueno que juegue y se divierta con mas gente. Ademas alwyn es… especial a su manera.

El terreno llano con vegetación baja nos permitía avanzar con rapidez, lo único malo era el ardiente sol que amenazaba con derretirnos, por suerte Fluffle va equipado con un magnifico aire acondicionado y así podía soportar la caminata sin tener que parar cada cinco minutos a refrescarlo. La verdad es que me gustaría mantener el ritmo hasta llegar las charcas pero no se si el grupo lo soportara, si hay que parar pararemos pero eso es cosa de Alwyn.

Las indicaciones de mi compañero, como siempre, resultaron ser simples, muy simples. No sabía si tenía un mapa o era un papel dibujado por un niño gracioso, pero era lo único que teníamos. Además lo de la charca no sonaba mal con aquel calor que hacía, esperaba que todos los arqueólogos fueran bien, los porteadores parecían más que acostumbrados, pero los otros…., en fin tendríamos que parar si algo iba mal.

-Bleyd, pone algo más ese mapa tuyo que podamos usar, algún camino con más vegetación por ejemplo. Y en esas charcas no habrá cuevas con gorilas asesinos ¿no? Porque según recuerdo la última vez sí que había algo de eso.

Podría haberme transformado e inspeccionado la zona desde el aire, pero me arriesgaba a dejar a esa pobre gente a solas con el salido de Bleyd, que no dudaba de su eficacia como guerrero, pero sí de sus métodos de guía y su liderazgo.

Um, bueno dice que tienes un buen culo pero no es que sea muy útil ahora mismo. Por lo demás puedes estar tranquila, no encontraremos gorilas, como mucho una horda de caníbales enfurecidos, pero eso sera si nos desviamos de nuestra ruta.

Abria la marcha por las charcas que mas que charcas era un maldito manglar, los enormes arboles crecían sobre el agua y lianas, raíces y fango impedían el avance, mosquitos zumbaban a nuestro alrededor al tiempo que las serpientes nos miraban curiosas e inquietas, de vez en cuando pisábamos una zona de terreno mas elevada y seca que el resto, buenos sitios para hacer una pequeña parada. esta gente no esta acostumbrada a largas caminatas y mucho menos a climas adversos como ese, yo llevaba a Fluffle en mis hombros no quería que se ensuciara en ese maldito pantano y el disfrutaba el paseo intentando agarrar las brillantes ranas que cuelgan de las ramas de los arboles.

Gente haremos un alto aquí, descansen y tengan cuidado con las serpientes. Alwyn ¿puedes venir? me gustaría comentarte algo.

Espero a Alwyn algo alejado de la gente, mientras acaricio a Fluffle en la cabeza.

Tras salir del horrible calor, nos metimos en el horrible calor húmedo, es decir, un maldito pantano lleno de lianas, ramas y raíces que hacían que el avanzar fuera una tarea digna de los dioses. Al parecer más que charcas de ranas centelleantes, eso era el pantano de los mosquitos. Al parecer nadie sabía poner nombres decentes a las cosas, o al menos, nombres más cercanos a la realidad.

Llegados a un punto en que el pantano parecía subir un poco, dejando bastante espacio de tierra alrededor Bleyd dijo que pararíamos allí, todos se quedaron parados mirándome así que asentí. En ese momento se dejaron caer de golpe al suelo, aunque luego tras la advertencia de Bleyd se juntaron en piña con las espaldas juntas, mientras el guardia y los porteadores se reían. Me acerqué hasta él para ver que quería de mí ahora, me estaba empezando a mosquear sus comentarios sobre mi cuerpo, pero debía aguantar.

-Dime Bleyd, que pasa ahora. Me dijiste que no habría problemas si no nos salíamos de la ruta, no nos habrás perdido ¿verdad?

Veamos por donde empiezo.... ¿de donde has sacado esa pandilla de sacos de patatas? ¿de verdad crees que van a soportar la caminata que nos queda? apenas pueden ya con su alma.

Pero bueno eso es cosa tuya, quería saber como se va a repartir lo que encontremos. ¿que buscas? ¿que necesitas? ¿que esperas encontrar?. Por lo demás en un par de horas habremos salido de este manglar, acamparemos en la salida, en la zona donde las aguas se retiran y dan paso a la ardiente arena del desierto, comeremos allí, dormiremos el resto del día y partiremos de noche. Espero que lleven ropa de abrigo por que la van a necesitar. Ahora reúne a tu equipo partimos en cinco minutos, a no ser que necesiten mas tiempo de descanso. De todas formas andate con ojo creo que nos están acechando, hace un rato que los animales se han callado y eso nunca es buena señal.

Acaricio a fluffle mientras le doy un sugus de mora. El cual engulle felizmente.

-¿Cómo que donde los he encontrado? Cuando los conocí ya te estaban esperando, asique a mí no metas en eso. Por otro lado me parece bien lo de acampar justo en el borde, pero tenemos que asegurarnos de que no dé el sol en el lugar. Por otro lado lo del tesoro será a partes iguales entre todos, y no me vengas con lo típico de que tú tienes el mapa, por que no.

Tras escuchar la respuesta que diera Bleyd volvería con el grupo para explicarles el plan y preguntar si habían traído prendas de abrigo. Casi todos las habían traído, por lo que eso no sería un problema. Tras unos minutos salimos hacia la zona de acampada, donde comeríamos, dormiríamos y esperaríamos a la noche para avanzar, esta vez con frio en vez de calor.

También hable con los porteadores, preguntando por si lo animales estarían preparados para caminar en la noche desértica, a lo que me contestaron que sí, esos animales estaban muy bien adaptados al desierto, de día o de noche y que no habría problemas en ello.

Algo no cuadraba. yo siempre trabajo solo con Fluffle... o alwyn me miente diciendo que el grupo ya estaba aquí o algo no funciona como tiene que hacerlo.

"Bien prepara a la gente salimos de inmediato". acaricie a Fluffle mientras pensaba mentalmente, tal vez alguien me la estuviera jugando, lo mejor seria andar con pies de plomo.

Poco a poco salimos del manglar, a excepción de alguna desagradable sorpresa con serpientes y arañas todo se desarrollaba bien. Llegamos finalmente al final del manglar donde los arboles dejaban paso al desierto, era un espectáculo desolador, arenas infinitas bañadas por el sol, dunas inmensas por las que soplaba el viento cargado de arena. Un sol inmisericorde que dejaba caer sus rayos con furia abrasadora. No soy codicioso pero sospechaba que la gente que venia conmigo no eran hermanitas de la caridad. incluso la sexy Alwyn parecía extrañamente susceptible.

Finalmente la noche llego, yo dormí con Fluffle a mi lado, fue quien me despertó en cuanto la enorme bola dorada llamada sol desaparecía por el infinito. Me levante y abrigue, la armadura podía aislarse herméticamente pero no lo necesitaba teniendo ropa para ese clima. Revise el mapa por fortuna era fácil no perderse las montañas del fondo del desierto eran nuestro objetivo, puse mi visión nocturna en marcha y comencé a caminar junto con Fluffle. El resto ya me seguiría tampoco me alejaría demasiado si no me acompañaban. seguramente necesitaríamos montar un campamento a medio camino, el desierto se tardaría en cruzar un día entero, tan solo tenían que evitar caer de la cresta de las dunas, las crestas son seguras es arena suelta y en movimiento por el viento, pero las zonas inferiores pueden ser arenas movedizas o lodazales de fango capaces de tragarse un hombre en minutos. Ambas totalmente imperceptibles para el ojo humano. Decidí atar a Fluffle a mi lo ultimo que quería es que rodase ladera abajo y tener que ir a por el. Mi armadura en este desierto no era lo mas idóneo, el peso hacia que me enterrase profundamente a cada paso, la travesía seria un desgaste considerable.

Respondí afirmativamente a lo que decía mi compañero Bleyd y partimos. El manglar pronto llegó a su fin dando lugar al desierto, antes de salir a doradas y ardientes arenas paramos bajo los últimos árboles del manglar que conseguían retener algo de frescor gracias al agua cercana. Montamos las tiendas y nos dispusimos a dormir, el otro guardia y yo nos quedamos vigilando la primera mitad del día y los porteadores la siguiente, Bleyd debía descansar para no perdernos, ya que era el único con acceso al mapa.

Cuando la noche comenzó levantamos a todo el mundo, tomamos un fugaz desayuno nocturno y partimos a las heladas arenas desérticas. Mi armadura me protegía del frio y gracias a mi poco peso y el kami-e kempo caminaba por las dunas como si de tierra se tratara, mientras mi compañero Bleyd y el resto, quitando los animales de carga se hundían y avanzaban pesadamente. Las gafas de visión nocturna me venían de perlas para no mostrar mi forma animal o híbrida, esperaba no tener que hacerlo, pues ya me estaba labrando un nombre como agente y eso podría delatarme.

-Bleyd, cuanto queda de desierto, mejor dicho ¿Qué hay después de él?- Le pregunté al grandullón mientras acariciaba a la oveja rosa.

Nos queda medio camino, después del desierto llegaremos a la falta de la montaña allí tan solo nos quedara subir por una senda y entrar en las cuevas donde esta el tesoro. Fácil sencillo y rápido, al menos esa parte.
Fluffle estaba encantado con los mimos de Alwyn y se dejaba acariciar sin ninguna objeción. Yo por mi parte estaba hasta las narices de la puñetera arena.

Que Alwyn ¿quieres llevar tu el mapa? así no tendrías que estar preguntándome cada medio día si vamos bien. Después de todo apenas queda una noche de pateada hasta llegar a las montañas, incluso desde aquí puedes verlas. Señalo al horizonte donde dos picos se alzan al cielo. Ves allí donde están esos picos que parecen dos tetas es a donde vamos. Cuanto antes lleguemos mejor.
Me repase a Alwyn con la mirada, como siempre tenia un cuerpazo despampanante, sin embargo no me fiaba mucho de ella, siempre preguntando y ademas la mentira del equipo... no sabia que se traía entre manos pero algo pasaba con ella.

Bleyd me comento lo que nos faltaba por recorrer aún de camino, además me ofreció el mapa, cosa que me pareció muy sospechosa, ¿Me estaba probando? Tratándose de él nunca sabía que podía esperar, asique lo mejor sería negarme a cogerlo, y llegar hasta el tesoro para comprobar que no era nada ilegal.

-Muchas gracias por el ofrecimiento, pero me fio de ti. Si no fuera porque esta arena nos retrasa tanto tardaríamos menos aún en llegar, puede que en la montaña podamos meterles más prisa a los demás, me exaspera ir tan lenta.

La verdad es que me exasperaba bastante, si Bleyd era lento porque se hundía el resto lo eran aún más a pesar de menos pesados que mi compañero. Y aunque tenía a la linda oveja rosa para jugar y darle mimos el viaje se me estaba haciendo más que eterno. Esperaba que en las montañas hubiera más sombras, menos frio y que la gente se animara a ir más deprisa que por mitad del desierto.

Alwyn se negó a coger el mapa, me encogí de hombros y lo volví a guardar con cuidado, la noche ya se terminaba y tendríamos que acampar para pasar las horas de calor en el ardiente desierto.

Yo acampe con Fluffle y active su aire acondicionado para que no pasara calor. El pequeñín se puso su elemento del taco y invoco tacos para el, mientras comía yo revisaba la tienda no tenia ganas que una tormenta de arena se llevara el campamento o enterrara el equipo y las provisiones.

Repase el mapa intentando descifrar la parte difícil de este las cuevas, una serie de cuevas unidas por túneles y llenitas a rabiar de trampas, pero que trampas y donde estaban… esa era la pregunta importante. Tal vez podría dejar ir a los demás delante y olvidarme de problemas, aunque eso seria cruel y sádico, sonreí ante la idea pero acabe acariciando a fluffle y relajándome.

En cuanto amaneció nos paramos en uno de los lados de una duna, montando las tiendas rápidamente para intentar conservar algo de frescor en la arena. Las tiendas, blancas como la leche, no se deberían calentar tanto como las normales. Aun así el calor que llego a hacer nos despertó a todos antes de tiempo, bueno, a todos menos a Bleyd que estaba en una tienda aparte con Fluffe. En cuanto el sol empezó a descender fui hasta su tienda a despertarle, mientras el resto comían, cuanto antes llegáramos a las cuevas me asegurara de que el tesoro no era nada peligroso para el gobierno antes podría volver a mi vida normal sin arena y calor, al menos no tanto.

-Bleyd ya está oscureciendo, nos marchamos en media hora. – Le dije cuando entre en su tienda y mientras acariciaba a la oveja rosa.- Esta noche tenemos que llegar hasta la cueva, o al menos salir del desierto o no aguantaran.

En cuanto estuvimos todos listos partimos, el camino era como el de la noche anterior. La diferencia se empezó a notar a mitad de la noche cuando la arena empezó a tener formaciones rocosas, y poco a poco fue dando lugar a la montaña. Según Bleyd nuestro objetivo estaba en alguna parte de estas por lo que debíamos buscarlo y si podíamos acampar dentro de la misma cueva del tesoro. El sendero de la montaña no era muy complicado, y todos daban gracias por que no fuera demasiado empinado, además de por abandonar las arenas del desierto.

Finalmente nos encontrábamos en las faldas de la montaña.
Las rocas emergían por todas partes dejando atrás la arena ardiente del desierto. Lleve al grupo por la ladera esquivando peñascos y cruzando por acantilados, el trayecto era duro, difícil y traicionero, pero poco a poco y gracias al equipo de escalada y a Fluffle que nos ayudaba con los ánimos llegamos a la entrada de la zona de cavernas en cuyo interior se encontraba el tesoro.

-Bien aquí estamos Alwyn, entremos despacio y sobretodo no toques nada. No sabemos que trampas puede haber aquí.

La primera sala era amplia con tres rayos de sol cruzando la estancia en sentido horizontal a nosotros, la luz entraba por unas oquedades en la pared del muro a mi izquierda, tan solo una pequeña parte pegada a la pared de la derecha quedaba sin iluminar.

- ¿Que te parece Alwyn ves algun peligro aquí?

Bleyd me pregunto que si veía algún peligro por la sala o los alrededores, active el mantra buscando presencias cercanas, y viendo como la de Bleyd había aumentado desde la última vez que había estado con él, y los demás en comparación parecían niños pequeños. No encontré nada más cerca de nosotros.

-No noto nada raro, ni veo peligros aquí, dentro puede que la cosa cambie. Lo que a lo mejor deberíamos investigar son las dos ramas de la cueva antes de ir con los demás.- Después le comenté al guardia que vigilara a los demás mientras nosotros exploramos los caminos en busca de trampas.- Bleyd en una hora aquí, si alguno no viene el otro ira a por el.

Fui por la derecha, buscando trampas y demás mecanismos que pudieran hacer que la expedición sufriera algún tipo de percance por el camino. La cueva era estrecha y tarde bastante en llegar hasta el final del camino, no encontrando nada de interés en la misma, por lo que me volví hacia el campamento esperando que Bleyd hubiera encontrado algo más que rocas, musgos y demás habitantes normales de las cuevas.

Alwyn decidió que nos separaríamos para cubrir mas terreno, accedí y partí en soledad hacia el interior de la cueva con Fluffle a mi lado, Los túneles estrechos se prolongaron durante un buen tiempo, antiguos muertos contaban sus historias, los esqueletos de los desafortunados cazatesoros que una vez pasaron por esta estancia se encontraban en la misma posición que cuando murieron, un autentico pasillo de la muerte. La pregunta era como traspasarlo sin que acabara como ellos. El mejor sistema seria usar a Carnifex como bastón de ciego, con su alcance y peso, haría saltar todas las trampas a su paso.

Con cuidado y pisando en donde golpeaba con mi espada, fui destapando trampa tras trampa, flechas, virotes, pozos, llamas, piedras basculantes… toda una retahíla de muerte. Finalmente llegue a la puerta que me daría acceso a la sala del tesoro, Hundí la puerta con un golpetazo, no quería ponerle la mano encima al pomo.

Delante de mí se encontraba un brillante tesoro joyas, oro, piezas de equipo, cofres a rebosar, sonreí de satisfacción mientras agarraba un par de curiosas pinzas, tal vez me sirvieran para abrir una cerveza. Habiendo desactivado las trampas podía volver con alwyn y repartir la pequeña fortuna de la sala entre los dos. Había sido un buen día.