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Hace muchos años, todo aquel que vivía en el North Blue hablaba acerca de un tesoro en una isla desierta. La gente no se atrevía a pisar esa isla por las criaturas que la habitaban. Era una isla que dejó de ser poblada hace muchos años a causa de un terrible gas que eliminó a todo aquel que la habitaba. Hoy en día, ese gas no sigue en la isla, pero unas criaturas poderosas fueron las que se apoderaron de la isla.
X Caleb, un pirata desconocido tuvo la idea de buscar el tesoro de la población que desapareció hace muchos años. Él sabía que era una misión difícil, pero él nunca se rinde. Sin pensárselo dos veces comenzó a navegar rumbo a la isla. Fue un trayecto bastante largo y pesado, pero merecería la pena. Por lo que la leyenda decía, un gran tesoro aguardaba en la isla. En ese entonces andaba bajo de dinero y todo lo conseguido sería bienvenido.
Él estuvo recolectando información acerca de la isla por todo el North Blue. No fue mucha la que consiguió, pero era suficiente para poder encontrarlo. Sabía que a simple vista la isla parecía una isla tranquila, pero que escondidas se encontraban unas criaturas bastante poderosas. Por otro lado sabía que estaba rodeada de bosques, pero en el centro se encontraba su destino, el pueblo en ruinas. Allí era donde teóricamente se encontraba el tesoro. Preparó todo lo necesario y lo Metió en una especie de mochila. Intentó llevar pocas cosas para que no pesase, solo lo necesario. Una vez cogido lo necesario desembarcó.
X Caleb, un pirata desconocido tuvo la idea de buscar el tesoro de la población que desapareció hace muchos años. Él sabía que era una misión difícil, pero él nunca se rinde. Sin pensárselo dos veces comenzó a navegar rumbo a la isla. Fue un trayecto bastante largo y pesado, pero merecería la pena. Por lo que la leyenda decía, un gran tesoro aguardaba en la isla. En ese entonces andaba bajo de dinero y todo lo conseguido sería bienvenido.
Él estuvo recolectando información acerca de la isla por todo el North Blue. No fue mucha la que consiguió, pero era suficiente para poder encontrarlo. Sabía que a simple vista la isla parecía una isla tranquila, pero que escondidas se encontraban unas criaturas bastante poderosas. Por otro lado sabía que estaba rodeada de bosques, pero en el centro se encontraba su destino, el pueblo en ruinas. Allí era donde teóricamente se encontraba el tesoro. Preparó todo lo necesario y lo Metió en una especie de mochila. Intentó llevar pocas cosas para que no pesase, solo lo necesario. Una vez cogido lo necesario desembarcó.
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Mis viajes me había llevado finalmente a Ireos, estaba bastante cerca de mi hogar, pero aún no estaba listo para volver, muchas aventuras me esperaban en el océano como para regresar a casa con las manos vacías. Según había visto en mis lecturas nocturnas, ésta isla no tiene habitantes humanos, los únicos que la habitan son criaturas mayormente hostiles y unas inmensas montañas. A pesar de esto, no era lo único que había leído sobre la isla, según decía mi libro de información, esa isla poseía tesoros escondidos en las ruinas del centro de la isla. Quizás Madara tenía la culpa de esto, quizás me había pegado la fiebre del oro y ahora cualquier cosa que incluyera ganar monedas me venía bien.
La verdad es que no sabía si las leyendas sobre las criaturas de la isla y los tesoros que protegían eran verdad, pero la intriga por descubrirlo me mataba por dentro. Una nueva aventura me llamaba y debía ir en su búsqueda. Así fue como navegué por un día aproximadamente y desembarqué en la famosa isla. Apenas bajé de mi bote, mis botas se llenaron de barro en su exterior, el suelo era bastante húmedo y compuesto mayormente por tierra. Al levantar la vista, pude ver las grandes montañas del bioma, sinceramente no tenía ganas de ponerme a escalar montañas, por lo que debía buscar un camino alternativo hacia el centro de la isla.
Tomé mi espada, la puse en su vaina agarrada de mi espalda y comencé a caminar por la "pradera" del lugar que parecía más bien un pantano. intenté rodear las montañas lo más que pude para no tener que esforzarme demasiado, pero en determinado punto tenía que elegir entre escalar una montaña no demasiado grande o pasar por un lugar lleno de criaturas extrañas. Los animales que más se destacaban entre su multitud eran tigres de unos 3 metros de altura y tortugas gigantes con dientes filosos.
Como no tenía muchas ganas de sacar mi espada en ese momento, decidí eliminar la pereza y ponerme a escalar esa maldita montaña. El calor estaba insoportable, el sol brillaba sobre mi rostro impidiendo en parte la visión de las alturas y a su vez generándome más pereza. Cuando comencé a subir las rocas, pude darme cuenta de que estaban hirviendo por el calor del ambiente. Por esa misma razón me coloqué mis guantes negros y escalé lo más rápido que puede para no quemarme.
Luego de unos minutos logré llegar a la cima de esa pequeña montaña y al mirar hacia el otro lado, pude ver las ruinas de una antigua ciudad o algo por el estilo y a su lado, un espeso bosque. Sabía que por esa zona es por donde podría estar el famoso tesoro del libro, por lo que fijé allí mi rumbo.
La verdad es que no sabía si las leyendas sobre las criaturas de la isla y los tesoros que protegían eran verdad, pero la intriga por descubrirlo me mataba por dentro. Una nueva aventura me llamaba y debía ir en su búsqueda. Así fue como navegué por un día aproximadamente y desembarqué en la famosa isla. Apenas bajé de mi bote, mis botas se llenaron de barro en su exterior, el suelo era bastante húmedo y compuesto mayormente por tierra. Al levantar la vista, pude ver las grandes montañas del bioma, sinceramente no tenía ganas de ponerme a escalar montañas, por lo que debía buscar un camino alternativo hacia el centro de la isla.
Tomé mi espada, la puse en su vaina agarrada de mi espalda y comencé a caminar por la "pradera" del lugar que parecía más bien un pantano. intenté rodear las montañas lo más que pude para no tener que esforzarme demasiado, pero en determinado punto tenía que elegir entre escalar una montaña no demasiado grande o pasar por un lugar lleno de criaturas extrañas. Los animales que más se destacaban entre su multitud eran tigres de unos 3 metros de altura y tortugas gigantes con dientes filosos.
Como no tenía muchas ganas de sacar mi espada en ese momento, decidí eliminar la pereza y ponerme a escalar esa maldita montaña. El calor estaba insoportable, el sol brillaba sobre mi rostro impidiendo en parte la visión de las alturas y a su vez generándome más pereza. Cuando comencé a subir las rocas, pude darme cuenta de que estaban hirviendo por el calor del ambiente. Por esa misma razón me coloqué mis guantes negros y escalé lo más rápido que puede para no quemarme.
Luego de unos minutos logré llegar a la cima de esa pequeña montaña y al mirar hacia el otro lado, pude ver las ruinas de una antigua ciudad o algo por el estilo y a su lado, un espeso bosque. Sabía que por esa zona es por donde podría estar el famoso tesoro del libro, por lo que fijé allí mi rumbo.
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Nada más desembarcar empecé a investigar la zona. Al parecer el terreno en el que estaba era uno de los lugares más tranquilos de la isla. Sin pensármelo dos veces seguí adelante. Llegó un momento en que acabé delante de unas grandes montañas. Parecía que no había más remedio que escalarlas cuando de repente una banda de murciélagos enormes salio de un lugar cercano. Rápidamente me dirigí allí. Se trataba de una especie de cueva que atravesaba toda la montaña.
Antes de escalar la montaña entera, preferí atravesar la cueva. Saqué una linterna y botas para el barro de una especie de mochila que llevaba y comencé el camino. La cueva poco a poco se iba haciendo más grande. El lugar era muy bonito y se notaba que era una cueva bastante vieja. Se podían ver pintadas de los primeros humanos y también huesos antiguos. Incluso tuve que atravesar un río enorme para poder seguir. Yo soy muy fanático de la historia y todo lo que tenga que ver con el pasado, pero no había venido precisamente a eso.
Todo estaba muy tranquilo en cuanto a criaturas, lo único que había era murciélagos e insectos gigantes. Todo iba según lo previsto cuando de repente escuché un sonido bastante extraño. Seguí adelante hasta llegar a el lugar de donde provenía ese sonido. Se trataba de una especie de pantera gigante. La criatura era cinco veces más grande que yo. Por suerte se encontraba dormida. Sus ronquidos fueron los que me llamaron la atención. Sin hacer mucho ruido pasé por alado de ella y conseguí que no se despertara.
Tras mucho caminar, pude ver una especie de luz a lo lejos. Se trataba de la salida. Nada más verla corrí en dirección a la luz y conseguí salir. Por desgracia no vi más que bosque. Lo único que se me ocurrió fue subirme a un árbol para ver toda la isla. En cuanto me subí, saqué los prismáticos de mi mochila y empecé a mirar toda la isla. En una de las direcciones se encontraba mi destino. Bajé del árbol e inmediatamente comencé a correr dirección el poblado.
Antes de escalar la montaña entera, preferí atravesar la cueva. Saqué una linterna y botas para el barro de una especie de mochila que llevaba y comencé el camino. La cueva poco a poco se iba haciendo más grande. El lugar era muy bonito y se notaba que era una cueva bastante vieja. Se podían ver pintadas de los primeros humanos y también huesos antiguos. Incluso tuve que atravesar un río enorme para poder seguir. Yo soy muy fanático de la historia y todo lo que tenga que ver con el pasado, pero no había venido precisamente a eso.
Todo estaba muy tranquilo en cuanto a criaturas, lo único que había era murciélagos e insectos gigantes. Todo iba según lo previsto cuando de repente escuché un sonido bastante extraño. Seguí adelante hasta llegar a el lugar de donde provenía ese sonido. Se trataba de una especie de pantera gigante. La criatura era cinco veces más grande que yo. Por suerte se encontraba dormida. Sus ronquidos fueron los que me llamaron la atención. Sin hacer mucho ruido pasé por alado de ella y conseguí que no se despertara.
Tras mucho caminar, pude ver una especie de luz a lo lejos. Se trataba de la salida. Nada más verla corrí en dirección a la luz y conseguí salir. Por desgracia no vi más que bosque. Lo único que se me ocurrió fue subirme a un árbol para ver toda la isla. En cuanto me subí, saqué los prismáticos de mi mochila y empecé a mirar toda la isla. En una de las direcciones se encontraba mi destino. Bajé del árbol e inmediatamente comencé a correr dirección el poblado.
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Avancé por la bajada de la montaña con dirección al bosque, éste quedaba entre medio de mi ubicación actual y la ciudad en ruinas a la que me dirigía. Caminé por unos minutos sin poder ver mucho por lo espeso que era el bosque. La luz del sol apenas se colaba entre algunas ramas y con eso podía ver bastante justo mi camino, pero allí dentro estaba bastante oscuro teniendo en cuenta que era de día.
De la nada una bestia interrumpió mi camino, uno de los tigres de unos 3 metros de altura se paró frente a mi mostrándome sus grandes colmillos. - Mierda - pensé mientras movía mi mano hacia la empuñadura de mi espada que se encontraba en mi espalda detrás de mi abrigo.
El gruñir de la fiera cesó cuando finalmente brincó hacia mí con la intención de devorarme. No podía quedarme parado, a pesar de que no tenía demasiadas ganas de pelear no tenía más opción, ese bicho me estaba molestando y a mi no me gustaba que me molestaran, NUNCA. Mientras se acercaba hacia mí por los aires, saqué mi espada de su respectiva vaina y grité a los cuatro vientos - ¡Shinohari! -
Algo parecido a un disparo salió de la punta de mi espada en forma de viejo hacia el animal. Pero no era una "bala", sino que eran 4. De la nada el animal frenó su movimiento e incluso retrocedió un poco en el aire. Al caer nuevamente al suelo pude notar que mis ataques habían sido exitosos y que el animal estaba jadeando en el suelo con cuatro agujeros en su lomo rodeados de un chorro de sangre.
A pesar de sus daños, el animal aún seguía con ganas de dar pelea, por lo que avanzó nuevamente hacia mí pero esta vez por tierra. Ahora iba más lento que antes, seguramente era por las heridas, pero estaba decidido y yo estaba decidido a protegerme. Guardé mi espada en su vaina para no ensuciarla y levanté los brazos como si le apuntara a la bestia con ellos. Luego dije - ¡Inazuma Ball! -
De cada una de mis manos, se generó una pequeña bola de rayos que en menos de un segundo salió disparada en una línea recta hacia mi objetivo impactando en el hocico del animal. Éste cayó al suelo frente a mi casi muerto, la descarga eléctrica de ambos rayos combinados más las quemaduras en su hocico fueros fatales para él, pero al fin y al cabo él se la buscó, así que yo no tenía la culpa de lo que le sucedió.
Apenas terminé con el animal, mi pereza desapareció y por ende comencé a correr hacia las ruinas. Debía llegar rápido, no quería tener muchos más problemas con animales antes de ir en busca de ese tesoro.
De la nada una bestia interrumpió mi camino, uno de los tigres de unos 3 metros de altura se paró frente a mi mostrándome sus grandes colmillos. - Mierda - pensé mientras movía mi mano hacia la empuñadura de mi espada que se encontraba en mi espalda detrás de mi abrigo.
El gruñir de la fiera cesó cuando finalmente brincó hacia mí con la intención de devorarme. No podía quedarme parado, a pesar de que no tenía demasiadas ganas de pelear no tenía más opción, ese bicho me estaba molestando y a mi no me gustaba que me molestaran, NUNCA. Mientras se acercaba hacia mí por los aires, saqué mi espada de su respectiva vaina y grité a los cuatro vientos - ¡Shinohari! -
Algo parecido a un disparo salió de la punta de mi espada en forma de viejo hacia el animal. Pero no era una "bala", sino que eran 4. De la nada el animal frenó su movimiento e incluso retrocedió un poco en el aire. Al caer nuevamente al suelo pude notar que mis ataques habían sido exitosos y que el animal estaba jadeando en el suelo con cuatro agujeros en su lomo rodeados de un chorro de sangre.
A pesar de sus daños, el animal aún seguía con ganas de dar pelea, por lo que avanzó nuevamente hacia mí pero esta vez por tierra. Ahora iba más lento que antes, seguramente era por las heridas, pero estaba decidido y yo estaba decidido a protegerme. Guardé mi espada en su vaina para no ensuciarla y levanté los brazos como si le apuntara a la bestia con ellos. Luego dije - ¡Inazuma Ball! -
De cada una de mis manos, se generó una pequeña bola de rayos que en menos de un segundo salió disparada en una línea recta hacia mi objetivo impactando en el hocico del animal. Éste cayó al suelo frente a mi casi muerto, la descarga eléctrica de ambos rayos combinados más las quemaduras en su hocico fueros fatales para él, pero al fin y al cabo él se la buscó, así que yo no tenía la culpa de lo que le sucedió.
Apenas terminé con el animal, mi pereza desapareció y por ende comencé a correr hacia las ruinas. Debía llegar rápido, no quería tener muchos más problemas con animales antes de ir en busca de ese tesoro.
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Todo iba según lo había previsto, según mis cálculos debía estar en el poblado en menos de dos minutos. No estaba siendo tarea fácil atravesar el bosque, muchos árboles impedían ver el camino correcto. Los árboles no eran normales, eran mas grandes que lo habitual, igual que sus ramas. Lo que hice fue sacar una especie de cuchillo no muy grande y cortar todas las ramas que me impedían seguir. Todo el camino fue exactamente igual hasta llegar al final del túnel. A lo lejos se podía ver la salida.
Al ver la luz del sol una gran sonrisa se apoderó de mi cara. Guardé el cuchillo y empecé a correr dirección a la luz. Estaba a punto de llegar cuando de repente un terrible temblor hizo que cayese al suelo. No entendía lo sucedido hasta que un terrible agujero salió del suelo. De allí una especie de gusano gigante asomó el cuerpo. Era un bicho larguísimo y daba mucho asco. Nada más verlo me levanté del suelo y me preparé para la pelea. Sabía que no conseguiría llegar a mi destino sin antes pelear con este asqueroso bicho.
El gusano nada más verme me atacó. Era más rápido de lo que esperaba y consiguió atarme. Su largo cuerpo consiguió rodearme para que yo perdiera la respiración. No sabía que hacer hasta que se me ocurrió sacar el cuchillo que había usado antes. Con él en la mano comencé a pinchar al monstruo y así hacer que me soltara. En cuanto me soltó, conseguí darle una patada en su cabeza arrancándosela de cuajo. No fue fácil, pero al final conseguí quitarme de encima a ese asqueroso animal.
Las babas del gusano habían pringado toda mi ropa, por ese motivo saqué una pequeña toalla de mi mochila y me limpié lo mejor que pude. La pelea me dio hambre y me comí el bocata que me había preparado antes de desembarcar. Volví a preparar todo y corrí rumbo a el poblado. Atravesé el bosque y allí lo encontré. No sabía cual sería mi siguiente rival, por eso no podía despistarme ni en lo más mínimo.
Al ver la luz del sol una gran sonrisa se apoderó de mi cara. Guardé el cuchillo y empecé a correr dirección a la luz. Estaba a punto de llegar cuando de repente un terrible temblor hizo que cayese al suelo. No entendía lo sucedido hasta que un terrible agujero salió del suelo. De allí una especie de gusano gigante asomó el cuerpo. Era un bicho larguísimo y daba mucho asco. Nada más verlo me levanté del suelo y me preparé para la pelea. Sabía que no conseguiría llegar a mi destino sin antes pelear con este asqueroso bicho.
El gusano nada más verme me atacó. Era más rápido de lo que esperaba y consiguió atarme. Su largo cuerpo consiguió rodearme para que yo perdiera la respiración. No sabía que hacer hasta que se me ocurrió sacar el cuchillo que había usado antes. Con él en la mano comencé a pinchar al monstruo y así hacer que me soltara. En cuanto me soltó, conseguí darle una patada en su cabeza arrancándosela de cuajo. No fue fácil, pero al final conseguí quitarme de encima a ese asqueroso animal.
Las babas del gusano habían pringado toda mi ropa, por ese motivo saqué una pequeña toalla de mi mochila y me limpié lo mejor que pude. La pelea me dio hambre y me comí el bocata que me había preparado antes de desembarcar. Volví a preparar todo y corrí rumbo a el poblado. Atravesé el bosque y allí lo encontré. No sabía cual sería mi siguiente rival, por eso no podía despistarme ni en lo más mínimo.
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Finalmente llegué a las ruinas de la ciudad. Todo era igual a como me lo imaginaba, piedras destrozadas que en los tiempos de antaño podían llamarse edificios o casas. Ahora solo eran construcciones destrozadas y perdidas en la historia. "Que desgracia" pensé mientras meditaba sobre lo que había hecho que ésto dejara de existir. En algún lugar de allí se encontraba el tesoro al que aspiraba y debía buscarlo.
Intenté recordar el libro en el que había leído acerca del tesoro. Si no me equivocaba éste se encontraba en el centro de la antigua ciudad, en una construcción colosal que ahora se resumía a unas pocas ruinas, pero debajo de la construcción aún se mantenían los pasadizos que llevarían al tesoro si lograba pasar las pruebas.
Ya sabía hacia donde ir, pero... ¿exactamente cuál sería el colosal edificio? Hoy por hoy no era más que una simple ruina, por lo que no se diferenciaba nada del resto y eso para mí sería un gran problema.
Avancé por las ruinas de la ciudad intentando localizar el lugar que pudiera contener esos pasadizos subterráneos. Luego de buscar por casi una hora, logré ubicar unas ruinas que poseían una trampilla en el suelo. Al abrirla el olor a cloaca inundó mis narinas dándome un poco de asco. A pesar de el olor, seguramente ese era el lugar que buscaba, no podía esperar que luego de tanto años el subterráneo continuara limpio.
Bajé por la vieja escalera de madera rezando únicamente por que no se rompiera y cayera metros hacia abajo. Por suerte no sucedió aunque podría haber pasado en cualquier momento, ya que crujía demasiado.
Al voltearme pude ver el resto de las cloacas, allí había dos entradas, dos pasadizos. Debía elegir uno de los dos para continuar, pero... ¿Cuál debía elegir?
Sin una respuesta posible me dediqué a buscar una moneda en los bolsillos de mi abrigo para lanzarla y que ella decidiera por mí. "Cara a la izquierda y cruz a la derecha" me dije a mi mismo mientras continuaba con la búsqueda de la moneda.
Intenté recordar el libro en el que había leído acerca del tesoro. Si no me equivocaba éste se encontraba en el centro de la antigua ciudad, en una construcción colosal que ahora se resumía a unas pocas ruinas, pero debajo de la construcción aún se mantenían los pasadizos que llevarían al tesoro si lograba pasar las pruebas.
Ya sabía hacia donde ir, pero... ¿exactamente cuál sería el colosal edificio? Hoy por hoy no era más que una simple ruina, por lo que no se diferenciaba nada del resto y eso para mí sería un gran problema.
Avancé por las ruinas de la ciudad intentando localizar el lugar que pudiera contener esos pasadizos subterráneos. Luego de buscar por casi una hora, logré ubicar unas ruinas que poseían una trampilla en el suelo. Al abrirla el olor a cloaca inundó mis narinas dándome un poco de asco. A pesar de el olor, seguramente ese era el lugar que buscaba, no podía esperar que luego de tanto años el subterráneo continuara limpio.
Bajé por la vieja escalera de madera rezando únicamente por que no se rompiera y cayera metros hacia abajo. Por suerte no sucedió aunque podría haber pasado en cualquier momento, ya que crujía demasiado.
Al voltearme pude ver el resto de las cloacas, allí había dos entradas, dos pasadizos. Debía elegir uno de los dos para continuar, pero... ¿Cuál debía elegir?
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Por fin llegué a las tan ansiadas ruinas, todo estaba tal y como lo imaginaba. Era el paraíso para mí, puesto que la historia y el pasado lo era prácticamente todo para mí. Antes de seguir con la búsqueda del tesoro, saqué una libreta y apunté todo lo que veía a mi paso. No pude resistirme a tal maravilloso paisaje. Fue como viajar atrás en el tiempo. Todo lo que veía interesante lo guardaba en mi mochila con la intención de investigarlo más adelante, cuando tuviera más tiempo. Tuve que dejar muchas cosas, por el simple echo de que mi mochila ya iba bastante llena.
Toda la información que tenía era sobre la ciudad del pasado. Ahora que estaba toda destrozada me costó bastante más encontrar el camino correcto. Todos los edificios estaban destruidos y no sabía en cual se encontraba lo que buscaba. Empecé a buscar algo que me ayudara por todo el poblado. Eso me retrasó bastante. No fue nada fácil, no había rastro de nada. Con el tiempo todo estaba bastante desgastado, tanto que era muy difícil de descifrar incluso para un historiador.
Tras mucho buscar, encontré algo extraño a lo lejos. Sin pensármelo corrí en su búsqueda hasta tenerlo enfrente. Se trataba de una trampilla bastante vieja. La curiosidad hizo que la abriera. Pesaba bastante más de lo que esperaba. Al abrirla, miré en el interior y pude ver una escalera de madera bastante vieja. Con miedo a que se rompiera, salté abajo sin llegar a tocarla. No había mucha profundidad, pero todo estaba bastante oscuro. Como hice anteriormente en la cueva, saqué mi linterna y la utilicé para alumbrar el camino. Llegó un momento en que el camino se dividió en dos. Yo soy el típico que nunca duda, y sin pensármelo dos veces escogí el camino derecho.
Toda la información que tenía era sobre la ciudad del pasado. Ahora que estaba toda destrozada me costó bastante más encontrar el camino correcto. Todos los edificios estaban destruidos y no sabía en cual se encontraba lo que buscaba. Empecé a buscar algo que me ayudara por todo el poblado. Eso me retrasó bastante. No fue nada fácil, no había rastro de nada. Con el tiempo todo estaba bastante desgastado, tanto que era muy difícil de descifrar incluso para un historiador.
Tras mucho buscar, encontré algo extraño a lo lejos. Sin pensármelo corrí en su búsqueda hasta tenerlo enfrente. Se trataba de una trampilla bastante vieja. La curiosidad hizo que la abriera. Pesaba bastante más de lo que esperaba. Al abrirla, miré en el interior y pude ver una escalera de madera bastante vieja. Con miedo a que se rompiera, salté abajo sin llegar a tocarla. No había mucha profundidad, pero todo estaba bastante oscuro. Como hice anteriormente en la cueva, saqué mi linterna y la utilicé para alumbrar el camino. Llegó un momento en que el camino se dividió en dos. Yo soy el típico que nunca duda, y sin pensármelo dos veces escogí el camino derecho.
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La moneda giró. Al ver el resultado me dije a mi mismo "A la derecha será" .
Antes de que siquiera pudiera avanzar hacia el camino derecho de la húmeda cloaca, pude ver como un tipo con una linterna pasaba a mi lado sin siquiera percatarse de mi existencia.
No me gustaban los maleducados, pero quizás no me había visto, después de todo estaba bastante oscuro allí abajo y yo no tenía ninguna vela o linterna que mostrara mi ubicación. O quizás simplemente tenía problemas oculares y no me vio porque se le hizo imposible ¿sería eso?
- ¡Hey tú! ¿acaso tienes cataratas o simplemente no lograste verme por la oscuridad? -
Intenté sonar amistoso ya que no quería más problemas, ese tigre me había cansado un poco y ahora la pereza regresaba a mí. Esperaba que este hombre solo fuera otro aficionado de los tesoros como yo y supiera un poco más sobre el tema ya que yo a estas alturas estaba un poco perdido.
Antes de que siquiera pudiera avanzar hacia el camino derecho de la húmeda cloaca, pude ver como un tipo con una linterna pasaba a mi lado sin siquiera percatarse de mi existencia.
No me gustaban los maleducados, pero quizás no me había visto, después de todo estaba bastante oscuro allí abajo y yo no tenía ninguna vela o linterna que mostrara mi ubicación. O quizás simplemente tenía problemas oculares y no me vio porque se le hizo imposible ¿sería eso?
- ¡Hey tú! ¿acaso tienes cataratas o simplemente no lograste verme por la oscuridad? -
Intenté sonar amistoso ya que no quería más problemas, ese tigre me había cansado un poco y ahora la pereza regresaba a mí. Esperaba que este hombre solo fuera otro aficionado de los tesoros como yo y supiera un poco más sobre el tema ya que yo a estas alturas estaba un poco perdido.
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Seguí tranquilamente mi camino cuando de repente escuché a alguien. El echo de que hubiera alguien más no sabía si me contentó o me entristeció. Me preparé para comenzar una batalla y me giré para ver quien era. Le apunté con la linterna en la cara y vi que era una persona. A primera vista me pareció bastante fuerte. Supuse que era incluso más fuerte que yo. No podía entender el porque no le había visto cuando llegué a este asqueroso sitio. Después me puse a pensar y recordé que al abrir la trampilla para bajar aquí estaba más limpia que al rededor, como si alguien la hubiera limpiado antes que yo para poder abrirla.
En estos momentos lo último que podía hacer era comenzar una batalla. Aparte de que se veía más fuerte que yo, las peleas de antes me habían dejado bastante tocado. Tenía todas las de perder. Lo más útil que se me ocurrió fue el proponer una pequeña alianza para buscar el tesoro y luego repartirnoslo en partes iguales. Me quedé esperando su respuesta mientras seguía investigando un poco más la zona en la que nos encontrábamos.
En estos momentos lo último que podía hacer era comenzar una batalla. Aparte de que se veía más fuerte que yo, las peleas de antes me habían dejado bastante tocado. Tenía todas las de perder. Lo más útil que se me ocurrió fue el proponer una pequeña alianza para buscar el tesoro y luego repartirnoslo en partes iguales. Me quedé esperando su respuesta mientras seguía investigando un poco más la zona en la que nos encontrábamos.
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El chico pareció sorprendido porque otra persona estuviera allí abajo. Era razonable ¿no? Al fin y al cabo estábamos en una isla sin humanos y justo tenía la mala suerte de encontrarme a otro cazador de tesoros en estos momentos.
De la nada, me propuso una alianza para ir en busca del tesoro. Mi inexperiencia en este rubro y mi desorientación hicieron que no dudara ni un segundo en aceptar su trato. La verdad era que no me gustaba la idea de compartir las ganancias, pero como estaba bastante perdido y no sabía por donde continuar decidí aceptar sin problemas.
- Lo haremos 50 y 50 amigo... me presento, mi nombre es Juka B.Volpi, pirata de los mares y ahora cazador de tesoros no profesional - dije en tono risueño para que notara que no era un mentiroso o que no tenía intensiones hostiles.
- Ahora... ¿por dónde deberíamos seguir? Tú tienes pinta de saber más que yo. Guíame que yo estoy un poco perdido -
De la nada, me propuso una alianza para ir en busca del tesoro. Mi inexperiencia en este rubro y mi desorientación hicieron que no dudara ni un segundo en aceptar su trato. La verdad era que no me gustaba la idea de compartir las ganancias, pero como estaba bastante perdido y no sabía por donde continuar decidí aceptar sin problemas.
- Lo haremos 50 y 50 amigo... me presento, mi nombre es Juka B.Volpi, pirata de los mares y ahora cazador de tesoros no profesional - dije en tono risueño para que notara que no era un mentiroso o que no tenía intensiones hostiles.
- Ahora... ¿por dónde deberíamos seguir? Tú tienes pinta de saber más que yo. Guíame que yo estoy un poco perdido -
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La verdad es que me tranquilizó bastante el echo de que aceptara mi propuesta de hacer una pequeña alianza. Si la llega a negar estaría perdido. Al igual que él, yo me presenté. Le dije que mi nombre era X Caleb y que era bastante nuevo en esto de la piratería. Aparte, le hice saber que era historiador y que eso podría ayudarnos a encontrar el camino correcto por estos lugares.
Le dije que me adelantaría, que si de verdad confiaba en mí que me siguiera. Seguí todo recto hasta llegar a una especie de cementerio. Era terriblemente grande pero.. Que pintaba un cementerio en estos lugares? Me acerqué a una tumba pero no pude leer lo que ponía en ella. Con el paso del tiempo se había borrado. Mi instinto como arqueólogo me decía que eran las tumbas de los antiguos isleños. Ellos pensarían que tener a sus ancestros en la superficie no era del todo agradable, y por ese motivo, decidieron crear este sitio. La verdad es que para la época en la que construyeron estas tumbas estaban bastante bien hechas, tanto que han aguantado cientos de años en pié. A la espera de la decisión de el otro pirata me quedé investigando un poco más este lugar tan tenebroso.
Le dije que me adelantaría, que si de verdad confiaba en mí que me siguiera. Seguí todo recto hasta llegar a una especie de cementerio. Era terriblemente grande pero.. Que pintaba un cementerio en estos lugares? Me acerqué a una tumba pero no pude leer lo que ponía en ella. Con el paso del tiempo se había borrado. Mi instinto como arqueólogo me decía que eran las tumbas de los antiguos isleños. Ellos pensarían que tener a sus ancestros en la superficie no era del todo agradable, y por ese motivo, decidieron crear este sitio. La verdad es que para la época en la que construyeron estas tumbas estaban bastante bien hechas, tanto que han aguantado cientos de años en pié. A la espera de la decisión de el otro pirata me quedé investigando un poco más este lugar tan tenebroso.
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Al parecer el chico no tuvo problema en compartir el supuesto tesoro, avanzamos por un camino recto que era a cada paso más húmedo y asqueroso. Se notaba que nadie había entrado allí en muchos años, quizás nosotros eramos los primeros desde los antiguos habitantes de la isla, quien sabe. Luego de la corta caminata llegamos a un lugar que no tardamos en reconocer como un cementerio. ¿Allí debajo? ¿Qué clase de loco hace un cementerio en una cloaca? Eso si que era extraño pero bueno, así era y no podía cuestionarlo.
Pude ver como X Caleb como buen historiador se puso a analizar las lápidas de los antiguos difuntos. Yo no me iba a quedar atrás, como buen historiador me acerqué a una de ellas y me puse a observarla de cerca. Estaba muy desgastada por el paso de los años, pero pude leer un par de escrituras antiguas, en un idioma nativo desconocido para nosotros los jóvenes. Por más que no le di demasiada atención, saqué una foto mental a la escritura para analizarla luego al volver a mi barco.
Al ver al final de donde se encontraba el cementerio, pude ver unos agujeros en las paredes laterales antes de llegar a una puerta que se encontraba más atrás. Sabía que debíamos continuar por esa puerta, pero... ¿qué serían esos agujeros en las paredes?
En mi cabeza pensé que podía ser algún tipo de trampa para impedir que algunos pasaran por la puerta, por lo que tomé una piedra y la lancé para que atravesara la zona de los agujeros. Nada sucedió. Supuse que esa trampa ya no servía, por lo que avancé lentamente atravesando la zona. Al poner un pie en el rango de los agujeros, una gran cantidad de flechas salió de cada agujero hacia mí. Ya que no había avanzado demasiado, me dio el tiempo para retroceder con la mayor velocidad posible y lograr esquivar la mayoría de los proyectiles, todos excepto uno que rozó con mi brazo izquierdo, produciéndome una herida superficial. Había pasado por cosas peores, por lo que no me preocupaba por ello. Ahora debíamos continuar, le hice señas a mi compañero de viaje para continuar y atravesé la puerta para ver que había del otro lado.
Pude ver como X Caleb como buen historiador se puso a analizar las lápidas de los antiguos difuntos. Yo no me iba a quedar atrás, como buen historiador me acerqué a una de ellas y me puse a observarla de cerca. Estaba muy desgastada por el paso de los años, pero pude leer un par de escrituras antiguas, en un idioma nativo desconocido para nosotros los jóvenes. Por más que no le di demasiada atención, saqué una foto mental a la escritura para analizarla luego al volver a mi barco.
Al ver al final de donde se encontraba el cementerio, pude ver unos agujeros en las paredes laterales antes de llegar a una puerta que se encontraba más atrás. Sabía que debíamos continuar por esa puerta, pero... ¿qué serían esos agujeros en las paredes?
En mi cabeza pensé que podía ser algún tipo de trampa para impedir que algunos pasaran por la puerta, por lo que tomé una piedra y la lancé para que atravesara la zona de los agujeros. Nada sucedió. Supuse que esa trampa ya no servía, por lo que avancé lentamente atravesando la zona. Al poner un pie en el rango de los agujeros, una gran cantidad de flechas salió de cada agujero hacia mí. Ya que no había avanzado demasiado, me dio el tiempo para retroceder con la mayor velocidad posible y lograr esquivar la mayoría de los proyectiles, todos excepto uno que rozó con mi brazo izquierdo, produciéndome una herida superficial. Había pasado por cosas peores, por lo que no me preocupaba por ello. Ahora debíamos continuar, le hice señas a mi compañero de viaje para continuar y atravesé la puerta para ver que había del otro lado.
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Me alegre mucho al ver a otro historiador, alguien que tiene los mismos gustos que yo. No se suele ver a muchos arqueólogos, y al verle investigar me salió una sonrisa de oreja a oreja. Sabía que si nos juntábamos dos historiadores ningún tesoro se nos escaparía. Pero por ningún motivo iba a dejar que el fuera mejor que yo en esto, mi intención era ser el mejor en lo mío y se lo iba a demostrar.
Yo seguía investigando las ruinas cuando de repente vi a mi compañero avanzar. Le dije que se adelantara, que yo quería investigar un poco más este cementerio. Fue en ese momento cuando escuche un ruido extraño. Levanté la cabeza y vi varias flechas saliendo de un agujero. En cuanto las vi supe que teníamos que estar con los cinco sentidos puestos de ahora en adelante. A pesar de tener muchos años de antigüedad, las trampas seguían funcionando a la perfección. Esto me daba a entender que si había trampas, el tesoro debía ser bastante importante para los antiguos propietarios.
Dejé lo que estaba haciendo y seguimos adelante. La siguiente sala no se parecía nada a esta. Un enorme río se encontraba en medio de nuestro camino. Para pasar, lo único que había que hacer era pasar por una especie de tronco bastante fino que se encontraba justo encima del agua. Lo complicado era pasar sin que los cocodrilos te atacaran. Eran cocodrilos más grandes de lo habitual, a nada que te mordieran la pierna te la arrancaban de cuajo.
Adelanté a mi compañero y comencé a pasarlo a toda velocidad. Estaba a punto de llegar cuando un cocodrilo saltó y mordió una parte de manga del brazo derecho. Dos centímetros más y ahora mismo estaría como el antiguo Yonkou Shanks. Nada mas llegar a este lado, vi la puerta para pasar al siguiente nivel, pero me quede esperando a que él pasara.
Yo seguía investigando las ruinas cuando de repente vi a mi compañero avanzar. Le dije que se adelantara, que yo quería investigar un poco más este cementerio. Fue en ese momento cuando escuche un ruido extraño. Levanté la cabeza y vi varias flechas saliendo de un agujero. En cuanto las vi supe que teníamos que estar con los cinco sentidos puestos de ahora en adelante. A pesar de tener muchos años de antigüedad, las trampas seguían funcionando a la perfección. Esto me daba a entender que si había trampas, el tesoro debía ser bastante importante para los antiguos propietarios.
Dejé lo que estaba haciendo y seguimos adelante. La siguiente sala no se parecía nada a esta. Un enorme río se encontraba en medio de nuestro camino. Para pasar, lo único que había que hacer era pasar por una especie de tronco bastante fino que se encontraba justo encima del agua. Lo complicado era pasar sin que los cocodrilos te atacaran. Eran cocodrilos más grandes de lo habitual, a nada que te mordieran la pierna te la arrancaban de cuajo.
Adelanté a mi compañero y comencé a pasarlo a toda velocidad. Estaba a punto de llegar cuando un cocodrilo saltó y mordió una parte de manga del brazo derecho. Dos centímetros más y ahora mismo estaría como el antiguo Yonkou Shanks. Nada mas llegar a este lado, vi la puerta para pasar al siguiente nivel, pero me quede esperando a que él pasara.
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La herida apenas ardía, pero sabía que apenas llegara a una ciudad debía ir al médico para revisar que no estuviera infectada. Por el momento continué el camino junto a mi compañero hasta que nos topamos con un río subterráneo. Aparentemente había que cruzarlo, pero no sería muy fácil ya que unos cocodrilos gigantes lo custodiaban y el único camino hacía la compuerta de enfrente era un pequeño y fino tronco sobre el río.
Antes de que pudiera hacer nada mi compañero se me adelantó, eso era bueno, quería ver de que era capaz este sujeto. Pude ver como corrió lo más rápido que pudo hasta que uno de los animales mordió una parte de su brazo. Cuando finalmente llegó al otro lado, pude ver como realmente había mordido solo un pedazo de manga, por lo que había tenido mucha suerte.
Supe en el momento que lo vi pasar de que yo debía ser más ingenioso, por la historia de la isla, esos cocodrilos tenían ya sus años, por lo que serían más grandes pero más lentos que unos normales. Luego de hacer ese pequeño análisis supe cual sería mi siguiente movimiento. Dejé mi espada en la vaina y de la nada surgió en cada una de mis manos una bola de rayos del tamaño de mi palma. Milésimas de segundo después, una línea recta de ese rayo salió disparada de mi mano hacia el río.
Al impactar el agua comenzó a llenarse de pequeños rayos que iluminaron el río. De la nada, los cocodrilos comenzaron a moverse como si estuvieran siendo atacados y segundos después salieron a flote muertos por la descarga. La verdad era que mi descarga original no era tan poderosa, pero el agua conduce muy bien la electricidad, por lo que el conjunto de las cosas hicieron que los animales no resistieran la descarga.
Luego de ver el espectáculo creado, avancé tranquilamente por el tronco, pasando hacia el otro lado donde el otro historiador me esperaba. Esperando que él me siguiera, avancé por la puerta que teníamos en frente hacia una nueva sala. Estaba ansioso de saber cual sería el próximo reto que nos depararía ese lugar. Cuando pasamos, pude ver una sala que brillaba en la oscuridad, ese brillo dorado iluminaba el lugar solo con la luz de una simple antorcha. Allí estaba el tan preciado tesoro, monedas de oro antiguas de un valor que realmente no teníamos idea, pero finalmente lo habíamos encontrado y eso era lo que contaba.
- Lo logramos mi amigo.... 50 y 50 - dije mientras miraba en dirección al rubio con intenciones de estrechar manos.
Antes de que pudiera hacer nada mi compañero se me adelantó, eso era bueno, quería ver de que era capaz este sujeto. Pude ver como corrió lo más rápido que pudo hasta que uno de los animales mordió una parte de su brazo. Cuando finalmente llegó al otro lado, pude ver como realmente había mordido solo un pedazo de manga, por lo que había tenido mucha suerte.
Supe en el momento que lo vi pasar de que yo debía ser más ingenioso, por la historia de la isla, esos cocodrilos tenían ya sus años, por lo que serían más grandes pero más lentos que unos normales. Luego de hacer ese pequeño análisis supe cual sería mi siguiente movimiento. Dejé mi espada en la vaina y de la nada surgió en cada una de mis manos una bola de rayos del tamaño de mi palma. Milésimas de segundo después, una línea recta de ese rayo salió disparada de mi mano hacia el río.
Al impactar el agua comenzó a llenarse de pequeños rayos que iluminaron el río. De la nada, los cocodrilos comenzaron a moverse como si estuvieran siendo atacados y segundos después salieron a flote muertos por la descarga. La verdad era que mi descarga original no era tan poderosa, pero el agua conduce muy bien la electricidad, por lo que el conjunto de las cosas hicieron que los animales no resistieran la descarga.
Luego de ver el espectáculo creado, avancé tranquilamente por el tronco, pasando hacia el otro lado donde el otro historiador me esperaba. Esperando que él me siguiera, avancé por la puerta que teníamos en frente hacia una nueva sala. Estaba ansioso de saber cual sería el próximo reto que nos depararía ese lugar. Cuando pasamos, pude ver una sala que brillaba en la oscuridad, ese brillo dorado iluminaba el lugar solo con la luz de una simple antorcha. Allí estaba el tan preciado tesoro, monedas de oro antiguas de un valor que realmente no teníamos idea, pero finalmente lo habíamos encontrado y eso era lo que contaba.
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Por lo que vi, aquel hombre era muy fuerte. Yo tuve muchos problemas para cruzar aquel río y el lo pasó prácticamente sin problemas. Sabía que él escondía mucho más poder que no mostró, pero solo con ese ataque vi que se trataba de alguien importante. Hice muy bien al aliarme con él, a pesar de no llevarme el tesoro completo. Mi intención era hacer un descanso y comernos los cocodrilos que había derrotado con ese ataque. Él, en cambio, decidió seguir adelante sin perder más el tiempo. No tuve más remedio que aceptar y seguir el camino.
Detrás de él, entré por la puerta y mis ojos casi se salen de su órbita. Esa era la sala en la que se encontraba el tesoro. El haberlo encontrado me hizo muy feliz, ya que la mayoría de la gente creía que en esta ciudad en ruinas no iba a ver ningún tesoro. Como dijo mi compañero, el tesoro nos lo repartiríamos 50 y 50, pero lo difícil iba a ser sacarlo de allí. Había muchísimas monedas de oro, y eso pesaba demasiado como para llevarlo al barco sin problemas. Por suerte, ya habíamos desactivado todas las trampas que se encontraban en nuestro camino y eso nos beneficiaba bastante. Lo único a lo que le temía era a las enormes criaturas que vivían en la isla, pero si las evitábamos no debería de haber problemas.
Comencé a repartir todo el tesoro en partes iguales, y mi parte la guardé en una pequeña mochila que llevaba en la espalda. Tuve que tirar muchas cosas de utilidad para que me entraran todas las monedas bien, pero el oro era más importante que cualquier cosa que llevara en ese momento. Aparte de la mochila, tuve que cargar con un pequeño cofre para llevar todas las que no me cabían atrás. Eso hizo que usara las manos dejándome inutilizado para cualquier pelea.
Una vez con todo cargado, le dije a mi compañero que me adelantaba y puse rumbo a al barco. Con este dinero podría mejorar mi bote y comprar munición para los cañones de este. Este oro me vendría muy bien, pero no estaba seguro hasta no llevarlo al barco.
Detrás de él, entré por la puerta y mis ojos casi se salen de su órbita. Esa era la sala en la que se encontraba el tesoro. El haberlo encontrado me hizo muy feliz, ya que la mayoría de la gente creía que en esta ciudad en ruinas no iba a ver ningún tesoro. Como dijo mi compañero, el tesoro nos lo repartiríamos 50 y 50, pero lo difícil iba a ser sacarlo de allí. Había muchísimas monedas de oro, y eso pesaba demasiado como para llevarlo al barco sin problemas. Por suerte, ya habíamos desactivado todas las trampas que se encontraban en nuestro camino y eso nos beneficiaba bastante. Lo único a lo que le temía era a las enormes criaturas que vivían en la isla, pero si las evitábamos no debería de haber problemas.
Comencé a repartir todo el tesoro en partes iguales, y mi parte la guardé en una pequeña mochila que llevaba en la espalda. Tuve que tirar muchas cosas de utilidad para que me entraran todas las monedas bien, pero el oro era más importante que cualquier cosa que llevara en ese momento. Aparte de la mochila, tuve que cargar con un pequeño cofre para llevar todas las que no me cabían atrás. Eso hizo que usara las manos dejándome inutilizado para cualquier pelea.
Una vez con todo cargado, le dije a mi compañero que me adelantaba y puse rumbo a al barco. Con este dinero podría mejorar mi bote y comprar munición para los cañones de este. Este oro me vendría muy bien, pero no estaba seguro hasta no llevarlo al barco.
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El brazo aún dolía, por lo que no podía cargar nada con ese brazo. Por esa misma razón decidí juntar todo el dinero que pude y lo metí en unas bolsas que allí se encontraban. A pesar de ser viejas, su material aguantaba perfectamente, por lo que cuando estuvieron todas llenas las cerré y las uní entre sí atándolas. Al final tenía como una telaraña de bolsas atadas entre sí que no tardé en ponerme sobre la espalda pasando su parte hueca por mi cabeza, manteniendo así todo con mi pera y con la nuca.
Mi compañero se me adelantó y volvió por el pasaje que atravesamos antes. No tardé en seguir su trayecto pasando nuevamente por el tronco de los cocodrilos y el cementerio. Una vez afuera, comencé el trayecto a mi barco. Antes de irme grité a los cuatro vientos - ¡Nos vemos X-Caleb, espero encontrarnos en el futuro! -
De esa forma me despedía de mi compañero de búsqueda para poder avanzar sin restricciones a mi embarcación. Por suerte pude hacer el trayecto sin problema alguno, me escabullí por el bosque evitando a los animales gigantes y de esa manera ni se percataron de mi existencia y pude pasar sin luchar.
Una vez en mi barco me puse a contar las monedas conseguidas y decidí el rumbo de mi próximo viaje.
Mi compañero se me adelantó y volvió por el pasaje que atravesamos antes. No tardé en seguir su trayecto pasando nuevamente por el tronco de los cocodrilos y el cementerio. Una vez afuera, comencé el trayecto a mi barco. Antes de irme grité a los cuatro vientos - ¡Nos vemos X-Caleb, espero encontrarnos en el futuro! -
De esa forma me despedía de mi compañero de búsqueda para poder avanzar sin restricciones a mi embarcación. Por suerte pude hacer el trayecto sin problema alguno, me escabullí por el bosque evitando a los animales gigantes y de esa manera ni se percataron de mi existencia y pude pasar sin luchar.
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