Una búsqueda algo mojada[Kaworu y Youji]

Lancé el peso para que la barcaza quedase sujeta en las costas de aquella isla pantanosa y le ordené a mi nakama que permaneciese vigilando el bote. Sin más preámbulos avancé a través de la vegetación intentando descubrir algún sitio en el que tomar provisiones, la vegetación era abundante pero no muy alta por lo que no me costó demasiado avanzar por ella. A medida que iba avanzando por la isla fui percatándome del gran enemigo de la misma, los insectos, la idea de estar rodeado de ellos me repugnaba pero no había otra forma de descubrir un sitio en el que conseguir alimento más que atravesar a pie todo aquello, además, desconocía si los insectos que habitaban dicha isla eran venenosos por lo que quise tener precauciones.

Cuando mis esperanzas de encontrar vida inteligente estaban decayendo me topé con rastros de vida, se trataban de pisadas que parecían mantener un rumbo fijo hacia el frente, pisadas que decidí seguir sin temor a que fuese una trampa, pensando en que en aquel lugar nadie se preocuparía en falsificar unas pisadas. La posibilidad de que hubiese vida allí me hizo sonreír ampliamente y el seguir un camino que poco a poco me llevaba a ver más pisadas que se dirigían a un mismo punto me lo corroboraban, así que finalmente el camino me llevó hacia una pequeña aldea cercana a un gran pantano.

Entre hacia el interior de la misma que era bastante pequeña y traté de diferenciar los puestos de las tiendas entre ellos aunque, al llegar, la gente me miró de manera extraña. Me sentí incómodo pero aun así entré en un lugar que parecía ser la taberna del poblado, quizás allí encontrase la información que buscaba. "Si es que el tabernero no es como los que reposan fuera de la taberna." Pensé para mis adentros.

En el interior de aquel local no había nadie más, estaba sólo con el tabernero que estaba limpiando el paso. Desde que llegué aquella isla no parecía haber tenido demasiada actividad humana y aquello me llamaba mucho la atención, aunque, sin más demora tomé asiento y pedí una cerveza.

El tabernero se demoró bastante en entregarme la cerveza, algo que no daba muy buena imagen sobre el servicio que prestaban a los extranjeros en aquellas tierras, aquello me hizo pensar en si me cobraría más por lo mismo. No tardé demasiado en darle el primer sorbo, estaba ansioso de beber algo refrescante, lo que obtuve fue una cerveza que más que para beber servía para regar las plantas. Me percaté de la llegada de una nueva persona a aquel lugar, aquel tipo no parecía tener nada extraño, no al menos si lo comparábamos con él, otro viajante, en cambio, sus vestimentas no parecían ser similares a las del pueblo. La mirada que le echó el tabernero fue la misma que me dedicó a mí, así que aquello confirmó mis sospechas. Dejé de perturbarme ante la llegada de un desconocido, más que nada porque no merecía la pena preocuparte por un viajero.

El tabernero asintió con la cabeza a la petición de la nueva presencia y gritó a la cocina.

-¡Una de arroz blanco! No tengas prisa, es otro viajero...-

Susurró bastante molesto para seguir a lo suyo, aquellos dos muchachos no le interesaban lo más mínimo y se dejaba ver en el hecho de que ni si quiera los miraba.

Volví a sostener aquella cebada pasada por agua entre mis dedos y la llevé a mis labios, di un ligero sorbo, tan sólo me mojé los labios y entonces dirigí la palabra a aquel tabernero, mi katana reposaba sobre la zona izquierda de mi cuerpo, estaba bien enfundada y en el sentido contrario a la nueva persona que acababa de llegar, aquella era mi única arma.

-Disculpe... He llegado a ésta isla en busca de provisiones, ¿dónde puedo obtenerlas?-

Lo único que recibí del tabernero fue un molesto silencio, una mirada ligada con una media sonrisa y el molesto ruido resultante de frotar una jarra ya limpia y seca.

-Señor... Es importante...-

Le insistí al hombre que continuó con su faena a lo que suspiré con bastante pesadez, dándole otro corto sorbo a aquella asquerosa cerveza.