Aetos Minatos
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Akuma no mi
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PRÓLOGO
Infierno, perenne palabra para describir aquel apartado de mundo. Colosal acantilado pintado con vegetación gastada, es resaltado con lo lúgubre que se entona por doquier. Con el grito del tercer destello de luz, la borrasca más brutal es invocada, la paleta de los colores pétreos inunda el firmamento. Plasmada en el contexto, una silueta vigorosa e inmóvil, un ser tan colosal que sin dudas no camina con los vivos. La colérica lluvia parece no molestarle y el viento es apenas un suspiro que baila con sus hebras azabaches. De apariencia demoníaca y macabra el titán se yergue tres metros cincuenta y cinco. En su colosal espalda un par de alas gemelas a las de un murciélago, se funden y rompen la escasa racionalidad que puede suponer la situación. Todo el peso de su bestial y grotesca anatomía es volcado sobre una espada que surca el largo de sus piernas, el gigante filo junto a una titánica armadura negra y roja, hace de éste una facha épica.
Los acantilados tan espectaculares como desoladores alojan un sin fin de no vivos en la cúspide rocosa, ahora el hostil paisaje se convierte en espectáculo para los presentes. Flotando en el perpetuo vacío, un joven de apariencia animal, encarna el protagonismo. La tempestad y el viento lo cachetea y humilla mientras intenta alojar alguna palabra fuerte y consoladora desde su garguero. Pero es imposible, una magia opresora mantiene cautiva toda su vitalidad.
- Palabras Etsu, solo palabras no sanaran tu herejía.-
Brama el guerrero demoníaco en imponente voz cuarteada y trifusa. Con la zurda toma la espada y se dirige al harapiento animal que flota desconsolado, una caminata pausada pero pesada invoca un tétrico silencio. La vida del cachorro de cabra está a punto de ser arrebatada. El inmenso filo es alzado en el aire y desde las fauces del demonio un explosivo cantico de guerra es vomitado
- Liyue kaldee mafastu inmor salier.-
Silbando en el aire la espada atraviesa por la mitad al penoso pirata, una espada espectral no hace más que evitar la carne y dañar el alma. Un escandaloso resplandor sale de la boca del pequeño y se dirige a la mano del guerrero de antaño, una porción de su alma le ha sido robada.
- Tu insignificante espíritu inmaduro calmará mi hambre; tu mezquina decisión terminará matándote, no olvides tu camino. Entrégame suculenta comida, sacia mi hambre y serás premiado.-
Palabras que solo aquel joven comprende, joven que ahora es arrebatado de la luz encontrándose en eterna oscuridad...
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