Max D Dexer
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Agilidad
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Intelecto
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Saberes
Akuma no mi
Varios
Reino de Sakura, una isla ejemplar con una cantidad de nieve exagerada por todos lados, el calor no era una virtud en aquel gran pedazo de hielo flotante. Aunque no me quejaba, cambiar la rutina a veces era bueno, lamentablemente ese pensamiento no quitaba esa sensación de estar muriendo de frio. Por suerte algunos aldeanos me habían dado abrigos para calentarme, lógicamente había pedido uno negro con algunos toques que me hacían ver como el puto amo…o así me veía yo. Pero además del frio que se metía en mis pantalones lo que más me molestaba era ver a Kuroten tan feliz y coleando. Un maldito lobo blanco con el suficiente pelaje como para soportar esas bajas temperaturas, como me hubiera gustado ser él en ese momento.
Había escuchado que el ambiente y las personas en esa isla eran maravillosas, por lo que al oírlo no pude desechar la idea de pasar un buen rato por allí. Intentar alejarme un poco de las explosiones y peleas, aunque rezaba para que no encuentre a caza recompensas o a gente interesada en mi cabeza; la cual tenía un precio. Así que me esmeraría en no llamar mucho la atención, al menos no mientras no sea necesario. Con esos pensamientos en mente empecé a buscar un restaurante en el que alimentarme, o una cafetería hasta aceptaría un bar. Cualquier lugar en el que pueda mantenerme tibio y fuera de las calles me parecía bien.
-Ese lugar parece bastante aceptable, ¿no lo crees? (Termine lanzándole una pregunta retorica al lobo)
No tarde mucho en entrar al primer establecimiento en condiciones que vi, tenía toda la pinta de ser un restaurante normal, ni muy extravagante y ni muy pobre. En el interior solo había gente común o eso se podía ver a simple vista, con muebles normales y en buen estado. No me fue difícil ordenar un chocolate caliente para terminar sentándome en un asiento con vista a las llamadas Drum Rockies, esperando paciente mi bebida. “Es una suerte que admitan animales” pensé al notar que no tenían problemas con que mi compañero peludo estuviera conmigo en la residencia.
Neliel
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Akuma no mi
Varios
Hacia apenas un par de días que había llegado a Sakura. La nieve era algo que me agradaba y este era el mejor lugar para disfrutar de ella junto con algo de paz, si paz… Ya se, Neliel en busca de paz en vez de lucha era raro verlo, pero así era. Había estado meses, quizá mas de un año yendo de un lado a otro viajando con gente con personas sin nombre que se querían dar a conocer demasiado temprano.
Aquel día nada mas empezar a iluminarse la habitación con los rayos del sol me puse en pie, con bastante energía, ese día parecía prometer bastante. Me puse mi ropa de invierno con una chaqueta peluda que me llegaba por las rodillas y de color blanco. Hice un par de estiramientos, saltitos y a salir a la calle se ha dicho.
Lo primero era obvio, tenia que ir a desayunar. La posada en la que me hospedaba tenia servicio de comidas pero estaba asqueroso, a demás, uno no va a Sakura para comer todos los días en el mismo lugar. Salí de la posada con una sonrisa en mis labios y empecé a caminar siguiendo la dirección de todos los días, pasando por bares y restaurantes que ya había catado hasta que finalmente llegue a uno que desconocía. Me acerque para ver que tipo de lugar era y si servían cosas ricas mas lo que mis ojos vieron únicamente fue el lobo blanco que estaba junto a un chico.
Lo observe unos segundos desde fuera, pero eso no me bastaba. Sonreí y me adentre en el establecimiento, mire a los lados y luego me quede mirando fijamente al lobo. Mi sonrisa parecía la de un gato y poco a poco me iba acercando mas al asiento del chico hasta que apenas me quedaba un paso por dar.
- Etto... Nii-san… ¿Puedo tocarlo? -pregunte mirando mas al lobo que al humano, en ese momento era mas interesante el animalillo, al menos a mis ojos.
Aquel día nada mas empezar a iluminarse la habitación con los rayos del sol me puse en pie, con bastante energía, ese día parecía prometer bastante. Me puse mi ropa de invierno con una chaqueta peluda que me llegaba por las rodillas y de color blanco. Hice un par de estiramientos, saltitos y a salir a la calle se ha dicho.
Lo primero era obvio, tenia que ir a desayunar. La posada en la que me hospedaba tenia servicio de comidas pero estaba asqueroso, a demás, uno no va a Sakura para comer todos los días en el mismo lugar. Salí de la posada con una sonrisa en mis labios y empecé a caminar siguiendo la dirección de todos los días, pasando por bares y restaurantes que ya había catado hasta que finalmente llegue a uno que desconocía. Me acerque para ver que tipo de lugar era y si servían cosas ricas mas lo que mis ojos vieron únicamente fue el lobo blanco que estaba junto a un chico.
Lo observe unos segundos desde fuera, pero eso no me bastaba. Sonreí y me adentre en el establecimiento, mire a los lados y luego me quede mirando fijamente al lobo. Mi sonrisa parecía la de un gato y poco a poco me iba acercando mas al asiento del chico hasta que apenas me quedaba un paso por dar.
- Etto... Nii-san… ¿Puedo tocarlo? -pregunte mirando mas al lobo que al humano, en ese momento era mas interesante el animalillo, al menos a mis ojos.
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