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Un poco despejado, con vientos leves, un clima un poco frió. Así era el día cuando me encontraba en "Jaya", una isla sin reglas y sin ningún gobierno el cual pueda aplicar alguna, haciendo que inevitablemente muchos piratas despiadados, sin el sentido del orgullo ni el honor, pueden rondar por allí como perros rabiosos sin dueño que los detengan. Esa era la mejor descripción que se me había ocurrido al saber sobre la ya mencionada isla, donde no tenía ni idea de cómo era posible que aun se mantuviera a flote. Podría decirse que llegue a aquel lugar por suerte, ya que no sabría la distancia que tendría esa isla con otra, haciéndome reflexionar el hecho de que si hubiera estado más tiempo en aquellas aguas, posiblemente me habría hundido. Las olas eran demasiado difíciles de manejar, tan complicadas que hasta me arriesgaría a decir que el destino tuvo algo que ver con mi reciente llegada a la isla y además de la sorprendente forma en que sobreviví a aquellas complicadas olas. Allá o no aya sido el destino, necesitaba tomar algo, cualquier cosa mientras no sea un licor fuerte, para tranquilizarme un poco y al menos rezar para que encuentre algo entretenido en este lugar el cual era todo un coas por todos los piratas "libres" que hacían de las suyas en casi toda la isla.
-Sera mejor que empiece a moverme ya. (Me dije a mi mismo con un tono algo "cansado" por así decirlo)
Comenzaba a caminar un poco lento sin necesidad de apurarme ya que al día le faltaban muchas horas y tampoco pretendía pasarme todos los días como un loco maniático yendo de allí para haya una y otra vez. Era bastante extraño encontrar algún lugar de esa ciudad limpia, y como era de esperarse no había tal cosa en aquel lugar. "Mock Town", así se llamaba la ciudad o así era como la llamaban. Obviamente logre escuchar eso de unos piratas, "novatos" por decirlo de una buena forma, gritando con todo pulmón ese nombre, mientras al mismo tiempo que decían haberla conquistado. No había que ser experto para darse cuenta de que estaban increíblemente borrachos, una imagen la cual siempre recuerdo para no acabar como ellos. En un intento de ignorar a cualquiera que pudiera ser una molestia, empezaba a caminar más rápido, con el fin de encontrar una taberna lo más rápido posible y terminar lo más antes posible ese sufrimiento. Miraba a todas las direcciones mientras caminaba para cualquier lugar aleatoria mente, hasta que por fin encontré lo que supuesta mente era un bar, el cual para mi suerte no se veía tan destruido. Pareciera como si ningún pirata de la ciudad hubiera ido allí ya que estaba seguro que aquellas personas destruían todo lo que tocaban, y si aquel lugar estaba casi intacto eso me iso pensar en que posiblemente nadie habría entrado allí.
-No creo que aya algún problema para entrar allí, ¿no? (Dije en voz baja intentando preparar para lo que sea que pueda encontrar, o para lo que sea que pueda encontrarme)
Caminaba lentamente, acercándome cuidadosamente ya que no sabia que podría estar detrás de aquellas puertas de madera color marrón y algo sucias. Al estar ya cerca de la entrada principal estire mi brazo para poder abrir la puerta, lo hacia un poco mas rápido para que nadie sospeche de algo. Mientras se abrían lentamente hacían un chirrido de oxidación leve, hasta que logre abrirla completamente. El interior del bar era simple, mesas circulares con dos cillas cada una, una barra mediana con el hombre que limpia los vasos y botellas, ventanas algo sucias haciendo el lugar un poco oscuro y simples bebidas, ni tan fuertes ni tan asquerosas. Las personas que se encontraban en el lugar eran relativamente pocas, casi nadie se encontraba en el lugar, por suerte podías encontrar un ratón comiendo los restos de las pocas personas que iban allí, cosa que en ese momento no había. Me dirigí hasta la barra donde se encontraba el maestro del bar, pidiendo si es que tenia, algo de café con leche. Como era de esperarse, no tenia tal cosa, así que simplemente pedí el licor mas débil que tuviese y así me sirvió una marca que lógicamente no conocía ya que posiblemente nadie que se considere "pirata" tomaría aquello. Después de tomar sorbo por sorbo aquella bebida, considere ir al otro lado de la isla llamado "South Grave" donde supuesta mente habría un bosque repleto criaturas extrañas o así lo describía el maestro del bar.
-Huelo aventura, lo presiento. (Dije de nuevo para mi, dando a entender que podía sentir que dentro de poco tendría un "aventura")
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Hacia relativamente poco que había llegado a esa isla. Quizá uno o dos días. Y como no, ahí por donde pasaba iba dejando un rastro de piratas borrachos en el suelo. Hasta el punto en el que llego a un pequeño bar, el cual no parecía estar tan sucio como los demás, cosa que le llevo a pensar que si había alguien en esa isla a quien poderle sacar algo de valor estaría ahí seguro. Un pirata con cosas de valor no se rebajaría a ir a los cuchitriles sucios que había por ahí. Me decidí a entrar con tranquilidad, los borrachos de la calle después de haber visto donde terminaron sus compañeros no osaban acercarse, por la cual cosa, mi entrada al lugar fue tranquila. La puerta chirrió un poco al abrirla, cosa que me molesto ligeramente pero no le di importancia. Iba con una peluca negra y corta y ropa bastante ligera, un disfraz que daba mucho que desear, pero para quien no me conociera no le parecería un disfraz. En ese momento mi pelo era moreno, cosa que hacía que mi mayor característica quedara camuflada. En mi cintura solo llevaba mi katana “Damu no Chi”. Cosa que hacía que muchos pensaran que no sabía ni usarla por su aspecto a “nueva” que tenia.
Tras abrir la oxidada puerta entre y deje que se cerrara por si sola mientras yo me entretenía echando un vistazo a los presentes. Analice a todos y cada uno de los semi-borrachos y finalmente, tras ofrecerles algunas sonrisas me acerque a la barra. Ahí me puse a hablar coquetamente con el muchacho de la barra hasta que me invito a un “chupito” del licor más fuerte que tenia. Lo acepte y me lo tome de un sorbo. Tanto él como los que no me habían quitado el ojo de encima desde que entre se quedaron aun más embobados al ver que me lo tome sin reparo. Sonreí y eche una mirada hacia atrás, hacia el que parecía permanecer más ebrio y a la vez, el que tenía más gente pendiente de él. Tras eso le pedí dos rondas más de lo mismo al maestro de barra y cogí ambos vasitos y me dirigí a la mesa de ese hombre. En la otra silla de la mesa le acompañaba el que parecía ser un subordinado, el cual se levanto y se marcho enseguida que el hombre se lo ordeno tras ver cómo yo me acercaba.
- ¿Puedo invitarle a una ronda? Tanto mirar seguro le ha entrado sed. -Pregunte y afirme con cierta sonrisa picara.
El hombre no lo dudo ni un momento y me ofreció la silla de su lado. Deje ambos vasos en la mesa y me senté. Empezamos a beber y hablar, poco a poco iba acercando mi silla mas a el, mi plan estaba yendo a la perfección, pero algo me llamo la atención. De repente vi como entraba otro hombre, alguien más pulcro que todos los piratas que había en esa isla. ”Demasiado prudente y limpio para ser un pirata” pensé estañada, mientras seguía en mi actuación, bebiendo de gratis mientras ese hombre me contaba cosas de su vida. Mis ojos seguían de reojo los pasos del que entro, sin poder evitar reír al ver lo que pedía, mi “acompañante” me pregunto de que me reía, y yo se lo explique. Eso causo en el una fuerte risa, como no, ya empezaba a ir contento y de por si parecía que su risa era fuerte. Aun así, le calme para poder así, intentar escuchar de que hablaba con el barman, alguien como él destacaba y me hacía sospechar. Poco a poco pude escuchar como hablaba de un lugar llamado South Grave, mas apenas escuche que había ahí, por la cual cosa, decidí preguntarle a mi acompañante de que se trataba ese lugar. Sin dudarlo me lo explico, y al tomarme por alguien indefensa me dijo que mejor no fuera allí sola, por la cual cosa sonreí y asentí.
- Entonces… Si quiero ir deberé llamar a alguien que me proteja ¿No? Tu… ¿Lo harías? -mi actitud cada ver era más picara y ya estaba completamente arrimada a él, mi objetivo ya era claro.
Indudablemente mi acompañante asintió y yo me puse en pie enseguida. - ¡Vayamos pues! -Comente alegre- ¿O es que mi capitán no se encuentra bien? Quizá es que tiene menos aguante que una chica… -murmure apoyando mis manos en sus hombros y acercando mi rostro a su oído para que únicamente el lo escuchara.
Esas palabras sonaron como un reto al oído del capitán y enseguida se puso en pie, paro a sus subordinados que querían seguirle y cogiéndome por encima del hombro salimos del bar en dirección a South Grave. Desgraciadamente, las advertencias que me hizo el capitán eran erróneas, no era yo quien debía ir con cuidado, si no el. Una vez no adentramos un poco en el bosque el pobre no duro ni 5 minutos consiente. Con la típica escusa de que necesitaba hacer mis necesidades hice que me diera la espalda y tras eso, cogí una roca, lo suficientemente pesada y se la rompí en la cabeza haciendo que este cayera al suelo. Entre la borrachera y el golpe no tenía nada que hacer. Suspire leve y lo registre llevándome conmigo el dinero y posibles cosas que tuviera de valor. Una vez obtuve lo que me interesaba me quite la peluca tirándola a su lado y me aleje de él caminando más hacia adentro en busca de algo interesante, sin importarme si ese hombre terminaba siendo pasto de los animales.
Tras abrir la oxidada puerta entre y deje que se cerrara por si sola mientras yo me entretenía echando un vistazo a los presentes. Analice a todos y cada uno de los semi-borrachos y finalmente, tras ofrecerles algunas sonrisas me acerque a la barra. Ahí me puse a hablar coquetamente con el muchacho de la barra hasta que me invito a un “chupito” del licor más fuerte que tenia. Lo acepte y me lo tome de un sorbo. Tanto él como los que no me habían quitado el ojo de encima desde que entre se quedaron aun más embobados al ver que me lo tome sin reparo. Sonreí y eche una mirada hacia atrás, hacia el que parecía permanecer más ebrio y a la vez, el que tenía más gente pendiente de él. Tras eso le pedí dos rondas más de lo mismo al maestro de barra y cogí ambos vasitos y me dirigí a la mesa de ese hombre. En la otra silla de la mesa le acompañaba el que parecía ser un subordinado, el cual se levanto y se marcho enseguida que el hombre se lo ordeno tras ver cómo yo me acercaba.
- ¿Puedo invitarle a una ronda? Tanto mirar seguro le ha entrado sed. -Pregunte y afirme con cierta sonrisa picara.
El hombre no lo dudo ni un momento y me ofreció la silla de su lado. Deje ambos vasos en la mesa y me senté. Empezamos a beber y hablar, poco a poco iba acercando mi silla mas a el, mi plan estaba yendo a la perfección, pero algo me llamo la atención. De repente vi como entraba otro hombre, alguien más pulcro que todos los piratas que había en esa isla. ”Demasiado prudente y limpio para ser un pirata” pensé estañada, mientras seguía en mi actuación, bebiendo de gratis mientras ese hombre me contaba cosas de su vida. Mis ojos seguían de reojo los pasos del que entro, sin poder evitar reír al ver lo que pedía, mi “acompañante” me pregunto de que me reía, y yo se lo explique. Eso causo en el una fuerte risa, como no, ya empezaba a ir contento y de por si parecía que su risa era fuerte. Aun así, le calme para poder así, intentar escuchar de que hablaba con el barman, alguien como él destacaba y me hacía sospechar. Poco a poco pude escuchar como hablaba de un lugar llamado South Grave, mas apenas escuche que había ahí, por la cual cosa, decidí preguntarle a mi acompañante de que se trataba ese lugar. Sin dudarlo me lo explico, y al tomarme por alguien indefensa me dijo que mejor no fuera allí sola, por la cual cosa sonreí y asentí.
- Entonces… Si quiero ir deberé llamar a alguien que me proteja ¿No? Tu… ¿Lo harías? -mi actitud cada ver era más picara y ya estaba completamente arrimada a él, mi objetivo ya era claro.
Indudablemente mi acompañante asintió y yo me puse en pie enseguida. - ¡Vayamos pues! -Comente alegre- ¿O es que mi capitán no se encuentra bien? Quizá es que tiene menos aguante que una chica… -murmure apoyando mis manos en sus hombros y acercando mi rostro a su oído para que únicamente el lo escuchara.
Esas palabras sonaron como un reto al oído del capitán y enseguida se puso en pie, paro a sus subordinados que querían seguirle y cogiéndome por encima del hombro salimos del bar en dirección a South Grave. Desgraciadamente, las advertencias que me hizo el capitán eran erróneas, no era yo quien debía ir con cuidado, si no el. Una vez no adentramos un poco en el bosque el pobre no duro ni 5 minutos consiente. Con la típica escusa de que necesitaba hacer mis necesidades hice que me diera la espalda y tras eso, cogí una roca, lo suficientemente pesada y se la rompí en la cabeza haciendo que este cayera al suelo. Entre la borrachera y el golpe no tenía nada que hacer. Suspire leve y lo registre llevándome conmigo el dinero y posibles cosas que tuviera de valor. Una vez obtuve lo que me interesaba me quite la peluca tirándola a su lado y me aleje de él caminando más hacia adentro en busca de algo interesante, sin importarme si ese hombre terminaba siendo pasto de los animales.
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Había terminado de tomar aquel licor débil para pedir otra y seguir como antes, tomando sorbo por sorbo. Ese día tenía mucha sed, parecía como si mi garganta se secara rápido, aunque sabía que solo era mi cabeza la que me jugaba una mala pasada. El maestro del bar, mientras seguía sirviendo y limpiando, me contó sobre los peligros de adentrarse al bosque llamado South Grave. Un lugar donde viven criaturas terribles y extrañas, donde muchos han ido pero pocos han regresado. Obviamente el peligro en si no me detendría, más bien me emocionaba y me llenaba de ganas de ir hacia ahí, pero lógicamente quería terminar primero mi bebida. Ya terminado de tomar aquel licor, cuya marca no reconocía, había pagado al hombre de la barra del bar con el respectivo dinero, antes de darme cuenta del pequeño disturbio que estaba armándose en aquellas mesas lejas de la barra y de mí. Era casi evidente que aquel hombre el cual parecía estar al mando de todo era un capitán de una tripulación pirata, sin mencionar que era el más borracho de todos. A veces se reían sin control, otras solo tomaban hasta morir de intoxicación y fue así hasta que de repente decidieron irse. No les tome mucha atención ya que yo tenía mis propios problemas.
Decidí salir del bar unos momentos después de que aquellos “piratas” habían hecho lo mismo, aunque no sabía porque ni tampoco me interesaba mucho. Al salir del establecimiento pude sentir de nuevo ese olor a putrefacción que por suerte no se sentía dentro del ya dicho bar. Alcohol, una increíble pestilencia y hasta tal vez algo de putrefacción humana, aunque no era algo de sorprender s hablábamos de una isla sin reglas. Me quede parado sin moverme, inclinando mi cabeza en dirección al suelo mientras cerraba los ojos. Ofrecer un minuto de respeto por las posibles ya fallecidas personas que se encontraban allí era lo que trataba de hacer y no me importaba si eran gente de buen corazón o no. Después de haber pasado un minuto entero soportando aquellos olores, me propuse a llegar y entrar al bosque South Grave, en busca de esas aventuras que tanto quería encontrar. No pude evitar emocionarme con solo pensar lo que encontraría allí, eso era bueno de las aventuras locas como esas; cuando no sabes con que te puedes llegar a topar. Camine y camine, guiándome por las palabras de varias personas de corazón logre llegar hasta el otro lado de la isla y hasta el famoso bosque al que tanto quería entrar e investigar.
-Ha llegado la hora. (Dije entre mi, sonriendo mientras me emocionaba)
Con una sonrisa enorme me propuse a buscar la aventura; o que ella me encuentre a mí. Caminaba regular, no tan rápido para no perderme cada detalle pero tampoco tan lento pues el día pasaba rápido y el anochecer se acercaba cada vez mas. Estuve investigando casi todo lo que veía, aunque pareciera un bosque normal en realidad tenía un punto fuerte que lo hacía interesante, aunque no sabía el que. No paso mucho para que pasara lo casi inevitable. Mientras estaba explorando mas afondo algunas plantas, logre percatar unos cuantos hombres alrededor de otro que se encontraba en el suelo. Al acercarme más pude notar que aquel en el suelo no solo tenía un moretón y un poco de sangre en la cabeza, si no también que era el mismo sujeto de aquel bar. “Entonces, aquí es donde tenían pensado venir” pensé mientras uno de los que estaban tratando de despertar al caído logro verme, algo fácil si tenemos en cuenta que no estaba escondido. “-Tu eres el responsable de esto-“ fue lo que dijo alertando a los otros, y mientras sacaban sus espadas. “Al menos tengo suerte” pensé ya que solo uno de ellos tenía pistola, estaba borracho así que acercarme a él no será un problema grave. Los tres que tenían espadas se acercaron corriendo intentando vengar a su “capitán” caído. “-Al notar que nuestro capitán no volvía nos preocupamos-“ / “-sabemos que eras del bar en el que nos encontrábamos antes-“ / “-pagaras por lo que hiciste-“ eran algunas cosas de las que decían, claro, antes de dejarlos inconscientes.
-No tengo tiempo que perder contra mediocres como ustedes. (Dije mientras me acercaba a través de los arbustos para atacar al tirador)
Salte rápido en dirección hacia el que portaba la pistola que además estaba bien borracho. Estando ya lo suficientemente cerca arrastre mi espada contra el suelo levantando arena tirándose-lo a los ojos. En el momento en que ya no podía ver más me abalance contra el cortando sus manos con heridas superficiales y terminando el trabajo con un golpe bastante fuerte en la nuca. Al terminar con todos, me acerque hasta el que desde un principio estaba en el suelo, con un moretón en la frente. No muy lejos de él se hallaba una piedra bastante grande y fue en ese momento cuando me acorde que había una mujer acompañando al hombre, la cual no se encontraba allí. Al lado del capitán pirata se encontraba también una peluca de color negro, del mismo color y forma que tenía aquella mujer de la que me había acordado, entonces lo que había sucedido era casi obvio. Con una sonrisa me levante mirando un camino que se adentraba más al bosque.
-Que empiece la aventura. (Dije con una sonrisa mientras empezaba a caminar adentrándome más al bosque South Grave)
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No hacia mucho desde que había dejado al capitán atrás cuando empece a escuchar pasos de gente correr. Eso me alerto por la cual cosa me subí con rapidez a un árbol. Por suerte los pasos se cesaron antes de llegar a mi, obviamente, alguien había encontrado al capitán, por la cual cosa, de árbol en árbol cual mono me acerque un poco a su localización para escucharles. Me quede en silencio a unos cuantos arboles de distancia y permanecí atenta a lo que pasaba. Quienes fueran que lo encontraron debían ser de los que había en el bar, por que lo primero que hicieron fue preguntarse entre ellos donde estaba la mujer, preguntando uno a ver si había podido ser yo la causante de ello, y ¿para que negarlo? No se equivocaba.- ¿ese es el capitán? ¿No le acompañaba una mujer? ¿Donde esta? ¿Habrá sido ella? ¿Habrán sido asaltados por ladrones y la han secuestrado? Miren, parece que fue atacado por la espalda. -Fueron varias de las cosas que se dijeron entre ellos.
Por suerte para mi, iban demasiado borrachos como para darse cuenta de la peluca, pero total, si la veían, no cambiaría mucho su opinión de los hechos. Tras escuchar varios minutos a esos borrachos divagando su teorías, empezaba a aburrirme y planeaba irme, cuando de pronto, escuche como uno le voceaba a una cuarta persona. No parecía ser uno de sus compañeros por la manera en la que le hablaba, mas bien un intruso del que sospechar. Sonreí ligeramente y volví a dirigir mi mirada hacia a bajo. El que aparecía no era otro que el bebe del bar que había tomado ese licor que parecía mas agua que otra cosa. En un principio eso me decepciono un poco, pensando que no tendría ninguna salida el pobre muchacho, aun así, no planeaba ayudarlo, unicamente me limite a observar.
Y como no, termine teniendo que tragarme mis expectativas al ver que el muchacho vencía a los 4 piratas sin problema alguno. Me lo quede mirando perpleja, no por admiración, si no por que no me lo esperaba hasta que vi como tras observar todo el escenario empezaba a caminar hacia el interior del bosque con lo que parecía ser una sonrisa en los labios, escuchando sus palabras que podían sonar como un reto o incluso arrogantes. Resople ligeramente y empece a seguirlo por lo alto de los arboles, con sigilo y cuidado de no delatarme. Permanecí en ese anonimato un buen rato, el suficiente como para analizar a mi objetivo, ver sus armas y sus características. No parece muy fuerte, aun que va bastante cubierto por la cual cosa no se puede saber con certeza. Sus armas son del mismo estilo de las de ella, katanas... Cosa que puede o no darle ventaja, dependiendo del manejo que tenga el. Hasta que finalmente decidí que observarle no iba a aportarme diversión ni entretenimiento. Por la cual cosa. Sin pensarlo mas. Salte de rama en rama hasta pegar un salto que me situara justo detrás de el, contando con el factor sigilo.
- ¡Hola! -Exclame esbozando una amplia sonrisa. Mi pelo verde era ondeado por el viento hacia atrás dejando a la vista mi figura. Llevaba un pantalón corto, negro, unos especies de shorts, una camisa blanca estilo militar, unas botas militares y una chaqueta negra del mismo material que los pantalones, a demás de mi katana en el lado izquierdo. Tenia las manos situadas atrás, unidas a la altura del culo manteniéndome completamente recta. Podría parecer tensa, pero en verdad fue una pose que solo duro unos escasos segundos, acompañando la exclamación del saludo. Tras esos segundos mis manos se fueron a mi cintura y observe mas de cerca el raro pelo del chaval para finalmente añadir- Lo que les has hecho a eso hombre ha sido muy aburrido nii-san... podrías haberte entretenido un poco mas que de seguro sabes como divertirte con pequeños insectos. -Murmure con desagrado pero con completa confianza. Me esperaba de el varias reacciones. Susto, sorpresa, duda, agresividad. Fuera lo que fuera mis sentidos no bajaban la guardia por si debía retroceder o algo similar. Aun así, al no haberle atacado dudaba mucho que el lo hiciera, pues con esos “piratas” aparentemente lo único que hizo fue defenderse.
Por suerte para mi, iban demasiado borrachos como para darse cuenta de la peluca, pero total, si la veían, no cambiaría mucho su opinión de los hechos. Tras escuchar varios minutos a esos borrachos divagando su teorías, empezaba a aburrirme y planeaba irme, cuando de pronto, escuche como uno le voceaba a una cuarta persona. No parecía ser uno de sus compañeros por la manera en la que le hablaba, mas bien un intruso del que sospechar. Sonreí ligeramente y volví a dirigir mi mirada hacia a bajo. El que aparecía no era otro que el bebe del bar que había tomado ese licor que parecía mas agua que otra cosa. En un principio eso me decepciono un poco, pensando que no tendría ninguna salida el pobre muchacho, aun así, no planeaba ayudarlo, unicamente me limite a observar.
Y como no, termine teniendo que tragarme mis expectativas al ver que el muchacho vencía a los 4 piratas sin problema alguno. Me lo quede mirando perpleja, no por admiración, si no por que no me lo esperaba hasta que vi como tras observar todo el escenario empezaba a caminar hacia el interior del bosque con lo que parecía ser una sonrisa en los labios, escuchando sus palabras que podían sonar como un reto o incluso arrogantes. Resople ligeramente y empece a seguirlo por lo alto de los arboles, con sigilo y cuidado de no delatarme. Permanecí en ese anonimato un buen rato, el suficiente como para analizar a mi objetivo, ver sus armas y sus características. No parece muy fuerte, aun que va bastante cubierto por la cual cosa no se puede saber con certeza. Sus armas son del mismo estilo de las de ella, katanas... Cosa que puede o no darle ventaja, dependiendo del manejo que tenga el. Hasta que finalmente decidí que observarle no iba a aportarme diversión ni entretenimiento. Por la cual cosa. Sin pensarlo mas. Salte de rama en rama hasta pegar un salto que me situara justo detrás de el, contando con el factor sigilo.
- ¡Hola! -Exclame esbozando una amplia sonrisa. Mi pelo verde era ondeado por el viento hacia atrás dejando a la vista mi figura. Llevaba un pantalón corto, negro, unos especies de shorts, una camisa blanca estilo militar, unas botas militares y una chaqueta negra del mismo material que los pantalones, a demás de mi katana en el lado izquierdo. Tenia las manos situadas atrás, unidas a la altura del culo manteniéndome completamente recta. Podría parecer tensa, pero en verdad fue una pose que solo duro unos escasos segundos, acompañando la exclamación del saludo. Tras esos segundos mis manos se fueron a mi cintura y observe mas de cerca el raro pelo del chaval para finalmente añadir- Lo que les has hecho a eso hombre ha sido muy aburrido nii-san... podrías haberte entretenido un poco mas que de seguro sabes como divertirte con pequeños insectos. -Murmure con desagrado pero con completa confianza. Me esperaba de el varias reacciones. Susto, sorpresa, duda, agresividad. Fuera lo que fuera mis sentidos no bajaban la guardia por si debía retroceder o algo similar. Aun así, al no haberle atacado dudaba mucho que el lo hiciera, pues con esos “piratas” aparentemente lo único que hizo fue defenderse.
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Mientras caminaba pensaba en las cosas buenas y malas que habían pasado haya atrás, en la pelea contra los piratas borrachos. Desde un punto de vista era algo bueno hacer ejercicio, pero en cierto modo era decepcionante lo cual era algo malo, ya estaba cansado de luchar contra debiluchos. Deseaba luchar contra alguien de mi nivel, y aunque yo no era de comportarme así todo el tiempo, a veces llegaba ese deseo de complacer mis habilidades de espadachín retándolas a un reto mayor que a los retos hasta el momento me habría sometido eran algo patéticos. Pocos eran los momentos en los cuales lograba estar en peligro de vida o muerte. Pero, no era por ser fuerte ya que no lo era, sino más bien por no tener “suerte” por así decirlo, que para algunos seria tener mucha suerte. A veces hay un punto en donde estar siempre con lo mismo o si tener ningún reto en absoluto te empieza a aburrir, y yo creo que esa es la razón por la cual siempre busca una aventura, una que logre divertirme, volverme más fuerte y que me conduzca hasta mi destino. Camino el cual, no conozco pero si conoceré y me gustaría conocerlo con amigos.
-Siento algo raro en este bosque, como un mal presentimiento. (Dije en voz baja para mí)
Me había cruzado con muchos árboles “arrancados” por así decirlo, como si un animal increíblemente enorme y fuerte allá pasado por allí sin control. Me aterraba la idea de encontrarme con este monstruo, solo y sin ninguna protección. Mi caminata empezaba a disminuir su velocidad por el simple hecho de que no quería gastar mis energías muy rápido y de esa forma ser presa fácil para cualquier depredador de la zona. Mientras me aburría yo solo, empezaba a jugar con mi cabello, aunque suene algo inmaduro era verdad, pero eso duro poco ya que después de escuchar un ruido extraño que era tan leve que hasta juraría habérmelo inventado, había logrado oír a una persona, una mujer para ser específicos. Al escuchar una voz femenina pare de caminar, pensaba en que aquella persona se había acercado a mí sin haberla escuchado. “Debe tener habilidades para el sigilo” pensé mientras me volteaba lentamente al escuchar que seguía hablando. En un principio me pareció un poco desagradable el tono en el que hablaba, pero no era nadie para juzgar a una persona que ni siquiera conocía.
-No…merecían mi atención, tampoco me gusta mucho aprovecharme de los débiles… Además, ya estaban borrachos lo cual los hacía más ineptos e inútiles contra mí. (Termine diciendo sin ninguna emoción aparente en mi rostro)
El viento me permitía ver a la muchacha sin ningún problema, algunas prendas eran militares y las demás eran normales aunque podía notar que eran de un buen material o posiblemente solo era yo que estaba poniéndome siego. Mientras la miraba fijamente pensaba en una sola cosa. Ella era la única mujer allí, lo sabía porque me habían dicho que en esa isla en ese momento no había mujeres que se atrevieran a entrar aquí con tanta “diversión” en la ciudad, y su cuerpo era parecido al de la chica del bar, además, logre ver una peluca al lado del capitán de aquella patética tripulación pirata. Así que cerré mi ojo izquierdo dejando solo mi ojo derecho de color negro abierto, mientras sonreía.
-Tienes una gran habilidad, eres muy buena en el arte del disfraz… De seguro te diviertes mucho ¿o no? (Termine con una pregunta aun con una sonrisa en mi rostro, para abrir de nuevo mi ojo izquierdo cerrando, esta vez el derecho, dejando el ojo de color blanco abierto)
Neliel
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Tras saludarle y plantearle la pregunta me mantuve atenta a su respuesta, pero también a sus gestos. Me quede algo extrañada tras ver como cerraba un ojo. Arquee una ceja ante su pregunta mas no dije nada ya que había variado el ojo que mantenía abierto. Al parecer el joven tenia un ojo de cada color, cosa que de por si ya me llamaba la atención, pero a demás de eso los turnaba como si viera diferente con cada uno. Pasado casi un minuto asentí ligeramente ante su pregunta mientras me encogía ligeramente de hombros, ni asentía ni negaba- Nye~ a veces, depende de quien sea la victima, algunas veces mas y otras menos~ -Tras esas palabras me puse a caminar con un paso tranquilo rodeándolo la curiosidad que sentía hacia ese sujeto era elevada.
- Quizá no merecieran tu atención, pero siempre es divertido jugar con insectos...-Afirme con una sonrisa algo sádica. De nuevo me situaba delante de el y le mire fijamente a los ojos, me acerque a el y le toque el abdomen- Pareces algo débil pero seguro que no lo eres ¿Verdad nii-san? - Pregunte y me aleje- En el bar parecías un bebe bebiendo esa cosa... y hasta un bebe habría podido con esos piratas en su estado, pero visto de cerca, no pareces ser uno... ¿O quizá lo eres y te camuflas? ¿Eres un bebe nii-san? -Quizá preguntaba demasiado, al igual que hablar, pero era la mejor manera de quitarse la curiosidad y ver las reacciones del puntas de sangre.- Tu pelo me gusta... es bonito -añadí dando otra vuelta a su al rededor.- Por cierto... ¿Por que tienes un ojo de cada color nii-san? -pregunte si reparo alguno.
Tras preguntar me quede situada en la espalda del joven con una sonrisa.- ¿Como te llamas forastero? Yo Neliel... Neliel Tu Shukan. No pareces como los demás que andan por aquí... de donde has salido ¿Nii-san? -Y una vez termine de formular la pregunta mire hacia arriba y luego hacia un lado. Observe los arboles y volví mi mirada hacia el chico. No tenia nada mas que observar, así que corrí hacia un árbol y trepe hasta la rama mas baja para luego sentarme en ella. Una vez ahí arriba me senté cual gato y dirigí mi mirada hacia nii-san. En ese momento podía parecer indefensa, con la guardia bajada, pero esa idea era completamente errónea. Mi guardia no había bajado ni un momento, ni siquiera, cuando intente tocarle, unicamente vestía una mascara de confianza.
Quizá la mejor diversión que ese muchacho podía ofrecerme era una simple lucha. No sabia bien cuales eran sus habilidades, pero mas que los borrachos de la isla seguro que tendría. Quizá incluso podía ser que me superara, pero a veces, eso es lo divertido, sobretodo para mi. Al haber corrido de golpe contra el árbol para treparlo podría haber parecido un intento de escapar, aun que la verdadera intención era poder observarlo todo bien desde un buen angulo. Y de algo estaba seguro. Si surgía pelea, no huiría, aun que mi rival me superara en fuerza o numero. Pero bueno, por el momento no me interesaba luchar, prefería averiguar lo que me interesaba, por la cual cosa, esperaba que el chico me respondiera y no se dejara ningún detalle al hacerlo.
- Por lo que escuche pocos se atreven a venir a esta parte de la isla... y mucho menos solos... ¿por que has hecho tal insensatez nii-san? ¿eres fuerte? -en todo momento mis preguntas habían sido formuladas con un tono divertido, relajado, casi infantil mas al decir esas ultimas palabras mi expresión se torno algo seria por unos segundos mirando hacia el, hablando con un tono serio que acompañara a mi expresión. Aun así la seriedad no era algo que me caracterizara, así que a pesar de que no volví a poner la sonrisa dulce de antes si que me lo quede mirando pero con una expresión mas relajada.
- Quizá no merecieran tu atención, pero siempre es divertido jugar con insectos...-Afirme con una sonrisa algo sádica. De nuevo me situaba delante de el y le mire fijamente a los ojos, me acerque a el y le toque el abdomen- Pareces algo débil pero seguro que no lo eres ¿Verdad nii-san? - Pregunte y me aleje- En el bar parecías un bebe bebiendo esa cosa... y hasta un bebe habría podido con esos piratas en su estado, pero visto de cerca, no pareces ser uno... ¿O quizá lo eres y te camuflas? ¿Eres un bebe nii-san? -Quizá preguntaba demasiado, al igual que hablar, pero era la mejor manera de quitarse la curiosidad y ver las reacciones del puntas de sangre.- Tu pelo me gusta... es bonito -añadí dando otra vuelta a su al rededor.- Por cierto... ¿Por que tienes un ojo de cada color nii-san? -pregunte si reparo alguno.
Tras preguntar me quede situada en la espalda del joven con una sonrisa.- ¿Como te llamas forastero? Yo Neliel... Neliel Tu Shukan. No pareces como los demás que andan por aquí... de donde has salido ¿Nii-san? -Y una vez termine de formular la pregunta mire hacia arriba y luego hacia un lado. Observe los arboles y volví mi mirada hacia el chico. No tenia nada mas que observar, así que corrí hacia un árbol y trepe hasta la rama mas baja para luego sentarme en ella. Una vez ahí arriba me senté cual gato y dirigí mi mirada hacia nii-san. En ese momento podía parecer indefensa, con la guardia bajada, pero esa idea era completamente errónea. Mi guardia no había bajado ni un momento, ni siquiera, cuando intente tocarle, unicamente vestía una mascara de confianza.
Quizá la mejor diversión que ese muchacho podía ofrecerme era una simple lucha. No sabia bien cuales eran sus habilidades, pero mas que los borrachos de la isla seguro que tendría. Quizá incluso podía ser que me superara, pero a veces, eso es lo divertido, sobretodo para mi. Al haber corrido de golpe contra el árbol para treparlo podría haber parecido un intento de escapar, aun que la verdadera intención era poder observarlo todo bien desde un buen angulo. Y de algo estaba seguro. Si surgía pelea, no huiría, aun que mi rival me superara en fuerza o numero. Pero bueno, por el momento no me interesaba luchar, prefería averiguar lo que me interesaba, por la cual cosa, esperaba que el chico me respondiera y no se dejara ningún detalle al hacerlo.
- Por lo que escuche pocos se atreven a venir a esta parte de la isla... y mucho menos solos... ¿por que has hecho tal insensatez nii-san? ¿eres fuerte? -en todo momento mis preguntas habían sido formuladas con un tono divertido, relajado, casi infantil mas al decir esas ultimas palabras mi expresión se torno algo seria por unos segundos mirando hacia el, hablando con un tono serio que acompañara a mi expresión. Aun así la seriedad no era algo que me caracterizara, así que a pesar de que no volví a poner la sonrisa dulce de antes si que me lo quede mirando pero con una expresión mas relajada.
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Si era sincero, no esperaba encontrarme con aquella chica tan rápido, ya que había pensado que después del “accidente” contra el capitán de la banda pirata llamada “borrachos sin control” ella habría escapado de la zona, pero estaba equivocado. Sus habilidades me intrigaban, me llamaban la atención ya que no había visto a nadie en aquella isla moverse tan sigilosamente como ella lo hacía, aquella mujer tenía una habilidad notable. Ella parecía bastante relajada y tranquila en la situación, pero apostaría a que simplemente estaba fingiendo y aun mantenía su guardia alta por si cualquier cosa pasaba. No me había fijado en un principio, pero su cuerpo estaba bastante formado, y pensé una chica como ella debía ser fuerte, no en el sentido de fuerza bruta, más bien en inteligencia y hasta incluso podría superarme a mí en ese sentido.
-Tal vez tengas razón, pero si mis cálculos no fallan, aquí en este bosque hay algo mucho más entretenido que jugar con borrachos. (Termine diciendo con una sonrisa algo picara)
Ella empezaba a caminar a mí alrededor, hablaba bastante y eso me hacía bastante gracia, aunque seguía con una cara completamente seria. No paraba de impresionarme, hablaba muy normal, casi como si no le preocupase nada y eso era lo que despertaba mi interés, además de claro, saber quién era. No me movía, solo me limitaba escucharla hablar para no perderme nada de lo que decía, cosas que en realidad eran irrelevantes para cualquier para mi eran datos importante porque así lo quería, además, así podría saber cómo es ella “psicológica mente” por así decirlo. –Tienes un buen ojo, aunque no lo parezca en realidad soy bastante fuerte y por lo que veo también utilizas el arte de la espada- Termine con una pequeña sonrisa en mi rostro. Me sorprendió la cantidad excesiva de preguntas que me hizo, así que solamente suspire para poder hablar más tranquilo.
-Soporto bien el alcohol, pero no termina de convencerme. Además, solo bebo sake en pocas ocasiones. (Sonreí por lo que me acababa de decir aquella mujer, pero no me sentí ofendido ni nada de eso, más bien me divirtió haberla escuchado decir esa palabra) –No, no lo soy, de eso estoy seguro. (Dije mientras me reía un poco por la situación al mismo tiempo que la seguía con la mirada)
Me sentía un poco tranquilo en aquel lugar, tal vez por la compañía que estaba teniendo, aunque aquella mujer era algo “extraña” en un sentido, de todas formas parecía ser alguien de honor y de palabra…al menos un poco. Como era de esperarse, ella siguió moviéndose mientras seguía hablando y preguntando, algo curiosa era ella. –Gracias, el tuyo tampoco está nada mal- Dije con una sonrisa mientras la seguía con la mirada mientras ella seguía dando otra vuelta, aunque no sabía el objetivo de ello, ¿verme mejor, tal vez? No lo sabría decir. Una vez situad detrás de mí en mi espalda, de nuevo me limite a solo escucharla, y a diferencia de antes, esta vez estaba dando información bastante importante.
-Me llamo Max D Dexer, es un placer Neliel. (Me presente con una sonrisa en mi rostro) –Soy del East Blue, un pirata solitario en busca de aventuras. (Dije cruzando mis brazos mientras me volteaba para verla fijamente) –Me gustan las aventuras, y además en este lugar no hay nadie a quien conozca que sea lo suficientemente confiable y valiente como para adentrarse hasta aquí, sabiendo los peligros que puede correr. Si me preguntas, el riesgo es lo de menos si piensas en todo el dinero o poder que puedes llegar a obtener. (Con una sonrisa bastante grande y volviendo a poner mis brazos en mi cintura)
De un momento a otro, antes de poder seguir hablando, a la lejanía se logro escuchar un rugido, pero no uno normal. Sonaba como si el que allá provocado tal sonido allá sido, nada más ni nada menos que un monstruo. Después de haber estado cayado unos minutos por si volvía a escucharse aquel rugido, volví a sonreí para ver a los ojos de la muchacha que me acompaña en ese momento.
-¿Te parecería acompañarme en esta aventura? No puedo decir que podríamos llegar a encontrar, pero la diversión y oro lo tendremos seguro. (Al terminar de hablar solamente veía fijamente a la mujer de pelo verde la cual me parecía bastante interesante)
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Escuche cada una de sus respuestas, atenta y curiosa. En mis labios se pudo divisar una sonrisa algo sádica al escuchar que había algo mucho mas interesante que los piratas borrachos, aun así, no hice comentario alguno, únicamente, seguí escuchando. Torci ligeramente el labio ante las palabras referentes al alcohol y al recibir el alago sobre mi pelo, lleve ambas manos a mi nuca, separando mi cabellera en dos para luego llevarla hacia delante- Gracias… -dije casi en un susurro con una pequeña sonrisa, completamente distinta a la primera, dulce y calida.
Asentí ligeramente ante su presentación, al menos al principio. Al final termine riendo leve, mas cese mi risa enseguida y seguí escuchándole sin aportar palabra alguna. De golpe, mientras yo permanecía subida en esa rama y Max parecía haber callado, se escucho un rugido. Mi rostro enseguida se giro hacia el lugar de donde parecía proceder con cierto interés y curiosidad. Me quede mirando hacia esa dirección un buen rato, como si esperase a que algo apareciera, mas cuando vi que no y escuche de nuevo al muchacho hablar gire mi rostro hacia el y sin querer apenas, reí de nuevo ligeramente.
- Eres algo incoherente, Max-san. Recién dices que no hay nadie lo suficientemente confiable en esta isla, y le ofreces a una completa extraña que te acompañe. Deberías ser más precavido. -Afirme mirando de nuevo hacia el origen del rugido- aun que para serte sincera… Si que parece divertido… -dije en voz algo mas baja.
Suspire levemente y salte hacia los hombros de Max para luego de ahí saltar hacia adelante y girarme. Le mire torciendo leve el labio y me puse de puntillas para mirarle de cerca los ojos- ¿Cómo es que tus ojos son de colores distintos? - de nuevo, pregunte sin rodeos y curiosa. Baje los pies y me hice un paso hacia atrás para volver a rodearlo. Ese muchacho me llamaba bastante la atención. Había demasiadas peculiaridades en el como para ser un pirata cualquiera como los que andaban por esa isla. Quizá, ni siquiera era un pirata.
- Nyeee~~ -Dije en un tono de queja, mientras daba una vuelta a su alrededor estirándome. De nuevo, como no, me posicione delante de el- Bueno, da igual, te acompaño. Pero si te pones en mi camino nei me hago responsable~ -Afirme y eche un vistazo de nuevo hacia el lugar. Corrí hacia un árbol y lo trepe cual mono. Intente mirar hacia el lugar de donde venia el rugido mas no vi nada, los arboles me lo tapaban, por la cual cosa, baje nuevamente saltando delante de el.
- ¡Ah! ¡Y si conseguimos algo luego vamos a celebrarlo con un buen sake! Yo no me creo que aguantes bien el alcohol y que no te convenza. Y no oses decirle que no a una dama ¡Eh! -Afirme casi a gritos nada más tocar el suelo con los pies.”Si algo esconde, una vez este borracho seguro me lo cuenta.” Pensé manteniendo la pequeña sonrisa.- Los caballeros primero~ -comente con una sonrisa divertida haciendo algo similar a una reverencia para cederle el paso a Max hacia el lugar de donde salió el rugido.
Asentí ligeramente ante su presentación, al menos al principio. Al final termine riendo leve, mas cese mi risa enseguida y seguí escuchándole sin aportar palabra alguna. De golpe, mientras yo permanecía subida en esa rama y Max parecía haber callado, se escucho un rugido. Mi rostro enseguida se giro hacia el lugar de donde parecía proceder con cierto interés y curiosidad. Me quede mirando hacia esa dirección un buen rato, como si esperase a que algo apareciera, mas cuando vi que no y escuche de nuevo al muchacho hablar gire mi rostro hacia el y sin querer apenas, reí de nuevo ligeramente.
- Eres algo incoherente, Max-san. Recién dices que no hay nadie lo suficientemente confiable en esta isla, y le ofreces a una completa extraña que te acompañe. Deberías ser más precavido. -Afirme mirando de nuevo hacia el origen del rugido- aun que para serte sincera… Si que parece divertido… -dije en voz algo mas baja.
Suspire levemente y salte hacia los hombros de Max para luego de ahí saltar hacia adelante y girarme. Le mire torciendo leve el labio y me puse de puntillas para mirarle de cerca los ojos- ¿Cómo es que tus ojos son de colores distintos? - de nuevo, pregunte sin rodeos y curiosa. Baje los pies y me hice un paso hacia atrás para volver a rodearlo. Ese muchacho me llamaba bastante la atención. Había demasiadas peculiaridades en el como para ser un pirata cualquiera como los que andaban por esa isla. Quizá, ni siquiera era un pirata.
- Nyeee~~ -Dije en un tono de queja, mientras daba una vuelta a su alrededor estirándome. De nuevo, como no, me posicione delante de el- Bueno, da igual, te acompaño. Pero si te pones en mi camino nei me hago responsable~ -Afirme y eche un vistazo de nuevo hacia el lugar. Corrí hacia un árbol y lo trepe cual mono. Intente mirar hacia el lugar de donde venia el rugido mas no vi nada, los arboles me lo tapaban, por la cual cosa, baje nuevamente saltando delante de el.
- ¡Ah! ¡Y si conseguimos algo luego vamos a celebrarlo con un buen sake! Yo no me creo que aguantes bien el alcohol y que no te convenza. Y no oses decirle que no a una dama ¡Eh! -Afirme casi a gritos nada más tocar el suelo con los pies.”Si algo esconde, una vez este borracho seguro me lo cuenta.” Pensé manteniendo la pequeña sonrisa.- Los caballeros primero~ -comente con una sonrisa divertida haciendo algo similar a una reverencia para cederle el paso a Max hacia el lugar de donde salió el rugido.
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Re: La primera regla es que no hay reglas. [Privado-Presente] (Max & Neliel) {Vie 4 Sep 2015 - 3:53}
Podía notar como la sonrisa de mi acompañante cambiaba en varias ocasiones. “Tiene una gran variedad de sonrisas” pensaba mientras me reía un poco. Aquel encuentro con la chica fue bastante inesperado, sin decir que era algo “extraña” en el sentido de que jamás me había encontrado con una persona igual. Eso era lo bueno de las aventuras, no sabes lo que te espera, además, parecía buena gente a simple vista, pero había que ser cauteloso. No dudaba mucho de ella, pero era algo casi seguro que aquella mujer si sospechara de mi, y no saber hasta qué nivel no confía en mí era algo bastante frustrante.
-¿Qué rayos fue eso? (Pregunte en vos baja, casi para mí solo)
Sin duda alguna la bestia que ahí vivía no era normal, aquello me izo recordad sobre aquellos arboles casi destruidos, esas marcas eran de algún animal de eso estaba seguro. Al parecer, aquel rugido también había llamado la atención de la muchacha que se encontraba arriba del árbol. Me había impresionado bastante cuando vi que subió al dicho árbol sin ningún problema, su agilidad y destreza eran bastantes notables. Sonreí mientras al mismo tiempo ella reía levemente, posiblemente por lo que había dicho anteriormente y lo que al parecer le había hecho gracia.
-Estas en lo cierto, en efecto eso fue lo que dije, pero eso no quita el hecho de que allá visto en ti algo que nadie de aquí tiene. (Dije con una sonrisa mientras la veía fijamente subida en ese árbol) –Confió en ti lo suficiente, aunque eso suene algo tonto si pensamos que recién nos conocemos. (Termine con un leve suspiro para seguir viéndola)
De repente ella había bajado del árbol con un salto en mi dirección, apoyándose en mis hombros para luego volver a saltar hacia el suelo. Aquella mujer me interesaba bastante, no parecía débil, ni tampoco tonta, parecía todo lo contrario. Obviamente mi confianza tenía un límite en esa situación, es cierto que era suficiente como para pensar que no me apuñalaría por la espalda pero aun así no pensaba que aquella situación de “compañerismo” durara lo suficiente. Después de todo éramos piratas, y yo sabía lo que muchos de ellos podían llegar a hacer por un poco de dinero o peor si se trata de oro. ¿Si pensaba lo mismo de ella? Sinceramente hablando, no, pero detrás de una sonrisa puede haber un asesino a sangre fría y viceversa.
-Es de nacimiento Neliel, ni yo sé porque fui el único de mi familia en obtener ojos de distintos colores… A veces mi hermano me decía que con ellos podría tener “poderes” inimaginables y cosas así. (Explique mientras una sonrisa involuntaria salía de mis labios al recordar el pasado) –¡Perfecto! Y no te preocupes por ello, no me veras, seré como una sombra. (Termine con una pequeña risa mientras empezaba a caminar)
Ella había subido a un árbol para ver en la dirección donde antes habíamos escuchado aquel rugido, al parecer sí que le llamo la atención. Después de haber bajado y haberme propuesto beber sake si teníamos bastante suerte como para encontrar algo valioso o entretenido, le respondí que si ya que me pareció a un reto, y quería mostrarle como mi apariencia engaña demasiado a la vista. Al mismo tiempo mientras empezaba a caminar me había reído un poco al haber escuchado a Neliel llamarse a sí misma “dama”. Seguía caminando sonriendo por el pequeño “espectáculo”, si se puede decir de esa forma, que había hecho aquella chica.
-¿Que dices? ¿Qué piensas que vamos a encontrar? Además de algo increíblemente grande… Y hambriento. (Dije mientras caminábamos, yo estaba adelante y ella atrás, unos dos metros de distancia para ser exactos) –Si te preguntas como es que logro ver con estos ojos, es algo que yo tampoco sé, pero veo como una persona normal. (Había explicado a la chica sin voltear para verle, le hablaba a espalda, lo suficientemente alto como para que me escuchara)
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Torcí ligeramente el labio ante la respuesta que me proporciono sobre lo de los ojos. Quizá el hermano de este muchacho tuviera razón. Las veces que me había encontrado con estas peculiaridades efectivamente tenían alguna función, poder, don o como se le quiera decir. Suspire ligeramente y me encogí de hombros. Si me ocultaba algo no se lo iba a sacar ahora, así que lo mejor sería aceptar las respuestas que me diera por el momento y ya más adelante dejar libre a mi curiosidad y preguntar con algo más de cercanía. Quizá cuando fuéramos a beber.
Tal y como le indique empezó a caminar delante de mí, y una vez estuvo a una distancia considerable, no muy lejos para poderle seguir, pero tampoco tan lejos como para poderme atacar con un giro. Sonreí ligeramente ante lo de la sombra ya que por el momento la sombra seria más bien yo. Aun así, le deje proseguir en sus palabras, escuchando atenta, no solo se aprende a base de preguntas.
- ¿Qué encontraremos?... -repetí en voz algo baja únicamente para mi. - Pues no se la verdad. Únicamente espero que nos entretenga un rato, por que como me haya hecho caminar para no divertirme, me enojare, y eso no es bueno… -murmure lo ultimo torciendo el labio. Mi miraba estaba puesta en los arboles y en el entorno, viendo el destrozo que había hecho el que debía ser el origen del ruido que escuchamos.- Aun que bueno… Por el momento parece ser algo grande, eso al menos es algo a su favor, o en su contra, quien sabe… -suspire y me acerque a un árbol que seguía entero para subirme cuando de golpe escuche su pregunta.
- Pues… No exactamente. Únicamente me preguntaba si veías algo que los demás no vemos. Al ser distintos es posible que veas algo distinto a los demás, pero no por ello debes ver mal. -respondí aportando mi teoría sobre sus ojos algo despreocupada. Pegue un par de saltos de rama en rama hasta llegar arriba del árbol. Por desgracia ese árbol no era demasiado alto así que únicamente me permitió ver el caminito de arboles tirados que había dejado la bestia, pero no alcance a ver más, por la cual cosa baje sin demorarme demasiado.
Al bajar me situé a su espalda como si fuera a seguir caminando más me quede parada.- Aun nos queda un buen tramo hasta llegar al origen, no se si lo alcanzaremos antes de anochecer… -Dije acercándome a Max y poniéndole un mano en el hombro. Poniéndome a la vez algo de puntillas para susurrarle al oído.- Yo no tengo problema para combatir de noche… La noche son las horas más divertidas… ¿No crees?-Murmure mordiéndome el labio inferior mientras empezaba a caminar a su alrededor para situarme delante de el. Una ve ahí le mire torciendo un poco la cabeza a un lado aun mordiéndome el labio. Situé mis dos manos en sus hombros y le susurre.- Pero Max-san quizá tenga algún problema… -Tras ello me gire y camine un par de pasos para luego volver a verle.- ¿Que dice Max-san? Tienes algún problema para combatir de noche o debemos buscar sitio para acampar? -Dije como ultimo mirándole a los ojos.
Tal y como le indique empezó a caminar delante de mí, y una vez estuvo a una distancia considerable, no muy lejos para poderle seguir, pero tampoco tan lejos como para poderme atacar con un giro. Sonreí ligeramente ante lo de la sombra ya que por el momento la sombra seria más bien yo. Aun así, le deje proseguir en sus palabras, escuchando atenta, no solo se aprende a base de preguntas.
- ¿Qué encontraremos?... -repetí en voz algo baja únicamente para mi. - Pues no se la verdad. Únicamente espero que nos entretenga un rato, por que como me haya hecho caminar para no divertirme, me enojare, y eso no es bueno… -murmure lo ultimo torciendo el labio. Mi miraba estaba puesta en los arboles y en el entorno, viendo el destrozo que había hecho el que debía ser el origen del ruido que escuchamos.- Aun que bueno… Por el momento parece ser algo grande, eso al menos es algo a su favor, o en su contra, quien sabe… -suspire y me acerque a un árbol que seguía entero para subirme cuando de golpe escuche su pregunta.
- Pues… No exactamente. Únicamente me preguntaba si veías algo que los demás no vemos. Al ser distintos es posible que veas algo distinto a los demás, pero no por ello debes ver mal. -respondí aportando mi teoría sobre sus ojos algo despreocupada. Pegue un par de saltos de rama en rama hasta llegar arriba del árbol. Por desgracia ese árbol no era demasiado alto así que únicamente me permitió ver el caminito de arboles tirados que había dejado la bestia, pero no alcance a ver más, por la cual cosa baje sin demorarme demasiado.
Al bajar me situé a su espalda como si fuera a seguir caminando más me quede parada.- Aun nos queda un buen tramo hasta llegar al origen, no se si lo alcanzaremos antes de anochecer… -Dije acercándome a Max y poniéndole un mano en el hombro. Poniéndome a la vez algo de puntillas para susurrarle al oído.- Yo no tengo problema para combatir de noche… La noche son las horas más divertidas… ¿No crees?-Murmure mordiéndome el labio inferior mientras empezaba a caminar a su alrededor para situarme delante de el. Una ve ahí le mire torciendo un poco la cabeza a un lado aun mordiéndome el labio. Situé mis dos manos en sus hombros y le susurre.- Pero Max-san quizá tenga algún problema… -Tras ello me gire y camine un par de pasos para luego volver a verle.- ¿Que dice Max-san? Tienes algún problema para combatir de noche o debemos buscar sitio para acampar? -Dije como ultimo mirándole a los ojos.
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El viento soplaba ese día como nunca antes, se sentía genial, era refrescante y no molestaba para nada. Caminaba a una velocidad moderada, no quería caminar muy lento ya que podría hacerse de noche antes pero tampoco quería ir muy rápido, por que posiblemente de esa forma me salte alguna que otra cosa interesante en el camino. Mientras más avanzábamos mas arboles se encontraban desplomados con formas de garra, Aquella bestia la estaba liando en el ese bosque, la curiosidad me mataba, quería saber que era lo que hacía y porque. Tal vez tenía un cariño por los animales extraños, aunque era de esperarse, yo tenía uno bastante extraño que en ese momento no se encontraba conmigo, por causas simples como “se quedo dormido en el bote así que no quise molestarlo”. Al fin y al cabo no me preocupaba mucho su vida ya que era bastante listo y fuerte, razón por la cual me había olvidado de él.
Podía oír los pasos de mi compañera, eran leves y tranquilos como los míos, me estaba empezando a agradar, aunque eso era algo bastante tonto pues aun no sabía con certeza quién era. Había escuchado atentamente las palabras que ella me daba, haciéndome reír en unas ocasiones –Si, es muy grande, pero estoy seguro que nos dará diversión- miraba de reojo a mi compañera mientras esta seguía hablando y moviéndose por los alrededores como si fuera su hogar. Tenía que admitirlo, era muy habilidosa, de verdad me estaba agradando estar con ella, hasta incluso pensaba en cómo se manejaría en una batalla de vida o muerte.
-Ver algo distinto… (Me había cuidado pensativo por un rato mirando el suelo)
De repente creí escuchar algo en los arbustos, ¿qué será? Me pregunte. No le di mucha atención pues la chica que estaba trepando un árbol y que había bajado de golpe, empezó a hablar. “En realidad tenía razón” pensaba mientras me quedaba quieto al notarla cerca de mí, provocándome una sonrisa involuntaria, parecía una persona divertida. –¿De noche? Esas horas son peligrosas, pero me gustan los retos, además tengo suficientes energías para mantenerme despierto en la noche- había sonreído mientras le contestaba, en el fondo no me parecía una buena idea, ya que lo que sea que este en aquel bosque con nosotros tendría ventaja, pero otra parte de mi quería el reto. Volví a caminar a la misma velocidad viendo a los ojos a mi compañera mientras le sonreía, como estaba quieta camine a un lado de ella para seguir siendo el que hiba adelante, no por juego si no más bien porque no quería que sospechara de mi de alguna forma, quería darle esa confianza de que no la atacaría.
Mientras caminaba volví a escuchar esos ruidos detrás de los arbustos, parecía como si algo nos estuviera siguiendo, así que me detuve y vi fijamente el lugar proveniente de esos leves ruidos. De repente todo se volvió silencio, no se escuchaba nada, como si todos esos ruidos de antes jamás hubieran estado, me reía pues aquella cosa era lista y me hizo acordar a cierto animal que le encanta asustar. Y como era de esperarse, tarde o temprano, algo peludo de color blanco salió de aquellos arbustos a una gran velocidad saltando encima de mí, tirándome al suelo. Era un lobo macho de tamaño adulto que estaba…lamiendo mi rostro mientras movía la cola de felicidad. Trataba de apartarlo de mí pues aquellas babas me incomodaban un poco.
-Se que te alegras de verme, pero no es para que me des un baño de babas. (Dije con un tono gracioso y un poco enojado)
La verdad era que aquella escena era típica de una serie cómica de las que me habían hablado hace mucho. Después de unos minutos logre sacarme al animal de enzima y levantarme mientras me limpiaba la baba de mi rostro. “Qué asco” pensaba mientras al ver a mi compañera me reía por lo que acababa de pasar.
-El es “kuroten” mi fiel amigo, di “hola” compañero. (Dije a lo que el lobo aulló en la dirección de aquella chica y yo sonreía)
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El viento que había hacia que mi melena se moviera ligeramente mientras esperaba las respuestas. y reacciones del joven estando yo unos pasos delante de él. Al parecer el pensamiento de que el animal o sujeto que había en ese bosque era grande era un pensamiento compartido entre ambos, lo que estaba aún en duda era si nos iba a proporcionar diversión, Max afirmaba que nos la proporcionaría, yo aún lo dudaba.
A mi la lucha nocturna no me preocupaba, tenía una muy buena visión, la duda era si Max accedería, y al final escuche una afirmación, a el tampoco le importaba la lucha nocturna, empezaba a pensar que quizá ese ojo le permitía una visión nocturna o algo asi- Bueno.... quien dice peligrosas dice divertidas. -tras eso lo observé mientras se situaba delante de mi eso me proporcionaba cierta tranquilidad aún que ya empezaba a confiar en el y no veía necesaria esa distancia entre ambos.
Los ruidos entre los arbustos los había escuchado pero simplemente pensé que sería algún animalllo cobarde que espera el momento oportuno o bien para huir o bien para atacar, aún que ninguna de esesas hipótesis pareció fue la correcta. Tras escuchar un par de veces el ruido Max se giró a observar hacia los arbustos y yo simplemente hice lo mismo, quien sabe, quizá al muchacho le gustaba la caza o algo similar.
- ¿Pasa algo Max-san? -cuestione mirandole dudosa con la cabeza torzida dudosa viendo finalmente como de golpe salió un lobo blanco y adulto que iba en dirección a Max. Yo tranquilamente me quedé observando lo que esperaba que fuera un combate aún que resultó ser una muestra de cariño- Hmm,.. -hice un pequeño sonido observando con tranquilidad la escena, mirando con detalle aquel animal con una pequeña sonrisa en los labios.
Tras unos minutos el hombre consiguió apartar al lobo de encima de el y me miro, mi mirada iba de uno al otro y finalmente me fijé en el animal con una amplia sonrisa viendo como me aullava a modo de saludo. Solté una pequeña risa y emití un rugidito a modo de respuesta. Mire a Max de reojo y me agache poniéndome de cunclillas a la altura de Kuroten- Encantada de conocerte Kuroten. -hablé mientras acercaba mi mano al rostro del lobo con cuidado por si le daba por olisquear para luego acariciarlo.
- Es muy bonito... Aún que.... ¿No corre peligro con nosotros nii-san? -cuestione elevando el rostro hacia el muchacho algo dudosa- La cosa a la que seguimos parece bastante grande... -torci ligeramente el labio.
A mi la lucha nocturna no me preocupaba, tenía una muy buena visión, la duda era si Max accedería, y al final escuche una afirmación, a el tampoco le importaba la lucha nocturna, empezaba a pensar que quizá ese ojo le permitía una visión nocturna o algo asi- Bueno.... quien dice peligrosas dice divertidas. -tras eso lo observé mientras se situaba delante de mi eso me proporcionaba cierta tranquilidad aún que ya empezaba a confiar en el y no veía necesaria esa distancia entre ambos.
Los ruidos entre los arbustos los había escuchado pero simplemente pensé que sería algún animalllo cobarde que espera el momento oportuno o bien para huir o bien para atacar, aún que ninguna de esesas hipótesis pareció fue la correcta. Tras escuchar un par de veces el ruido Max se giró a observar hacia los arbustos y yo simplemente hice lo mismo, quien sabe, quizá al muchacho le gustaba la caza o algo similar.
- ¿Pasa algo Max-san? -cuestione mirandole dudosa con la cabeza torzida dudosa viendo finalmente como de golpe salió un lobo blanco y adulto que iba en dirección a Max. Yo tranquilamente me quedé observando lo que esperaba que fuera un combate aún que resultó ser una muestra de cariño- Hmm,.. -hice un pequeño sonido observando con tranquilidad la escena, mirando con detalle aquel animal con una pequeña sonrisa en los labios.
Tras unos minutos el hombre consiguió apartar al lobo de encima de el y me miro, mi mirada iba de uno al otro y finalmente me fijé en el animal con una amplia sonrisa viendo como me aullava a modo de saludo. Solté una pequeña risa y emití un rugidito a modo de respuesta. Mire a Max de reojo y me agache poniéndome de cunclillas a la altura de Kuroten- Encantada de conocerte Kuroten. -hablé mientras acercaba mi mano al rostro del lobo con cuidado por si le daba por olisquear para luego acariciarlo.
- Es muy bonito... Aún que.... ¿No corre peligro con nosotros nii-san? -cuestione elevando el rostro hacia el muchacho algo dudosa- La cosa a la que seguimos parece bastante grande... -torci ligeramente el labio.
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Kuroten parecía haberse encariñado rápidamente con Neliel, aunque eso ya me lo esperaba, siempre era así. Le encantaba traer felicidad a quien sea, a excepción de los malos. Deje que el lobo tomase cariño con la mujer mientras aun me limpiaba la poca saliva que quedaba en mi rostro, si había algo que odiaba era su saliva, parecía pegamento. Fue cuando escuche la palabras de Neliel, su punto de vista era el correcto, sin embargo estaba mal pues no conocía del todo el potencial del animal. Solo pude reírme un poco para luego pasar a contestar su pregunta con una sonrisa.
-Créeme, este lobo es más grande de lo que aparenta- dije mientras seguía sonriendo pues sabía lo que la mujer estaba a punto de presenciar, no era algo que se veía todos los días. Sencillamente sonreía y le dije a Kuroten que haga lo de siempre, él sabía a lo que me refería y no necesitaba más explicación. Fue entonces cuando el animal se aparto de Neliel y empezó su “transformación”, sus patas de alargaban, sus músculos crecían. El lobo empezaba a agrandarse como muñeco inflable…solo que no era un muñeco, ni tampoco inflable. Su cambio de forma siguió hasta tener una altura de 2,60 metros de altura, más grande que un simple caballo, y una “bestia” a comparación con los de su especie.
-Gracias a que este pequeño amigo tuvo una alteración en su ADN obtuvo la habilidad de no ser tan pequeño, además de ser más inteligente de lo normal para un lobo- podía notarse en mi voz y aquellas palabras como corría en mí la emoción, jamás me cansaba de verlo aumentar su tamaño. Era un espectáculo admirable, al menos para mí. No importaba la reacción que tuviera Neliel, sabía que me encantaría verla. –Sin embargo, aunque parezca lo contrario, Kuroten desatesta las peleas, es como si algo le evitase entrar en ellas. Muchas veces pensé en la posibilidad de algún chip, o cambio en su genética que lo obligase a no pelear, tal vez lo crearon así para que no fuera un peligro para sus creadores-
No paso mucho tiempo hasta que volvimos a escuchar aquel rugido que daba mal espina. Era evidente que aquellos ruidos atrajeron al lobo y lo condujeron hasta aquí. –Más que un rugido de furia…pareciera como si estuviera sufriendo- si, daba muy mala espina. No podía esperar más, me subí con rapidez a la espalda de Kuroten, mientras esperaba que Neliel hiciese lo mismo. –Tú querías diversión, ahora la tienes- mi sonrisa acompañada de una pequeña carcajada no podía faltar.
Neliel
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Me mantuve entretenida un buen rato con el animalillo mientras de reojo observaba a Max como se limpiaba aun las babas del saludo del animal. Tras un rato escuche como Max se reía ante mi comentario, acción la cual hizo que girara mi rostro hacia el para mirarle extrañada, no comprendía a que venia esa risa pues en mi cabeza dichas las palabras que dije tenían cierto sentido, no le veía la gracia a la situación, aun que es ciertos que la escena de minutos antes si lo fue, quizá se reía de eso…
Finalmente le escuche algo mas que unas risas, sus palabras sonaban a advertencia la cual me hizo fruncir el ceño curiosa mirando al animal para volver a Max. Cuando escuche la orden que le daba al animal clave mi mirada en el lobo viendo como se apartaba cosa que ya de por si me extraño. Me agache apoyando mis codos sobre las rodillas y la cabeza sobre las manos mirando al animal atenta, hasta que de golpe, empezó a crecer de una manera extraordinaria. Me puse en pie al instante y lo observe admirada, había escuchado ha hablar de este tipo de animales pero nunca había presenciado una transformación de esta clase.
Mi rostro era el mismo de cuando un niño ve una enorme piruleta que es tan grande como su rostro. Estaba fascinada y rápido me acerque emocionada mientras de fondo escuchaba a Max al cual apenas le hacia caso, simplemente me centre en acarriciar y hablar con el lobo.
- ¡Wooooo! ¡Kuroten eres enormeeee!!! -trate de acariciarle al costado y luego me fui delante de el dando pequeños saltos intentando verle los ojos- ¡Eres enormeeee!! ¡Que guapo eres Kuroteeeen!
Mi emoción era notable, el mismo rugido sonó nuevamente, mi rostro se giro en dicha dirección achinando la mirada, era el mismo rugido de antes. Mi rostro había vuelto a estar mas o menos serio y tras unos segundo gire el rostro hacia Max viendo como subía encima de Kuroten. Lo mire de arriba a bajo unos segundo y tras escucharle y suspirar asentí, subiendo encima de Kuroten de un salto agarrándome a Max por si las moscas- ¡Vamos a divertirnos Nii-san! -exclame dándole un pequeño apretón emocionada.
Finalmente le escuche algo mas que unas risas, sus palabras sonaban a advertencia la cual me hizo fruncir el ceño curiosa mirando al animal para volver a Max. Cuando escuche la orden que le daba al animal clave mi mirada en el lobo viendo como se apartaba cosa que ya de por si me extraño. Me agache apoyando mis codos sobre las rodillas y la cabeza sobre las manos mirando al animal atenta, hasta que de golpe, empezó a crecer de una manera extraordinaria. Me puse en pie al instante y lo observe admirada, había escuchado ha hablar de este tipo de animales pero nunca había presenciado una transformación de esta clase.
Mi rostro era el mismo de cuando un niño ve una enorme piruleta que es tan grande como su rostro. Estaba fascinada y rápido me acerque emocionada mientras de fondo escuchaba a Max al cual apenas le hacia caso, simplemente me centre en acarriciar y hablar con el lobo.
- ¡Wooooo! ¡Kuroten eres enormeeee!!! -trate de acariciarle al costado y luego me fui delante de el dando pequeños saltos intentando verle los ojos- ¡Eres enormeeee!! ¡Que guapo eres Kuroteeeen!
Mi emoción era notable, el mismo rugido sonó nuevamente, mi rostro se giro en dicha dirección achinando la mirada, era el mismo rugido de antes. Mi rostro había vuelto a estar mas o menos serio y tras unos segundo gire el rostro hacia Max viendo como subía encima de Kuroten. Lo mire de arriba a bajo unos segundo y tras escucharle y suspirar asentí, subiendo encima de Kuroten de un salto agarrándome a Max por si las moscas- ¡Vamos a divertirnos Nii-san! -exclame dándole un pequeño apretón emocionada.
Max D Dexer
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Kuroten recibía mucha atención de parte de Neliel en el momento de su transformación, una reacción así no me la esperaba y parecía que el lobo lo disfrutaba. “Que suerte la suya”, fue lo que pensé, era bueno para él ese gusto que tenía en llamar la atención pues es lo que siempre lograba hacer. Casi salta de la felicidad por los halagos que recibía por parte de la mujer. Una vez que subió conmigo en la espalda del animal aquel aullido se volvió a escuchar, empezaba a ser más constante. –Llévanos donde proviene aquel ruido extraño compañero- Kuroten tenía buen oído, podría ser bastante útil para movilizarnos en aquella selva con rapidez –Pero no nos acerques tanto, intenta no llamar tanto la atención cuando lleguemos a lo que sea que produce esos rugidos- podría ser peligroso.
-Bueno, agárrate fuerte- le dije a Neliel con una sonrisa, a lo que el lobo empezó a correr por el bosque esquivando los arboles a una gran velocidad, era bastante divertido. Sin embargo no sabía cómo podía estar pasándola la peli-verde, pero apostaba a que le gustaba aquella emoción de velocidad, además de que nos estábamos acercando a algo que podría no ser del todo amigable. -¡¿Te estás divirtiendo?!- le pregunte mientras reía, me la estaba pasando bien después de todo. La velocidad de Kuroten era bastante eficiente, aquellos ruidos parecían acercarse más y más. Así que me preparaba para lo que fuese que sucediera, y le dije a Neliel que hiciera lo mismo.
Ordene a Kuroten que se detuviera, me baje de él y esperaba a que la mujer hiciese lo mismo para que el lobo vuelva a su tamaño normal. Caminaba lentamente mientras intentaba escuchar lo máximo posible, así podría saber en qué dirección debíamos ir con cuidado. Estaba por rendirme hasta que se volvió a escuchar aquel rugido, estaba muy cerca, resonaba hasta en mis huesos. Solo basto con avanzar unos cuantos metros para verlo, un oso un poco más grande que Kuroten cuando se transforma. Tenía muchas cicatrices y parecía estar sangrando, hasta escupía sangre desde su boca. Sin duda era monstruoso. –Bueno, ahora ya has visto dos mostraos enormes en un día- le dije Neliel.
Cuando me fije mejor pude ver un campamento cerca de allí, si no fuera por el sentido común pensaría que el oso es la mascota de aquellos hombres que se acercaban. Eran unos 5, llevaban trajes con corbatas blancas, sin duda no eran de esa isla. Al llegar al frente del oso, que estaba encadenado a suelo y a una enorme piedra, empezaron a hablarle como si el animal pudiese entenderles. –El momento está cerca…seguro que estas impaciente por empezar- fue lo que dijo el único que tenía una corbata roja de entre los cinco. Solo sabia una cosa, aquel animal estaba sufriendo y esos hombres no daban buena espina. –No creo que sean tan fuertes- le dije a Neliel. –¿Que quieres hacer?-
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Mientras que Max hablaba con el lobuno yo me dedicaba a acariciar el lomo del animal subida detrás del chico, era bastante suave y a mi me resultaba hermoso ese animal. Sonreí de medio lado cuando me indico que me agarrara y lo rodee por la espalda uniendo mis manos delante de el cogiéndome a Max sin preocupación. Y finalmente paso, Kuroten empezó a correr, la sensación de velocidad me invadió y me estire asomando mi cabeza por encima del hombro del chico para ver por donde íbamos.
La risa de Max-san se me había contagiado y solo se interrumpieron mis carcajadas para responder a su pregunta- ¡Si! ¡Mucho! ¡Nii-san me encanta tu lobo! -a pesar de reír y estar divirtiéndome también iba observando el entorno atenta a los ruidos de el animal al cual nos acercábamos, mi curiosidad cada vez era mayor hasta que escuche como le indicaba a Kuroten que parara y tras eso el chico bajo del animal. Mire unos segundos a mi alrededor y tras eso le di unas caricias al lobo para luego bajar de el animal.
Mire a Max y le seguí en silencio. Torcí el labio cuando escuche el comentario del pelo bicolor y me quedé varios minutos observando el animal y lo que decían los hombres. Me encogí de hombros y tras eso mire a Max algo dudosa sin saber bien qué hacer- Pues... venía con idea de luchar contra un mal bicho, aún que me temo que el mal bicho no es el animal al que seguíamos... -dije en un tono bajo para luego suspirar, mire a Max y luego a Kuroten- ¿Vamos a por los hombres de traje Nii-san? -cuestione con una sonrisa de niña buena.
La risa de Max-san se me había contagiado y solo se interrumpieron mis carcajadas para responder a su pregunta- ¡Si! ¡Mucho! ¡Nii-san me encanta tu lobo! -a pesar de reír y estar divirtiéndome también iba observando el entorno atenta a los ruidos de el animal al cual nos acercábamos, mi curiosidad cada vez era mayor hasta que escuche como le indicaba a Kuroten que parara y tras eso el chico bajo del animal. Mire unos segundos a mi alrededor y tras eso le di unas caricias al lobo para luego bajar de el animal.
Mire a Max y le seguí en silencio. Torcí el labio cuando escuche el comentario del pelo bicolor y me quedé varios minutos observando el animal y lo que decían los hombres. Me encogí de hombros y tras eso mire a Max algo dudosa sin saber bien qué hacer- Pues... venía con idea de luchar contra un mal bicho, aún que me temo que el mal bicho no es el animal al que seguíamos... -dije en un tono bajo para luego suspirar, mire a Max y luego a Kuroten- ¿Vamos a por los hombres de traje Nii-san? -cuestione con una sonrisa de niña buena.
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Aquella situación se estaba poniendo tensa, y esos hombres de traje no me agradaban nada, sea cual sea la situación no pasaba nada bueno. Sin embargo no podíamos simplemente salir corriendo y luchar contra ellos, no sabíamos que tan fuertes eran ni cuantos podrían ser. Había que jugar con la cabeza, así que pensé que deberíamos investigar más detenidamente, saber que hacen aquí, porque, cual es el objetivo de esos trajeados. Necesitábamos respuestas a esas preguntas para saber como actuar y tomar una mejor decisión.
-Su campamento esta, al igual que nosotros, en el bosque. Podríamos escabullirnos y así poder ver de qué se trata esta movida- le dije a Neliel, no sería algo tan difícil como parecía ser. Sin pensarlo más empecé a acercarme al campamento mientras me escondía entre los arbustos y abundantes arboles. Llegamos hasta una carpa bastante grande y tuvimos suerte pues dentro de ella no había nadie, así que entre con cuidado para no hacer mucho ruido. En el centro del lugar había una mesa y varias cajas dispersadas en los costados, arriba de la mesa podían verse varios papeles y mapas. Era algo tonto estando en territorio hostil, pero me detuve a leer aquellas hojas que contenían información bastante detallada de un “algo”, pero no decía que era esa cosa. Los mapas mostraban la isla, más precisamente el bosque en donde estábamos y el otro mapa era de una isla que desconocía.
¿Qué era aquello que describía los papeles? Intentaba procesar la pregunta y responderla, pero de repente escuche como alguien se acercaba, así que me escondí de tal forma que pudiese estar a espaldas de quien sea que entre y poder atraparlo. Entro un hombre de unos 1,60 metros más o menos, al igual que los demás tenía un traje y corbata blanca. Le di un golpe en su cuello con el mango de mi katana y lo lleve arrastras hasta afuera. Después de unos minutos de haberlo atado a un árbol se despertó, mantenía la punta de mi katana pegada en su cuello. –Si gritas mueres ¿entendido?- como respuesta el hombre asintió –Necesito respuestas y tú me las vas a dar. ¿Qué hacen aquí y quiénes son?-
Después de unos minutos de amenazas por fin el trajeado empezó a hablar –No saben en que se están metiendo, nosotros somos una organización criminal importante y temida. ¡La razón por la que estamos aquí no es más que por la “Kurai Kiseki”!- me sorprendí bastante al escuchar ese nombre -¿Kurai Kiseki? ¿El libro que habla sobre un arma poderosa capaz de matar a cualquier enemigo del que la posea?- lo que estaban haciendo esas personas en ese lugar era cada vez más interesante y preocupante –¡Exacto, cuando nos apoderemos de esa arma que explica el libro, seremos invencibles¡ ¡Y ese maldito oso tiene la clave para encontrarla¡- parecía hablar muy en serio, no entendía en que podría ayudar un oso monstruoso que estaba agonizando.
-Que crees que deberíamos hacer, no creo que sean tan fuertes, sin embargo desconocemos su número- dije mirando detenidamente a Neliel, el sol no estaría arriba toda la eternidad, la noche se acercaba y luchar en esas condiciones era molesto hasta cierto punto.
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Mi mirada estaba ahora fija en los hombres trajeados. Mil ideas me pasaban por la cabeza, pero esta esperando aun la respuesta de Nii-san. Max planteo la idea de escabullirse en el bosque para averiguar de que se trata la movida del oso gigante y los hombres de traje. Torcí un rato el labio pensativa para al final asentir.- Esta bien, esconderme se me da bien. -dije, aun que Max empezó a caminar casi sin darme tiempo a responder. Rebufe y empecé a caminar detrás de el escondiéndome entre arbustos y arboles. Andaba mirando a los lados todo el tiempo prestando atención por si se acercaba alguien., por suerte no fue así. Tras un rato llegamos a una carpa, en la cual no pare de mirar los alrededores por si hubiera algo interesante. Max se puso a mirar lo que habia encima de la mesa y poco después me acerque yo también asomándome por un lado desde detrás de nii-san para ver lo que habia en la mesa.
Torcí el labio mirando el mapa, no era muy buena descifrando mapas, pero más o menos comprendía que uno de los mapas era de esa isla. No sabría decir muy bien que es lo que señalaba pero quizá Max sí. Lo mire curiosa- ¿Sabes de que hablan los papeles estos? -cuestione curiosa cuando de golpe se escucharon unos ruidos fuera de alguien que se acercaba. Mire sorprendida hacia la entrada y tan rápido o más como Max me oculte entre las cosas que habia en esa carpa. Desde mi escondite observe como Nii-san lo dejaba noqueado. Torcí el labio y empecé a caminar detrás del mientras Max arrastraba al trajeado, me quede mirando unos pasos atrás cuando lo ataba y cuando al fin se despertó me acuclille apoyando las manos en el suelo entre los muslos. Torcí la cabeza mirando como el hombre hablaba con el trajeado, o más bien como lo amenazaba para que nos diera información.
- ¿Kurai Kiseki? -cuestione curiosa mirando primero al trajeado y luego a Max dado que el repitió el nombre como sin sorpresa alguna. Tras eso mire de nuevo al trajeado cuando prosiguió hablando respecto a lo que ni-san habia leído en la carpa. Suspire y volví a mirar a Nii-san cuando me pregunto. Me puse en pie y mire hacia el trajeado.
Cogí del brazo a nii-san y lo estire un poco para alejarnos del trajeado y así susurrarle- Creo que primero tendríamos que hacer algo con este parlanchín, dejarlo atado podría hacer que se dieran cuenta de que estamos aquí y al irnos seguro que canta de igual manera que lo ha hecho con nosotros.tras eso mire al hombre, torcí el labio y volví a ver a Max- Y… aunque desconozcamos su número el campamento nos puede dar una idea de cuantos son, aun así, con lo fácil que ha sido coger a ese no tienen pinta de ser muy fuertes, aunque sean muchos creo que podríamos con ellos… además, siempre podemos mirar de acercarnos al oso… como último recurso siempre podemos soltarlo, seguro que les tiene mucha rabia. - comente, como siempre, con una sonrisa de niña buena que nunca ha roto un plato.
Torcí el labio mirando el mapa, no era muy buena descifrando mapas, pero más o menos comprendía que uno de los mapas era de esa isla. No sabría decir muy bien que es lo que señalaba pero quizá Max sí. Lo mire curiosa- ¿Sabes de que hablan los papeles estos? -cuestione curiosa cuando de golpe se escucharon unos ruidos fuera de alguien que se acercaba. Mire sorprendida hacia la entrada y tan rápido o más como Max me oculte entre las cosas que habia en esa carpa. Desde mi escondite observe como Nii-san lo dejaba noqueado. Torcí el labio y empecé a caminar detrás del mientras Max arrastraba al trajeado, me quede mirando unos pasos atrás cuando lo ataba y cuando al fin se despertó me acuclille apoyando las manos en el suelo entre los muslos. Torcí la cabeza mirando como el hombre hablaba con el trajeado, o más bien como lo amenazaba para que nos diera información.
- ¿Kurai Kiseki? -cuestione curiosa mirando primero al trajeado y luego a Max dado que el repitió el nombre como sin sorpresa alguna. Tras eso mire de nuevo al trajeado cuando prosiguió hablando respecto a lo que ni-san habia leído en la carpa. Suspire y volví a mirar a Nii-san cuando me pregunto. Me puse en pie y mire hacia el trajeado.
Cogí del brazo a nii-san y lo estire un poco para alejarnos del trajeado y así susurrarle- Creo que primero tendríamos que hacer algo con este parlanchín, dejarlo atado podría hacer que se dieran cuenta de que estamos aquí y al irnos seguro que canta de igual manera que lo ha hecho con nosotros.tras eso mire al hombre, torcí el labio y volví a ver a Max- Y… aunque desconozcamos su número el campamento nos puede dar una idea de cuantos son, aun así, con lo fácil que ha sido coger a ese no tienen pinta de ser muy fuertes, aunque sean muchos creo que podríamos con ellos… además, siempre podemos mirar de acercarnos al oso… como último recurso siempre podemos soltarlo, seguro que les tiene mucha rabia. - comente, como siempre, con una sonrisa de niña buena que nunca ha roto un plato.
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