Aki D. Arlia
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Akuma no mi
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Escenario: Una carverna espaciosa y deshabitada con columnas, estalactitas y estalagmitas. Hay algunas pozas de agua aquí y allá, nada muy grande.
Condiciones:
- Fichas justo como están ahora mismo. 13:01 domingo 6 de noviembre
- Duelo a bélico
- Sin saltos de turno
- Todo on rol, muertes, amputaciones, heridas, etc
- Peste Blanca puede rendirse en cualquier momento y no habrá daños fíicos para él.
- Comienza Peste.
Peste blanca
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Akuma no mi
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-¡Eooh!- eooh..eooh... se oía mi voz revotar entre las paredes formando un eco típico de esos lugares. Parecía que el sitio estaba realmente vacío y era espacioso, un buen paraje para esconderme una temporada. ¿Quién iba a pensar que aquella maldita niña se iba a poner a gritar por robarle su piruleta? Por suerte me dio tiempo a escapar, antes de que la enorme bandada de marines que venía detrás de mí intentara pillarme.
Corrí y corrí todo lo deprisa que pude, hasta encontrar un agujero en una montaña, por donde conseguí adentrarme a esta fabulosa caverna de estalactitas. El lugar parecía abandonado, por no decir que por allí hacía años que no pisaba nadie, pero era el lugar perfecto para esconderme hasta que todo se calmara.
Me puse a investigar la caverna, mientras chupaba la dulce piruleta que tantos problemas me había dado conseguirla, y encontré unas cuantas pozas de agua. Me puse a beber de ellas, y comprobé que estaba realmente fresca y buena, después de devorar el dulce, me encontré unos agujeros muy extraños en una roca medianamente grande. Me puse a inspeccionarlos y descubrí que estos estaban llenos de humedad y moho por dentro. Metí el dedo en el interior de uno y la sensación que me transmitió fue agradable.
Así pues, sin pensármelo dos veces, me baje mis pantalones y después de azotarme un par de veces mi miembro de gyojin para que despertara, lo metí dentro de uno de esos agujeros húmedos y suaves. La sensación fue mejor de lo que me esperaba, y disfrute de aquel momento con la esperanza de que no pasara nadie por allí. Al cabo de unos minutos el agujero dejo de ser lo que era y fui rotando de agujero en agujero, mientras veía mi "pene con dientes” que parecía muy cabreado, con una peluca verdosa y con cara de pocos amigos, por no meterlo en su lugar indicado.
-Maldita sea, ¿de qué te quejas? Te estas f*** a la madre tierra. Disfruta un poco, cascarrabias.-dije hablando a mi miembro mientras seguía golpeándolo contra aquella piedra.
Corrí y corrí todo lo deprisa que pude, hasta encontrar un agujero en una montaña, por donde conseguí adentrarme a esta fabulosa caverna de estalactitas. El lugar parecía abandonado, por no decir que por allí hacía años que no pisaba nadie, pero era el lugar perfecto para esconderme hasta que todo se calmara.
Me puse a investigar la caverna, mientras chupaba la dulce piruleta que tantos problemas me había dado conseguirla, y encontré unas cuantas pozas de agua. Me puse a beber de ellas, y comprobé que estaba realmente fresca y buena, después de devorar el dulce, me encontré unos agujeros muy extraños en una roca medianamente grande. Me puse a inspeccionarlos y descubrí que estos estaban llenos de humedad y moho por dentro. Metí el dedo en el interior de uno y la sensación que me transmitió fue agradable.
Así pues, sin pensármelo dos veces, me baje mis pantalones y después de azotarme un par de veces mi miembro de gyojin para que despertara, lo metí dentro de uno de esos agujeros húmedos y suaves. La sensación fue mejor de lo que me esperaba, y disfrute de aquel momento con la esperanza de que no pasara nadie por allí. Al cabo de unos minutos el agujero dejo de ser lo que era y fui rotando de agujero en agujero, mientras veía mi "pene con dientes” que parecía muy cabreado, con una peluca verdosa y con cara de pocos amigos, por no meterlo en su lugar indicado.
-Maldita sea, ¿de qué te quejas? Te estas f*** a la madre tierra. Disfruta un poco, cascarrabias.-dije hablando a mi miembro mientras seguía golpeándolo contra aquella piedra.
- NOTA:
- No existen registros médicos, pero el "pene" de Peste tiene dientes afilados como él, además de estar rodeado de una cantidad insana de granos de color morado. Los pocos que han conseguido verlo deducen que fue una infección venérea que se fue agradando, hasta devorar a más enfermedades y adquirir esa forma tan peculiar.
Ten cuidado, que muerde.
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Akuma no mi
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Era el momento de la caza. El cazador llevaba unos días siguiéndole la pista a un tipo bastante extraño. Parecía ser una especie de gyojin mezclado con polvos de talco, o al menos eso pensaba aquel luchador. Finalmente su viaje le había llevado a aquel sitio. Desde la derrota a manos de su padre, estaba bastante molesto. De hecho, había desarrollado una especie de transformación para la ocasión. Quería estrenarla de alguna forma, y algo le decía que iba a poder hacerlo en aquel sitio. No tardó mucho en relamerse despacio, mostrando una sonrisa siniestra. Si su presa se resistía, iba a tener que romperle brazos y piernas. Sus métodos últimamente eran muy crueles, pero si no aprendía a librarse de su bondad, nunca podría alcanzar a su padre en fuerza. El puto Drake continuaba estando muy por encima, pero debía asegurarse de que eso terminase pronto. Daría todo su esfuerzo.
El moreno no tardó en ver un pequeño agujero, el cual parecía conducir al interior de unas cavernas. Se quedó unos momentos mirando la entrada, y entonces decidió entrar. Si él fuese un criminal, se escondería en un sitio como aquel. Soltó un pequeño suspiro, y empezó a mirar a su alrededor mientras avanzaba. Vestía con su habitual kimono del zan nin na, un traje naranja, y azulado en algunas zonas. En los pies portaba unas botas bastante cómodas, y por si fuera poco, en el pecho un perfecto logotipo con el símbolo de su estilo. Estaba perfeccionando aquella arte marcial, y no iba a tardar en hacerla totalmente perfecta. En su mano derecha portaba su guante eléctrico, mientras que en la izquierda poseía el de escarcha. A su espalda podía verse una vara roja de dos metros, y en su cintura unos nunchakus de acero. Era todo su arsenal de combate, aunque con sus técnicas le bastaba.
Después de unos momentos caminando, llegó a una zona en la que había varios agujeros, y entonces fue cuando vio aquella escena tan desagradable. No tardó mucho en arquear una ceja, activando su haki de observación para determinar el poder de su oponente. Se quedó impresionado al ver que no era moco de pavo. Una sonrisa tétrica se formó entonces en su rostro, pues iba a poder divertirse muchísimo. Se relamió despacio, y después de unos momentos comenzó a aplaudir de forma lenta, pero fuerte. Pretendía llamar la atención de aquel tipo con el sonido de los aplausos. Ya sabía que una escapatoria sería una tontería por parte del ser, a no ser que superara su prodigiosa velocidad. Zero era un tipo bastante rápido para su condición física, y eso era debido a sus habilidades de la fruta del diablo. El chico guepardo sonrió de lado, y entonces comenzó a hablar en un tono alto, pero calmado. Quería que su rival le escuchase a la perfección.
- Es todo un honor poder luchar contigo, pirata. Creo que ya sabes que he venido a por ti. Mi nombre es Zero Lars, luchador y cazador.
Una vez dijo aquello, fijó sus oscuros ojos en el cuerpo de su adversario, buscando posible armas. Si odiaba algo, eran las armas de fuego o que pudiesen joder con venenos o cosas así. Él mismo no se encontraba cómodo usando las suyas de luchador, pero por el momento pensaba hacerlo. No sabía si aquel tipo iría a muerte, o tan solo le tomaría como un idiota más. El guepardo por su parte, no iba a andarse con tonterías, y pretendía terminar aquel combate lo antes posible. No tardó mucho en iluminar sus ojos en un tono dorado, señal de que no iba a tardar en convertirse en algo grande. En ese momento pensó en contenerse un poco, tenía que calmarse y no causar una jodida sangría. El cuerpo debía estar reconocible, y por ello empezó a reír suavemente.
- Voy a ser sincero contigo. Si te rindes ahora mismo y no me causas problemas, prometo no dañarte. Sin embargo, si me complicas el trabajo y tratas de joderme, te romperé las extremidades. Si utilizas algo que no me guste como veneno, armas de fuego, o trucos sucios… Te mataré.
Aquellas dos últimas palabras, iban en un tono sincero y escalofriante. Pensaba cumplir su palabra si ese tipo le ponía las cosas difíciles. Entonces esperó su contestación, colocando la mano izquierda en su vara roja. Al parecer, la caverna era espaciosa, y eso le daba la oportunidad de usar sus formas con libertad. Era el momento de pasarlo un poco bien, y de paso cobrar algo de dinero, pues estaba literalmente pobre.
¡Tienes tres segundos para decidirte, criminal!
El moreno no tardó en ver un pequeño agujero, el cual parecía conducir al interior de unas cavernas. Se quedó unos momentos mirando la entrada, y entonces decidió entrar. Si él fuese un criminal, se escondería en un sitio como aquel. Soltó un pequeño suspiro, y empezó a mirar a su alrededor mientras avanzaba. Vestía con su habitual kimono del zan nin na, un traje naranja, y azulado en algunas zonas. En los pies portaba unas botas bastante cómodas, y por si fuera poco, en el pecho un perfecto logotipo con el símbolo de su estilo. Estaba perfeccionando aquella arte marcial, y no iba a tardar en hacerla totalmente perfecta. En su mano derecha portaba su guante eléctrico, mientras que en la izquierda poseía el de escarcha. A su espalda podía verse una vara roja de dos metros, y en su cintura unos nunchakus de acero. Era todo su arsenal de combate, aunque con sus técnicas le bastaba.
Después de unos momentos caminando, llegó a una zona en la que había varios agujeros, y entonces fue cuando vio aquella escena tan desagradable. No tardó mucho en arquear una ceja, activando su haki de observación para determinar el poder de su oponente. Se quedó impresionado al ver que no era moco de pavo. Una sonrisa tétrica se formó entonces en su rostro, pues iba a poder divertirse muchísimo. Se relamió despacio, y después de unos momentos comenzó a aplaudir de forma lenta, pero fuerte. Pretendía llamar la atención de aquel tipo con el sonido de los aplausos. Ya sabía que una escapatoria sería una tontería por parte del ser, a no ser que superara su prodigiosa velocidad. Zero era un tipo bastante rápido para su condición física, y eso era debido a sus habilidades de la fruta del diablo. El chico guepardo sonrió de lado, y entonces comenzó a hablar en un tono alto, pero calmado. Quería que su rival le escuchase a la perfección.
- Es todo un honor poder luchar contigo, pirata. Creo que ya sabes que he venido a por ti. Mi nombre es Zero Lars, luchador y cazador.
Una vez dijo aquello, fijó sus oscuros ojos en el cuerpo de su adversario, buscando posible armas. Si odiaba algo, eran las armas de fuego o que pudiesen joder con venenos o cosas así. Él mismo no se encontraba cómodo usando las suyas de luchador, pero por el momento pensaba hacerlo. No sabía si aquel tipo iría a muerte, o tan solo le tomaría como un idiota más. El guepardo por su parte, no iba a andarse con tonterías, y pretendía terminar aquel combate lo antes posible. No tardó mucho en iluminar sus ojos en un tono dorado, señal de que no iba a tardar en convertirse en algo grande. En ese momento pensó en contenerse un poco, tenía que calmarse y no causar una jodida sangría. El cuerpo debía estar reconocible, y por ello empezó a reír suavemente.
- Voy a ser sincero contigo. Si te rindes ahora mismo y no me causas problemas, prometo no dañarte. Sin embargo, si me complicas el trabajo y tratas de joderme, te romperé las extremidades. Si utilizas algo que no me guste como veneno, armas de fuego, o trucos sucios… Te mataré.
Aquellas dos últimas palabras, iban en un tono sincero y escalofriante. Pensaba cumplir su palabra si ese tipo le ponía las cosas difíciles. Entonces esperó su contestación, colocando la mano izquierda en su vara roja. Al parecer, la caverna era espaciosa, y eso le daba la oportunidad de usar sus formas con libertad. Era el momento de pasarlo un poco bien, y de paso cobrar algo de dinero, pues estaba literalmente pobre.
¡Tienes tres segundos para decidirte, criminal!
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Golpeaba con fuerza la roca, cuando de repente empecé a oír unos golpes que no provenían de mí, ni de mis acciones. Paré en seco y escuche detenidamente pensando que ese ruido era producto de mi imaginación, pero en ese momento, una voz masculina empezó a hablar. Me giré de forma muy desagradable, con el bicho al aire, y con cara de mala hostia por haberme molestado.
Aquel tipo, que era más bien un muchachito terriblemente musculado, se presentó de forma muy poco agradable para mi gusto.-No, no me suena tu nombre. Lo siento.-dije con voz burlona. Aquel joven siguió hablando y sus palabras eran amenazantes y cada vez más desagradables para mis oídos. No pude evitar estirar el dedo central y hacerle un gesto obsceno mientras le gritaba:- ¿Ves este dedo? Pues te lo voy a meter por el culo.
Mientras decía eso mi brazo estaba girando de un lado a otro, formando un círculo en el aire mientras mi brazo se iba musculando a cada giro que daba, después contraje mi brazo y lancé un fuerte puñetazo al aire. De las lagunas y charcos que había cerca de mi salieron una serie de chorros de agua a propulsión en dirección al joven engreído que decidió enfrentarse a mí. No me agradaba nada que me molestaran y menos que me amenazaran con “matarme”¿Quién se pensaba que era?
Aquel tipo, que era más bien un muchachito terriblemente musculado, se presentó de forma muy poco agradable para mi gusto.-No, no me suena tu nombre. Lo siento.-dije con voz burlona. Aquel joven siguió hablando y sus palabras eran amenazantes y cada vez más desagradables para mis oídos. No pude evitar estirar el dedo central y hacerle un gesto obsceno mientras le gritaba:- ¿Ves este dedo? Pues te lo voy a meter por el culo.
Mientras decía eso mi brazo estaba girando de un lado a otro, formando un círculo en el aire mientras mi brazo se iba musculando a cada giro que daba, después contraje mi brazo y lancé un fuerte puñetazo al aire. De las lagunas y charcos que había cerca de mi salieron una serie de chorros de agua a propulsión en dirección al joven engreído que decidió enfrentarse a mí. No me agradaba nada que me molestaran y menos que me amenazaran con “matarme”¿Quién se pensaba que era?
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Las palabras de aquel pirata hicieron a Zero mostrar una sonrisa ladeada. Le había tocado un capullo al parecer, y eso significaba que no iba a contenerse para nada. Iba a terminar el combate lo más rápido posible, y para ello iba a tener que utilizar sus poderes básicos desde un principio. Una carcajada salió de su boca, y enseguida empezó a aplaudir a un ritmo lento, pero intenso. El sonido de las palmadas en el interior de la cueva resonaban algo más fuerte de lo habitual, y eso podía ser algo incómodo para su rival, o tal vez no. Lo que si era seguro, es que el cazador estaba ansioso, y nada le iba a detener en su objetivo de llevarse a su presa. El dinero le serviría para continuar mejorando algún arma de combate cuerpo a cuerpo como su vara, o simplemente para viajar más cómodamente en busca de sucios criminales. El que tenía delante era un ejemplo.
- Tú lo has querido, escoria. Voy a darte una paliza que nunca olvidarás. Prepárate para sentir en tu cuerpo, el estilo más mortífero del mundo.
Zero alzó ambos puños, mirando a su oponente de forma seria. No tardó mucho en imbuir sus manos en haki armadura, dispuesto a hacer más daño en sus golpes. Observó a su rival girar el brazo de un lado a otro, formando una especie de bola sobre ellos. Ya empezaban las técnicas de energía, y el chico no iba a ser menos. Un brillo azulado comenzó a rodearle de forma leve. Sus brazos aumentaron su grosor, sus pectorales crecieron, y su zona abdominal se fortaleció. Ahora su musculatura era mayor, y su fuerza había quedado duplicada. Una sonrisa tétrica invadió entonces su rostro. Quedó algo impresionado cuando de las lagunas cercanas comenzaron a salir chorros hacia él. Una visión de lo que le esperaba le vino a la mente debido a su haki de observación, pero el tiempo de reacción era demasiado corto. El chico rodó por el suelo lo más rápido que pudo, colocando los brazos en equis.
Una vez se levantó del suelo, pudo notar algo de dolor en sus brazos, y algunos cortes en la zona de los hombros, y las piernas. No sabía sido nada grave, pero el escozor estaba ahí. Gracias a su musculatura pudo evitar daños mayores. Lo que sí consiguió aquel bucanero, fue aumentar su nivel de enfado. Sin embargo, el guepardo podía calmarse mediante sus propias palabras. Una carcajada salió entonces de su boca, y no tardó mucho en empezar a caminar hacia su objetivo. Sus ojos tomaron un brillo dorado, tratando de intimidarlo. Sin pensárselo, apretó el puño derecho, y después gritó con fuerza. Más bien parecía un gruñido, pero llegaba a ser parecido al de una bestia.
- ¡Tiempo!
Una vez dijo aquello, Zero se lanzó hacia su rival con una sonrisa ladeada en el rostro. Una vez estuviese en frente, trataría de lanzarle un potente puñetazo a la cara con su puño derecho. A continuación lanzaría otro a la cara también, usando esta vez el izquierdo. Le diese o no, finalizaría su combo saltando, y tratando de impactarle una potente patada en el pecho. Una vez terminase su ataque, se echaría un poco hacia atrás, con su haki de observación alerta, y una mirada engreída en todo momento.
- ¡Mi poder se ha duplicado y ya no habrá alternativo! ¡Disfrutaré aplastando tu vida! Nada puede salvarte ahora del poder de mis puños.
- Tú lo has querido, escoria. Voy a darte una paliza que nunca olvidarás. Prepárate para sentir en tu cuerpo, el estilo más mortífero del mundo.
Zero alzó ambos puños, mirando a su oponente de forma seria. No tardó mucho en imbuir sus manos en haki armadura, dispuesto a hacer más daño en sus golpes. Observó a su rival girar el brazo de un lado a otro, formando una especie de bola sobre ellos. Ya empezaban las técnicas de energía, y el chico no iba a ser menos. Un brillo azulado comenzó a rodearle de forma leve. Sus brazos aumentaron su grosor, sus pectorales crecieron, y su zona abdominal se fortaleció. Ahora su musculatura era mayor, y su fuerza había quedado duplicada. Una sonrisa tétrica invadió entonces su rostro. Quedó algo impresionado cuando de las lagunas cercanas comenzaron a salir chorros hacia él. Una visión de lo que le esperaba le vino a la mente debido a su haki de observación, pero el tiempo de reacción era demasiado corto. El chico rodó por el suelo lo más rápido que pudo, colocando los brazos en equis.
Una vez se levantó del suelo, pudo notar algo de dolor en sus brazos, y algunos cortes en la zona de los hombros, y las piernas. No sabía sido nada grave, pero el escozor estaba ahí. Gracias a su musculatura pudo evitar daños mayores. Lo que sí consiguió aquel bucanero, fue aumentar su nivel de enfado. Sin embargo, el guepardo podía calmarse mediante sus propias palabras. Una carcajada salió entonces de su boca, y no tardó mucho en empezar a caminar hacia su objetivo. Sus ojos tomaron un brillo dorado, tratando de intimidarlo. Sin pensárselo, apretó el puño derecho, y después gritó con fuerza. Más bien parecía un gruñido, pero llegaba a ser parecido al de una bestia.
- ¡Tiempo!
Una vez dijo aquello, Zero se lanzó hacia su rival con una sonrisa ladeada en el rostro. Una vez estuviese en frente, trataría de lanzarle un potente puñetazo a la cara con su puño derecho. A continuación lanzaría otro a la cara también, usando esta vez el izquierdo. Le diese o no, finalizaría su combo saltando, y tratando de impactarle una potente patada en el pecho. Una vez terminase su ataque, se echaría un poco hacia atrás, con su haki de observación alerta, y una mirada engreída en todo momento.
- ¡Mi poder se ha duplicado y ya no habrá alternativo! ¡Disfrutaré aplastando tu vida! Nada puede salvarte ahora del poder de mis puños.
- Datos:
- Características actuales de Zero en forma Monster: Fuerza X8 // Resistencia X3 sobre la base de un luchador del buey al 32.
Monster :Zero se ve rodeado de un leve viento azulado como habilidad pasiva. Sus bíceps aumentan su tamaño, las venas se le marcan, la zona abdominal se fortalece y los pectorales aumentan su grosor. Su fuerza se duplica en este estado. Puede estar así dos post, necesita otros dos de descanso antes de activarla de nuevo.
Haki usado en puños: Haki armadura Nivel 1
Puño derecho armado con guantelete eléctrico
Puño izquierdo armado con guantelete de escarcha
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Aquel maldito muchacho despeinado y ciclado consiguió esquivar por los pelos mi ataque.-Será cabrón.- dije con resignación en la voz. Cuando este se levanto no sabría decir que hizo, pero se volvió más cachas aún de lo que ya era.-Vaya un flipado. Ojala se te exploté un musculo con tanto dope.- dije mientras emulaba que fumaba, pues no podía hacer el gesto de inyectarme algo ya que me faltaba un brazo.
Aquel joven se lanzó al ataque con rapidez, y por los pelos me dio tiempo a reaccionar, formando un escudo de hielo con el agua que había por el suelo. Me cubrí detrás del escudo y aguante el combo de golpes del muchacho. El primer golpe me hizo retroceder, el segundo me hizo perder el equilibrio y el tercero, el cual era una patada, quebró por completo el escudo y me impactó en el costado lanzándome varios metros por la caverna.
Mi cuerpo daba vueltas y giros hasta que consiguió parar estrellándose contra una piedra. Escupí un poco de sangre por mi boca, y un desagradable dolor empezaba a arderme donde me había golpeado aquel maldito. Lo miré con algo de miedo, y me encontré con un enorme cardenal que estaba empezando a aparecer, el cual seguramente era el indicio de un par de costillas rotas.
Me levante de forma muy dolorosa y me preparé para la batalla.- ¿Eso es todo lo que puedes hacer?- dije alto para que se oyera por toda la caverna.
Por suerte, caí cerca de una charca de agua y podía preparar otro ataque. Hice unos gestos extraños en el aire y empecé a transformar el agua en un tiburón que iría directo a atacar al enemigo, mientras otro pequeñito iba por el cielo cortando las estalactitas del techo para que cayeran encima del muchacho. Pero todo aquello era una estratagema para despistar a mi enemigo, pues mi intención era llenar todo de agua, y mojarle, para que cuando estuviera lo suficientemente cerca liberar todo mi ámbito eléctrico para que este se electrocutara, aun arriesgando mi propia salud para conseguirlo.
Aquel joven se lanzó al ataque con rapidez, y por los pelos me dio tiempo a reaccionar, formando un escudo de hielo con el agua que había por el suelo. Me cubrí detrás del escudo y aguante el combo de golpes del muchacho. El primer golpe me hizo retroceder, el segundo me hizo perder el equilibrio y el tercero, el cual era una patada, quebró por completo el escudo y me impactó en el costado lanzándome varios metros por la caverna.
Mi cuerpo daba vueltas y giros hasta que consiguió parar estrellándose contra una piedra. Escupí un poco de sangre por mi boca, y un desagradable dolor empezaba a arderme donde me había golpeado aquel maldito. Lo miré con algo de miedo, y me encontré con un enorme cardenal que estaba empezando a aparecer, el cual seguramente era el indicio de un par de costillas rotas.
Me levante de forma muy dolorosa y me preparé para la batalla.- ¿Eso es todo lo que puedes hacer?- dije alto para que se oyera por toda la caverna.
Por suerte, caí cerca de una charca de agua y podía preparar otro ataque. Hice unos gestos extraños en el aire y empecé a transformar el agua en un tiburón que iría directo a atacar al enemigo, mientras otro pequeñito iba por el cielo cortando las estalactitas del techo para que cayeran encima del muchacho. Pero todo aquello era una estratagema para despistar a mi enemigo, pues mi intención era llenar todo de agua, y mojarle, para que cuando estuviera lo suficientemente cerca liberar todo mi ámbito eléctrico para que este se electrocutara, aun arriesgando mi propia salud para conseguirlo.
- cosas usadas:
- -Manual de no usuario: +1 en ámbito hielo. Técnica es poder crear un escudo de hielo con el Gyocon. Con la ayuda de su gyocon Peste crea con el agua la forma de un escudo. A esta forma le añade el ámbito de hielo, que hace que el agua aumente su densidad, ralentizando levemente si algo la atravesara. Al añadir el segundo ámbito el escudo se endurece bastante más siendo resistente a ataques físicos.
El escudo cubrirá tres cuartas partes del cuerpo de Peste, de un grosor de 20 cm.- Spoiler:
-Manual Kuchiyose: Crea un tiburón con el Gyocon y produce cortes al adversario(tanto con aletas, como con los dientes del animal).
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El moreno golpeó aquel escucho con fuerza, logrando destrozarlo con su última patada y mostrando una sonrisa siniestra al hacerlo. El estado de su enemigo parecía estar siendo bastante pésimo y eso solo le iba a facilitarle las cosas. Por el momento su objetivo estaba usando técnicas que tenían que ver con el agua y por ello iba a tener que andarse con ojo. Su mirada permaneció seria en todo momento, como si estuviese a punto de realizar un ataque mayor. El luchador entonces empezó a reír de forma engreída. Las palabras de su adversario habían sido el detonante que provocó su siniestra risa. Al parecer estaba frente a un hueso duro de roer. Las palabras de aquel pirata le habían provocado bastante e iba a tener que usar todo su poder callarle la boca de una forma violenta.
En ese momento una especie de tiburón se formó delante de él, el cual estaba hecho de agua. El chico entonces mostró una sonrisa siniestra. Saltó hacia atrás colocando los brazos en equis, y después de eso notó el impacto tirarle de espaldas. El dolor le hizo soltar un quejido. En ese momento quedó mirando al techo, observando aquel pez que iba arrojando las piedras afiladas. El chico entonces se colocó en pie, imbuyendo sus guanteletes en haki armadura y golpeando los pedazos con fuerza. Uno de ellos cayó por su lado, cortándole en el hombro izquierdo, mientras que el otro provocó una herida en su rodilla. El dolor fue considerable y Zero no tardó en soltar un enorme rugido de dolor. Una vez pasó aquel ataque sintió un escozor considerable en la espalda y eso significaba que estaba sangrando. Sus mangas estaban empapadas y eso le molestó bastante.
- Tu suerte ha terminado…
Dijo en un tono siniestro. El chico entonces se quitó su kimono por la parte superior, arrojando también la camiseta a un lado. No quería romper su uniforme y con lo que estaba a punto de hacer, iba a hacerlo pedazos seguramente. Los ojos del luchador tomaron un color dorado y enseguida se colocó a cuatro patas ¿Por qué? Para no chocarse contra el techo. Su cuerpo entero comenzó a cambiar al de un hombre guepardo, pero teniendo una musculatura fuera de lo común. Medía cinco jodidos metros de pie, y por ello tenía que estar a cuatro patas dentro de aquella cueva. Al menos cubriría la entrada para que su enemigo no pudiese escapar. Ahora era su turno y no tardó en soltar una pequeña carcajada. El monstruo conservaba sus cabellos dorados, los cuales cambiaron a un tono rubio y se pusieron de punta. El color de sus ojos se puso verdosos como el de una aceituna y eso significaba que había activado su técnica “Warrior Extreme”. Un aura dorada le rodeó también. Se había quitado los guanteletes para no romperlos. El terrible monstruo entonces rugió con bastante fuerza.
- ¡Siente el terror!
La bestia formó una especie de esfera purpura en su mano derecha, manteniéndose en aquella postura por la izquierda. Sin pensárselo se abalanzó contra su oponente, estirando el puño hacia delante, y tratando de estamparle aquella bola a su enemigo en el pecho. Le diese o no, empezaría una ráfagas de puñetazos usando solo el puño derecho para dejarlo en un estado pésimo pese a todo. Estaba usando su haki armadura en ese puño para que su combinación fuese mortífera.
En ese momento una especie de tiburón se formó delante de él, el cual estaba hecho de agua. El chico entonces mostró una sonrisa siniestra. Saltó hacia atrás colocando los brazos en equis, y después de eso notó el impacto tirarle de espaldas. El dolor le hizo soltar un quejido. En ese momento quedó mirando al techo, observando aquel pez que iba arrojando las piedras afiladas. El chico entonces se colocó en pie, imbuyendo sus guanteletes en haki armadura y golpeando los pedazos con fuerza. Uno de ellos cayó por su lado, cortándole en el hombro izquierdo, mientras que el otro provocó una herida en su rodilla. El dolor fue considerable y Zero no tardó en soltar un enorme rugido de dolor. Una vez pasó aquel ataque sintió un escozor considerable en la espalda y eso significaba que estaba sangrando. Sus mangas estaban empapadas y eso le molestó bastante.
- Tu suerte ha terminado…
Dijo en un tono siniestro. El chico entonces se quitó su kimono por la parte superior, arrojando también la camiseta a un lado. No quería romper su uniforme y con lo que estaba a punto de hacer, iba a hacerlo pedazos seguramente. Los ojos del luchador tomaron un color dorado y enseguida se colocó a cuatro patas ¿Por qué? Para no chocarse contra el techo. Su cuerpo entero comenzó a cambiar al de un hombre guepardo, pero teniendo una musculatura fuera de lo común. Medía cinco jodidos metros de pie, y por ello tenía que estar a cuatro patas dentro de aquella cueva. Al menos cubriría la entrada para que su enemigo no pudiese escapar. Ahora era su turno y no tardó en soltar una pequeña carcajada. El monstruo conservaba sus cabellos dorados, los cuales cambiaron a un tono rubio y se pusieron de punta. El color de sus ojos se puso verdosos como el de una aceituna y eso significaba que había activado su técnica “Warrior Extreme”. Un aura dorada le rodeó también. Se había quitado los guanteletes para no romperlos. El terrible monstruo entonces rugió con bastante fuerza.
- ¡Siente el terror!
La bestia formó una especie de esfera purpura en su mano derecha, manteniéndose en aquella postura por la izquierda. Sin pensárselo se abalanzó contra su oponente, estirando el puño hacia delante, y tratando de estamparle aquella bola a su enemigo en el pecho. Le diese o no, empezaría una ráfagas de puñetazos usando solo el puño derecho para dejarlo en un estado pésimo pese a todo. Estaba usando su haki armadura en ese puño para que su combinación fuese mortífera.
- Datos:
- Diable Strong: Zero tiene el aspecto de su forma híbrida, pero pasando a medir cinco metros de altura, y volviéndose bastante musculoso. En esta forma gana un 200% de fuerza respecto a la híbrida, y puede mantenerla cinco post. Puede combinar esta forma con sus técnicas y demás canalizaciones.
Monster :Zero se ve rodeado de un leve viento azulado como habilidad pasiva. Sus bíceps aumentan su tamaño, las venas se le marcan, la zona abdominal se fortalece y los pectorales aumentan su grosor. Su fuerza se duplica en este estado. Puede estar así dos post, necesita otros dos de descanso antes de activarla de nuevo. [Téc Manual Canalización]
Murakaze : Zero es capaz de canalizar una esfera purpura en su mano derecha o izquierda. Por dentro está hecha de viento cortante. Al golpear a un oponente con ella, un estallido a quemarropa surge de la esfera. Dicho estallido avanza en línea recta tratando de hacer un agujero en la zona impactada, y así atravesar a su oponente. La bola tiene doce centímetros de alto, y su diámetro abarca la palma de la mano. No puede lanzarse, solo impactarla contra algo. Puede imbuirla en haki armadura para causar más daño.
Warrior Extreme : Zero ha aprendido esta forma. De hecho ha llevado el estilo a una mejora suya propia. A través de la concentración de la energía, el joven luchador puede envolverse en un aura dorada. Sus cabellos se vuelven amarillos y se ponen de punta, sus ojos verdosos. La musculatura aumenta de forma notable y además gana un x4 de fuerza cuando la activa. Puede mantenerla solo dos post por pelea, para usarla en otro combate, debe descansar antes. Puede combinarla con sus formas, fruta, Pus y técnicas.
Haki Armadura Nvl1
Podriamos decir que su fuerza base sobre un luchador del buey nivel 32 es ahora de un X36 o cosa así.
Peste blanca
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Akuma no mi
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El ataque que había planeado parecía surtir efecto, las piedras puntiagudas caían, y herían al joven musculoso, pero este acabo rompiendo las piedras a puñetazos y la técnica de los tiburones acabo deshaciéndose en un millar de gotas que cayeron como una lluvia. Después de eso el joven empezó a quitarse la ropa, a lo que no pude evitar soltar una obscenidad:- Oye, para...para de desnudarte. No soy de esa clase de gente. Aunque si estas tan necesitado por ganar, yo te doy bien fuerte por el c...- me quede boquiabierto al ver como el cuerpo del joven crecía y este se recubría de pelaje.
Solo había visto una cosa así, y fue cuando Zack se comió una cantidad desorbitadas de unas pastillitas de color rojo. Esto no va a salir bien, no paraba de repetirme una y otra vez en mi cabeza. La imagen que se mostraba ante mí era la de un guepardo gigante, con los ojos verdes brillante, un pelo puntiagudo y rubio, y una musculatura sobrenatural. Como le diera a ese ser por tirarse un pedo acabaría derrumbando la cueva y enterrándonos a los dos.-Se te ve algo apretado.- dije burlándome.
Pero para mi asombro, aquella monstruosa y fea cosa, creo una esfera purpura en la palma de la mano. Aquello me dio muy mala espina, así pues creé un brazo-guadaña con el agua de mi hombrera-cantimplora, listo para cortar esa pelota. Aunque si lo mirabas de forma cómica parecía un gatito jugando con una bola de lana. Recubrí mi guadaña con mi aura de acero y avance a impactar con aquel ser, a pesar de mi dolor punzante en el costado, el cual me indicaba claramente que tenía una costilla rota.
Pero aquello fue mi error, pues después de aquel ataque me encontré con una lluvia de golpes recubiertos por una sustancia negra similar al acero. Los golpes eran devastadores y notaba como mis huesos se rompían bajo la piel y mi cuerpo sangraba por diferentes sitios. Estaba perdido, no podía escapar de eso, pero aun podía seguir dándole guerra.
Mi mente estaba nublada, y estaba a punto de perder la conciencia, pero iba a usar mis últimas fuerzas para descargar todo mi ámbito eléctrico y chamuscar ese maldito, que a saber que haría con mi pobre cuerpo. –Crabonazo.- masculle sobre un charco de sangre.
Solo había visto una cosa así, y fue cuando Zack se comió una cantidad desorbitadas de unas pastillitas de color rojo. Esto no va a salir bien, no paraba de repetirme una y otra vez en mi cabeza. La imagen que se mostraba ante mí era la de un guepardo gigante, con los ojos verdes brillante, un pelo puntiagudo y rubio, y una musculatura sobrenatural. Como le diera a ese ser por tirarse un pedo acabaría derrumbando la cueva y enterrándonos a los dos.-Se te ve algo apretado.- dije burlándome.
Pero para mi asombro, aquella monstruosa y fea cosa, creo una esfera purpura en la palma de la mano. Aquello me dio muy mala espina, así pues creé un brazo-guadaña con el agua de mi hombrera-cantimplora, listo para cortar esa pelota. Aunque si lo mirabas de forma cómica parecía un gatito jugando con una bola de lana. Recubrí mi guadaña con mi aura de acero y avance a impactar con aquel ser, a pesar de mi dolor punzante en el costado, el cual me indicaba claramente que tenía una costilla rota.
Pero aquello fue mi error, pues después de aquel ataque me encontré con una lluvia de golpes recubiertos por una sustancia negra similar al acero. Los golpes eran devastadores y notaba como mis huesos se rompían bajo la piel y mi cuerpo sangraba por diferentes sitios. Estaba perdido, no podía escapar de eso, pero aun podía seguir dándole guerra.
Mi mente estaba nublada, y estaba a punto de perder la conciencia, pero iba a usar mis últimas fuerzas para descargar todo mi ámbito eléctrico y chamuscar ese maldito, que a saber que haría con mi pobre cuerpo. –Crabonazo.- masculle sobre un charco de sangre.
- Cosas útilizadas:
-Gyocon: Control del agua, pudiendo crear cualquier forma con el agua que controlo. Escudos, armas o una extremidad.
-Manual Aura de aceros:Este manual enseña una técnica de condensación de energía en forma de filos cortantes. Esta técnica consiste en la creación de filos de energía en una extremidad, de la longitud de tu antebrazo (el antebrazo es la parte entre la muñeca y el codo más cercano a ésta), capaz de cortar hierro. Sin embargo nunca será capaz de igualar a un asesino en esta disciplina.
- Off:
- Por mi parte ya esta acabado xD Haz lo que quieras con mi cuerpo (menos matarme, espero)
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Un enorme rugido salió de la boca del hombre guepardo, mezcla del dolor y de la rabia. Su esfera purpura estalló al contacto contra su enemigo, liberando su poder cortante, pero algo más pasó. La palma de la mano del monstruo tenía un corte considerable, que podría haberse considera grave de no ser por su enorme tamaño. La bestia agitó la cabeza un par de veces debido al escozor que sintió en su puño. El dolor era demasiado punzante, y por ello no tardó en aumenta los gruñidos que daba. Cualquiera que escuchase desde fuera el espectáculo podría imaginarse que dentro se estaba haciendo una película de terror. Las gotas de sangre cayeron al suelo de forma natural, provocando que el terrible luchador frunciese el ceño. Ese Gyojin se había pasado de la raya con sus extrañas artes. Sin duda había sido un enemigo fiero. Ahora su cuerpo estaba tirado en el suelo, hecho una basura.
De repente la enorme bestia notó una sensación incómoda recorrerle por el cuerpo. Se echó hacia atrás con algo de dificultad y empezó a gruñir de dolor. Rodó un poco por la enorme cueva, pero teniendo cabeza para no chocarse. Su mano pronto liberó un olor desagradable a carne quemada. Un humo negro salió también de ella, provocando que el pelaje del chico desapareciera en la zarpa. Ahora había piel rosada y quemada, dando una imagen bastante desagradable. El enorme cazador frunció el ceño de forma exagerada, notando aquel intenso dolor. Notó incluso sus piernas entumecidas, y la mayoría de su pelaje erizarse. Si hubiese estado en su forma humana, ese ataque eléctrico le habría dejado inconsciente y en un estado pésimo. Había sido una suerte que ese tipo le provocase hasta el punto de convertirse en su forma de combate. El luchador gruñó despacio para después pegar la frente al suelo.
- Grrr… Maldito seas, Gyojin. Debería matarte por esto, pero no has usado armas de fuego ni veneno. Voy a cumplir mi promesa, como el luchador del estilo Zan Nin Na que soy…
Su voz parecía demoníaca al estar en aquella forma. No tardó en cerrar sus ojos al sentir aquel tremendo dolor en la mano. Su musculatura disminuyó debido al plazo de su técnica “Monster”. Ahora estaba menos mazado, pero continuaba siendo un monstruo. Su presa ya estaba en un estado lamentable y sabía que no le iba a dar problemas. Lo siguiente que haría sería cogerlo con la mano izquierda y después de salir con dificultad de la cueva, llevárselo al puesto marine más cercano. Si no podía pasar, volvería en cuanto pudiese a la forma humana. No tenía problemas con cargar a nadie debido a su fuerza.
De repente la enorme bestia notó una sensación incómoda recorrerle por el cuerpo. Se echó hacia atrás con algo de dificultad y empezó a gruñir de dolor. Rodó un poco por la enorme cueva, pero teniendo cabeza para no chocarse. Su mano pronto liberó un olor desagradable a carne quemada. Un humo negro salió también de ella, provocando que el pelaje del chico desapareciera en la zarpa. Ahora había piel rosada y quemada, dando una imagen bastante desagradable. El enorme cazador frunció el ceño de forma exagerada, notando aquel intenso dolor. Notó incluso sus piernas entumecidas, y la mayoría de su pelaje erizarse. Si hubiese estado en su forma humana, ese ataque eléctrico le habría dejado inconsciente y en un estado pésimo. Había sido una suerte que ese tipo le provocase hasta el punto de convertirse en su forma de combate. El luchador gruñó despacio para después pegar la frente al suelo.
- Grrr… Maldito seas, Gyojin. Debería matarte por esto, pero no has usado armas de fuego ni veneno. Voy a cumplir mi promesa, como el luchador del estilo Zan Nin Na que soy…
Su voz parecía demoníaca al estar en aquella forma. No tardó en cerrar sus ojos al sentir aquel tremendo dolor en la mano. Su musculatura disminuyó debido al plazo de su técnica “Monster”. Ahora estaba menos mazado, pero continuaba siendo un monstruo. Su presa ya estaba en un estado lamentable y sabía que no le iba a dar problemas. Lo siguiente que haría sería cogerlo con la mano izquierda y después de salir con dificultad de la cueva, llevárselo al puesto marine más cercano. Si no podía pasar, volvería en cuanto pudiese a la forma humana. No tenía problemas con cargar a nadie debido a su fuerza.
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