Por eso la reja estaba abierta. [Piratas sin Corazón]

Tras cortaros el paso las dos estatuas guardianas levantan sus espadas se apartan de las peanas a las cuales parecían estar pegadas. Tras eso, con una agilidad que parece imposible para su tamaño descargan un tajo cruzado sobre Arribor. Parece que no os piensan dejar pasar por las buenas aunque, siendo sinceros, ¿De verdad es eso lo que os esperabais?

Los usuarios de mantra no notáis ninguna presencia dentro de esas estatuas.

Después de ir con cierta duda, y desconcierto, no estaba tan desencaminada, sabía que algo no iba bien, y que tampoco acabaría de ir bien si nos mataban. De repente unas enormes estatuas, interpusieron sus espadas delante de nosotros, haciendo que, de esta manera, nos diera un soplo de aire mezclado con polvo.

-Os dije que tuvierais cuidado -digo a mis compañeros, arrodillada en el suelo, para protegerme del aire que ha levantado, haciendo que me eche atrás unos pocos metros. Me levanto lentamente, buscando a mis compañeros a mi alrededor.

- ¿Estáis bien? -pregunté mientras me sacudía algo de polvo de la ropa.

Arribor se cubrió con sus brazos, para protegerse del polvo, y del ataque que le sobrevino. Después de ver como aun con su Haki, le llega a hacer algo de daño, arrastrándolo varios metros atrás. Yo me coloco de forma que pueda atacar a una de esas estatuas, mientras que escucho de fondo a Arribor, nos reta a una carrera, que él se ocupará de una de las estatuas, y que nosotros nos ocupemos de la otra.

- ¡ENTENDIDO! -digo a Arribor, mientras que me dirijo a Zack. El zorro ya está enfadado, y se le ve en la cara que le encanta el reto. Pues así sea, si a él le gustan los retos, a sus nakamas también. No puedo dejarlos solos, pues soy muy alta, y fuerte, siempre viene bien llevar a una semigiganta con fuerza.

-Tu intenta ir por su espalda, yo me ocuparé del frente, protejámonos mutuamente -dije mientras sacaba de mis espaldas corriendo mi bö y sosteniendo en la otra mano la katana. Poco a poco me acercaba más a la estatua, con mi katana en alto, y mi bö delante de mí para protegerme. Por el camino iba gritando, y a la vez rezando para salir viva de esta, pues no sabía como iba a acabar todo esto.

ACCIONES SARAH:

No había terminado de comentarle a mi compañera mi gusto por aquellos centinelas, cuando de repente estos se movieron provocando un estruendo y atacaron a Arribor al unísono cortándole el paso. Me asombraron la rapidez y la fluidez con la que se movieron aquella enormes moles y no pude evitar preguntarme quienes serían sus creadores. Deberían tener una autonomía bastante eficiente si llevaban ahí desde el comienzo de la guerra y rápidamente me entraron ganas de averiguar su funcionamiento. Eran toda una obra de ingeniería digna de admirar, aunque parecían dispuestos a matarnos y eso les restaba algo de puntos,

Volvieron de nuevo a la carga a por nuestro capitán, el cual gracias a su poder y resistencia pudo aguantar por los pelos tras salir despedido en nuestra dirección mientras Sarah se quejaba. Desde aquellas estatuas eran algo serio a tomarse como bien decía la semigiganta, aunque el otro pirata pareció tomárselo de otra manera. Podía sentir la emoción que emitía el timbre de su voz como el brillo en su mirada mientras sugería que hiciésemos una competición. Nuevamente floreció aquella parte infantil de su forma de ser que tan peligroso lo hacía.

Me quedé unos segundos esperando la regañina que creía que Sarah echaría a Arribor mientras sacudía el polvo acumulado en mi pelo, pero esta nunca llegó para mi sorpresa, sino que la muy cabeza loca no dudó en aceptarlo mientras me instaba a luchar y salía corriendo a por las estatuas al igual que Arribor.

-¿Es qué nadie va a demostrar cordura?...8, 16, 24, 32... - pensé asombrado mientras intentaba relajarme.

- ¿No podíamos realizar ninguna estrategia por una vez?¿Es tan difícil idear un poquito las cosas? - seguía pensando mientras agarraba mi espada y me fijaba en mis objetivos a la vez que me unía a la carrera suicida.

Una de las estatuas se había descascarillado por varios lados dejando ver un tono metálico debajo de la piedra haciéndome sonreír de oreja a oreja. Quizás si conseguía cortar alguna de aquellas piezas podía convencer a Sarah para que las llevase. Seguramente estaban hechas de buen material y podría reutilizar el metal para mis creaciones, aunque pronto averiguaría la resistencia de aquellas monstruosidades. Activé mi ámbito de devastación a la vez que pasaba a mi forma híbrida para ganar un aumento en mis cualidades físicas. Aproveché el ataque frontal que la pirata había realizado, esperando que resultase como distracción, y me fui por el flanco directo a realizar un corte en horizontal a la rodilla derecha de la estatua dispuesto a sesgarla.

Cosas usadas:

La patada de Arribor llega a la cabeza de una de las estatuas. Notas que la parte pétrea no ofrece mucha resistencia y, de hecho se rompe revelando una superficie de puro metal, el cual es notablemente más duro. Le has provocado un profundo corte que le llega hasta la mitad de la cara, el interior parece estar hueco, aunque repleto de complejos mecanismos que hacen chispas al chocar los rotos con los intactos. La estatua se desequilibra un momento debido al golpe, pero este parece no resultar fatal para su funcionamiento, devolviendo el golpe con un barrido de su espada.

Por otro lado la otra estatua se dirige a por Arribor, al ser el objetivo que parece más peligroso (cuidado Sarah estás en su camino y no parece que le importe). El ataque de Zack rompe fácilmente la roca, aunque la espada se queda encajada en el metal (no parece haber detenido la marcha de la estatua) Al llegar a cierta distancia baja su espada (Cuidado Zack) y lanza un tajo ascendente en dirección a Arribor, con la intención de cruzarse con el tajo de su gemela.

PD: Siento la tardanza, tenía un par de trabajos de los que encargarme.

En el camino me doy cuenta de que esa cosa no se va a detener, aunque esté delante de él. Cambio mi estrategia, si no acabaré muerta. En vez de seguir frente a él, me dirijo hacía su izquierda, agachándome por si las moscas. Una vez que él ya ha pasado de largo por mi lado, voy detrás de él, como quien torea un toro. Desde sus espaldas, le doy con el bö en la cabeza, y la katana a la altura de media espalda.

``Está claro que con esto no será suficiente, los chicos tendrán que usar sus poderes, yo no tengo más que mi katana y mi bö´´ -pienso mientras observo a Zack y a Arribor. Lo próximo que se me ocurre, es desde detrás del bicho, dar unas fuertes patadas al suelo, con lo grande que soy haría retumbar el suelo, a una distancia de unos 15 metros. Pensado eso, me agacho, intentando con eso coger todo el impulso que pueda, de la misma manera, doy un salto, cerca del bicho, unos pocos metros, y doy con toda mi fuerza en el suelo, haciendo vibrar todo el suelo a mi alrededor.

Sin tener ni idea de lo que ocurrirá después, me dirijo a Zack.

-Quiero que sepas, que pase lo que pase, ha sido un placer conocerte, y un honor luchar contigo, pero si salimos de esta, te aseguro que tanto a ti como a Arribor os invitaré a una cerveza, tenedlo en cuenta -digo apoyando el bö en el suelo para levantarme, se que escuchar la palabra cerveza los pone a andar a los dos.

-Así que venga, haz lo que tú ya sabes, yo estaré aquí para ayudarte -digo mientras dirijo mi mano hacía Zack, para agarrarla y darle un apretón de manos. No sabía cómo íbamos a salir de aquella, pero si o si había que hacer lo que estuviera en nuestras manos, yo quería poder contarle esto a Ika cuando volviese a Villa Syrup.

ACCIONES:

No entendía nada sobre tecnología, robótica o electricidad y ni siquiera sabía deletrear la palabra "cyborg" pero sí que era el mayor experto del mundo en algo relacionado con las máquinas: romperlas. Triturarlas, estropearlas, hacerlas pedazos hasta que quedaban irreconocibles y ya no servían ni para sumar dos y dos. En eso era el maestro.

Acciones:

Por un instante sonrío de forma triunfal cuando noto que mi espada corta la piedra con facilidad y comienza a introducirse en el metal de la estatua, pero la euforia del momento duró poco, cuando noté que al final mi estocada quedó en nada. Aquel material tenía que ser bastante bueno, cosa que hizo que sólo desease destrozarlo más. Apreciaba aquel trabajo de ingeniería tan fabuloso, pero estaba escaso de materia prima y eso era más importante para mis fines que mantener aquella obra. Me gustaba "reciclar"

Las estatuas completamente nos ignoraban a mi compañera y a mí mientras mantenían su objetivo fijo en Arribor. Aproveché esa circunstancia para escurrirme entre aquellos enormes pies y no terminar pisoteado, pero bastante molesto por dejar mi arma atrás. Como aquel cachivache rompiese mi arma no iba a dejar un engranaje sin fundir en mi fragua.

Mientras yo cogía algo de distancia con mis enemigos para observar sus movimientos, mis compañeros contraatacaban. Sarah parecía intentar increpar a la "nuestra", llamando su atención golpeando el suelo, mientras el luchador hacía gala de sus habilidades esquivando el doble ataque. Sarah se acercó dirigiéndome unas palabras alentadoras, aunque cargadas de tristeza y preocupación.

- No te preocupes pequeña, hagamos chatarra estos trastos - dije clavando mi mirada carmesí en ella a la vez que hurgaba entre mis bolsillos con mi mano libre.

Rápidamente atenacé una de aquellas píldoras que el manco loco me dio en su día, dispuesto a darlo todo. Era una de las ya difíciles de encontrar Rumble Ball, la cual era de un tono rojo bastante llamativo. No me gustaba desperdiciarlas así como así, pero esta era una de esas ocasiones en la que huías o lo dabas todo. Y no me gusta huir.

Comencé a correr en dirección a las estatuas gemelas mientras tragaba aquella píldora y pensaba cual sería mi siguiente movimiento. Vi como Arribor sacaba dos enormes ganchos de sangre, de esos que el generaba, y comenzaba a hacer un movimiento de giro. Creí leer en sus movimientos sus intenciones y decidí que a la mierda las niñerías. Arribor podría ser la suficientemente fuerte como para que todo le diese igual, pero los simples mortales debíamos usar la cabeza.

Según llegaba a la altura de mis enemigos mis iris comenzaron a cambiar su color natural, cambiando por otro con matices violáceos. Era a causa de la técnica que acababa de activar [Crampus] para aumentar mi fuerza. Me mantuve alejado de la que se suponía que era la nuestra, sin dejar de mirarla con odio al ver mi espada ahí encallada. y me lancé directo a por la que atacaba Arribor. Esperé a estar a unos cuatro metros de ella y de repente crecí, llegando casi a la altura de mi compañera, gracias a mi Strong Point. Me impulsé con todo el subidón de potencia que llevaba gracias mis habilidades e intenté embestir a la armadura en la posición que ayudaría a Arribor con tarea. Si conseguía despegarle los pies del suelo u al menos desestabilizarla, quizás al pirata le costaría menos lanzarla por los aires. Si conseguíamos destrozar una todo sería más fácil, o al meno eso esperaba.

Cosas Usadas:

La sangre de Arribor entra por el corte, parece que el metal de dentro no es tan duro y que está lleno de... partes delicadas. la estatua se convulsiona mientras su interior es destrozado. Tras unos segundos se queda quieta mientras le salen chispas de dentro del corte, seguidas de una cacofonía de metal chirriante.

Vuestro ataque combinado basta para para derribara. La trayectoria de su caída tiene como objetivo la otra estatua, la cual intenta apartarse, pero algo atascado en su pierna le impide moverse a tiempo. Ahora está en el suelo, tratando de quitarse a su hermana de encima, aunque parece que el peso de las dos es demasiado. Se queda quieta unos segundos y os mira. Tras eso un parpadeo rojo comienza a salir de lo que serían sus ojos.

Pi...Pi...Pi... Se escucha. Pi...Pi...Pi... Comienza la otra, la cual todavía tiene algunos circuitos intactos. El pitido comienza a hacerse más breve y el ritmo acelera según pasa el tiempo. Y bien. ¿Qué haréis?

Arribor y Zack acabaron solitos con ellas, uno con su sangre, y el otro con sus ataques de tejón. Me dejaron impresionada, al ver lo rápido que acabaron con ellas. Quería sobre todo que saliesen ilesos. Estos robots intentaban sacarse uno de encima del otro. Estaba agachada, con la rodilla izquierda en el suelo, y la derecha doblada, como cuando los hombres piden en matrimonio a la chica.

Una vez terminaron con ellos, el zorro se levantó, y se dirigió a ellos, les dio una patada, y comenzó a sonar un pitido, que bien es sabido por todos que eso solo puede significar una cosa, ¡BOOM!. Eso me tenía ciertamente atormentada, no quería volar en pedazos, así que teníamos que movernos. De una forma un tanto graciosa, nos preguntó el zorro si llevábamos un despertador encima, obviamente me sonreí ante ese comentario.

-Si, lo oigo, me da la sensación de que vamos a tener que huir como alma que lleva el diablo -dije agarrando a Zack de una mano para salir corriendo de allí. Cuando me di cuenta, Arribor ya había desaparecido del lugar, aunque se lo oía gritar, diciéndonos que saliésemos de allí.  

Comencé a correr, con mi katana en su funda en mi muslo izquierdo, Zack a mi espalda, y el Bö en mi mano derecha. No iba a dejar bajo ningún concepto que… fuese lo que fuese a ocurrir, nos dejase fuera de combate, aun teníamos todos muchas cosas que hacer. Para empezar, yo les debo una cerveza a ellos dos si salimos de esta, y eso hay que cumplirlo.

-¡AGARRATE! -le dije a Zack, corriendo tan rápido como podía, lo bueno de mi estatura, es que daba unas buenas zancadas, y saldríamos rápido de allí, lo malo, que hacía retumbar todo el suelo bajo mis enormes y pesados pies. No sabía cuánto de bueno podía ser eso. Llegamos a la altura de Arribor, al cual le dije que teníamos que escondernos tras algo para no morir.

Acciones:

Un gesto triunfal recorrió mis rasgos tejoniles cuando vi como aquella mole de metal salía despedida por los aires y caía sobre la otra. Daba gusto ver que cuando poníamos algo de coherencia a nuestras acciones éramos hasta buen equipo. Aparentemente habíamos salido victoriosos sin muchos problemas.

Al comprobar como Arribor comenzaba a recuperar su sangre y se acercaba a las estatuas lo imité, no sin antes volver a mi forma híbrida adquiriendo una estatura normal de nuevo. Mi intención era intentar recuperar mi arma de la estatua que aún pataleaba intentándose quitar a su gemela de encima, mientras Arribor por otro lado las pateaba. Entonces cuando mi mano agarraba el mango de mi arma, las estatuas mecánicas comenzaron a pitar con un ruido bastante característico a la par que molesto para mis oídos de tejón. El cual por mi experiencia como demoledor solía indicar un explosivo.

- Chicos... Me da en el hocico que esto va a petar. No las hemos roto lo suficiente - dije como respuesta a las palabras del luchador y reafirmando las de Sarah, mientras seguía tirando con más fuerza de la empuñadura del arma encallada. Esperaba que con el incremento de fuerza pudiese sacarla, ya que no me gustaría quedarme sin arma si aquello explotaba.

El pirata entonces echó por piernas hacia el interior, buscando resguardarse tras aquellas murallas. Yo estaba deseoso por hacer lo mismo, pero era reticente a irme sin una espada. Sino podía llevarme la mía intentaría coger al menos una de la de aquellas bestias robóticas.

Estaba intentando realizar una de aquellos propósitos, cuando noté un tirón tan repentino de una de mis extremidades que consiguió alzarme en el aire, dejándome lo suficiente desorientado como para no saber si lo había conseguido. Cuando quise reaccionar me encontraba a espaldas de mi compañera semigiganta, la cual gritaba que me agarrase fuerte mientras seguía los pasos de Arribor. Comprendía la prisas que tenían mis compañeros por salir de allí, pero tenía que intentarlo. -¿Qué espadachín va sin una espada? - pensaba mientras me sujetaba a mi nakama. Con un poco de suerte mi pequeña espera habría sido fructífera, sino me esperaría a ver si explotaban de una vez y volvería a rebuscar entre los restos. Ir sin un arma sería como ir desnudo.

Las estatuas explotan, mandando fragmentos por los aires, por suerte habéis puesto la suficiente distancia entre vosotros y ellas como para que sólo la onda expansiva os afecte, dejando un molesto pitido en vuestros oídos.

Zack, te caes al suelo quedando con las piernas abiertas y el culo en pompa. Tu espada cae a escasos centímetros de una zona muy delicada y, justo por delante de ti un fragmento de unos 5 kilos del metal de la estatua. (Dureza 9 en la escala de mohs, muy resistente a impactos)

Podéis postear en el capítulo teniendo en cuenta las moderaciones generales que os afecten.