Aki D. Arlia
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Akuma no mi
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Al ver que la nube se acerca, el hombre entrecierra sus ojos y se lleva la mano a la espalda. De ella saca una especie de máscara que le cubre toda la cara. ¿Es hueso? ¿Metal? Por algún motivo te cuesta distinguirlo. La bestia se alza sobre ambas piernas, aunque el humo no parece afectarle. Si en cambio el calor, que le hace bramar de dolor. El hombre lanza un grito y se baja en el momento en el que tus cadenas les envuelven. Ve arder a su montura mientras se aleja de las llamas, mirándote suspicaz al oírte hablar y cubriéndose como puede con el manto.
- Si eres hombre, lucha como tal. En caso contrario, disponte a morir.- Te amenaza. Empuña su hacha con fiereza y no parece dispuesto a morir así como así.
Meneíllos
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Akuma no mi
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El pirata comenzó a deshacerse en gas grisáceo, para luego recomponerse en el suelo, a unos ocho o nueve metros del guerrero. Aunque mostraba una sonrisa confiada, en realidad sabía cuán complicado sería ese combate... comenzaba a imaginarse cómo de poderoso era aquel hombre y dudaba que se hubiera puesto aquella máscara por vicio. "Una de las principales bazas de mi akuma no mi es atacar al pulmón y a la visión de mis enemigos... al menos aún me queda el calor. Si pudiera quitarle la máscara..." Tenía la técnica de la prisión de gas que había empleado en el combate con Ban, pero perdería mucha efectividad si no podía ahogarlo. No dudaba en que un tipo como él tendría fuerza suficiente para reventar la prisión. Ampliando su sonrisa, echó a un lado el abrigo, dejando a la vista las dos katanas que colgaban de su cinturón. Una "cola" de gas con mano se formó a su espalda, agarrando una de las armas y desenvainándolas. Con la mano, mientras tanto, le quitó la funda al garfio de su brazo izquierdo y pulsó un botón en la base de este.
- Enfrentémonos pues, bárbaro. Veamos si sois quien de presentar batalla contra mí.
La cola con la espada se alzó por encima de él, colocándose en una posición similar a la del aguijón de un escorpión, mientras el pirata desenvainaba la otra katana. Observó a Ban no muy lejos de él y alzó el brazo en su dirección con el puño cerrado. Era una señal que tenían entre ellos. Le estaba indicando que permaneciera alerta pero que no interviniese en su combate. "Él será mi baza. En caso de acabar en serios problemas avisaré a Ban para que lo ataque por la espalda." Rápidamente volvió a encararse al guerrero, mientras se centraba en el flujo piroclástico que en ese momento envolvía a su agonizante y calcinada montura. Sería su primer truco... hizo que la nube de gas comenzase a acercarse hacia el Zalnita desde su espalda, mientras él se ponía en guardia.
- ¡Tempesta del diavolo!
Se lanzó hacia él fingiendo una carga, para de repente generar de golpe una gran cantidad de gas, enviando un flujo piroclástico de frente. Por su parte él comenzó a volar, elevándose unos diez metros en el aire al tiempo que creaba dos cadenas de gas que conectó a cada flujo. Entonces ambos comenzaron a avanzar hacia el bárbaro, para de repente alzarse y juntarse. Su intención era crear un domo semiesférico con paredes de gas pseudosólido, donde el bárbaro se encontraría rodeado por gas tan caliente que todo en el interior de este comenzaría a arder al contacto con el aire. Su flujo estaba a tal temperatura que le causaría quemaduras de tercer grado, por no hablar de que por mucho que esa máscara filtrase los gases nocivos y la ceniza volcánica, ¿qué le pasaría al respirar aire a temperaturas tan altas? Por si eso no fuera suficiente, en todo el domo comenzarían a formarse pequeñas bolas de humo que empezarían a ser disparadas en todas direcciones, con la velocidad y potencia de un proyectil de pistola.
- Por fuerte que pueda llegar a ser un guerrero por entrenamiento, el cuerpo humano tiene unos límites. Y mi akuma tiene el poder de forzarlo más allá de ellos, destrozando incluso al más resistente de los enemigos - comenzó a reírse cruelmente, echando el humo del puro al hacerlo.
- Enfrentémonos pues, bárbaro. Veamos si sois quien de presentar batalla contra mí.
La cola con la espada se alzó por encima de él, colocándose en una posición similar a la del aguijón de un escorpión, mientras el pirata desenvainaba la otra katana. Observó a Ban no muy lejos de él y alzó el brazo en su dirección con el puño cerrado. Era una señal que tenían entre ellos. Le estaba indicando que permaneciera alerta pero que no interviniese en su combate. "Él será mi baza. En caso de acabar en serios problemas avisaré a Ban para que lo ataque por la espalda." Rápidamente volvió a encararse al guerrero, mientras se centraba en el flujo piroclástico que en ese momento envolvía a su agonizante y calcinada montura. Sería su primer truco... hizo que la nube de gas comenzase a acercarse hacia el Zalnita desde su espalda, mientras él se ponía en guardia.
- ¡Tempesta del diavolo!
Se lanzó hacia él fingiendo una carga, para de repente generar de golpe una gran cantidad de gas, enviando un flujo piroclástico de frente. Por su parte él comenzó a volar, elevándose unos diez metros en el aire al tiempo que creaba dos cadenas de gas que conectó a cada flujo. Entonces ambos comenzaron a avanzar hacia el bárbaro, para de repente alzarse y juntarse. Su intención era crear un domo semiesférico con paredes de gas pseudosólido, donde el bárbaro se encontraría rodeado por gas tan caliente que todo en el interior de este comenzaría a arder al contacto con el aire. Su flujo estaba a tal temperatura que le causaría quemaduras de tercer grado, por no hablar de que por mucho que esa máscara filtrase los gases nocivos y la ceniza volcánica, ¿qué le pasaría al respirar aire a temperaturas tan altas? Por si eso no fuera suficiente, en todo el domo comenzarían a formarse pequeñas bolas de humo que empezarían a ser disparadas en todas direcciones, con la velocidad y potencia de un proyectil de pistola.
- Por fuerte que pueda llegar a ser un guerrero por entrenamiento, el cuerpo humano tiene unos límites. Y mi akuma tiene el poder de forzarlo más allá de ellos, destrozando incluso al más resistente de los enemigos - comenzó a reírse cruelmente, echando el humo del puro al hacerlo.
- cosas usadas:
- Volcanic Shot: Es capaz de concentrar su humo en pequeños puntos creando "balas de humo." A todos los efectos son como una bala disparada desde una pistola, salvo por el calor y que cuando se deshacen se vuelven humo de nuevo. Como componente escénico, Meneror es capaz de formar figuras con el humo complejas, como barcos a todo detalle.
Flaming Wrath: Con esta técnica compacta su gas y hace que actúe como un sólido. Puede mantenerla mientras el gas mantenga el contacto con él, ya sea tocándolo físicamente o a través de una cadena de gas o algo similar.
Nvl. 40 – Su gas puede causar quemaduras de tercer grado. Genera suficiente gas para envolver una mansión entera. Puede generar un gas tan caliente que incendia cosas.
Cuando te elevas en el aire, notas una presencia bajo tus pies, cada vez más cercana, y escuchas la tierra quebrarse. Parece que tu plan tiene un pequeño fallo: que no entre. Por su parte el hombre bestia recubre su enorme hacha de un poderoso Haki de armadura, para cuando llega a tu altura lanzar un potente tajo que quiebra el aire en lo que dirías es una onda cortante, pero parece como... Quebrada, como si fuera la cicatriz de un mordisco, que avanza a una tremenda velocidad, horizontalmente en trescientos sesenta grados.
Finalmente te sobrepasa en su movimiento con una voltereta sobre ti, y cae al suelo unos tres metros a tu espalda, hundiendo de nuevo el suelo a sus pies.
-¡Lucha como un hombre, cobarde!- te brama, mirando de nuevo hacia ti.
Finalmente te sobrepasa en su movimiento con una voltereta sobre ti, y cae al suelo unos tres metros a tu espalda, hundiendo de nuevo el suelo a sus pies.
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Akuma no mi
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¿Cómo podía tener esa fuerza en las piernas? Frunciendo el ceño, reaccionó lo más rápido que pudo volando hacia su derecha, pero el hombre bestia tenía más trucos bajo la manga. Notó el aire vibrar y escuchó la veloz onda cortándolo mientras se dirigía a él. Habiendo visto cómo la hoja del hacha se volvió del tono oscuro que caracterizaba al haki, intentó evitarla. Si bien evitó que el golpe lo cortara por la mitad, el golpe lo alcanzó haciéndole un feo y profundo corte en el costado izquierdo. Por un instante el dolor lo sobrepasó, arrancándole un gruñido, pero eso no le impidió tomar medidas. Haciendo un gesto con la mano, puso en movimiento la enorme masa de gas. Esta comenzó a extenderse hacia donde aterrizaría su enemigo y más lejos en todas direcciones, buscando abarcar lo máximo a lo largo y a ras de suelo, sacrificando espesor y altura. Debía actuar rápido para impedir darle ni un instante para volver a actuar. "Un usuario de haki... es un rival demasiado peligroso. Tengo que matarlo lo antes posible." Alzando más el vuelo para evitar nuevo ataque, esbozó una sonrisa al escuchar las palabras del bárbaro. Hizo un gesto con el garfio y de todo el humo comenzaron a brotar enormes llamaradas, convirtiendo el campo de batalla en un mar de fuego.
- La guerra es engaño. Aprovecharse del débil. Explotar los puntos flacos del enemigo y aniquilarlo totalmente. ¿Por qué debería daros una ventaja cuando es evidente que me superáis en el cuerpo a cuerpo? No confundáis la valentía con la estupidez, bárbaro. Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla - su sonrisa se amplió - Y por eso mi akuma es la mejor y más poderosa.
Comenzó a elevarse aún más, buscando salirse del alcance de su enemigo, mientras de su cuerpo comenzaba a salir una lluvia de balas de humo en llamas. Siendo un usuario de busoushoku no esperaba herirle con los proyectiles, sino más bien con el fuego de este y con el humo ardiente que comenzaría a acumularse. La salva de disparos no vino sola, pues pronto fue seguida por una columna de pesado gas que comenzó a descender hacia el suelo, mientras que el mar de llamas continuaba extendiéndose. Estaba consumiendo muchísimas energías al usar tanto gas y su herida sangraba bastante, pero mientras su enemigo no pudiera volar estaría a salvo. Podría irse en cualquier momento si la cosa se ponía fea y además con aquella táctica esperaba mantener la ventaja de campo. No ascendió aún tanto como para volverse un objetivo inalcanzable, quería tentar al guerrero a que intentase seguir matándole y que debido a ello acabase atrapado en el fuego y el gas. En lugar de concentrar la nueva tanda de humo en un punto, hizo que se dispersase en todas direcciones, formando una nube poco espesa y muy extensa, que si bien perdería mucho calor le daría una ventaja espacial. Así mantendría dos capas de humo: una a ras de suelo generando el mar de llamas y otra en el aire a baja-media altura (entre uno y seis metros de altura), volviendo la atmósfera irrespirable y sirviendo de as en la manga. No sabía a ciencia cierta cuánto abarcaría con todo aquello, pero como poco esperaba abarcar unas cuantas decenas de metros de radio una vez desplegado del todo.
- ¡Demostradme que sois más que un simple bárbaro, si podéis! - gritó para hacerse oír pese a la distancia y el ruido de la guerra - ¡Mi nombre es Meneror Il Bianco! Recordadlo, pues será el nombre de vuestro asesino.
Alzó la katana hacia el cielo y envió un chorro de gas que formó el jolly roger de la banda en llamas. Su intención de esta manera era llamar la atención de Ban, a quien buscó con la mirada. Pronto necesitaría que interviniera y necesitaba tenerlo atento. Aquella señal, que buscaba aparentar ser una simple exhibición de poder, significaba que la banda debía reunirse bajo su estela. En aquel momento no era ese exactamente el uso que le estaba dando, pero si con eso lograba llamar la atención del mafioso estaría preparando su golpe final. Con el gas y el fuego ganaría el control del campo de batalla y con Ban superioridad numérica. Estaba reuniendo sus ases para presentarle la mano de la victoria y demostrarle que la astucia y la estrategia eran superiores a la fuerza bruta. Y por eso Sarka había aplastado a Zal.
- La guerra es engaño. Aprovecharse del débil. Explotar los puntos flacos del enemigo y aniquilarlo totalmente. ¿Por qué debería daros una ventaja cuando es evidente que me superáis en el cuerpo a cuerpo? No confundáis la valentía con la estupidez, bárbaro. Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla - su sonrisa se amplió - Y por eso mi akuma es la mejor y más poderosa.
Comenzó a elevarse aún más, buscando salirse del alcance de su enemigo, mientras de su cuerpo comenzaba a salir una lluvia de balas de humo en llamas. Siendo un usuario de busoushoku no esperaba herirle con los proyectiles, sino más bien con el fuego de este y con el humo ardiente que comenzaría a acumularse. La salva de disparos no vino sola, pues pronto fue seguida por una columna de pesado gas que comenzó a descender hacia el suelo, mientras que el mar de llamas continuaba extendiéndose. Estaba consumiendo muchísimas energías al usar tanto gas y su herida sangraba bastante, pero mientras su enemigo no pudiera volar estaría a salvo. Podría irse en cualquier momento si la cosa se ponía fea y además con aquella táctica esperaba mantener la ventaja de campo. No ascendió aún tanto como para volverse un objetivo inalcanzable, quería tentar al guerrero a que intentase seguir matándole y que debido a ello acabase atrapado en el fuego y el gas. En lugar de concentrar la nueva tanda de humo en un punto, hizo que se dispersase en todas direcciones, formando una nube poco espesa y muy extensa, que si bien perdería mucho calor le daría una ventaja espacial. Así mantendría dos capas de humo: una a ras de suelo generando el mar de llamas y otra en el aire a baja-media altura (entre uno y seis metros de altura), volviendo la atmósfera irrespirable y sirviendo de as en la manga. No sabía a ciencia cierta cuánto abarcaría con todo aquello, pero como poco esperaba abarcar unas cuantas decenas de metros de radio una vez desplegado del todo.
- ¡Demostradme que sois más que un simple bárbaro, si podéis! - gritó para hacerse oír pese a la distancia y el ruido de la guerra - ¡Mi nombre es Meneror Il Bianco! Recordadlo, pues será el nombre de vuestro asesino.
Alzó la katana hacia el cielo y envió un chorro de gas que formó el jolly roger de la banda en llamas. Su intención de esta manera era llamar la atención de Ban, a quien buscó con la mirada. Pronto necesitaría que interviniera y necesitaba tenerlo atento. Aquella señal, que buscaba aparentar ser una simple exhibición de poder, significaba que la banda debía reunirse bajo su estela. En aquel momento no era ese exactamente el uso que le estaba dando, pero si con eso lograba llamar la atención del mafioso estaría preparando su golpe final. Con el gas y el fuego ganaría el control del campo de batalla y con Ban superioridad numérica. Estaba reuniendo sus ases para presentarle la mano de la victoria y demostrarle que la astucia y la estrategia eran superiores a la fuerza bruta. Y por eso Sarka había aplastado a Zal.
- técnica:
- Volcanic Flames: Meneror puede generar fuego en torno a él y su gas empleando las altas temperaturas a las que se encuentra este. Dura dos posts y tiene una recarga de uno.
De pronto, se calma. Parece que el calor le refresca las ideas, y te mira mientras su piel comienza a agrietarse para dejar paso a un sudor extraño, que se solidifica en una especie de goma negra a su alrededor cuando reacciona con los vapores, cubriendo todo su cuerpo de máscara para abajo. Poco a poco se rompe, pero rápidamente se reemplaza por otra capa que ennegrece y resiste un poco más. Cuando por fin sale de la zona mortal, esa extraña piel se desprende y queda su cuerpo enrojecido, que supura una especie de el verdoso, con un olor fresco y mentolado que llega hasta tu posición.
-No voy a luchar contra una mujer- dice, mirándote, y te da la espalda, metiendo la mano en un morral-. Tengo un rey que enterrar, un traidor que matar y me haces perder el tiempo- refunfuña, en su tono casi gutural, bestial-. Al menos Grum lucha como un valiente, a pesar de tener todas esas máquinas. No voy a morir a manos de alguien que no merece la gloria de vencer...
Entre esas palabras y más, bastante menos amables, comienza a caminar en dirección a donde antes se desenvolvía la batalla entre los pretores. Se lo ve enfadado, pese a todo, y ahora que vuelve a tener las manos fuera su puño apretado parece estar a punto de romper el arma, mientras que con el otro, también cerrado, golpea el aire con una pasión enferma, como si le costara contenerse para no lanzarse él solo contra la línea de cañones que enmarca el cabo de Sarka.
-No voy a luchar contra una mujer- dice, mirándote, y te da la espalda, metiendo la mano en un morral-. Tengo un rey que enterrar, un traidor que matar y me haces perder el tiempo- refunfuña, en su tono casi gutural, bestial-. Al menos Grum lucha como un valiente, a pesar de tener todas esas máquinas. No voy a morir a manos de alguien que no merece la gloria de vencer...
Entre esas palabras y más, bastante menos amables, comienza a caminar en dirección a donde antes se desenvolvía la batalla entre los pretores. Se lo ve enfadado, pese a todo, y ahora que vuelve a tener las manos fuera su puño apretado parece estar a punto de romper el arma, mientras que con el otro, también cerrado, golpea el aire con una pasión enferma, como si le costara contenerse para no lanzarse él solo contra la línea de cañones que enmarca el cabo de Sarka.
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