Enfrentando a Megazoo [Moderado nivel 4]

¡Estás a bordo de una nave voladora de ataque con hélices sobre el casco y no tras él! ¡Lo llaman helicóptero! ¡Puedes escuchar el ruido de las aspas! ¡¿A que es molesto?! Estás sobrevolando una isla helada, Karakuri, y todos los rompehielos estaban en la lavandería, por lo que lo único que puede transportar tropas de forma efectiva es ese extraño cachivache. Bueno, no sé por qué digo extraño, si en este mundo hay de todo, hasta termos y mantas eléctricas.

-¡Ahí abajo es la zona en la que os liberaremos!- dice el piloto, un hombre que sería el tópico de hombre tejano. Si Texas existiera en este mundo, claro. Aquí sólo es un tipo raro con bigote, gordo y sombrero de diez galones. Ah, y grita mucho-. ¡Los jefes me han dicho que no os recoja hasta que vea la bengala encenderse! ¡Tenéis una cada uno, pero sólo vendré una vez! ¿Entendido?

Antes de que tú puedas reaccionar, tres hombres y dos mujeres se lanzan en caída libre al suelo. No llevan paracaídas, pero no parece que eso les importe. Desde esta distancia, con toda la niebla, parece que no se ve absolutamente nada. ¿Dónde están los paracaídas? Parece que no hay, tocará saltar... U obligarlo a descender.

Caes en tu pequeña burbuja, y antes de lo que habrías esperado tocas el suelo. El helicóptero estaba a un metro de altura, más o menos. Si las hélices se parasen seguramente volver a arrancar en medio del frío resultaría imposible. Es un razonamiento lógico, y también explicaría por qué no va a venir más de una vez al lugar, aunque eso sigue pudiendo ser por pereza. Pero bueno, vamos a lo interesante.

Cuando caes al suelo tus compis se ríen un poco, por miedica y esas cosas. Al fin y al cabo, ¿Quién necesita paracaídas? Hay otro que señala acerca de la conservación del momento lineal y cómo podrías haber acabado como una mosca contra un parabrisas de haber sido mayor altura en la caída. Sin embargo supongo que tú pasas de ellos, ¿No? En fin, uno a uno se van presentando mientras toman posiciones. Ante ti está la capitana Trist, encargada de que el equipo llegue a buen pie: Es la comandante de esta misión.

-Yo soy Ched, el artillero- dice un joven bastante estilizado con enormes gafas de culo de botella. Lleva a su espalda una gran mochila y en general un montón de cachivaches raros-. Éste de aquí es Fido, nuestro saboteador- va señalando a cada uno-. La chica que podría partirte de un abrazo es Elena, nuestra médico, y el negro es Bruno, experto en camuflaje.

-Me lo dices sólo porque soy negro- responde él-. De noche no se me ve nadita.

-Ni de noche ni de día, como te pongas- suelta Trist, dándole un golpe en la espalda. Es extraordinariamente bajita.

En general parece que hay muy buen rollo entre todos ellos, así que igual sólo queda que te presentes tú y ya podéis comenzar.

-Bien, las órdenes fueron claras- dice la Capitana finalmente-. Hay en un viejo laboratorio de Vegapunk una banda criminal sumamente peligrosa, comandada por Wordon el Magnífico. No os dejéis engañar por su nombre, sólo es un idiota que supo fundir un par de cables para hacer juguetes. En fin, entrar, matar, salir. Otro día, la misma mierda. ¡En marcha!

Los cinco comienzan a correr en una dirección que sospechas se trata del norte, aunque no podrías decirlo en medio de esta ventisca. Poco a poco, si te acercas a ellos, te darás cuenta de que se estaban acercando a un pequeño pueblo entre la nieve, donde aunque el frío se mantiene, al menos eres capaz de ver. Por cierto, estás en mangas de camisa, ¿No deberías solventarlo?

Al parecer el helicóptero no estaba tan alto como para que fuese necesario emplear las barreras y mis compañeros se ríen de mí, pero afortunadamente actualmente la personalidad dominante es la del pasota, una personalidad que ignora por completo las opiniones desestructuradas, las burlas y cualquier cosa que no tenga una base o sea constructivo. Miro a mi entorno y veo poca cosa, ya que mi campo visual está limitado por la ventisca, pero puedo ver claramente a los que serán mis compañeros en esta misión. Uno a uno mis compañeros se van presentando, empezando por el artillero Ched, un joven de aspecto bastante estilizado que lleva puestas unas gafas de culo de botella. A continuación, el mismo Ched presenta al saboteador llamado Fido. Cada cual tiene un trabajo bastante peculiar y concreto y yo aún no sé cuál será mi papel en todo esto, pero no me agobiaré por ello. Luego presenta a la médico como Elena diciendo que puede partirme de un abrazo, algo que no encaja con su trabajo de médico y por último presenta al experto en camuflaje Bruno, el único negro del grupo.

Ante ese comentario Bruno suelta un chiste sobre su color de piel y su especialidad mientras que Trist, la capitana, le elogia dando palmaditas en su espalda pese a su extraordinaria baja estatura. A continuación, la capitana explica que la misión consiste en encontrar una peligrosa banda que se hizo con un antiguo laboratorio de Vegapunk y exterminar a la banda por completo. En ese momento los cinco empiezan a correr rumbo a lo que parece ser el norte por lo que me coloco las gafas rastreadoras para protegerme de la ventisca y les sigo.

Mientras corro junto a ellos pregunto - Capitana, ¿podría quedarme con la cabeza del líder? Al terminar la misión?- Mientras avanzamos veo como nos acercamos a un pueblo que apenas se distingue con la ventisca y recién me percato de que no llevo más que una camiseta pero no hace tanto frío como para que sienta la necesidad de vestir un abrigo.

Antes de nada...:

-¡Por supuestísimo que no!- chilla, con una estridente voz que te hace algo de daño, pero no más de lo que el grito agudo de cualquier loli con un lanzallamas a la espalda-. Esto es una misión, no un safari. La gente que hay ahí, esos delincuentes, son personas. ¡No puedes...

-Calma, calma- dice Bruno, apoyando la mano en su cabeza, tapándole la boca-. Primero tenemos que sobrevivir a esto, luego ya veremos qué se hace, ¿Okey?

Habla con pachorra, muy relajadamente, como si no le importase la situación en absoluto. Camina hacia un edificio de madera, bajo y con porche, pero de tejado a dos aguas muy inclinado. A través de la ventana puede verse fuego, y poca gente alrededor de la chimenea.

-¿Seguro que es ésta?- pregunta Trist, algo más tranquila.

-Sí, el dueño era informante del Cipher Pol hasta que montó el local. Una simple llamada y nos preparó una habitación.

Tras eso abre la puerta, y todos le siguen. ¿Tú entras o te vas a por un abrigo? Parece que cada vez refresca más.

Al parecer a la líder de la misión no le pareció bien que me quedara con la cabeza del delincuente, pues gritó que no podía quedármela diciendo que esos delincuentes eran personas. Si me hubiese pillado en mi personalidad normal estaría de acuerdo, pero actualmente mi mente estaba dominada por una personalidad totalmente apática, la cual no piensa en los delincuentes como iguales sino como basura de la sociedad. Sin embargo, tampoco era tonto así que simplemente asentí y seguí al pelotón rumbo a nuestro objetivo. Pese a que al principio no notaba el frío, ahora mi cuerpo empezaba a sufrir por la baja temperatura por lo que necesitaba encontrar un abrigo lo antes posible.

El grupo no tardó mucho en llegar a un edificio de madera bajo y con porche, pero con tejado a dos aguas bastante inclinado. Cuando miré por la ventana pude ver que había fuego en el interior y muy poca gente alrededor de la chimenea. Al parecer el dueño era un informante de la Cipher Pol antes de abrir el local y por ello nos preparó una habitación al llamarle. Todos entran en el edificio, pero por ahora me bastaba con saber su localización ya que me urgía más conseguir una chaqueta o algo que me abrigase para evitar una hipotimia. Antes de marcharme le dije a la capitana que iba a por algo que me resultaba necesario. Me di la vuelta y marché por el pueblo buscando una tienda o algún lugar donde poder conseguir algo de abrigo.

Terminas encontrando una tienda de ropa. Se llama "Aguacate", y parece que en el interior hace calorcito. De hecho, las dependientas van en camiseta y shorts. Toda es ropa femenina, al menos desde fuera eso parece. ¿Entras?

Mientras caminaba por la ciudad en busca de ropa me encontré con una tienda que parecía ser de ropa y en el interior de la cual la temperatura parecía ser más apropiada para los seres humanos que la del exterior. De hecho, la prueba de ello era que las dependientas llevaban una ropa que de seguro haría que se congelaran por la temperatura. Pero esa tienda no tenía pinta de resolver mi problema ya que por lo que veía solo tenían ropa de mujer. Por un lado, el frío me impulsaba a comprar cualquier ropa que le abrigue, sin importar el aspecto que tenga, por otro lado, no me gustaría ser conocido como el marine travestido por un momento de necesidad. Ahora bien, podría entrar y tener la suerte de que también tuviesen ropa de hombre o podría seguir pasando frío en busca de una tienda donde fuese seguro que encontraría ropa masculina.

Debido a esta duda una nueva pelea surgió en mi interior una nueva disputa entre las personalidades de una forma feroz. Todas las personalidades se peleaban salvo la del vago, la cual sentía tal pereza que ni quiso involucrarse. Tras unos segundos la personalidad ganadora fue la menos habitual en mí, la seria. Con la nueva personalidad juzgué que seguir buscando era demasiado arriesgado teniendo en cuenta que entrar lo único que podría conllevar era vestirme de mujer. De este modo simplemente entré en la tienda y empecé a buscar algo que me pudiera servir de abrigo en la isla.

Parece un local enorme. Lo primero que te encuentras es un montón de maniquíes de aspecto siniestro, negros completamente y sin cabeza, que cuelga del techo. Sin embargo, van a la última. Chaquetinas y rebecas, pareos de playa... Parece la colección Primavera-Verano, aunque te alcanza la vista para observar la sección de abrigos de piel, al fondo de todo. Sin embargo, se pone algo en medio de tu camino que te impide avanzar.

-Hola, ¿Necesita ayuda? ¿Le encontramos tallas? Tenemos una tienda especial para Okamas a dos manzanas. Se pone lo mismo que aquí, pero en tallas más grandes y colores más chillones.

¡Una dependienta!

Nada más entrar en la tienda me doy cuenta de que el local tiene un tamaño bastante decente, llegando a parecer enorme. A simple vista parece que toda la ropa que hay es de la temporada Primavera-Verano, pero al fondo se puede ver aun algunos abrigos de piel. Cuando pongo dirección a los abrigos algo o más bien alguien me impide avanzar colocándose enfrente. Se trata de una dependienta que me dice que dos manzanas más adelante se encuentra una tienda especial para okamas en la que se expone lo mismo que en esta tienda, pero de mayor tamaño y colores llamativos. Al escuchar eso en mi mente la personalidad asesina desea poder salir, pero aún está la personalidad seria por lo que simplemente miro al hombre y digo

>>Disculpe señora, no estoy interesado en la moda okama, solo vengo a por un abrigo pues no tengo uno.<<

Tras eso me desplazo a la derecha y empiezo a caminar hacia los abrigos con la intención de probarme algunos y coger el que mejor se adapte a mí.

Al parecer todas las tiendas a las que entro son de ropa femenina, por lo que toda la ropa que me encuentro es de mujer. Según la mujer de la tienda el abrigo no me va a valer pues es para personas delgadas o mujeres. En ese justo momento en mi mente se desató un gran debate entre las personalidades, un debate que nunca había ocurrido antes entre dos personalidades pues las otras apenas querían opinar.

– Knives – Mata a esa perra y coge lo que quieras, total, nadie se dará cuenta de que ha pasad hasta que estés en la otra punta de la ciudad.

– Vash – No hace falta matarla, dile simplemente que no eres okama y solo buscas abrigo.

Cualquiera que me vea pensará que me pasa algo o que tengo un problema de atención, pues mi cara demuestra que no lo estoy pensando. Sin embargo, aunque mi aspecto demuestre lo contrario sí presto atención a mi entorno. Finalmente decido hacer caso a Vash y digo

Disculpe señora pero no soy okama ni tampoco quiero ropa de mujer, simplemente si pudiera indicarme donde encontrar ropa de hombre iré allí y la dejaré trabajar tranquila. Mis ojos escarlata se fijan ahora en ella a ver que me responde.