Notas anónimas.

Un día cualquiera en el bergantín de los Crimson Wolves conocido como Atlas, cuando los miembros llegan a sus respectivos camarotes se encuentran una saca, cada uno con una nota individual.

Tobías:

Bizvan:

Ciaran:

Así mismo, si se adentraban a entrar a mi propio camarote, se encontrarían otros dos paquetes, en uno de ellos estaba escrito en nombre de Noa Kasanova, contaba con que hubiera recibido el mensaje del Den Den Mushi, le avisé de que le necesitaría en unos días, pero tan solo encontraría dicho paquete.

Noa:

A mis queridos lobos:

Llegué como un día cualquiera a Atlas, la embarcación donde los CW habíamos montado nuestra base. Mi intención era tirarme un rato en mi camarote sin pararme a charlar con ninguno de mis nakamas. Mi viaje había sido largo y me dolían las piernas de volar con Azkar. Todo era perfectamente normal a excepción del silencio que había, aunque por otro lado tampoco era extraño si el peliblanco estaba fuera en alguna misión. Era un alivio el pensar que podrí dormir sin temor a que este entrase en cualquier momento para tocarme los huevos... Aunque mi armonía se rompió cuando al entrar en mi camarote vi esa carta. La sensación fue mala mucho antes de abrirla, pero todo fue aún más desgarrador cuando la dejé a un lado tras leerla un par de veces por si había algo que no comprendía.

Corrí de forma frénetica hacia el camarote del pelirrojo aún a sabiendas que no estaría allí. Buscaba a la rubia para ver si esta sabía más o por si encontraba otra pista de forma desesperada... Pero lo que encontré allí era aún más desconsolador. La carta privada de Noa la dejé donde estaba, pero la general me negué a esperar a que los demás estuviesen presentes. Casi nunca coincidíamos todos juntos y quizás allí hubiese más pistas. Una vez releí la que allí había no pude evitar lanzar varios improperios a gritos. La gran mayoría hacía referencia a la dudosa inteligencia de Kimura y no dudaba que le pitarían los oídos allá donde estuviese. Volví a mi camarote para recoger lo que el estúpido me había dejado y esperé a que volviese alguno de los demás para hablar muy seriamente sobre que hacer.

Spoiler:

Después de haber pasado algunos días de ausencia por motivos personales, llegué al barco que el capitán Kimura había conseguido para nosotros, los Crimson Wolves. Un enorme buque que servía como nuestro principal medio de transporte y como punto de reunión para los miembros de la flota. Nada más llegar, alcé la voz para comprobar si había alguien. Sólo el silencio me respondió, ¿donde estaban todos? ¿Acaso se fueron en una misión y se olvidaron de contactar conmigo para ir con ellos? Bueno, no podía culparles ya que yo misma había estado ausente y fuera de cualquier tipo de contacto durante un largo tiempo. Simplemente me limité a caminar hacia mi camarote para descansar después del largo viaje que había hecho para llegar hasta aquí. Abrí la puerta con cuidado, no quería romperla debido a que habían veces que no puedo controlar mi propia fuerza. La última vez había roto sin querer el grifo del baño, tuve que llamar al equipo de mantenimiento de la base de la Marina para que lo arreglasen, aparte de que me disculpé por mi falta de cuidado.

Al encender la luz de mi camarote, mis ojos se posaron en una carta junto a una saca. Me rasqué la cabeza extrañada, preguntándome que podría ser aquello. Mi mano agarró sin vacilar la carta y la abrí con curiosidad. Al terminar de leer la carta, no pude sentir más que tristeza por la repentina marcha del capitán Kimura. Me sentía mal por no haber pasado más tiempo con él y conversar más, sentía que con su marcha la banda no iba a ser lo mismo. Sin embargo, en vez de enfadarme y correr por todo el barco intentando encontrarle, respeté su decisión y simplemente acepté su marcha. - Espero que algún día nuestros caminos vuelvan a cruzarse, capitán. Espero que salgas bien de esta y puedas ayudar a tu hermano - dije en voz baja deseándole lo mejor.

Dejé la carta sobre una mesa y me dispuse a examinar lo que había dentro del saco. Una extraña daga y un brazalete reposaban en su interior, los examiné de cerca y parecían ser de buena calidad. Los puse dentro de un baúl para que estuvieran a buen recaudo y lo cerré con llave. Estaba dispuesta a guardar los objetos del capitán hasta que volviese. Salí del camarote y me dirigí hacia el del capitán, no me sorprendí al ver allí a Tobías que parecía estar alterado por la marcha del capitán. No dije nada, simplemente me senté y esperé a que los demás viniesen, parecía que todos tenían una carta de despedida del capitán.

Spoiler:

Había recibido el mensaje de Kimura. Viajé lo más rápido que pude hasta el navío de los Crimson Wolves, Atlas. Al llegar fui directo al camarote del capitán, allí me esperaba una nota que no esperaba jamás llegar a leer. Mi buen compañero Hayate había decidido emprender una cruzada en solitario por el bien de su familia, al igual que en el pasado sucedió con mi hermana Bianca pero con el detalle de que no nos había querido dejar formar parte en su particular lucha. Mierda Kim... Sabes que podías confiar en nosotros... Maldito hijo de perra... Con lo bien que te quedó el discurso mientras salvábamos a Bianca y ahora decides irte por tu cuenta. Y encima tienes la cara de decir que somos tu familia, que lo haces por protegernos... Otra vez vuelve a suceder que un hermano se marcha de mi lado, primero con mi hermana, luego con Azumi y ahora tu, parece que algo a mi alrededor hace que aquellos con los que entablo amistad acaban marchándose de mi lado. Quizás es hora de ir por cuenta durante un tiempo, hace mucho que dependo de otras personas y por lo que veo esto no funciona.- Pensaba mientras daba vueltas en círculos por el camarote.

Al final de la nota decía que me dejaba una guadaña y un arco, que los cuidase hasta su regreso. ¿Qué regreso? Miraba a mi alrededor al confirmar que por el motivo que fuese había dejado absolutamente todas sus pertenencias en el camarote junto a unas notas con los nombres de los otros integrantes de Crimson, imagino que, al igual que a mi, les había legado a cada uno lo que consideraba oportuno según su afinidad con ellos. Solo quedaba hablar con el resto de los compañeros, quería saber que iba a hacer cada uno antes de escoger un camino a seguir. No tenía ganas de ir en grupo al menos durante una temporada, pero seguían siendo mis Nakamas con los que había vivido una fantástica etapa de mi vida.

Luego de comprobar la realidad de que muy probablemente Kimura hubiese ido a su suicidio necesitaba un tiempo de soledad antes incluso de hablar con los Crimson. Parece que había sido el primero en llegar a Atlas, si había dejado más cosas para los otros Nakamas significaba que también los había citado aquí, no quería ver a nadie por ahora, simplemente cogí la herencia que me dejaba el eterno capitán de los Crimson Wolves y partí de Atlas, necesitaba un tiempo para mi, para aclarar las ideas.

Transacción aceptada.