Charlotte Ryucci
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Akuma no mi
Varios
- petición:
- Me gustaría sacar una espada con Kairo :3 o la espada que pueda uwu
Completamente perdida, completamente desorientada, sin una mínima pizca de dónde estaba me hallé en recostada sobre un extenso pastizal. Como recién me había despertado, como era de esperarse y natural en los seres humanos, una persona no tiene total control de su mente y la coordinación de su cuerpo logrando una incómoda sensación de ser incapaz de pensar tanto por mi prematuro despertar tras un profundo letargo e ignorancia completa del contexto que me había imbuido en tan escabrosa situación.
Poco y nada soy capaz de los momentos previos a desadormecerme en tal estado. Difusas imágenes de personas son evocadas en mi cabeza acompañados de un punzante dolor que se acentúa en la zona parietal de mi cráneo, no puedo distinguir ningún rostro ya que todo el cuadro aparenta estar difuminado o simple y llanamente borroso, no puedo descifrar diálogos tampoco al traducirse éstos como un ruido saturado e inteligible, no puedo diferenciar demasiado de la escena exceptuando que los colores y matices que abundan en el fondo se asemejan demasiado a los tonos grisáceos y azabache de una velada en la ciudad. Entre todo ese vano intento de lograr armar un rompecabezas cuyas piezas están rotas, recordé vagamente el resplandor inconfundible de las luces artificiales que tanto iluminan y bien hacen en las solitarias calles nocturnas.
Me quedé a mitad de la consciencia durante un breve intervalo de tiempo, podría decirse que estuve tras despertarme unos 10 o 15 minutos en el suelo meditando sobre lo que acontece e intentando llegar a alguna resolución razonable. Estaba tirada en el suelo, puedo reconocer que estuve dormida allí durante toda la noche ya que la blanca camisa que porto posee varias alteraciones que argumentan a favor; En primer lugar cuento con que esté húmeda, fría, traslúcida y apegada a mi cuerpo como consecuencia de ser bañada en el rocío matutino tan característico de las zonas como éstas. No podría haber conseguido un resultado semejante por mi cuenta, más contando que varias hierbas se pegaron en mi cabello y prendas, algunos pequeños insectos ya rodeaban mi cuerpo como si presagiaran que moriría eventualmente, y que un cuervo se marchó decepcionado al notar que seguía respirando como normalmente lo haría. Por alguna razón extraña, hubo algo que me llenó aún más de dudas y logró intrigarme de cierto modo; No poseía prendas en la parte inferior de mi cuerpo, únicamente mi panty rosácea acompañaba a mi camisa y nada más, tampoco tenía zapatos, estaba completamente descalza y lo noté inmediatamente porque el suelo lograba darme cosquillas en toda la planta del pie.
Emití un enorme bostezo e inconscientemente cubrí toda la superficie de mi boca con mi mano izquierda, la acción poco sentido tenía teniendo en cuenta que aparentaba estar sola y normalmente no abría de qué preocuparse. Luego de lo anteriormente descrito sentí que me había liberado de una pesada carga, parecía que esa acción era lo único que necesitaba para librarme del dolor de cabeza que tanto torturaba y persistía en mi ser. Me levanté paulatinamente, tambalee cual cuadrúpedo recién nacido comprendiendo la importancia y dificultad del equilibrio, estiré mis extremidades con un par de ejercicios de flexión pasiva para no forzarme demasiado. Respiré hondo con el diafragma, tanto que incluso mis pulmones se llenaron de aire, todo esto con el fin de emitir un largo y denso suspiro con el cual descargué todas mis dudas… Con algo de suerte el viento me respondería si es que hablamos el mismo idioma.
Por fortuna el clima estaba bastante agradable, aún así la temperatura se decantaba por un fresco que no sería tan alarmante si no contásemos con unas recurrentes brisas que en contacto con la húmeda camisa crean una gélida pero sufrible sensación de frío en todo el cuerpo. Toda su piel se erizó dándole el tan afamado efecto de “piel de gallina”, ante el estímulo térmico se abrazó a sí misma intentando general algo de calor puesto que el que proporcionaba el sol no era suficiente.
El astro rey se posicionaba apenas emergiendo del horizonte, gracias a éste factor logré hacer una estimación del horario que (aunque bastante inexacto) reducía todo el margen posible a un intervalo entre las 6 y 8 am. El cielo poseía un degradado entre naranja y cerúleo por tan bello crepúsculo, la zona anaranjada era propia del nacer del sol y el cerúleo ya de la atmósfera filtrando el espectro de luz total que un cuerpo celeste como aquel puede ofrecer. En la zona más alejada del susodicho cuerpo aún se podía divisar la luna y unas vagas estrellas que se rehusaban a desaparecer posterior a tan impecable actuación en el firmamento nocturno… No las pude observar en su momento, o más bien no las recuerdo, pero estoy segura que se han lucido viéndose notablemente bellas ante los ojos de los espectadores.
Comencé a caminar en la nada, realmente no había nada allí. Por suerte mi vista logró deleitarse con tan precioso ecosistema que estuve invadiendo, lo único horripilante ante mis ojos era yo en contraste ante la inmensidad de un mundo claramente no explotado e inexplorado. Aquel pastizal en el que me hallé realmente era inmenso, parecían enormes campos que posiblemente tardaría horas en terminar de recorrer si caminara en línea recta, toda la vegetación, los coposos árboles y sus prominentes troncos en compañía a tal grosos en sus ramificaciones estaban dotados de un verde que jamás había visto y que jamás ninguna fotografía podría recrear. Aquellos colores tan vivos, el aire tan puro que podía respirarse, los rayos del sol acariciando suavemente a la variopinta vegetación del lugar y las hojas y pasto que danzaban en sintonía con el viento recreaban unas infantiles ganas de simplemente olvidarse de todas las banalidades y jugar infinitamente en tal ubicación para siempre.
Sin embargo no había tiempo para ponerse a jugar, mi estómago comenzó a rugir cual felino indicándome que ya tenía hambre, mis labios estaban resecos tras deshidratarme tantas horas bajo el sol, el perfume de mi cuerpo había desaparecido, sólo olía a pasto y los bichos son probablemente los únicos seres vivos que se animarían a acercarse a mí en tal deplorable estado. No poseía demasiadas fuerzas, la ausencia de un buen desayuno se hacía notar logrando que mi estado de ánimo y mis energías decayeran notablemente. Como cereza del pastel, aquellos días no eran mis mejores días, varios mosquitos me habían picado y dejado marcas en el rostro, por lo que mi humor no era especialmente bueno.
Sólo caminé unos 4 kilómetros hasta que logré ver en la lejanía otro sujeto arrojado en el suelo tal y como yo estaba hace una hora. Rápidamente corrí hacia él para ver si aún estaba vivo y sí, efectivamente respiraba, logré comprobar que sus signos vitales eran buenos tras posar mi dedo húmedo en su nariz y sentir la caricia de una exhalación sobre él. Estaba vestido con un costoso traje al cuerpo, claramente pertenecía a una clase social bastante elevada ya que no cualquiera logra comprar prendas confeccionadas con tanta maestría. No lograba identificar su rostro y relacionarlo con nadie que conocía, su cabello estaba completamente descuidado, su cutis con diversos cortes, emanaba un inaguantable olor a alcohol de él y en su mano izquierda (en el dedo anular para ser más específicos) estaba la marca típica de un anillo ausente… ¿Se le habrá perdido al pobre?
Su armamento yacía a un costado, arrojado en el suelo, se trataba de una peculiar Katana corta que parecía bastante costosa; No porque la hoja sea vistosa o pareciese particular, sino porque su vaina estaba bien ornamentada y ostentaba detalles que pocas veces había visto. Ni lenta ni perezosa, tomé la Katana y procedí a marcharme con cuidado: Como lo había dicho antes, mis pies estaban desnudos y con cada paso sentía la tierra en ellos, las caricias y cosquillas del césped y algún que otro insecto recorriendo todo mi arco interno y externo.
Aquella captura logró apaciguar mi mal humor, ya casi me había olvidado de todo tras cargar en mis brazos tal arma. La enfundé y desenfundé innumerables veces, el sonido del acero rozando entre sí de la funda y la hoja producían una sensación casi orgásmica en mi cuerpo. Se notaba a leguas la calidad de la misma, la durabilidad no podría saberla ya que no la sometí a ninguna prueba ni estuve en su proceso de fabricación, pero mis ojos decían que no se rompería fácilmente. A lo largo del viaje logré entretenerme gracias a lo anteriormente escrito, intentando no ser redundante, jugaba con la espada y todo lo que una espada podía ofrecer como entretenimiento. Mientras caminaba, atacaba a la nada y fingía combates como una niña jugando con su imaginación. Aún en acciones tan propias de un infante mis movimientos son elegantes, la espada no inmutó al viento con cada veloz estocada, el ataque no generaba sonido alguno, ni las hierbas ni los animales percibían alguna alteración en el ambiente, el único residuo que podía delatar el veloz y audaz movimiento de mis manos es el resplandor de lateral de la hoja tras ser revelada a la luz del sol creando una imagen efímera de luminosidad.
Pasaron las horas y logré al fin encontrarme con la ciudad, respiré aliviada al saber que estaría a salvo y al fin podría comer algo. Ya se hicieron las 2 de la tarde aproximadamente, el sol estaba en un punto alto y avanzado en su ciclo diurno, resplandecía como nunca, sólo unas escasas nubes tuvieron la osadía de interrumpir en el inmaculado firmamento cerúleo de aquel día. A esas horas hacía un calor abrumador, tenía una sed que sentía que me moriría si no lograba hidratarme y recuperarme. Mi ropa ya se me hizo sentir incómoda, toda húmeda, apegada, con restos de vegetación y bichos que parecían suicidarse al impactar contra mí, el frío que me creaban había desaparecido al sentir que hervía gracias a ellas. Mis brazos tenían quemaduras por el sol, mis piernas poseían varias picaduras de mosquitos y mi rostro tenía una franja roja en la zona de la nariz siendo ésta la quemadura más notable de toda la jornada.
Finalmente, antes de llegar a la ciudad cuando ya ésta era visible ante mis ojos (unos 2 kilómetros antes) se me acercó un sujeto extraño también vestido de traje que parecía estar buscando a algo. Su cabello era castaño, su altura considerablemente alta logrando superarme por al menos unos 20cm, era corpulento, se comunicaba mediante un den den mushi intentando coordinar alguna operación bastante importante pero… Eso poco importaba ahora, sólo quería encontrar un baño donde quitarme toda la mugre y una tienda donde comprar ropa nueva que oliese decente.
- Sabes, ha desaparecido un importante sujeto llamado ******. Vestía de traje, portaba una valiosa arma que adquirió con anterioridad, su cabello es azabache y posee varios cortes en el rostro. La última vez que se supo de él fue en una fiesta que se realizó anoche, curiosamente ninguno de los invitados se ha reportado aún… Asumimos que en un estado etílico se fueron al prado por razones desconocidas y…- Comento el desconocido en un tono imponente, profesional aunque recurrente en los guardias de seguridad en las películas .Durante aquel intervalo, oculté ligeramente la Katana enfundada de la vista ajena, fue un movimiento sutil con mi mano derecha que no despertaría la atención de ninguna persona normal. Aún así, la capacitación y profesionalismo del corpulento sujeto le permitieron ver que algo andaba mal y que yo aparentaba estar relacionada con la desaparición. Él estuvo a punto de sacar el arma y arrestarla, iba a decir “Estás arrestada, ven conmigo […]” pero decidí interrumpirlo abruptamente antes de que pudiera ocasionarme problema alguno.
Lo único que se oyó fue un ruido metálico, característico de una hoja que es guardada en su saya. Me posicioné instantáneamente delante del sujeto, con una mirada gélida e inexpresiva reposé mi nueva Katana dentro de la ornamentada funda apoyando mi mano izquierda en el mango y con la derecha sostenía firmemente la funda conservándome airosa. Ante los ojos convencionales no fue más que un reflejo, un destello de luz como estela de un rápido movimiento casi imposible de ver, duró quizá menos de un parpadeo. Lo que más queda en la mente, grabado en la retina, es a mí misma guardando la Katana ya que la duración de la acción es notablemente superior al propio ataque.
Con un tono dulce, amable, con el tono impregnado en cariño con el que una madre podría preguntarle “¿cómo estás?” a su hijo respondí sus inquietudes tras continuar con mi recorrido. Estaba tranquila ahora puesto a que mi hoja se conservaba inmaculada, sin ningún rostro de sangre y reí por lo alto. “Él hizo silencio, ahora estoy segura de que no podrá hablar nunca más” me dije a mí misma sintiendo una inefable e inconmensurable satisfacción que empapaba toda mi existencia. Se fundió conmigo una ansiedad recurrente, una necesidad de continuar batallando, así como los felinos sienten la necesidad de divertirse al cazar yo sentía que quería aún más. Mi aura desbordaba la sensación de sed de sangre, mi alma estaba predispuesta a darme más fuerzas y voluntad conforme más sangre viera pero… Ya no había nada que hacer.
Al voltearme lo ví, vi al sujeto incapaz de seguir cargando su cuerpo. Su peso pudo con él, sus músculos al no oxigenarse ya no respondían a la necesidad de actuar. En un estúpido e inútil intento por evitar lo inevitable, por detener una inminente muerte que ya estaba decretada por el propio destino cubría una herida profunda en su garganta con ambas manos. La sangre, delicioso néctar carmesí, brotaba de su cuello como una fuente de chocolate. Nada había que hacer, la sangre se escurría y filtraba por en medio de sus dedos, poco a poco desfallecía y perdía la consciencia posando en el suelo. Agonizaba dolorosamente puesto a que no es una muerte rápida, aunque tampoco era tan lenta consecuencia a que su causa de muerte no fue el desangrado… Sino el ahogarse con su propia sangre. Se notaba la desesperación en el último gesto de su moribundo rostro, sus ojos blancos describían el sufrimiento inimaginable por el que había pasado antes de morir, tosió por última vez como acción final una vez que la sangre asfixió sus propios pulmones.
Me paré para decirle unas últimas palabras, desde el más allá tenía derecho a saber qué pensaba yo de eso. Así que dulcemente le dediqué unas últimas palabras. -Eras una molestia, aunque ahora que te vi así sufriendo y agonizando… Eres realmente sexy, sabes, me diste material para tocarme ésta noche y te agradezco por ello. Te llevaría a mi casa y te violaría, pero no podría explicar qué hago cargando un cadáver y me traería más problemas. Cuando yo muera, asegúrate de invitarme a salir. ¿Sí? .- Finalicé sonriendo cual enamorada, seguí mi paso contenta mientras se acomodaba el cabello como preparándome para la cita que nunca tendremos.
Abby
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ay, Charlotte... Soy Azula y seré tu correctora. Toma asiento y agárrate fuerte porque vienen muchas curvas y además son peligrosas. ¡Empecemos!
¿Qué puedo decir? No he tenido una trama que me haya mantenido pegada a la lectura. No ha habido nada. Te despiertas, vagas por ahí, robas una espada y matas a un civil. Muy bien, una marine cuyo trabajo sería ayudar a una persona herida va y le roba y, después, matas a una persona en la calle a la vista de todos. ¿Dónde queda la coherencia?
Debo mencionar que me he perdido mucho leyendo este diario. Frases enrevesadas a más no poder como si intentaras darle un estilo barroco, he tenido que releer párrafos enteros para poder enterarme de lo qué querías explicar. Tienes un gran problema con los cambios de tiempo, me los mezclas todos en una misma frase y así durante toda la lectura. Te dejo un ejemplo:
También hay fallos de comas y acentos por todo el diario así como repeticiones, cuidado con ellas. Por último quiero recordarte que revises bien al escribir porque mezclas la 1º persona con la 3º persona y eso desentona.
Vamos con la libreta del dolor:
No se dice en recostada.
No tiene sentido.
Habría.
Me tambaleé.
Esta frase está mal explicada.
El clima no está agradable, lo es.
Generar.
Estamos en OP, no deberías usar el formato am o pm, quedaría mucho mejor por la mañana o por la tarde.
Redundancia redundante. ¿Cómo caminas en la nada? Un suelo tendrás, ¿no?
Y aquí un ejemplo del cambio de 1º persona a 3º.
En fin, es tu primer diario en este foro y voy a abrir un poco la mano, pero tienes que vigilar todos esos fallos para la próxima vez. El diálogo final me ha sorprendido bastante y... Ah sí, quedas expulsada de la marina por asesinar a un civil en plena calle y con una recompensa de 100.000 berries sobre tu cabeza. Pongo civil porque no me queda claro qué es, ya que mencionas algo de arrestarte.
Dicho esto, tienes un 6 muy raspado. Me temo que solo puedo darte una espada normal y corriente, la nota no te llega para una de kairo.
Si no estás conforme puedes pedir segunda moderación~
¿Qué puedo decir? No he tenido una trama que me haya mantenido pegada a la lectura. No ha habido nada. Te despiertas, vagas por ahí, robas una espada y matas a un civil. Muy bien, una marine cuyo trabajo sería ayudar a una persona herida va y le roba y, después, matas a una persona en la calle a la vista de todos. ¿Dónde queda la coherencia?
Debo mencionar que me he perdido mucho leyendo este diario. Frases enrevesadas a más no poder como si intentaras darle un estilo barroco, he tenido que releer párrafos enteros para poder enterarme de lo qué querías explicar. Tienes un gran problema con los cambios de tiempo, me los mezclas todos en una misma frase y así durante toda la lectura. Te dejo un ejemplo:
Por fortuna el clima estaba bastante agradable, aún así la temperatura se decantaba por un fresco que no sería tan alarmante si no contásemos con unas recurrentes brisas que en contacto con la húmeda camisa crean una gélida pero sufrible sensación de frío en todo el cuerpo.
También hay fallos de comas y acentos por todo el diario así como repeticiones, cuidado con ellas. Por último quiero recordarte que revises bien al escribir porque mezclas la 1º persona con la 3º persona y eso desentona.
Vamos con la libreta del dolor:
me hallé en recostada sobre un extenso pastizal.
No se dice en recostada.
Poco y nada soy capaz de los momentos previos a desadormecerme en tal estado.
No tiene sentido.
no abría de qué preocuparse
Habría.
Me levanté paulatinamente, tambalee
Me tambaleé.
Respiré hondo con el diafragma, tanto que incluso mis pulmones se llenaron de aire, todo esto con el fin de emitir un largo y denso suspiro con el cual descargué todas mis dudas…
Esta frase está mal explicada.
Por fortuna el clima estaba bastante agradable
El clima no está agradable, lo es.
se abrazó a sí misma intentando general algo de calor
Generar.
El astro rey se posicionaba apenas emergiendo del horizonte, gracias a éste factor logré hacer una estimación del horario que (aunque bastante inexacto) reducía todo el margen posible a un intervalo entre las 6 y 8 am.
Estamos en OP, no deberías usar el formato am o pm, quedaría mucho mejor por la mañana o por la tarde.
Comencé a caminar en la nada, realmente no había nada allí.
Redundancia redundante. ¿Cómo caminas en la nada? Un suelo tendrás, ¿no?
seguí mi paso contenta mientras se acomodaba el cabello como preparándome para la cita que nunca tendremos.
Y aquí un ejemplo del cambio de 1º persona a 3º.
En fin, es tu primer diario en este foro y voy a abrir un poco la mano, pero tienes que vigilar todos esos fallos para la próxima vez. El diálogo final me ha sorprendido bastante y... Ah sí, quedas expulsada de la marina por asesinar a un civil en plena calle y con una recompensa de 100.000 berries sobre tu cabeza. Pongo civil porque no me queda claro qué es, ya que mencionas algo de arrestarte.
Dicho esto, tienes un 6 muy raspado. Me temo que solo puedo darte una espada normal y corriente, la nota no te llega para una de kairo.
Si no estás conforme puedes pedir segunda moderación~
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