AEG93
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era un día cualquiera en la Isla Judicial. El sol brillaba y, en uno de los patios interiores del edificio donde estaban los aposentos de los Agentes, un hombre calvo se encontraba sentado en la hierba con las piernas cruzadas y los brazos extendidos. Su torso estaba desnudo, y tenía los ojos cerrados.
A Thawne le gustaba mucho meditar en la tranquilidad de aquel patio. Cuando estaba en Ennies Lobby, todas las mañanas acudía allí para relajarse un rato. Primero realizaba su rutina de entrenamiento durante una hora, y después meditaba durante otros 30 minutos. Era lo primero que hacía cada día tras levantarse de la cama.
Sentarse allí y quedarse inmóvil, en aquel estado como de trance, le permitía reflexionar sobre cualquier cosa sin ningún tipo de distracción ni externa, ni interna. Ese día pensaba acerca de su recién descubierto linaje. Enterarse de que su antepasado había llegado a convertirse en la mayor leyenda de la historia de la Agencia, y más aún, que había sido una de las pocas personas en batirse en combate individual contra el rey de los piratas, el legendario Luffy Sombrero de Paja, y llevarlo al borde de la muerte, había resultado cuanto menos satisfactorio. A pesar de las inhumanas pruebas que había tenido que superar en sus antiguos aposentos, sentía que era lo correcto. Ahora ya sabía de dónde salía su determinación de convertirse en el hombre más poderoso del Cipher Pol y, por qué no, del mundo.
En esta situación se encontraba el calvo cuando un empleado de la Isla entró en el patio. Llegó hasta él y, con suavidad para no molestarle, dijo:
- Lo siento por interrumpirle, Agente Anders, pero me han entregado un mensaje muy importante para usted, y tengo que entregárselo.
La voz pertenecía a Phil, uno de los secretarios encargados del papeleo y de entregar las nuevas informaciones que llegaban a la Isla a los Agentes a quienes iban dirigidas. Sin molestarse en abrir los ojos ni en moverse un solo milímetro, Thawne respondió:
- Gracias, Phil. Deja el mensaje a mi lado en el suelo, y después puedes volver a tu trabajo. Lo leeré en cuanto termine.
- De acuerdo, Agente Anders, eso haré.
Ya casi había terminado, pero si de verdad era importante no quería que se encontrase allí un administrativo cuando lo leyera. Unos 5 minutos después, el calvo abrió los ojos y se levantó. Guardó la nota en el bolsillo, y se dirigió hacia su habitación. No estaba muy lejos, pero aún así había que caminar varios minutos. El sol ya calentaba, a pesar de no haber llegado aún a su cénit, lo que hacía que la temperatura fuese bastante agradable. La isla judicial no era ninguna maravilla en cuanto al paisaje, ya que no era su función, pero en días como aquel ofrecía una estampa bastante impresionante.
Camino a su habitación, cuando pasaba por al lado de una de las principales salas de entrenamiento de la isla, vio de lejos a un compañero al que conocía de vista. Se llamaba Kyle, y había llegado a Ennies Lobby más o menos a la vez que él. Se trataba de un chico algo menor que él, de unos 20-22 años, alto y delgado. Su pelo era de color azul eléctrico, lo que le daba un aspecto un tanto raro que le hacía destacar entre la gente. Pero lo que le llamó la atención fue que apenas podía tenerse en pie. Tenía la pierna izquierda llena de sangre, y las manos también empapadas. Un reguero de sangre cubría el suelo a lo largo de unos 20 metros. Al final del reguero había un bot de entrenamiento y, a su lado, una espada ensangrentada en el suelo.
En ese momento, el alma de médico de Thawne salió y, rápidamente, el calvo echó a correr hacia el peliazul, agarrándole y ayudándole a sentarse.
- No te preocupes, Kyle. Soy médico. Te ayudaré para que puedas llegar hasta el hospital. ¿Qué ha pasado?
El Agente estaba pálido y sudoroso, y parecía muy débil. Sin apenas fuerzas para hablar, consiguió decir:
- Entrenando……. con la…….. espada. Me…… corté…… la pierna.
- Bien, déjame ver eso.
Dijo Thawne, mientras arrancaba casi por completo la pata izquierda de su pantalón. Tenía un corte con muy mala pinta en la cara anterointerna del muslo izquierdo, más o menos a medio muslo. Observándola con un poco de atención pude ver que era bastante profunda y que, dado que sangraba profusamente, a chorro. Eso solo podía suponer una cosa, la herida había seccionado una arteria. Probablemente, dada la localización, sería la femoral. No podía perder ni un segundo.
Dado que en aquel momento carecía de los medios necesarios para reparar el vaso dañado y cerrar la herida, ya que un corte de esa magnitud requería de instrumental que se encuentra en mi habitación, o en el hospital de la isla. Éste último estaba más cerca, y disponía de más médicos y mejores aparatos que yo, lógicamente, así que la mejor opción era llevarle allí. Pero tal y como estaba moriría antes de llegar, aunque apenas nos separasen 200 metros de él. Kyle había tenido mucha suerte de que el calvo pasara por ahí justo en ese momento, un par de minutos más y estaría muerto.
Thawne decidió utilizar su camisa para frenar la hemorragia, atándola con fuerza alrededor de la raíz de la pierna izquierda de Kyle a modo de torniquete. No era la actuación ideal pero, dado que en aquel momento no tenía ningún otro medio a su disposición no quedaba más remedio. Pero debía llevarle rápido hasta el hospital, ya que eso solo le daría unos minutos más, y con el riesgo de perder la pierna por isquemia si se mantenía puesto mucho tiempo.
El calvo subió al peliazul sobre su espalda, y se puso en marcha hacía el hospital. Con el peso del herido a cuestas no podía ir demasiado deprisa, pero se las consiguió arreglar para cubrir la distancia que los separaba de allí en menos de 3 minutos y, agotado, dejarle sobre una camilla en la que el personal del hospital se lo llevó al momento al quirófano.
Exhausto y empapado en sangre, Thawne se dirigió a su habitación. Necesitaba una buena ducha y descansar un poco. Sin embargo, al quitarse el pantalón para hacerlo, un trozo de papel salió de uno de los bolsillos y cayó al suelo. Entonces se acordó, de repente: ¡la nota!
Se agachó a recogerla y la abrió. Se trataba de una invitación para un importante evento organizado por la Marina, al que convocaban a todos los miembros importantes del Gobierno, y también a algunas personas ajenas a él, siempre que no fuesen criminales. No decía más, solo que en aquel evento, quien lo mereciera alcanzaría la gloria.
A Thawne le gustaba mucho meditar en la tranquilidad de aquel patio. Cuando estaba en Ennies Lobby, todas las mañanas acudía allí para relajarse un rato. Primero realizaba su rutina de entrenamiento durante una hora, y después meditaba durante otros 30 minutos. Era lo primero que hacía cada día tras levantarse de la cama.
Sentarse allí y quedarse inmóvil, en aquel estado como de trance, le permitía reflexionar sobre cualquier cosa sin ningún tipo de distracción ni externa, ni interna. Ese día pensaba acerca de su recién descubierto linaje. Enterarse de que su antepasado había llegado a convertirse en la mayor leyenda de la historia de la Agencia, y más aún, que había sido una de las pocas personas en batirse en combate individual contra el rey de los piratas, el legendario Luffy Sombrero de Paja, y llevarlo al borde de la muerte, había resultado cuanto menos satisfactorio. A pesar de las inhumanas pruebas que había tenido que superar en sus antiguos aposentos, sentía que era lo correcto. Ahora ya sabía de dónde salía su determinación de convertirse en el hombre más poderoso del Cipher Pol y, por qué no, del mundo.
En esta situación se encontraba el calvo cuando un empleado de la Isla entró en el patio. Llegó hasta él y, con suavidad para no molestarle, dijo:
- Lo siento por interrumpirle, Agente Anders, pero me han entregado un mensaje muy importante para usted, y tengo que entregárselo.
La voz pertenecía a Phil, uno de los secretarios encargados del papeleo y de entregar las nuevas informaciones que llegaban a la Isla a los Agentes a quienes iban dirigidas. Sin molestarse en abrir los ojos ni en moverse un solo milímetro, Thawne respondió:
- Gracias, Phil. Deja el mensaje a mi lado en el suelo, y después puedes volver a tu trabajo. Lo leeré en cuanto termine.
- De acuerdo, Agente Anders, eso haré.
Ya casi había terminado, pero si de verdad era importante no quería que se encontrase allí un administrativo cuando lo leyera. Unos 5 minutos después, el calvo abrió los ojos y se levantó. Guardó la nota en el bolsillo, y se dirigió hacia su habitación. No estaba muy lejos, pero aún así había que caminar varios minutos. El sol ya calentaba, a pesar de no haber llegado aún a su cénit, lo que hacía que la temperatura fuese bastante agradable. La isla judicial no era ninguna maravilla en cuanto al paisaje, ya que no era su función, pero en días como aquel ofrecía una estampa bastante impresionante.
Camino a su habitación, cuando pasaba por al lado de una de las principales salas de entrenamiento de la isla, vio de lejos a un compañero al que conocía de vista. Se llamaba Kyle, y había llegado a Ennies Lobby más o menos a la vez que él. Se trataba de un chico algo menor que él, de unos 20-22 años, alto y delgado. Su pelo era de color azul eléctrico, lo que le daba un aspecto un tanto raro que le hacía destacar entre la gente. Pero lo que le llamó la atención fue que apenas podía tenerse en pie. Tenía la pierna izquierda llena de sangre, y las manos también empapadas. Un reguero de sangre cubría el suelo a lo largo de unos 20 metros. Al final del reguero había un bot de entrenamiento y, a su lado, una espada ensangrentada en el suelo.
En ese momento, el alma de médico de Thawne salió y, rápidamente, el calvo echó a correr hacia el peliazul, agarrándole y ayudándole a sentarse.
- No te preocupes, Kyle. Soy médico. Te ayudaré para que puedas llegar hasta el hospital. ¿Qué ha pasado?
El Agente estaba pálido y sudoroso, y parecía muy débil. Sin apenas fuerzas para hablar, consiguió decir:
- Entrenando……. con la…….. espada. Me…… corté…… la pierna.
- Bien, déjame ver eso.
Dijo Thawne, mientras arrancaba casi por completo la pata izquierda de su pantalón. Tenía un corte con muy mala pinta en la cara anterointerna del muslo izquierdo, más o menos a medio muslo. Observándola con un poco de atención pude ver que era bastante profunda y que, dado que sangraba profusamente, a chorro. Eso solo podía suponer una cosa, la herida había seccionado una arteria. Probablemente, dada la localización, sería la femoral. No podía perder ni un segundo.
Dado que en aquel momento carecía de los medios necesarios para reparar el vaso dañado y cerrar la herida, ya que un corte de esa magnitud requería de instrumental que se encuentra en mi habitación, o en el hospital de la isla. Éste último estaba más cerca, y disponía de más médicos y mejores aparatos que yo, lógicamente, así que la mejor opción era llevarle allí. Pero tal y como estaba moriría antes de llegar, aunque apenas nos separasen 200 metros de él. Kyle había tenido mucha suerte de que el calvo pasara por ahí justo en ese momento, un par de minutos más y estaría muerto.
Thawne decidió utilizar su camisa para frenar la hemorragia, atándola con fuerza alrededor de la raíz de la pierna izquierda de Kyle a modo de torniquete. No era la actuación ideal pero, dado que en aquel momento no tenía ningún otro medio a su disposición no quedaba más remedio. Pero debía llevarle rápido hasta el hospital, ya que eso solo le daría unos minutos más, y con el riesgo de perder la pierna por isquemia si se mantenía puesto mucho tiempo.
El calvo subió al peliazul sobre su espalda, y se puso en marcha hacía el hospital. Con el peso del herido a cuestas no podía ir demasiado deprisa, pero se las consiguió arreglar para cubrir la distancia que los separaba de allí en menos de 3 minutos y, agotado, dejarle sobre una camilla en la que el personal del hospital se lo llevó al momento al quirófano.
Exhausto y empapado en sangre, Thawne se dirigió a su habitación. Necesitaba una buena ducha y descansar un poco. Sin embargo, al quitarse el pantalón para hacerlo, un trozo de papel salió de uno de los bolsillos y cayó al suelo. Entonces se acordó, de repente: ¡la nota!
Se agachó a recogerla y la abrió. Se trataba de una invitación para un importante evento organizado por la Marina, al que convocaban a todos los miembros importantes del Gobierno, y también a algunas personas ajenas a él, siempre que no fuesen criminales. No decía más, solo que en aquel evento, quien lo mereciera alcanzaría la gloria.
Abby
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Buena historia. Breve y concisa aunque a decir verdad me esperaba que fuera el herido quien te diera la invitación como halago, pero de tener ya la invitación me ha sorprendido. Bienvenido a la siguiente fase~
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.