Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Taiga saltó desde lo más alto de la enorme catedral. Imbuyó sus piernas en haki armadura y aterrizó provocando un pequeño cráter en el suelo. La gente de la plaza clavó sus miradas en él al mismo tiempo que se alegraban. Había unos veinte marines y la mayoría de ellos bastante heridos. Al parecer, se había formado ya una batalla en Loguetown y eso que llevaba nada reconstruida. Los piratas conocidos como “Los Mostaza” habían organizado una buena.
El rubio vestía con una chaqueta de color negro abierta, una camiseta blanca interior, unos pantalones oscuros y unas botas. Poseía unas hombreras plateadas y en su mano derecha un taco de billar. Su mirara mostraba calma ante todo.
Un hombre corrió hacia él entonces. Era un Teniente a juzgar por lo que ponía en su capa y su mirada era de desesperación. Tenía un corte considerable en un brazo y una herida de bala en el hombro. Era calvo y sus ojos totalmente rojos. Parecía estar pasándolo muy mal. Dicho tipo le miró con alegría, al igual que los marines que había en la zona.
- Por fin ha llegado, agente Taiga. Esos cabrones son muy fuertes… No podemos derrotarlos… ¡Por favor, ayúdenos! – Suplicó el hombre llevando sus manos a los hombros del rubio.
- Retire a todos sus hombres, teniente. A partir de aquí yo me ocupo de la situación y de esos criminales. Se han ganado un buen descanso. – Terminó de decir dedicándole una sonrisa amable ante todo.
El lobo empezó a caminar hacia el frente de batalla a paso calmado. Pudo ver algunos cuerpos en el suelo y eso no le gustó nada. Justo entonces un tipo salió de una de las barricadas. Vestía una armadura completa negra y no podía ver su rostro. Mediría unos dos metros de altura y en su mano derecha portaba un garrote de pinchos. Corrió hacia el agente y tras un grito trató de aplastarle la cabeza. El rubio se mantuvo sonriente todo el tiempo y cuando el ataque estuvo a punto de darle metió su antebrazo en medio, el cual cambió a un color rojo metalizado. Su haki armadura perfecto mejorado, el color de la sangre en lugar del morado. El mazo se partió debido al impacto y una sonrisa se formó en el rostro del rubio.
- Eso es peligroso, podrías hacerte daño si no lo usas con cuidado. – Mencionó entonces lanzando una potente patada rumbo a su pecho y sin contenerse ni un poco.
El enemigo salió volando hasta estamparse contra una farola y quedar inconsciente. Ni si quiera la armadura le había librado de la monstruosa fuerza del sensei del CP. Una sonrisa se formó en el rostro de Taiga, el cual ahora caminaba hacia el resto de piratas, los cuales empezaron a dispararle. Su cuerpo entero tomó el tono rojizo que usó en su brazo. Las balas rebotaban como si nada y eso hizo a mucha gente empezar a correr. Un golpe rápido al aire y una onda de choque mandó a la mayoría a volar.
Se fijó entonces en un tipo que parecía tener todas las papeletas de ser el capitán. Sus cabellos eran largos y oscuros, poseía un parche en su ojo izquierdo, un sombrero con una calavera, una gabardina roja y un bigote enorme. Además, parecía ser el único que no salió corriendo. Sacó de sus ropas un revólver y apuntó a Taiga con él mientras empezaba a reírse.
- No sé quién coño eres, pero has elegido un mal día para meterte con mis hombres. Pienso dejarte un agujero en esa cara de guapito que tienes. – Disparó contra él.
El rubio rio por lo bajo y estiró su mano hacia delante. Una barrera de energía de color verde y en forma de cuadrado se formó, la cual fue imbuida en haki. El hombre disparó los cinco tiros restantes sin éxito. El rubio anuló el poder defensivo y tras usar el soru se colocó a su lado derecho. El capitán llevó la mano a la funda de su espada, pero el puño derecho del lobo se estampó en su rostro, tirándole al suelo de forma violenta. Se dio cuenta de que a diferencia del tipo de la armadura, había aguantado bien el golpe. El tipo se levantó escupiendo un poco de sangre y entonces se imbuyó en un aura rojiza. Su tamaño empezó a superar los cuatro metros de altura, hasta que finalmente llegó a cinco. El agente ladeó un poco la cabeza al ver aquello.
- ¡Ahora te mataré, enano!
- ¿A quién llamas enano? – Susurró el agente.
Taiga rugió con fuerza al mismo tiempo que su cuerpo cambiaba totalmente a su forma completa. Un enorme lobo superior a los quince metros de altura, el cual de un simple zarpazo descendente dejó al pirata tirado y fuera de juego. El animal volvió cuando antes a su forma humana y miró el cuerpo, el cual había vuelto a la normalidad. El teniente de la marina se acercó con una sonrisa en su rostro y le agradeció lo que había hecho.
- Muchísimas gracias por su ayuda, agente Taiga.
- Para eso estamos, amigo. – Respondió el agente de forma educada para después empezar a caminar alejándose de la zona, pues ya había terminado con su misión por ese día. Ahora podía volver a la base cuanto antes.
Unos días después…
- En fin, supongo que no puedo decir que no a una invitación de este tipo.
Taiga dejó aquella carta sobre la cama y mostró una sonrisa amable. Una oportunidad para llegar a Almirante o incluso hacerse conocer entre sus compañeros de la marina o gobierno. Se moría de ganas de participar de llegar lo más alto posible. También echaría un vistazo a los posibles candidatos a Almirante y él mismo decidiría si en un futuro querría contactar con ellos o no. Se estiró un poco y se dirigió a la ducha. Una vez en ella se desnudó completamente y entró. Activó el agua temblada y se cruzó de brazos.
- Voy a darlo todo…
El rubio vestía con una chaqueta de color negro abierta, una camiseta blanca interior, unos pantalones oscuros y unas botas. Poseía unas hombreras plateadas y en su mano derecha un taco de billar. Su mirara mostraba calma ante todo.
Un hombre corrió hacia él entonces. Era un Teniente a juzgar por lo que ponía en su capa y su mirada era de desesperación. Tenía un corte considerable en un brazo y una herida de bala en el hombro. Era calvo y sus ojos totalmente rojos. Parecía estar pasándolo muy mal. Dicho tipo le miró con alegría, al igual que los marines que había en la zona.
- Por fin ha llegado, agente Taiga. Esos cabrones son muy fuertes… No podemos derrotarlos… ¡Por favor, ayúdenos! – Suplicó el hombre llevando sus manos a los hombros del rubio.
- Retire a todos sus hombres, teniente. A partir de aquí yo me ocupo de la situación y de esos criminales. Se han ganado un buen descanso. – Terminó de decir dedicándole una sonrisa amable ante todo.
El lobo empezó a caminar hacia el frente de batalla a paso calmado. Pudo ver algunos cuerpos en el suelo y eso no le gustó nada. Justo entonces un tipo salió de una de las barricadas. Vestía una armadura completa negra y no podía ver su rostro. Mediría unos dos metros de altura y en su mano derecha portaba un garrote de pinchos. Corrió hacia el agente y tras un grito trató de aplastarle la cabeza. El rubio se mantuvo sonriente todo el tiempo y cuando el ataque estuvo a punto de darle metió su antebrazo en medio, el cual cambió a un color rojo metalizado. Su haki armadura perfecto mejorado, el color de la sangre en lugar del morado. El mazo se partió debido al impacto y una sonrisa se formó en el rostro del rubio.
- Eso es peligroso, podrías hacerte daño si no lo usas con cuidado. – Mencionó entonces lanzando una potente patada rumbo a su pecho y sin contenerse ni un poco.
El enemigo salió volando hasta estamparse contra una farola y quedar inconsciente. Ni si quiera la armadura le había librado de la monstruosa fuerza del sensei del CP. Una sonrisa se formó en el rostro de Taiga, el cual ahora caminaba hacia el resto de piratas, los cuales empezaron a dispararle. Su cuerpo entero tomó el tono rojizo que usó en su brazo. Las balas rebotaban como si nada y eso hizo a mucha gente empezar a correr. Un golpe rápido al aire y una onda de choque mandó a la mayoría a volar.
Se fijó entonces en un tipo que parecía tener todas las papeletas de ser el capitán. Sus cabellos eran largos y oscuros, poseía un parche en su ojo izquierdo, un sombrero con una calavera, una gabardina roja y un bigote enorme. Además, parecía ser el único que no salió corriendo. Sacó de sus ropas un revólver y apuntó a Taiga con él mientras empezaba a reírse.
- No sé quién coño eres, pero has elegido un mal día para meterte con mis hombres. Pienso dejarte un agujero en esa cara de guapito que tienes. – Disparó contra él.
El rubio rio por lo bajo y estiró su mano hacia delante. Una barrera de energía de color verde y en forma de cuadrado se formó, la cual fue imbuida en haki. El hombre disparó los cinco tiros restantes sin éxito. El rubio anuló el poder defensivo y tras usar el soru se colocó a su lado derecho. El capitán llevó la mano a la funda de su espada, pero el puño derecho del lobo se estampó en su rostro, tirándole al suelo de forma violenta. Se dio cuenta de que a diferencia del tipo de la armadura, había aguantado bien el golpe. El tipo se levantó escupiendo un poco de sangre y entonces se imbuyó en un aura rojiza. Su tamaño empezó a superar los cuatro metros de altura, hasta que finalmente llegó a cinco. El agente ladeó un poco la cabeza al ver aquello.
- ¡Ahora te mataré, enano!
- ¿A quién llamas enano? – Susurró el agente.
Taiga rugió con fuerza al mismo tiempo que su cuerpo cambiaba totalmente a su forma completa. Un enorme lobo superior a los quince metros de altura, el cual de un simple zarpazo descendente dejó al pirata tirado y fuera de juego. El animal volvió cuando antes a su forma humana y miró el cuerpo, el cual había vuelto a la normalidad. El teniente de la marina se acercó con una sonrisa en su rostro y le agradeció lo que había hecho.
- Muchísimas gracias por su ayuda, agente Taiga.
- Para eso estamos, amigo. – Respondió el agente de forma educada para después empezar a caminar alejándose de la zona, pues ya había terminado con su misión por ese día. Ahora podía volver a la base cuanto antes.
Unos días después…
- En fin, supongo que no puedo decir que no a una invitación de este tipo.
Taiga dejó aquella carta sobre la cama y mostró una sonrisa amable. Una oportunidad para llegar a Almirante o incluso hacerse conocer entre sus compañeros de la marina o gobierno. Se moría de ganas de participar de llegar lo más alto posible. También echaría un vistazo a los posibles candidatos a Almirante y él mismo decidiría si en un futuro querría contactar con ellos o no. Se estiró un poco y se dirigió a la ducha. Una vez en ella se desnudó completamente y entró. Activó el agua temblada y se cruzó de brazos.
- Voy a darlo todo…
Helado-chan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¡Oh dios, una carta! Que sosa es la gente últimamente. Podrían haberte enviado unos mariachis o algo. Pero bueno. Eso, que te vas de viaje. Prepara las maletas.
Neo approves~.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.