Valia Gyliel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me encontraba en un barco junto a unos cuantos reclutas más. Nos habían asignado una parte del perímetro de la isla. Se había triplicado el número de las patrullas para reducir el área de vigilancia de cada una y evitar mejor las intrusiones. Al parecer había habido movimientos de tropas durante toda aquella semana y se necesitaba mantener toda la zona controlada veinticuatro horas. No podíamos cometer errores si queríamos ascender algún día dentro de las filas revolucionarias. El barco se movía demasiado lento para mi gusto, disfrutaba más de la velocidad de ir nadando por mí misma, pero era algo que no debía hacer en esos momentos. Si atacaban el barco, o a mí mientras estaba sola, estaría en graves problemas. Quitando lo de estar en peligro, o poner a los demás en él, necesitaba relacionarme con revolucionarios fuera de mi división. Si quería que la gente dejara de ver a mi especie como monstruos, o cosas peores, debía mostrarles que podía hacer las cosas bien y comportarme como cualquier otro.
La patrulla seguía de forma normal, no habíamos visto a ningún barco sospechosos, y el único contacto que habíamos tenido era un barco de transporte de víveres. Parar nuestros propios barcos y revisarlos era un fastidio, y muchos estaban de acuerdo conmigo, pero también era cierto que era una de las formas más fáciles para colarse por el perímetro. El código que usábamos para validar las embarcaciones se podía robar o sacar por diferentes métodos a los capitanes de esos barcos. De hecho, alguno de esos capitanes vendería a su madre por salvar el culo, pero eran los únicos que aceptaban los encargos más complicados. Las revisiones también servían para ver si algún polizón había logrado colarse en el barco, ya fuera para unirse o algún agente o marine que quisiera saber nuestra posición para informar. Tras los cuatro registros realizados hasta ahora nada se había salido de lo normal, quitando un par de chavales de unos quince años que buscaban unirse a nosotros. Tuvimos que retenerlos en nuestro barco hasta que otro llegó a recogerlos y llevarlos para comprobar si eran quienes decían ser y para decidir que hacer con ellos.
Cuando llevábamos la mitad del tiempo de nuestra guardia la niebla comenzó a subir. En una hora apenas éramos capaces de ver un metro más allá de la barandilla del barco. Si no supiera que la Krauser era el que poseía la capacidad de crear tanta niebla hasta me parecería sospechoso la formación de la misma de forma tan repentina. Las barcas estaban equipadas con focos, pero no eran lo suficientemente potentes como para ver todo lo que se supone que debíamos. Al menos con ellos encendidos estábamos seguros de que los otros barcos no chocarían con nosotros. También tenían inconvenientes, ya que cualquier barco enemigo sabría nuestra posición y podría tratar de evitarnos. Informamos a la base, que dobló las patrullas de tierra en la costa que patrullábamos nosotros. Al parecer no toda la isla se había visto afectada por la niebla, y no tenían apuntado que el demonio de la niebla fuera a venir hasta aquí. Desde ese momento debíamos considerarnos en un nivel de alerta superior por riesgo alto de ataque o incursión. Eso significaba que nuestros descansos en los camarotes serían más cortos y el tiempo de patrulla mayor.
Mis compañeros parecían bastantes nerviosos, casi ninguno de ellos había estado aún en acción real y eso era un gran hándicap. Habían formado las patrullas de tal manera que los nuevos cogieran experiencia, pero no para la lucha. Según los de inteligencia no había demasiado riesgo de ataque durante el día de hoy, pero la verdad, no eran muy conocidos por acertar siempre. La temperatura del ambiente comenzaba a reducirse, ya que estaba oscureciendo y la niebla parecía absorber el calor. Todo esto hacía que los nervios empezaran a estar a flor de piel en los más novatos. No era para menos, parecía que estábamos en mitad de una de esas películas de terror en las que la niebla era el primer paso para el ataque del monstruo. El resto estábamos algo más tranquilos, sobre todo aquellos que conocíamos a Krauser. El demonio casi siempre peleaba o entrenaba con la niebla, lo que hacía que de alguna forma la hubiéramos asimilado como normal.
De repente algo pasó, una explosión proveniente del sur puso en alerta a todo el mundo. Se informó de inmediato al mando que concedió permiso para dirigirnos en la dirección de las explosiones. Estas parecían ser cañonazos, pero era raro que alguien usara la niebla para cubrirse y luego acatara de forma tan abierta. Haciendo esto perdían todo el elemento sorpresa con el resto de las fuerzas enemigas. Puede que no fueran del gobierno, si no piratas buscando algún botín para escalar en su sanguinaria jerarquía. Fuera lo que fuera, pronto lo descubriríamos. Los disparos continuaron mientras nos acercábamos. No recibimos respuesta del barco que debía estar en la zona, por lo que tuvimos que recudir la velocidad para que no se nos confundiera con enemigos. Finalmente alcanzamos la zona de la lucha. El barco patrulla continuaba disparando en dirección sureste, pero hacía un rato que no les devolvían el fuego. Al llegar se paró de disparar, el capitán de nuestra patrullera me mandó a investigar desde debajo del agua a ver que podía encontrar o averiguar del enemigo.
Me lancé sin pensármelo demasiado, tenía ganas de estirarme y mi curiosidad era cada vez mayor. El agua estaba bastante fresca, su temperatura era unos tres grados menor que hacía apenas tres horas. Esto era algo muy extraño para la época del año en la que estaban, pero explicaría la niebla. No tardé demasiado en llegar donde se encontraban los retos de un barco hundiéndose. No tenía distintivos de ninguna facción, lo cual era bastante raro. Tampoco parecía tener armamento demasiado potente, un par de cañones cortos o algo del estilo, no estaba segura. En la superficie encontré varios cadáveres sobre restos de madera. Registrando los cadáveres encontré identificaciones de cazadores de recompensas y una invitación a un evento secreto de la revolución. Debía volver a informar y seguramente acercarme al evento para informar de lo que había encontrado y la apariencia de los cazadores que intentaban llegar.
La patrulla seguía de forma normal, no habíamos visto a ningún barco sospechosos, y el único contacto que habíamos tenido era un barco de transporte de víveres. Parar nuestros propios barcos y revisarlos era un fastidio, y muchos estaban de acuerdo conmigo, pero también era cierto que era una de las formas más fáciles para colarse por el perímetro. El código que usábamos para validar las embarcaciones se podía robar o sacar por diferentes métodos a los capitanes de esos barcos. De hecho, alguno de esos capitanes vendería a su madre por salvar el culo, pero eran los únicos que aceptaban los encargos más complicados. Las revisiones también servían para ver si algún polizón había logrado colarse en el barco, ya fuera para unirse o algún agente o marine que quisiera saber nuestra posición para informar. Tras los cuatro registros realizados hasta ahora nada se había salido de lo normal, quitando un par de chavales de unos quince años que buscaban unirse a nosotros. Tuvimos que retenerlos en nuestro barco hasta que otro llegó a recogerlos y llevarlos para comprobar si eran quienes decían ser y para decidir que hacer con ellos.
Cuando llevábamos la mitad del tiempo de nuestra guardia la niebla comenzó a subir. En una hora apenas éramos capaces de ver un metro más allá de la barandilla del barco. Si no supiera que la Krauser era el que poseía la capacidad de crear tanta niebla hasta me parecería sospechoso la formación de la misma de forma tan repentina. Las barcas estaban equipadas con focos, pero no eran lo suficientemente potentes como para ver todo lo que se supone que debíamos. Al menos con ellos encendidos estábamos seguros de que los otros barcos no chocarían con nosotros. También tenían inconvenientes, ya que cualquier barco enemigo sabría nuestra posición y podría tratar de evitarnos. Informamos a la base, que dobló las patrullas de tierra en la costa que patrullábamos nosotros. Al parecer no toda la isla se había visto afectada por la niebla, y no tenían apuntado que el demonio de la niebla fuera a venir hasta aquí. Desde ese momento debíamos considerarnos en un nivel de alerta superior por riesgo alto de ataque o incursión. Eso significaba que nuestros descansos en los camarotes serían más cortos y el tiempo de patrulla mayor.
Mis compañeros parecían bastantes nerviosos, casi ninguno de ellos había estado aún en acción real y eso era un gran hándicap. Habían formado las patrullas de tal manera que los nuevos cogieran experiencia, pero no para la lucha. Según los de inteligencia no había demasiado riesgo de ataque durante el día de hoy, pero la verdad, no eran muy conocidos por acertar siempre. La temperatura del ambiente comenzaba a reducirse, ya que estaba oscureciendo y la niebla parecía absorber el calor. Todo esto hacía que los nervios empezaran a estar a flor de piel en los más novatos. No era para menos, parecía que estábamos en mitad de una de esas películas de terror en las que la niebla era el primer paso para el ataque del monstruo. El resto estábamos algo más tranquilos, sobre todo aquellos que conocíamos a Krauser. El demonio casi siempre peleaba o entrenaba con la niebla, lo que hacía que de alguna forma la hubiéramos asimilado como normal.
De repente algo pasó, una explosión proveniente del sur puso en alerta a todo el mundo. Se informó de inmediato al mando que concedió permiso para dirigirnos en la dirección de las explosiones. Estas parecían ser cañonazos, pero era raro que alguien usara la niebla para cubrirse y luego acatara de forma tan abierta. Haciendo esto perdían todo el elemento sorpresa con el resto de las fuerzas enemigas. Puede que no fueran del gobierno, si no piratas buscando algún botín para escalar en su sanguinaria jerarquía. Fuera lo que fuera, pronto lo descubriríamos. Los disparos continuaron mientras nos acercábamos. No recibimos respuesta del barco que debía estar en la zona, por lo que tuvimos que recudir la velocidad para que no se nos confundiera con enemigos. Finalmente alcanzamos la zona de la lucha. El barco patrulla continuaba disparando en dirección sureste, pero hacía un rato que no les devolvían el fuego. Al llegar se paró de disparar, el capitán de nuestra patrullera me mandó a investigar desde debajo del agua a ver que podía encontrar o averiguar del enemigo.
Me lancé sin pensármelo demasiado, tenía ganas de estirarme y mi curiosidad era cada vez mayor. El agua estaba bastante fresca, su temperatura era unos tres grados menor que hacía apenas tres horas. Esto era algo muy extraño para la época del año en la que estaban, pero explicaría la niebla. No tardé demasiado en llegar donde se encontraban los retos de un barco hundiéndose. No tenía distintivos de ninguna facción, lo cual era bastante raro. Tampoco parecía tener armamento demasiado potente, un par de cañones cortos o algo del estilo, no estaba segura. En la superficie encontré varios cadáveres sobre restos de madera. Registrando los cadáveres encontré identificaciones de cazadores de recompensas y una invitación a un evento secreto de la revolución. Debía volver a informar y seguramente acercarme al evento para informar de lo que había encontrado y la apariencia de los cazadores que intentaban llegar.
Gareth Silverwing
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Salvo algunos fallos menores en cuanto a ortografía se refiere, el diario está bien.
Pasas a la siguiente fase.
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