Arkadian Dardock
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Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
No hace mucho que desembarqué en la Isla Gyojin, fue gracias a un crucero que hacía un tour por todas las islas de Paraíso para acabar en esta. La verdad que el billete no fue barato pero mereció la pena,no es fácil llegar a aquí si no posees un barco con recubrimiento del Archipiélago Sabaody. Era un lugar curioso, había gente de todas las especies y las que más me llamaban la atención eran los hombres pez, ya que nunca los había visto. Me contaron historias sobre estos, pero tenía ganas de poder verlos con mis propios ojos.
El por qué de mi viaje a esta isla no era otro que reunirme con mi amiga y entrenadora Triss. Una Oficial del ejército revolucionario amiga del anciano que me hospedaba en la zona sin ley de Sabaody. No me dio detalle alguno, lo único que decía su carta era que nos teníamos que reunir en una taberna situada en unas coordenadas determinadas de la Isla Gyojin dentro de 14 días. Esos días pasaron y por fin allí me encontraba, el siguiente paso que debía tomar era buscar la taberna y esperar a que ella pareciese.
Por fin conseguí encontrar la taberna, estaba bastante escondida, imagino que es un sitio que frecuentan militantes del ejército revolucionario. Tenía un pequeño cartel encima de la puerta que decía “Taberna AquaMarina”. Al leerlo me dio un pequeño escalofrío, pues que todo lo que contenga la palabra “marina” me produce rabia e impotencia. Sin darle más vueltas me decidí a cruzar el umbral de la puerta. Nada más entrar me quedé sorprendido, pues no había ni un solo cliente, sólo estaba el tabernero en la barra limpiando vasos y fijándose un cigarro. La decoración era un tanto peculiar, las paredes estaban llenas de cuadros con barcos de la Marina hundiéndose o siendo abordados por lo que parecían piratas, también había objetos colgados y en las esquinas de la Marina como anclas con el símbolo, algunas prendas e incluso un adorno de un mascarón. Sin duda era un sitio donde los marines o sus afines no eran bien recibidos, cosa que a mí me pareció fantástica. No dudé en sentarme en un taburete de la barra y pedir una cerveza bien fría mientras me encendía un cigarro. Tenía que aprovechar para fumar ahora que aún no había llegado Triss, ya que odiaba que yo fumase, siempre me decía que podría llegar a ser mucho mejor en la batalla si me dejase ese maldito vicio. A lo que yo le respondía que era uno de los pocos placeres divinos que podía disfrutar, seguidamente ella me propinaba un puñetazo en el brazo.
-Amigo, una jarra de cerveza bien fría por favor -le dije al tabernero mientras sacaba el tabaco de mi chaqueta.
-Ahora mismo -me respondió con un tono calmado-. No me suena tu cara, chico, imagino que no eres de por aquí, pero vendrás a por algo concreto. Viendo esas espadas no creo que te hayas perdido.
-Muchas gracias -le dije mientras me dejaba la jarra en la barra-. Pues la verdad es que no soy de aquí, he venido para encontrarme una buena amiga mía que quería verme.
-Debes de ser el amigo de Triss, ella es una vieja compañera y muy amiga mía -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. Ya te había reconocido nada más entrar, pero quería tantearte un poco. Este local es frecuentado por la Revolución, yo mismo soy parte de ella, pero dejé el frente para hacer de contacto entre rebeldes en este lugar para aquellos que van a partir al nuevo mundo o simplemente necesiten hablar en un lugar seguro. En esta isla la presencia de la Marina es mínima y menos aún en esta zona.
-Me alegra oír eso, Triss, aparte de amiga ha sido mi entrenadora y espero poder llegar s su nivel algún día de estos -bebí cerveza después de esas palabras-. Tengo ganas de verla, no estoy muy seguro de para qué me ha citado aquí, pero seguro que es importante.
Nada más acabar la frase, la puerta de la taberna se abrió suavemente y pude observar a una mujer parada en el umbral de la puerta con la mirada pícara puesta en mí. En ese instante un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. No podía ser otra que Triss, esa mujer de pelo morado me hacía temblar de nervios con sólo mirarla. Caminó hacia mi y apoyándose en mi hombro le pegó un trago a mí cerveza, por supuesto si decir ni una palabra antes.
-No te imaginas las ganas que tenía de verte mi querido Arki -dijo nada más tragar la cerveza-. Tengo planes para ti, así que ponme una de esas jarras Law -ordenó al tabernero-. Sabía que vendrías chiquitín y me alegro de ello, veo que ya has conocido a mí viejo jefe de escuadrón. Cuando yo entré en la Revolución, Law me enseñó mucho y combatí bajos sus órdenes. Ahora se ha retirado del frente, pero me gusta venir aquí a descansar y a hacer mis reuniones. Confío en él y espero que tu también lo hagas pues puede serte de mucha ayuda.
-Yo también me alegro de verte, echaba de menos la forma que tienes de hablar conmigo -dije mientras le hacía una seña al tabernero para que me pusiera otra cerveza, ya que Triss se la había acabado de un trago-. Bueno cuéntame para que querías que viniera.
-Pues mira, he conseguido una invitación a un evento secreto, no se mucho de ello, ya que el sobre está cerrado y mis órdenes son entregarlo a un militante de la revolución que crea que tiene valores y características para ser alguien importante en la causa. Se bastante de ti Arki y por eso te hago entrega de la invitación, no es algo que tengas que tomártelo a la ligera. Esto es serio, tendrás que exponerte a peligros diversos. Todo lo que tienes que saber está en esa carta. Sé que no me vas a decepcionar, pero por favor ten cuidado. Te he cogido mucho cariño -guiñó in ojo, se acabó la cerveza y se fue corriendo de la taberna.
Me quedé con la boca abierta, nunca había visto así a Triss. Si que debía ser importante el evento del que me habló. No entendía nada, pero confiaba en ella, así que me reforzaría al máximo en cualquier cosa que se me ponga por delante.
El por qué de mi viaje a esta isla no era otro que reunirme con mi amiga y entrenadora Triss. Una Oficial del ejército revolucionario amiga del anciano que me hospedaba en la zona sin ley de Sabaody. No me dio detalle alguno, lo único que decía su carta era que nos teníamos que reunir en una taberna situada en unas coordenadas determinadas de la Isla Gyojin dentro de 14 días. Esos días pasaron y por fin allí me encontraba, el siguiente paso que debía tomar era buscar la taberna y esperar a que ella pareciese.
Por fin conseguí encontrar la taberna, estaba bastante escondida, imagino que es un sitio que frecuentan militantes del ejército revolucionario. Tenía un pequeño cartel encima de la puerta que decía “Taberna AquaMarina”. Al leerlo me dio un pequeño escalofrío, pues que todo lo que contenga la palabra “marina” me produce rabia e impotencia. Sin darle más vueltas me decidí a cruzar el umbral de la puerta. Nada más entrar me quedé sorprendido, pues no había ni un solo cliente, sólo estaba el tabernero en la barra limpiando vasos y fijándose un cigarro. La decoración era un tanto peculiar, las paredes estaban llenas de cuadros con barcos de la Marina hundiéndose o siendo abordados por lo que parecían piratas, también había objetos colgados y en las esquinas de la Marina como anclas con el símbolo, algunas prendas e incluso un adorno de un mascarón. Sin duda era un sitio donde los marines o sus afines no eran bien recibidos, cosa que a mí me pareció fantástica. No dudé en sentarme en un taburete de la barra y pedir una cerveza bien fría mientras me encendía un cigarro. Tenía que aprovechar para fumar ahora que aún no había llegado Triss, ya que odiaba que yo fumase, siempre me decía que podría llegar a ser mucho mejor en la batalla si me dejase ese maldito vicio. A lo que yo le respondía que era uno de los pocos placeres divinos que podía disfrutar, seguidamente ella me propinaba un puñetazo en el brazo.
-Amigo, una jarra de cerveza bien fría por favor -le dije al tabernero mientras sacaba el tabaco de mi chaqueta.
-Ahora mismo -me respondió con un tono calmado-. No me suena tu cara, chico, imagino que no eres de por aquí, pero vendrás a por algo concreto. Viendo esas espadas no creo que te hayas perdido.
-Muchas gracias -le dije mientras me dejaba la jarra en la barra-. Pues la verdad es que no soy de aquí, he venido para encontrarme una buena amiga mía que quería verme.
-Debes de ser el amigo de Triss, ella es una vieja compañera y muy amiga mía -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. Ya te había reconocido nada más entrar, pero quería tantearte un poco. Este local es frecuentado por la Revolución, yo mismo soy parte de ella, pero dejé el frente para hacer de contacto entre rebeldes en este lugar para aquellos que van a partir al nuevo mundo o simplemente necesiten hablar en un lugar seguro. En esta isla la presencia de la Marina es mínima y menos aún en esta zona.
-Me alegra oír eso, Triss, aparte de amiga ha sido mi entrenadora y espero poder llegar s su nivel algún día de estos -bebí cerveza después de esas palabras-. Tengo ganas de verla, no estoy muy seguro de para qué me ha citado aquí, pero seguro que es importante.
Nada más acabar la frase, la puerta de la taberna se abrió suavemente y pude observar a una mujer parada en el umbral de la puerta con la mirada pícara puesta en mí. En ese instante un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. No podía ser otra que Triss, esa mujer de pelo morado me hacía temblar de nervios con sólo mirarla. Caminó hacia mi y apoyándose en mi hombro le pegó un trago a mí cerveza, por supuesto si decir ni una palabra antes.
-No te imaginas las ganas que tenía de verte mi querido Arki -dijo nada más tragar la cerveza-. Tengo planes para ti, así que ponme una de esas jarras Law -ordenó al tabernero-. Sabía que vendrías chiquitín y me alegro de ello, veo que ya has conocido a mí viejo jefe de escuadrón. Cuando yo entré en la Revolución, Law me enseñó mucho y combatí bajos sus órdenes. Ahora se ha retirado del frente, pero me gusta venir aquí a descansar y a hacer mis reuniones. Confío en él y espero que tu también lo hagas pues puede serte de mucha ayuda.
-Yo también me alegro de verte, echaba de menos la forma que tienes de hablar conmigo -dije mientras le hacía una seña al tabernero para que me pusiera otra cerveza, ya que Triss se la había acabado de un trago-. Bueno cuéntame para que querías que viniera.
-Pues mira, he conseguido una invitación a un evento secreto, no se mucho de ello, ya que el sobre está cerrado y mis órdenes son entregarlo a un militante de la revolución que crea que tiene valores y características para ser alguien importante en la causa. Se bastante de ti Arki y por eso te hago entrega de la invitación, no es algo que tengas que tomártelo a la ligera. Esto es serio, tendrás que exponerte a peligros diversos. Todo lo que tienes que saber está en esa carta. Sé que no me vas a decepcionar, pero por favor ten cuidado. Te he cogido mucho cariño -guiñó in ojo, se acabó la cerveza y se fue corriendo de la taberna.
Me quedé con la boca abierta, nunca había visto así a Triss. Si que debía ser importante el evento del que me habló. No entendía nada, pero confiaba en ella, así que me reforzaría al máximo en cualquier cosa que se me ponga por delante.
Aki D. Arlia
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
*Estampa un sello negro sobre el diario*
Nada que objetar, bienvenido a la segunda fase.
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