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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Balagus y Luka, una deuda que saldar {Miér 27 Jun 2018 - 18:54}

La travesía había sido algo más larga de lo que los Arashi habían estipulado en un principio. Luka ya había sanado casi al completo sus heridas tras el combate contra el vicealmirante de la marina Danio Reiro. Había deseado encontrárselo de nuevo durante la huída de la isla, pero no había habido ninguna suerte. Aquél combate marcaría un antes y un después en la vida del luchador.

La verdad es que la disputa en aquella isla había sido corta para el gyojin, que tras su combate contra el marine, únicamente peleó contra los revolucionarios que intentaron asaltar el barco, pero la disparidad de fuerzas entre uno y otros era tan grande que no supusieron ningún peligro.

El tiburón ojeaba el mar a la par que giraba la cabeza y miraba la negación de Therax. El domador no le dejaba ni un segundo libre, consciente de la inquietud del habitante del mar y la facilidad de éste para que sus heridas se abriesen. A lo lejos ya divisaba de nuevo aquella isla que hacía unos días había pisado por primera vez; Jaya.

Allí habían jugado al estúpido juego de encontrar las espadas. Se había encarado junto a la banda de Syxel y Balagus al Yonko Dexter en la taberna, había conocido al que era uno de sus mejores amigos ahora; Marc, y había maldecido al vampiro que les atacó sin apenas darles un margen para reaccionar. Sin duda había sido una estancia movidita.

La verdad es que la isla no tenía ningún encanto, y el gyojin pensaba que era uno de los peores lugares para hacer una pausa en el viaje. Pero debían reponer fuerzas y víveres para llegar sanos y salvos al grand line y, posteriormente, iniciar su etapa en el nuevo mundo. La era de los Arashi estaba iniciando su mecha.

Una vez anclaron en el puerto, Luka bajó con cuidado al suelo, dándose cuenta del buen estado de su cuerpo. Respondía a la perfección y no tenía dolores más allá de los golpes propios del combate. Tras un chequeo interno, el gyojin llegó a la conclusión que estaba a un ochenta o noventa por ciento de sus capacidades.

El tiburón decidió caminar solo y alejarse de la banda para evadirse de todas las acciones de aquellos días. Aunque quizá el lugar no ayudaba. Recordaba sus pasos allá por donde iba. Desde su entrada a la taberna y el ver de cerca a gente tan poderosa como Arribor o el mismo Dexter, a su búsqueda de la espada que culminó con un levantamiento de roca propio de su fuerza.

En fin, el caso es que Luka decidió sentarse en el mismo banco que descansó y miró las heridas de Marc durante su estancia. Allí palpó el anterior asiento de su compañero de juego y observó las poco lujosas vistas que tenía. Sin duda no había sido gran idea para de nuevo en aquella isla. ¿Y si la marina o los piratas con los que se habían enfrentado iban tras ellos?

El gyojin decidió acercarse el den den luka y descolgarlo para llamar al interior del barco. Fuese quien fuese el que descolgase, se limitaría a decir una única frase: “Tengo la extraña sensación de que nos están observando”.



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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Sáb 30 Jun 2018 - 1:17}

Gruñí, dejando escapar parte de la tensión a la que me sometía mi particular duelo de fuerza con Misha. La osa, erguida sobre sus patas posteriores, respondió con un feroz bramido al tiempo que pasaba a ejercer toda su impresionante fuerza y peso sobre mis hombros con sus zarpas anteriores.

El inesperado despliegue me obligó a retroceder la pierna izquierda para recuperar el equilibrio. Mi pequeña Misha ya no era tan merecedora de su cariñoso apelativo, desde luego, pero no estaba en mi ánimo dejarme amilanar por ese hecho. Obligando a mi pierna zurda a regresar a su posición y adelantarse un poco, avancé contra la osa gigante y pude empujarla lo suficiente como para que mis manazas pudieran ladearla y desequilibrarla. Sin deshacer la presión, continué mi acometida y, tras dar unas pocas zancadas, derribé a mi compañera animal sobre la cubierta del barco.

Jadeando, palmeé el lomo de la peluda bestia, que gruñía, derrotada y descontenta. Inmediatamente, me saqué una pierna de ciervo seca que me había estado guardando en una bolsa a mi espalda y se la di a la osa en agradecimiento por entrenar conmigo.

No muy lejos ya, se divisaba la isla de Jaya, desde la que hacía no muchos días habíamos partido en la alocada y surrealista búsqueda que terminó en la guerra de Gray Rock. Noté un leve estremecimiento desagradable al recordar la serie de acontecimientos sucedidos en aquel espacio de tiempo, y deseé que, una vez más, nuestra estancia en tan infecto pedazo de tierra fuera lo más breve posible.

Por otro lado, pensar en las aventuras que nos podrían aguardar, y en los buenos momentos vividos hasta la fecha, consiguieron aplacar parcialmente mi aversión a volver a pisar el suelo local. Además, seguía siendo mejor opción para mí que permanecer en el barco. Aunque fuera por muy poco.

Airok, bajo la orden de Syxel de reabastecernos , nos había dado tareas de las que ocuparnos en nuestra visita a la ciudad. Por supuesto, todas ellas implicaban montar el menor escándalo posible mientras permaneciéramos allí, algo que se me hacía imposible de imaginar, teniendo en cuenta a algunos de nuestros camaradas.

Con un suspiro resignado, baje finalmente al muelle local y me encaminé al centro. Los suburbios, que hace tan poco tiempo habían sido arrasados por el fuego, parecían haberse recuperado con sorprendente rapidez de los estragos de las llamas. Aunque, para ello, debían de haber sacrificado el poco atractivo arquitectónico que alguna vez pudieron tener.

Tratando de no fijar la vista en ningún punto particular más que en el camino que tenía por delante, me adentré en la desagradable urbe. Perdido en mis propios pensamientos y buscando evitar las multitudes, no llegué a darme cuenta de que, paso a paso, acabé frente al establecimiento que fuera el centro de reunión escogido por Viktor.

- En la espesura nadie me gana en orientación. -Mascullé para mí mismo, algo avergonzado.- Pero en mitad de una ciudad...

Aun con las obras de reconstrucción del local, mucho más lentas y cuidadosas que las de los edificios pobres, un vistazo rápido me bastó para encontrar dentro de la lujosa taberna la familiar figura del gyojin Luka, junto al que combatimos allí mismo y a quien ayudamos en la fortaleza de Long Island. Levanté la mano y abrí la boca para llamarle, pero tuve que lidiar con una inoportuna interrupción:

- ¡Eh, monstruo asqueroso! Sí, te estoy hablando a ti, cacho mierda enorme.

La voz, a mi derecha y a la altura de mi cintura, hubiese causado naufragios peores que diez sirenas. Aunque sólo fuera por las prisas de alejarse de tan horrible sonido. Y, por su tono y educación, podía adivinar que no era simplemente un tipo de buen estatus social con mala suerte genética.

Ofreciendo mi mirada menos amistosa, estudié de refilón al musculoso sujeto de dos metros de alto plantado a mi vera. Así como a los ocho tipejos de similar aspecto que le acompañaban detrás. Todos compartían armamento tosco y mal fabricado, el mismo gesto de vinagre pasado, la misma fealdad y cantidad de cicatrices en el rostro, y la ineptitud para escoger un vestuario mínimamente aceptable incluso para mí.

- Tú eras uno de esos piratuejos que pasaron por aquí hace unos días, no nos engañas. -Empezó a explicarse el molesto hombrecillo.- ¡Gracias a vosotros, la vieja casa de Mamá Hobo se quemó enterita! ¡La casa de nuestra mamá!

Sus declaraciones fueron seguidas por un desafinado coro de abucheos y aprobaciones por igual, las primeras hacia mí y las segundas hacia él, por supuesto.

- Ya va siendo hora de que la chusma como vosotros se entere de que no puede ir por donde le dé la gana, arrasando con lo que...

- Largo de mi vista. -Interrumpí, con la suavidad y la calidez de un carámbano de hielo.

Mi réplica, y la absoluta ausencia de miedo o dudas en ella, pareció hacer dudar al grupo, y especialmente a su líder, quien tuvo que pararse a contar a sus compinches y a cuchichear con ellos para asegurarse de que tenía la ventaja táctica.

- ¡Vete a la mierda! -Respondió al fin.- ¡Adelante chicos, enseñémosles una lección a estos memos del tres al cuarto!

Según terminó su valeroso llamamiento, y antes de que se volviera hacia mí, mi mano ya había descendido sobre su cabeza. Alzándole sin dificultad, mientras sus compañeros permanecían atónitos, eché el brazo hacia atrás y ladeé mi cuerpo, apuntado hacia el interior de la taberna.

- Tú lo has querido. -Sentencié.

Y de un rápido lanzamiento, lo catapulté derechito al interior del local, estrellándose contra suelo y mesas. Ahora sólo quedaban ocho idiotas más de los que encargarse, quienes, a pesar de lo que acababan de contemplar, parecían seguir muy seguros de sus posibilidades.
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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Dom 1 Jul 2018 - 11:07}

El sol incidía en la escamosa piel del tiburón, que seguía sentado sobre el banco cuál anciano en una residencia; sin nada que observar, sin nada que esperar, simplemente dejando su vida correr.

La verdad es que el ánimo del gyojin no estaba muy subido. Pensaba que podía haber sido mucho más útil durante la guerra, y que quizá Zane y los suyos estaban algo decepcionados con él. Pero jamás lo estarían tanto como él lo estaba consigo mismo. Aunque ya poco importaba aquello, el curso del pasado no se podía cambiar. O al menos eso decía la lógica.

Decidió levantarse y acercarse hacia la taberna donde había conocido a diversos piratas, algunos de ellos de los más peligrosos de la actualidad. Entró y observó cómo todo parecía bastante destrozado. No recordaba que se hubiese liado tanto, aunque… A saber quién produjo tales destrozos.

- Un café, por favor -comentó al hombre que estaba limpiando la barra.
- ¿No ves que estamos reconstruyendo el sitio? -espetó de mala gana el limpiador de barras.
- Tenéis una cafetera, así que te pido un café -la mirada del tiburón se tornó bastante más fija y su rostro más serio-. Por favor.

El camarero pareció acceder a su petición, y Luka se fué a sentarse al único asiento que creyó libre de un gran destrozo. Estaba algo raído, la parte trasera parecía reventada, pero la delantera lucía normal. Se sentó y notó que no era muy cómodo, pero quizá para tomar un café bastaría. Desde su posición podía observar cómo estaban reconstruyendo la pared opuesta a la entrada. Las vigas se estaban alzando con firmeza, y la pared parecía estar ahora más reforzada que antes. Aunque… ¿Qué suponía aquél refuerzo para un pirata de la talla de los que se habían reunido allí?

El camarero acompañó el café con una pequeña galleta. Aquél detalle hizo que el tiburón se contentase. Le pidió la cuenta y le dió el doble, por las molestias. Empezó a beber el café, pero la temperatura de éste era tan elevada que quizá deberían pasar unos minutos más antes de probarlo de nuevo. Aunque no es que estuviese haciendo nada más interesante desde que había llegado a la isla… ¿Qué más daban unos minutos más?

El gyojin pensó sobre las provisiones que debía reunir, ¿dónde debería ir? ¿Qué tipo de provisiones debería recoger? El barco, en aquél y en casi cualquier momento, estaba lleno de sibaritas. Entre Therax y su odio hacia el queso y el ron, Zane y su exquisitez con las cervezas y su odio a cualquier alimento que no fuese carne, Nox y su yonobeboalcoholqueesoescaca, Alviss y su chocolatedependencia, y Marc y las cantidades que éste consumía… Era complicado acertar.

Cuando Luka intentó volver a sorber el café, su cara de mosqueo fue incrementando. ¿Cómo podía seguir quemando? Decidió generar una pequeña masa de agua fría alrededor de sus manos y pasarla alrededor de la taza de café. Notó cómo la calor hacía que la temperatura de sus manos empezase a ascender. Pero fué suficiente para beberse la mitad del café del tirón. Sorprendentemente, el café no estaba malo. Cuando se disponía a coger la taza para dar el último trago, algo entró volando por la ventana y golpeó la mesa del tiburón, derramando el café sobre sus pies.

- No… Dime que tú no…

El habitante del mar agarró del cuello al hombre que había entrado, y éste tosió un par de veces.

- ¿Quién eres tú y por qué has derramado mi café?

Pero el tipo no respondió. Continuando agarrándole, salió por la puerta y vió en la lejanía a un semigigante rodeado de humanos.

Asi que ha sido él… Se va a enterar Pensó a la par que apretaba el cuello del humano.

E impulsándose con un par de pasos, lanzó con todas sus fuerzas al humano hacia el gigante. Sin embargo… Cuando la ira ya era menor, se percató que quizá era un aliado. Un amigo hecho en aquella misma taberna.

- ¿Balagus? -se dignó a preguntar instantes antes de que el cuerpo fuese a impactar sobre el gigantón de mal humor.

Sí, el gyojin estaba casi totalmente seguro que era Balagus. ¿Cómo le explicaría aquello? Aunque… si mal no recordaba, aún tenían deudas pendientes por aquél compañero que traicionó al fish and cheese, el grupo formado por Luka y Marc. Quizá, después de todo, pudiesen hablar sobre el incidente. Consciente de lo que suponía cabrear a Balagus, el tiburón salió corriendo en su dirección para disculparse por el último movimiento realizado. Y de parte, ver qué se estaba cociendo allí.
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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Dom 22 Jul 2018 - 10:46}

El lanzamiento del primer tipo por los aires causó cierta impresión entre sus compañeros, que vacilaron antes de entrar en acción. Su instante de dudas me sirvió para reposicionarme contra ellos y ofrecer a los primeros con un derechazo directo a sus caras.

A partir de ese momento, la reyerta pasó a seguir las normas y la organización de cualquier pelea callejera. O, mejor dicho, la ausencia de estas. Golpes bajos, mordiscos, agarres y mucho juego sucio fue dirigido contra mí, mas mi tamaño y fuerza me permitían mantener a raya a la pequeña multitud.

Y, de improviso, algo impactó en mi espalda, ladeándome ligeramente. Por cómo me golpeó y por el quejido que dejó escapar, quedaba bastante claro que era un sujeto humano. Con un leve gruñido, retrocedí unos pasos que me permitieran girarme sin dar la espalda a mis enemigos.

El improvisado proyectil humano que me había venido no era sino el mismo que yo había enviado contra la taberna momentos antes. Y, por su aspecto, parecía haberse ganado unos pocos huesos rotos. Y, en la dirección en la que había llegado, venía también Luka con una expresión entre el arrepentimiento, la exasperación y la duda.

Alzando la mano izquierda con el índice levantado, pedí silenciosamente que me otorgara un momento para lidiar con mis propios asuntos, pues el grupo de agresores se había recuperado y se lanzaban de nuevo en su denodada ofensiva. No quería hacer esperar a Luka más de lo necesario, más aún cuando, probablemente, mi lanzamiento anterior le hubiera importunado, así que decidí una manera rápida de acabar con el encuentro.

Con toda la envergadura de mis brazos, y desplegando toda mi velocidad, contrarresté el ataque grupal de dos barridos simultáneos de centro a fuera. Algún arma alcanzó mi piel, sin dejar marcas reseñables sobre ella, y al menos dos tipos lograron escapar de mi brutalidad. Sólo para encontrarse con mis manazas cuando se hubieron acercado lo suficiente.

Sin miramientos, entrechoqué las cabezas de ambos desgraciados, aturdiéndolos y, probablemente, causándoles unas feas fracturas. Inmediatamente los arrojé sobre el maltrecho grupo, que nuevamente quedó derribado en el suelo.

Con mi gesto grave, oscurecido parcialmente por mi capucha de pelaje de lobo blanco, me aproximé hacia mis enemigos y puse un enorme pie sobre el que tuve más a mano. Completamente inmovilizado, el pobre desdichado me contempló, con creciente horror, blandir mi hacha negra y alzarla en el aire. Su mirada de pánico se convirtió en balbuceos inconexos pidiendo piedad por su vida.

Con un leve movimiento de pie presioné lo suficiente su caja torácica como para callarle de sopetón, aunque mi objetivo real era cambiar mi postura para dejar libre un brazo de mi víctima. Con un rápido movimiento, dejé caer el hacha en el suelo, y un grito desgarrador señaló el momento exacto en el que la hoja separó piel, carne y hueso hasta clavarse en el suelo sin dificultad.

Y se hizo el silencio en la calle, interrumpido sólo por el sufrimiento del mutilado.

- Esta vez sólo es un aviso. -Me dirigí hacia mis agresores, con la frialdad de un iceberg.- Tocadme las narices otra vez, y serán vuestras cabezas lo próximo que corte.

"Por suerte para ellos y para mí, no pretendo volver a este cúmulo de inmundicia humana nunca más."

El grupo se recompuso con lentitud, comprobando que su tullido compañero no perdía sangre alguna gracias al calor cauterizador de mi arma. Derrotados, y más preocupados por sacar de allí a sus heridos, pero sin dejar de lanzarme miradas inyectadas en odio, se dispersaron por los callejones.

- Lo lamento, Luka. -Me disculpé en cuanto llegué hasta el gyojin.- Por haberte hecho esperar y, si no me equivoco, por ese... inoportuno lanzamiento.

Le tendí la mano abierta mientras guardaba el hacha con la otra. Dejé que mi aprecio por el reciente amigo me dibujara una sonrisa leve en la boca, que no terminaba de quedar muy bien con mi prominente mandíbula inferior.

- Y dime, ¿a cuento de qué habéis vuelto tú y los tuyos a este antro de perversión y mediocridad? Os imaginaba camino del Nuevo Mundo, si no algo más ambicioso.
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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Mar 24 Jul 2018 - 9:42}

El tiburón ojeó la figura del gigante con cierta desgana. Aún seguía pensando que aquél enorme ser era conocido, y se medio-arrepentía de haberle lanzado al humano que, presumiblemente, le había enviado con anterioridad. El humano terminó chocando en la espalda del grandullón sin que éste pareciera siquiera notarlo.

Cuando el Gyojin se percató de un giro y el saludo del semi-gigante, por fín se cercioró de quién era. Ni más ni menos que Balagus, uno de los piratas más bravos de la tripulación de Syxel. Y con el cual tenía cuentas pendientes por lo sucedido en aquella isla donde hicieron el estúpido juego de las banderitas. Allí, un miembro de su tripulación, un tal “Dharkel”, les había robado la bandera tanto al habitante del mar como a Marc, interfiriendo en el pacto que previamente habían hecho Zane y Syxel, capitanes de las respectivas bandas.

El tiburón caminó lentamente hacia la posición del semi-gigante, que parecía lidiar con evidente facilidad ante los poco inteligentes piratas. Quizá ni siquiera pensaron en la posible fuerza de alguien de su tamaño.

Una vez estuvo cerca, dejó que Balagus hablase primero. El semi-gigante se disculpó por haberle hecho esperar, algo que sorprendió al habitante del mar, puesto que no es que hubiese esperado demasiado. Y seamos sinceros, el prototipo de persona educada parecía distar bastante con la imagen del pirata de la banda de Syxel. Y lo segundo, por haberle arrojado al humano, algo que sin duda sí que le había enojado.

- Sólo me vertiste el café. Nada que no se pueda arreglar -comentó intentando calmarse el gyojin-. ¿Qué ha pasado con estos tipos? Se ven bastante débiles. ¿Querían algo de tí?

Tras ello, el feroz guerrero tendió la mano al hombre-pez, provocando un pequeño asombro en él. Pero lo que más sorpresa provocó en Luka fue la tímida sonrisa que Balagus esbozó. Quizá era la primera vez que le viese intentando sonreír. Y francamente, era un sonrisa bastante particular. Su mandíbula inferior hacía que se viese algo… extraña. Quizá perturbadora. Puede que incluso infundiese cierto desconcierto.

Sin embargo, pese a los pocos segundos de confusión, el lobo de los siete mares tendió su mano también. Apretó firmemente pese a la diferencia de tamaño entre una y otra mano -aunque la diferencia no era tan destacable como entre un humano y un semi-gigante-, y tras ello esbozó una tímida sonrisa también.

Balagus le preguntó que qué hacía allí, y asumió que su banda estaba con él. El habitante del mar afirmó con la cabeza y esperó a que terminase de preguntar todo lo que quisiera. El semi-gigante le había dado motivos de sobra para confiar en él, denotando un enorme sentido común y una más que destacable lealtad hacia los suyos.

- Los míos ya se han debido ir hace rato, tendré que nadar unas cuantas horas hasta pillarles. Paramos aquí a por víveres, y yo decidí quedarme algún día más. En Gray Rock dejé un combate a medias contra un vice-almirante, y confiaba en que viniese aquí y poder acabar lo que empezamos. Aunque… dudo que suceda -el pirata hizo una pausa mientras miraba al frente-. Nuestra tripulación va directa al Nuevo Mundo como tú dices. Sin duda es un reto apasionante… Ni siquiera sé si alguien más a parte de Zane está preparado para tal viaje. Pero pronto lo veremos. Lo que no te mata, te hace más fuerte, o eso dicen. Y vosotros, ¿qué hacéis por aquí y hacia dónde os dirigís?

El tiburón dejaría unos segundos por si Balagus quería contestar, y tras ello sería algo más directo de lo normal con la deuda que tenían pendiente. No podía dejar escapar aquella situación, puesto que no tendría una mejor para aclarar lo sucedido.

- Por cierto, no querría incomodarte pero… Sabes que tenemos un tema pendiente, ¿verdad?. ¿Recuerdas lo que ocurrió con Dharkel y nuestra bandera? En aquél momento no pude vengarme, y a un servidor no hay nada que le moleste más que no terminar lo que empieza. Especialmente si es una venganza. Confié en tí y en cómo podrías manejar la situación. Ahora dime, ¿has hecho algo en contra de ese traidor, o me tengo que ocupar yo mismo?

Luka dió un paso al frente y dejó de esbozar una sonrisa para traer un semblante más serio. Miró fijamente al semi-gigante y esperó una respuesta que le convenciera. Sin duda, aquél gigante le infundía un tremendo respeto. Si ya de por sí el tiburón respetaba a los gigantes, con Balagus era un caso más especial aún. Le conocía de poco tiempo, pero sin duda el tiempo invertido con él había sido especial. Pese a ello, no sabía muy bien qué reacción tendría el gigantón, por lo que intentó prepararse para lo peor. ¿Sería capaz de iniciar una pelea allí mismo? ¿O le habría dado un escarmiento a su compañero?

Fuera cual fuese el caso, el habitante del mar quería sangre, y no le importaba cómo llegase.

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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Jue 2 Ago 2018 - 2:17}

La respuesta del gyojin me satisfizo sobradamente, más por la valentía con la que encaraba su aciago destino que por haber acertado yo en mis suposiciones.

- Tenemos planes menos ambiciosos por ahora. –Respondí a la última pregunta.- Nuestro capitán me ha dado permiso para que visitemos a mi gente, aquí, en el Grand Line, antes de ocuparnos de algunos asuntos pendientes y tomar vuestro mismo rumbo. –Me permití una breve pausa antes de recordar qué se me estaba olvidando por aclarar.- Y antes de todo eso, tenemos que conseguir provisiones, por supuesto. Aunque sea en un lugar tan abyecto como es este.

Aunque apreciaba el carácter de Luka y le respetaba como guerrero, mi opinión de Jaya no podía ser más opuesta, y deseaba que mis disculpas y el breve intercambio de palabras y noticias sirviera para zanjar el incidente. Sin embargo, tal no parecía ser el ánimo que quiso traer el hombre pez.

“Dharkel”

El nombre ni siquiera salió de mis labios. Resonó en mi mente, como un eco susurrado con cierto regusto amargo y notas de odio. Dejé que pululara un rato más, y lo desvanecí como si de un jirón de humo se tratara antes de responder.

- No deberías meterte en los asuntos de otras bandas, Luka. –Mi voz había perdido todo cariz de amabilidad, y la media sonrisa se había evaporado con ella.- Y menos aún dudar de un contramaestre a la hora de impartir justicia. Ahora márchate de este cenagal de miseria humana, alcanza a tus compañeros, y no vuelvas a mencionar ese nombre en mi presencia. Adiós.

Y emprendí mi camino con pasos lentos hacia los mercados más fiables de la localidad, dando por terminada la conversación. Tenía la sensación de haber sido demasiado duro y frío, de que podía haber explicado las cosas más correctamente, pero escuchar el nombre de tan taimado… camarada, había conseguido rebasar, por muy poco, los límites de mi agotada paciencia, mermada por tener que permanecer en Jaya y por haber lidiado con el grupo de imbéciles.

También tenía la amarga sensación de que aquello no iba a acabar así, para mi desgracia. Quizás acallara ese pensamiento para no empeorar mis ánimos, y quizás por ello tampoco volví la vista hacia Luka.
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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {Mar 7 Ago 2018 - 10:50}

El tiburón no dudó ni un segundo en que la reacción del gigante sería extravagante. Fría y dura, pero extravagante. Sin embargo, tal y como sucedió decepcionó al habitante del mar.

Sus palabras habían sido escuchadas por Balagus, pero éste había decidido ignorar su petición y marcharse con una fría respuesta, creyendo que todo acabaría así. Como cuando un niño agacha la cabeza y deja de mirar de frente el problema. Como a lo que los ojos del tiburón era un cobarde.

El gyojin se intentó calmar y no crear un conflicto. Pero bien era cierto que el conflicto ya venía de lejos. Y que, siendo sinceros, los conflictos y el tiburón iban de la mano a casi todos los lugares del mundo.

- No soy del tipo de personas que ataca por la espalda -comentó con una voz fría y desgarradora-. O te giras y me das explicaciones, o me importa bien poco el conflicto entre bandas que de aquí pueda surgir.

De nuevo, Luka había dejado de pensar detenidamente en el momento menos adecuado. La banda de Syxel y los Arashi parecían llevarse bien, al menos por lo visto en el reciente incidente, y eso quería decir que entre ambos capitanes había una unión de algún tipo. Lo último que el habitante del mar quería era poner fin a dicha unión, pero lo que tenía bien claro era que no podía dejar el tema a un lado.

Si el gigante hubiera dado alguna explicación, por vaga que fuese, el gyojin se podía haber dado por satisfecho. <>, <>, o incluso <>. Pero no, tuvo que apelar a un posible conflicto entre bandas para evitar afrontar los hechos como un honorable hombre haría. Y el tiburón no dudaba en que el gigante lo era, pero quizá debido a su último acto, Balagus sería menos respetado por Luka de lo que en un principio lo había sido.

El tiburón empezó a sentir un cosquilleo en la muñeca izquierda, justo donde llevaba la pulsera de la diosa fortuna, aquella pulsera que tantos quebraderos de cabeza le daba, pero que a la vez tanto le gustaba. La llamada de la pulsera parecía enfurecer a Luka por momentos. Y aquello hartó su paciencia.

El habitante del mar concentró las partículas de agua de su cuerpo y empezó a agrandar sus músculos, creciendo durante unos segundos hasta llegar a estar cercano a los cuatro metros. Sin duda sería una pelea más pareja en cuanto a altura.

- He conocido muchos gigantes a lo largo de mi vida, y ninguno me ha decepcionado. Espero que no seas el primero -comentó a la par que chocaba sus puños, preparándose para la acción-. Solucionemos esto lo más rápido posible.

Y dicho lo cual, el tiburón salió corriendo en dirección al gigante a la par que concentraba su haki en los puños. Solo atacaría si este se daba la vuelta, e intentaría poner a prueba su resistencia con un combo de cuatro puñetazos en la zona del pecho y el rostro. En caso de que Balagus no se diese la vuelta, le agarraría de la espalda y le pondría de frente y, acto seguido, intentaría golpearle en el estómago con un potente puñetazo.

Confiaba en la honorabilidad de su rival. Sabía que aquello sería una simple descarga de adrenalina, que ninguno de los dos moriría en su combate, pero tenía claro que necesitaba hacerle ver a su ex-compañero y actual rival, que la disciplina y, sobre todo las promesas, deben cumplirse. Luka no dudaba en las palabras del gigantón, pero necesitaba saber de su boca que Dharkel había recibido su merecido. O sería él mismo el que se enfrentaría a su mismísimo capitán con tal de darle una buena lección.

Algunos tildarían a Luka de obsesivo, rencoroso y una multitud más de adjetivos descalificativos. Pero en ese momento solo pensaba en una cosa; Venganza. Y aquello quizá era uno de sus múltiples problemas.

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Balagus y Luka, una deuda que saldar Empty Re: Balagus y Luka, una deuda que saldar {}

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