Leiren Evans
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Me llevé la mano a la boca justo antes de que un sonoro bostezo retumbara por la cubierta de aquel crucero de lujo. El por qué había acabado en aquel barco para hacer un recorrido por una de las rutas más famosas del paraíso lo sabía únicamente Al, el cual un par de días antes, aún en el cuartel donde se alojaban los Kiritsu, había entrado corriendo en mi cuarto para decirme que teníamos que salir urgentemente para una misión de suma importancia. Apenas me había dado tiempo para vestirme con mi conjunto habitual y pillar mis pergaminos más útiles -entre ellos el grande que siempre llevaba a la espalda- antes de que Al viniera corriendo a decirme que me diera más prisa, que había que irse ya. Cuando llegamos al barco, aparte de que había pensado que iba a estar algún miembro más de la brigada y solo estábamos él y yo, me sorprendió el hecho de que no pertenecía a la marina, sino era uno comercial.
Y ahí estábamos, yo tirado en una hamaca pensando que todo aquello era una misión secreta y estábamos de incógnito, por eso me había dicho que nada de indumentaria marine; y mi jefe dando vueltas por el barco con una camisa de colores vivos y estampados de palmeras y unos pantalones cortos, así muy en plan guiri de viaje. En serio, ¿de dónde habría pillado ese conjunto tan cutre?
Y ahí estábamos, yo tirado en una hamaca pensando que todo aquello era una misión secreta y estábamos de incógnito, por eso me había dicho que nada de indumentaria marine; y mi jefe dando vueltas por el barco con una camisa de colores vivos y estampados de palmeras y unos pantalones cortos, así muy en plan guiri de viaje. En serio, ¿de dónde habría pillado ese conjunto tan cutre?
Me sujetaba las gafas y me mantenía en posición elevada, con expresión seria y semblante sereno. Si no fuese por los pantalones piratas, la camisa de flores naranja y el vaso de mojito por el que bebía sorbiendo con cierta intensidad alguien podría llegar a pensar que se trataba de un oficial de la Marina, pero en esa situación tan sólo me identificaban como "eh tú, el que ha arrasado el minibar". No es que sea un bebedor compulsivo, pero si he llegado a pagar un todo incluido debería aprovecharlo. Tampoco el alcohol es que me afecte demasiado, pero sí que empezaba a sentir ese hormigueo propio de ahogarme en la piscina al caerme por no mirar, así que me congelé lo más discretamente que pude y salí de ella, dejando un residuo seco que no muchos detectaron pero contra el que al menos siete viejas se dejaron la dentadura postiza minutos más tarde.
Estábamos en un crucero por el Paraíso, un viaje que la Marina me había regalado como felicitación por mi ascenso y, probablemente, para librarse de mí unos días. Sin embargo, no podía desaprovechar la oportunidad de recorrer el Grand Line con alguien que, definitivamente, no me robaría el alcohol (Leiren era menor de edad) ni a las mujeres (aunque tuviese el mismo atractivo infantil, todos sabían que Leiren era más maricona loca que Kai). Pero, por algún motivo, Leiren creía que estaban de misión. Por eso lo miraba mal, hasta que finalmente habló:
-¡Bienvenido a nuestras vacaciones!
Estábamos en un crucero por el Paraíso, un viaje que la Marina me había regalado como felicitación por mi ascenso y, probablemente, para librarse de mí unos días. Sin embargo, no podía desaprovechar la oportunidad de recorrer el Grand Line con alguien que, definitivamente, no me robaría el alcohol (Leiren era menor de edad) ni a las mujeres (aunque tuviese el mismo atractivo infantil, todos sabían que Leiren era más maricona loca que Kai). Pero, por algún motivo, Leiren creía que estaban de misión. Por eso lo miraba mal, hasta que finalmente habló:
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Aquella frase rebotó en mi cabeza como lo hubiera hecho el grito de una cabra en la cordillera francesa. ¿Que dónde está eso? Yo qué sé, ni que supiera geografía, ¿sabes? El caso era simple: me había quedado con cara de subnormal mirando a Al como si estuviera mirando a un horizonte lleno de respuestas.
Y es que justamente eso era lo que intentaba encontrar, una respuesta convincente a su frase. ¿Estaría intentando quedarse conmigo? Es decir, a lo mejor era una prueba para ver cómo reaccionaba, o a lo mejor lo había dicho en alto para así reforzar la nuestra tapadera. Pero no sé, llevaba bastante tiempo en la brigada -bueno, bastante quizá no, pero sí el suficiente- para saber que la gente allí no era tan inteligente como podía parecer; al revés, allí éramos más bien todos un poco simples.
Quizá por eso decidí confiar en el eco que seguía rebotando dentro de mi mente y, a la vez, en mi capitán. Me levanté con una sonrisa, le quité el mojito que aún no se había acabado -teniendo que ponerme casi de puntillas- y me lo acabé en plan chupito largo.
—¡Vivan las vacaciones!
Además, fuera una trola o no, seguirle el rollo a Al podía llegar a ser interesante.
Y es que justamente eso era lo que intentaba encontrar, una respuesta convincente a su frase. ¿Estaría intentando quedarse conmigo? Es decir, a lo mejor era una prueba para ver cómo reaccionaba, o a lo mejor lo había dicho en alto para así reforzar la nuestra tapadera. Pero no sé, llevaba bastante tiempo en la brigada -bueno, bastante quizá no, pero sí el suficiente- para saber que la gente allí no era tan inteligente como podía parecer; al revés, allí éramos más bien todos un poco simples.
Quizá por eso decidí confiar en el eco que seguía rebotando dentro de mi mente y, a la vez, en mi capitán. Me levanté con una sonrisa, le quité el mojito que aún no se había acabado -teniendo que ponerme casi de puntillas- y me lo acabé en plan chupito largo.
—¡Vivan las vacaciones!
Además, fuera una trola o no, seguirle el rollo a Al podía llegar a ser interesante.
-¡Ya verás qué bien nos lo vamos a pasar!- grité mientras alzaba ambas manos en un violento gesto que hizo saltar todo el contenido de mi mojito y, también, puede, verterse un poquito sobre una señora que tomaba el sol sin respetar la distancia de seguridad necesaria para evitar accidentes con el bar... ¿O era al revés?- Ups. Perdón.
No sabía cómo salir de aquella embarazosa situación, pero por suerte para mí el capitán no tardó en hacer un comunicado por la radiofonía. Nos deteníamos por un rato en una isla bastante famosa por su forma y tradiciones un poco extrañas: Isla Cactus. Si ya su orografía resultaba peculiar, enterrar piratas en los grandes montículos verdes y esféricos que coronaban la isla me daba todo el repelús. Sin embargo, ¿Quién soy yo para cuestionar las tradiciones locales? Nadie, al menos mientras no se enfrenten a una minoría desfavorecida. Y los criminales no son ni de lejos minoría.
-En fin... ¡Leiren, nos vamos a ver cactus!
Y salí corriendo. Vamos, que puse pies en polvorosa, como decimos los modernos. Bueno, los modernos vintage, que somos los más modernos. Me aseguré de llevar una bufanda por si acaso desvelábamos alguna injusticia y desembarqué en el puerto, donde un velero reposaba en posición totalmente vertical. Tradiciones locales, supongo.
No sabía cómo salir de aquella embarazosa situación, pero por suerte para mí el capitán no tardó en hacer un comunicado por la radiofonía. Nos deteníamos por un rato en una isla bastante famosa por su forma y tradiciones un poco extrañas: Isla Cactus. Si ya su orografía resultaba peculiar, enterrar piratas en los grandes montículos verdes y esféricos que coronaban la isla me daba todo el repelús. Sin embargo, ¿Quién soy yo para cuestionar las tradiciones locales? Nadie, al menos mientras no se enfrenten a una minoría desfavorecida. Y los criminales no son ni de lejos minoría.
-En fin... ¡Leiren, nos vamos a ver cactus!
Y salí corriendo. Vamos, que puse pies en polvorosa, como decimos los modernos. Bueno, los modernos vintage, que somos los más modernos. Me aseguré de llevar una bufanda por si acaso desvelábamos alguna injusticia y desembarqué en el puerto, donde un velero reposaba en posición totalmente vertical. Tradiciones locales, supongo.
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Pobre señora, no se merecía en absoluto lo mal que se lo estaba haciendo pasar el borrachuzo de mi jefe. Pero eh, ¿a quién le importaba? Sin duda alguna a mí no, y menos cuando todo eso lo estaba pensando mientras me ahogaba en una piscina de menos de un metro de profundidad; no sé si fue Al al hacer un movimiento mal dado o yo al tropezarme, pero me caí de espaldas y es lo que tienen los usuarios, que movilidad en el agua poca. Además, ¿por qué todos los cruceros tenían malditas piscinas?
En cualquier caso... Cuando vieron que a lo mejor me moría ahí dentro me levantaron -no Al, él estaba como un niño pequeño al que le quitas su piruleta mirando su vaso de mojito- y me trajeron ropa limpia; que lujo, la verdad.
Me cambié mientras desembarcabamos en la isla -quizás atraje alguna que otra mirada, pero no le presté atención- y para cuando ya estábamos de camino al primer sitio turístico de aquel lugar tanto el capitán como yo íbamos igual vestidos, a excepción de los colores.
–¿Por qué todas las camisas de vacaciones tienen que tener flores de estas de estampado? Es decir, ni siquiera son-, ¡hostias! ¿Eso es un unicornio-girafa gorda? ¿Crees que el dueño me dejará montarme?
Esa ciudad era muy rara, y no solo por la tradición de las lápidas, no.
En cualquier caso... Cuando vieron que a lo mejor me moría ahí dentro me levantaron -no Al, él estaba como un niño pequeño al que le quitas su piruleta mirando su vaso de mojito- y me trajeron ropa limpia; que lujo, la verdad.
Me cambié mientras desembarcabamos en la isla -quizás atraje alguna que otra mirada, pero no le presté atención- y para cuando ya estábamos de camino al primer sitio turístico de aquel lugar tanto el capitán como yo íbamos igual vestidos, a excepción de los colores.
–¿Por qué todas las camisas de vacaciones tienen que tener flores de estas de estampado? Es decir, ni siquiera son-, ¡hostias! ¿Eso es un unicornio-girafa gorda? ¿Crees que el dueño me dejará montarme?
Esa ciudad era muy rara, y no solo por la tradición de las lápidas, no.
-Leiren, eso es un barco- dije señalando la nave que, efectivamente, tenía una jirafa obesa estampada. No obstante, el "cuerno" era tan sólo el ancla que sobresalía cual asta de reno-. ¿Cómo pasaste el psicotécnico de entrada a la Marina si no ves en tres dimensiones?
En ocasiones yo también veía cosas extrañas, pero solía ser porque Jack me ofrecía salsa de champiñones con setas que no resultaban ser champiñones. Tampoco eran peyote, que con eso tengo algo de experiencia, pero sin duda estaban lejos de ser orejitas de madera o alguna de esas guarradas que le gustaba comer a los veganos. En realidad nunca he comprendido cómo alguien puede matar pobres plantas indefensas para alimentarse. Un cerdo tenía mirada de "voy a matar a toda tu familia", mientras que el espíritu de una vaca resultaba ruin y despiadado. Ella me comería a mí si tuviese oportunidad. Incluso la lechuga a veces... Espera, las setas no son plantas.
-¡Leiren, come tus acelgas o ellas te comerán a ti!- le grité, como si Arthur estuviera con nosotros. No sé si Arthur se preocupará del tránsito intestinal de sus aprendices, pero un ano rojo es sinónimo de mal caballito. Y había que cuidar el caballito-. Recuerda, soldado, que cada planta en tu camino es un enemigo que debes derrotar antes de que cobre fuerza y, dentro de millones de años, establezca una dictadura algún vegetal humanoide llamado Eva Veneno... O algo así.
Entonces salí corriendo mientras gritaba "Banzai" camino del primer restaurante vegano que encontrase.
En ocasiones yo también veía cosas extrañas, pero solía ser porque Jack me ofrecía salsa de champiñones con setas que no resultaban ser champiñones. Tampoco eran peyote, que con eso tengo algo de experiencia, pero sin duda estaban lejos de ser orejitas de madera o alguna de esas guarradas que le gustaba comer a los veganos. En realidad nunca he comprendido cómo alguien puede matar pobres plantas indefensas para alimentarse. Un cerdo tenía mirada de "voy a matar a toda tu familia", mientras que el espíritu de una vaca resultaba ruin y despiadado. Ella me comería a mí si tuviese oportunidad. Incluso la lechuga a veces... Espera, las setas no son plantas.
-¡Leiren, come tus acelgas o ellas te comerán a ti!- le grité, como si Arthur estuviera con nosotros. No sé si Arthur se preocupará del tránsito intestinal de sus aprendices, pero un ano rojo es sinónimo de mal caballito. Y había que cuidar el caballito-. Recuerda, soldado, que cada planta en tu camino es un enemigo que debes derrotar antes de que cobre fuerza y, dentro de millones de años, establezca una dictadura algún vegetal humanoide llamado Eva Veneno... O algo así.
Entonces salí corriendo mientras gritaba "Banzai" camino del primer restaurante vegano que encontrase.
All plants must die.
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Me quité las gafas que tenía puestas desde hacía solo dios sabe cuánto y de repente fue como si la vida volviera a cobrar sentido. Es decir, la gente seguía haciendo cosas muy raras y seguía habiendo animales muy extraños -y ambos ejemplos se daban a la perfección en la brigada-, pero al menos veía con claridad.
—Eso explica cosas. No muchas, no las que quisiera, pero explica...
Tras un par de minutos de carrera en la que todos los guiris -palabra que había sacado de las Crónicas de Tierralandia- se habían puesto a correr con nosotros llegamos a un pequeño restaurante de comida vegetariana. No estaba muy seguro, pero el cartel con una hoja de lechuga lo dejaba claro.
—¡Comida para...! Etto... —me giré y empecé a contar guiris— ... Tres... Seis... Diez... Yo qué sé, que sea para treinta, y no escatiméis en berros, mi amigo tiene hambre. Yo mientras iré a por comida de verdad.
Dije antes de irme al puestecillo de pescado de al lado.
—Eso explica cosas. No muchas, no las que quisiera, pero explica...
Tras un par de minutos de carrera en la que todos los guiris -palabra que había sacado de las Crónicas de Tierralandia- se habían puesto a correr con nosotros llegamos a un pequeño restaurante de comida vegetariana. No estaba muy seguro, pero el cartel con una hoja de lechuga lo dejaba claro.
—¡Comida para...! Etto... —me giré y empecé a contar guiris— ... Tres... Seis... Diez... Yo qué sé, que sea para treinta, y no escatiméis en berros, mi amigo tiene hambre. Yo mientras iré a por comida de verdad.
Dije antes de irme al puestecillo de pescado de al lado.
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