Unas buenas vacaciones o no [Moderado nivel 4 Dark]

Buenas bienvenido a Samirn, este es un lugar con playas paradisíacas en las que perderte para descansar y tomarte un merecido descaso. Últimamente se está convirtiendo en sitio bastante turístico del nuevo mundo. Diría que se asemeja a la isla vacaciones de Paraíso, salvo que esta estuvo gobernada durante años por un grupo de personas bastante maliciosas. Pero bueno quitando pequeñeces a un lado, acabas de llegar en barco al puerto. Es medio día y la brisa corre dando una sensación increíble. Hace un perfecto día de vacaciones.

Al bajar del barco un grupo de personas os abordan, se trata de una pequeña comitiva para agradar a los turistas. Una pequeña niña se acerca a ti con una buena bebida tropical y una pequeño collar de flores que intentara ponerte al cuello, al más puro estilo de hawai. Está claro que el actual gobernante de la isla está intentando darle un cambio de lavado de cara a la isla para atraer a turistas. Si te fijas bien la niña es de pelo moreno, ojos verdes y no tendrá más de 10 años. Mide poco más de un metro y su dulce sonrisa hace caer embelesado hasta el más tipo duro de la isla.

-Buenas señor, bienvenido a Samirn- dijo intentando ponerse de puntillas para ponerte el collar de flores. Acto seguido te ofrecerá una bebida típica, echa con coco y ron, -Mi nombre es Mery y esto es para usted, una bebida de nuestro famoso “cocorón”- Es bastante famoso en el lugar y dicen que es néctar de los dioses. Si miras alrededor podrás observar a mucha gente disfrutando de este coctel de bienvenida.

Después de caída de “El culto” la isla ha salido a flote e intenta hacerse notar como un lugar tranquilo para descansar del nuevo mundo. Aunque es cierto que hay algunos creyentes de esa nombrada secta. Se recomienda no hablar de ello por la isla, pues está prohibido por el actual gobierno, en un intento de dejar atrás ese duro pasado.

Samirn. Ocho de la mañana. Aquel era su próximo destino. Dark miró decidido al cartel de la embarcación; parecía un buen nombre para un lugar que no había explorado nunca, y al encontrarse en el nuevo mundo, incluso podría enfrentarse a gente más fuerte que él y mejorar.  Aquello hacía que se sintiese emocionado. Pero había un ligero problema... La cosa es que no tenía ni idea de cómo era Samirn. Se encontraba en un barco que parecía de naturaleza turística; o por lo menos podía fijarse en aquello por la gente que residía por la cubierta. Se cruzó de brazos y empezó a andar con aquella postura de un lado para otro. No sabía cómo ni dónde, pero tenía que encontrar alguna forma de hacerse más fuerte. Su naturaleza parecía pedirle a gritos que evolucionase a paso rápido sus capacidades, y no iba a dudar ni un momento para hacerlo. Se apoyó en la barandilla apoyando los codos para dejar caer el mentón sobre sus manos abiertas. Observó el mar abierto y el navío comenzó su rumbo.

Tras varias horas de viaje, y no mucho de lo que poder sorprenderse, llegó a su destino. Un destino que parecía de lo más peculiar: quedó bastante sorprendido por lo bonita que se veía la isla de lejos. No parecía pertenecer al conjunto de islas del nuevo mundo. Pudo notar que el clima parecía mucho más calmado de lo normal; se encontraba con algo de calor llevando la gabardina y hacía un día estupendo. Sonrió mientras miraba cómo la gente iba desembarcando y se preparó él para hacer lo mismo, esta vez con la gabardina sacada y reposando en su antebrazo recogida. Se perdió entre sus pensamientos hasta que alguien se dirigió a él.

-Buenas señor, bienvenido a Samirn. - Le dijo, refiriéndose directamente al peliblanco.

Dark miró a una niña tras salir de babia. De tez morena, ojos como esmeraldas y un cabello lacio azabache. No parecía ser muy mayor por su estatura; quizás podría rondar los 10 u 11 años. Pudo fijarse que entre sus manos había un collar de flores, y que tras fijarse y reconocerlo, se ponía de puntillas mientras se le notaba ponerse algo roja por el esfuerzo. Hincó una rodilla en el suelo ya que era mucho más alto que ella y se dejó poner el collar mientras le dirigía una sonrisa a la chavala. Después al mismo momento, le ofreció una bebida que todos los demás parecían disfrutar, así que decidió no usar el mantra y fiarse por una vez de alguien que no fuese él.

-Mi nombre es Mery y esto es para usted, una bebida de nuestro famoso “cocorón”.

El protagonista agarró la bebida y le pegó un sorbo, notando al momento el sabor a coco. También tenía una fragancia que olía ligeramente al mismo, cosa la cual disfrutó el albino. No le disgustaba haber probado el coco por primera vez, un sabor suave y muy característico.

-Gracias, Mery - Exclamó mientras le dedicaba otra sonrisa, estaba siendo majo con ella.

La niña pareció agradarle la respuesta de Dark, así que continuó hablando; esta vez parecía aún más animada, como si Dark le hubiese caído bien a primera vista. O eso creía él por el momento, quizás podría ser puro espectáculo para atraer a los turistas. No le molestaba que fuese ninguno de los casos, ya que sabía que de alguna forma se tenían que ganar la vida, y parecía que los esfuerzos de la isla en que el turismo fluctuase eran muy grandes.

-¡Tenemos una estancia de hotel gratuita para todos los pasajeros del barco! Si nos acompaña, le daremos las llaves de su habitación.

Genial, pensó Dark. Así podría guardar la gabardina y no ir asándose por aquel clima tropical. Asintió con la cabeza tras pegarle el último trago a la bebida y se dejó guiar hacia el hotel.

La niña os acompañó hasta el hotel, la ciudad esta pletórica, había mercaderes, gente paseando, algún que otro gamberrillo suelto, pero nada que pudiera llamar tu atención. Las calles eran una mezcla de casas a medio construir y casas antiguas. Se notaba que estaban levantando cabeza tras la desaparición del culto. Te das cuenta de que algunas personas se te quedan mirando, al igual tu fama tiene algo que ver. Si utilizaras tu mantra verías que nadie tiene intención de atacarte solo que les asombra ver a alguien famoso. Aunque si te concentraras bien podrías sentir la mirada de alguien hacia ti, como si te estuviera vigilando, pero sin intención de atacar. De hecho si te giras a verlo podrás ver que es uno de los guardias de la ciudad. No tardáis en llegar al hotel, donde un mayordomo os da las llaves de vuestra habitación. Tiene el pelo canoso, es delgado, vestido con un bonito traje de mayordomo, aunque eso si algo desgastado. Por su aspecto diría que tiene unos sesenta años y al verte reconoce tu rostro.

-Bienvenidos sean todos, aquí tienen sus llaves de las respectivas habitaciones- dijo aquel hombre mayor. Después el resto de personas se empiezan a dirigir a sus habitaciones y este te para y empieza a hablarte, -Usted es el señor Dark si no me equivoco, es un placer tenerlo en nuestro establecimiento- te mira con una sonrisa en su cara, -le recomiendo un restaurante que está a la vuelta de la esquina, en el sirven un bistec exquisito-

Dark se dedicó a seguir al grupo turístico que parecía liderar Mery, la niña que le puso el collar y le ofreció la bebida anteriormente. Tras andar un rato, llegaron a la ciudad: parecía una que se estaba reconstruyendo, y no tenía ni idea de por qué. El peliblanco desconocía la historia de la isla, pero por lo que podía haber ido deduciendo, con el fuerte incremento en lo que parecía ser el turismo y una reconstrucción del epicentro de la isla, algo gordo había pasado. Decidió no agobiarse pensando sobre aquello y se dejó guiar por el lugar; todo parecía muy feliz y sin problemas.

Conforme paseaba junto al grupo de turismo, mucha gente parecía reconocerle; no le hacía demasiada gracia que le confundiesen con el vice-almirante, pero sabía que las similitudes existían. Algunas extrañas, como la suya, pero nadie parecía odiarle o mirarle en mala gana. Se iba quedando con las caras de todos los que iba observando, ya que le gustaba fijarse en todo lo de su alrededor. Pero pudo notar a alguien que le miraba de una forma distinta a los demás: un guardia común. ¿Por qué le miraría de aquella forma? Quizás alguien que aspiraba a tener fama también y no podía. Se encogió de hombres y pasó siquiera en examinar con mantra sus intenciones, pero memorizó su cara perfectamente.

Llegaron al hotel y un mayordomo salió a saludarles. Tras hacerlo y dar las llaves, el albino se fijó en la vestidura que llevaba el hombre mayor, y pudo ver que estaba bastante desgastada. Parecía un hombre curtido y tenía muchas arrugas por su cara, le faltaba algo de pelo y lo tenía enteramente canoso. Su postura era bastante buena, eso sí; parecía tener experiencia de sobras con ese oficio. Colocó sus manos sobre la cintura, y llegó lo de siempre: que le confundiesen con Satou. Se dirigió a él directamente y esperó viendo qué podría decirle.

-Usted es el señor Dark si no me equivoco, es un placer tenerlo en nuestro establecimiento. - Exclamó el anciano, con una sonrisa de cabo a rabo. - Le recomiendo un restaurante que está a la vuelta de la esquina, en el sirven un bistec exquisito. - Le acabó recomendando.

Dark se rascó la nuca ligeramente y guardó las llaves en uno de los bolsillos del pantalón. Le cedió la gabardina al mayordomo, el cual aceptó gustoso y con orgullo se la llevó hacia la habitación del peliblanco. El protagonista se cruzó de brazos y anduvo por la calle metiéndose en un callejón, imaginándose el bistec que le habían recomendado. Hasta que su cabeza le avisó de algo. Un pequeño escalofrío y el silbar del aire le obligó a torcer un poco el cuello, girando la cabeza hacia un lado y esquivando un cuchillo que le habría matado si no hubiese tomado acción.

-Tú, vice-almirante de pacotilla... Si te sacamos de en medio y reportamos tu muerte por fin, podremos ascender...

Apretó el puño y vio lo que parecían ser unos marines infiltrados. No pudo observar cuántos habían ahí, pero podían usar haki, por lo menos de armadura. El cuchillo que le habían lanzado, estaba embadurnado en éste.

Estas delante de aquellos tipo y empiezas a marearte lentamente. Tu visión se vuelve un poco borrosa, pero ves como aquellos dos marines se empiezan acercar a ti. De pronto aquellos tipos caen delante de ti inconscientes y dos hombres encapuchados aparecen detrás de ellos. Tú acabas perdiendo la consciencia también, no sin antes escuchar unas palabras de aquellos tipos. “que querrían estos tipos de nuestra presa, da igual llevémoslo la coliseo”. Y si tenías razón el cóctel tenía algo.

Despiertas en una especie de celda y te duele bastante la cabeza. Aquel sitio solo está iluminado por la luz que entra por los barrotes. En cuanto te empieces a mover una figura te empezara a hablar desde la puerta.

-Buenos días bella durmiente, ya era hora de que despertaras- suelta aquel extraño hombre, -venga ponte de pie rápido que el espectáculo va a empezar y tengo al público caliente. Si ganas podrás ser libre, sino perderás tu vida- dijo soltando una pequeña risa al final

Después de esas palabras el hombre se va sin darte tiempo a que pudieras responderle, si te asomas a los barrotes podrás ver que estas en una especie de coliseo de la antigua roma. Pero en cambio este esta techado y unos focos iluminan todo el recinto y no hay ni un solo espectador en las gradas, solo algunos den den mushi grabadores de video. Al acercarte a los barrotes estos se abren inmediatamente dejándote salir de tu pequeño encierro. De pronto un pequeño discurso empieza a escucharse por los altavoces

-Damas y caballeros bienvenidos a este pequeño espectáculo que “El culto” ha preparado para ustedes. Les presentamos a nuestros competidores de hoy en esta maravillosa noche de juegos. En primera instancia tenemos a los hermanos gemelos Dalton, son unos criminales cuya cabeza vale cien millones cada uno. Como segunda opción tenemos a uno de los capitanes piratas famosos por estos lares, el señor Jack “cuernos de toro” con una recompensa por su cabeza de trescientos millones. Y por último y no menos importante, tenemos al señor Dark, un exvice-almirante de la marina. Una vez echas las presentaciones que empiece el combate y recordad el último en pie en esta arena podrá ser libre. Que comiencen las apuestas-

Si sales veras a tu izquierda salir a los gemelos mencionados antes y a tu derecha al capitán pirata. Estáis separados unos cincuenta metros los unos de los otros. Que empiece la juerga. Los tres tipos se abalanzan sobre ti, no se muy bien porque pero creo que te tienen miedo y quieren quitarte del medio lo antes posible.

Estaba muy decidido a pegarle una paliza a la gente que le había emboscado en el callejón. O lo estaba, ya que empezaba a sentirse muy somnoliento. ¿Así, de repente? ¿Cómo era posible que tuviese aquel sueño? Intentó resistir con la mayor de sus fuerzas pero acabó chocándose contra la pared, maldiciendo el cóctel de coco que había bebido antes. Cerró los ojos del todo y lo último que notó antes de perder la consciencia, era un ligero murmuro entre varias personas. Al parecer él no era el único que se estaba durmiendo.

Despertó. Se llevó la mano a la cara y abrió lentamente los párpados, intentando reconocer dónde estaba. Tras levantarse pudo ver que se encontraba en algún tipo de celda; habían unos barrotes delante de él por el cual entraba la única luz, que parecía artificial. No pudo examinar dónde estaba, así que, entre un dolor de cabeza horrible y un pesado suspiro, anduvo hacia la luz mientras le explicaba una figura misteriosa que tenía que luchar para poder salir vivo de ahí. Menuda experiencia más desastrosa; eran las peores vacaciones de su vida.

El peliblanco se apoyó en los barrotes para intentar identificar algo con lo que salir de ahí, pero pudo ver que lo que le habían dicho sobre luchar era literal. Se encontraba en una especie de arena, y muy seguramente no era el único que estaba ahí encerrado. Podrían haber bestias o personas, aquello tendría que verlo dentro de unos minutos. Parecían grabarle den den mushis de vídeo, aquello le respondió sobre por qué no había nadie sentado por el coliseo. Los barrotes se abrieron de golpe y una especie de narrador habló a través de unos altavoces. Explicó sobre quienes estaban ahí para pelear y sonó una especie de alarma tras cederle el paso a todas las personas presentes. Miró rápidamente hacia un lado y otro y activó el mantra: no parecía mentir con las personas que habían ahí para la pelea.

Tras la última alarma, corrió a la par que los demás. No llevaba nada de armas encima, así que tendría que acabar la pelea con sus propias manos, literalmente. No podía observar bien a la distancia que se encontraban sus contrincantes si podían llevar alguna clase de arma, así que tendría que improvisar sobre la marcha. Pensó en sobre ir contra la pareja o el lobo solitario, pero no tardó en darse cuenta que iban los tres a por él a la vez. "¿En serio van a hacer eso?" se preguntó, algo enfadado por la situación en la que se encontraba; pero al final podía sentirse entre todo aquel cabreo muy halagado, ya que si estaban haciendo equipo contra él, es porque lo reconocían como alguien más fuerte. Cubrió su brazo dracónico de Haki e intentó agarrar el que valía trescientos millones para lanzarlo con toda su fuerza hacia los otros dos. Si atacaba él primero, y reducía el mayor número de contrincantes posibles, la victoria sería suya rápido.

Ante tu intento de arrojarlo contra los otros dos este lo vio venir y se detuvo en seco, por tu mantra puedes sentir que el pirata no es alguien común. Al pararse, de este le salen dos cuernos enormes y su cuerpo crece bastante hasta convertirse en un hibrido entre hombre y toro. ¿Es posible que sea el poder de una akuma? Acto seguido todo su cuerpo adquiere un color negro metálico, con algunas tonalidades rojas.

Mientras los otros dos se abalanzan contra ti con un par de dagas en las manos. Claramente están intentando apuñalarte, pero por suerte para ti tu mantra te advierte de cada uno de los intentos de acuchillarte. Después del ataque de los hermanos gemelos puedes ver como el toro va a embestir contra ti, con una velocidad y fuerza increíbles. Sientes que su presencia es bastante más fuerte comparado a la de los gemelos. Después de embestirte lanzara una serie de puñetazos hacia el cuerpo.

Hombre toro:

Gemelos:

Su intento de lanzar al grandullón contra los otros falló estrepitosamente, deteniéndose en seco justo antes de que lo agarrase. Recuperó el equilibrio del torso y se dispuso a defenderse contra los otros dos que saltaron a la vez hacia él, fijándose del tipo de movimiento que estaban intentando realizar. Parecía que iban a intentar apuñalarle; algo que evitó con una grácil pirueta entre los dos, colocándose detrás de ellos. La inercia de intentar estocar a alguien hacia el aire no les haría bien, así que mientras podía ver cómo se abalanzaban hacia el vacío, reunió aire y su brazo empezó a iluminarse. Tras envolverse en una capa cian, se abalanzó hacia ellos y se propuso golpear con toda su fuerza hacia el que estaba orientado a la derecha, apuntando al cráneo. Tras recuperarse del ataque, dirigió una patada extra al que estaba a la izquierda casi simultaneamente mientras atacaba al de la derecha.

Tras acabar de atacar, se giró para mirar al grandullón. Para muy a su sorpresa se había transformado; tenía que ser un usuario de zoan. Aquello no sería lo único que le alarmase: parecía estar cogiendo carrerilla contra él, tratando de embestirle. Dark se mantuvo alerta contra aquello y, gracias a que era bastante más rápido que él, simplemente se apartó para que arrollase a los que tenía detrás. Si su ataque había impactado de alguna forma, estarían entumecidos o recuperándose, y el mismo toro se encargaría de sacarlos de en medio por él. Tras mantener algo de distancia, activó el mantra por primera vez y aquello le sacó una sonrisa. El toro parecía tener una gran voluntad, mucho mayor que la de los otros dos. Esto iba a ser una fiesta para él.

-Venga grandullón, vamos a quitarnos de en medio. ¡Oooooléeeee! - Acabó vacilando mientras se sacaba la sudadera y empezaba a mercerla como si de una capa se tratase. La gracia es que era de color rojo.

Si caía ante sus provocaciones, sabía que el combate iba a acabar rápido y podría irse de ahí cagando leches. Su plan había comenzado.

Técnica usada:

Uno de los dos gemelos cae completamente inconscientes ante tu puñetazo, al otro le has partido un par de costillas y está en el suelo tirado quejándose de dolor. Parece que no podrá luchar durante lo que queda de combate. Has conseguido esquivar fácilmente la embestida del toro. Este ha clavado los cuernos contra la pared que hay detrás de ti. Aquello no es nada para aquel hombre, pues usa su enorme fuerza apoyando ambos brazos contra la pared, para sacar los cuernos con cierta facilidad. No parece herido ni entumecido, de hecho su resistencia parece bastante grande. De pronto una voz se vuelve a escuchar por la megafonía.

-Bueno parece que tenemos la primera baja del combate, uno de los gemelos ha caído y el otro no parece muy dispuesto para seguir luchando. La gente que apostó por ellos se han llevado una gran decepción, pues no aguantaron ni un asalto. El exvice-almirante parece que ha llegado con energías renovadas. Veamos quien de los dos que quedan acaba besando el suelo-

El toro parece bastante mosqueado ante tus provocaciones y un acto de rabia ves como golpea el suelo con sus enormes puños.

-Golpe sísmico- grita la bestia.

El suelo empieza a temblar y resquebrajarse bajo tus pies, haciéndote perder un poco el equilibrio. El toro aprovechara eso para acercarse a ti con el puño derecho en alto e imbuido en un color negro metálico. Intentando darte un buen puñetazo con trayectoria descendente.

Técnica usada:

Sonrió mientras escuchaba el anuncio de la megafonía. Se cruzó de brazos mientras andaba y después los abrió, muy confiado. ¿Iba a ser todo tan fácil? Parecía que sí, no tendría que esforzarse mucho más. Aquello le causaba un mix de sentimientos, alegrándose de no recibir daño y decepcionándose por otra parte, al ver que no eran oponentes dignos para él. Se colocó la sudadera otra vez tras provocar y, en vez de lanzarse hacia él, golpeó el suelo con fuerza mientras gritaba un nombre de lo que parecía una técnica. ¿Quién mierda gritaba el nombre de sus técnicas? Era desfasado y le daba vergüenza ajena con tan solo escucharlo. Encima no necesitaba saber ni qué iba a hacer. Por el nombre de la técnica solo le bastaba saltar.

Tras saltar y no desestabilizarse, vio cómo se acercaba de forma peligrosa un puñetazo hacia él. Pudo verlo, pero no le daría tiempo a esquivarlo fácilmente. ¿Cómo cojones el toro era tan rápido? Mientras se preguntaba eso, empezó a concentrarse, endureciendo el brazo dracónico completamente para parar el puñetazo. Empezaron a salir chispas cuando bloqueó el ataque, pero su oponente era bastante más fuerte que él. A pesar de haberse protegido con el brazo bueno y haber usado el recubrimiento, seguía teniendo más poderío físico que él. Cedió el brazo y, con la inercia del puñetazo, logró darle en parte de la cara, lanzándolo varios metros hacia atrás.

Se levantó del suelo y escupió con desdén sangre de la boca. "Es más fuerte que tú. Es más rápido que tú. ¿Qué mierda voy a hacer? Solo me queda... Espera..." pensó mientras le cambiaba el rostro. Volvió a sacarse la sudadera y se dirigió hacia la pared andando lentamente mientras agitaba la prenda de ropa.

-Venga, torito. Demuestra lo que sabes hacer. Embísteme. - Le provocó mientras movía su sudadera.

La cara le dolía, si no se hubiese recubierto con haki de armadura podría haberle partido el brazo en ese mismo momento. Si el toro le embestía, sabía que podría acabar el ataque con un solo golpe. Lo esquivaría y dejaría que se clavasen sus cuernos con la pared. Se concentró y activó el mantra para ver qué haría después. Adoptó una buena postura y esperó a que se lanzase contra él.

El golpe del toro había sido parado pero no del todo. No había salido como hubiera preferido, aun así consiguió herirte aunque levemente. Intentaste provocarle de nuevo aunque esta vez creo que no surtió efecto.

-No soy idiota, no caeré en tus provocaciones. Aunque he de admitir que eres fuerte, pocas personas son capaces de aguantar uno de mis puñetazos directamente- dijo el enorme toro.

Este clavó sus manos en la tierra, la cual ya estaba fracturada por su anterior ataque. Con una enorme fuerza, arrancó un trozo del suelo del coliseo. Este era casi igual de grande que él y con cierta facilidad lo arrojó hacia ti. Aquella enorme roca voló en tu dirección a gran velocidad. Cuando intentes esquivarla podrás ver que no es solo una, que tras esa el toro se ha dedicado a arrancar otros dos trozos enormes de suelo y los ha lanzado adivinando hacia donde te mueves. Esquivar esas enormes rocas no es nada fácil.

El enemigo le reconoció como alguien fuerte, eso era algo que él ya sabía de sobras. Pero también su contrincante lo era, y empezaba a dudar sobre si era más fuerte que incluso el toro. Sin sus armas le faltaba básicamente una extremidad atacando, así que tenía que improvisar. Tenía que improvisar de forma original, así que cuando vio el pedazo de roca volar hacia él, corrió directamente y con un ágil movimiento lo esquivó saltando por encima. Se colocó en la roca mientras volaba y se impulsó, recubriendo su puño dracónico con haki y lo combinó otra vez más con el aura celeste de espíritu, dispuesto a reventarle la cara de un único golpe.

Pero muy para su pesar, dos más volaban ante él a la misma velocidad que él volaba hacia el toro. A la velocidad que iba podría incluso morir, abriendo la boca lentamente mientras pensaba cómo esquivar aquello. No podía de ninguna forma hacerlo. Cerró los ojos y deseó que fuese lo suficientemente fuerte su puñetazo como para poder pasar a través de las rocas. Pero una vez los abrió, no habían rocas en sí. Había liberado sin querer su voluntad de tal forma que destruyó los dos pedazos de suelo. Se encontraba a nada de distancia de darle con el puñetazo en el cráneo.

-Se acabó, toro de mierda. - Exclamó en voz alta mientras apuntaba hacia la cara de su enemigo.

Técnica usada:

Aquella explosión de haki ha asombrado al toro que te mira un poco sorprendido. Había desecho las rocas en motas de polvo. Y sin darse cuenta tenia al exmarine encima de él para propinarle un buen puñetazo en el cráneo. Esto apenas le dio tiempo utilizar su haki de armadura en cabeza, con lo que no puedo activarlo por completo recibiendo algo de daño y lanzándolo por los aires unos metros hacia atrás.

El cabreo del toro seguía en aumento y esta vez un hilo de sangre salía de su cabeza, cayendo por su negro pelaje. Aquello había hecho bastante daño al toro, pero no era suficiente para hacerlo caer, dado que este contaba con una resistencia bastante grande. En ese mini descanso se volvió a escuchar aquella voz por los altavoces.

-¡Oh dios! parece una pelea igualada, parece difícil saber quién es el que quedará en pie. Señoras y señores sigan haciendo sus apuestas y recuerden u pequeño porcentaje nos lo llevaremos los organizadores del evento gracias-

Los dos brazos del toro se tiñeron de un negro metálico, con tonalidades rojas, de nuevo. Este se lanzó de nuevo contra ti a una velocidad impresionante, lanzándote cuatro puñetazos casi instantáneos.

Le golpeó de tal forma que comenzó a sangrar. Se echó hacia atrás resoplando; comenzaba a notar la presión en el brazo. Sentía un hormigueo muy característico y las manos le temblaban: nunca se había enfrentado a alguien tan fuerte... a muerte. No por lo menos que pudiese recordar. Se colocó contra la pared mientras activaba el mantra y podía ver los cuatro puñetazos; no le daría tiempo a bloquearlos todos, así que decidió cerrar los ojos y dejarse guiar por sus instintos. Una voz le hizo eco en su cabeza: le animó a tirar hacia delante. Sabía que alguno de esos golpes le daría pero decidió seguir adelante. No hincaría su rodilla contra ningún oponente, no si tenía alguna posibilidad contra él. Se preparó y cogió aire, aún con los ojos cerrados.

El primer puñetazo vino raudo: simplemente se apartó para poder esquivarlo. El segundo tuvo algo más de dificultad, cruzando su brazo contra el de su enemigo para desviarlo. Y el dolor llegó. El tercer puñetazo le dio en un lado, haciéndole escupir. El cuarto acabó la tarea dándole en el pecho, estampándole contra la pared. Ahí fue donde sus sentidos se fueron por un momento, perdiendo por una décima de segundo la consciencia. Abrió los ojos tras rebotar y aprovechó aquello para levantar el puño y volver a atacarle con todo lo que tenía. Pero notó algo mientras intentaba impactar el puñetazo; como si su voluntad se viese reflejada en él. Su brazo se iluminó parcialmente y soltó una onda expansiva que destrozó gran parte del suelo y la pared. Notaba como si hubiese usado el haoshoku para atacar. La velocidad del ataque y la onda expansiva fue tal que lo lanzaron volando hacia la mitad de la arena, revolcándose varias veces por esta.

Notó el suelo contra su tez y volvió a cerrar los ojos, su cuerpo le pedía con urgencia de hacerlo. Pero se negó. Comenzó a levantarse mientras se llevaba la mano al costado y tosió algo de sangre mezclado con fluidos salivales. Las piernas y el torso le temblaban, sin mencionar también sus brazos. Una persona normal estaría asustada, nerviosa, pero Dark estaba de otra forma diferente. Comenzó a sonreír mientras se mezclaba la sangre entre sus dientes y labios y caía un pequeño hilo por su boca. ¿Por qué se sentía excitado si podía morir de un momento para otro? El suelo comenzaba a resquebrajarse y un aura a salir alrededor de él. El aura tenía un color cobrizo, tirando hacia rojo. Si su oponente le miraba, vería su único ojo abierto, el de color carmín, iluminado en sangre.

Los puñetazos del toro te han hecho bastante daño, pero el ataque que has utilizado ha dejado al toro inconsciente. Aquello ha dejado en silencio en toda la sala. Puedes ver a tu contrincante tirado en el suelo al otro lado de la arena. No creo que pueda levantarse en un buen rato. La pelea ha sido emocionante y suena música de victoria en tu honor. Entonces se vuelve a escuchar la voz por los altavoces.

-Señoras y señores, esta ha sido una batalla épica y por fin tenemos un ganador. A los que ha apostado por este señor, les haremos llegar sus ganancias. En cambio los que apostaron por el pirata, pronto llegaran nuestros sirvientes para recoger lo apostado. En cuanto al señor Dark me complace anunciarle que es libre de marcharse cuando quiera. Muchas gracias a todos por su aportación a la causa y espero verlos en el próximo evento-

Nada más acabar el discurso una puerta al fondo se abre. Supuestamente es tu salida de aquel sitio. Desde fuera puedes ver una luz al fondo de ese pasillo, pero te convendría no fiarte. Esta gente no tiene pinta de ser muy legal o si quien sabe.

Resopló aliviado. Y continuó resoplando; estaba cansado por el combate. Quizás podría tener algo roto en el torso, pero no era tiempo para parar y examinarse todavía. Vio cómo le concedían la victoria a través del megáfono y se quitó el polvo de encima mientras suspiraba. Se puso la mano en un costado y agarró a una de las personas inconscientes, los dos hermanos que habían caído instantáneamente. Se dirigió hacia el pasillo arrastrando a uno de ellos y lo lanzó con fuerza hacia la luz, comprobando si había algún tipo de trampa por el camino que pudiese hacerle algo. Entonces, tras caer la persona inconsciente, llegó a la conclusión de que si no habían trampas tiraría hacia la luz y si las habían, se enfrentaría al hombre del megáfono desde la misma arena y tramaría algún tipo de otro plan.

-Vamos a ver qué me depara... - Exclamó mientras miraba a la persona volar hacia la luz.

Spoiler:

Al tirar al aquel hombre al pasillo, aparecen instantáneamente seis dardos disparados desde distintos sitios. Al fondo aparecen dos tipos enmascarados.

-Mierda este no es al que tenemos que llevarnos Tac- dice uno.

-Joder Toc ya la has vuelto a liar, ahora que le decimos al jefe- contesta el otro.

Aquellos dos hombres al verte se lanzan contra ti. Ambos llevan jeringuillas en las manos y van con toda la intención de clavártelas en cualquier parte del cuerpo.

-Rápido tenemos que atraparlo antes de que escape Tac- ordena a su compañero.

-Ya lo sé, no tienes que darme ordenes Toc, no te creas el más listo de los. Yo nací diez segundos antes que tú, trátame con el respeto que merezco- contestó el otro ofendido.

Detrás de ti se despierta el hombre toro, el cual aún sigue transformado en su forma híbrida. Al ver la puerta abierta y que aparecen esos dos, este no presenta ninguna actitud ofensiva contra ti. Sino que va a intentar ayudarte, al acercarte a ti te dice.

-Si me sacas de aquí contigo te ayudo- dice el pirata.

Evidentemente, todas sus sospechas se confirmaron al ver cómo los dardos golpeaban al que lanzó por el pasillo. Solo esperaba que aquel ataque no lo hubiese matado; no le gustaría tener que llevar encima la muerte de alguien solo para librarse él de la suya. "La ley del más fuerte..." pensó mientras examinaba de lejos al hombre que había sido atravesado por los proyectiles. Resopló pesadamente y volvió a andar, pero pudo escuchar una conversación y detectar dos presencias. Parecía que el plan de estos era llevarse al peliblanco una vez estuviese anestesiado con la trampa. Sonrió ligeramente y, tras ver cómo las presencias se distorsionaban, supo que tenía que ponerse a la defensiva una vez más. Había tenido unos momentos para descansar y notaba cómo podía volver a usar el haki con normalidad. Mientras corrían hacia él notó la presencia del toro levantarse y, acto seguido, le comentó sobre colaborar contra aquellos tíos. Asintió con la cabeza sonriendo y dejó que estuviesen lo suficientemente cerca como para concentrarse y liberar una onda de haoshoku tan fuerte que los tiraría hacia los lados si llegaba a tener efecto, esquivando a su vez el ataque ya que no podrían llegar hacia él. Su compañero pareció captar su estrategia y corrió hacia el pasillo, por lo que Dark aprovechó y se montó encima de él, avisándole de que le ayudaría a defenderse si les perseguían por atrás.

-Yo lidero, toro. Si nos atacan los empujaré para que podamos salir por patas. Literamente, porque tienes patas. ¿Lo pillas? - Comentó mientras se colocaba bien y se preparaba para defenderlo.

Parece que si tuvo efecto esa onda de hakousho, los dos individuos caen arrodillados. Pero por desgracia no ha sido tan fuerte como para dejarlos inconsciente. Pasáis al lado de ellos mientras estos apenas pueden moverse. El pasillo se estrecha un poco al final así que el enorme toro tiene que agacharse para que su actual compañero no acabe reventado contra el techo. Al terminar el pasillo conseguís llegar hasta una sala que está demasiado iluminada. El cambio de luz os deslumbra por un instante, al acostumbraros a la luz podéis ver que se trata de una sala de control. A la derecha hay una mesa con seis monitores. En estos se puede ver la arena desde distintos ángulos.

Nada mas entrar el toro cierra la puerta, cortando el intento de entrar de aquellos individuos. Encima de la mesa de los monitores podéis encontrar un par de den den mushi y algunos papeles sobre horarios y poco mas. En frente tenéis una puerta, que si probáis a abrir, encontrareis abierta. Ya que tiene un manojo de llaves puesto en la cerradura. Algún listo se las ha dejado puesta. Si pasáis entrareis en un enorme pasillo que da a una pequeña intersección. Aquí tendréis un pasillo que va hacia la derecha, otro hacia la izquierda y una puerta enfrente que pone “cafetería”. Desde ahí escucháis los golpes en la puerta que cerró el toro. Da la sensación que la puerta va cediendo poco a poco. Quizás deberíais daros prisa trazar un plan de ataque o de escape.

El toro comenzó a ir rápido por el pasillo mientras se agachaba y el peliblanco lo hacía al son de él. Llegaron hacia la luz, salieron y cerraron la puerta detrás de ellos. Dark suspiró aliviado y observó su alrededor cuando sus pupilas se acostumbraron a la luz, intentando reconocer aquel lugar de alguna forma. Observó hacia su derecha y pudo identificar desde dónde les estaban monitoreando, parecían una serie de pantallas bien organizadas que cubrían todos los ángulos de la arena. Miró hacia las cámaras refunfuñando y pudo observar que la nueva pareja de psicópatas ya no estaban arrodillados ahí. Se giró sobresaltado y señaló hacia la puerta donde estaban, ordenándole al toro que hiciese tapón mientras pensaba algo. Miró por la mesa rápidamente y agarró los Den Den mushi que habían ahí, lanzándole uno al toro y atándose al cinturón el otro.

Pasaron unos momentos en los que examinaba todo lo de alrededor caminando a paso seguro. Pudo ver unas llaves que agarró y guardó. Sus heridas empezaban a curarse, cosa la cual le alivió. Sentía mejor el cuerpo y mucho más ágil. Sonrió mientras se estiraba y anduvo hacia la parte derecha del pasillo, levantando la mano y empezando a correr. Con el gesto de la mano indicó al toro que le siguiese, así que tendrían un tiempo de ventaja si continuaban por aquel pasillo. Después le ordenó que golpease la pared al son de él y lo hicieron, golpeando cada uno a una parte y derrumbando a escombros lo que era el pasillo. No podrían pasar por ahí si les intentaban seguir.

Eso ha sido algo que no esperaban entre tú y el toro habéis conseguido tirar abajo parte del techo dejando inaccesible la puerta por la que habéis pasado. Ahora viene la parte complicada, llegáis al cruce enfrente de la cafetería y allí tendréis que elegir si tomar uno de los dos pasillos o intentar entrar en la cafetería. Si por un casual activaras tu mantra sentirás a varias personas en los dos. Si no lo utilizaras y decidieras avanzar estas son las opciones.

El pasillo de la derecha da una puerta que tiene un cartelito al lado que pone “vestuarios”. La puerta está abierta y desde afuera se escucha el sonido del agua corriendo. Quizás se parezca al sonido de unas duchas. Si entráis encontrareis dentro a cuatro personas, delante de ustedes tenéis a dos terminando de cambiarse y podéis divisar a otros dos en mitad de la ducha. El cuarto es amplio como para pelear.

Si por el contrario elegís el camino de la derecha llegareis a una sala de conferencia, en ella veréis en el escenario a un encapuchado dando órdenes y en los asientos a unas ocho personas también encapuchadas, escuchando atentamente. La puerta está abierta y si la abrís sin cuidado todo el mundo en la sala se girara a miraros y empezara una pequeña batalla.

Y por último tenéis la puerta de la cafetería. Si entráis en esta sala no encontrareis absolutamente a nadie. Está completamente vacía y yo diría que esta medio abandonada. Los miembros del culto no dan mucho uso de ella por lo que veo. Al fondo de la sala se ve otra puerta con un cartelito colgado en grande que pone “Salida”.

Si dudas mucho rato por donde ir el toro se adelantará y se meterá hacia el pasillo de la izquierda. Está muy confiado con que esa es la salida de aquel lugar.

Dark observó todo su alrededor tras pasar el pasillo. Esta vez sería más precavido, ya que estaban intentando escapar, así que usaría el mantra. Valoró que contra menos gente se enfrentasen mejor, sobretodo por el ruido que podían generar. Decidió tirar hacia la derecha, a lo que parecían unos vestuarios. Se quedó observando desde fuera y una idea se le ocurrió por la cabeza. Una que era tan descabellada que a lo mejor, hasta colaba. Se giró y miró a su compañero mientras golpeaba el puño en su palma abierta, como indicando que tenía un plan.

-Escucha, entraremos al vestuario y robaremos una de esas capas con capucha que hay por ahí. - Explicó. Cogió aire y continuó. - Entraremos lo más cuidadosamente posible y los dejaremos inconscientes a la vez. Los otros, ya que están en la ducha, no serán demasiado problema si somos lo suficientemente sigilosos.

Tras explicarlo, anduvo lentamente hacia dentro a la par que su compañero, esperando que quitase su forma zoan para no hacer ruido. Se abalanzó sobre el hombre que estaba en la derecha e intentó rodear su mano por encima del cuello para cortarle la respiración. Si funcionaba y seguía sus movimientos el otro, podrían cambiarse por las capas y salir disfrazados de ahí. Solo esperaba no tener que ir pegándose con todos, porque si lo hacía, iba a acabar cansándose de pelear. Si había más gente como su compañero, sin la espada, tendría problemas. No llevar un arma era lo que lo complicaba todo, pero era tan gruñón que si no usaba una de las suyas se iba a negar a portar algo en las manos.

El toro parece haberte entendido bien y vuelve a su forma humana. Entráis al vestuario y os coordináis casi a la perfección. Tu llave ha dejado completamente inconsciente al tipo y bueno el toro solo con la musculatura de su brazo puede partir nueces, así que segundos después de ti lo deja inconsciente en el suelo también. Todo parece ir a la perfección, habéis dejado caos a aquellos dos y los de la ducha ni se han enterado. Se les escucha cantar mientras el agua de la ducha corre. Por su tarareo puedes deducir que está cantando “I Believe I Can Fly”, cosa que no sirve de mucho pero bueno hay lo dejo.

Quizás os convendría esconder los cuerpos antes de que se den cuenta, que sus compañeros están inconscientes y den la alarma. Creedme eso no os convendría que se os echaran encima. Pero antes de eso escucháis algo que no es bueno para vosotros. Un sonido de alguien tirando de la taza del váter. Había un quinto en ese lugar, poco a poco se abre una puerta a la derecha. Es un lavabo y de él aparece un tipo con un cartón de papel del culo acabado.

-Chicos, ¿quedaba más papel en la taquilla? Se acaba de terminar y no queda más- dice poco antes de salir.

Este tipo no parece muy fuerte, es prácticamente igual que los que habéis dejado inconscientes. Si lográis dejarlo ko sin hacer ruido, cuando os pongáis las túnicas para pasar desapercibido, te darás cuenta que en la tuya hay un revolver. Este parece ser de buena calidad, no tiene mal pinta. Si te fijas tiene una palabra escrita en la carcasa “Jimmy”, al igual es el nombre del arma.

"Vale, si levanto la mano así..." Se concentró, intentando llevar su voluntad a la palma de la mano. Apuntó hacia el hombre que había predicho que saldría del lavabo y exhaló, liberando haoshoku de forma controlada hacia él, como si de un cañón se tratase. Décimas de segundo pasaron antes de que notase cómo algo iba mal y empezase a descontrolarse la nueva idea, soltándolo en toda la sala sin querer. El suelo se agrietó de golpe y las puertas de las taquillas se reventaron haciendo algo de ruido, que por suerte las duchas mitigaron. Había podido lograr por unas décimas de segundo lo mismo que logró contra el que ahora era su compañero, liberar haoshoku por una parte del cuerpo para apuntarlo fijamente. Quizás el método que había usado no era el correcto; contra el toro tenía la intención de hacerle daño, y ahora simplemente quería usar el atributo para desmayar al tío que salía de ahí. Quizás debería usarlo solo de forma ofensiva, algo que probaría si volvía a luchar.

Tras cambiarse pudo fijarse en un revólver que parecía tener inscrito Jimmy. Le hizo gracia el nombre y agarró una cartuchera que había al lado del mismo, colocándosela en el cinturón para poder agarrarlo con la mano izquierda. Una vez se cambió y esperó a que su compañero lo hiciese también, decidió tirar otra vez hacia la derecha, donde había la reunión. Se metió y se sentó en una de las filas del fondo junto con el otro pirata para enterarse qué mierda eran y qué querían hacer. Ya con un arma se sentía más seguro para seguir luchando, y si eran algún tipo de culto raro, iba a cortarlo de fondo.

Al usar el haki de esa manera, ha salido un poco de descontrol. Haciendo que no solo el del cuarto de baño cayera, sino también los dos que había en la ducha. El toro en cambio ha aguantado bien el golpe de haki. Lo ha debilitado un poco pero nada importante. Una vez os ponéis las túnicas tú y el toro escuchas que los den den mushi que habéis cogido antes empiezan a sonar. Si lo descolgáis se escuchara lo siguiente.

-¡Hey! Estáis bien, ¿qué ha pasado en el pasillo que esta todo derrumbado? ¿Me escucháis? ¿Hola?- se escucha de la voz proveniente del caracol. Aquí podéis haceros pasar por aquellos dos que habéis dejado encerrados, pero tened cuidado con lo que decís, os podrían descubrir.

De pronto escucháis unos pasos que se dirigen hacia el vestuario, el toro se pone a esconder los cuerpos de las personas tiradas en el suelo. Si no lo ayudas no le dará tiempo y os pillaran con las manos en la masa.

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