Roland von Klauswitz
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Datos Básicos:
Nombre: Roland von Klauswitz
Apodo: Mazazo
Raza: Humano (Semigigante)
Sexo: Hombre
Edad: Nadie lo sabe. Aparenta unos sesenta bastante mal llevados.
Empleo: Mercenario famoso
Capturas:
- Jefferson: Un escurridizo pirata que puso en jaque a todo un gremio de cazadores hasta que Roland lo atropelló. Luego le robó el reloj de oro.
- Okama antibalas: Después de atraparlo se lavó las manos mucho rato.
- Schuls "Cabezón": Ahogado por la teta de Roland.
- Charles Algerie: Le gustaba jugar con barro. Gritó un poquito cuando Rudolf le aplastó la cabeza.
Habilidades: Hay poca gente capaz de igualar a Roland en el arte de hacer ruido al comer o de gritar haciendo crucigramas. Es un portento a la hora de dormir en cualquier lugar, de abrir cosas con los dientes y de ganar concursos de comer, y eso sin contar con su capacidad para realizar proezas tales como tocar canciones enteras con silbatos hechos de huesos de melocotón y de contar el dinero con solo un vistazo. Por si fuera poco, jamás ha encontrado un tarro que no haya podido abrir.
Fortalezas: Roland posee una fuerza y una fortaleza física inmensas, siendo capaz de pelear perfectamente cuerpo a cuerpo de ser necesario durante todo el tiempo que le aguante su maltratado corazón. El dolor es para él poco menos que una leve molestia típica de la vida de todo hombre de verdad.
Tiene una gran resistencia al calor y a las quemaduras, todo gracias a su basta experiencia con explosivos y herramientas peligrosas. Además es un experto en montar y desmontar cualquier maquinaria que sea capaz de desentrañar, y aprender todo lo que puede aprenderse sobre el funcionamiento de todo artefacto, arma o vehículo que caiga en sus manos. Por supuesto, puede manejar cualquier tipo de vehículo, o eso dice él.
Además tiene un don natural para intuir cuando alguien le está mintiendo. Lo malo es que no le funciona cuando va borracho o ha comido mucho, lo que suele ser casi siempre.
Torpezas: Ciertamente, se podría argumentar que Roland tiene ciertas carencias de habilidades o conocimientos, pero sería poco sensato hacerlo en su presencia. Es tan incapaz de doblar la ropa como de atarse la corbata. Por eso no lleva. De hecho, muestra una curiosa incapacidad a la hora de atar cosas; jamás le ha salido un nudo decente. Las palabras largas o técnicas le confunden, igual que todo ese rollo de los años bisiestos, hablar en voz baja o la regla de no tocar en un striptease.
Debilidades: Roland es un hombre extremadamente impaciente, impulsivo y violento, incapaz de meditar una simple decisión ni de echarse atrás cuando ya se ha decidido por un curso de acción. Es testarudo hasta el extremo, incluso si es la realidad la que le lleva la contraria. Por supuesto, no aprende de sus errores. Nunca. Si cae en una trampa una vez, seguro que vuelve a caer doscientas más solo para demostrar que no le da miedo. Es vanidoso, aunque no tenga motivos para serlo, y excesivamente sensible a las críticas. Es extremadamente confiado en la potencia de fuego que puede manejar y no baraja ninguna estrategia alternativa muy elaborada más allá de contar con la posibilidad de liarse a puñetazos o lanzar cosas. Y casi mejor, porque está en una forma física lamentable. Por fuerte que sea, ha fumado y bebido sin control durante tanto tiempo que empieza a resollar en cuanto corre cien metros.
Tampoco es que tenga una muy buena higiene, y suele olvidarse de las cosas cuando no tienen que ver con hacer explotar algo. Esto y otros motivos son los que le dificultan hacer amigos o camaradas leales, por lo que no es raro que tenga que pelear solo. Oh, ¿he dicho ya que no sabe leer ni escribir? Jamás ha pisado un colegio más que para robar el contenido de las taquillas, y no tiene ciertos conocimientos que para otros serían básicos.
Oficios:
Puntos actuales: 1.970
Puntos gastados: 1.420
Puntos restantes: 550
Ingeniero:
- Mecánico: Rango 8 - 480 p.
- Artillero: Rango 8 - 230 p.
- Ingeniero robótico: Rango 8 - 230 p.
Artesano:
- Herrero: Rango 8 - 480 p.
- Armamento de Artillero:
- Pepinazos: La munición casera de Roland, utilizada para su querido pistolón. Los pepinazos son como una bala normal, solo que más grande, más ruidosa y más espectacular. Estalla al impactar, de modo que provoca más daños y tiende a reventar un buen cacho de carne allá donde acierte.
Armaggedon Candy: Un bastón de azúcar de cinco metros de longitud que oculta un bazooka dentro. Tiene capacidad para diez disparos sin tener que recargar, cosa que es bastante lenta.
Merry Apocalypse: Roland ha colocado su nuevo explosivo en un mazo. Concretamente, la cabeza del mazo tiene un enganche donde encajan las bombas bautizadas como Matatopos. Lo interesante es que estas bombas, con forma de disco de unos veinte centímetros de diámetro, están diseñadas para reconducir toda la fuerza de la explosión hacia abajo. Es decir, que si golpea con el mazo, la bomba estalla y la explosión se produce exclusivamente en la misma dirección que el golpe.
Escupitajo de reno: Un gel explosivo que puede pegarse en cualquier cosa, incluso a la piel. Estalla ante una gran fuente de calor o si se aplica suficiente presión sobre él, por ejemplo con un pisotón.
- Chanchullos robóticos:
- Gracias a sus conocimientos en robótica y cosas de esas, Roland podría utilizar partes mecánicas para mejorar o sustituir los brazos, los genitales y cualquier parte de la cabeza o del esqueleto.
Datos escénicos:
Trasfondo: Roland von Klauswitz es el hijo menor de Sugar y Mazz von Klauswitz, los mejores criadores de renos de toda Ártica. Allá en el lejano norte, donde la nieve reina y el viento gélido sopla día y noche, Roland se labró un nombre entre los callejones y los suburbios. Dejó la escuela antes siquiera de tener memoria para recordar haberlo hecho y, puñetazo a puñetazo, borrachera a borrachera, paliza a paliza, se convirtió en el legendario Mazazo, el más zafio, peligroso, meón e irracional matón que Ártica hubiera visto en mucho tiempo. Durante esos años, cuando la pandilla al completo vivía sus aventuras y sus juergas, cuando todo eran concursos de meadas y asaltos nocturnos, disparos y carreras, comida y bebida a raudales, Roland fue feliz.
Pero todo cambia. El tiempo y la mala vida se cobraron su precio, y la edad fue el verdugo de Roland. Envejeció antes de darse cuenta, mientras que los suyos fueron enderezando su vida, cuando no perdiéndola. Cuando quiso darse cuenta, su reputación ya no importaba a nadie, su estilo de vida no tenía valor alguno. Trató de hacer dinero con negocios de dudosa astucia, y solo consiguió poner comida en su gran plato trabajando como desmantelador y vendedor de piezas de barcos.
Casi cincuenta años después de que se convirtiera en el poderoso Mazazo, ya solo existe Roland: corredor de la Chimenea del Diablo, la más peligrosa y humeante carrera ilegal jamás celebrada, fabricante de armas caseras, vendedor de helados, desmantelador a tiempo parcial y viejo amargado a tiempo completo. Hasta que llegó el fatídico día en que probó la fruta. Cuando descubrió sus poderes, no pudo aguantarlos. La Navidad destruyó lo que quedaba de su vida y le obligó a salir de su querida y odiada isla invernal en busca de la Estrella, una roca celestial capaz de conceder deseos, de arrancar esa odiosa habilidad de su cuerpo y de devolverle la vida que hace mucho tiempo que ha perdido.
Historia del personaje: https://www.onepiece-definitiverol.com/t23348-merry-merry-fuck-you-diario-preficha
Descripción física:
- Descripción general: Roland es un tipo que, no se puede decir de otra forma, da miedo. Mide cerca de cinco metros de alto y es mórbidamente gordo, lo cual lo hace aún más inmenso. Uno solo de sus brazos podría alimentar a una manada de leones durante una semana, o al menos eso es lo que suele decir. Vale, en realidad no dice “brazo”. No obstante, bajo su gruesa y tatuada capa de grasa se esconde una potente musculatura por la que mataría cualquier toro.
Como para acentuar más su gran tamaño, sus rasgos faciales son curiosamente pequeños. Una nariz rechoncha y achatada, unos labios finos, unos dientes amarillentos y unos ojos diminutos de colores distintos decoran un rostro generalmente sucio y sudoroso que apenas se deja entrever bajo la gruesa barba.
Oh, sí, la barba. Blanca como la nieve y frondosa como un arbusto de espinas, es el rasgo que Roland más detesta de sí mismo. Ya no porque no tuvo una sola cana hasta que comió aquella extraña, repugnante y maldita fruta, sino porque le pica una barbaridad y no consigue quitársela ni teñírsela. Si la corta, en cuanto se descuida vuelve a estar ahí más densa y esponjosa que nunca, como si llevase una nube pegada a la cara. Su pelo es del mismo color, pero eso le gusta. Opina que la melena blanca le queda bien y que distrae de las leves arrugas de su rostro, aunque suele llevarla atada en una coleta que le llega hasta la rabadilla.
Al contrario que mucha gente grande, él no tiene las piernas desproporcionadamente pequeñas, sino que son gruesas como leños. No así sus manos, que considera demasiado pequeñas a pesar de que con ellas puede abarcar todo el cráneo de un hombre. Ha ido construyéndose una imagen de macarra desde hace años, con sus siempre presentes gafas de sol, su bandana roja con calaveras o sus gruesas botas militares con puntera de acero que rezan: “Si puedes leer esto, te voy a pisar el cuello”.
Por desgracia, desde que obtuvo sus indeseables poderes tiene el extraño antojo de vestir de rojo, y eso ha fastidiado un poco su imagen. No ayuda mucho a ser temido llevar puesto un gorro rojo con ribetes blancos, pero ha conseguido personalizarlo cambiando la borla por una granada de mano. Normalmente lleva una chaqueta de cuero negra con franjas rojas, siempre desabrochada y con una calavera bordada en la espalda, unos pantalones totalmente rojos y una camiseta blanca manchada de grasa, tanto de motor como de comida. También suele ir con un par de guantes de motorista de color granate con agujeros en los nudillos. - Marcas personales: Todos sus dientes son de oro, y tiene grabado en ellos las palabras “Free Fire”. Además, tiene una cicatriz en la mejilla izquierda que le llega hasta la comisura de los labios, y cada uno de sus ojos es de un color distinto: uno verde y otro negro. En el brazo izquierdo tiene tatuada una striper bastante gorda bailando en una barra, y desde su nalga izquierda saluda la cabeza entintada de una rana.
Psicología:
- Descripción psicológica: Roland es la clase de persona que da gusto odiar. Es brusco, ruidoso, sucio y desagradable, malhablado hasta el extremo y de modales inexistentes. Presumido, engreído, avaricioso, irritable, impaciente, rencoroso, intolerante, racista y flatulento. Así es el bueno de Roland. Además de su irritante tendencia a escupir cuando habla. Y cuando no, también. Come y bebe como si se acabase el mundo, sin la menor moderación o educación, y no duda en “coger una patata o dos” de los platos o las mesas ajenas. Eso sin contar con sus “eructos amistosos”. Pero bueno, un hombre tiene que saber eructar, ¿no?
Tiene una idea muy clara de lo que un hombre debería hacer y cómo; es una de sus mayores motivaciones para odiar a un montón de gente. Un hombre debe tener barba, no debe andarse con finuras ni delicadezas, debe saber comer sin preocuparse de chorradas como el colesterol o los infartos y no usar palabras como “por favor” o “gracias” como hacen las nenazas. Tiene muchas reglas así, aunque no está claro si se las inventa sobre la marcha.
Es un hombre fácilmente irritable y con una paciencia que raya en lo inexistente. Las cosas más pequeñas pueden hacerle saltar, y eso suele acabar con un hueso o un mueble roto. Lo peor es cuando se frustra por cosas que no puede evitar, como su barba, que le pone enfermo de ira cuando intenta afeitársela y no puede. Se especula con que sus indeseables poderes son el motivo de su mal humor, pero los que lo conocen saben que su carácter estaba avinagrado ya de antes. Eso sí, tiene un gran sentido del humor. Lo único malo es que es muy personal y suele ser a costa de los demás.
No le incomoda burlarse de quien considera menos que él, ya que no tiene ni la más mínima consideración hacia nada ni nadie más allá de su propio pellejo. Ni siquiera hacia sus amigos o compañeros, que reciben sus abusivos cuidados o sus peligrosos brotes de ira con la misma asiduidad. Tal y como lo describió su quinta ex-mujer, Roland es un inculto, egocéntrico y antihigiénico hijo de puta, un egoísta acaparador con una avaricia fuera de toda medida que no duda en abusar de la generosidad ajena y en señalar los defectos de los demás. Sobre todo de “esos malditos morenos”.
Y cuando alguien le pone pegas, lo soluciona igual que lo soluciona todo: disparando a algo. El sonido de las balas, el calor de las llamas, el rugido atronador de las explosiones... ¿Hay algo mejor en el mundo? Claro que no. Bueno, tal vez los pepinillos. Y por eso la vida de Roland gira en torno a hacer estallar las cosas por los aires con las armas que él mismo crea. Aunque es consciente de que nunca fabricará una tan sublime, bella y destructiva como él mismo. - Gustos: Es complicado decir si a Roland le gusta realmente algo. En ocasiones, entre sus ataques de ira y sus despotriques sobre lo que le saca de sus casillas, se puede entrever un minuto o dos de calma en los que normalmente está haciendo algo opuesto a lo que odia, así que es de suponer que le gusta. Claro que con él nunca se sabe.
Su mayor hobby es montar y desmontar cosas para volver a montarlas y desmontarlas. Normalmente con ingentes cantidades de explosivos, ya que, palabras textuales, “¿Para qué quiero mierda ocupando sitio si ni siquiera puedo hacerla estallar?”. Sopletes, sierras, lijadoras eléctricas, pólvora y, en general, cualquier cosa ruidosa y potencialmente peligrosa son sus juguetes favoritos. Y los vehículos, claro. Es un apasionado de los motores, y más aún de los que él construye.
Tampoco le hace ascos a un buen puro humeante y malsano, y ha probado más drogas de las que puede o sabe contar. Siempre procura que sus compañeros tengan a mano una baraja o unos dados, porque es un fanático de los juegos con apuestas. De cualquier cosa en la que se pueda apostar, en realidad, desde el póker hasta las peleas de perros. Además, últimamente le ha cogido el gusto a los masajes.
El resto del tiempo suele estar comiendo o bebiendo. Por la naturaleza de su habilidad, siente constantemente una irresistible tentación hacia lo dulce, cosa que odia. Así que, para compensarlo, sigue una “estricta” dieta basada esencialmente en cerveza y pepinillos en vinagre. Nunca faltan en un su mesa, aunque lo cierto es que faltan pocas cosas en su mesa. Sus comidas diarias son tan abundantes como los banquetes de los ricos príncipes, solo que cambiando el caviar por morcilla y las finas viandas por costillares y mayonesa. Y sin servilletas. La mayor felicidad que Roland puede alcanzar está en un muslo de pollo bien frito bañado en el amargo y verdoso jugo de los pepinillos. - Desagrados: Hay una larga, larga, pero larga, lista de cosas que Roland odia: los coros, el teatro, el mazapán, los eclipses, los espacios pequeños, que le repitan las cosas, que alguien toque su cerveza, el ruido que hacen las dentaduras postizas, la costura, planchar la ropa, los pistachos, los calvos, los patines, los bares de zumos, el agua con gas, la comida dietética, las sandalias, las fiestas religiosas o las mascotas enanas. Es decir, no es que los animales que no se comen le entusiasmen mucho, pero si uno va a tener que aguantar que una mascota se cague en su casa, al menos que sea un zurullo como dios manda. No tolera tampoco que le interrumpan, ni que alaben su barba, ni la gente con voz aguda, ni a la gente elegante, noble o, simplemente, educada, porque considera que se creen mejor que él.
Tampoco aguanta a los espadachines, esos “nenazas con palitos afilados”, como él los llama. En realidad, cualquiera que no cumpla sus estrictos criterios de lo que debería ser un hombre de verdad es blanco de sus odios. Entre ellos, por supuesto, los cantantes, los decoradores, la gente que lleva cascos, protecciones de algún tipo o ropa planchada y -y esto si que es imperdonable- los hombres sin barba.
Pero por encima de todo, si hay algo que debamos destacar de Roland es el más abyecto objeto de sus odios, la mayor boñiga inmunda de la creación, el castigo que la naturaleza impuso a los que no tenían gomas a mano, algo cuya mera existencia es la patada en los huevos de cualquier hombre razonable como él. Así es: Roland von Klauswitz odia a los niños. No soporta literalmente nada de ellos. Es incapaz de estar cerca de uno sin enfadarse de forma desproporcionada, lo que se ve agravado porque su poder le impide hacerles nada. Y menos mal, porque de lo contrario dejaría un rastro de niños sin dientes a su paso.
También odia el azúcar y los dulces, casi tanto como el frío. Pero más que eso, odia que su poder le haga sentirse atraído por ellos. Algunos dicen que es por eso por lo que está siempre enfadado. Esa clase de gente no conoce mucho a Roland.
Roland von Klauswitz
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Datos Bélicos:
Clase:
Puntos actuales: 930
Puntos gastados: 920
Puntos restantes: 10
- Fuerza: Rango 8 [6 por nivel + 2 por raza] - 280 p.
- Resistencia: Rango 8 [7 por nivel + 1 por raza] - 360 p.
- Precisión: Rango 6 - 280 p.
- Maestrías:
- Maestría en fuerza - Potencia:
- Rango 1: Decide desenvolver al máximo el potencial explosivo de su fuerza, eligiendo golpes devastadores con sus manos denudas antes que desarrollar un control pleno de sus capacidades. Cuando da un puñetazo puede hender ligeramente troncos de pino.
Rango 2: De un puñetazo podría partir a la mitad una tabla de madera de diez centímetros de grosor.
Rango 3: Posee suficiente fuerza en sus brazos como para, concentrándola en un único golpe, transmitirla en forma de onda de choque. Esta onda se irá expandiendo y debilitando a medida que avanza, de manera que a cinco metros habrá perdido la mitad de su potencia y abarcará el doble de superficie, a diez será la cuarta parte y a los veinte será poco más que una brisa.
Rango 4: Concentrando todas sus fuerzas podría lanzar un coche contra otra persona a una distancia de hasta veinte metros, sea levantándolo o de un puñetazo.
Rango 5: De un puñetazo, concentrando sus fuerzas, podría derribar un árbol.
Rango 6: Proyectando toda su fuerza provoca una gran onda de choque de medio metro de radio, que persiste íntegra durante los primeros cinco metros. Se irá degradando hasta la mitad en los primeros quince, hasta la cuarta parte en los primeros veinticinco y no llegará a los cuarenta metros.
Rango 7: Es una increíble masa de fuerza bruta. Podría derribar una casa lanzándole un elefante africano. Casi sin pretenderlo, sus puños generan pequeñas ondas de choque que alargan el alcance de sus puñetazos cerca de treinta centímetros.
Rango 8: Ante un puñetazo con todas sus fuerzas haría que cualquier persona ordinaria explotase en una nube de sangre y vísceras sumamente desagradable.
Rango 9: Es capaz de proyectar toda su fuerza en una increíble onda de choque que no comenzará a degradarse hasta pasados los diez metros, recorriendo sesenta antes de desvanecerse. También es capaz de, a estas alturas, encadenar dos o hasta tres ondas de este tipo renunciando a parte de su poder destructivo.
Rango 10: La fuerza que acumula hace que sus golpes se proyecten, mientras él no lo intente evitar activamente, a un metro de él. En un arrebato de fuerza explosiva podría lanzar él mismo una roca de media tonelada de punta a punta de una aldea.
Rango 11: Sus puñetazos, cuando concentra su fuerza, son tan poderosos que provocan temblores en el lugar del impacto, agrietando incluso paredes de románico.
Rango 12: Puede encadenar tantas ondas de choque como golpes podría dar, aunque perdería potencia con cada una que lanzase. Si concentra toda su fuerza en una podría alcanzar treinta metros de poder íntegro y no se desvanecería hasta llegar a los ciento cincuenta metros.
Rango 13: Sus ataques llegan a proyectarse por defecto a hasta dos metros de él. Posee suficiente fuerza bruta como para, de un solo golpe concentrado, derribar una nave de cualquier catedral románica.
Rango 14: Posee una potencia abrumadora capaz de hacer temblar una isla entera si concentra su golpe, llegando a derribar casas cercanas solo como daño colateral de sus ataques. Su fuerza bruta le permite destrozar con sus ataques los materiales más resistentes.
Rango 15: Podría hacer caer una catedral románica de un solo golpe, o incluso agrietar la Red Line. Sus golpes proyectados más potentes abarcan casi medio kilómetro antes de desvanecerse, y mantienen su fuerza íntegra hasta cerca de los setenta metros.
- Maestria de resistencia - Atermia:
- Rango 1: Su cuerpo no solo es su armadura, sino también su abrigo. Es la clase de persona despreciable que nunca coge una rebequita por si refresca ni se quita la chaqueta aunque haga calor.
Rango 2: Tolera fácilmente los cambios de temperatura, haciendo más difícil que sufra un golpe de calor o de frío. Puede resistir durante casi media hora temperaturas de cero grados Celsius sin necesitar abrigo, del mismo modo que podría tolerar sin sudar temperaturas de hasta cuarenta grados.
Rango 3: Puede resistir horas a cero grados y varios minutos a diez bajo cero sin abrigarse. Del mismo modo sería capaz de sobrevivir sin protección al calor del desierto, o resistir varios cientos de grados durante unos segundos.
Rango 4: Temperaturas de veinte o treinta grados bajo cero solo le hacen decir “hace rasca”, pudiendo llegar a necesitar una chaqueta al rato. Podría caminar durante horas por el Sahara a pleno sol, y resistiría durante unos quince segundos una llamarada de quinientos grados antes de oler a tostado.
Rango 5: Podría hacer vida normal dentro de un congelador lo suficientemente grande, aunque también podría echarse una siesta en el horno del pan y no pansaría nada.
Rango 6: Podría aguantar el invierno siberiano sin abrigo durante un par de horas antes de empezar a enfriarse. Para comenzar a dañar su piel debe exponerse durante casi medio minuto a temperaturas de mil de grados.
Rango 7: Siempre es el colega que presta la chaqueta al friolero. Podría pasar una noche desnudo en medio de la estepa siberiana, y la única consecuencia es que probablemente se haya emborrachado de vodka. También sería capaz de prenderse fuego y durante un par de minutos el único problema sería que con demasiada luz se ve mal.
Rango 8: Podría moldear plomo fundido con las manos desnudas. Del mismo modo podría bañarse en un lago helado durante varios minutos, pescar en él y solo necesitaría secarse al salir para que el viento no lo resfriase.
Rango 9: Su piel es casi tan buen aislante térmico como la grasa de una morsa. Podría aguantar varios minutos desnudo en la Antártida mientras busca una manta, y cuando la encontrase podría prenderle fuego para estar más calentito; se consumiría la llama antes de quemarle.
Rango 10: Podría dedicarse a extraer petróleo en Alaska sin ninguna medida de seguridad. El frío no le pasaría factura y prenderse fuego por el combustible ya ves tú qué problema.
Rango 11: Podría dormir en la nieve, cubierto por una manta de nieve y mientras no le entrase hielo en los pulmones se despertaría fresco como una rosa. Resiste tan bien el calor que podría darse un paseo sobre la superficie de Venus. Si fuese capaz de respirar su aire, claro.
Rango 12: Podría vivir desnudo en la Antártida, fingiendo ser un pingüino. También podría sacar cobre fundido del horno como quien saca una taza caliente.
Rango 13: Podría bañarse en lava. No durante mucho tiempo, pero sí el suficiente para gritar “¡lo he hecho, joder cómo quema!” y salirse. Podría vivir una plena vida esquimal sin abrigarse.
Rango 14: Con el debido cuidado podría meter las manos en un horno de siderurgia y no pasaría de un par de ampollas si las dejase mucho tiempo. Podría tocar sin miramientos el corazón de tu ex, aunque las cosas tan frías aún le hacen algo de daño.
Rango 15: Podría bañarse en nitrógeno líquido y su única reacción sería un afeminado chillido porque “el agua está fría”. Sería capaz de aguantar la llamarada de un dragón a dos mil grados de temperatura durante casi un minuto. Si tiene suerte de poder refrescarse luego, podría repetir este proceso indefinidamente.
- Maestría de precisión - Ojo de halcón:
- Rango 1: Desarrolla un ojo más agudo que el resto, pudiendo captar en la distancia detalles que escaparían a otros. Por ejemplo podría leer la matrícula de un coche a quince metros sin mayor problema.
Rango 2: Con un par de segundos apuntando podría convertirse en campeón olímpico de beer-pong. Al menos, antes de emborracharse.
Rango 3: Sin demasiado problema podría darse cuenta de dónde cabe o no cabe algo. Por ejemplo, aparcando sabe siempre si vale la pena o no intentarlo.
Rango 4: A través de una niebla no demasiado intensa podría ver perfectamente a hasta unos veinte metros, y en un día despejado sin problemas podría reconocer a su hermano a cincuenta.
Rango 5: Necesita dos segundos de apuntado, pero con esto sería capaz de acertar un disparo a hasta cien metros con un error máximo de quince centímetros.
Rango 6: Entrar en una habitación supondría saber cuánto mide de un extremo a otro y, con mirar al techo, su altura. También podría darse cuenta de la pequeña mosca que revolotea al fondo.
Rango 7: Una niebla que cegaría a otros a un metro a él le permite ver a casi diez. En nieblas suaves su rango de visión llega hasta los cincuenta metros, y tendría una vista perfecta en día soleado a hasta cien metros, pudiendo apuntar fácilmente en apenas medio segundo.
Rango 8: Con unos dos segundos de apuntar podría acertar un disparo a cualquier objetivo estático en un radio de quinientos metros. Si se moviese a una velocidad menor a diez kilómetros por hora podría encajárselo a hasta trescientos metros.
Rango 9: En una sala de hasta veinte por veinte por cuatro conoce perfectamente sus dimensiones al instante. Además, si la mosca de antes se acercase demasiado podría partirla a la mitad lanzándole un cuchillo… O algo más agresivo.
Rango 10: Nieblas intensas, lluvias torrenciales e incluso telas no muy gruesas le permiten ver a hasta treinta metros de distancia, y las más flojas apenas suponen un impedimento para ver. A una distancia de hasta trescientos metros necesita apenas un segundo de apuntar, y a menos de cincuenta ni siquiera necesita tiempo para esto.
Rango 11: A hasta medio kilómetro acertaría sin ningún problema disparos a objetivos que se mueven a hasta treinta kilómetros por hora con apuntar dos segundos. A objetivos estáticos esta distancia se duplica, alcanzando el kilómetro de distancia.
Rango 12: Podría entrar a una planta industrial y saber su volumen al instante, así como cuántas máquinas más cabrían en el espacio restante. Podría acertar a la mosca sin dificultad a una distancia de hasta treinta metros.
Rango 13: Podría ponerse una venda no muy gruesa delante de los ojos y seguiría viendo a una distancia de cincuenta metros. Las nieblas intensas le dejan ver hasta casi cien metros, y las suaves no suponen un impedimento para él. En cien metros apunta instintivamente, y hasta a medio kilómetro solo necesita apuntar durante un segundo a objetivos estáticos.
Rango 14: A un kilómetro de distancia nada por debajo de cincuenta kilómetros por hora sería capaz de evitar su disparo. Objetivos estáticos del tamaño de un gato recibirían un tiro a hasta cinco kilómetros de distancia.
Rango 15: Desde lo alto de una montaña podría saber, con errores de cien o doscientos metros, la extensión de una isla. A una distancia de diez kilómetros podría acertar a cualquier objetivo estático, a un kilómetro a cualquiera que se moviese a hasta treinta kilómetros por hora y a doscientos metros podría acertar a alguien moviéndose a hasta setenta kilómetros por hora. Todo esto apuntando dos segundos, pero apuntando tres podría, a menos de cien metros, acertar un único disparo inesquivable. Este Tiro mágico consume su técnica definitiva, pero siempre acertará en el cuerpo del objetivo.
- Maestría de utilidad - Suerte:
- Rango 1: Hasta ahora siempre ha sido un tipo con suerte, a veces inmerecida. Sale a la calle sin paraguas y no le llueve, sale con el tiempo justo a todas partes y siempre llega a tiempo.
Rango 2: Nadie niega que sepa hacer bien las cosas pero a veces resulta difícil creer que sea pura habilidad, como cuando acierta cinco triples seguidos o gana al beer pong con los ojos cerrados.
Rango 3: A veces no queda más remedio que encomendarse a la suerte. Es la clase de persona que, aun sin saber cocinar, los experimentos culinarios le salen comestibles. El resultado de esta apuesta no suele ser positivo, pero minimiza los efectos negativos de cagarla hasta arriba.
Rango 4: Rara es la vez que la escopeta que elige en la feria está trucada, y cuando lo está de alguna forma esto termina jugando en su favor. En las tómbolas casi siempre se lleva al menos un perrito piloto.
Rango 5: De alguna forma es el mejor en lo suyo. No porque tenga más habilidad, pero sus muebles tienen un acabado mejor porque eligió ese barniz que no daba mucha confianza, decidió tirar el penalti hacia la derecha frente al portero zurdo… Toma riesgos que, afortunadamente, parecen funcionar. Tiene la habilidad una vez por rol de forzar su suerte con una acción aparentemente impetuosa o temeraria, saliendo bien parado de esto. Sin embargo la suerte rebotará y cinco asaltos después sufrirá mala suerte con esa misma intensidad.
Rango 6: Si sin ningún conocimiento tuviese que desactivar la bomba que podría destruir todo el gigantesco rascacielos en el que se encuentra lograría, de alguna forma, conseguir a tiempo la licencia de derribo. También podría pasar que consiga retrasar su activación lo suficiente como para que llegue alguien que sepa manejarla, o hacer que solo se lleve por delante un par de plantas sin dañar la estructura.
Rango 7: Una de cada diez partidas en la tragaperras hace Jackpot, aunque tampoco debería tentar demasiado a la suerte con juegos de azar. Sin embargo por alguna razón sus faroles en el póker casi siempre cuelan.
Rango 8: Sabe lo que hace, de alguna forma instintiva. Se arriesga de formas que otros no a cosas que no podrían funcionar, pero lo hace. Sus actos suelen provocar una reacción en cadena que normalmente iguala la efectividad de no comportarse como un mamarracho.
Rango 9: Casi nadie quiere subirse a un coche con él, por el constante riesgo de muerte y esas cosas. Pero lo cierto es que para no tener ni idea de conducir se le da de maravilla y siempre llega de un lugar a otro sin más contratiempo que un sinfín de volantazos, unos cuantos chillidos, varios bocinazos y algún que otro inofensivo trompo.
Rango 10: Cómo llega hasta 21 en el Black Jack es algo que desquicia a los dueños de casinos a lo ancho y largo de los mares, que empiezan a conocerlo como un apostador peligroso. Casi siempre sale con ganancias, por escasas que sean, y podría vivir de su suerte. Puede forzar su suerte dos veces por rol a través de acciones aparentemente estúpidas cuyo desenlace será siempre el más beneficioso para él, pero esta suerte volverá en su contra antes de cinco asaltos.
Rango 11: La efectividad de arriesgarse a hacer cosas que solo en las fantasías más locas funcionarían parece funcionar casi mejor que hacer las cosas bien. Por ejemplo, ese tiro que aparentemente ha fallado en realidad activaba una moto que estaba apuntando al villano y lo coge desprevenido. Cuando hace estas garruladas evade el Haki de observación.
Rango 12: ¿Recuerdas la bomba que lo mató hace seis rangos? Resulta que sobrevivió de alguna manera y con no muchos rasguños.
Rango 13: Antes vivía de su suerte, pero lo cierto es que ahora logra enriquecerse. Si montase un casino la banca siempre ganaría, salvo que él jugase en su propio casino… La verdad, mejor no provoques una paradoja como esta.
Rango 14: Las garruladas que acomete crecen en complejidad. ¿Necesita que ocho obreros repentinamente orientasen sus grúas para poder balancearse con sus telas de araña por una calle? ¡Sin problema! ¿Que le pega un disparo a la base de la grúa para que toneladas de piedra caigan sobre el villano? ¡Sin problema! ¿Que decide pegarle un tiro al villano en medio de su discurso? Podría funcionar, pero si has cogido esta maestría no buscabas eso.
Rango 15: Podría solventar a base de suerte problemas arreglando milagrosamente una situación fatídica. Tres veces por rol puede forzar su suerte, pero antes o después la fortuna le pegará el golpe de vuelta.
- Maestría extra - Disparo desde la cadera:
- Rango 1: ¿Apuntar? Eso es para novatos. Empieza a utilizar armas pequeñas de ráfaga, renunciando a la precisión en pos de… Bueno, más plomo. Sufre el retroceso de las armas, pero consigue mermarlo en las tres primeras balas.
Rango 2: Mientras otros se toman su tiempo en apuntar y requieren calma este podría ir disparando mientras trota. No es el más preciso del barrio, pero es muy difícil esquivar ráfagas a menos de cinco metros.
Rango 3: Es capaz de realizar una única voltereta sin dejar de disparar (y sin darse a sí mismo, claro), lo que le permite atacar mientras esquiva una vez por asalto (sin consumir una acción de ataque), aunque como mucho una bala podría ser peligrosa para el atacante.
Rango 4: Cada vez va calibrando mejor el retroceso de su arma, apoyándola entre sus brazos o contra el cuerpo. Puede mantener una ráfaga estable de seis disparos en armas pequeñas, y empieza a manejar armas medias controlando ráfagas cortas de tres disparos.
Rango 5: Podría disparar mientras va a caballo sin que eso le perjudicase. Evidentemente esto teniendo en cuenta que dispare desde la cadera, claro, pero sus ráfagas se van volviendo más peligrosas en un radio de diez metros. Podría utilizar dos armas pequeñas, una en cada mano, para realizar una acción de ataque adicional, aunque sufriría retroceso tras una pequeña ráfaga.
Rango 6: Va realizando peripecias cada vez más complejas, lo que le permite mantener mejor sus ráfagas de manera que una vez por asalto, mientras esquiva, puede lanzar un ataque del cual dos balas supondrán peligro para el atacante.
Rango 7: Mejora su gestión del retroceso. En un arma pequeña llega a las ráfagas de hasta diez balas sin notar el retroceso, y en las de tamaño medio hasta las cinco. Si utiliza armas pesadas necesita estabilizarlas o sería un descontrol, pero con una podría hacer el tres sesenta antes de herirse a sí mismo.
Rango 8: Hasta a cien kilómetros por hora la velocidad no supondría un freno a su talento natural para disparar como un desquiciado. Es capaz de hacer ráfagas mientras corre con un gran peligro a hasta quince metros a la redonda, de la que ninguna persona ordinaria podría escapar.
Rango 9: Sus acrobacias mejoran y se vuelven cada vez más eficientes. Podría lanzar ráfagas largas en las que, aun mientras esquiva, tres balas supondrían un peligro real para el atacante. Bueno, peligrosas serían todas, pero tres irían directas a su cuerpo.
Rango 10: Dispara largas ráfagas de hasta veinte balas con armas pequeñas, diez con armas de tamaño medio y podría mantener un segundo el gatillo de un arma grande sin estabilizar antes de que el retroceso fuese insostenible. Puede mejorar sus ráfagas con dos armas pequeñas, disparando hasta diez balas con cada arma (aunque recargarlas sería más complicado).
Rango 11: Podría estar a ciento cincuenta kilómetros por hora y apenas sufriría su disparo desde la cadera. Parece incluso que se vuelve casi preciso, sabiendo cómo mover el cuerpo para que toda la ráfaga vaya al punto inicial, o reconducirla posteriormente.
Rango 12: Saltos mortales, piruetas locas, volteretas invertidas… Un sinfín de ejercicios gimnásticos que es capaz de realizar sin dejar de disparar, lanzando hasta cinco peligrosas balas de entre una nube de plomo que podrían acabar con el atacante si se despista.
Rango 13: Podría mantener cualquier ráfaga en armas pequeñas siempre que el cargador fuese lo suficientemente grande. Con armas medianas (Famas, M4a y similares) puede descargar ráfagas precisas de hasta diez disparos y podría mantener, antes de que el retroceso provocase que se hiriera a sí mismo, el gatillo apretado durante dos segundos. Podría darse cuenta de este tiempo por la verticalidad cada vez mayor del cañón.
Rango 14: A hasta doscientos cincuenta kilómetros por hora su disparo desde la cadera no se resentirá, pudiendo crear un área de muerte en un radio de treinta metros sin problemas.
Rango 15: Una vez por asalto puede lanzar un ataque gratuito junto a su defensa, que lógicamente no puede durar más de lo que esta dure y solo puede realizarlo durante una esquiva. Podría llevar un arma de tamaño medio en cada mano y lanzar poderosas ráfagas sin que estas se desestabilicen.
Estilo de lucha:
- Nombre: FUEGO, FUEGO, FUEGO!!!
- Ejecución: Roland es un hombre un tanto violento. Sus pasiones son el fuego, las explosiones y el reconfortante ruido de los casquillos cayendo al suelo como una cascada mientras le dispara a alguien en la cara. Y, aunque posee una fuerza física envidiable, prefiere demostrar su dominio sobre sus enemigos con una lluvia de fuego. Usa todo tipo de armas de su propia creación para avasallar a todo aquel que ose enfrentarle. Su forma de luchar es un derroche brutal de balas y explosivos, sumado a algún ocasional ataque desde un vehículo blindado y bien provisto de armas. No se detiene hasta que no está seguro de que sus rivales no son más que una pulpa sanguinolenta o hasta que se le agarrota el dedo de apretar el gatillo.
- Santa Santa no mi:
- Tipo: Paramecia
Poderes: Convierte al usuario en un hombre-Navidad.- Tabla:
- Aptitudes:
- Saco mágico: ¿Qué es la Navidad sin regalos? El usuario puede emplear cualquier saco o bolsa vacía para canalizar sus poderes. Podrá utilizarlo para sacar todo tipo de objetos de él, envueltos en papel de regalo y con un bonito lazo.
- Dulces: La Navidad y los dulces siempre van ligados. El usuario puede crearlos de la nada y usar el azúcar como fuente de su poder. Los dulces le permiten aumentar sus fuerzas y sanar sus heridas, pero cuanto más uso hace de este poder, menos efecto tiene.
- Santa Claus: Roland, como hombre navideño que es, tiene que sufrir los extraños poderes y peculiaridades del Hombre Navideño por excelencia.
Nivel 1: Obtiene su indestructible saco de los regalos. Puede sacar cualquier cosa de él, desde armas hasta juguetes o periódicos viejos, aunque será al azar. Se tratan de objetos normales, sin mezclas ni modificaciones. Todos los regalos vienen envueltos y llevan una etiqueta con el nombre del destinatario, el único que pueda abrirlos. Se puede sacar un solo regalo por persona a no ser que se rompa el anterior. Además, solo pueden ser regalos que el usuario pueda concebir y comprender, es decir, que no puede tocarle una nave espacial, pero sí cualquier objeto creado por él, que posea o que haya usado alguna vez.
Por otra parte, el usuario puede hacer aparecer dulces navideños de la nada, y adquiere los rasgos más básicos e inútiles de Santa Claus: la barba blanca, la risa y la incapacidad de dañar a un niño.
Nivel 10: Roland desarrolla una insana y odiosa afición por los dulces navideños. Su azúcar le ayuda a recobrar el aliento, recuperar energías y cerrar heridas leves. Además, igual que a Santa los renos se ven obligados a obedecerle.
Entrada sigilosa: Aparte de entrar en las casas por la chimenea, puede colarse por cualquier hueco, grieta o agujero siempre que sea para entrar o salir de un edificio. Esto se aplica también a cualquier cosa que sostenga.
Nivel 20: El saco empieza a diferenciar entre buenos y malos, así que sus regalos estarán especialmente pensados por la magia del saco para cada destinatario y serán mejores o peores dependiendo de si han sido buenos o malos durante el año. Más allá de esto, siendo siendo al azar. Como el saco no termina de estar cómodo con eso de regalar armas, Roland solo puede obtener armas ligeras y de corto alcance (pistolas, metralletas, escopetas, etc.) o explosivos de no mucha potencia. Al comer una considerable cantidad, los dulces ayudan a Roland a cerrar heridas de poca importancia y a detener sangrados.
Jinete de súper renos: Como hoy día es difícil encontrar renos, los poderes de Roland se adaptan a los nuevos tiempos. Cualquier vehículo o animal que monte podrá echar a volar.
Nivel 30: Roland descubre el poder potenciador del azúcar. Un buen puñado de caramelos o dulces de Navidad puede aumentar sus habilidades físicas en un 25% durante tres posts. Al igual que Santa, puede sacarse de la manga la lista de buenos y malos, la cual viene integrada en una pequeña tablet. En ella pueden aparecer los nombres de todas las personas del mundo; los que han sido buenos están escritos en verde y los que han sido malos, en rojo. Roland puede buscar el nombre que desee y ver sus acciones en el último año.
Let it Snow: El usuario puede provocar nevadas dependiendo de su estado de ánimo, incluso estando bajo techo. Si está de buen humor puede hacer que nieve ligeramente; si algo le hace mucha gracia, la nevada se intensifica y puede llegar a ser considerable; si está frustrado o enfadado, causa que caiga granizo del tamaño de mandarinas.
Nivel 40: El saco empieza a ser coherente con su dueño, así que es el criterio de Roland el que determina si alguien merece o no un buen regalo, y él siempre sacará algo bueno. No se limitan a su tamaño habitual, ya que pueden sacarse cosas que superen por mucho el tamaño del saco. Sus enemigos solo obtendrán carbón, y la gente que no le guste, cosas inútiles o molestas. Puede obtener armas pesadas, como ametralladoras o lanzagranadas, y sacar tres regalos para sí mismo al mismo tiempo. Por otro lado, consumir un kilo de dulces cura totalmente heridas moderadas y ayuda a sanar parcialmente fracturas o quemaduras.
Sweet Liquor: Aparte de caramelos, Roland puede hacer que de su petaca surja ponche navideño. Está asqueroso, pero sirve como antídoto para cualquier veneno o tóxico.
Nivel 50: Los regalos del saco adquieren una característica especial de bajo nivel. Además, cualquier objeto, por inofensivo que parezca, puede ser un arma. También puede ver cómo la lista de malas acciones se actualiza a tiempo real, de forma que sabe qué hace la gente en el presente.
Ginger Soldiers: Crear dulces está bien. Crear hombrecitos de galleta mola. Hacer que esos hombrecitos cobren vida y sigan las órdenes de Roland es la leche. Puede convocar hasta un centenar de esos pequeños bastardos navideños y mandarlos a cumplir su voluntad.
Nivel 60: Comer un kilo de dulces aumenta su fuerza en un 50% durante 5 posts. Cuando hace volar a un animal o un vehículo, es capaz de alcanzar 10 veces su velocidad máxima, o hacer volar a varios al mismo tiempo siempre que estén conectados; por ejemplo, atando varios renos para que tiren de un carro.
Pedrada al niño malo: Santa siempre da carbón a los que han sido malos. Roland hace algo parecido. Puede crear trozos de carbón capaces de alcanzar el tamaño de un barco pequeño con los que aplastar a sus rivales.
Nivel 70: El usuario siempre saca lo que desea de su saco -incluyendo armas muy grandes (bombas, lanzamisiles, etc.) o pequeños vehículos armados sin características especiales-, y puede dar a los demás lo que deseen, pero no dar un buen regalo a alguien de la lista de malos o viceversa. Puede sacar cinco regalos para sí mismo al mismo tiempo. Un kilo de dulces aumenta sus capacidades físicas en un 75% durante 5 posts y reduce en intensidad heridas graves.
Súper Candy: El tamaño de los dulces empieza a no ser suficiente. Roland los crea de tamaños descomunales, hasta un máximo de 10 metros.
Nivel 80: Un kilo de dulces aumenta sus capacidades físicas en un 100% durante 5 posts. A través de la lista malas acciones puede encontrar la ubicación de quien desee.
Santa nunca muere: Si Roland muere de una forma que no implique haki, agua o kairoseki, resucitará el siguiente 25 de diciembre.
Nivel 90: Es capaz de sacar objetos enormes de su saco, incluso edificios enteros y grandes vehículos armados, aunque desenvolverlos es una lata. Puede dar regalos que combinen dos objetos (por ejemplo, un reloj-tostadora, unas gafas con rallador de queso o una cometa-lanzallamas). La lista de malas acciones contiene toda la información sobre todas las personas del mundo. Incluye datos como sus poderes o su ubicación y, por supuesto, sus mayores deseos y sus peores acciones.
Beauty Surprise: Roland puede hacer aparecer todo tipo de decoración navideña de tamaño y naturaleza absurdos, violentos y peligrosos.
Nivel 100: Puede crear dulces que otorgan poderes específicos, como aumento de fuerza, vuelo o aliento de fuego, dependiendo de lo que el consumidor más desee. Además, Roland tiene las mismas obligaciones que Santa. Si alguien le envía una carta pidiéndole algo, estará obligado a hacerlo.
Welcome to Christmasland: El usuario puede crear pequeños mundos en bolas de cristal con nieve. Tiene el poder de entrar o salir y de meter o sacar lo que se le antoje. Desde fuera no son más que bolas con nieve falsa y una pequeña maqueta; desde dentro son como pueblos normales diseñados por el usuario donde siempre nieva. Romper el cristal desde dentro o desde fuera fuerza a salir a todo y todos en su interior, pueblo incluido. Romperlo desde dentro exige un haki o un nivel iguales o mayores que el del usuario. - Saco mágico: ¿Qué es la Navidad sin regalos? El usuario puede emplear cualquier saco o bolsa vacía para canalizar sus poderes. Podrá utilizarlo para sacar todo tipo de objetos de él, envueltos en papel de regalo y con un bonito lazo.
- Haki:
- H. armadura:
- Nivel 2: Haki Competente: Puede concentrar su haki en puntos concretos de su cuerpo(una mano, un dedo, la frente…) a cambio de dejar el resto del cuerpo desprotegido para que este resista un rango adicional de fuerza. Mientras sus armas estén recubiertas de Haki, solo alguien con un Haki igual podría dañarlas.
- Sintonía en armamento: Están caracterizados por usar el Haki en sus armas de forma innata, pudiendo usarlo al mínimo de su capacidad (Haki despertado) al margen de su tiempo de uso.
- Sintonía en armamento: Están caracterizados por usar el Haki en sus armas de forma innata, pudiendo usarlo al mínimo de su capacidad (Haki despertado) al margen de su tiempo de uso.
Roland von Klauswitz
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Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pertenencias:
Inventario: Armas varias.
Transporte:
- Sweet Armored:
- Descripción: Con setenta metros de eslora y quince de manga, el rompehielos Sweet Armored es lo más parecido a una pistola que Roland ha conseguido hacer flotar. El casco está pintado de un bonito y festivo rojo surcado por copos de nieve -un diseño totalmente accidental, aunque estéticamente afortunado-. Del centro de cada copo surge una de las cañoneras. La proa está pintada para que asemeje una afilada dentadura de la que sobresale un puro humeante. De hecho, el puro humeante humea de verdad, ya que es un cañón antitanque de alto calibre capaz de penetrar gruesas capas de blindaje. Sobre este cañón se oculta un espolón retráctil terminado en una punta de lanza que puede estirarse hasta los diez metros. Ambas armas se controlan desde una cabina interior en la proa. En cubierta hay dispuestas dos ametralladoras pesadas que se desplazan por raíles a lo largo de todo el perímetro.
En el castillo de popa está el taller de Roland. No quiso ponerlo bajo la línea de flotación porque es habitual que haga estallar cosas dentro. En los niveles inferiores se reparten una docena de camarotes individuales, cuatro adaptados para grupos grandes y una cocina inmensa. Por supuesto, cuenta con lo básico para un largo viaje por mar: despensa, cámara frigorífica, generador a base de agua salada, desalinizadora, almacén de municiones, cuarto de baño, heladería y un gimnasio ultramoderno donde Roland va a comer pepinillos y leer porno. Todas las puertas y pasillos están adaptados para el tamaño de Roland.
Su Jolly Roger es una calavera con barba blanca, gorro rojo y un diente de oro, cruzada por dos bastones de caramelo terminados en cañones de ametralladora.
Propiedades del material: Tenacidad y Atermia de rango infrecuente.
Cualidades excepcionales: Su blindaje de acero lo vuelve considerablemente difícil de hundir por medios convencionales, lo cual, sumado a su potente armamento (véase descripción) lo convierten en un arma a tener en cuenta. Además tiene capacidad para abrirse paso por densas capas de hielo gracias al diseño de su proa. Por lo demás, no destaca demasiado.
Propiedades: Es dueño de una heladería en Ártica, en el North Blue.
Almacén: -
Armas: ¿Armas? ¿Papá Noel? Dios, no. Bueno, en realidad... Lo cierto es que Roland lleva consigo todo tipo de armas: pistolas, ametralladoras, explosivos, escopetas, lanzallamas, fusiles, lanzacohetes y usa vehículos blindados que él mismo equipa con todo lo que se le ocurre. Su arsenal actualmente consta de lo siguiente:
- Kit del hombre preparado: Incluye armas de fuego varias, desde pistolas hasta una ametralladora pesada. Todas de lo más mundanas.
- Black Rodolfus:
- Descripción: El orgullo de Roland, su motocicleta Rodolfus. Es una gigantesca moto de tres ruedas, siendo la delantera como la de un tractor y las dos de atrás el doble de grandes. Es totalmente negra y cuenta con una docena de faros de gran potencia. Los faros frontales pueden cambiar de color. El manillar está diseñado para imitar a los cuernos de un reno y, de hecho, está colocado sobre la calavera de un reno de buen tamaño. De la boca de la calavera puede salir una potente llamarada capaz de calcinar cualquier cosa que haya delante hasta los 10 metros.
Propiedades del material: Dureza, Tenacidad y Pesadez de rango especial.
Cualidades excepcionales: La motocicleta está equipada con un poderoso y delicioso surtido de armas: una docena de lanzacohetes, seis a cada lado, que se despliegan desde los laterales; una ametralladora pesada de ampla movilidad que se controla con un joystick desde el manillar derecho; un arsenal de contramedidas para interceptar misiles o explosivos, cohetes propulsores en la parte de atrás y un altavoz capaz de hacer retumbar el suelo cuando suena. El Black Rodolfus está blindado para resistir cualquier tipo de explosión o impacto de un arma convencional de calibre moderado y puede alcanzar los 300 km/h.
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Bueno, después de actualizar nivel, experiencia, rango, clase y oficios y de añadir hakis, capturas y las cosas conseguidas por cada oficio... creo que ya está todo actualizado post-evento. Espero.
William White
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Buenas que sepas que sigo enfadado porque me no me trajiste mi soldadito de plomo preferido, por lo demás queda aceptado^^
Roland von Klauswitz
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Editados los puntos tras el evento, añadidas un par de bonitas capturas para el currículum y ahora puedo hacer cosas de ciborgs con el esqueleto de la gente.
Katharina von Steinhell
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