Una flor en la nieve y una ardilla que no esta invernando (Priv. Freites D. Alpha - Andy C. Zanini)

Incluso el joven rey de la forja se merece un día de descanso, incluso tal vez dos. No todo tenía que tratarse de guerra y muerte en su vida, también podía darse tiempo para interactuar y conocer un poco más sobre este mar… sobre este mundo. Así fue como llego a la Isla Copo, una bella isla que como su nombre lo indica se encuentra siempre es un constante invierno, para la suerte de todos, no siempre era un invierno fuerte (Al menos no en esta época del año, según los aldeanos).

Cabalgando como siempre en su fiel compañera. Llego directamente al pequeño pueblo del norte en búsqueda de provisiones y bebidas, incluso pidió bastante comida para llevar, la suficiente como para una semana. Uno nunca sabe, tal vez la estadía en la isla le llegaría a gustar mucho durante los próximos días al chiquillo, tanto que este decidiera quedarse un tiempo más, pero ya el tiempo seria el que respondería eso.

Adentrase en el bosque le resultaba una maravilla a este. Era hermoso, blanco y lleno de mucha vida. Los lugareños del poblado le advirtieron que tuviera cuidado con los osos, que eran feroces y muy peligroso. Pero Alpha siempre respondía con amabilidad que no se preocuparan, que tendría bastante cuidado (y en este caso, deberían ser los osos los que deberían tener cuidado).

Hoy el herrero de lo imposible se encuentra vistiendo un kimono blanco, este poseía un acabado de pétalos de flores de cerezos bordados por todas partes. Susaku cabalgaba muy tranquila por el bosque, al parecer entrar en contacto con la nieve era bastante de su gusto. Pronto encontrarían un pequeño estanque, más o menos unos diez metros a la redonda calculando a puro ojo. Alpha bajo con mucha tranquilidad de su ave. Al sentir en contacto con la nieve, este sonrió. Era suave, y para él parecía que estuviera caminando sobre algodón. Obviamente este no sentía frió alguno, Ser usuario de la netsu netsu no mí y gozar de la habilidad de mantenerse caliente en lugares como este era una de las ventajas de poseer una fruta del diablo.

Este se sentó cruzado de piernas en la orilla del lago, miraba su reflejo a través del agua. Tanta tranquilidad era una bendición para él, después de tanto que ha pasado, ya se merecía un poco de esto.

De pronto, este escucho una canción que provenía desde no muy lejos, acercándose poco a poco. Era una voz muy dulce, llena de cariño y de ternura. Tal vez le faltaba afinar un poco, pero eran cuestiones menores, Alpha después de todo era un músico con mucha más experiencia de lo que aparentaba.

Al voltearse, se trataba de una Mink. A simple vista era muy hermosa, tenía un lindo cabello castaño y una piel bastante clara. Por su cola definitivamente se trataba de una ardilla, y una muy linda. El pequeño herrero sonrió ante su pregunta, estaba hablando en rimas, o al menos eso le parecía. El pirata dirigió la vista hacia su súper ave y esta se mantenía tranquila, su instinto natural no lograda detectar una intención hostil de su parte, quizás… y solo quizás, esta era la oportunidad de pasar un tiempo agradable con alguien.

-Si conmigo has de querer disfrutar, tú aquí te has de sentar. –Realizo una rima, en señal de hacer una pequeña broma, pero una sin intención de ofender a nadie.- ¡Zehahaha! Disculpa si mi broma de mal gusto te ha caído mal ¡Adelante! Puedes pasar tiempo con nosotros.

Alpha se hizo un lado dándole un espacio a ella para que le acompañara. Su mirada estaba fija en el agua, aún estaba disfrutando de la maravilla de la naturaleza. Este Introdujo lentamente su mano en la fría agua, pero este no podía sentir frio, de hecho, no quería sentirlo, él solo quería sentir la sensación del agua, quería sentir humedad, y gracias a su habilidad, podía cumplir con este deseo.

-La naturaleza definitivamente es maravillosa. –Dijo soltando un suspiro. – Es una lastima que no pueda disfrutar de esto de manera más seguida. Yo soy Alpha… un placer.

Miré a mi alrededor contemplando la belleza, me encantaban este tipo de climas. Al escuchar las palabras en rima del chico no pude evitar el reírme, ¿acaso mis palabras habían sonado así? Un leve sonrojo apareció en mis mejillas en muestra de que no me había percatado de mi peculiar forma de hablar. Coloqué mis manos sobre mis mejillas para disimular el sonrojo.

-Oh, disculpa, no me había dado cuenta de mi inusual forma de hablar.

Escuchar que había sido una broma me causó sentirme el doble de apenada, empezaba a sentir que me hacía falta convivir más con humanos. El joven se hizo a un lado para permitirme permanecer cerca de él y de su compañero animal, miré a ambos con asombro mientras caminaba hacia su lado.

Los miré de re ojo para analizarlos. A simple vista, su ave gigante si es que así puedo referirme a ella, era muy bella, de plumas color entre naranja y amarillo con toques de marrón. Parecía que ésta ave estaba destinada para uso de transporte, o me daba esa impresión. Por su parte, el joven a mi lado, como había notado antes era un poco más bajo que yo, tenía una mirada y rasgos características de un joven no mayor de los 20 años, su cabello era increíblemente largo para ser hombre, pero tenía que admitirlo, le quedaba muy bien, sus vestimentas, el kimono blanco era precioso con los detallados en la tela, esto me provocaba ganas de comprarme un vestuario similar.

Empezaba a vagar un poco entre mis pensamientos mientras lo contemplaba hasta que me di cuenta que la mirada de él posaba en el agua, así que quise averiguar que era lo que el veía, volteé hacia la izquierda y observé las acciones de el. ¿No tendrá frío? Me pregunté al ver como comenzaba a meter su mano dentro del agua.

-¿No te da frío? El agua aquí debería estar un poco antes de su punto de congelación..-

El joven se presentó ante mi con el nombre de Alpha, era un nombre peculiar para un pequeño. A lo que captó mi atención en seguida. Sonreí ante el y me incliné en símbolo de cortesía para pasar a presentarme.

-Mucho gusto Alpha, mi nombre es Andy. Escuchando lo que dices, has mencionado que no tienes casi tiempo... Dime, ¿trabajas? te ves bastante joven...-

Sentí al terminar de hablar que quizá habían sonado mis palabras un poco groseras de mi parte, así que de inmediato me incliné nuevamente.

-Ah, disculpa. No es de mi incumbencia. -

-No debería disculparse. Cada quien tiene su manera de hablar. Además pienso que hablar en rimas te sienta bien.

Frío... Definitivamente él dejó de sentir frío hace mucho tiempo, y tampoco es que este sienta color, desde que se convirtió en el hombre alta temperatura y siempre que lo desease, podía simplemente no sentir nada. De vez en cuando le daba una oportunidad a la temperatura ambiente para esta le hiciese recordar lo que se sentía sufrir cambios de clima, pero hoy no era ese día.

-Deje de sentir frío hace mucho tiempo, aunque a veces me gusta recordar lo que se siente.- Respondió con tranquilidad el joven. De hecho, era una suerte que esta parte del bosque estuviera cubierta totalmente de árboles, así la nieve no cubriría parte del suelo donde se sientan. Pero de igual manera, ver los copos caer en el agua era algo maravilloso para el chiquillo.

-¿Andy? Es un buen nombré.- Respondió sonriendo con amabilidad, el nombre que posee mink es uno que no solía escuchar a menudo, pero definitivamente es de su agradó. Pero antes que se diera cuenta, las preguntas comenzaron a venir una tras otra ¿Era seguro contarle? De igual manera Alpha no le molestara que supieran de el y a lo que se dedicaba. En el peor de los casos, simplemente ella se iría dejándolos solos a él y a su ave.

-Si soy joven, tengo unos diecisiete años. Me dedico a muchas cosas la verdad, pero la que mas me marca es la piratería, soy pirata. - Aun sonreía con amabilidad, mostrándose tan relajado y despreocupado. Definitivamente este chiquillo es alguien que no para de dar sorpresas.

-¿Cocinera? Nada mal, a mi familia no le vendría mal tener a alguien así. - Dijo tranquilamente, después le dirigió la mirada directamente a los ojos.- Yo no puedo sentir cambios de temperatura a menos que yo lo desee, o al menos que el calor o el frío sean mas fuertes que el mío propio. He consumido una akuma no mi que me da la habilidad de aumentar mi calor corporal en muchos grados.

El pirata observaba como la ardilla le olfateaba ¿Estaba saciando su curiosidad? De hecho verla hacer esta acción le causo un poco de risa. Alpha cubría su labios con su mano derecha para tratar de disimular la risa. Luego le observo mirar al cielo y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Su cola se movía de un lado a otro y de vez en cuando tocaba la espalda del pequeño. Su cola era suave y muy afelpada. La sensación era agradable.

-El mar es un lugar sorprendente.- Dijo, mientras volvía a mirar de nuevo al lago. - Tenia tiempo sin poder admirar las maravillas de la naturaleza, y también tengo mucho sin disfrutar de la compañía de una hermosa dama. Y en este caso, una muy afelpada.- Volvió a cubrir sus labios mientras reía. Era bastante gracioso para el como la casualidad lograba que se dieran situaciones como esta. De pronto, este se levanto. Se recogió la manga derecha de su kimono y la extendió la mano, ofreciéndosela. - ¿Gustas que nos sentemos allá ? Me he fijado que te has quedado mirando ese lugar, y no quiero ser descortés con una mujer tan hermosa como tu, Andy.

-No te preocupes, no me molesta que me toques.- Su piel era suave, eso le agradaba mucho al pelilargo. Ella parecía mucho disfrutar del tacto de su mano, luego lo afirmo con sus palabras.- No eres rara, solo sigues lo que tu corazón anhela, al igual que yo.

El herrero caminaría a su lado, ella estaba totalmente apenada moviendo su cola de un lado a otro, es fascinante como algunos minks reflejan sus emociones por la cola. Igualmente el rechazo la oferta de tocar su cola, añadiendo. - Preferiría no tocar tu cola, me daría vergüenza. - Y era cierto, se supone que la cola es una parte delicada en el cuerpo de un animal, una parte muy sensible y por lógica esto también aplica en los minks.

- ¿Mi familia ? - La pregunta le resulto un poco sorpresiva pero a la vez esperada. Ella era una mujer llena de curiosidad. Seguía su instinto y eso le agradaba al pirata. Y ya llegados a este punto ¿Porque no contarle? - Pues verás. - El le extendió su mano para que ella la tomara, para así ayudarle a tomar asiento. El se quedaría de pie, así seria mas fácil explicarle un poco las cosas. Carraspeo. - Desde hace quinientos años mi dinastía a existido. Somos los herreros que podemos forjar lo imposible: los Freites, y yo soy el último que queda, Freites D. Irkenox Alpha. Mi madre falleció hace unos cuantos años y mi familia fue masacrada por... Mi persona.- Recordar eso no le gustaba mucho, era su peor recuerdo. Aloja dio un gran suspiro para continuar con su historia.- Uno de mis tíos nos traiciono. Convenciendo al resto de la familia para que nuestras artes y conocimientos cayeran en manos de los nobles de la Red Line. Mi madre en su momento como líder y yo nos negamos... pero ya era tarde, tuvimos que defendernos y como resultado, lo perdimos todo y a todos. Como ultimo líder, debo seguir con el legado y hacerme con esposas. Y velar por que mis retoños sean felices y puedan ser el futuro de mi clan. Así como lo hizo mi madre, consiguió esposos que la hicieron tener hijos. Pero yo soy el único que queda.

Luego de contar aquello. El pequeño desvío su mirada hacia los cielos, preguntándose a si mismo si podría lograr todo lo que proponía. Ya que era un camino bastante largo.

- Soy el último... Incluso suena triste.

-No se trata de mantener el linaje puro, la pureza es lo menos que corre por mis venas. –Al decir esto, el joven le regalaría una sonrisa. A Pesar de ser el fruto de una mujer con cuernos y un humano, aún estaba orgulloso de lo que él era. – Es una tradición que se ha llevado a cabo a través de siglos. Además, mi deber como líder es amar a todas mis esposas por igual. Sería una falta de respeto de mi parte tener preferencias, se supone que estoy reconstruyendo mi familia.

Y definitivamente no era una tarea fácil, era prácticamente comenzar desde cero. Ya tenia uno que otro plan en mente para lograr dicha tarea. Pero después de los sucesos que han transcurrido en las minas, definitivamente este necesitaba un descanso de la guerra. Un respiro. Un momento de paz donde el pudiera disfrutar durante unos días lo bella que es la vida, y gracias a la compañía de esta mink, lo estaba disfrutando.

-Todos en mi clan, son mi familia. Los pocos guerreros que me siguen siempre serán mis hermanos. Mis futuras esposas serán tratadas como reinas y me asegurare de que sus sueños se hagan realidad. Luego de todo lo que quiero ocurra, podre tener una vida tranquila observando a mis retoños forjarse en los siguientes más fuertes. Y luego morir de viejo, si es que no muero en batalla antes del tiempo ¡Zehahaha!

¿Morir en batalla? Eso no sonaba tan mal. A pesar de ser tan joven, ya ha probado por si mismo lo que se siente estar en las puertas de la muerte, allí gano su primera espada de gran calidad: la hoja gélida. Su primera gran cruzada, la que le brindo no solo una poderosa arma, también le brindo tres leales hermanos.

- Estoy es lo que soy, un hombre tratando de rehacer lo que fue destruido. Un pirata con un sueño casi imposible de fundar un reino de piratas. Donde yo estaré en la sima junto a mi familia gobernándolo y declarando la guerra a aquellos que me lo quitaron todo: el gobierno mundial.

-Al parecer, compartimos el mismo enemigo en comun… mi señorita mink.

Su historia le resulto un poco trágica y triste. Definitivamente el gobierno mundial era algo problemáticos para todos. Aparentar ser buenos cuando realmente son la escoria entre la escoria no era algo aceptable. Nunca lo fue… y nunca lo será.

-¿Por qué la gente aplaude la maldad? Por lo mismo que existen nobles que se creen que por haber heredado la corona sin esfuerzo alguno, pueden hacer lo que quieran con las personas. – Es un hecho que el herrero de lo imposible conocía. Sus principios, su lógica, su visión y su fuerza, todo aquello se resume en un solo concepto: lucha y gana las cosas.

-También debes entender, que la maldad se basa en la perspectiva de cada quien. Por ejemplo, soy un pirata, y para muchos soy el villano, el rostro de la maldad, aunque eso es algo que me tiene sin cuidado. Se quien so y a donde voy.

El joven pirata coloco la mano en la mejilla de la joven mink, acariciándole con ternura, tratando de apaciguar esa sensación de soledad y tristeza. Ella era una chica buena, buscando ser feliz en un mundo lleno de sangre y destrucción. Pero incluso ella debe entender que para obtener la felicidad, debes luchar.

-No estás sola… Andy. En este mundo nadie lo está, incluso yo llegue a pensar que lo estaba hace mucho tiempo. –Este le regalo una sonrisa tierna a la ardilla. – Mi camino está lleno de sangre y muchas destrucción. Vivo en una constante guerra y en conflicto. Es todo lo que puedo ofrecer además de un hogar, amor y una calidad familia. Si es tu deseo… puedes seguirme.

Escuchaba cada palabra de Alpha y tenía razón inclusive si eras un pirata justiciero la gente te juzga como si fueras el villano, era un hecho que la sociedad era un mundo diferente al que yo veía en mi juventud.

De pronto cuando sentía que mis ojos se llenaban de lágrimas y mi garganta me empezaba a quemar algo en mi se quebró con la caricia que me proporcionaba Alpha, se mano era tan suave y cálida, tenía tanto tiempo sin recibir una muestra de afecto por otra persona, comencé a reírme un poco intentando ocultar mi tristeza cambiandola por una sonrisa, unas cuantas lágrimas se me salían y cerré mis ojos un momento para poder controlarme mientras que con una de mis manos tomaba la mano que el tenía sobre mi mejilla intentando mantenerlo cerca de mi. La verdad es que sentía una revoltura de sentimientos y para poderme controlar decidí pararme fingiendo que estaba bien, tenía que estirarme así que lo hice, mientras lo hacía el olor de castañas penetraba más en mi estómago.

Quizá un camino diferente al que tenía pensado podía ser la solución para calmar las aguas del océano dentro de mi corazón. Me giré hacia Alpha para primeramente darle un beso en la frente, luego me incliné en forma de reverencia en agradecimiento por su oferta.

-Le agradezco que tenga la confianza para contarme sobre usted y de su destino, su meta...deseo de corazón ser de utilidad a su causa...-

A pesar de ser más pequeño que yo es un joven con un gran futuro, con el cual estaba proponiendome ayudarlo a llegar a cumplir sus objetivos sin importar cómo lograría hacerlo. Sentía que su amabilidad y sinceridad hacia mi se apoderaban de mi espíritu de lucha motivandola a crecer. Me alcé y miré a Alpha a los ojos.

-Le gustaría acompañarme a mi posada, le puedo preparar una deliciosa cena-

Comenté mientras imaginaba en mi mente que clase de alimentos le podría preparar al joven.

Incluso él no se esperaba que ella reaccionará de esa manera. Estaba totalmente sorprendido cuando ella se acerco y le beso la frente de manera repentina,, pero no opuso resistencia, le dejo estar.

-Que labios tan suaves...- Murmuraba, el tacto de la mink era algo que Alpha disfrutaba. Ella era muy tierna y muy gentil. De corazón frágil y posiblemente inexperta en el mundo pirata. Aun así, ella estaba dispuesta en seguir el camino de la guerra. Se aseguraría de que creciera fuerte y hábil. Eso era responsabilidad del líder, velar por sus seguidores.

- Por favor... No te inclines joven promesa. - Le dijo amablemente. - No soy un dios, ni una deidad. Solo soy un humano que tiene sueños y metas alocadas.

Y era cierto, el pelilargo siempre a pensado de esa manera. El nunca ha querido alcanzar un estatus de divinidad ni grandeza. El simplemente velaba por sus vienes y los de su familia. Sus chiquillos. Su legado. Y ahora con la joven mink a su lado. Seria interesante ver como se desenvolvían las cosas para el futuro.

Pero ahora, lo que importa es disfrutar del presente.

- Sera un placer acompañarte. Mi compañera nos llevará. - El pirata chasqueo los dedos, acto seguido su súper ave se acerco y se dejo caer a la altura de ambos. Tomo a la mink entre brazos ayudándola a subir. Luego al subir el, se puso en marcha en dirección al pueblo. De camino, Alpha le dio curiosidad cierta cosa...

- Dime Andy ¿ Hasta que punto quieres escalar en mi clan ?

-Ella es Suzaku, proviene de la raza de las súper aves. Es mi mejor amigas. - Suzaku solo afirmaba lo dicho asintiendo. - Ha desempeñado un rol de transporte. Pero pronto cambiara eso.

Mientras la ave corría, Alpha pudo notar que Andy se sujetaba fuertemente de él. Ya cuando ella se disculpo afirmando que nunca había montando en un animal, se dio cuenta el motivo por lo cual ella lo hacia. - No te preocupes. No me molesta que me toques. - Poco a poco fueron acercándose al pueblo. Ya el sol se estaba ocultando y el pirata no quería que la noche los agarrara afuera. El chiquillo esperaría que la mink le indicara el camino a donde se estaba hospedando. Aunque primero debía aclarar una duda que ella tenia.

- ¿Estar a mi lado y protegerme? ¡Zehahahaha! Gracias por tu lindo deseo Andy. Pues existe unos cuantos cargos en mi clan. Siendo los dos mas importantes las matriarcas y los mains commander. Los mains serán la elite de mi familia los mas fuertes. Las matriarcas serán mis esposas y, también tendrán que ser igual de fuertes, incluso mas que los mains por que tienen que estar a la par conmigo. Y aun no poseo nunca esposa... Y aun tengo diez dedos sin ocupar anillos.

Diez dedos era igual a diez esposas. Ya el destino diria quienes serian las candidatas para ello.

-Claro, sin ningún problema – Dijo el pequeño, el pirata observaba como ella se bajaba y afirmaba que le gustaría batirse en duelo contra él, para aclarar su nivel y su fuerza. Este simplemente sonreía afirmando y aprobando aquello, logro captar mucho más las simpatía del señor de la guerra cuando ella misma por su propio pie, quería demostrar de lo que estaba hecha. Puntos para la ardilla.

- Encantado de poder ayudarte a superar tus limites Andy. -Dijo sonriendo – Aún tengo planeado pasar mucho más tiempo en esta isla antes de que marche, o he querido decir mejor, marchemos. Ya que tu vendrás conmigo.

Luego ella aclaro que le interesaba ser una matriarca, aunque al hacerlo ella se ponía totalmente nerviosa. ¿Acaso le estaba diciendo guapo al herrero? ¿Él estaba escuchando bien? En definitiva Andy estaba demostrando de manera muy apenada pero gentil tener no solo estar interesada en unirse a su gente, sino también querer ser una de sus esposas. Esto le dio un poco de ternura a Alpha, puesto que no le desagrada la idea, de hecho, le parecía bien. Ella era totalmente hermosa y de buenos sentimientos, eso era totalmente algo difícil de encontrar en estos días. Alpha no pudo evitar reír cuando ella le propuso acostarse con el. Obviamente el no estaba pensando mal, para nada, sino que el ver como se le enredaba la lengua le causaba mucha risa y ternura, ella a pesar de ser mayor que el pirata, no dejaba de actuar como una chiquilla. Y eso no estaba mal.

- Pues yo no tengo problemas en dormir contigo. Puedo mantenernos caliente durante toda la noche fría. – Dijo mientras tomaba su mano, la detuvo por un momento. El quería que ella se calmase, que estuviera de los nervios era adorable pero, no quería que por estar así tuviera algún accidente. – Andy… relájate ¿Ya te lo dije no? No soy ni un dios ni una deidad, y agradezco todos los cumplidos. Y me honra que quieras ser fuerte para ser mi esposa, y si, aun es pronto. Pero no descarto para nada que formes partes de mi familia además, tener tan hermosa mujer a mi lado de seguro dará envidia a los demás piratas.

Una vez dichas aquellas palabras, el chiquillo le dio un tierno beso en la mejilla y dejo que ella le mostrase el camino que seguir para llegar a su posada, esperando que dejaran entrar a su ave ya que detesta pasar la noche en frió.

Cuando recibí la bolsa con los ingredientes y comencé a caminar hacia la posada por un instante mi imaginación comenzó a volar, estaba claro que mi encuentro con Alpha era muy significativo para mi. No sabía si creer en el destino y sus planes pero, me sentía bastante feliz de poder convivir y formar familia con alguien que no me miraba raro o incomodamente. Mi pecho se estremecía y me resultaba imposible no suspirar.  

Había muchas cosas por hacer estando juntos tales como conocernos, aprender sobre las guerras, ser buenos compañeros antes de poder ser una buena esposa y sobre todo ser fuerte. Inclusive estaba pensando en pedirle a Alpha que me enseñara el arte de la herrería.

Todo esto me traía tantas dudas a la cabeza y es que si algo me caracterizaba era que al ser una mink curiosa también era ansiosa e impaciente.

En fin, llegamos a la entrada principal de la posada. Mi ropa estaba algo cubierta de nieve así que por olvidé que traía compañía y procedí a pasar al lugar arrojando las compras hacia la mesa que se encontraba a menos de medio metro de mi y una vez que dejé la bolsa empecé a quitarme el vestido que traía desabrochando por la espalda para quitármelo de atrás hacia en frente, dejando mi espalda descubierta y mostrando parte del sostén de color negro. Volteé hacia atrás al sentir la ventisca que provenía de la entrada recordando que venía acompañada por Alpha y Suzaku.

-Ah...Ahhhhh!!!- Salió de mis labios un leve sonido entre vergüenza y sorpresa.

-(Maldita memoria y torpeza la mía. Venían tan concentrada en mis pensamientos que me había olvidado por completo de Alpha.)-pensé para mis adentros.

El vestido terminó por resbalarse de mi cuerpo cayendo al suelo, permitiendo a Alpha verme en ropa interior, solía usar lencería negra de encaje, por lo general una braga cachetera y un sostén con estampado de rosas. Aproveché lo grande de mi cola para cubrirme el cuerpo y agacharme para agarrar el vestido.

- Que momento más ...disculpa por un segundo olvidé que estabas detrás mío. La costumbre de viajar sola, no estaba en mis cinco sentidos. En serio lo siento..ya vuelvo. ..por cierto Suzaku puede quedarse adentro, este sitio permite animales...(extraña razón por la que me dejaron quedarme...)- recordé el momento en que la casera me observaba cobrando un porcentaje extra al costo normal de la habitación sólo por tener rasgos animales.

Me alcé del suelo con mi ropa en mano y aún cubriéndome con la cola caminé hacia mi habitación intentando esconderme de la vista de Alpha.

A pesar de que afuera hacia mucho frío, adentro la temperatura se mantenía regularmente estable permitiéndome el uso de poca ropa.
Busqué entre mi maleta las prendas que traía conmigo y entre ellas encontré un blusón color blanco traslucido que me cubría hasta la mitad de mis muslos y que era de manga 3/4 con un cuello V perfecto para mostrar un poco de mi personalidad.

-Muy bien este me permitirá cocinar a gusto.- Tomé el blusón y lo pasé rápido sobre mi cuerpo, tomé unas media negras largas que me llegaban hasta por arriba de la rodilla para mantenerme cálida, los zapatos era algo de lo que no era muy allegada así que preferí estar descalza. Una vez lista, salí de la habitación y me dirigí a la cocina.

-Por cierto, si gustas puedes darte un baño y bueno podemos ir juntos al sauna que hay aquí..aunque ahora que lo pienso si tu produces calor...¿El sauna serviría de algo para ti? Pensaba preparar una bebida dulce a base de infusión arándano y canela con un toque de miel.- Comencé a sacar mis utensilios de cocina y a lavar todas las verduras para después proceder a quitarles la cáscara y cortarlas.

En mi mente resonaban las palabras de Alpha antes de entrar a la posada y el beso tierno que me dio en la mejilla, me resultaba de lo más dulce y quería volver a sentirlo de nuevo, tenía unos labios suaves y cálidos. Podía sentir como mi pecho se llenaba de un calor que nunca había sentido absolutamente por nadie, un escalofrío recorría mi cuerpo erizando la piel pero sobre todo un cosquilleo que me hacía retorcerme un poco entre los hombros y el cuello. Vaya sensación más extraña me hacía sentir Alpha. Sin querer comencé a darle forma de corazón a las patatas. Una vez peladas y cortadas las verduras las metí todas en una olla, en otra sartén empecé a marinar la carne con varias especias.

-Oh! Olvidé preguntarte si comes proteína animal...- dije en un tono despreocupado y es que quería prepararle un platillo de calidad.

Ella continúo su caminata mientras el pequeño pirata y la ave proseguían a seguirle adentro de la posada. Observo como ella entraba y lanzaba las cosas alrededor, la comida que compro a la mesa y al parecer sus pensamientos la habían absorbido, incluso se había olvidado de cerrar la puerta y ya esta comenzando a quitarse la ropa, fue aquí cuando el chiquillo pudo ver por completo todo su cuerpo, toda una maravilla, de pies a cabeza. No podía disimularlo, la devoraba con la mirada, pero aun así, su actitud nerviosa y poco preocupado le hacían sonreír.

-No… no te disculpes. –Dijo con tranquilidad, tapando un poco su sonrisa con la manga de su kimono. – Me ha encantado lo que he visto.

Y si, le encantaba todo ese hermoso cuerpo que poseía la mink, el ser humano es carnal después de todo, pero… Alpha no solamente se dejaba llevar por las apariencias, la esencia también forma parte importante de cualquier persona. Una vez dentro, el pelilargo pudo observar que era una casa acogedora, una habitación, un baño, una cocina y un comedor. Al cerrar la puerta, Suzaku procedió a sacudirse la nieve del cuerpo. El pequeño pirata solo se limitaba a mirar de aquí para allá, era bastante acogedor. Aunque pudo ver una puerta trasera en los instante que exploraba ¿Un patio trasero? Al parecer lo era, se podía ver lo que parecía ser una pequeña cabaña y algo parecido a unas aguas termales frente de ella. El chiquillo sonrió una vez más, era un lugar bastante cómodo y cálido después de todo.

Andy regreso al momento, con un hermoso blusón blanco. Le quedaba muy bien y, al verla Alpha no pudo evitar sonrojarse un poco. – Te queda muy bien. – Dijo y, momentos después ella le propuso tomar un baño mientras ella preparaba la comida. El con gusto acepto. Mientras estaba en la ducha aseándose, la súper ave se mantuvo cerca de ella para acompañarle. Momentos después el salió con un kimono ligero de color rosa, aunque este había dejado caer la parte superior del kimono para dejar su abdomen y torso descubierto.

- Espero no te moleste que me ponga cómodo. – Dijo mientras miraba lo que preparaba. – Luce bastante bien, y si, recuerda que puedo sentir todo lo demás siempre y cuando yo lo permita. Podemos ir al sauna o a las aguas termales. Donde te sientas más en confianza conmigo.

Mientras la observaba cocinar no le quitaba el ojo de encima. Era muy hábil en la cocina. Después de todo el disfrutaba de una buena comida, era una de las cosas que más le gustaba en el mundo.

- ¿Podemos acompañar la comida con un poco de sake por favor?

Suzaku estaba a mi lado curiosa de lo que preparaba, si bien no hablaba como tal con los animales si que podía entender sus sentimientos, el ave estaba curiosa por lo que preparaba. Sonreí mientras la observaba, era lindo tener compañia en la posada.

Terminé de preparar lo que estaba cocinando. En la olla tenía verduras cocidas en salsa de tomate condimentada con sal, pimienta, albahaca y orégano. Por otro lado verifiqué que ya estuviera en su punto el arroz que tenía en la vaporera y por último los trozos de carne de res con pechuga de pollo cortados en pequeños cubos condimentados con vino blanco, sal, pimienta y un toque de salsa de anguila.

Tomé dos platos y comencé a servir. Observé a Suzaku quien se veía con bastante apetito y tras dejar los platos servidos en la mesa, pasé a acariciarla.

-No te preocupes Suzaku también comerás, he traído algo de fruta conmigo y semillas si es que no puedes comer mi comida, ya le preguntaré a Alpha...- Suzaku tomó de mi ropa con su pico llevándonos en dirección a la olla que tenía la carne, con esto me dio a entender que efectivamente comía proteína animal a lo que tomé un tercer plato y le serví lo mismo que nosotros excepto por el pollo, ya que no creo que quisiera comerse a su primo.

- Listo, servida.- Llevé su plato a la mesa para que nos acompañara.

Una vez que Alpha terminó su baño pude observar mejor su cuerpo, el cual se dejaba ver bajo la ropa que traía puesta. Tenía un cuerpo delgado pero bien marcado, esto me hacía pensar que seguramente entrenaba bastante. Nuevamente volví a sentir escalofríos recorrer mi cuerpo, era una extraña sensación bastante placentera al final de cuentas.

Le sonreí al pequeño cuando escuché su petición del acompañamiento de los alimentos con el sake. Regresé a la cocina sacando de la alacena una gran botella con sake y dos recipientes pequeños en forma de gota de agua menor al tamaño de la palma de mi mano donde solían beber. Todo esto lo llevé a la mesa colocando cada cosa en su lugar para luego invitarlo a tomar asiento conmigo.

-Servido joven, y retomando la plática de hace rato, me parece buena idea ir a las aguas termales, me hace falta relajarme un poco después de estar viajando un año entero sin parar, por suerte Isla copo es el último lugar antes de regresar a la isla Drum. - Tomé asiento preguntándome cómo le diría al viejo Brook que me iría de aventura con Alpha a quien acababa de conocer y es que conociéndolo seguramente le daría alguna clase de ataque.

-Todo luce delicioso.-  "Al igual que tu" le fuera encantando decirle, pero Alpha consideraba que esas palabras sobraban, el esperaba que las miradas fueran mas que suficiente. De arriba para abajo no dejaba de mirarle, pero cuando sus ojos llegaban a ese tierno rostro, no podía evitar sonreír.

-Adoraría poder tomar un baño en las aguas termales contigo.- Comento el pequeño mientras se sentaba en el comedor. Era una mesa muy pequeña, de forma cuadrada, pero daba una sensación muy acogedora. - La verdad, yo he viajado durante unos... ¿Cuatro o seis meses? Ya no lo recuerdo. Cuando tienes tantas cosas que hacer el tiempo pasa sin que te des cuenta.

Alpha espero que la mink se sentara a su lado. Luego y con mucho cuidado, se propuso a servir sake para ambos y, como era de esperarse, ambos rozaron sus manos.

- La verdad es que he estado a punto de morir en todo mi viaje hasta ahora... Creo que una sola vez hasta ahora. He de admitir que al comenzar mi viaje era bastante inmaduro y creía que podía comerme al mundo, pero con el tiempo me di cuenta que tengo que ser fuerte no solo de cuerpo, también debo ser fuerte de mente.

Lentamente el pelilargo le dio un trago profundo al licor, tratando de ahogar uno que otro recuerdo amargo. Lo que ya estaba hecho ya no podía cambiarse, así que simplemente Alpha decidió pasar de todo eso y disfrutar de la comida. Dio un primer bocado y como él lo esperaba estaba delicioso.

- Definitivamente comer es la mejor sensación del mundo. Te agradezco por esta increíble cena Andy.

No podía dejar de sentirme observada y esto me ponía un poco nerviosa, me comenzaban a sudar las manos. Alpha había decidido que tomaría un baño conmigo por lo que mi mente empezó a buscar lo que necesitaríamos para las aguas termales.

Tomé asiento a lado de él, quien a su vez procedería a servir sake. Mientras el servía contemplé la acción de sus manos hasta que rozó con mi mano. Instintivamente retiré la mano por la vergüenza y me disculpé. Tomé con mi mano derecha mi cuchara y empecé a comer.

Escuchaba atenta sus palabras, podía sentir en el una mezcla de sentimientos entre tristeza y quizá un poco de impotencia aunque también podría tratarse de un sentimiento más fuerte, profundo. Los recuerdos de igual manera me invadían, sobre todo aquellos en los que veía mi hogar ser quemado, ese sentimiento de sólo ser una niña y no poder hacer nada para salvarlos. Podía sentir como un cosquilleo recorría mis brazos hasta llegar a mis manos, unos pequeños chipazos salían de mis dedos de la mano izquierda. Esto llamó de inmediato mi atención pues era la primera vez que veía que mi cuerpo producía algo parecido a electricidad, lo extraño es que no me lastimaba, alcé mi mano para observar de cerca la reacción que generaba mi cuerpo.

-(Por qué tengo esto en mis dedos?)- pensé bastante sorprendida mientras continuaba comiendo.

Bajé la mano cuando desapareció de mi vista lo que sea que se encontraba entre mis dedos. Miré a Alpha un poco extrañada, traté de ignorar lo que había pasado hasta este momento. Simplemente sonreí al saber que le agradaba mi comida.

-No agradezcas, es un placer para mi prepararte la cena con mucho amor.- tomé el recipiente con el sake y le di un ligero trago para degustar la bebida, no solía beber licor ya que este me causaba ciertas reacciones a mi cuerpo, pero creo que por esta ocasión estaría bien tomar. Me sentìa segura con Alpha. Di otro gran sorbo para finalizar la bebida y servirme un poco más. Mis mejillas se comenzaban a tornar un poco más rosadas a efecto del alcohol en mi cuerpo, mi temperatura corporal de igual manera subía, cerré mis ojos por un momento, respiré hondo y solté un gran suspiro. Coloqué mi mano derecha sobre mi mentón para recargarla.

- Que buen licor de arroz. Tenía mucho sin probar uno. Ñam ñam ñam- Estaba muy relajada, me incliné un poco hacia Alpha para recargar mi cabeza sobre la suya. - Sabes Alpha... Me pareces un chico tan lindo, y por alguna extraña razón haces que sienta mi cuerpo tan caliente, hmm se siente cálido, tu aroma es tan delicioso y relajante. Tengo tan poco de conocerte pero puedo sentir una gran conexión contigo...- mi cabeza se movía inconscientemente sobre la suya como si se tratase de un gato restregandose sobre su dueño.

-Andy ¿Estas bien? – Alpha observaba la manera en que su acompañante reaccionaba después de tomar un poco del licor, y en definitiva la mink no era buena con la bebida, ya que un solo trago fue suficiente para ponerla ya lo suficientemente mareada. En una situación como esta, cualquier hombre trataría de abusar de la pequeña, pero obviamente el pirata no sería como cualquiera de ellos. La dejaría ser, sonriendo ante sus halagos y dejando que ella fuera todo lo confianzuda que quisiera. El chiquillo simplemente cerro sus ojos, disfrutando de todo aquello.

-Entiendo perfectamente cómo te sientes pequeña, y no pasa nada. En este mundo nada es imposible, eres libre de sentirte como quieras, eres libre de hacer lo que quieras. Serás libre, y me asegurare de respaldar esa libertad.


Y eran ciertas sus palabras, tarde o tempranos ella tendría que llevar la marca de aquel clan en su cuerpo, símbolo de que ella forma parte de los Warsong. Todo aquel que quiera formar parte de su familia debía llevarlo. Pronto el mundo conocería la insignia de aquellos que pondrán el mar de cabeza.

-¿No sientes que pueda abusar de ti Andy?... eres tan hermosa… tan suave… quisiera abrazarte con tanta fuerza… pero… ¿No es muy pronto? – Se le notaba dudoso, un poco nervioso incluso. Alpha no quería que ella pensara mal, definitivamente disfrutaba de su compañía. Tacto. Su afecto. Pero, el chiquillo es un caballero después de todo.