[Misión épica-Paraíso] Una singularidad

Contratante:Líder mercenario Spolyar

Descripción: Gorovich ha muerto, pero eso no significa que la vida termine con él, salvo para él. Nosotros, los que seguimos aquí, necesitamos encontrar a alguien que supla su hueco como masa de músculos descerebrada, aunque si puede tener cerebro también sería de agradecer. Para ello, en circunstancias normales organizaríamos un torneo, pero tenemos entendido que en esta época a nadie le gustan esas cosas, así que simplemente hemos oído hablar de un tipo. Se llama Black Hole, y lo apodan “Mordisco”. No se sabe mucho más de él, solo que es extraordinariamente poderoso y que busca un gremio de cazarrecompensas al que unirse. Ah, y que es violento. Mucho.

Objetivos: Convencer a Black Hole de unirse a la hermandad de la Estrella Oscura.

Premios: Una hoja negra, un objeto de calidad legendaria construido de un material desconocido.

Oh no, sus acciones tenían consecuencias. Viendo el nombre de Spolyar en el cartel, y relacionándolo con Gorovich, quizás era el mercenario que había matado. Recordó haberlo matado de un solo corte en medio de la nieve, hasta había quedado épico de alguna forma. Total, que Dark se encontraba otra vez más en una isla del paraíso Parecía estar en algún lugar remoto, así que tenía que ir buscando por cada lado posible. Al fin y al cabo, se sentía ligeramente mal por haber hecho perder uno de los mercenarios de la hermandad esa rara. El nombre del tipo era Black Hole, y esperaba por dios que tuviese más cerebro que Gorovich. Se vio obligado a matarlo, ya que le avisó de que lo haría si intentaba atacarle otra vez. Y sentía el brazo ligeramente entumecido. No tenía un dolor real, pero lo había forzado mucho en la anterior misión. Tenía que tener más cuidado por si tenía que llegar a pelear, pero, era una persona bastante carismática y embaucadora. El problema es que Spolyar ya comentaba que tenía bastante mala leche el sujeto, pero la ira era una de sus especialidades como psicólogo. A lo mejor, hasta salía con sus problemas de autocontrol resueltos.

—¿Eres Black Hole? —Preguntó a un tío que concordaba bastante con la descripción.

—Ñññññññ raagggggg ññññññ. —Le contestó poniéndose rojo.

—Joder, mira que conozco idiomas, pero el tuyo como que no, ¿eh? —Exclamó con un tono ligeramente sarcástico.

Esto iba a ser complicado. Sin cómo ni por qué, la zona en la que estaba tenía como siete tíos iguales. Cerró el puño con fuerza y empezó a andar entre todos, preguntando sobre quién era Black Hole. La gracia es que volvía a ir con Ivan, pero se notaba a Dark algo tenso. Su relación no era la misma desde que le pegó golpes a Leviatan yendo a Casino Island.

—¡Bla bla... ck hole!

Giró su cabeza rápidamente y vio a otro semigigante cayendo de un pequeño risco hacia el cuello de un oponente, partiéndoselo en el proceso. Le había clavado el codo en el cuello, hasta el punto de hundírselo en la tierra. Dark se quedó medio boquiabierto, y se preocupó un poco. Después se acercó intentando ser lo menos amenazante posible, pero aquello parecía algo imposible. Rápidamente el hombre corpulento, de ojos azules y rubio natural lo miró. Sus rasgos faciales eran bastante alargados, con un mentón prominente. Y tenía un bigote en forma de mostacho. También rubio. Seguramente otra persona haría alguna referencia extraña sobre su aspecto, pero Dark no lo relacionaba a nada histórico.

—Wer du bist? —Le preguntó Black Hole a Dark.

Oh no, parecía que no sabía otra cosa que fuese Hallstiano. Por suerte Dark lo sabía también, quizás con un acento un poco desfasado. Lo entendía perfectamente y sabía cómo responder. No tenía demasiado sentido, pero quizás sería algo previo a que perdiese la memoria. De forma extraña, no se podía olvidar cómo hablar un idioma. O escribirlo. Y ahora que lo había escuchado por segunda vez —la primera viniendo del mismo Ivan— arqueó una ceja y procedió a contestarle con naturalidad.

—Ich bin Dark und ich bin hier, um Sie von Solyar einzustellen. —Le contestó, aclarándole su nombre y que venía a contratarle de parte de Solyar.

El rubio ario pareció fruncir el ceño y cabrearse al escuchar el nombre de Solyar.

—Solyar ist ein Hurensohn, sieh ihn nicht an. —Le explicó a Dark, aclarándole de que no se fiase de él.

"Dios santo, esto va a ir para largo. MUY para largo." pensó mientras se llevaba la mano a la cara.

¿Dónde había aprendido Dark a hablar hallstatiano? Lo hablaba con un perfecto acento nativo, pero su construcción gramatical de las frases era terrible. Supuso que intentaba decirle que había ido a contratarle de parte de Spolyar, y aunque se entendía la intención de su frase... literalmente había dicho "estoy aquí para ti de Spolyar contratar". No es que él fuese un experto en hallstatiano (no era su idioma natal, lo había aprendido al mudarse de Lvneel), pero parecía raro de narices que alguien que lo pronunciara con tanta soltura pudiese hablarlo tan mal. Su compañero era una persona extraña. Era muy parecido al antiguo Señor de la Caza Dark E. Satou, compartía su nombre y hasta tenía sus característicos brazo y pierna de dragón. Sin embargo era demasiado joven para ser él y sin duda demasiado inmaduro. ¿De dónde había salido aquel hombre?

- Warum vertraust du Spolyar nicht? - le preguntó por qué no se fiaba del líder mercenario y si le había hecho mal - Hat er dich geschadet?

Tras acercar a Dark a Casino Island para que resolviera allí unos asuntos con Katharina, habían sido contratados en esta ocasión por el bueno de Spolyar. Este quería suplir la baja en sus filas contratando a una masa de músculos capaz de suplir al semigigante. Tenía un nombre en concreto, Black Hole, un hombre bestial y violento que estaba en ese momento viviendo en una pequeña isla de Paraíso. No sabía cómo se llamaba la isla y realmente dudaba que tuviera nombre. Salvo por Black Hole, un puñado de seguidores y los pocos idiotas que iban a la isla a retarlo... nadie iba al lugar.

- Suficiente - dijo Black Hole con un marcado acento - Entre uno que no sabe hablar y el otro que no sabe pronunciar he perdido las ganas de usar mi lengua natal. ¿Qué coño quiere Spolyar de mí?

- Le ha llegado noticias de que llevas un tiempo buscando un gremio de cazadores al que unirte. Has intentado formar uno propio, pero al parecer tus compañeros tienden a durarte... - miró al cadáver tras él - muy poco.

- Panda de ratas débiles, todos ellos - masculló el hombre.

Por unos viejos contactos de sus tiempos de cazarrecompensas, había obtenido algo de información sobre Spolyar. Era un hombre peligroso y violento, un mercenario de reputación negra. Los que trabajaban con él solían acabar muertos por su impetuosidad, eran destrozados en uno de sus arranques de ira o acababan decidiendo irse por su cuenta para vivir un poco más. En realidad los que hacían esto último tendían también a tener vidas extremadamente cortas.

- Entonces, ¿cuál es tu problema con Spolyar?

- Envió un debilucho a contactarme. No me sirvió ni para calentar. Además, no me fío de los tipos delgaduchos y siniestros como él... o como tú. Un guerrero debería ser grande y fuerte.

- Entonces el problema es la fuerza, ¿no? Tengo el candidato correcto para demostrarte que Spolyar merece la pena.

Y entonces le dio un empujón a Dark hacia el mercenario. El imbécil de su compañero se las había apañado para golpear a Leviatán contra unas rocas... mientras navegaban por aguas perfectamente en calma, despejadas y sin apenas obstáculos. Su nivel de incompetencia al timón rozaba la genialidad. Hacía falta talento para ser capaz de hacerlo tan mal y encontrar el único obstáculo en kilómetros. Así que ahora pagaría lo que le había hecho a su niño bonito siendo el saco de boxeo de Black Hole... al menos por un rato. Si veía las cosas feas, se metería él.

Tras la palmada de Ivan, Dark se abalanzó hacia delante perdiendo ligeramente el equilibrio. Cuando levantó la cabeza para mirar refunfuñando a su compañero, su mantra le advirtió algo malo. No podía mirar mal a Ivan, ya que tenía un puño volando hacia su cara. ¿Es que no iba a hacer alguna formalidad? Malditos bárbaros. Se agachó esquivándolo con soltura y, conforme cedía la presión de sus rodillas, apretó fuerte sus piernas para levantarse. Estaba cerrando el puño, dedo a dedo, mientras se ponía de pie para reventarle la mandíbula con un gancho. Muy a su pesar, en vez de intentarlo esquivar, el bárbaro aguantó su postura y colocó el mentón a propósito para dejarse pegar. Conforme los nudillos del brazo dracónico impactaban contra el mentón del hombre, empezó a gesticular una mueca de dolor horrible mientras giraba la cabeza a cámara lenta y miraba a Ivan. Su oponente había endurecido la barbilla casi al instante, así que, acompañado con una buena postura y un par de cojones logró bloquearlo de esa forma. Dark pegó varios pasos hacia atrás mientras agitaba su mano violentamente.

—Ivan, dios, ¡¡¡este tío está duro de cojones!!! —Gritó mientras retrocedía lentamente.

Su oponente rio a carcajada limpia y empezó a juntar sus manos, crujiéndose todos los dedos.

—Te voy a enseñarrr lo que pasa cuando chapurrreas mi idioma —Le contestó el Hallstiano, con un gran acento.

—¡Pero mírate como arrastras las erres! —Volvió a gritar mientras se le marcaba una vena en la cabeza—. ¡¿Quieres jugar con busoshoku?! ¡¡¡Juguemos con busoshoku!!! Arsch mit Ohren!!! —Le acabó insultando.

Empezó a acumular espíritu en su brazo, recubriéndolo entero por debajo de busoshoku. Le iba a pegar tal hostia, que lo iba a dejar K.O. O vamos, esa era su intención. El hombre pareció hacer lo mismo, recubriendo todo su brazo con haki. Parecía coger carrerilla a la vez que Dark, el cual intentaba adivinar con kenboshoku dónde iba a lanzarle el puñetazo. Quería chocar su puño contra el suyo, para que notase el bárbaro lo que se sentía. No le importaba cargarse el suelo o que el cielo se partiese. Iba a hacerlo ahí y ahora. Ivan, aunque pareciese más que un castigo, lo habría lanzado ahí para demostrarle algo. E iba a demostrarle que podía ganar al hombre en un uno contra uno.

—Prreparrate. Gorrovich erra débil. Yo soy más fuerrte.

Dark apuntó con su brazo hacia donde iba a lanzar el impacto Black Hole, y chocó su puño contra el suyo. Los dos brazos rechinaban, soltando chispas de colores negros. Incluso el mismo cielo pareció perturbarse, despejándose las pequeñas nubes que tenían encima de ellos. El peliblanco frunció el ceño y liberó todo el haoshoku posible mientras estaban chocando, lanzándolo violentamente contra atrás a la par que su contrincante. Tras caer, se levantó ágilmente de un salto y se quitó una lágrima de la cara.

—No me ayudes, Ivan. Ahora esto es personal. —Exclamó con un tono serio. Aunque sabía que no iba a hacerlo a no ser que estuviese en un apuro mayor.

Se alejó unos pasos silbando distraído mientras el gigantón y Dark se pegaban leches. Primero metió la mano en el interior de los bolsillos de su chaqueta, y entonces comenzó a sacar una enorme tumbona. Algunos de los otros culturistas que estaban por ahí le miraron confundidos rascándose la cabeza. Justo hacia el final, las patas se engancharon en la salida del bolsillo, pero logró sacarla del todo. La puso suavemente en la arena y sacó a continuación varios cojines, una botella de ron, un refresco de cola y un vaso. Se tumbó, se puso unas gafas de sol y comenzó a hacerse el combinado en el vaso.

- ¿Culo con orejas? ¿Eso es insultar? Sabes hacerlo mejor, Darksy.

Miró el vaso con tristeza, lamentando no tener hielo para enfriar un poco la bebida. Se encogió de brazos, le puso una pajita y empezó a beber con calma. De fondo los dos salvajes se metían unas buenas toñas, levantando arena con cada impacto. El pirata frunció el ceño y sacó una revista de su bolsillo, esgrimiéndola con la mano izquierda como arma-abanico para evitar que ningún grano de arena cayera en su bebida. ¿Es que no sabían pelear con algo más de sutileza?

- Más cuidado, panda de brutos. Hay gente intentando beber por aquí.

Algo enfadado, siguió disfrutando de su ron con cola. Perdía la gracia sin hielo, pero cuando había sed, había sed. Echó un vistazo a la revista, el Maki Today. Al parecer había una crisis en la bolsa del Nuevo Mundo. Defective Comics había intentado hacer una película animada de los Alvengers con un presupuesto desorbitado que había resultado ser un completo desastre.

- Deberían limitarse a los cómics, que es lo que saben hacer. Que le dejen las animaciones a Parvel - masculló el vampiro con la pajita entre los dientes.

Ese tío era fuerte de cojones. De hecho, daba miedo enfrentarse contra él. Cada golpe que intercambiaban parecían dos trenes chocándose. La misma hierba se elevaba y el suelo se quebraba cada vez que intercambiaban un golpe. Se separaron por un momento y Dark miró hacia Ivan, esperando que estuviese mirando ese puto combate épico. De hecho, lo hizo cuando le comentó de que podía insultar mejor y le llamaba como Drake hacía. "Mira que es cuco el nombre, pero ya me jodía que lo dijese una persona... ¡¿Ahora dos?!" pensó mientras gruñía por lo bajo. Aunque podía mirarle el lado bueno: era un apelativo cariñoso, así que seguramente Ivan ya le había perdonado por lo de Leviatán. Después observó cómo se ponía a leer una revista en una tumbona. ¿De dónde coño había sacado eso?

Pero lo mejor era que tomase su consejo y empezase a insultar mejor. Se preparó y elevó los brazos, poniendo un tono violento. Cada vez que hablaba Hallstiano parecía alguien enfadado, y la verdad es que ahora mismo lo estaba a medias.

—Sauschädel! —Gritó mientras se deslizaba por el suelo para pasar por debajo de sus piernas—. G´schichtldrucker!!!! —Insultó mientras le soltaba una patada a la espalda—. Fickfehler!!

Eso último pareció cabrearle, girándose y agarrando al peliblanco para hacerle una presa. Empezó a apretar el torso de este con tal fuerza que varias cosas crujieron, pero no hasta el punto de parecer que le estaba partiendo los huesos. Dark empezó a gritar de dolor mientras se intentaba liberar, pero agarró aire y dirigió la boca para morderle el bícep a Black Hole. El grandullón lo soltó y el pirata aprovechó para rodar cuando cayó, costándole algo levantarse. Estaba resoplando y tocándose el torso por todos los lados comprobando de que ninguna de sus costillas estuviese rota. Si Dark no hubiese sido una persona resistente, seguramente habría acabado espachurrado entre los brazos de su contrincante.

—Tú serr sucio contrrincante —exclamó Black Hole mientras volvía a elevar sus brazos en posición de defensa—. Morrderr es de sucios.

¿Qué cojones? Le sacaba literalmente varias cabezas de alto y personas de ancho. Tenía que hacer todo lo posible para ganar.

—Venga, Hackfresse, ¿qué esperas? —Dijo mientras posaba con los brazos detrás de la cabeza. Su propio espíritu empezaba a formar kanjis de amenazante alrededor de él.

—Que fabuloso... Perro no me ganarrás a posar —le respondió a la vez mientras hacía una pose parecida a la de Dark.

"Oh no, sabe posar casi tan bien como yo. Esto me puede traer problemas." pensó, pero algo interrumpió su monólogo interno. Miró hacia su lado derecho y vio que los seguidores de Black Hole habían formado una base de mesa con rocas y estaban sentados, con varias pancartas con números. Habían tres, señalando los números de 8 - 7 - 9. ¡¿Tan alta era la puntuación?!

Espera, no, ese no era el problema. ¡¿Por qué coño les estaban puntuando?!

—No me pienso rendir, Black Hole —dijo mientras relajaba su postura y empezaba a girar sobre su eje, acabando en una pose fantástica—. ¡¿Qué te parece esto?!

El jurado sacó dos dieces y un nueve. Los ojos de Black Hole empezaron a soltar lágrimas, mirando asombrado la calidad de la pose de Dark. Era algo perfectamente sincronizado, sin ningún fallo en la postura. El peliblanco era un hombre con una postura firme, y no podía provocar más que fascinación absoluta por los presentes. No sabía si Ivan se sentiría así, ya que estaba muy ocupado leyendo una puta revista.

—Me rrindo, forrasterro. Perro no puedo ayudarros. Yo tengo un prroblema grrave en la isla y hasta que no lo acabe, no puedo irrme. —Explicó secándose las lágrimas de la cara.

Dark se acercó y aprovechó el momento en el que Ivan no mirase para robarle el baso de ron con cola y bebérselo de un trago. Después, independientemente de si lo hubiese hecho o no, miró a Black Hole y se cruzó de brazos, esperando que continuase. "No sabía yo que algún día ganaría un concurso de poses, pero supongo que tanto entrenamiento al espejo ha servido de algo" pensó mientras se limitaba a escuchar, sacándose un cigarro del bolsillo y encendiéndoselo con cuidado de no quemar a Ivan. A ese hombre no le gustaba el fuego para nada.

Mientras los dos tipos mantenían una competición de poses, el vampiro suspiró y siguió bebiendo su ron con cola. Había un artículo en la revista sobre el Torneo del Milenio. Tuvo un escalofrío, la cerró y lanzó el papel hacia un lado. Menudo desastre. Tras todo el torneo clasificado para las semifinales, lo echaban en la última ronda porque no había logrado derrotar a Lysbeth. Al menos tampoco había perdido. Le habría resultado un poco humillante ser vencido por una persona a la que había contratado. Es decir, habría sido como decir que la contrataba porque no era lo bastante fuerte y necesitaba a gente mejor que él. Pero aún así, sexto puesto. ¡Era desquiciante! Se había peleado de igual a igual con gente como Zane o Katharina. Aunque por otro lado... su capitana había quedado incluso por debajo de él. Y tanto Arthur como Lysbeth le habían demostrado merecerse los puestos en que habían quedado.

- En fin...

Acabó su ron de un trago y se levantó. Era hora de enseñar a esos novatos cómo se hacían las cosas. Dejó caer su chaqueta hacia atrás, dejando su torso desnudo al aire. Se quitó las gafas de sol y se acercó a ellos, con una mirada cargada de determinación. Entonces, con un movimiento que rebosaba poder y carisma, posó mientras de fondo comenzaba a escucharse una música totalmente épica. Usando su polimorfia hizo que sus músculos se marcaran e hincharan, e hizo crecer un poco su pelo para que se agitase al viento. En el momento en que hizo la pose, dejó liberar una ínfima parte de su haki del rey, levantando una pequeña tormenta de arena de la playa y haciendo tambalearse a los presentes con una pequeña onda.

jojopose:

Tras quedarse deslumbrados durante unos segundos, todos los culturistas comenzaron a aplaudir con lágrimas en los ojos, y los tres jueces levantaron sus carteles, llorando a lágrima tendida. Tres dieces. Ivan sonrió para sí mismo y asintió con la cabeza. Por mucho que los jueces de ese torneo estuvieran ciegos, seguía siendo el puto amo.

- Y bueno, ¿qué tenemos que hacer para que puedas largarte de aquí?

Por fin Ivan no eclipsaba uno de sus concursos de poses. Había aprovechado que estaba más atento a la revista que a otra cosa para formar todo aquel espectáculo. Pero su brazo se iluminó, advirtiéndole de algo terrible. De hecho, hasta su propio mantra se distorsionó por un momento. ¿Qué o quién osaba interrumpir su concentración? Claro, era lógica la respuesta. El puto vampiro. Cuando pudo darse cuenta todos estaban sacando dieces, con la boca abierta lo más posible. Se cruzó de brazos y después los dejó caer en el aire, abriendo la boca como los otros. Había realizado una de las poses legendarias, que según sus estudios de historiador, nueve de cada diez personas morían al intentar realizarlas.

—¡¿La pose del pilar?! —Gritó con lágrimas en los ojos.

No, ¡joder! Era la tercera vez que perdía ante una pose de Ivan. Su posición, su musculatura... ¿No tenía ningún fallo? Mierda, tendría que haber hecho la doble invertida con una ilusión. Se cayó de rodillas y golpeó al suelo con fuerza, quebrándolo totalmente. Encima sentía algún tipo de parálisis leve, o algo muy extraño recorrer todo su cuerpo. ¿Es que su haoshoku era más fuerte que en Dark Dome?

—Nee, te guardo esta —dijo mirándole de reojo mientras se secaba las lágrimas—. En fin, Black Hole, ¿qué necesitas?

El hombre se reincorporó y procedió a hablar, también algo impactado por el haoshoku de Ivan.

—Nosotrros estamos en peligrro, un mal se cierrne —explicó ayudándose de las manos para señalar una cueva—. Bestia legendarria rrobar comida. Toda la de la isla, y llevarr ahí. Nosotrros estarr hambrrientos.

Dark se llevó la mano a la nuca y le dirigió una mirada a Ivan.

—Nee, supongo que nos toca resolver esto si queremos ayudar a Spolyar —le dijo mientras se rascaba el cuello y volvía a mirar al grandullón—. Vale, Black Hole. Iremos y mataremos a la bestia o veremos qué es lo que se come vuestra comida.

Y dicho eso, empezó a andar intentando no sacar el tema de las poses. No quería que se le subiera aquello a la cabeza del vampiro, porque sería fatídico contra su relación. Ya tenían una amistad bastante extraña, pero la valoraba. De hecho, de tal forma, que le explicó una idea mientras andaban.

—Tengo pensado en unos meses invertir para abrir una cadena de restaurantes, ¿te parece bien ser socio? Estoy seguro de que podemos sacar unos buenos chanchullos de ahí —le comentó mientras seguía su paso. La cueva estaba cerca, así que podrían entrar tras su respuesta.

- ¿Restaurantes? - se encogió de hombros - Por qué no, suena bien. Podemos abrir alguno en Dark Dome una vez arregle unos asuntillos allá.

Cuantos más negocios, más dinero tendría. E iba a necesitarlo, pues en cuanto terminase de estabilizar la situación en su isla iba a necesitar mucho dinero. Pero en fin, mejor no adelantar acontecimientos. Dio un suspiro y empezó a poner sus armas a punto. Se aseguró de tener las dagas a mano, los diales en los bolsillos de la chaqueta y se colocó a Vanator a la espalda. Entonces sacó las pistolas, pero antes de cargarlas miró a Black Hole.

- ¿De qué clase de bestia hablamos? ¿Alguna debilidad?

- Es un ser horrendo del que nunca hablamos, con muchas patas, alas, cola venenosa y un pico afilado como la mejor espada. Nunca hemos llegado a verle más que de lejos, siempre acabamos teniendo que huir de sus hijos.

- Hmm... ¿y si lo matamos te unirás a la Estrella Oscura? ¿Por qué? ¿No es el problema la comida? Si os vais, dejará de serlo.

- Bueno... a decir verdad es una cuestión de orgullo y honor. Juré no abandonar esta isla mientras ese monstruo siguiera en pie.

Sonaba estúpido, la verdad. Especialmente porque si simplemente encargaba la tarea a otros sería lo mismo que abandonar la isla sin matarlo. Pero en fin, cada cual con sus fetiches y manías raras. Nunca decía que no a una caza. Cargó balas rápidas en una pistola y tóxicas en la otra y se ajustó ambas al cinturón, y le hizo un gesto a Dark.

- Vamos a por esos animalejos.

- Debéis ir hacia el centro de la isla. Están en un cráter.

Se despidió de Black Hole y los culturistas con la mano y se dirigió en la dirección que había señalado el semigigante. El terreno era rocoso e iba elevándose ligeramente. Había algunos arbustos y flores silvestres por el camino, y algunos árboles de tronco ancho y poco elevados. Al cabo de un rato comenzó a escuchar un fuerte zumbido muy grave.

- Atento, oigo algo.

—Sí, yo también lo he oído. Suena como una clase de zumbid... —Observó sorprendido a las criaturas que salían de la cueva—. A-arañas halcón escorpión avispa gi-gigantes...

Se llevó las manos a la cabeza y desenvainó a Extorquendo Mundi bastante nervioso. ¿Por qué cojones podía existir una especie de ese calibre? El nombre resumía la forma que tenían de forma perfecta. Tenían patas de araña; ojos y antenas de avispa; alas de halcón y una cola de escorpión. Y encima tenían una envergadura de  como un metro y medio cada una. A parte de parecer una colmena, ya que venían como quince disparadas hacia los dos peliblancos.

—I-Ivan —exclamó mientras desenfundaba a Fiamma Scarpone con la segunda mano— no sé qué pasará si nos pica una de esas...

Cortó a una por la mitad, saliendo un sonido crujiente y soltando un líquido viscoso verde. Se llevó la mano a la boca, intentando no vomitar. Después la separó, disparando su pistola y apretando el botón para que la bala se encendiese en llamas, espantándolas brevemente. Dio varios pasos para atrás y se agachó, activando el mantra y escondiéndose debajo de la gabardina de su compañero. Estaba entrando en una especie de shock, quizás algo exagerado. Dark había visto muchas cosas ya, y casi ninguna le habían provocado un horror de aquel calibre. Empezó a temblar y a pensar, intentando idear algún plan. Si habían salido quince, y en manada, significaba que dentro de aquella cueva habría un avispero de proporciones épicas.

—Vale... P-puedo quemar el nido si me acerco lo suficiente con Fiamma Scarpone... —Acabó diciendo mientras seguía escondido debajo de la chaqueta de Ivan.

Ugh, bichos. No le gustaban los insectos gigantes. La carne no sabía bien, su sangre no le servía para alimentarse (ni siquiera era roja en la mayor parte de especies) y solían tener rasgos extremadamente molestos como vivir en grupos exageradamente grandes, escupir ácido o cosas así. Sin embargo no venían mal para desestresarse un poco y entrar en calor. Con una sonrisa desenvainó a Vanator con la mano derecha y la desert eagle con munición rápida en la otra.

- Hora de rev... ¿Dark?

Tras reventar a uno de los bichos, el espadachín había balbuceado algunas palabras y se había metido bajo su gabardina. Ivan arqueó mucho una ceja, sin tener claro si reírse, darle una patada o suspirar. Acabó resolviendo por darle un par de golpes suaves con el cañón de la pistola para hacerle reaccionar.

- ¿En serio le tienes miedo a esos bichitos? Si son blanditos - se pausó y añadió un poco tenso - No hace falta prenderle fuego a nada. Me basto y me sobro para matar a unos avispones con ínfulas.

Pegó varios tiros con la pistola, derribando a dos e hiriendo a un tercero. Tras eso los bichos empezaron a revolotear y tantearles, rodeándoles. Parecían agresivos, pero no dispuestos a lanzarse a lo loco tras ver morir a tres de sus hermanos tan fácilmente. Ivan se encogió de hombros, clavó la espada en el suelo y sacó su enciclopedia electrónica. Apuntó con la cámara a uno y espero a que comenzase a salir la información en pantalla.

- ¿Ves? No son para tanto. "Las arañas halcón escorpión avispa gigantes son un cruce entre aves e insectos fruto de experimentos de la Edad Oscura" - leyó - "Con su aguijón inoculan un veneno neurotóxico capaz de matar a un hombre adulto en minutos si no recibe antídoto. Son agresivas, territoriales y carnívoras, y viven en colmenas que pueden llegar a tener cientos de individuos. La reina es una criatura tan feroz que ha sido comparada con los reyes marinos." ¡Eh! ¡Está en la lista de las quince piezas de caza más raras y letales del Paraíso! Si tras matar a la reina le saco una foto de prueba con la enciclopedia, podré empezar con mi caza. Si encuentro y cazo a las quince, hay premio - dijo, feliz.

¿Qué cojones era aquella enciclopedia? ¿Hasta hacía fotos? Dark se llevó la mano a la boca, tras reaccionar gracias a los golpecitos de Ivan. Se levantó con los brazos en alto y un cabreo de la hostia. ¡No había que perder el tiempo con una enciclopedia! ¡Había que matarlos! ¡¡¡El veneno era mortal!!!

—¡¿Pero cómo puedes estar contento con eso?! —Exclamó con un tono mezclado entre terror y enfado.

Entonces se dio cuenta de algo. De hecho, cuando lo hizo, se llevó la mano a la boca. ¿Es que Ivan era gilipollas? Esa clase de gilipolleces se parecían mucho a las suyas. Frunció el ceño y dio la vuelta por delante de él, agarrándole de la barbilla y mirando sus rasgos faciales. Sacó un espejo y se miró a él después.

—Oh dios mío, nos parecemos un huevo —exclamó comparándose con él, mirándolo y alternando en un espejo—. ¿Tú no tendrás por ahí a algún familiar que tenga unos veinte años, no?

Tras decir eso chilló de miedo cuando predijo con el mantra que iba a atacarle otro de esos bichos. Se giró asustado y soltó un tajo que le hizo caerse al suelo de bruces. Pero por lo menos lo partió, volviendo a escuchar aquel sonido horrible. Enterró la boca en el suelo para no intentar vomitar y después se levantó algo mareado, llevándose las manos al estómago. Ahí empezó a coger carrerilla. ¡Dark estaba huyendo!

—Si el premio es sólo para ti, ¡no merece la pena el riesgo! —Exclamó mientras huía tapándose la cabeza con su gabardina.

Pero antes de que pudiese dar varios pasos, el mismo Black Hole se puso delante de él. Con una mirada de decepción intensa, claro.

—Nosotrros quitarr miedo enfrrentándonos a él —le dijo al peliblanco mientras lo agarraba del torso y lo lanzaba contra el enjambre de bichos.

—¡Ivan! ¡¡¡Ivaaaaaaan!!! —Gritó mientras volaba.

En el mismo aire, empezó a girar mientras sacaba a Haruno Rö y se la colocaba en la mano izquierda. Aquello provocó que, entre las dos armas y el mismo movimiento, cayese una lluvia de cortes sobre el grupo de arañas halcón escorpión avispa gigantes. Cinco cayeron despedazadas al suelo, cayendo Dark en el medio de todas. Se levantó tirando una potente onda de haoshoku que las alejaron de él y empezó a correr otra vez en dirección hacia su compañero, mientras iba coordinando su torso para evitar las picaduras.

Lo que hizo Dark era algo que nunca se hubiera esperado. Ni siquiera el hecho de que empezase a reprocharle su comportamiento con voz aterrada hizo que lo sospechara. Era, sencillamente, algo que nunca había esperado de él. Huyó, y al hacerlo los insectos empezaron a atacar. Su joven compañero atacó a uno torpemente, pero dos más se dirigían a su espalda. Frunciendo el ceño y planteándose pegarle un tiro al otro por cobarde, reventó a disparos a las dos arañas halcón. Sin embargo el resto del enjambre se abalanzó furiosamente sobre él, dispuestos a dejarle hecho un colador. Apretó los dientes, enfadado.

- Deteneos.

Aunque no podían entenderle, sus palabras fueron acompañadas de la voluntad de su Voz. Los insectos se detuvieron y se alejaron un poco, revoloteando confusos e intimidados. Más aún de ellos comenzaron a salir de la caverna hacia ellos. Aquella gruta debía estar conectada con el cráter donde estaba el avispero. No era buena idea ir por ella, era un sitio demasiado estrecho donde podrían salir de todos los recovecos. Sería meterse en la boca del lobo. Por ahora tenía que eliminar a...

- ¡Ivan! ¡¡¡Ivaaaaaaan!!!

- ¿Qué pasa ahora, niño?

Estaba algo molesto con la actitud cobarde que le había salido de repente a Dark... hasta que lo vio volando hacia él en un movimiento que no parecía demasiado voluntario. Apareció de la nada en medio de un estallido de haoshoku que empujó a los animales, y después hizo trizas a una buena cantidad de ellos. Ivan aprovechó para acelerar y moverse entre las criaturas cortándolas en pedazos con Vanator, mientras pasaba a su forma completa para aumentar su poder y velocidad. Entre ambos despejaron parte del enjambre, dispersando a los bichos.

- ¡Ahora, hacia el cráter! - dijo antes de salir corriendo monte arriba, evitando la cueva.

—¡No me parece una buena idea! ¡Odio esta situación! —Gritó entre carcajadas nerviosas.

Los dos corrieron bastante veloces hasta que llegaron al dichoso cráter. Ahí parecían hospedar más grupos de bichos, los cuales parecían estar en ruta hasta uno mucho más grande. Era increíble la escena: tras subir una pendiente ligeramente inclinada, había un agujero de no demasiada profundidad. Quizás, a ojo sumo, sería de unos ochenta metros de ancho, pero había algo que destacaba por encima de todo lo demás. Había una de esas avispas, mucho más grande. Quizás unas cuatro o cinco veces más. Se encontraba soltando lo que parecían ser crías, las cuales eran bastante más pequeñas. Si Dark pudiese describirlo de alguna forma, sería un bicho que daría miedo a un gigante.

—Dios. Santo. ¿Te vas a encargar tú de eso, verdad? Me iré a por los grupos, muy a mi pesar. Por suerte ya le he pillado un poco el tranquillo, así que no me costará demasiado. Lo que tenemos que hacer luego es purgarlas de su maldita existencia —acabó diciendo mientras señalaba los nidos.

No era una buena idea encenderlos todavía: tendrían que hacerlo cuando ya hubiesen matado todas. Se inclinó un poco y empezó a deslizarse por el cráter, blandiendo a Extorquendo Mundi e imbuyéndola en haki para activar su técnica oculta del motor. Necesitaba tener bastantes justas para partirlas por la mitad, así no malgastaría busoshoku a lo estúpido. Saltó tomando carrerilla y se cargó a una, agarrándose a las alas de otra para montarse en su abdomen y saltar hacia otra, haciendo equilibrio por estas y lanzando ondas normales cada vez que cambiaba de una a otra. De esa forma podía atacarlas en el aire, y moverse de forma sensata.

—¡¡¡Buena suerte Ivan!!! —Gritó a todo pulmón, esperando que no le picase esa mierda.

Resopló, entre molesto y divertido. Normalmente le hubiese gustado que le dejase el bicho grande para él, pero la razón le hastiaba un poco. En fin, allá él con sus movidas. Puso el seguro a la pistola y se la guardó en la funda, preparándose para ir contra la reina. Esta era considerablemente más grande que las otras arañas halcón, hasta el punto de que una sola pata era más larga que él. Con un chillido como el de un ave rapaz, cargó hacia Dark para evitar que matase a sus crías.

- Ah, no. Tú eres mía.

Se interpuso entre ambos en varias veloces zancadas, y se puso en guardia. El aguijón descendió sobre él, pero interpuso a Vanator y lo desvió hacia un lado. Pese a la enorme masa de la bestia, Ivan era lo bastante fuerte como para hacerle frente aún con la diferencia de peso y tamaño. Entonces el pico fue directo a por él, y aunque alzó la espada para desviarlo de nuevo, no llegó a tiempo y ese acabó atravesando y destrozando su hombro izquierdo. Ivan dio un grito de dolor, pero convirtiendo su sufrimiento en furia, soltó la mano derecha de la espada e imbuyendo el puño en haki le largó un golpe bajo el pico. El resultado no fue tanto bueno como esperaba, pues aunque se lo reventó, terminó de sacarse violentamente el pico del hombro, empeorando la herida.

- Joder... tengo que dejar de hacer estas cosas.

Logró agarrar a Vanator mientras se le escapaba entre los dedos de la mano izquierda, usando la diestra, y se lanzó a un lado para evitar un segundo aguijonazo. Era hora de probar una nueva técnica. Entrecerró los ojos y se concentró en manipular su sangre para regenerar su hombro, al menos lo suficiente para que la herida no entorpeciese sus movimientos demasiado. Entonces alzó el arma apuntando al ser. La reina chilló con su pico destrozado y volvió a lanzar su aguijón, y el vampiro respondió con un súbito movimiento hacia delante evitando la cola y trazándole un corte que le seccionó una pata y abrió una herida en el tórax. En el mismo movimiento retrocedió unos metros, y cuando el ser volvía a preparar la cola, avanzó de nuevo más velozmente que antes. Esta vez fue el aguijón el que salió volando.

- Vierter Mond... - comenzó a decir tras volver a retroceder y posicionarse - ¡Erinia!

Esta vez recubrió la hoja con su endurecimiento antes de atacar. El tercer avance y corte fue el más veloz. En este se convirtió en apenas un borrón de colores que pasó a través del ser y se detuvo a su espalda. Con un desagradable sonido de quitina quebrada y un estallido de sangre verde, el ser fue partido a la mitad. Ivan suspiró y se llevó la mano a la herida, frunciendo el ceño. Aquel bicho era duro.

- Oh, casi se me olvida - sacó la enciclopedia y sacó una foto del cadáver - ¡Dark! ¿Necesitas ayuda?

—¡Aaaaaah! —Gritó.

Sí, llevaba un rato saltando entre las avispas y cortándolas con ondas. Sí, aquello le estaba cansando de cojones. No sólo tenía que tener la coordinación y la velocidad como para hacer aquello, si no que tenía que ir evitándolas. No tardó demasiado en acabar de limpiar todas, pero varias se juntaron y clavaron sus aguijones en el brazo de Dark. Éste reaccionó partiéndolas por la mitad y perdiendo el equilibrio, justo donde estaba haciendo Ivan la foto de la ya muerta reina. Cayó de tal forma que este le recogió en el aire, dejándole en el suelo después. Pero estaba demasiado asustado como para dejar que el veneno se extendiese. Agarró a Extorquendo Mundi y se cortó el brazo entero, dejándolo caer al suelo y endureciendo la herida para que no saliese la sangre de esta. Gritó de dolor y empezó a arrastrar las botas por el suelo. Las tenía llenas del líquido viscoso verde, el cual, era horrible. Tanto la textura como el color.

—Gracias, Ivan —dijo medio mareado por acabar de cortarse una extremidad—. Me hubiese pegado una buena si no me hubieras agarrado cual bailarina de ballet en el aire. Te debo una. Ahora ponte esto.

Sí, había dicho las palabras mágicas. "Te debo una". Aquello era pactar un trato con el diablo mismo, ya que quizás aquel uno sería ir a por el pan o volverse a pegar con alguien como Black Hole. Le dio unas gafas de sol y empezó a andar a cámara lenta. Una vez llegaron fuera del cráter se giró y disparó a Fiamma Scarpone, pulsando el botón y encendiendo en llamas los nidos. "Dios, esto se tiene que ver putamente épico" pensó mientras lo veía todo arder. Ivan no era un fan del fuego, es más, siempre se ponía tenso cuando se mencionaba o lo veía, pero es que esas mierdas tenían que arder. El mundo no podía tener más bichos de esos. Si se expandían por el paraíso podían llegar a ser un problema real. Y encima podría usar la excusa de que le faltaba un brazo para negociar aún más la recompensa.

—¿Qué mierda te da hacer fotos con eso? ¿Es que quieres crear algún tipo de juego a lo monstruos de bolsillo? Ya sabes, imagínatelo. Bichos como esos atrapados en cápsulas de ingeniería avanzada. Yo creo que eso vendería —exclamó, encogiéndose únicamente de un hombro, ya que le faltaba el otro.

Ayudó a Dark cuando se desplomó. Iba a ofrecerle su sangre para neutralizar el veneno, pero el alocado guerrero optó por cortarse el brazo a lo loco antes de que se extendiera. Menudo bruto, casi parecía él. Se encogió de hombros (de lo que se arrepintió al momento) y cogió las gafas de sol sin tener claro que pretendía. ¿Caminaba hacia el avispero? ¿Quedaba alguna? Se las puso y esperó.

- ¿Qué vas a hacer, destrui...? ¡AAAAAAH JODER!

Del susto salió disparado corriendo a tal velocidad que en cuanto se dio cuenta estaba en la playa. Una vez ahí se detuvo, tan nervioso que no le hubiese extrañado si su corazón se hubiese puesto a latir. ¿Cómo se le ocurría usar fuego sin avisar? Menudo energúmeno.

- Sois unos cobardes. Ven aquí, voy a enseñarte a volar - comenzó a decir Black Hole.

La mirada que le dirigió Ivan bastó para que el agresivo guerrero se lo pensara dos veces, y cuando le plantó delante de la cara la foto de la reina muerta, asintió y retrocedió.

- Pensé que huías como tu amiguito.

- Ya... ¿vas a unirte a Spolyar pues?

En cuanto tuvo la confirmación, sacó su den den mushi y llamó al líder de la Hermandad.

- Misión cumplida. Pero antes de confirmar que Black Hole se os una, tenemos que negociar mi recompensa. Quiero 100.000.000 de berries extra.

Vaya, parecía que el vampiro también huía por su vida. A un ritmo que hasta le ignoró. Le persiguió esprintando hasta que llegaron a la playa, donde se volvieron a reencontrar con Black Hole. Tras dedicarle una larga mirada Ivan, llamó al líder de la hermandad. Dark pegó su moflete al de Ivan y, cuando acabó de negociar, hizo lo mismo. No le gustaba cortarse el brazo por nada, y menos ser picado por esos bichos raros. Esperaba no encontrarse otra vez con estos, o se vería envuelto en problemas mucho peores.

—Nos estamos dejando el culo por ti, Spolyar. Que sean otros cien para mí. Supongo que querréis que tanto yo como Ivan sigamos trabajando para vosotros. —Acabó comentando, separando su moflete.

—Bueno, veremos qué tal las cuentas y si os podemos apartar el dinero se os dará cuando nos entreguéis a Black Hole —comentó Spolyar—. Ahora os necesitaremos para otro encargo, uno de un calibre mucho mayor. Cuando nos traigáis al sujeto os daremos los detalles, así que encargaos de encontrar alguna embarcación con la que no os puedan detectar.

Le dedicó una mirada a Ivan y supo inmediatamente que tenía prohibido coger los mandos del Leviatan. Suspiró y se llevaron a Black Hole a Punk Hazard, para entregárselo a Spolyar. Tras unos días, tomaron rumbo otra vez bien preparados. Tenían que interceptar un barco de la marine. Menudos líos tenían últimamente los dos peliblancos. Por suerte las recompensas eran lo suficientemente jugosas como para tener un buen incentivo.