Nombre de la misión: Amaestrando Caballos.
Nivel de la misión: Osada
Contratante: Iván Campos
Descripción de la misión: Tengo dos preciosos corceles de los bastos campos de Shimotsuki, pero se niegan a ser montados por ningún jinete. Tengo una carrera dentro de tres días y necesito a alguien que sea capaz de montar en ambos. No es una carrera normal, sino una carrera de obstáculos por toda la isla.
Objetivos secundarios o alternativos: Quedar, como mínimo, entre os tres primeros.
Recompensa: 4.000.000 millones de berries para cada uno y un objeto a elegir por parte de uno de los sponsors.
Recompensas por objetivo secundario o alternativo: +50% de fama adicional y la medalla como participante de la carrera.
Nivel de la misión: Osada
Contratante: Iván Campos
Descripción de la misión: Tengo dos preciosos corceles de los bastos campos de Shimotsuki, pero se niegan a ser montados por ningún jinete. Tengo una carrera dentro de tres días y necesito a alguien que sea capaz de montar en ambos. No es una carrera normal, sino una carrera de obstáculos por toda la isla.
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El señor Campos había vuelto a pedir ayuda. Por lo visto, aunque los caballos ya habían sido domados y amaestrados por el propio Alistar hará unos días, parecía que no se fiaban del todo de sus nuevos dueños. Lo cual, ciertamente, era algo que Alistar debería haberse esperado. De todas formas, así podría estrenar sus nuevas botas de jinete que el propio Campos le había dado cuando le trajeron a los caballos. Alistar iba montado a lomos de Kodlak, mientras que Bri iba sobre Dullahan, el nuevo miembro de la familia. El caballo más raro que jamás había conocido, pues por algún motivo los viernes solo quería comer ternera.
Jamás había oído de un animal así. Ni siquiera tenía dientes propios de un carnívoro o un omnívoro. Sin embargo, se las arreglaba de todas maneras para masticar la carne. ¿Cómo? Prefería no saberlo. El resto de días de la semana comía como un caballo normal y corriente. Aquello frustraba a Alistar, que no le gustaba no comprender a un animal.
Suspiró de todas maneras. La gente los miraba fijamente, muy seguramente por el lobo, y se apartaban a su camino sin querer acercarse mucho al animal. Alistar nunca había cabalgado para una carrera, pero siempre había primeras veces para todo. Además, había conseguido ganar a Dullahan a pie cuando lo domó. No sería tan distinto. Llegaron al establo donde dejaron a los caballos en su día. Alistar miró entonces a Bri.
—¿Lista para volver a ver a la parejita?
Lo primero que haría al entrar sería comprobar que los caballos estaban bien y habían sido bien alimentados esos días.
Jamás había oído de un animal así. Ni siquiera tenía dientes propios de un carnívoro o un omnívoro. Sin embargo, se las arreglaba de todas maneras para masticar la carne. ¿Cómo? Prefería no saberlo. El resto de días de la semana comía como un caballo normal y corriente. Aquello frustraba a Alistar, que no le gustaba no comprender a un animal.
Suspiró de todas maneras. La gente los miraba fijamente, muy seguramente por el lobo, y se apartaban a su camino sin querer acercarse mucho al animal. Alistar nunca había cabalgado para una carrera, pero siempre había primeras veces para todo. Además, había conseguido ganar a Dullahan a pie cuando lo domó. No sería tan distinto. Llegaron al establo donde dejaron a los caballos en su día. Alistar miró entonces a Bri.
—¿Lista para volver a ver a la parejita?
Lo primero que haría al entrar sería comprobar que los caballos estaban bien y habían sido bien alimentados esos días.
Brianna Byrne
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Al parecer el mismo hombre que necesitaba ayuda para atrapar a los caballos quería ahora ayuda nuevamente para que alguien pudiera ganar una carrera con ellos. Eso la verdad es que se le hizo bastante raro, vamos a ver, ¿no quería los caballos para cría? eso la hizo sentirse un poco molesta por que sentía que los habían engañado un poco, si hubiera sabido antes que era para hacer carreras absurdas no hubiera estado de acuerdo en amaestrar a esos animalitos. Suspiro un poquito pensando en que deberían hacer, Alistar parecía estar conforme con la idea y prefería ir a ver como estaban los animales antes de quejarse o de decirle cuatro cosas a ese señor.
Iba sobre el precioso caballo negro que Alistar le había regalado, por que si, además de dejar que escogiese el nombre, el albino le había regalado al caballo que resulto ser algo mas peculiar de lo previsto por que un día a la semana por alguna razón que desconocían ambos quería comer carne. Pero bueno, un carnívoro mas a la familia no iba a hacer ningún mal. — Tengo ganas de verlos, espero que estén bien, por que si no, me van a oír — una vez llegaron al lugar en cuestión Brianna se bajo de Dullahan y se acerco a los otros animalitos junto a Alistar para ver si estaban bien.
Por suerte parecían saludables así que no tenía queja ninguna, parecían contentos también, pero se notaba que no confiaban mucho en aquellas personas y por eso no les dejaban montarlos. Brianna se acerco a la yegua y esta se dejo tocar y mimosear por la mujer, después de todo habían hecho buenas migas pues había sido ella la que había montado al animal por primera vez. — Parecen sanos ¿no? ¿tu que dices Alistar? — esperaba el veredicto del experto, después de todo él sabía mucho más de aquellos hermosos animales que ella, por suerte o por desgracia Brianna no poseía conocimiento alguno sobre animales aunque le gustaba mucho cuidarlos y mimarlos y se notaba por como cuidaba de Kodlak y ahora también de Dullahan.
Iba sobre el precioso caballo negro que Alistar le había regalado, por que si, además de dejar que escogiese el nombre, el albino le había regalado al caballo que resulto ser algo mas peculiar de lo previsto por que un día a la semana por alguna razón que desconocían ambos quería comer carne. Pero bueno, un carnívoro mas a la familia no iba a hacer ningún mal. — Tengo ganas de verlos, espero que estén bien, por que si no, me van a oír — una vez llegaron al lugar en cuestión Brianna se bajo de Dullahan y se acerco a los otros animalitos junto a Alistar para ver si estaban bien.
Por suerte parecían saludables así que no tenía queja ninguna, parecían contentos también, pero se notaba que no confiaban mucho en aquellas personas y por eso no les dejaban montarlos. Brianna se acerco a la yegua y esta se dejo tocar y mimosear por la mujer, después de todo habían hecho buenas migas pues había sido ella la que había montado al animal por primera vez. — Parecen sanos ¿no? ¿tu que dices Alistar? — esperaba el veredicto del experto, después de todo él sabía mucho más de aquellos hermosos animales que ella, por suerte o por desgracia Brianna no poseía conocimiento alguno sobre animales aunque le gustaba mucho cuidarlos y mimarlos y se notaba por como cuidaba de Kodlak y ahora también de Dullahan.
Alistar Reep
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Los caballos parecieron reaccionar bastante bien al verlos, relinchando con alegría. El señor Campos los había recibido y dejado entrar al establo, reconociéndoles como las personas que trajeron los caballos para empezar. Sin embargo, Alistar pudo notar cierta mirada de desconfianza que el caballo lanzó al dueño del establo cuando este entró con ellos. Kodlak había quedado fuera y Dullahan se había acercado a beber algo de agua del bebedero que allí había para los caballos, después de saludar a sus viejos amigos con un ademán de cabeza. El lobo se rascó el mentón tras la pregunta de la mujer e inspeccionó a los equinos.
—Sí, parece que comen y los tratan bien. Yo diría que el problema está en que... bueno, estos caballos parecen ser algo más rebeldes. Supongo que al principio nos pareció fácil debido a mi experiencia con animales y pensamos que Dullahan era una especie de excepción, sin embargo parece que no son animales fáciles de llevar para gente sin experiencia. Señor Campos... ¿Cuanto tiempo lleva trabajando con caballos?
—E... Estos son los primeros. Todo lo que sé era teórico hasta ahora...
—Pues debería haber empezado con un poni, le habría sido más sencillo —contestó Alistar sin burla—. Podría entrenarlos para que aceptasen a cualquiera de sus jinetes para la carrera. ¿Quien va a ir?
—Esto... Lo siento, pero... No tengo ningún jinete contratado. Nadie quiere subirse a estos caballos, siempre que alguien se intenta subir lo tiran en menos de un segundo.
Alistar frunció el ceño. Aquel hombre parecía que tenía por costumbre ocultar pequeñas piezas de la verdad. Suspiró. A fin de cuentas, los caballos no tenían la culpa.
—Podemos quedarnos como jinetes y participar en la carrera con ambos, podemos usar estos tres días para entrenarlos lo máximo posible, pero va a tener que darnos alojamiento y comida para estos días.
—Sí, claro, lo que necesiten. Esa carrera es muy importante para mí. Voy ahora mismo a hablar con mi mujer para arreglarlo todo y que puedan quedarse.
Y, después de que Alistar asintiese, el hombre se marchó. Entonces el lobo miró a Brianna.
—Ya has montado a Dullahan. ¿Que tal se te da la hípica? Podría enseñarte algunas bases estos tres días si lo necesitas.
—Sí, parece que comen y los tratan bien. Yo diría que el problema está en que... bueno, estos caballos parecen ser algo más rebeldes. Supongo que al principio nos pareció fácil debido a mi experiencia con animales y pensamos que Dullahan era una especie de excepción, sin embargo parece que no son animales fáciles de llevar para gente sin experiencia. Señor Campos... ¿Cuanto tiempo lleva trabajando con caballos?
—E... Estos son los primeros. Todo lo que sé era teórico hasta ahora...
—Pues debería haber empezado con un poni, le habría sido más sencillo —contestó Alistar sin burla—. Podría entrenarlos para que aceptasen a cualquiera de sus jinetes para la carrera. ¿Quien va a ir?
—Esto... Lo siento, pero... No tengo ningún jinete contratado. Nadie quiere subirse a estos caballos, siempre que alguien se intenta subir lo tiran en menos de un segundo.
Alistar frunció el ceño. Aquel hombre parecía que tenía por costumbre ocultar pequeñas piezas de la verdad. Suspiró. A fin de cuentas, los caballos no tenían la culpa.
—Podemos quedarnos como jinetes y participar en la carrera con ambos, podemos usar estos tres días para entrenarlos lo máximo posible, pero va a tener que darnos alojamiento y comida para estos días.
—Sí, claro, lo que necesiten. Esa carrera es muy importante para mí. Voy ahora mismo a hablar con mi mujer para arreglarlo todo y que puedan quedarse.
Y, después de que Alistar asintiese, el hombre se marchó. Entonces el lobo miró a Brianna.
—Ya has montado a Dullahan. ¿Que tal se te da la hípica? Podría enseñarte algunas bases estos tres días si lo necesitas.
Brianna Byrne
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Se alegraba de que los caballos estuvieran bien, se fiaba totalmente de Alistar así que no tuvo que preguntar más cuando él le dijo que los caballos estaban bien cuidados y en buena forma. Se quedo en silencio un rato mientras el lobo hablaba con aquel hombre que los había contratado, por su parte se dedico a darles caricias y mimos a los dos caballos aunque de vez en cuando tenía que girarse a atender a Dullahan porque era un poco celoso y caprichoso en ocasiones. Una vez que el hombre se marcho para hablar con su esposa miro a Alistar, ella nunca había participado en una carrera y una cosa era montar a Dullahan que ya se había hecho completamente a ellos dos y otra muy distinta era ponerse a galopar por un terreno que no conocía.
La verdad es que la idea le era bastante imponente y le daba un poco de miedo. — ¿Crees que sea capaz? igual deberíamos investigar el lugar donde se realizara la carrera, después de todo la isla es completamente desconocida para los dos, podríamos perdernos y echar a perder la carrera — no es que no confiara en que pudieran ganar, pero tenía miedo de terminar perdida en algún lado sin saber volver. También sabía que Alistar y Kodlak podrían encontrarla incluso en el infierno por que bueno, tenían un olfato maravilloso, pero aun así la inseguridad de la chiquilla seguía presente respecto a ese tema. Aunque aprender un poco más sobre como montar a caballo y como guiarlos de forma correcta si que le apetecía y se le hacía de lo mas interesante.
— Bueno, empecemos con esas clases entonces...espero que no se me de tan mal como creo que se me va a dar — dejo salir una leve risilla mientras miraba a su compañero en aquella misión y después suspiraba mirando a los caballos. Tenía que estar preparada y dejarse de tonterías, después de todo los animales olían el miedo y si ella estaba miedosa e insegura seguramente terminaría en el suelo por que le transmitiría esos terribles sentimientos al caballo, tenía que estar relajada, debía confiar en si misma y en las enseñanzas de Alistar, ella creía en él y sabía de sobra que no dejaría que se hiciese daño. Así que se dejaría llevar completamente por su compañero y se armaría de valor dispuesta a comenzar las clases cuanto antes para poder estar lista el día de la carrera, no es que tuvieran demasiado margen así que el tiempo era oro.
La verdad es que la idea le era bastante imponente y le daba un poco de miedo. — ¿Crees que sea capaz? igual deberíamos investigar el lugar donde se realizara la carrera, después de todo la isla es completamente desconocida para los dos, podríamos perdernos y echar a perder la carrera — no es que no confiara en que pudieran ganar, pero tenía miedo de terminar perdida en algún lado sin saber volver. También sabía que Alistar y Kodlak podrían encontrarla incluso en el infierno por que bueno, tenían un olfato maravilloso, pero aun así la inseguridad de la chiquilla seguía presente respecto a ese tema. Aunque aprender un poco más sobre como montar a caballo y como guiarlos de forma correcta si que le apetecía y se le hacía de lo mas interesante.
— Bueno, empecemos con esas clases entonces...espero que no se me de tan mal como creo que se me va a dar — dejo salir una leve risilla mientras miraba a su compañero en aquella misión y después suspiraba mirando a los caballos. Tenía que estar preparada y dejarse de tonterías, después de todo los animales olían el miedo y si ella estaba miedosa e insegura seguramente terminaría en el suelo por que le transmitiría esos terribles sentimientos al caballo, tenía que estar relajada, debía confiar en si misma y en las enseñanzas de Alistar, ella creía en él y sabía de sobra que no dejaría que se hiciese daño. Así que se dejaría llevar completamente por su compañero y se armaría de valor dispuesta a comenzar las clases cuanto antes para poder estar lista el día de la carrera, no es que tuvieran demasiado margen así que el tiempo era oro.
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—Ya puedes montar a Dullahan, eso es practicamente la mitad del camino hecho —respondió Alistar a la mujer, que se la notaba nerviosa y preocupada.
Se acercó a uno de los caballos el cual le devolvió el saludo con un suave cabezazo, reconociéndolo de aquella vez. Tecnicamente ya los veían como parte del grupo, por lo que se dejarían montar y no habría problemas en ese sentido. Se fijó en la silla de montar, la cual parecía tener el nombre del animal grabado: "Azucarillo". El lobo suspiró. Se montó en Azucarillo de un grácil salto y cogió las riendas, mirando desde arriba a Brianna.
—Sube a la yegua, vamos a buscar el campo de entrenamiento. Imagino que tendrán uno si este hombre los quería para una carrera.
En cuanto se subiese empezaría a llevar a Azucarillo al suave trote, siguiendo el surco de huellas que había en el suelo en el camino más transitado. No tardaron en llegar a un campo de tierra alargado, que bien parecía el terreno idóneo para una carrera. Alistar entonces movería al caballo hacia delante para tener una especie de pequeño espacio de exhibición para poder mostrar a Brianna bien el como se hacía. Se irguió bien, pegando los brazos al costado y agarrando las riendas.
—Lo fundamental para comunicarte con tu montura son tus riendas y las piernas. Puedes usar la voz también, pero responden mejor al estímulo físico. Siempre y cuando no les hagas daño con el mismo, claro. Contraer un poco las rodillas para apretar ligeramente su cuerpo por ambos lados puede servir como señal para —se paró un momento para hacerlo él mismo. El caballo empezó a caminar en círculos, con giros guiados por las riendas— caminar. Suaves tirones de rienda hacia la dirección deseada lo harán girar. Para subir el ritmo, suave golpe con los talones en los muslos —dijo, de nuevo haciendo la demostración. El caballo empezó a trotar en círculos, girando alrededor de Bri—. Prueba tú.
Se acercó a uno de los caballos el cual le devolvió el saludo con un suave cabezazo, reconociéndolo de aquella vez. Tecnicamente ya los veían como parte del grupo, por lo que se dejarían montar y no habría problemas en ese sentido. Se fijó en la silla de montar, la cual parecía tener el nombre del animal grabado: "Azucarillo". El lobo suspiró. Se montó en Azucarillo de un grácil salto y cogió las riendas, mirando desde arriba a Brianna.
—Sube a la yegua, vamos a buscar el campo de entrenamiento. Imagino que tendrán uno si este hombre los quería para una carrera.
En cuanto se subiese empezaría a llevar a Azucarillo al suave trote, siguiendo el surco de huellas que había en el suelo en el camino más transitado. No tardaron en llegar a un campo de tierra alargado, que bien parecía el terreno idóneo para una carrera. Alistar entonces movería al caballo hacia delante para tener una especie de pequeño espacio de exhibición para poder mostrar a Brianna bien el como se hacía. Se irguió bien, pegando los brazos al costado y agarrando las riendas.
—Lo fundamental para comunicarte con tu montura son tus riendas y las piernas. Puedes usar la voz también, pero responden mejor al estímulo físico. Siempre y cuando no les hagas daño con el mismo, claro. Contraer un poco las rodillas para apretar ligeramente su cuerpo por ambos lados puede servir como señal para —se paró un momento para hacerlo él mismo. El caballo empezó a caminar en círculos, con giros guiados por las riendas— caminar. Suaves tirones de rienda hacia la dirección deseada lo harán girar. Para subir el ritmo, suave golpe con los talones en los muslos —dijo, de nuevo haciendo la demostración. El caballo empezó a trotar en círculos, girando alrededor de Bri—. Prueba tú.
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La verdad es que quería aprender cuanto antes para que Alistar no tuviera que pasar demasiado tiempo enseñándole nada. Después de todo podía resultar demasiado molesto que alguien demostrase ser un inepto en algún campo en el que te empeñabas en enseñarle. Aunque en realidad lo que tenía era un poquito de miedo a defraudarle, pero intentaría hacer su mejor esfuerzo para aprender cuanto antes y que pudieran ganar la carrera de alguna forma. Se acerco a la yegua y le acarició la carita y el cuello despacio para que estuviera tranquila. Fue entonces cuando vio el nombre del caballo, ¿enserio? ¿no había nada mejor que llamar a la pobre yegua Brillitos?
No quiso ni pensarlo y subió a la yegua para ir junto a Alistar hasta la zona donde iban a entrenar. Prestó total atención a sus indicaciones y a sus palabras. Desde luego parecía que el hombre tenía bastos conocimientos sobre aquellos animales y como darles instrucciones. Una vez que Brianna entendió un poco como era la mecánica de movimientos intento probar un par de veces, la primera vez la yegua no sabía del todo bien donde tenía que ir, estaba un poco confundida y relincho un poco molesta mientras daba un saltito un poco molesta. Brianna tuvo que sujetarse bien para no caerse de la silla del caballo. Suspiro en el momento en que la yegua se quedo quieta de nuevo pero se la notaba un poco cabreada.
— Lo siento bonita, intentare hacerlo mejor — suspiro mientras le daba mimos a la yegua y entonces volvió a intentarlo. La yegua esta vez se movió hacía donde Brianna quería, parecía que estaba haciendo las cosas mejor esta vez y que el animal estaba respondiendo de forma correcta a los movimientos que estaba haciendo la mujer. Sonrió bastante contenta cuando vio que la yegua estaba moviéndose acorde a lo que ella quería. Miro a Alistar sonriendo bastante contenta mientras seguía haciendo algunos movimientos para que la yegua fuera primero a la derecha, luego a la izquierda y se fuera moviendo un poco más rápido para cambiar de paso a trote aunque eso le costaba un poco más, no estaba acostumbrada a apretar los muslos alrededor de un caballo y tenía que coger práctica.
No quiso ni pensarlo y subió a la yegua para ir junto a Alistar hasta la zona donde iban a entrenar. Prestó total atención a sus indicaciones y a sus palabras. Desde luego parecía que el hombre tenía bastos conocimientos sobre aquellos animales y como darles instrucciones. Una vez que Brianna entendió un poco como era la mecánica de movimientos intento probar un par de veces, la primera vez la yegua no sabía del todo bien donde tenía que ir, estaba un poco confundida y relincho un poco molesta mientras daba un saltito un poco molesta. Brianna tuvo que sujetarse bien para no caerse de la silla del caballo. Suspiro en el momento en que la yegua se quedo quieta de nuevo pero se la notaba un poco cabreada.
— Lo siento bonita, intentare hacerlo mejor — suspiro mientras le daba mimos a la yegua y entonces volvió a intentarlo. La yegua esta vez se movió hacía donde Brianna quería, parecía que estaba haciendo las cosas mejor esta vez y que el animal estaba respondiendo de forma correcta a los movimientos que estaba haciendo la mujer. Sonrió bastante contenta cuando vio que la yegua estaba moviéndose acorde a lo que ella quería. Miro a Alistar sonriendo bastante contenta mientras seguía haciendo algunos movimientos para que la yegua fuera primero a la derecha, luego a la izquierda y se fuera moviendo un poco más rápido para cambiar de paso a trote aunque eso le costaba un poco más, no estaba acostumbrada a apretar los muslos alrededor de un caballo y tenía que coger práctica.
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Al principio pareció costarle un poco, lo cual era perfectamente normal. Sin embargo, se veía que había entendido perfectamente lo que había dicho. No tardó en coger cierta práctica y llevar bien el trote, a lo cual Alistar respondió con una leve sonrisa. Movió de nuevo a Azucarillo hacia delante, listo para la siguiente lección: el galope. Aquello sería algo más complicado, al tener menos control para maniobrar, sin embargo sabía que Brianna conseguiría hacerlo. Se colocó con Azucarillo al inicio del campo alargado de entrenamiento, mirando hacia delante.
—Para indicar al caballo que debe galopar tan solo tienes que dar un tirón seco de riendas y dar con los talones al mismo tiempo. Si puedes dar un golpe de voz como una orden al mismo tiempo mejor. Durante el galope puedes espolear al caballo con los talones para hacerlo esprintar algo más, pero no lo fuerces demasiado. Pueden caerse o encabritarse y tirarte de la silla. Dicho eso, cuanto más rápido vaya el caballo más deberás inclinar tu cuerpo hacia delante, para evitar no solo caerte tú sino dejar que pase el aire a vuestro alrededor con más facilidad.
Dicho aquello, dio la orden con las riendas y un grito seco de voz. Azucarillo empezó a cabalgar, cruzando el alargado campo. A mitad de camino, Alistar lo fue espoleando para dar aumentos de velocidad. Al llegar al extremo giró ampliamente y volvió de nuevo hacia Brianna, dando un tirón de riendas para frenar unos pocos metros antes de llegar, quedando el caballo totalmente detenido delante de la mujer y su yegua.
—Da un tirón de riendas para frenar un par de metros antes. El caballo agradecerá no frenar en seco. Vamos, prueba tú, cabalgaré a tu lado para evitar que caigas si ocurre algo.
Más que nada era para darle más seguridad, pues sabía que si caía podía ponerse a salvo sin problemas usando una de sus puertas, pero esperaba que, a lo mejor, teniendo al lobo a su lado fuese con algo menos de nervios y miedo.
—Para indicar al caballo que debe galopar tan solo tienes que dar un tirón seco de riendas y dar con los talones al mismo tiempo. Si puedes dar un golpe de voz como una orden al mismo tiempo mejor. Durante el galope puedes espolear al caballo con los talones para hacerlo esprintar algo más, pero no lo fuerces demasiado. Pueden caerse o encabritarse y tirarte de la silla. Dicho eso, cuanto más rápido vaya el caballo más deberás inclinar tu cuerpo hacia delante, para evitar no solo caerte tú sino dejar que pase el aire a vuestro alrededor con más facilidad.
Dicho aquello, dio la orden con las riendas y un grito seco de voz. Azucarillo empezó a cabalgar, cruzando el alargado campo. A mitad de camino, Alistar lo fue espoleando para dar aumentos de velocidad. Al llegar al extremo giró ampliamente y volvió de nuevo hacia Brianna, dando un tirón de riendas para frenar unos pocos metros antes de llegar, quedando el caballo totalmente detenido delante de la mujer y su yegua.
—Da un tirón de riendas para frenar un par de metros antes. El caballo agradecerá no frenar en seco. Vamos, prueba tú, cabalgaré a tu lado para evitar que caigas si ocurre algo.
Más que nada era para darle más seguridad, pues sabía que si caía podía ponerse a salvo sin problemas usando una de sus puertas, pero esperaba que, a lo mejor, teniendo al lobo a su lado fuese con algo menos de nervios y miedo.
Brianna Byrne
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Parece que al final Brianna consiguió lo que se proponía, la yegua le hizo caso en todas y cada una de sus indicaciones y Alistar parecía bastante contento con el trabajo realizado. Sin embargo las lecciones no habían terminado, aún tenía que aprender muchas cosas y la siguiente era el galope. Correr a lomos de un caballo siempre había sido algo que le resultaba bastante bonito de ver, cuando era niña se preguntaba que se sentiría subida a un animal tan hermoso y veloz. Pero las cosas se habían torcido y jamás aprendió a montar a esos animales, por lo tanto todo lo que Alistar le estaba enseñando era completamente nuevo para ella. Un tenue suspiro escapo de sus labios cuando le vio moverse de aquella forma sobre el animal, pues sabía que ahora le tocaba a ella.
Se concentro, se intento tranquilizar lo máximo posible y miro a su compañero — esta bien, pero espero no caerme — dejo salir una suave risa y entonces volvió a concentrarse. Se aferró al animal y siguió las instrucciones que le había dado el albino momentos antes. El caballo entonces comenzó a galopar tal y como había hecho el de Alistar, sin embargo en el momento en que hizo el giro, la silla de montar se escurrió un poco hacía un lado y el caballo se encabrito lo suficiente como para dar un salto y hacer que la silla junto con Brianna salieran volando mientras el animal seguía corriendo huyendo de todo el lío que se había formado en aquel momento.
Brianna cayó al suelo y rodó un par de veces, Alisar estaba a un lado del caballo pero le era imposible agarrarla en aquel momento por lo que la chica tuvo que hacer un aterrizaje forzoso hasta que termino sentada en el suelo llena de pajilla y suspirando un poco después de tanto rodar. — Bueno, parece que sigo viva — Dullahan que lo había visto todo se acerco a Brianna y le toco la cara con el morro intentando "preguntarle" a su dueña si se encontraba bien. Brianna le sonrió y le acarició el morrito para indicarle que no había sucedido nada. Se había llevado un buen susto si, pero al menos la caída no había sido tan mala como podría.
Se concentro, se intento tranquilizar lo máximo posible y miro a su compañero — esta bien, pero espero no caerme — dejo salir una suave risa y entonces volvió a concentrarse. Se aferró al animal y siguió las instrucciones que le había dado el albino momentos antes. El caballo entonces comenzó a galopar tal y como había hecho el de Alistar, sin embargo en el momento en que hizo el giro, la silla de montar se escurrió un poco hacía un lado y el caballo se encabrito lo suficiente como para dar un salto y hacer que la silla junto con Brianna salieran volando mientras el animal seguía corriendo huyendo de todo el lío que se había formado en aquel momento.
Brianna cayó al suelo y rodó un par de veces, Alisar estaba a un lado del caballo pero le era imposible agarrarla en aquel momento por lo que la chica tuvo que hacer un aterrizaje forzoso hasta que termino sentada en el suelo llena de pajilla y suspirando un poco después de tanto rodar. — Bueno, parece que sigo viva — Dullahan que lo había visto todo se acerco a Brianna y le toco la cara con el morro intentando "preguntarle" a su dueña si se encontraba bien. Brianna le sonrió y le acarició el morrito para indicarle que no había sucedido nada. Se había llevado un buen susto si, pero al menos la caída no había sido tan mala como podría.
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El galope había resultado ser algo complicado de aprender así de buenas a primeras. Aquello era algo que Alistar se esperaba, sin embargo... se sintió bastante mal por no haber sido capaz de atraparla a tiempo antes de que cayese al suelo. De un grácil salto bajó de Azucarillo y fue corriendo hacia Brianna. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse y, cuando se la diese, daría un suave tirón para que pudiese ponerse de pie sin complicaciones.
—Lo siento, no pude cogerte a tiempo. ¿Estás bien?
Los ojos amarillos y bestiales de Alistar se centraron en los violeta de Brianna. Una vez se hubiese asegurado de que no le pasaba nada grave a la mujer, entonces, se daría cuenta de que todo ese rato había estado dándole la mano. La soltó, algo avergonzado, y miró a otro lado, como queriendo evitar la mirada de la mujer antes de que esta se diese cuenta. El lobo carraspeó y se acercó de nuevo al caballo, llevando su mano enguantada en cuerpo a su cuello para acariciarlo mientras cogía las riendas.
—¿Quieres volver a intentarlo o prefieres esperar un poco?
Estaba legítimamente preocupado. No quería que se cayese de esa forma de nuevo y empezaba a preocuparse. Lo mismo participar en la carrera podía ser demasiado peligroso para un iniciado... No dudaba en absoluto de las capacidades de Brianna y sabía que sería capaz de aprender a ser una gran jinete con esfuerzo y dedicación, como él lo hizo, pero tal vez... tal vez tenían muy poco tiempo. Alistar suspiró para después mirar a Brianna.
—No quiero forzarte a correr en la carrera si no te ves capaz. Estaré encantado de enseñarte todo lo que pueda en este poco tiempo, pero... Es tu decisión.
—Lo siento, no pude cogerte a tiempo. ¿Estás bien?
Los ojos amarillos y bestiales de Alistar se centraron en los violeta de Brianna. Una vez se hubiese asegurado de que no le pasaba nada grave a la mujer, entonces, se daría cuenta de que todo ese rato había estado dándole la mano. La soltó, algo avergonzado, y miró a otro lado, como queriendo evitar la mirada de la mujer antes de que esta se diese cuenta. El lobo carraspeó y se acercó de nuevo al caballo, llevando su mano enguantada en cuerpo a su cuello para acariciarlo mientras cogía las riendas.
—¿Quieres volver a intentarlo o prefieres esperar un poco?
Estaba legítimamente preocupado. No quería que se cayese de esa forma de nuevo y empezaba a preocuparse. Lo mismo participar en la carrera podía ser demasiado peligroso para un iniciado... No dudaba en absoluto de las capacidades de Brianna y sabía que sería capaz de aprender a ser una gran jinete con esfuerzo y dedicación, como él lo hizo, pero tal vez... tal vez tenían muy poco tiempo. Alistar suspiró para después mirar a Brianna.
—No quiero forzarte a correr en la carrera si no te ves capaz. Estaré encantado de enseñarte todo lo que pueda en este poco tiempo, pero... Es tu decisión.
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Notaba la preocupación en los ojos de Alistar y no podía hacer nada para eliminarla, después de todo era normal que estuviera preocupado. Una mala caída de un caballo podría dejarte unas secuelas terribles, por eso había que tener mucho cuidado y al menos la chica estaba vez había tenido suerte. Le sonrió al albino y le tomo de la mano para levantarse del suelo y suspirando un poco se fue quitando la suciedad de la ropa un poco con la mano, dando algunos golpecitos y dejando que la pajilla y el serrín se fueran desvaneciendo poco a poco de su figura junto con el polvo y la tierra que llenaban el lugar. Al menos la chica estaba en perfectas condiciones y tan solo había sido un susto.
— No te preocupes Alistar, estoy bien, solo ha sido un susto, no me duele nada y estoy enterita — intentaba demostrarle que estaba en plena forma aún después de la caída sufrida. Se acerco a la yegua y le acaricio el cuerpo y el cuello intentando que se tranquilizase, era normal que no lo consiguiera a la primera, después de todo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo realmente y por eso tenía que practicar y tal vez ir un poco mas despacito para evitar nuevos problemas como aquel. El problema de ir despacio es que no tenían mucho tiempo y el día de la carrera cada vez estaba más cerca. Volvió a subirse a la yegua y se preparo para trotar un poco con ella, primero tenía que sentirse segura aunque antes de subir reviso bien la montura y la apretó un poquito, por que antes había sentido que se movía.
— Voy a trotar un poquito con ella y luego a lo mejor lo intento otra vez — se aferró bien al caballo con las piernas y cogió las riendas para volver a ponerse manos a la obra con el animalito. Se notaba que estaba concienciada en conseguir aquel objetivo, puede que terminase ganando Alistar, seguramente así pasaría, pero al menos ella sería una posibilidad más y dentro de lo que había tener un punto más de posibilidad en la estadística siempre era bueno. No quería que Alistar se volviera a preocupar, aunque debía admitir que le pareció bastante dulce el momento en que no quiso soltarle la mano. Aquel hombre era encantador, muy protector y eso hacía que la doctora se sintiera bastante segura a su lado, era un buen hombre y se alegaba mucho de tenerle a su lado.
— No te preocupes Alistar, estoy bien, solo ha sido un susto, no me duele nada y estoy enterita — intentaba demostrarle que estaba en plena forma aún después de la caída sufrida. Se acerco a la yegua y le acaricio el cuerpo y el cuello intentando que se tranquilizase, era normal que no lo consiguiera a la primera, después de todo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo realmente y por eso tenía que practicar y tal vez ir un poco mas despacito para evitar nuevos problemas como aquel. El problema de ir despacio es que no tenían mucho tiempo y el día de la carrera cada vez estaba más cerca. Volvió a subirse a la yegua y se preparo para trotar un poco con ella, primero tenía que sentirse segura aunque antes de subir reviso bien la montura y la apretó un poquito, por que antes había sentido que se movía.
— Voy a trotar un poquito con ella y luego a lo mejor lo intento otra vez — se aferró bien al caballo con las piernas y cogió las riendas para volver a ponerse manos a la obra con el animalito. Se notaba que estaba concienciada en conseguir aquel objetivo, puede que terminase ganando Alistar, seguramente así pasaría, pero al menos ella sería una posibilidad más y dentro de lo que había tener un punto más de posibilidad en la estadística siempre era bueno. No quería que Alistar se volviera a preocupar, aunque debía admitir que le pareció bastante dulce el momento en que no quiso soltarle la mano. Aquel hombre era encantador, muy protector y eso hacía que la doctora se sintiera bastante segura a su lado, era un buen hombre y se alegaba mucho de tenerle a su lado.
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Aún con sus afirmaciones de que estaba bien, el lobo seguía preocupado. Se sentía culpable, pues de no haber ido tan deprisa con las lecciones no se habría caído. Suspiró y miró a un lado, intentando sin éxito alejar ese pensamiento de su cabeza. En completo silencio volvió a subir a lomos de Azucarillo, que casi parecía expectante a ese regreso. Parecía ser un caballo al que le gustaba correr, aunque no tanto ser montado por alguien inexperto como podrían ser los dueños del establo. Dirigió al equino hasta el inicio del circuito y corrió con este al galope, contando mentalmente el tiempo que pasaba con cada carrera, como queriendo comprobar cuán rápido podía llegar a ser el animal.
Hizo esto varias veces durante hora y media, mientras se distraía ligeramente para observar como Brianna se acostumbraba a montar a la yegua. Se sintió culpable una vez más, no podía evitarlo. Estaba empezando a atardecer y la noche a cernirse sobre ellos. Suspiró y se acercó a Brianna, bajando del caballo. Intentó mirarla a los ojos, pero su culpabilidad no se lo permitía del todo, haciéndole mirar a otro lado.
—Me siento responsable por tu caída... ¿Te parece si te invito a cenar en algún buen sitio de la isla? Por... por compensar.
En cierto modo, imaginaba que podría estar enfadada con él, pero que era demasiado buena y comprensiva como para querer mostrarlo. Sin embargo, no quería acusarla en voz alta de estar enfadada, pues eso podría enfadarla de verdad. El lobo se sentía mal, poco más, y quería compensar su error.
Hizo esto varias veces durante hora y media, mientras se distraía ligeramente para observar como Brianna se acostumbraba a montar a la yegua. Se sintió culpable una vez más, no podía evitarlo. Estaba empezando a atardecer y la noche a cernirse sobre ellos. Suspiró y se acercó a Brianna, bajando del caballo. Intentó mirarla a los ojos, pero su culpabilidad no se lo permitía del todo, haciéndole mirar a otro lado.
—Me siento responsable por tu caída... ¿Te parece si te invito a cenar en algún buen sitio de la isla? Por... por compensar.
En cierto modo, imaginaba que podría estar enfadada con él, pero que era demasiado buena y comprensiva como para querer mostrarlo. Sin embargo, no quería acusarla en voz alta de estar enfadada, pues eso podría enfadarla de verdad. El lobo se sentía mal, poco más, y quería compensar su error.
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Se había quedado la mayor parte del tiempo sobre Brillitos acostumbrándose al movimiento de la yegua bajo su cuerpo. Era algo a lo que debía acostumbrarse antes de poder realizar actos un poco mas arriesgados o mas potentes como podía ser el galope. Después de todo había que aprender a andar antes de empezar a correr y por mucho que quisieran aligerar las cosas en ocasiones es mejor tener un poco más de paciencia que querer hacerlo todo demasiado deprisa y que acabe en desgracia. Brianna estaba bastante contenta por que la yegua y ella ya habían hecho buenas migas y parecía que ambas se habían acostumbrado la una a la otra y eso era algo bastante bueno.
Cuando Alistar se acerco a ella de esa manera suspiro un poco y con una sonrisa aprovechando que ahora mismo ella estaba bastante más alta que él llevo una mano a su cara y le hizo una dulce caricia para que la mirase a la cara. — Alistar no estoy enfadada contigo ¿vale? tú no has hecho nada malo, me estas enseñando y no ha pasado nada malo ¿vale? así que deja de culparte de todos los males del mundo por que tú no tienes la culpa — después de eso le pidió que la ayudase a bajar de Brillitos y tras llevar a los caballos a su lugar de descanso Brianna y Alistar fueron a cenar algo a un restaurante de la isla.
La verdad es que estaba bastante cansada así que en cuanto cenaron y tras charlar un poco con el albino volvieron a la casa de su contratista que ya les había preparado una habitación a cada uno para que pudieran descansar. — Buenas noches Alistar, ya verás que mañana podre galopar — sonriendo animada se despidió de él y se metió en su habitación para darse una ducha y después meterse en la cama junto con kodlak, de ese modo las pesadillas no la molestarían tanto por la noche y no terminaría asustando a todos los allí presentes con sus gritos nocturnos. El lobo hacía de peluche gigante, la ayudaba a conciliar el sueño y a sentirse segura por que tenía un guardián de lo más eficaz durmiendo con ella.
Cuando Alistar se acerco a ella de esa manera suspiro un poco y con una sonrisa aprovechando que ahora mismo ella estaba bastante más alta que él llevo una mano a su cara y le hizo una dulce caricia para que la mirase a la cara. — Alistar no estoy enfadada contigo ¿vale? tú no has hecho nada malo, me estas enseñando y no ha pasado nada malo ¿vale? así que deja de culparte de todos los males del mundo por que tú no tienes la culpa — después de eso le pidió que la ayudase a bajar de Brillitos y tras llevar a los caballos a su lugar de descanso Brianna y Alistar fueron a cenar algo a un restaurante de la isla.
La verdad es que estaba bastante cansada así que en cuanto cenaron y tras charlar un poco con el albino volvieron a la casa de su contratista que ya les había preparado una habitación a cada uno para que pudieran descansar. — Buenas noches Alistar, ya verás que mañana podre galopar — sonriendo animada se despidió de él y se metió en su habitación para darse una ducha y después meterse en la cama junto con kodlak, de ese modo las pesadillas no la molestarían tanto por la noche y no terminaría asustando a todos los allí presentes con sus gritos nocturnos. El lobo hacía de peluche gigante, la ayudaba a conciliar el sueño y a sentirse segura por que tenía un guardián de lo más eficaz durmiendo con ella.
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Se estremeció un poco cuando tocó su rostro, tensando el puño unos instantes por instinto antes de volver a relajar los dedos. No se acostumbraba a ningún tipo de muestra de afecto, le era totalmente imposible. No contestó a lo que dijo, pero la ayudó a bajar de la yegua como pidió. Al menos la cena fue bien, aquello ya era algo. Desde que había consumido su fruta del diablo, el lobo solía tener un gran apetito y siempre comía cantidades... bastante grandes de carne. Rara vez se lo veía comer algo distinto. Cuando pidió llegó incluso a avergonzarse de aquello delante de Brianna, como si esta no tuviese ya razones suficientes para pensar en la falta de humanidad del licántropo.
Tras la despedida entró en la habitación dada para él. Dejó que Kodlak durmiese con Brianna a modo de guardián cercano. Alistar miró la habitación, bien limpia y preparada. Miró la cama y suspiró. No se acostumbraba a dormir en algo que no fuese frío suelo... y no iba a empezar ahora. Se quitó las piezas de armadura y al funda de la espada con esta todavía dentro, se acercó a la pared que colindaba con la del cuarto de Brianna y se sentó en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Afinó su oído lupino y su fino olfato para detectar a cualquier intruso que pudiese entrar y cerró los ojos.
Durmió muy poco, con la espada cerca suya, pues al querer estar tan atento, a cada menor ruido volvía a abrir los ojos y esperaba a asegurarse de que no era nada peligroso antes de volver a cerrarlos. Despertó antes del amanecer y ya quedó despierto, esperando al mismo. En cuanto la más mínima señal de luz y sol entró por la ventana, se levantó y volvió a ponerse la armadura. Salió de la habitación y se dirigió directamente a los establos, no sin antes dejar una nota pegada a la puerta de Brianna que rezaba "No te separes de Kodlak. Estoy ya practicando."
El lobo sabía que sus métodos y su forma de ser podían parecer distantes, debido a todo lo que había vivido y sufrido. Sin embargo, esperaba que Brianna fuese capaz de detectar en las sutiles señales y en sus palabras que el lobo sentía verdadero afecto y amistad por ella, que quería protegerla por todo lo que hacía por él, siendo la primera persona en tratarlo como un verdadero ser humano en años.
Tras la despedida entró en la habitación dada para él. Dejó que Kodlak durmiese con Brianna a modo de guardián cercano. Alistar miró la habitación, bien limpia y preparada. Miró la cama y suspiró. No se acostumbraba a dormir en algo que no fuese frío suelo... y no iba a empezar ahora. Se quitó las piezas de armadura y al funda de la espada con esta todavía dentro, se acercó a la pared que colindaba con la del cuarto de Brianna y se sentó en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Afinó su oído lupino y su fino olfato para detectar a cualquier intruso que pudiese entrar y cerró los ojos.
Durmió muy poco, con la espada cerca suya, pues al querer estar tan atento, a cada menor ruido volvía a abrir los ojos y esperaba a asegurarse de que no era nada peligroso antes de volver a cerrarlos. Despertó antes del amanecer y ya quedó despierto, esperando al mismo. En cuanto la más mínima señal de luz y sol entró por la ventana, se levantó y volvió a ponerse la armadura. Salió de la habitación y se dirigió directamente a los establos, no sin antes dejar una nota pegada a la puerta de Brianna que rezaba "No te separes de Kodlak. Estoy ya practicando."
El lobo sabía que sus métodos y su forma de ser podían parecer distantes, debido a todo lo que había vivido y sufrido. Sin embargo, esperaba que Brianna fuese capaz de detectar en las sutiles señales y en sus palabras que el lobo sentía verdadero afecto y amistad por ella, que quería protegerla por todo lo que hacía por él, siendo la primera persona en tratarlo como un verdadero ser humano en años.
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Gracias a la presencia del lobo en aquella habitación Brianna consiguió dormir bastante bien. Cuando despertó se arreglo y pensaba ir a buscar a Alistar pero cuando salió de la habitación pudo ver aquella nota que había dejado para ella. Al parecer había ido a entrenar y a practicar mas temprano. Le acaricio la cabeza al lobo y tras conseguir algo para desayunar fue a encontrarse con el albino, una vez llego al establo le dijo a Kodlak que fuera a cazar algo para desayunar, sabía que una vez estuviera con Alistar el lobo estaría tranquilo y podría ir tranquilamente a comer algo. Entro animada y se acerco a Brillitos para acariciarle la carita con ternura. Dullahan estaba paseando por allí también bastante entretenido.
— Buenos días Alistar, aunque creo que debería haberme levantado antes — se rió un poco y ensillo al caballo preparándolo tal y como el albino la había enseñado para ensillar a Dullahan ya que ahora era su caballo. Se subió al caballo y entonces respiro hondo un par de veces para comenzar la rutina que habían hecho el día anterior. En el momento en que ella se sintió preparada hizo lo que Alistar le enseño para que el caballo comenzara a cabalgar. Brillitos no tardó nada en absoluto en hacer lo que Brianna le estaba pidiendo y salió corriendo en cuanto pudo. En esta ocasión la doctora estaba mucho mejor agarrada y más acostumbrada al movimiento del animal por lo que pudo mantenerse sobre su lomo sin mucha dificultad. Estaba de lo más animada en aquel momento por que estaba consiguiéndolo.
Hizo el ejercicio que Alistar había explicado el día anterior y en el momento en que hizo el giro no ocurrió nada malo como sucedió ayer, todo lo contrario, fue un giro limpio y sin dificultad y entonces volvieron al lugar del cual partieron. Brianna freno suavemente tal y como el abino le explico y la yegua freno lentamente sin dificultad alguna. Se notaba que la joven estaba encantada por haber conseguido realizar bien aquel ejercicio, el entrenamiento había dado sus frutos y eso era algo maravilloso. — ¿Lo has visto Alistar? ¡lo he conseguido! — estaba muy emocionada y ahora ya no tenía miedo de volver a hacerlo mal. Sabía que lo conseguiría y aunque tal vez ella no ganara la carrera al menos tendrían una oportunidad más de llegar a la meta con aquellos dos hermosos caballos que habían conseguido domar.
— Buenos días Alistar, aunque creo que debería haberme levantado antes — se rió un poco y ensillo al caballo preparándolo tal y como el albino la había enseñado para ensillar a Dullahan ya que ahora era su caballo. Se subió al caballo y entonces respiro hondo un par de veces para comenzar la rutina que habían hecho el día anterior. En el momento en que ella se sintió preparada hizo lo que Alistar le enseño para que el caballo comenzara a cabalgar. Brillitos no tardó nada en absoluto en hacer lo que Brianna le estaba pidiendo y salió corriendo en cuanto pudo. En esta ocasión la doctora estaba mucho mejor agarrada y más acostumbrada al movimiento del animal por lo que pudo mantenerse sobre su lomo sin mucha dificultad. Estaba de lo más animada en aquel momento por que estaba consiguiéndolo.
Hizo el ejercicio que Alistar había explicado el día anterior y en el momento en que hizo el giro no ocurrió nada malo como sucedió ayer, todo lo contrario, fue un giro limpio y sin dificultad y entonces volvieron al lugar del cual partieron. Brianna freno suavemente tal y como el abino le explico y la yegua freno lentamente sin dificultad alguna. Se notaba que la joven estaba encantada por haber conseguido realizar bien aquel ejercicio, el entrenamiento había dado sus frutos y eso era algo maravilloso. — ¿Lo has visto Alistar? ¡lo he conseguido! — estaba muy emocionada y ahora ya no tenía miedo de volver a hacerlo mal. Sabía que lo conseguiría y aunque tal vez ella no ganara la carrera al menos tendrían una oportunidad más de llegar a la meta con aquellos dos hermosos caballos que habían conseguido domar.
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Alistar montó en Azucarillo e hizo el recorrido varias veces antes de que llegara Brianna, mientras la yegua miraba. Ya no le quedaba mucho más que domar o adiestrar al caballo para que hiciera, por lo que el tiempo que quedaba se limitaría a intentar superar el tiempo en el que recorría el circuito. No conocía a los otros corredores, por lo que no podría intentar formar una estrategia basada en ellos. Sin embargo, debía también estar precavido por los tramposos. Siempre los había. El corredor que lleva montando desde pequeño y no ha perdido una carrera en su vida y no quería empezar ahora.
Finalmente llegó Brianna. Le devolvió el saludo desde su silla de montar y empezó a correr de nuevo, manteniendo más de la mitad de la atención en ella por si volvía a ocurrir algo. Sin embargo... no ocurrió nada. La mujer consiguió cogerle el tranquillo e ir al galope por el recorrido sin caerse. Parecía bastante contenta en su celebración. Alistar trotó con el caballo hasta su lado y la miró con una sonrisa, tal vez la más amplia que se le había visto formar, aunque comparada con las sonrisas de otras personas era una bastante normal.
—Sabía que lo conseguirías. Si tuvieramos tiempo te enseñaría también a hacer trucos como ponerte en pie encima del caballo o que este haga el pino y de vueltas como una peonza, pero creo que lo mejor será centrarse en la carrera.
Antes de continuar, sabiendo que venía lo más difícil del adiestramiento, pidió al dueño de los establos que trajese los obstáculos. Las vallas fueron colocadas por el circuito. Alistar suspiró. Él era un jinete de guerra, más que uno de carreras, por lo que no estaba tan entrado en los obstáculos. Supuso que no sería tan difícil hacer saltar al caballo, sin embargo seguía teniendo cierta preocupación. Antes de decirle nada a Brianna quiso hacer el recorrido por si mismo.
Espoleó al caballo y este empezó a correr por el circuito, recto como una bala. Antes de cada valla, el lobo daba un golpe de voz seco y, al instante, el caballo saltaba por encima. Rozó algunas de las vallas con las patas traseras, pero nada que hiciese que se desviase de su recorrido. Paró y se acercó al trote a Brianna de nuevo.
—Antes de nada el caballo debe acostumbrarse a tu voz y atribuir una orden concreta al salto. Debería estar acostumbrada a tu voz y dirección de las prácticas que hemos tenido, falta asignar un golpe de voz concreto al salto. ¿Quieres probar? No te preocupes, los caballos no son tontos. Si no te hace caso intentará saltar por su cuenta o evitará la valla, no va a chocar con la misma.
Finalmente llegó Brianna. Le devolvió el saludo desde su silla de montar y empezó a correr de nuevo, manteniendo más de la mitad de la atención en ella por si volvía a ocurrir algo. Sin embargo... no ocurrió nada. La mujer consiguió cogerle el tranquillo e ir al galope por el recorrido sin caerse. Parecía bastante contenta en su celebración. Alistar trotó con el caballo hasta su lado y la miró con una sonrisa, tal vez la más amplia que se le había visto formar, aunque comparada con las sonrisas de otras personas era una bastante normal.
—Sabía que lo conseguirías. Si tuvieramos tiempo te enseñaría también a hacer trucos como ponerte en pie encima del caballo o que este haga el pino y de vueltas como una peonza, pero creo que lo mejor será centrarse en la carrera.
Antes de continuar, sabiendo que venía lo más difícil del adiestramiento, pidió al dueño de los establos que trajese los obstáculos. Las vallas fueron colocadas por el circuito. Alistar suspiró. Él era un jinete de guerra, más que uno de carreras, por lo que no estaba tan entrado en los obstáculos. Supuso que no sería tan difícil hacer saltar al caballo, sin embargo seguía teniendo cierta preocupación. Antes de decirle nada a Brianna quiso hacer el recorrido por si mismo.
Espoleó al caballo y este empezó a correr por el circuito, recto como una bala. Antes de cada valla, el lobo daba un golpe de voz seco y, al instante, el caballo saltaba por encima. Rozó algunas de las vallas con las patas traseras, pero nada que hiciese que se desviase de su recorrido. Paró y se acercó al trote a Brianna de nuevo.
—Antes de nada el caballo debe acostumbrarse a tu voz y atribuir una orden concreta al salto. Debería estar acostumbrada a tu voz y dirección de las prácticas que hemos tenido, falta asignar un golpe de voz concreto al salto. ¿Quieres probar? No te preocupes, los caballos no son tontos. Si no te hace caso intentará saltar por su cuenta o evitará la valla, no va a chocar con la misma.
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Estaba muy emocionada por haber conseguido correr con aquella hermosa yegua todo el recorrido y sin tener que detenerse o asustarse. La caída de ayer no fue grave pero es cierto que estaba preocupada por si no era capaz de hacer las cosas bien. Sin embargo ahora tenía mucha más confianza y estaba segura de que iba a conseguir todo lo que se propusiera para poder competir en la carrera. Después de todo había que correr con los dos caballos y tenían que estar listos ambos para la carrera. Aunque la que más tenía que prepararse era Brianna que todo esto le pillaba de nuevas. Pero estaba lista y estaba convencida de que iba a conseguir realizar el recorrido entero.
Las indicaciones de Alistar como siempre eran claras y bastante sencillas de entender, otra cosa era que las llevará a cabo de forma correcta. Le dio mimos a la yegua mientras le hablaba un poco para relajarse. Una vez que estuvo preparada espoleó al caballo y entonces está empezó a correr hasta la primera valla. Al llegar allí le dio la orden y entonces la yegua salto la valla bastante bien. Por el momento se encargaría de hacer los saltos con una sola valla hasta que las dos estuvieran preparadas para saltar unas cuantas seguidas. Brianna se concentró mientras miraba las vallas y entonces decidió que era momento de intentarlo.
Con toda la determinación que caracteriza a nuestra doctora se puso rumbo hacia las vallas con el caballo y entonces comenzó a saltar con la yegua todas y cada una de las vallas. Parecía una auténtica amazona y ahora se podría decir que estaban listos para la carrera. Puede que Brianna no fuera la mas rápida ni la que ganase pero estaba lista para la acción al menos. Tras entrenar un poco más y que pasase un nuevo día llegó el día de la carrera y con unos trajes que le había dado su contratante se pusieron rumbo a la carrera para dar comienzo con ella. Estaban en la línea de salida y era momento de prepararse para la acción.
Las indicaciones de Alistar como siempre eran claras y bastante sencillas de entender, otra cosa era que las llevará a cabo de forma correcta. Le dio mimos a la yegua mientras le hablaba un poco para relajarse. Una vez que estuvo preparada espoleó al caballo y entonces está empezó a correr hasta la primera valla. Al llegar allí le dio la orden y entonces la yegua salto la valla bastante bien. Por el momento se encargaría de hacer los saltos con una sola valla hasta que las dos estuvieran preparadas para saltar unas cuantas seguidas. Brianna se concentró mientras miraba las vallas y entonces decidió que era momento de intentarlo.
Con toda la determinación que caracteriza a nuestra doctora se puso rumbo hacia las vallas con el caballo y entonces comenzó a saltar con la yegua todas y cada una de las vallas. Parecía una auténtica amazona y ahora se podría decir que estaban listos para la carrera. Puede que Brianna no fuera la mas rápida ni la que ganase pero estaba lista para la acción al menos. Tras entrenar un poco más y que pasase un nuevo día llegó el día de la carrera y con unos trajes que le había dado su contratante se pusieron rumbo a la carrera para dar comienzo con ella. Estaban en la línea de salida y era momento de prepararse para la acción.
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No tardaron demasiado den dar comienzo con aquel evento. Tanto Alistar como Brianna estaban preparados sobre sus corceles en la línea de salida esperando la señal para salir corriendo tan rápido como pudieran para llegar a meta los primeros. Después de todo la petición era ganar la carrera y esperaban conseguirlo. Aunque seguía resultando le demasiado extraño a la mujer que primeramente dijeran que los caballos eran para cría y después los pusieran a correr en una carrera de obstáculos. Pero no era momento para ponerse a pensar en eso, tenía que centrarse en lo que tenía delante o Brillitos se distraeria y acabaría perdiendo la concentración y ella seguramente en el suelo.
Los dos corrían velozmente y saltaron los primeros obstáculos sin mucho problema. La verdad es que estaba siendo una carrera multitudinaria y esperaba realmente que sus caballos estuvieran preparados para aquel evento. Necesitaban ganar y tanto entrenamiento debía dar sus frutos. Ella esperaba que Alistar ganase, sobretodo teniendo en cuenta que de ellos dos él era quien más experiencia tenía y quién había demostrado que era un jinete maravilloso. Por su parte, ella esperaba llegar a la meta y al menos distraer un poco a los otros corredores para que no se centrasen solo en el lobo blanco.
Kodlak miraba todo desde el interior de unos árboles a la espera de que todo aquello terminase bien y que pudieran marchar a seguir viajando cuanto antes. Al animalito al parecer le gustaba descubrir mundo nuevo y viajar con ellos. De nuevo varios obstáculos más fueron evitados y pasados de forma bastante rápida, calculaba que más o menos llevarían un cuarto de carrera y esperaba que las cosas siguieran así de bien. Aunque tenía miedo de que alguno de los otros corredores de pusiera a hacer trampas. Podría ser peligroso y quería estar atenta por si acaso sucedía alguna desgracia.
Los dos corrían velozmente y saltaron los primeros obstáculos sin mucho problema. La verdad es que estaba siendo una carrera multitudinaria y esperaba realmente que sus caballos estuvieran preparados para aquel evento. Necesitaban ganar y tanto entrenamiento debía dar sus frutos. Ella esperaba que Alistar ganase, sobretodo teniendo en cuenta que de ellos dos él era quien más experiencia tenía y quién había demostrado que era un jinete maravilloso. Por su parte, ella esperaba llegar a la meta y al menos distraer un poco a los otros corredores para que no se centrasen solo en el lobo blanco.
Kodlak miraba todo desde el interior de unos árboles a la espera de que todo aquello terminase bien y que pudieran marchar a seguir viajando cuanto antes. Al animalito al parecer le gustaba descubrir mundo nuevo y viajar con ellos. De nuevo varios obstáculos más fueron evitados y pasados de forma bastante rápida, calculaba que más o menos llevarían un cuarto de carrera y esperaba que las cosas siguieran así de bien. Aunque tenía miedo de que alguno de los otros corredores de pusiera a hacer trampas. Podría ser peligroso y quería estar atenta por si acaso sucedía alguna desgracia.
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Alistar llegó al lugar de la carrera junto a Brianna. Le habían hecho vestir de una forma de la cual no estaba para nada acostumbrado. Una ajustada camisa con un casco atado bajo su barbilla, unos guantes negros y unos pantalones, también ajustados, con unas botas de jinete. Sabía que los jinetes de carreras solían vestir así, pero jamás en su vida se habría imaginado que él tendría que hacerlo. Finalmente, todos los corredores fueron a sus cajones de salida, separados entre sí por vallas y una puerta delante del caballo que se abriría en cuanto se diese el pistoletazo de salida.
En el cajón de su izquierda estaba Brianna con Brillitos, mientras que al de su derecha había un desconocido. Un hombre rubio con su uniforme de jinete de color verde. En su casco estaban, como adornos de color dorado, las letrás "D", "I" y "O". El hombre se fijó en Alistar y sonrió.
—Hola. Soy Diego y este es mi caballo, Silver Bullet.
—Alistar. Este es Azucarillo.
—Tú eres el que domó los caballos aquellos tan estoicos, ¿no?
—Sí. Junto a mi compañera.
—Te admiro por ello. Se decía que esos animales eran indomables y por lo que oí te costó muy poco. Debes ser un jinete muy experimentado.
—¿En carreras? No. Solía ser un jinete de guerra, más que nada.
—Fuera como fuese tuve que arreglármelas para quitarte de en medio igual —dijo con una siniestra sonrisa.
—¿Perdón?
Sonó el pistoletazo. Las puertas se abrieron y los caballos salieron disparados en la carrera... Todos menos Azucarillo. La puerta había quedado atascada por una delgada pieza de metal colocada en los mecanismos. Alistar gruñó. El tal Diego estaba haciendo trampas. Pasó a su forma híbrida y se levantó un poco en el caballo, inclinándose hacia delante y agarrando las puertas de madera con la garra. Dio un fuerte tirón y la arrancó de sus bisagras, tirándolo hacia delante. Volvió a su forma humana a la par que espoleaba a Azucarillo. El tal Diego le había jodido el inicio.
En el cajón de su izquierda estaba Brianna con Brillitos, mientras que al de su derecha había un desconocido. Un hombre rubio con su uniforme de jinete de color verde. En su casco estaban, como adornos de color dorado, las letrás "D", "I" y "O". El hombre se fijó en Alistar y sonrió.
—Hola. Soy Diego y este es mi caballo, Silver Bullet.
—Alistar. Este es Azucarillo.
—Tú eres el que domó los caballos aquellos tan estoicos, ¿no?
—Sí. Junto a mi compañera.
—Te admiro por ello. Se decía que esos animales eran indomables y por lo que oí te costó muy poco. Debes ser un jinete muy experimentado.
—¿En carreras? No. Solía ser un jinete de guerra, más que nada.
—Fuera como fuese tuve que arreglármelas para quitarte de en medio igual —dijo con una siniestra sonrisa.
—¿Perdón?
Sonó el pistoletazo. Las puertas se abrieron y los caballos salieron disparados en la carrera... Todos menos Azucarillo. La puerta había quedado atascada por una delgada pieza de metal colocada en los mecanismos. Alistar gruñó. El tal Diego estaba haciendo trampas. Pasó a su forma híbrida y se levantó un poco en el caballo, inclinándose hacia delante y agarrando las puertas de madera con la garra. Dio un fuerte tirón y la arrancó de sus bisagras, tirándolo hacia delante. Volvió a su forma humana a la par que espoleaba a Azucarillo. El tal Diego le había jodido el inicio.
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Como era de esperar siempre había tramposos que querían ganar a toda costa sin importar si hacían o no hacían daño en el proceso. Uno de los jinetes del pueblo, no sabía quién era, estaba hablando con Alistar y pudo comprobar que Azukarillo no pudo salir cuando dieron el pistoletazo de salida por alguna razón que tenía que ver con el cajón en el que se encontraba. Brianna miro de reojo hacia atrás esperando que Alistar lograse salir y así fue. El lobo después de todo tenía muchos trucos en la manga y aunque ellos no hiciesen trampas no iban a permitir que ganase un cualquiera utilizándolas.
— Vamos Brillitos, vamos preciosa ru puedes, eso es — corría velozmente con el caballo pasando tantos obstáculos como se le ponían por delante. Pero en un momento sonrió una presencia muy desagradable acercarse a ella. No hacía falta tener haki para notar que no tenía buenas intenciones hacia ella y Brianna estaba un poco asustada por si le hacía daño a la yegua. Inténto alejarse de aquel sujeto mientras seguía corriendo pero las cosas cada vez se ponían mas complicadas. Ella solo quería correr y acabar la carrera y ahora estaba envuelta en un serio problema. Puede que sí se caía está vez sí que se hiciera daño realmente.
Llevaban aproximadamente la mitad de la carrera cuando aquel hombre empezó a intentar desequilibrar a la yegua. Brianna el una ocasión no puedo hacer más que chillar y agarrarse bien a la yegua que por suerte se mantenía tan firme como le era posible. Aquel animal era un verdadero encanto. No quedaba demasiado para llegar a la línea de meta, pero las cosas se estaban poniendo peliaguda y sinceramente tenía miedo. Esperaba que Alistar remontase por qué estaba pensando en usar su akuma para mandar a ese desgraciado a dar un paseo por su dimensión paralela.
— Vamos Brillitos, vamos preciosa ru puedes, eso es — corría velozmente con el caballo pasando tantos obstáculos como se le ponían por delante. Pero en un momento sonrió una presencia muy desagradable acercarse a ella. No hacía falta tener haki para notar que no tenía buenas intenciones hacia ella y Brianna estaba un poco asustada por si le hacía daño a la yegua. Inténto alejarse de aquel sujeto mientras seguía corriendo pero las cosas cada vez se ponían mas complicadas. Ella solo quería correr y acabar la carrera y ahora estaba envuelta en un serio problema. Puede que sí se caía está vez sí que se hiciera daño realmente.
Llevaban aproximadamente la mitad de la carrera cuando aquel hombre empezó a intentar desequilibrar a la yegua. Brianna el una ocasión no puedo hacer más que chillar y agarrarse bien a la yegua que por suerte se mantenía tan firme como le era posible. Aquel animal era un verdadero encanto. No quedaba demasiado para llegar a la línea de meta, pero las cosas se estaban poniendo peliaguda y sinceramente tenía miedo. Esperaba que Alistar remontase por qué estaba pensando en usar su akuma para mandar a ese desgraciado a dar un paseo por su dimensión paralela.
Alistar Reep
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Espoleó a Azucarillo. Odiaba tener que hacerle sobreesforzarse de aquella manera, pero tenía que dejar atrás la desventaja que le habían obligado a tener. Empezó a pasar por el lado de varios corredores, que lo miraban con cierto odio o decepción. El caballo saltaba con gracilidad las vallas y seguía corriendo, hasta alcanzar a las dos personas que iban en cabeza: Diego y Brianna. Si bien la mujer no estaba experimentada, estaba claro que la yegua que montaba era lo suficientemente rápida como para que, sumado a lo bien y rápido que aprendía ella, tomase una segunda posición.
Pero no había podido enseñarla a lidiar con tramposos. Diego intentaba asustar a Brillitos, desequilibrarla y hacerla caer. El lobo tenía dos opciones. Podría adelantarlo por el otro lado y, aprovechando que no solo está distraído con Brianna sino que no se esperará que Alistar hubiese conseguido salir y avanzar tan pronto, podría ganar la carrera... O desviar la atención hacia él mismo. Era lo que ocurriría, pues Diego parecía alguien capaz de mantenerse al tanto de todo lo que ocurría a su alrededor. Si volvía a ponerse en su punto de mira como lo que él consideraba era el rival más peligroso, dejaría de centrarse en Brianna.
Eso hizo. Espoleó para ponerse justo a su lado, intentando tomar exactamente la misma velocidad que su Silver Bullet. Diego enseguida lo vio y frunció el ceño. Por fin dejó de centrarse en Brianna, dejándola correr a su aire yendo esta ahora en tercer lugar. Tanto Azucarillo como Silver Bullet saltaron, casi como si estuvieran sincronizados, la siguiente valla. Sin embargo, cuando se acercaba la próxima, el rubio hizo un movimiento con el brazo, lanzando un cuchillo por delante del caballo. El arma iba atada a un tenso hilo que amenazaba con hacer tropezar al caballo.
Alistar rugió para si mismo. Podía saltarlo, pero si lo hacía no sería capaz de saltar a tiempo la siguiente valla y mantener la misma velocidad. Fuera como fuese, el lobo ya no iba a ganar la carrera. Pero no iba a permitir que la ganase Diego. Analizó lo que quedaba. Muy poco y Brianna estaba ya muy cerca de Diego. Si era capaz de adelantarlo en los últimos metros a este no le daría tiempo a hacer ninguna de sus fechorías. Alistar respiró hondo.
Saltó el hilo tenso. En el aire, los cascos delanteros del animal chocaron con la valla, haciendo fallar su salto. Cayó al suelo de lado, rodando y levantando polvo, pasando por encima de Alistar que, de no ser por su resistencia casi inhumana, habría quedado hecho puré. Aún así sabía que acabaría con varios moratones y le costaría moverse después de eso. En el suelo bocabajo, conforme el polvo desaparecía, el lobo levantó la mirada justo cuando la yegua que montaba Bri lo miraba de reojo por haberse caído.
—¡Corre! —ordenó.
Si todo iba bien, la yegua daría el último sprint y Diego acabaría segundo.
Pero no había podido enseñarla a lidiar con tramposos. Diego intentaba asustar a Brillitos, desequilibrarla y hacerla caer. El lobo tenía dos opciones. Podría adelantarlo por el otro lado y, aprovechando que no solo está distraído con Brianna sino que no se esperará que Alistar hubiese conseguido salir y avanzar tan pronto, podría ganar la carrera... O desviar la atención hacia él mismo. Era lo que ocurriría, pues Diego parecía alguien capaz de mantenerse al tanto de todo lo que ocurría a su alrededor. Si volvía a ponerse en su punto de mira como lo que él consideraba era el rival más peligroso, dejaría de centrarse en Brianna.
Eso hizo. Espoleó para ponerse justo a su lado, intentando tomar exactamente la misma velocidad que su Silver Bullet. Diego enseguida lo vio y frunció el ceño. Por fin dejó de centrarse en Brianna, dejándola correr a su aire yendo esta ahora en tercer lugar. Tanto Azucarillo como Silver Bullet saltaron, casi como si estuvieran sincronizados, la siguiente valla. Sin embargo, cuando se acercaba la próxima, el rubio hizo un movimiento con el brazo, lanzando un cuchillo por delante del caballo. El arma iba atada a un tenso hilo que amenazaba con hacer tropezar al caballo.
Alistar rugió para si mismo. Podía saltarlo, pero si lo hacía no sería capaz de saltar a tiempo la siguiente valla y mantener la misma velocidad. Fuera como fuese, el lobo ya no iba a ganar la carrera. Pero no iba a permitir que la ganase Diego. Analizó lo que quedaba. Muy poco y Brianna estaba ya muy cerca de Diego. Si era capaz de adelantarlo en los últimos metros a este no le daría tiempo a hacer ninguna de sus fechorías. Alistar respiró hondo.
Saltó el hilo tenso. En el aire, los cascos delanteros del animal chocaron con la valla, haciendo fallar su salto. Cayó al suelo de lado, rodando y levantando polvo, pasando por encima de Alistar que, de no ser por su resistencia casi inhumana, habría quedado hecho puré. Aún así sabía que acabaría con varios moratones y le costaría moverse después de eso. En el suelo bocabajo, conforme el polvo desaparecía, el lobo levantó la mirada justo cuando la yegua que montaba Bri lo miraba de reojo por haberse caído.
—¡Corre! —ordenó.
Si todo iba bien, la yegua daría el último sprint y Diego acabaría segundo.
Brianna Byrne
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Las cosas se estaban complicando por momentos, aquel tipo no paraba de intentar que cayese al suelo. Brianna no sabía que hacer pero entonces vio como Alistar aparecia. Desde luego aquel hombre sabía perfectamente como hacer las cosas con aquellos hermosos animales para que dieran lo mejor de si. Sin embargo, aquel hombre volvió con sus trampas para hacerle caer. Alistar se estaba sacrificando por ella y eso tampoco es que le hiciera demasiada gracia. Pero en aquel momento no podía hacer otra cosa más que correr. No el daría la satisfacción a ese hombre de ganar la carrera y mucho menos después de todo lo que había hecho para hacerles la vida imposible.
Cuando Alistar y Azucarillo cayeron al suelo ella espoleo algo más a Brillitos esperando que el animal le hiciera caso a ella y a las propias palabras del lobo blanco. Así fue, la yegua apreto el ritmo un poco más adelantando a aquel tramposo y cruzaron primeras la línea de meta bajo laatenta mirada y la gran sorpresa de todos los alli presentes. En cuanto cruzaron la línea de meta freno a la yegua y dejo que su actual dueño tomara sus riendas y le diera un poco de agua y mimos además de prepararse para recoger el premio y todo ese rollo. En aquel momento a ella le importaba más bien poco todo aquello, salió corriendo hacía el lugar donde Alistar había caído, el resto de corredores ya había cruzado la línea de meta así que no había problema, nadie podría arrollarla ni nada por el estilo.
— ¡Alistar! — cuando llego a su lado se arrodillo junto a él y se puso a revisar si estaba bien. Una caída a esa velocidad podía ser realmente terrible, además de revisar al lobo pudo ver como Kodlak se encontraba lamiendo las patas de Azukarillo, por suerte el caballo parecía sano y salvo, seguramente le dolería un poco el golpe que se había dado con la valla, pero parecía estar en perfectas condiciones. Quien más le preocupaba era el albino, se notaba que la caída había sido algo fuerte, aunque sabía de sobra que era un hombre resistente después de ver como una herida de bala se curaba en un par de horas no podía evitar preocuparse. Desde luego, entre unos y otros terminarían matando a la pobre doctora de un infarto.
Después de asegurarse de que se encontraba bien le ayudo a levantarse y se mantuvo a su lado mientras llegaban al lugar donde se repartían los premios junto a Azukarillo y Kodlak. Brianna miro enfurecida al tipo que hacía trampas, se notaba que quería darle una paliza pero sabía que no serviría de nada. Una vez la ceremonía de entrega de premios termino se acercaron a su contratista para dar por termiando aquel encargo. Por su parte iría a darle mimos a los dos caballos para asegurarse de que seguían bien después de la carrera, esperaba que tuvieran cuidado con ellos y que mantuvieran a aquel terrible sujeto lejos de ellos. No le gustaba nada en pensar que pudiera hacerles daño mientras ellos no estuvieran.
Cuando Alistar y Azucarillo cayeron al suelo ella espoleo algo más a Brillitos esperando que el animal le hiciera caso a ella y a las propias palabras del lobo blanco. Así fue, la yegua apreto el ritmo un poco más adelantando a aquel tramposo y cruzaron primeras la línea de meta bajo laatenta mirada y la gran sorpresa de todos los alli presentes. En cuanto cruzaron la línea de meta freno a la yegua y dejo que su actual dueño tomara sus riendas y le diera un poco de agua y mimos además de prepararse para recoger el premio y todo ese rollo. En aquel momento a ella le importaba más bien poco todo aquello, salió corriendo hacía el lugar donde Alistar había caído, el resto de corredores ya había cruzado la línea de meta así que no había problema, nadie podría arrollarla ni nada por el estilo.
— ¡Alistar! — cuando llego a su lado se arrodillo junto a él y se puso a revisar si estaba bien. Una caída a esa velocidad podía ser realmente terrible, además de revisar al lobo pudo ver como Kodlak se encontraba lamiendo las patas de Azukarillo, por suerte el caballo parecía sano y salvo, seguramente le dolería un poco el golpe que se había dado con la valla, pero parecía estar en perfectas condiciones. Quien más le preocupaba era el albino, se notaba que la caída había sido algo fuerte, aunque sabía de sobra que era un hombre resistente después de ver como una herida de bala se curaba en un par de horas no podía evitar preocuparse. Desde luego, entre unos y otros terminarían matando a la pobre doctora de un infarto.
Después de asegurarse de que se encontraba bien le ayudo a levantarse y se mantuvo a su lado mientras llegaban al lugar donde se repartían los premios junto a Azukarillo y Kodlak. Brianna miro enfurecida al tipo que hacía trampas, se notaba que quería darle una paliza pero sabía que no serviría de nada. Una vez la ceremonía de entrega de premios termino se acercaron a su contratista para dar por termiando aquel encargo. Por su parte iría a darle mimos a los dos caballos para asegurarse de que seguían bien después de la carrera, esperaba que tuvieran cuidado con ellos y que mantuvieran a aquel terrible sujeto lejos de ellos. No le gustaba nada en pensar que pudiera hacerles daño mientras ellos no estuvieran.
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El lobo se movió por el suelo para evitar ser arrollado. No podía levantarse hasta que todos los corredores hubiesen cruzado la meta. Cuando por fin todo hubo acabado escuchó a Brianna gritar su nombre y acercarse a él. El lobo, aceptando su ayuda, se levantó y se sacudió. Tenía algunas molestias y ligeros dolores en el cuerpo, pero nada que su fisionomía entrenada no pudiese manejar, al menos por ahora. Tal vez si hubiese sido otra montura más pesada... le habría dolido bastante más. Se quitó el casco de cabeza, haciendo que todo su pelo blanco cayese como una cascada tapándole los ojos. Se lo recogió como siempre solía hacerlo y miró a su alrededor, comprobando que Azucarillo se encontraba bien.
Pudo ver a lo lejos a Diego, tirando su casco al suelo y dándole una patada, demostrando que el segundo lugar no era suficiente para él. Miró hacia la pantalla de resultados, donde se mostraba que Brianna y Brillitos estaban los primeros, Diego y Silver Bullet los segundos mientras que Alistar y Azucarillo estaban los últimos por la caída. Se planteó durante un instante hablar con los jueces y acusar a Diego de las trampas ocasionadas para anular su resultado, sin embargo prefirió no liar más el asunto. Aunque no detendría a Brianna si quería hacerlo.
—¡Y ha vencido Brianna Byrne, a lomos de Brillitos! —anunció el comentarista—. ¡Increíble! ¡Estos novatos demuestran venir pisando fuerte, derrotando por los pelos a Diego y Silver Bullet, los favoritos de cada año!
Se notaba que a Diego le escocía el haber perdido contra una novata, cosa que a Alistar satisfacía bastante. Movió el cuello un poco intentando librarse de las molestias de la caída y entonces se dirigió a Brianna.
—Enhorabuena. No solo has ganado a un tramposo sino que lo has hecho sin salirte de las normas.
Enseguida empezó a venir gente, colocando en el cuello de Brianna un collar de flores y una banda de ganadora a su hombro.
Pudo ver a lo lejos a Diego, tirando su casco al suelo y dándole una patada, demostrando que el segundo lugar no era suficiente para él. Miró hacia la pantalla de resultados, donde se mostraba que Brianna y Brillitos estaban los primeros, Diego y Silver Bullet los segundos mientras que Alistar y Azucarillo estaban los últimos por la caída. Se planteó durante un instante hablar con los jueces y acusar a Diego de las trampas ocasionadas para anular su resultado, sin embargo prefirió no liar más el asunto. Aunque no detendría a Brianna si quería hacerlo.
—¡Y ha vencido Brianna Byrne, a lomos de Brillitos! —anunció el comentarista—. ¡Increíble! ¡Estos novatos demuestran venir pisando fuerte, derrotando por los pelos a Diego y Silver Bullet, los favoritos de cada año!
Se notaba que a Diego le escocía el haber perdido contra una novata, cosa que a Alistar satisfacía bastante. Movió el cuello un poco intentando librarse de las molestias de la caída y entonces se dirigió a Brianna.
—Enhorabuena. No solo has ganado a un tramposo sino que lo has hecho sin salirte de las normas.
Enseguida empezó a venir gente, colocando en el cuello de Brianna un collar de flores y una banda de ganadora a su hombro.
Brianna Byrne
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Se sintió mucho mas tranquila cuando pudo comprobar que Alistar se encontraba bien, que le dolía un poco el cuerpo pero que no tenía ninguna herida ni nada preocupante. Brianna suspiro y sin poderlo evitar le dio un fuerte abrazo a Alistar, se sentía aliviada sabiendo que se encontraba bien. — me has dado un susto de muerte, deja de hacer estas cosas ¿quieres? —le quería mucho, después de todo aquel hombre era su compañero de viaje, siempre se había portado bien con ella y la había cuidado y no le gustaba nada en absoluto verlo sufrir de ninguna forma. Kodlak que se había asegurado de que Azukarillo se encontraba bien se acerco a ambos para darles unos cuantos mimos.
Se aparto un poco del albino para dejar que el pusieran el collar de flores y la banda de ganadora. Se notaba que al tipo aquel le había molestado mucho perder, pero Brianna mas que contenta por la victoria estaba más contenta de que el lobo estuviera bien. Suspirando miro al tal diego con una cara realmente furiosa. Puede que Brianna fuera de lo mas dulce y cariñosa, pero de vez en cuando podía sacar su lado rebelde por decirlo de alguna manera y más si se meten con la gente que le importa. — Muchas gracias a todos, me siento muy afortunada de haber ganado esta carrera — sin perder la sonrisa saludo a los presentes y una vez recogido el premio llevaron a los animalitos hasta su establo para que descansasen y comieran algo mientras se encargaban de darles unos cuantos mimos.
La verdad es que la misión había salido bastante bien y aunque Alistar al principio se negaba, al final Brianna consiguió que dejara de ser cabezota y se dejase examinar por si se había hecho más daño del que quería admitir. Después de todo ella no se quedaría tranquila hasta que estuviera segura de que todo iba bien. Se quedaron un par de días más en la isla para mimar a los caballos y para que Dullahan se relacionara con los caballos de la pradera y después volverían a ponerse rumbo a algún nuevo lugar. Últimamente la joven morena estaba disfrutando mucho de los lugares que descubría viajando con sus nuevos compañeros.
Se aparto un poco del albino para dejar que el pusieran el collar de flores y la banda de ganadora. Se notaba que al tipo aquel le había molestado mucho perder, pero Brianna mas que contenta por la victoria estaba más contenta de que el lobo estuviera bien. Suspirando miro al tal diego con una cara realmente furiosa. Puede que Brianna fuera de lo mas dulce y cariñosa, pero de vez en cuando podía sacar su lado rebelde por decirlo de alguna manera y más si se meten con la gente que le importa. — Muchas gracias a todos, me siento muy afortunada de haber ganado esta carrera — sin perder la sonrisa saludo a los presentes y una vez recogido el premio llevaron a los animalitos hasta su establo para que descansasen y comieran algo mientras se encargaban de darles unos cuantos mimos.
La verdad es que la misión había salido bastante bien y aunque Alistar al principio se negaba, al final Brianna consiguió que dejara de ser cabezota y se dejase examinar por si se había hecho más daño del que quería admitir. Después de todo ella no se quedaría tranquila hasta que estuviera segura de que todo iba bien. Se quedaron un par de días más en la isla para mimar a los caballos y para que Dullahan se relacionara con los caballos de la pradera y después volverían a ponerse rumbo a algún nuevo lugar. Últimamente la joven morena estaba disfrutando mucho de los lugares que descubría viajando con sus nuevos compañeros.
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