Reglas del enfrentamiento:
Comienza el jugador.
Salto de turno al jugador cada 48 horas.
Salto de turno al moderador cada 72 horas.
Si el jugador gana, regresa al capítulo.
Comienza Jack.
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Sasaki
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Bueno, parecía que el tipo duro era tan duro como parecía, sin embargo, pude ver algo que me hizo sacar una mueca momentánea que podría describirse como una sonrisa. Mis ataques habían funcionado y había impactado al preso, y lo que era mejor, aunque a él no le hubiesen hecho daño, pude ver como habían quedado rasgados mis dedos en su torso. Cinco líneas que lo recorrían y luego cinco puntos en el centro del pecho.
Todo esto pareció animar aún más al asesino de seguir con lo que tenía en mente. Matarme. No por ello me dejaría como estaba claro, sin embargo, le tendría que pedir algo a cambio al capitán. Iba a tener que trabajar muy duro para evitar que este psicópata siguiese tras la pista del batallón.
El preso habló. Sin duda y como había notado, en ningún momento parecía haberse esforzado. Tan solo había intentado matarme de una manera simple, pero no le había funcionado. Y por sus palabras debía de ser de las pocas veces. Sus dedos se cubrieron de un color negro amoratado y rápidamente hizo un gesto con ambas manos. Al verlo aproveché la fluidez que me daba el caramelo para con un rápido movimiento colocarme entre ambos ataques, aunque me recortó las puntas del pelo. Miré hacia la pared en la que habían impactado los cortes y pude ver como habían cortado a la perfección y con una profundidad asombrosa.
-Pues yo creo que deberías relajarte un poco. Además, ¿no te gusta hablar? ¿Qué tal si hablamos mientras juegas con la comida? – le pedí a la vez que me señalaba – Mira, soy alto cargo de la Marina, podría sacarte de aquí. Tengo una habilidad, y es que tras ver la de otra persona puedo copiarla. ¿Qué hay de ti? ¿Por qué te dejaste capturar? ¿Para matar en la prisión sin que te dijeran nada?
No ataqué. Me interesaba más saber lo que me podía contar. Quizás hablando, se le pudiese llegar a escapar algún comentario que me diese a entender su punto débil, una cosa que iba a ser muy costosa.
Todo esto pareció animar aún más al asesino de seguir con lo que tenía en mente. Matarme. No por ello me dejaría como estaba claro, sin embargo, le tendría que pedir algo a cambio al capitán. Iba a tener que trabajar muy duro para evitar que este psicópata siguiese tras la pista del batallón.
El preso habló. Sin duda y como había notado, en ningún momento parecía haberse esforzado. Tan solo había intentado matarme de una manera simple, pero no le había funcionado. Y por sus palabras debía de ser de las pocas veces. Sus dedos se cubrieron de un color negro amoratado y rápidamente hizo un gesto con ambas manos. Al verlo aproveché la fluidez que me daba el caramelo para con un rápido movimiento colocarme entre ambos ataques, aunque me recortó las puntas del pelo. Miré hacia la pared en la que habían impactado los cortes y pude ver como habían cortado a la perfección y con una profundidad asombrosa.
-Pues yo creo que deberías relajarte un poco. Además, ¿no te gusta hablar? ¿Qué tal si hablamos mientras juegas con la comida? – le pedí a la vez que me señalaba – Mira, soy alto cargo de la Marina, podría sacarte de aquí. Tengo una habilidad, y es que tras ver la de otra persona puedo copiarla. ¿Qué hay de ti? ¿Por qué te dejaste capturar? ¿Para matar en la prisión sin que te dijeran nada?
No ataqué. Me interesaba más saber lo que me podía contar. Quizás hablando, se le pudiese llegar a escapar algún comentario que me diese a entender su punto débil, una cosa que iba a ser muy costosa.
- resumen:
- Hablar (poder del palique, ayúdame)
El tipo arquea las cejas en tres ocasiones. La primera, cuando le dices tu habilidad, tras lo cual parece mirar tu piel con detenimiento en busca de algo que, a juzgar por su expresión, no encuentra. La segunda, cuando le preguntas que por qué se dejó atrapar, y la tercera, cuando ve que no respondes con un ataque a su voraz intento de homicidio. Y, sorprendentemente, por esta vez parece hacerte caso y no ataca... Aunque si fuese tú no me acostumbraría a este tipo de respuestas por su parte.
-¿Dejarme atrapar? No; llegó un momento en que atraje la atención de demasiada gente y fueron muchos los que se interesaron por mí. Acabé con todos y cada uno de ellos hasta que ese desgraciado de Kanima Zao se metió en mi camino. Parecía un tipo fuerte y experimentado, pero mucho más viejo que yo... Me confié y consiguió derrotarme. Cuando desperté me habían puesto esas condenadas esposas, pero siempre supe que llegaría el día en que alguien me las quitaría y volvería a ser libre.
Sonríe malévolamente, como si con la mirada quisiese decirte que eres una de sus primeras presas desde que ha recuperado la libertad. Y es que, de hecho, lo eres.
-¿Dejarme atrapar? No; llegó un momento en que atraje la atención de demasiada gente y fueron muchos los que se interesaron por mí. Acabé con todos y cada uno de ellos hasta que ese desgraciado de Kanima Zao se metió en mi camino. Parecía un tipo fuerte y experimentado, pero mucho más viejo que yo... Me confié y consiguió derrotarme. Cuando desperté me habían puesto esas condenadas esposas, pero siempre supe que llegaría el día en que alguien me las quitaría y volvería a ser libre.
Sonríe malévolamente, como si con la mirada quisiese decirte que eres una de sus primeras presas desde que ha recuperado la libertad. Y es que, de hecho, lo eres.
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Sus levantamientos de cejas no me pasaron desapercibidos, y aunque me costó no sonreír al verle hacerlo mantuve mi cara impasiva para que no se reflejase ninguna emoción. Durante un momento me pareció que comenzó a mirarme más detenidamente, como si buscase algo en mi cuerpo que no lograba ver. Al notarlo cubrí mis partes y me medio giré como si me diese vergüenza que ve mirase a pesar de llevar así un rato. Luego pareció que se relajó momentáneamente y me contestó. “Bueno, ya has leído lo que dijo, no creo que sea necesario que haya que explayarse más en el tema” dije girando la cabeza hacia un lado y quedando mi oponente solo a la vista por el rabillo del ojo.
Bueno, era hora de idear alguna estratagema como haría Arthur para poder derrotar a aquel tipo, que sorprendentemente no atacó como me había imaginado que haría. Pero si me dio a entender que era uno de los pocos desgraciados con los que se había cruzado.
-Impresionante lo de ese tío. – dije comenzando a andar en círculos alrededor de él – Kanima Zao, dijiste que se llamaba, ¿no? – dije llevándome una mano a la barbilla – Creo que sé dónde se encuentra, ¿Quizás quieras una cita para hablar con él? – le mentí descaradamente al presó con un tono de voz tan normal como si realmente supiese la información que estaba vendiendo- Antes de que me vayas a intentar cortar la cabeza o intentar atravesarme el corazón, he de decirte, que en la marina compartimentamos la información, y por tanto, solamente yo, sé donde se encuentra. – proseguí con la mentira – En serio, puede llevarte hasta él, pero hay una condición dado tu aspecto y por donde nos vamos a mover – añadí haciendo una pequeña pausa al final – he de sacarte de aquí y hasta que nos encontremos con Zao esposado, tranquilo, no serán las esposas de la maría ni nada, serán de acero normal.
Para que viese que no mentía, cree unas esposas similares a las kairoseki, con el mismo tamaño y el mismo color, luego me las puse.
-Si fuesen como las de la marina no podría seguir usando mi habilidad – Le aseguré rayando con la punta de un dedo mi pecho.
Acto seguido, me quité las esposas y las sostuve en la mano para ver que era lo que decidía aquel asesino.
Bueno, era hora de idear alguna estratagema como haría Arthur para poder derrotar a aquel tipo, que sorprendentemente no atacó como me había imaginado que haría. Pero si me dio a entender que era uno de los pocos desgraciados con los que se había cruzado.
-Impresionante lo de ese tío. – dije comenzando a andar en círculos alrededor de él – Kanima Zao, dijiste que se llamaba, ¿no? – dije llevándome una mano a la barbilla – Creo que sé dónde se encuentra, ¿Quizás quieras una cita para hablar con él? – le mentí descaradamente al presó con un tono de voz tan normal como si realmente supiese la información que estaba vendiendo- Antes de que me vayas a intentar cortar la cabeza o intentar atravesarme el corazón, he de decirte, que en la marina compartimentamos la información, y por tanto, solamente yo, sé donde se encuentra. – proseguí con la mentira – En serio, puede llevarte hasta él, pero hay una condición dado tu aspecto y por donde nos vamos a mover – añadí haciendo una pequeña pausa al final – he de sacarte de aquí y hasta que nos encontremos con Zao esposado, tranquilo, no serán las esposas de la maría ni nada, serán de acero normal.
Para que viese que no mentía, cree unas esposas similares a las kairoseki, con el mismo tamaño y el mismo color, luego me las puse.
-Si fuesen como las de la marina no podría seguir usando mi habilidad – Le aseguré rayando con la punta de un dedo mi pecho.
Acto seguido, me quité las esposas y las sostuve en la mano para ver que era lo que decidía aquel asesino.
- resumen:
- Seguir con el poderoso poder del palique. Le miento cual bellaco y le hago ver que puede confiar en mi plan para que se vengue del tipo que me mencionó.
The Ripper niega con la cabeza al escuchar tus palabras, como si no pudiese creer de todo lo que escuchan sus oídos. Juguetea con los jirones de su ropa durante un instante, colocándolos sobre el lugar que les correspondería como si de ese modo pudiesen quedar pegados para cubrir su marmórea piel. No obstante, no tardan en volver a caer como si nada.
-Por lo que veo no conoces a la gente de Wano, ¿no es cierto? -dice con cierto tono condescendiente que le arrebata buena parte del aura animal y asesina que ha demostrado hasta el momento-. Sí, sobre todo los más viejos. Tienen un sentido del honor repulsivo y, si me preguntas, patológico. No necesito buscarle, sólo decirle que estoy aquí esperándole. ¿Cómo podría permitir ese vejestorio que una amenaza como yo permaneciese suelta en su hogar, matando mientras espera a que llegue mientras él lo observa todo desde su escondite? No, encontrar a Kanima no será ningún problema, y si está muerto para cuando llegue el momento de mi venganza simplemente será un problema más. Bueno, creo que ya hemos tenido bastante cháchara, ¿no? Empiezo a aburrirme.
Entonces vuelve a mostrar esa perturbadora mirada que garantiza que ni siquiera se ha molestado en pararse a contar las vidas que ha segado hasta el momento. Se lanza a por ti y, por primera vez, su voz musita la naturaleza del movimiento que esta a punto de efectuar. 'Diamond Schere', alcanzas a escuchar antes de que, sin moverse, cierre su mano en un puño. No obstante, un afilado y agudo sonido nace cuando sus uñas laceran el aire con un movimiento seco.
Cinco ondas cortantes nacen de su mano y se proyectan hacia delante, conformando una estrella de cinco puntos en torno a tu cuerpo en el plano frontal. Acto seguido, se cierran sobre ti en una presa que promete ser mortal. Por cierto, en ningún momento ha dejado de emplear su voluntad, pues sólo un necio daría un paso atrás en ese sentido después de demostrar lo que es capaz de hacer. Desde luego, ni siquiera se ha molestado en preguntarte acerca de esa habilidad tuya a la que te has referido. Se ve que no le importa demasiado y que sólo quiere saciar su sed de sangre.
-Por lo que veo no conoces a la gente de Wano, ¿no es cierto? -dice con cierto tono condescendiente que le arrebata buena parte del aura animal y asesina que ha demostrado hasta el momento-. Sí, sobre todo los más viejos. Tienen un sentido del honor repulsivo y, si me preguntas, patológico. No necesito buscarle, sólo decirle que estoy aquí esperándole. ¿Cómo podría permitir ese vejestorio que una amenaza como yo permaneciese suelta en su hogar, matando mientras espera a que llegue mientras él lo observa todo desde su escondite? No, encontrar a Kanima no será ningún problema, y si está muerto para cuando llegue el momento de mi venganza simplemente será un problema más. Bueno, creo que ya hemos tenido bastante cháchara, ¿no? Empiezo a aburrirme.
Entonces vuelve a mostrar esa perturbadora mirada que garantiza que ni siquiera se ha molestado en pararse a contar las vidas que ha segado hasta el momento. Se lanza a por ti y, por primera vez, su voz musita la naturaleza del movimiento que esta a punto de efectuar. 'Diamond Schere', alcanzas a escuchar antes de que, sin moverse, cierre su mano en un puño. No obstante, un afilado y agudo sonido nace cuando sus uñas laceran el aire con un movimiento seco.
Cinco ondas cortantes nacen de su mano y se proyectan hacia delante, conformando una estrella de cinco puntos en torno a tu cuerpo en el plano frontal. Acto seguido, se cierran sobre ti en una presa que promete ser mortal. Por cierto, en ningún momento ha dejado de emplear su voluntad, pues sólo un necio daría un paso atrás en ese sentido después de demostrar lo que es capaz de hacer. Desde luego, ni siquiera se ha molestado en preguntarte acerca de esa habilidad tuya a la que te has referido. Se ve que no le importa demasiado y que sólo quiere saciar su sed de sangre.
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Bueno, parecía que las negociaciones, a pesar de acabar de empezar, acababan de terminar. El preso negó con la cabeza mientras le hablaba, y luego comenzó con su réplica. Era cierto aquello de que no conocía a la gente de Wano ni como eran, solo que eran una cultura diferente que no me había interesado en estudiar. Su plan era sencillo, fácil de recordar y seguramente resultase efectivo más pronto que tarde por lo que decía.
Cuando terminó de hablar no dejó tiempo para contestar y pasó a la ofensiva nuevamente. Dado que ya iba a ser imposible hablar las cosas con aquel sujeto, me parecía que debía de hacer lo mismo. En cuanto pronunció el nombre de lo que haría supuse que generaría algún tipo de onda cortante como había hecho anteriormente. De sus dedos comenzaron a generarse lo que había pensado, gracias a ello no se me complicó el evitar aquel impacto que sin duda podía haberme provocado unos daños importantes de difícil reparación.
Moví con toda la velocidad que pude uno de mis brazos hacia el techo y de la palma de la mano de este brazo salió disparado un cordón de azúcar blanco pero pegajoso que había preparado para falsificar las esposas. El cordón se pegó en el techo y tras agarrarlo tiré de él con fuerza, haciendo que yo entero saliese disparado hacia el techo. Las ondas cortantes me rozaron, concretamente al lado de la cadera. Justo cuando estaba por chocarme con el techo, como había hecho hacía unas semanas hice que la planta de mis pies y de las manos fuese como caramelo y quedé pegado en el techo. “Joder, si es que soy el jodido hombre araña, solo me falta la licra para marcar paquete” dije mirando hacia un lado. Al girar la cabeza pude ver que algo que parecía tela y que no lo era caía al suelo.
Reconocí al instante lo que era. Mis gayumbos. Aquel tipo lo había logrado. Me había dejado con el culo al aire y no me iba a dar tiempo a cambiarme o a recuperar la ropa. Aparté aquel pensamiento de la cabeza e hice mis brazos angulosos de forma que el antebrazo tomase la forma parecida a la de una espada en su parte externa. Y al igual que mi oponente cubrí el filo con mi voluntad y tras poner los brazos en forma de equis los moví para dejarlos en una posición normal a gran velocidad, haciendo que de los antebrazos saliesen dos ondas cortantes con forma de equis dirigidas a su pecho.
-Diamond X.
Cuando terminó de hablar no dejó tiempo para contestar y pasó a la ofensiva nuevamente. Dado que ya iba a ser imposible hablar las cosas con aquel sujeto, me parecía que debía de hacer lo mismo. En cuanto pronunció el nombre de lo que haría supuse que generaría algún tipo de onda cortante como había hecho anteriormente. De sus dedos comenzaron a generarse lo que había pensado, gracias a ello no se me complicó el evitar aquel impacto que sin duda podía haberme provocado unos daños importantes de difícil reparación.
Moví con toda la velocidad que pude uno de mis brazos hacia el techo y de la palma de la mano de este brazo salió disparado un cordón de azúcar blanco pero pegajoso que había preparado para falsificar las esposas. El cordón se pegó en el techo y tras agarrarlo tiré de él con fuerza, haciendo que yo entero saliese disparado hacia el techo. Las ondas cortantes me rozaron, concretamente al lado de la cadera. Justo cuando estaba por chocarme con el techo, como había hecho hacía unas semanas hice que la planta de mis pies y de las manos fuese como caramelo y quedé pegado en el techo. “Joder, si es que soy el jodido hombre araña, solo me falta la licra para marcar paquete” dije mirando hacia un lado. Al girar la cabeza pude ver que algo que parecía tela y que no lo era caía al suelo.
Reconocí al instante lo que era. Mis gayumbos. Aquel tipo lo había logrado. Me había dejado con el culo al aire y no me iba a dar tiempo a cambiarme o a recuperar la ropa. Aparté aquel pensamiento de la cabeza e hice mis brazos angulosos de forma que el antebrazo tomase la forma parecida a la de una espada en su parte externa. Y al igual que mi oponente cubrí el filo con mi voluntad y tras poner los brazos en forma de equis los moví para dejarlos en una posición normal a gran velocidad, haciendo que de los antebrazos saliesen dos ondas cortantes con forma de equis dirigidas a su pecho.
-Diamond X.
- resumen:
- Esquivar por los pelos el ataque de mi amigo convirtiéndome en el hombre araña y lanzarle desde el techo un par de ondas cortante en forma de X.
-¿Diamond? ¿¡Diamond!? -dice el tiempo antes de lanzar una feroz carcajada. Expone su pecho sin dudarlo y éste se ve salpicado por un tinte negruzco inconfundible. Tus ondas cortantes liberan un agudo chirrido mientras se deslizan por su cuerpo sin dejar más que finos surcos, a lo que The Ripper responde con una nueva sonrisa-. No creo que sea la persona más indicada con la que debas usar algo parecido al diamante.
Acto seguido se lanza a por ti, desplazándose a una velocidad demencial y lanzando una patada hacia tu costado. No obstante, este movimiento no es más que una distracción, pues, pendiente de lo que haces por si te desplazas para así poder seguirte, lanza un nuevo zarpazo del que nacen cinco ondas cortantes paralelas de un tamaño aproximado de tres metros de largo y veinte centímetros de ancho.
Es un ataque sencillo, pero sin duda efectivo, porque, lo esquives, bloquees o recibas, verás cómo las ondas cortantes perforan de nuevo las paredes del túnel. Cuando te detengas un segundo comprobarás cómo algunos fragmentos se caen del techo y aterrizan no demasiado lejos de ti. La estructura del corredor parece estremecerse, anunciando que no sabe cuántos de esos ataques podrá resistir. No obstante, tu enemigo no parece preocupado por ese hecho en absoluto. Al fin te has dignado a darle la pelea que tanto ansía, y por nada del mundo va a dejar que se le escape de las manos ahora que por fin la ha agarrado.
Acto seguido se lanza a por ti, desplazándose a una velocidad demencial y lanzando una patada hacia tu costado. No obstante, este movimiento no es más que una distracción, pues, pendiente de lo que haces por si te desplazas para así poder seguirte, lanza un nuevo zarpazo del que nacen cinco ondas cortantes paralelas de un tamaño aproximado de tres metros de largo y veinte centímetros de ancho.
Es un ataque sencillo, pero sin duda efectivo, porque, lo esquives, bloquees o recibas, verás cómo las ondas cortantes perforan de nuevo las paredes del túnel. Cuando te detengas un segundo comprobarás cómo algunos fragmentos se caen del techo y aterrizan no demasiado lejos de ti. La estructura del corredor parece estremecerse, anunciando que no sabe cuántos de esos ataques podrá resistir. No obstante, tu enemigo no parece preocupado por ese hecho en absoluto. Al fin te has dignado a darle la pelea que tanto ansía, y por nada del mundo va a dejar que se le escape de las manos ahora que por fin la ha agarrado.
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Aquel hombre sin duda era poderoso. Se descubrió el pecho y recibió el golpe como si nada. Parecía que su haki de armadura era tan poderoso como el de armamento. Al hacer esto se comenzó a reír de mí y de lo que intentaba.
-Vaya, una persona con ese intelecto no pensé que pudiese usar la voluntad también para defenderse. – le dije en respuesta cuando se lanzó contra mí a toda velocidad.
Mantuve mi forma logia endurecida todo lo que podía y recibí el impacto de la patada que me propinó. Tras salir despedido por el aire activé mi mantra y pude ver lo que seguía perfectamente. De uno de mis brazos se comenzó a formar una escudo cuadrado y plano con unos veinte centímetros de grosor, mientras que con la otra, aprovechando la empuñadura dejé que fluyese el azúcar y se formó una espada de unas medidas estándares, aunque como estaba haciendo con cada cosa que creaba la endurecí y compacté todo lo que pude para que su dureza y tenacidad igualasen al máximo representante que les correspondía.
-Diamond Shield. DIamond Blade Blood – dije cuando los formé justo para caer al suelo de pie.
No tardé ni un segundo imbuir el escudo con mi haki de armadura para resistir el impacto, cosa que hizo que retrocediese unos centímetros del poder del impacto. Sin dudarlo salí a la carrera a máxima velocidad para ir hacia mi oponente. Durante el camino me moví de tal forma que la ropa que me había quitado quedase a espaldas de mi oponente. Dado que se suponían normales aproveché que no les prestaría atención para que con la mano detrás del escudo manipular el azúcar para formar una lanza e imbuirla en haki de armadura.
-Veamos si sables leer también los ataques, o eres deficiente en ese sentido – comenté para burlarme de él a la vez que le saba una estocada con la espada, esta sin haki, y a la vez realizaba el verdadero ataque por la espalda con la lanza.
Mi intención junto con aquella provocación no solo era el saber de si usaba el mantra, sino, inutilizárselo si lo intentaba usar en mi contra dado que comenzaría a escuchar voces por todas partes mezcladas con mis intenciones.
-Vaya, una persona con ese intelecto no pensé que pudiese usar la voluntad también para defenderse. – le dije en respuesta cuando se lanzó contra mí a toda velocidad.
Mantuve mi forma logia endurecida todo lo que podía y recibí el impacto de la patada que me propinó. Tras salir despedido por el aire activé mi mantra y pude ver lo que seguía perfectamente. De uno de mis brazos se comenzó a formar una escudo cuadrado y plano con unos veinte centímetros de grosor, mientras que con la otra, aprovechando la empuñadura dejé que fluyese el azúcar y se formó una espada de unas medidas estándares, aunque como estaba haciendo con cada cosa que creaba la endurecí y compacté todo lo que pude para que su dureza y tenacidad igualasen al máximo representante que les correspondía.
-Diamond Shield. DIamond Blade Blood – dije cuando los formé justo para caer al suelo de pie.
No tardé ni un segundo imbuir el escudo con mi haki de armadura para resistir el impacto, cosa que hizo que retrocediese unos centímetros del poder del impacto. Sin dudarlo salí a la carrera a máxima velocidad para ir hacia mi oponente. Durante el camino me moví de tal forma que la ropa que me había quitado quedase a espaldas de mi oponente. Dado que se suponían normales aproveché que no les prestaría atención para que con la mano detrás del escudo manipular el azúcar para formar una lanza e imbuirla en haki de armadura.
-Veamos si sables leer también los ataques, o eres deficiente en ese sentido – comenté para burlarme de él a la vez que le saba una estocada con la espada, esta sin haki, y a la vez realizaba el verdadero ataque por la espalda con la lanza.
Mi intención junto con aquella provocación no solo era el saber de si usaba el mantra, sino, inutilizárselo si lo intentaba usar en mi contra dado que comenzaría a escuchar voces por todas partes mezcladas con mis intenciones.
El semblante de The Ripper muestra una expresión molesta al ver que continúas empleando "Diamond" como parte de tus ataques, como si esa expresión te estuviese vetada por algún motivo que desconoces. De cualquier modo, parece bastante contento al ver que su ataque, bastante simple bajo su punto de vista, consigue desplazarte algún paso en el terreno.
Después viene tu ataque, y nada en la actitud del enemigo demuestra que prevea en modo alguno tus acciones. Esto se traduce en que tu espada araña una vez la zona anterior de su cuerpo, mientras que la lanza se hunde algunos centímetros en su espalda antes de que se la arranque con un veloz movimiento y la arroje cual lejos puede. Cabe señalar que no has identificado haki alguno que haya impedido que tu espada atraviese su piel, pero aun así ni siquiera has estado cerca de lograrlo. Por otro lado, la lanza ha encontrado muchísima resistencia para abrirse paso en su cuerpo, sobre todo al principio y, una vez más, no había voluntad protegiéndola. Llámame loco si quieres, pero algo me hace pensar que esa capacidad de desviar sin más tus ondas cortantes tenía que ver con alguna cosa aparte del haki.
Sea como sea, The Ripper pone distancia entre ambos por primera vez. Se le ve molesto, pero es capaz de mantenerse erguido sin problemas.
-¿Se puede saber qué mierda ha sido eso? ¿Qué clase de marine eres tú, que atacas por la espalda? ¿Ya no os enseñan a combatir como es debido?
Entonces vuelve a la carga, pero no se mueve de su posición. Alcanzas a ver cómo sus labios murmuran algo incomprensible mientras cruza sus brazos frente a él, con los dedos en tensión y colocados en forma de garras. Se vale de un rápido movimiento para separar ambos brazos, naciendo de delante de su torso un torbellino de ondas cortantes que se desatan sin un orden lógico aparente, podríamos decir que al azar, colmando todo el corredor y arrasando con todo lo que encuentran a su paso. Tú incluido, por supuesto, que estás por la zona.
Después viene tu ataque, y nada en la actitud del enemigo demuestra que prevea en modo alguno tus acciones. Esto se traduce en que tu espada araña una vez la zona anterior de su cuerpo, mientras que la lanza se hunde algunos centímetros en su espalda antes de que se la arranque con un veloz movimiento y la arroje cual lejos puede. Cabe señalar que no has identificado haki alguno que haya impedido que tu espada atraviese su piel, pero aun así ni siquiera has estado cerca de lograrlo. Por otro lado, la lanza ha encontrado muchísima resistencia para abrirse paso en su cuerpo, sobre todo al principio y, una vez más, no había voluntad protegiéndola. Llámame loco si quieres, pero algo me hace pensar que esa capacidad de desviar sin más tus ondas cortantes tenía que ver con alguna cosa aparte del haki.
Sea como sea, The Ripper pone distancia entre ambos por primera vez. Se le ve molesto, pero es capaz de mantenerse erguido sin problemas.
-¿Se puede saber qué mierda ha sido eso? ¿Qué clase de marine eres tú, que atacas por la espalda? ¿Ya no os enseñan a combatir como es debido?
Entonces vuelve a la carga, pero no se mueve de su posición. Alcanzas a ver cómo sus labios murmuran algo incomprensible mientras cruza sus brazos frente a él, con los dedos en tensión y colocados en forma de garras. Se vale de un rápido movimiento para separar ambos brazos, naciendo de delante de su torso un torbellino de ondas cortantes que se desatan sin un orden lógico aparente, podríamos decir que al azar, colmando todo el corredor y arrasando con todo lo que encuentran a su paso. Tú incluido, por supuesto, que estás por la zona.
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
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Parecía que había conseguido un pequeño premio. Mi rival retrocedió a la vez que se retiraba de la espalda la lanza que le había atacado por atrás. Cuando cayó al suelo me di cuenta de que había algo de sangre en su punta, parecía haber sido efectiva. Esto supuso que mi oponente se cabrease conmigo, acusándome de juego sucio, que lo era, pero si tanto le importaba intentaría remediarlo.
-No es que nos enseñen eso, como te dije, poseo la habilidad de copiar habilidades. – hice una pequeña pausa mirando la lanza y levanté la mano en la que portaba la espada hacia la lanza – en su día me enfrenté a un tipo que podía atraer cosas, y como tal he conseguido aquella habilidad – le dije haciendo que la lanza saliese disparada hacia mi mano como si la atrajese.
Mi oponente se preparó para su siguiente ataque y mi haki me advirtió, aunque de una forma que no lo había hecho en mucho tiempo. No sabía de donde me vendría el ataque, pero llegaría y sería peligroso. Al igual que hice antes comencé a correr hacia mi oponente cubriéndome con el escudo, el cual recubrí con haki. Cuando estuve a unos metros de él y justo cuando desdobló sus brazos se lo lancé con fuerza. La intención no era el golpearle, sino reducir la cantidad de cortes que generaría con aquel ataque.
Si, el escudo sufriría daños y saldría volando del impacto con varias de las ondas, pero me quitaría de tener que esquivar algunas. De las que no chocaron contra el escudo pude evitar un par de ellas y bloquear con la espada otra, sin embargo, otro par consiguieron impactarme, una en un brazo izquierdo y otro en la pierna derecha, que a pesar del haki y la dureza me provocó un pequeño corte. Ambos hice que con el azúcar pareciesen más grandes y profundos, haciendo que con la poca sangre que salía de ellas caramelo del mismo color en una cantidad notable, más aún estando “desnudo”. “Vaya, parece que tengo un par de problemas, si sigo así no llego a la boda” dije mirando hacia un lado.
Consideré que era el momento de empezar a terminar con esto y dado que no podía hacerle daño apenas, quizás sí inmovilizarlo. Aún podía generar casi todo el azúcar de la que era capaz y aquel lugar no era demasiado grande. De las plantas de mis pies comencé a generar azúcar de un color terroso igual que el del suelo para que pasase desapercibido, y este azúcar lo fui moviendo con cuidado hacia las entradas del túnel. Por mi parte, imbuí la espada con haki y realicé una potente onda cortante en horizontal, la cual imbuí en haki. Era sencillo el ataque, pero mi ofensiva no debía de ser lo mejor que tuviese en aquel momento, sino mi defensa.
-No es que nos enseñen eso, como te dije, poseo la habilidad de copiar habilidades. – hice una pequeña pausa mirando la lanza y levanté la mano en la que portaba la espada hacia la lanza – en su día me enfrenté a un tipo que podía atraer cosas, y como tal he conseguido aquella habilidad – le dije haciendo que la lanza saliese disparada hacia mi mano como si la atrajese.
Mi oponente se preparó para su siguiente ataque y mi haki me advirtió, aunque de una forma que no lo había hecho en mucho tiempo. No sabía de donde me vendría el ataque, pero llegaría y sería peligroso. Al igual que hice antes comencé a correr hacia mi oponente cubriéndome con el escudo, el cual recubrí con haki. Cuando estuve a unos metros de él y justo cuando desdobló sus brazos se lo lancé con fuerza. La intención no era el golpearle, sino reducir la cantidad de cortes que generaría con aquel ataque.
Si, el escudo sufriría daños y saldría volando del impacto con varias de las ondas, pero me quitaría de tener que esquivar algunas. De las que no chocaron contra el escudo pude evitar un par de ellas y bloquear con la espada otra, sin embargo, otro par consiguieron impactarme, una en un brazo izquierdo y otro en la pierna derecha, que a pesar del haki y la dureza me provocó un pequeño corte. Ambos hice que con el azúcar pareciesen más grandes y profundos, haciendo que con la poca sangre que salía de ellas caramelo del mismo color en una cantidad notable, más aún estando “desnudo”. “Vaya, parece que tengo un par de problemas, si sigo así no llego a la boda” dije mirando hacia un lado.
Consideré que era el momento de empezar a terminar con esto y dado que no podía hacerle daño apenas, quizás sí inmovilizarlo. Aún podía generar casi todo el azúcar de la que era capaz y aquel lugar no era demasiado grande. De las plantas de mis pies comencé a generar azúcar de un color terroso igual que el del suelo para que pasase desapercibido, y este azúcar lo fui moviendo con cuidado hacia las entradas del túnel. Por mi parte, imbuí la espada con haki y realicé una potente onda cortante en horizontal, la cual imbuí en haki. Era sencillo el ataque, pero mi ofensiva no debía de ser lo mejor que tuviese en aquel momento, sino mi defensa.
Tu defensa es excelente teniendo en cuenta lo comprometido de la situación. Tanto es así que, aunque no fuese tu intención principal, algunos de los fragmentos del escudo consiguen impactar en el cuerpo del adversario. Que en apariencia sea imposible de cortar no le aísla del dolor, por lo que emite un quejido de dolor antes de sonreír al ver tus heridas. Parece que se cree triunfador de la contienda, aunque está en tu mano demostrarle que nada más lejos de la realidad, ¿o sí?
Tu azúcar se camufla con el terreno a la perfección, tanto que no parece que el oponente se esté percatando de lo que sucede en torno a él mientras el dulce elemento se dirige hacia los márgenes de vuestro improvisado campo de batalla. Todo marcha a la perfección en el plano estratégico, aunque el oponente no parece prestarle atención en absoluto a tu supuesta habilidad. Quizás le da igual y únicamente quiera verte muerto, pero la verdad es que no lo sé; no le conozco.
The Ripper responde a tu onda cortante, que ya ha visto previamente, con un barrido horizontal de su mano derecha. De cada una de sus uñas nace una onda cortante de dimensiones algo inferiores a la generada por ti, aunque no por ello menos poderosas. Es más, la onda generada por su dedo anular colisiona con la tuya, agitando la cueva y provocando que de nuevo caigan fragmentos del techo, aunque de mayor calibre que anteriormente. Las siguientes cuatro avanzan hacia ti sin misericordia, abriéndose conforme se desplazan y amenazando con cortar tu cuello, torso a la altura de los pezones, rodillas y tobillos.
Aprovechando un movimiento extraordinariamente medido por su parte, el asesino al que te enfrentas se desplaza antes incluso de que las ondas alcancen tu posición. Intenta situarse tras de ti con la intención de clavar sus uñas en la parte posterior de tu cuello del mismo modo que un torero haría con un toro... Imagino que ya intuyes con qué finalidad.
Tu azúcar se camufla con el terreno a la perfección, tanto que no parece que el oponente se esté percatando de lo que sucede en torno a él mientras el dulce elemento se dirige hacia los márgenes de vuestro improvisado campo de batalla. Todo marcha a la perfección en el plano estratégico, aunque el oponente no parece prestarle atención en absoluto a tu supuesta habilidad. Quizás le da igual y únicamente quiera verte muerto, pero la verdad es que no lo sé; no le conozco.
The Ripper responde a tu onda cortante, que ya ha visto previamente, con un barrido horizontal de su mano derecha. De cada una de sus uñas nace una onda cortante de dimensiones algo inferiores a la generada por ti, aunque no por ello menos poderosas. Es más, la onda generada por su dedo anular colisiona con la tuya, agitando la cueva y provocando que de nuevo caigan fragmentos del techo, aunque de mayor calibre que anteriormente. Las siguientes cuatro avanzan hacia ti sin misericordia, abriéndose conforme se desplazan y amenazando con cortar tu cuello, torso a la altura de los pezones, rodillas y tobillos.
Aprovechando un movimiento extraordinariamente medido por su parte, el asesino al que te enfrentas se desplaza antes incluso de que las ondas alcancen tu posición. Intenta situarse tras de ti con la intención de clavar sus uñas en la parte posterior de tu cuello del mismo modo que un torero haría con un toro... Imagino que ya intuyes con qué finalidad.
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Las cosas parecieron salir relativamente bien. Los trozos del escudo, para mi sorpresa no salieron volando sin ton ni son, sino que mantuvieron más o menos su trayectoria e impactaron contra mi oponente, quien puso durante un momento una mueca de dolor. “de lo malo, malo, aún sigue teniendo dolor” pensé al verle, aunque esto solo duró un momento, pues cuando vio mis heridas su mueca se torció en una sonrisa. Estaba prácticamente donde le quería.
-Hacía mucho que no recibía heridas tan jodidas, enhorabuena. Aunque tras este combate, si consigo sobrevivir, tendré tu habilidad y será casi imposible que me derroten. – le dije tocándome la “sangre” que caía por el brazo.
Por otra parte, no pareció que se percatase del azúcar que se había expandido por el suelo y empezaba a cerrar los túneles que llegaban al lugar. Con intención de picarle un poco más, el azúcar que brotaba de mis heridas comenzó a replegarse y volvió a entrar en las heridas hasta que estas parecieron cerradas, aunque solo tapaban los pequeños cortes.
-Cierto, ¿te he dicho que puedo regenerarme a placer? – le comenté una vez “cerradas” las heridas. – Verás, no me llaman el Protector por nada. – me puse nuevamente en posición de combate generando más azúcar por las plantas de mis pies y esperé pacientemente a que mi haki me volviese a advertir.
Mi onda cortante chocó contra otra una de las que él genero con su mano, provocando que a cueva volviese a templar con el impacto de estas, y con ello generando que las paredes amenazasen con colapsar cayendo trozos de piedras bastante grandes. Las otras parecieron seguir su camino hacia mí cuerpo a distintas alturas. No parecía que fuese a ser complicado evitarlas, solo tendría que pasar por el hueco que había dejado la que había chocado con la mía.
Sin embargo, algo en el último momento me dijo que no hiciese eso. En un instante, mi oponente desapareció de delante de mí y noté su presencia justo detrás de mí. Estaba arrinconado completamente, por adelante un ataque cortante y por detrás la estocada que me remataría.
-Si eso quieres, juguemos a atrapa al topo – dije justo desapareciendo de mi posición y apareciendo justo en la posición en la que él había estado hacía un momento. – Muchas veces uno no se puede defender contra su propio poder, ¿es tu caso? – le dije mientras veía como sus ondas cortantes se dirigían hacia él.
De pronto otra sacudida, mucho más fuerte que la anterior hizo temblar la cueva. Las rocas que cayeron no se compararon a las anteriores, eran de mucho mayor tamaño. La estructura parecía que iba a colapsar ya y parecía que por algo que había sucedido fuera. Puse mi mano en el suelo y de este comenzaron a salir unos pilares que estabilizaron las rocas que iban a caer sobre mí en aquel momento, aunque las que eran de menor tamaño o que se rompieron al choque con los pilares siguieron cayendo y más de una cayó sobre mí, por suerte con la dureza que mantenía no tuve mayor problema. Aunque este si vino cuando la lava que rodeaba el improvisado campo de batalla dejó de estar calmada y de pronto actuó como un mar embravecido, haciendo que salpicasen gotas de esta por todas partes, alguna de las cuales cayó sobre mí, haciendo que tuviese que generar azúcar para separarla de mí, y aun así sufrí algunas quemaduras por aquellas temperaturas.
No me había dado tiempo a atacar al preso, sin embargo, había reducido los daños que me iban a ocurrir tras aquel aparatoso accidente.
-Hacía mucho que no recibía heridas tan jodidas, enhorabuena. Aunque tras este combate, si consigo sobrevivir, tendré tu habilidad y será casi imposible que me derroten. – le dije tocándome la “sangre” que caía por el brazo.
Por otra parte, no pareció que se percatase del azúcar que se había expandido por el suelo y empezaba a cerrar los túneles que llegaban al lugar. Con intención de picarle un poco más, el azúcar que brotaba de mis heridas comenzó a replegarse y volvió a entrar en las heridas hasta que estas parecieron cerradas, aunque solo tapaban los pequeños cortes.
-Cierto, ¿te he dicho que puedo regenerarme a placer? – le comenté una vez “cerradas” las heridas. – Verás, no me llaman el Protector por nada. – me puse nuevamente en posición de combate generando más azúcar por las plantas de mis pies y esperé pacientemente a que mi haki me volviese a advertir.
Mi onda cortante chocó contra otra una de las que él genero con su mano, provocando que a cueva volviese a templar con el impacto de estas, y con ello generando que las paredes amenazasen con colapsar cayendo trozos de piedras bastante grandes. Las otras parecieron seguir su camino hacia mí cuerpo a distintas alturas. No parecía que fuese a ser complicado evitarlas, solo tendría que pasar por el hueco que había dejado la que había chocado con la mía.
Sin embargo, algo en el último momento me dijo que no hiciese eso. En un instante, mi oponente desapareció de delante de mí y noté su presencia justo detrás de mí. Estaba arrinconado completamente, por adelante un ataque cortante y por detrás la estocada que me remataría.
-Si eso quieres, juguemos a atrapa al topo – dije justo desapareciendo de mi posición y apareciendo justo en la posición en la que él había estado hacía un momento. – Muchas veces uno no se puede defender contra su propio poder, ¿es tu caso? – le dije mientras veía como sus ondas cortantes se dirigían hacia él.
De pronto otra sacudida, mucho más fuerte que la anterior hizo temblar la cueva. Las rocas que cayeron no se compararon a las anteriores, eran de mucho mayor tamaño. La estructura parecía que iba a colapsar ya y parecía que por algo que había sucedido fuera. Puse mi mano en el suelo y de este comenzaron a salir unos pilares que estabilizaron las rocas que iban a caer sobre mí en aquel momento, aunque las que eran de menor tamaño o que se rompieron al choque con los pilares siguieron cayendo y más de una cayó sobre mí, por suerte con la dureza que mantenía no tuve mayor problema. Aunque este si vino cuando la lava que rodeaba el improvisado campo de batalla dejó de estar calmada y de pronto actuó como un mar embravecido, haciendo que salpicasen gotas de esta por todas partes, alguna de las cuales cayó sobre mí, haciendo que tuviese que generar azúcar para separarla de mí, y aun así sufrí algunas quemaduras por aquellas temperaturas.
No me había dado tiempo a atacar al preso, sin embargo, había reducido los daños que me iban a ocurrir tras aquel aparatoso accidente.
- resumen:
- Picar más al podre hombre, moverme instantáneamente entre dos puntos con azúcar (nivel 100 tabla) asumir más daños del colapso de la cueva
The Ripper se sorprende al ver tu movimiento, como si en ningún momento hubiese esperado que te pudieses mover a una velocidad siquiera asemejable a la suya, pero eso no le impide a reaccionar y da un nuevo zarpazo para contrarrestar las ondas cortantes que él mismo ha generado hace apenas unos instantes. Ha faltado poco, eso seguro. Mientras esto sucede el techo comienzo a desplomarse y la roca de las paredes dejan de actuar como muro de contención para la lava que custodiaban.
El lugar comienza a inundarse lentamente, pero sin pausa. El magma comienza a corroer tu azúcar, consumiendo también poco a poco la que había comenzado a tapar los extremos de la zona del túnel en la que os encontráis. Tu oponente, por su parte, emplea sus afiladas uñas, que resplandecen como el resto de su piel, para cortar sin aparente dificultad los fragmentos rocosos que amenazan con caer sobre él.
Cuando finalmente acaba, con el suelo lo suficientemente cubierto de lava como para que no podáis verlo, se sube a una de las rocas al tiempo que ésta flora sobre el viscoso elemento.
-Creo que va a haber que ir terminando, ¿no te parece? Si uno de los dos no ha caído en los próximos minutos ambos seremos consumido por esa cosa, y la verdad es que aún me quedan demasiadas cosas por hacer.
Entonces se agacha, apoyando la rodilla derecha sobre la plataforma de roca improvisada en la que se encuentra. La punta de la uña de su dedo índice derecho brilla antes de tocar la roca, momento en que se traza un perímetro blanquecino de un diámetro algo mayor al de la roca que impide que sea consumido por la lava. Acto seguido, un sinfín de puntos resplandecen en el perímetro luminoso y una descarga de ondas cortantes verticales nace en todas direcciones. Son suficientes y de bastante envergadura como para albergar la cavidad casi al completo, estando separadas entre sí por apenas treinta centímetros en el punto más alejado del que han nacido.
Tú estás en la trayectoria de algunas de ellas, por supuesto. Además, parece que The Ripper ha decidido echar abajo la cueva por sí mismo antes de que puedas hacerlo tú.
El lugar comienza a inundarse lentamente, pero sin pausa. El magma comienza a corroer tu azúcar, consumiendo también poco a poco la que había comenzado a tapar los extremos de la zona del túnel en la que os encontráis. Tu oponente, por su parte, emplea sus afiladas uñas, que resplandecen como el resto de su piel, para cortar sin aparente dificultad los fragmentos rocosos que amenazan con caer sobre él.
Cuando finalmente acaba, con el suelo lo suficientemente cubierto de lava como para que no podáis verlo, se sube a una de las rocas al tiempo que ésta flora sobre el viscoso elemento.
-Creo que va a haber que ir terminando, ¿no te parece? Si uno de los dos no ha caído en los próximos minutos ambos seremos consumido por esa cosa, y la verdad es que aún me quedan demasiadas cosas por hacer.
Entonces se agacha, apoyando la rodilla derecha sobre la plataforma de roca improvisada en la que se encuentra. La punta de la uña de su dedo índice derecho brilla antes de tocar la roca, momento en que se traza un perímetro blanquecino de un diámetro algo mayor al de la roca que impide que sea consumido por la lava. Acto seguido, un sinfín de puntos resplandecen en el perímetro luminoso y una descarga de ondas cortantes verticales nace en todas direcciones. Son suficientes y de bastante envergadura como para albergar la cavidad casi al completo, estando separadas entre sí por apenas treinta centímetros en el punto más alejado del que han nacido.
Tú estás en la trayectoria de algunas de ellas, por supuesto. Además, parece que The Ripper ha decidido echar abajo la cueva por sí mismo antes de que puedas hacerlo tú.
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El asesino se sorprendió durante un momento al ver como desaparecí y aparecí en otro lado. Sin embargo, mi plan no pudo llevarse a cabo y fácilmente pudo detener sus ondas cortantes con otras idénticas. Además, el azúcar que estaba usando comenzó a ser quemada por la lava que se comenzaba a desbordar y a inundar el lugar. Hice que el azúcar volviese a entrar dentro de mí antes de que se quemase.
Antes de que la lava cubriese el suelo por completo me subí a una roca que sobresaliese de esta lo suficiente. Luego el preso habló. Parecía que ahora si tenía prisa por terminar aquel encuentro.
-Vaya, parece que ahora el señor tiene prisa por terminar. – dije mientras ponía una rodilla en el suelo.
Aquello me extraño y me preparé. Dado como había actuado no creía que lo hiciese para rendirse y no era así. De pronto se formó un perímetro alrededor de la roca en la que se encontraba. Parecía que quería acabar con todo lo que allí había salvo él. De aquel perímetro salieron un montón de ondas cortantes. Hice mis manos del azúcar pegajoso y rápidamente los moví hacia el techo haciendo que saliesen disparados dos hilos de azúcar que se pegaron en el techo. Tiré de estos y salí volando hacia el techo, una vez ahí arriba quedé pegado de la misma forma con el azúcar pegajoso.
Las ondas estaban a punto de alcanzarme, extendí el brazo hacia uno de los huecos entre estas para que saliese nuevamente un hilo y quedase pegado en el techo a pesar de estar medio derruido. Cuando lo hiciese saltaría en un balanceo hacia las ondas, aunque usando mi forma logia me hacía más fino de los que era para evitar en la medida de lo posible las ondas. Aun así me llevé un par de cortes que pasaron rozando con las ondas. Cuando terminé el balanceo apoyé mis pies en el techo y usando toda mi fuerza me impulsé hacia mi oponente. Lo hice con intención de que pareciese que fuese a por él, sin embargo caería al lado y aprovecharía el momento en el que pasase junto a él para golpearlo con un puño que había convertido en un pequeño ariete con todas mis fuerzas. El golpe iba imbuido en haki, además de una energía explosiva que le diese o no generaría una explosión pequeña.
Antes de que la lava cubriese el suelo por completo me subí a una roca que sobresaliese de esta lo suficiente. Luego el preso habló. Parecía que ahora si tenía prisa por terminar aquel encuentro.
-Vaya, parece que ahora el señor tiene prisa por terminar. – dije mientras ponía una rodilla en el suelo.
Aquello me extraño y me preparé. Dado como había actuado no creía que lo hiciese para rendirse y no era así. De pronto se formó un perímetro alrededor de la roca en la que se encontraba. Parecía que quería acabar con todo lo que allí había salvo él. De aquel perímetro salieron un montón de ondas cortantes. Hice mis manos del azúcar pegajoso y rápidamente los moví hacia el techo haciendo que saliesen disparados dos hilos de azúcar que se pegaron en el techo. Tiré de estos y salí volando hacia el techo, una vez ahí arriba quedé pegado de la misma forma con el azúcar pegajoso.
Las ondas estaban a punto de alcanzarme, extendí el brazo hacia uno de los huecos entre estas para que saliese nuevamente un hilo y quedase pegado en el techo a pesar de estar medio derruido. Cuando lo hiciese saltaría en un balanceo hacia las ondas, aunque usando mi forma logia me hacía más fino de los que era para evitar en la medida de lo posible las ondas. Aun así me llevé un par de cortes que pasaron rozando con las ondas. Cuando terminé el balanceo apoyé mis pies en el techo y usando toda mi fuerza me impulsé hacia mi oponente. Lo hice con intención de que pareciese que fuese a por él, sin embargo caería al lado y aprovecharía el momento en el que pasase junto a él para golpearlo con un puño que había convertido en un pequeño ariete con todas mis fuerzas. El golpe iba imbuido en haki, además de una energía explosiva que le diese o no generaría una explosión pequeña.
- resumen:
- La energía explosiva es la técnica explosión galáctica (de los antiguos manuales)
Jack, por fin nos ponemos en serio, y The Ripper lo sabe. Reacciona a tu envite, mostrando por primera vez una expresión seria que revela que no le queda más opción que reconocer tu valía como adversaria, que no le queda otra alternativa más allá de asumir que, aunque no quiera creerlo, puede ser derrotado.
Tu golpe no incide sobre él directamente, pero no espera la explosión que sucede a continuación. Es por ello que es desplazado de la roca sobre la que se había situado. Se dirige inexorablemente hacia la lava, pero en el último momento maniobra en el aire para apoyar el pie izquierdo en un saliente rocoso que aún no ha sido cubierto por el magma y dirigirse hacia otra plataforma. Aun así, su otro pie recorre varios centímetros en contacto con la lava, llegando a hundirse algunos centímetros. Cualquiera esperaría que el pie quedase completamente inutilizado, pero no es así.
No te mentiré: por cómo se mantiene en pie queda más que claro que ese contacto le ha hecho mella, pues hace descansar su peso en el pie sano casi por completo.
-Diamond Warrior -musita entonces en un tono de voz cas inaudible, salpicado por el chiporroteo de la lava a vuestro alrededor. Su reluciente piel deja de ser completamente lisa un instante después, pasando a estar plagada por una suerte de saliente que se asemejan a la roca mires donde mires. Aunque, claro está, no es roca... Creo que puedes hacerte una idea de por dónde van los tiros.
Es en ese momento cuando vuelve a atacar de una forma incluso más indiscriminada que antes. Puedes apreciar que sus movimientos son algo más lentos, pese a que no dejen de ser mucho más rápidos de lo que cabria esperar de la mayoría de personas con las que te has cruzado en tu vida. Lanza cortes por doquier, sólo que ésta vez sus uñas no son los únicos elementos de su anatomía capaces de hacerlo. Los salientes de sus brazos y piernas han adquirido la misma naturaleza punzante que sus uñas, por lo que cada uno de los puñetazos y patadas que te lanza van acompañados de al menos tres ondas cortantes que surgen de forma indiscriminada. Una de ellas siempre va en tu dirección -además de la amenaza que los golpes representan de por sí-, mientras que las demás nacen sin objetivo aparente y hacen aún más mella en la estructura del túnel. Parece que todo está a punto de venirse abajo; diría que algunos segundos a lo sumo.
Tu golpe no incide sobre él directamente, pero no espera la explosión que sucede a continuación. Es por ello que es desplazado de la roca sobre la que se había situado. Se dirige inexorablemente hacia la lava, pero en el último momento maniobra en el aire para apoyar el pie izquierdo en un saliente rocoso que aún no ha sido cubierto por el magma y dirigirse hacia otra plataforma. Aun así, su otro pie recorre varios centímetros en contacto con la lava, llegando a hundirse algunos centímetros. Cualquiera esperaría que el pie quedase completamente inutilizado, pero no es así.
No te mentiré: por cómo se mantiene en pie queda más que claro que ese contacto le ha hecho mella, pues hace descansar su peso en el pie sano casi por completo.
-Diamond Warrior -musita entonces en un tono de voz cas inaudible, salpicado por el chiporroteo de la lava a vuestro alrededor. Su reluciente piel deja de ser completamente lisa un instante después, pasando a estar plagada por una suerte de saliente que se asemejan a la roca mires donde mires. Aunque, claro está, no es roca... Creo que puedes hacerte una idea de por dónde van los tiros.
Es en ese momento cuando vuelve a atacar de una forma incluso más indiscriminada que antes. Puedes apreciar que sus movimientos son algo más lentos, pese a que no dejen de ser mucho más rápidos de lo que cabria esperar de la mayoría de personas con las que te has cruzado en tu vida. Lanza cortes por doquier, sólo que ésta vez sus uñas no son los únicos elementos de su anatomía capaces de hacerlo. Los salientes de sus brazos y piernas han adquirido la misma naturaleza punzante que sus uñas, por lo que cada uno de los puñetazos y patadas que te lanza van acompañados de al menos tres ondas cortantes que surgen de forma indiscriminada. Una de ellas siempre va en tu dirección -además de la amenaza que los golpes representan de por sí-, mientras que las demás nacen sin objetivo aparente y hacen aún más mella en la estructura del túnel. Parece que todo está a punto de venirse abajo; diría que algunos segundos a lo sumo.
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Como había pasado las otras veces, el preso evadió el impacto con el ariete del brazo, aun que no se esperó la explosión que hizo que este tuviese que retroceder del impacto de esta. Al hacerlo estuvo a punto de caerse sobre la lava, sin embargo, tuvo suerte de que un saliente sobre el que se pudo apoyar momentáneamente para saltar hacia otra plataforma. Por suerte para mí, aquello, aunque no le había causado demasiado daño, había tenido que poner un pie en la lava, y aquello se notó.
Una vez en la plataforma murmuró algo que se pareció una técnica como las veces anteriores, y a pesar de que el haki me advertiría escuchar aquello hizo que me preparase para lo que pudiese venir. Sin embargo, mi oponente pareció convertirse en algo que era como la roca, de bordes. No esperé a que continuase con lo que tenía planead y haciendo lo mismo de antes, hice mis manos de azúcar pegajoso y comencé a mover los brazos como latigazos hacia el techo para que los hilos quedasen pegados en el techo por todas partes.
El preso saltó al ataque a toda velocidad, aunque algo menos que antes, y con ello empezó a lanzar cortes por todas partes usando tanto su mano como sus codos y piernas. Cogí todos los hilos que había lanzado y tiré de ellos hacia abajo. Mi intención era hundir la cueva al completo. No sabía si podría luego salir, pero lo importante era retener a aquel tipo en aquel momento. Tras hacer esto, solté los hilos y me pegué al suelo a la vez que usaba mi forma logia e imbuía mi cuerpo al completo en haki en su máxima expresión. Notaba como de vez en cuando recibía algún impacto, pero con el techo cayendo no sabía decir si eran cortes o simples pedazos de roca.
Cada impacto hacía que mi cuerpo se deformase y luego recuperase su forma como si de goma se tratase, en algún impacto noté como se me generaba una herida, sin embargo, no eran zonas vitales dado que las cubrí con mis brazos.
Cuando pasase todo aquello intentaría subir entre las rocas que pudiese tener encima para intentar encontrar una salida, luego me preocuparía por si el preso había sobrevivido a aquello, aunque tenía bastante seguro que lo volvería a ver y seguiría combatiendo.
Una vez en la plataforma murmuró algo que se pareció una técnica como las veces anteriores, y a pesar de que el haki me advertiría escuchar aquello hizo que me preparase para lo que pudiese venir. Sin embargo, mi oponente pareció convertirse en algo que era como la roca, de bordes. No esperé a que continuase con lo que tenía planead y haciendo lo mismo de antes, hice mis manos de azúcar pegajoso y comencé a mover los brazos como latigazos hacia el techo para que los hilos quedasen pegados en el techo por todas partes.
El preso saltó al ataque a toda velocidad, aunque algo menos que antes, y con ello empezó a lanzar cortes por todas partes usando tanto su mano como sus codos y piernas. Cogí todos los hilos que había lanzado y tiré de ellos hacia abajo. Mi intención era hundir la cueva al completo. No sabía si podría luego salir, pero lo importante era retener a aquel tipo en aquel momento. Tras hacer esto, solté los hilos y me pegué al suelo a la vez que usaba mi forma logia e imbuía mi cuerpo al completo en haki en su máxima expresión. Notaba como de vez en cuando recibía algún impacto, pero con el techo cayendo no sabía decir si eran cortes o simples pedazos de roca.
Cada impacto hacía que mi cuerpo se deformase y luego recuperase su forma como si de goma se tratase, en algún impacto noté como se me generaba una herida, sin embargo, no eran zonas vitales dado que las cubrí con mis brazos.
Cuando pasase todo aquello intentaría subir entre las rocas que pudiese tener encima para intentar encontrar una salida, luego me preocuparía por si el preso había sobrevivido a aquello, aunque tenía bastante seguro que lo volvería a ver y seguiría combatiendo.
Pese a que los cortes de The Ripper consiguen cortar varios de los hilos que habías esparcido por doquier, la estructura se derrumba por completo antes de que tu oponente alcance a darse cuenta de lo que está sucediendo de verdad. Las rocas caen y cualquier atisbo de solidez car junto a los escombros, de forma que tras unos minutos todo queda sumido en un profundo silencio. En cuanto a tu oponente, no hay ni rastro de él por el momento. Si gozas de un haki de observación aceptable y te lo propones podrás comprobar que sigue con vida y aún conserva buena parte de sus fuerzas. El problema es que al no ser logia encuentra más dificultades para volver al exterior.
De cualquier modo, que no te quepa la menor duda de que él también volverá a combatir contigo en caso de que os encontréis de nuevo. Mientras tanto y hasta que ese momento llegue, puedes volver junto al resto del grupo si así lo deseas.
De cualquier modo, que no te quepa la menor duda de que él también volverá a combatir contigo en caso de que os encontréis de nuevo. Mientras tanto y hasta que ese momento llegue, puedes volver junto al resto del grupo si así lo deseas.
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Parecía que comenzaba a tener algo de ventaja en aquel combate. Había conseguido derrumbar aquella cueva sombre nosotros, y gracias a mi forma intangible por la logia, mi excarcelación del lugar no resultó difícil para mí. Una vez en fuera del peso de las rocas respiré hondo un par de veces y me centré en la voz procedente de donde yo había salido. El asesino estaba aún vivo, pero estaba seguro que demasiado aplastado como para salir en poco tiempo.
Era el momento de decidir que debía de hacer, si volver con el resto o completar la detención de aquel tipo. Miré hacia los lados por si veía algo que me pudiese indicar donde se encontraba alguien que pudiese pertenecer al gobierno. Luego volví la vista hacia las rocas y extendí mi mano hacia el suelo.
De mi mano comenzó a generarse grandes cantidades de azúcar que hice que fuesen colándose entre las rocas hasta donde se encontrase el preso. Una vez llegase esta hasta él el azúcar comenzaría a pegarse a su cuerpo hasta formar un capullo con el preso con un hueco en su rostro para que pudiese seguir respirando. Esta capa de azúcar pegajoso y pegada a su cuerpo sería de unos cuatro centímetros. Sin embargo, para asegurarme de que no pudiese romper aquello, a pesar de que ya se necesitase una fuerza extraordinaria para ello, encima de esta capa hice otra de unos cinco centímetros de grosor que era azúcar compactada de forma que alcanzase la máxima dureza y tenacidad que podía hacer en ese momento.
Tras ello mantuve un hilo que me conectase al capullo que había intentado hacer. Según miré hacia mi contrincante noté que faltaba algo. Y como pude deducir rápidamente había perdido toda la ropa en el combate y aunque el cuerpo ese fuese de azúcar era igual que el mío, por lo que generé ropa de caramelo para cubrirme. Si había logrado encerrar a mi oponente, aplicaría haki de armadura desde el hilo en el azúcar que le rodeaba, de esa forma debía de resultarle imposible romper todo aquello. Solo necesitaría encontrar a alguien que me ayudase a esposarlo.
Era el momento de decidir que debía de hacer, si volver con el resto o completar la detención de aquel tipo. Miré hacia los lados por si veía algo que me pudiese indicar donde se encontraba alguien que pudiese pertenecer al gobierno. Luego volví la vista hacia las rocas y extendí mi mano hacia el suelo.
De mi mano comenzó a generarse grandes cantidades de azúcar que hice que fuesen colándose entre las rocas hasta donde se encontrase el preso. Una vez llegase esta hasta él el azúcar comenzaría a pegarse a su cuerpo hasta formar un capullo con el preso con un hueco en su rostro para que pudiese seguir respirando. Esta capa de azúcar pegajoso y pegada a su cuerpo sería de unos cuatro centímetros. Sin embargo, para asegurarme de que no pudiese romper aquello, a pesar de que ya se necesitase una fuerza extraordinaria para ello, encima de esta capa hice otra de unos cinco centímetros de grosor que era azúcar compactada de forma que alcanzase la máxima dureza y tenacidad que podía hacer en ese momento.
Tras ello mantuve un hilo que me conectase al capullo que había intentado hacer. Según miré hacia mi contrincante noté que faltaba algo. Y como pude deducir rápidamente había perdido toda la ropa en el combate y aunque el cuerpo ese fuese de azúcar era igual que el mío, por lo que generé ropa de caramelo para cubrirme. Si había logrado encerrar a mi oponente, aplicaría haki de armadura desde el hilo en el azúcar que le rodeaba, de esa forma debía de resultarle imposible romper todo aquello. Solo necesitaría encontrar a alguien que me ayudase a esposarlo.
Encuentras a The Ripper en medio de los escombros tras mucho sondeas con tu azúcar, de forma que el azúcar comienza a envolverlo. Puedes percibir cómo se retuerce bajo la montaña de rocas como lo haría un mosquito atrapado en una telaraña, sólo que este mosquito tiene algún recurso más. Apenas has conseguido recubrirle con la segunda capa de azúcar cuando percibes algo así como un crujido, como si una fuerza monumental pugnase por romper el capullo desde el interior.
Y lo cierto es que finalmente lo consigue. En caso de que percibas a través del azúcar como lo harías a través de cualquier otra extremidad, cosa que supongo, habrás percibido que efectivamente ha conseguido romper la cárcel de azúcar y caramelo. En caso de que no puedas hacerlo lo averiguarás en cuanto emerja del cúmulo de escombros como un cohete.
Aterriza a unos quince metros de ti, pero comienza a mostrar una expresión más temerosa y menos altiva que previamente. Algunos hilos de sangre recorren su rostro, que muestra un evidente gesto de cansancio. Cualquiera diría que está cerca de su límite, pero me parece que eso es algo que sólo tú puedes comprobar. De cualquier modo, los salientes en su piel de los que hablamos antes siguen ahí cuando se lanza a por ti. Lo hace a una velocidad que nunca antes habías experimentado, apareciendo con precisión justo sobre ti para lanzar un golpe de talón descendente con su pierna sana.
Si te fijases podrías ver cómo algo así como una gota blanquecina se precipita desde el talón a gran velocidad, introduciéndose en el suelo para, a continuación, generar varias ondas cortantes que se expanden desde ese lugar de forma similar a como lo harían las ondas en un estanque tras la caída de una piedra.
Por cierto, no hay nadie cerca. Si hubiese algún marine cerca ya se habría dignado a aproximarse al menos para ver si necesitas ayuda. Todo apunta a que eres el único que puede capturar al infame The Ripper.
Y lo cierto es que finalmente lo consigue. En caso de que percibas a través del azúcar como lo harías a través de cualquier otra extremidad, cosa que supongo, habrás percibido que efectivamente ha conseguido romper la cárcel de azúcar y caramelo. En caso de que no puedas hacerlo lo averiguarás en cuanto emerja del cúmulo de escombros como un cohete.
Aterriza a unos quince metros de ti, pero comienza a mostrar una expresión más temerosa y menos altiva que previamente. Algunos hilos de sangre recorren su rostro, que muestra un evidente gesto de cansancio. Cualquiera diría que está cerca de su límite, pero me parece que eso es algo que sólo tú puedes comprobar. De cualquier modo, los salientes en su piel de los que hablamos antes siguen ahí cuando se lanza a por ti. Lo hace a una velocidad que nunca antes habías experimentado, apareciendo con precisión justo sobre ti para lanzar un golpe de talón descendente con su pierna sana.
Si te fijases podrías ver cómo algo así como una gota blanquecina se precipita desde el talón a gran velocidad, introduciéndose en el suelo para, a continuación, generar varias ondas cortantes que se expanden desde ese lugar de forma similar a como lo harían las ondas en un estanque tras la caída de una piedra.
Por cierto, no hay nadie cerca. Si hubiese algún marine cerca ya se habría dignado a aproximarse al menos para ver si necesitas ayuda. Todo apunta a que eres el único que puede capturar al infame The Ripper.
Sasaki
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No podía ser, aquel tipo había conseguido destruir aquel capullo que había generado que era casi imposible de romper. Parecía que no había calculado bien su fuerza. Rápidamente absorbí todo el azúcar que había generado para el capullo y me preparé para la siguiente envestida de aquel tipo que había salido disparado a unos quince metros de mi posición. En ese momento generé uno de mis caramelos concentrados de caramelo y lo introduje en la boca. El sabor era horriblemente dulce, y aunque no lo veía sabía que poco a poco me iría poniendo de color negro “A casos desesperados, medidas desesperadas.” Dije mirando hacia un lado como si alguien estuviese ahí acompañándome.
En ese momento mi mantra me advirtió de que un impacto se dirigía hacia mi cabeza desde arriba. El asesino había aparecido encima de mí en un instante y planeaba hundirme la cabeza con un golpe de su talón. Por suerte alguien me había avisado de ello y me dio tiempo a reaccionar en el último segundo. Me aparté ligeramente de aquel desesperado ataque quedando justo delante de mi oponente. Aproveché aquel movimiento para coger inercia y le intenté dar un puñetazo con todas mis fuerzas imbuido en haki justo en la boca del estómago.
Parecía ser que aquello era lo único que parecía hacerle algo de daño a pesar de mis esfuerzos anteriores con otras habilidades. Tras intentar aquello, me pareció ver como una gota caía al suelo mi mantra me avisó de lo que sucedería, pero era demasiado tarde como para poder evitarlo por completo. Cruce mis brazos frente a mi pecho y agaché la cabeza para protegerla también del impacto.
En un momento cubrí los brazos y endurecí el azúcar que los formaba en mi forma intangible y recibí el impacto. Noté como ambos antebrazos se doblaban hacia mí mientras retrocedía arrastrando los pies por la potencia del impacto. Luego estos volvieron a la normalidad, aunque me había provocado unos cortes no muy profundos por suerte, pero un par de puntos no les vendría mal. Cuando me incorporé para volver a mirar a mi contrincante mi cuerpo se encontraba completamente negro.
En ese momento mi mantra me advirtió de que un impacto se dirigía hacia mi cabeza desde arriba. El asesino había aparecido encima de mí en un instante y planeaba hundirme la cabeza con un golpe de su talón. Por suerte alguien me había avisado de ello y me dio tiempo a reaccionar en el último segundo. Me aparté ligeramente de aquel desesperado ataque quedando justo delante de mi oponente. Aproveché aquel movimiento para coger inercia y le intenté dar un puñetazo con todas mis fuerzas imbuido en haki justo en la boca del estómago.
Parecía ser que aquello era lo único que parecía hacerle algo de daño a pesar de mis esfuerzos anteriores con otras habilidades. Tras intentar aquello, me pareció ver como una gota caía al suelo mi mantra me avisó de lo que sucedería, pero era demasiado tarde como para poder evitarlo por completo. Cruce mis brazos frente a mi pecho y agaché la cabeza para protegerla también del impacto.
En un momento cubrí los brazos y endurecí el azúcar que los formaba en mi forma intangible y recibí el impacto. Noté como ambos antebrazos se doblaban hacia mí mientras retrocedía arrastrando los pies por la potencia del impacto. Luego estos volvieron a la normalidad, aunque me había provocado unos cortes no muy profundos por suerte, pero un par de puntos no les vendría mal. Cuando me incorporé para volver a mirar a mi contrincante mi cuerpo se encontraba completamente negro.
- resumen:
- La técnica del caramelo es la de "AHora soy negro, guiño guiño" y el que los brazos se doblen es la modalidad del haki de armadura.
Doblado sobre sí mismo, The Ripper no puede creer que su ofensivo, uno de sus ataques más poderosos -aunque tú lo desconozcas-, no haya producido mayores daños en ti tras haberlo recibido. Tose en un par de ocasiones, formando un pequeño charco de sangre frente a él, pero no se detiene a contemplarlo.
-Se acabó -dice entonces, irguiéndose sobre la única pierna sana que le queda cual flamenco en la marisma. Los salientes de su piel crecen algunos centímetros, concediéndole una apariencia similar a la de un erizo con la única salvedad de que las púas nacen de todo su cuerpo. Incluso hay tres de ellas situadas en su cara.
Entonces se extiende de brazos hasta formar una cruz y comienza a girar sobre su pie sano. Durante un segundo lo hace lentamente, pero enseguida adquiere una velocidad más que considerable. De buenas a primeras, las púas comienzan a desprenderse y regenerarse a un ritmo alarmante. El sol arranca destellos luminosos a su diamantina piel, si es que esa palabra existe. La cuestión es que la zona s acaba de convertir en una tempestad conformada por una gran cantidad de alfileres de diamante que salen despedidos en todas direcciones sin un sentido aparente. Por desgracia, es inevitable que muchos de ellos se dirijan hacia tu posición.
-Se acabó -dice entonces, irguiéndose sobre la única pierna sana que le queda cual flamenco en la marisma. Los salientes de su piel crecen algunos centímetros, concediéndole una apariencia similar a la de un erizo con la única salvedad de que las púas nacen de todo su cuerpo. Incluso hay tres de ellas situadas en su cara.
Entonces se extiende de brazos hasta formar una cruz y comienza a girar sobre su pie sano. Durante un segundo lo hace lentamente, pero enseguida adquiere una velocidad más que considerable. De buenas a primeras, las púas comienzan a desprenderse y regenerarse a un ritmo alarmante. El sol arranca destellos luminosos a su diamantina piel, si es que esa palabra existe. La cuestión es que la zona s acaba de convertir en una tempestad conformada por una gran cantidad de alfileres de diamante que salen despedidos en todas direcciones sin un sentido aparente. Por desgracia, es inevitable que muchos de ellos se dirijan hacia tu posición.
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Notaba como El caramelo ya estaba haciendo su efecto. Notaba como si mi cuerpo fuese acelerado, y eso hacía que cogiese aire de forma algo pesada como si hubiese estado corriendo mucho tiempo. Pude ver como el preso escupía algo de sangre, pero no pareció ser suficiente como para que se detuviese a pesar de sus palabras.
Se irguió sobre su pierna sana y los salientes que se habían formado por todo su cuerpo se agudizaron, todos mis sentidos y mi mantra me decían a gritos que aquello iba a ser muy peligroso, pero ya no podía hacer nada, no se podía huir y aquel hombre debía de quedar encerrado en prisión. Se colocó con los brazos en cruz y comenzó a girar a gran velocidad.
Tal y como ya esperaba comenzaron a salir de aquel hombre púas de gran tamaño disparadas a gran velocidad. Una de ellas pude ver en el último momento que se dirigía a mí y conseguí interponer mi mano en la trayectoria, clavándose esta en mi mano y atravesándola a pesar de mis defensas que no se habían reducido. Comencé a correr a máxima velocidad en círculos alrededor de mi oponente y me iba acercando poco a poco mientras intentaba evitar alguna de las púas que salían volando. Varias consiguieron penetrar mis defensas al igual que la primera y se me clavaron en el brazo izquierdo que era el que estaba más expuesto.
Cuando estaba lo suficientemente cerca dejé de dar vueltas y me impulsé a toda velocidad contra aquel sujeto y volvía intentar darle un puñetazo en la boca del estómago, aunque mientras giraba iba a resultar casi imposible. Junto al impacto, volvería a usar aquella energía que generaría una explosión justo en el cuerpo de mi oponente. Tras dar el golpe saltaría hacia atrás para alejarme y comenzaría a correr nuevamente para ir ganando aceleración.
Se irguió sobre su pierna sana y los salientes que se habían formado por todo su cuerpo se agudizaron, todos mis sentidos y mi mantra me decían a gritos que aquello iba a ser muy peligroso, pero ya no podía hacer nada, no se podía huir y aquel hombre debía de quedar encerrado en prisión. Se colocó con los brazos en cruz y comenzó a girar a gran velocidad.
Tal y como ya esperaba comenzaron a salir de aquel hombre púas de gran tamaño disparadas a gran velocidad. Una de ellas pude ver en el último momento que se dirigía a mí y conseguí interponer mi mano en la trayectoria, clavándose esta en mi mano y atravesándola a pesar de mis defensas que no se habían reducido. Comencé a correr a máxima velocidad en círculos alrededor de mi oponente y me iba acercando poco a poco mientras intentaba evitar alguna de las púas que salían volando. Varias consiguieron penetrar mis defensas al igual que la primera y se me clavaron en el brazo izquierdo que era el que estaba más expuesto.
Cuando estaba lo suficientemente cerca dejé de dar vueltas y me impulsé a toda velocidad contra aquel sujeto y volvía intentar darle un puñetazo en la boca del estómago, aunque mientras giraba iba a resultar casi imposible. Junto al impacto, volvería a usar aquella energía que generaría una explosión justo en el cuerpo de mi oponente. Tras dar el golpe saltaría hacia atrás para alejarme y comenzaría a correr nuevamente para ir ganando aceleración.
En pleno proceso de giro, The Ripper se ve incapaz de detener o evitar tu ataque en modo alguno. Tu golpe se sincroniza con sus movimientos y aciertas de pleno en su abdomen, interrumpiendo su movimiento de peonza y lanzándolo contra una de las rocas, de grandes dimensiones, producto del desmoronamiento del túnel en el que os encontrabais. Ésta es atravesada antes de que, cual clavo hundido por un carpintero, quede incrustado en una roca de un tamaño similar a la que acaba de hacer añicos a su paso.
Aún está vivo y pretende levantarse, lo que no deja de hablar bastante bien de su tesón y su espíritu guerrero. No obstante, en la situación en la que se encuentra no parece que vaya a poder amortiguar en modo alguno tu próximo ataque; mucho menos continuar planteando oposición alguna en caso de recibirlo.
Aún está vivo y pretende levantarse, lo que no deja de hablar bastante bien de su tesón y su espíritu guerrero. No obstante, en la situación en la que se encuentra no parece que vaya a poder amortiguar en modo alguno tu próximo ataque; mucho menos continuar planteando oposición alguna en caso de recibirlo.
- Nota:
- El próximo post que hagas será el que cierre el enfrentamiento, así que puedes sentirte libre de cerrar el enfrentamiento como puedas. Buen trabajo. No habrá más posts por parte de la moderación.
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Todo estaba llegando a su fin. El cansancio se estaba haciendo presente, más aun ahora que tenía mi cuerpo al límite. Mi golpe pareció sincronizarse con el movimiento del preso mejor de lo que pensaba e hizo que el impacto fuese mayor a lo que tenía pensado. Mi oponente salió volando a gran velocidad hasta que chocó contra una enorme roca en la que quedó incrustado.
Empecé a respirar más fatigado ahora que me había parado. Aún quedaba algo de tiempo con aquella habilidad, pero me dejaría vulnerable una vez se terminase. Por suerte, cuando me fijé en mi oponente parecía no poder seguir con el combate, aunque su voluntad le hacía seguir moviéndose como podía y hablando de algo de un tesón y del espíritu guerrero. Era el momento del último movimiento para terminar con todo ello.
Me preparé como si fuese a empezar una carrera de atletismo y salí disparado a toda velocidad hacia aquel tipo. Pude notar que no se percató de mi velocidad debido a su estado. Me paré justo detrás de él en seco y justo antes de que pudiese girarse para enfrentarme con el canto de la mano le di un golpe, como el que se le da a un conejo para matarlo, aunque en mi caso solo era para dejarlo inconsciente. Era rara la vez que cualquiera de la brigada acababa dando el golpe de gracia, incluso con el peor de los enemigos. El asesino puso los ojos en blanco y cayó de bruces contra el suelo.
No disponía de unas esposas de kairoseki así que lo até como había intentado antes en el combate, como un capullo dejando la cara fuera para que respirase. Al terminar de hacerlo caí al suelo de culo. Estaba exhausto del combate. Hice una nube de azúcar que envolvió el capullo y me elevó en el aire y comencé a movernos hacia donde creía que estaba la ciudad teniendo en cuenta la dirección del túnel.
Empecé a respirar más fatigado ahora que me había parado. Aún quedaba algo de tiempo con aquella habilidad, pero me dejaría vulnerable una vez se terminase. Por suerte, cuando me fijé en mi oponente parecía no poder seguir con el combate, aunque su voluntad le hacía seguir moviéndose como podía y hablando de algo de un tesón y del espíritu guerrero. Era el momento del último movimiento para terminar con todo ello.
Me preparé como si fuese a empezar una carrera de atletismo y salí disparado a toda velocidad hacia aquel tipo. Pude notar que no se percató de mi velocidad debido a su estado. Me paré justo detrás de él en seco y justo antes de que pudiese girarse para enfrentarme con el canto de la mano le di un golpe, como el que se le da a un conejo para matarlo, aunque en mi caso solo era para dejarlo inconsciente. Era rara la vez que cualquiera de la brigada acababa dando el golpe de gracia, incluso con el peor de los enemigos. El asesino puso los ojos en blanco y cayó de bruces contra el suelo.
No disponía de unas esposas de kairoseki así que lo até como había intentado antes en el combate, como un capullo dejando la cara fuera para que respirase. Al terminar de hacerlo caí al suelo de culo. Estaba exhausto del combate. Hice una nube de azúcar que envolvió el capullo y me elevó en el aire y comencé a movernos hacia donde creía que estaba la ciudad teniendo en cuenta la dirección del túnel.
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