Samia

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Facción	Gobierno	Tamaño	Población	Capital
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La isla de Samia es una pequeña mancha en el mar del sur. Conocida hasta hace unas décadas solo por las poblaciones de algunos de sus vecinos, ha ganado un cierto “nombre” como isla de paso de los marineros, en especial de los pequeños comerciantes que ven en el lugar un breve descanso en su largo camino.

■ Regiones: Samia tiene dos poblaciones asentadas en la costa, en puntas opuestas de la isla. El resto del terreno se mantiene prácticamente virgen. Un enorme bosque con una colina de difícil acceso en su centro, desde cuya cima es posible observar toda la isla. Hay varias grutas marinas y cuevas terrestres por distintas zonas de la isla, normalmente conectadas entre sí, aunque nadie del pueblo ni de las afueras de este suele acceder a ellas.

■ Flora y fauna: Los árboles de la isla son en su gran mayoría perennes, destacando pinos, abetos, mimosas y alcornoques. En cuanto a fauna, es posible encontrar urogallos, martas, lobos, garduñas, linces y mirlos.

■ Lugares de interés: Samia es la población más grande de las dos y la que da su nombre a la isla. Allí se ubican el astillero y la carpintería, el colegio y los pequeños terrenos de cultivo que alimentan a la población, bordeando con el bosque.

Asima es la ciudad portuaria y el punto de máxima atención para los extranjeros. Está bien comunicada con Samia por medio de carreteras y es el centro de mercado de la isla. Entre los habitantes es habitual el uso del trueque y si bien aceptan dinero de extranjeros, ven con mejores ojos que se adapten a la costumbre local.

En Asima está el faro de la isla, en el cual hay acceso a un DDM marine para emergencias relacionadas con piratas.

■ Algunos habitantes: En Asima, cerca del faro, hay un pequeño cuartel marine. Normalmente solo hay destinados allí dos o tres marines dado que la isla es pequeña y relativamente tranquila.

El granjero Marcus Fawn tiene las mejores calabazas de todo el pueblo, redondas y enormes. Suele intercambiárselas a los extranjeros por un poco de tabaco o alcohol.

En Samia hay una pequeña taberna, mucho más barata que las de Asima, con varias camas acondicionadas para los extranjeros que se pasan por allí. Tienen buena comida casera y la cocinera, Laura Clevant, es una mujer mayor, cariñosa y alegre.