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Recuerdos de Hiromori: Historias del Gremio Empty Recuerdos de Hiromori: Historias del Gremio {Dom 27 Feb 2022 - 0:43}

Recuerdos de Hiromori


One Piece Definitive

El Gremio es una de las mejores cosas que nos ha pasado. Por primera vez en nuestra historia, los cazadores de recompensas hemos dejado de depender de una autoridad externa. Ya no somos títeres de un gobierno, sino lo que muchos de los que escogimos esta profesión aspirábamos a ser: gente libre para escoger nuestro camino, para dispensar justicia donde escogiésemos y contra los criminales que escogiésemos. Y ganarnos la vida con ello, por supuesto. Son tristes las circunstancias que nos han permitido obtener esta independencia, y no dejaremos de recordar a las víctimas de los horrendos conflictos que han desgarrado al mundo en este último medio siglo. Así pues, hoy reunidos en este cuadragésimo segundo aniversario de la fundación de El Gremio, es un buen momento para recapitular y recordar nuestra historia hasta ahora. No todos hemos estado para vivirla, pero lo más veteranos aquí presentes si la vivieron y nos la han transmitido, y pueden dar fe de este relato.

Fue hace cincuenta años. Una serie de extraños acontecimientos comenzaron a sacudir el planeta: golpes de Estado, movimientos en el Bajo Mundo, extrañas organizaciones mercenarias, piratas actuando coordinados en ataques demasiado precisos para ser ciertos... algo se estaba moviendo en las sombras. Alguien estaba manipulando los acontecimientos para desestabilizar el mundo. Y no fue difícil. Desde la famosa Guerra del East Blue de hace sesenta y seis años, el Gobierno no había hecho más que debilitarse y perder posiciones. Sin embargo, seguía siendo la gran unión de países que era entonces. Seguía controlando la fuerza militar más grande y más organizada del mundo. Fue entonces cuando Terra Kepler atacó.

Todos habéis oído hablar de ella: la misteriosa Yonkou que no envejece. Su poder militar es tal que se ha convertido en una potencial naval que rivaliza con el poder de el mismísimo Suzaku, el Yonkou Zane D. Kenshin. Apareció de la nada en medio de todo ese caos, con poderosos aliados y subordinados que atacaron de manera coordinada cinco puntos estratégicos a lo largo del mundo: Loguetown, Hallstat, Sakura, Shabaody y Wano. Se dice que no es de nuestra época, sino que ella y su banda llevan vivos desde la mítica Era Oscura. ¿Os soy sincero? No sé si es cierto. He visto cosas muy extrañas viajando por los mares y a usuarios de akuma no mi con poderes sorprendentes. Pero suena lo bastante increíble como para permitirme cierto grado de sano escepticismo. ¿No es acaso inteligente rodearte de un velo de misterio que te haga más temible? Es probable que solo sean cuentos.

La estrategia de Kepler, como sabéis, funcionó. Al menos en parte. En todas las islas alcanzó sus objetivos estratégicos salvo en Wano, donde la guerra terminó en tablas. Ni la coalición logró detener a los aliados de Kepler salvo por Hipatia Styx, la reina sirena, ni Kepler logró mantener el control de Wano. Eso no le importó. Fue entonces cuando el cometa cayó sobre la Red Line. Las historias son confusas, pero parece que Kepler logró ser la primera en llegar y se hizo con la piedra. ¿Qué valor puede tener? Pues bien, del cielo en ocasiones caen materiales extraños. Metales fantásticos con los que se pueden hacer armas temibles. Tras eso andaba ella: tras un arma legendaria.

Tras eso, se hizo Emperatriz y se quedó tranquilita creando su reino en el Nuevo Mundo y expandiéndose a nuevas islas. Pero el avispero ya había sido perturbado. Imaginaos el escándalo: una banda pirata poniendo en jaque a la mayor organización del mundo. Evidentemente, si muchos países ya dudaban de la capacidad del Gobierno para mantenerlos a salvo tras los descalabros de las guerras de los dieciséis años previos, tras esto empezaron a desvincularse de la organización en masa. Y fue entonces cuando en Marie Geoise tuvieron una idea excelente: alguien dijo, ¿y si buscamos un cabeza de turco al que cargarle el muerto? Y todo empezaron a comentar lo buena idea que era y a darse palmaditas en la espalda. Y así escogieron a un Vicealmirante, Zuko Kasai, y lo juzgaron por traición. ¿Su crimen? Recibir una paliza por parte de uno de los subordinados de Kepler y perder Shabaody.

Y, por algún motivo, la Marina se enfadó. Decenas de flotas comenzaron a romper sus vínculos con el Gobierno y organizarse de manera independiente. ¡Vaya por Dios! ¡¿Quién hubiese dicho que cabrear a tu ejército en medio de tu mayor crisis era mala idea?! Estoy seguro de que el pobre becario que propuso esa idea y al que al principio habían alabado perdió su puesto al instante. Pero el pollo ya estaba en el asador. La Marina rebelde entabló conversaciones con los países que se escindieron, y así comenzó a gestarse el germen de lo que hoy llamamos la Liga de los Mares. Más países y bases marines se les empezaron a unir, hasta que el Gobierno tomó partido y comenzaron las hostilidades.

Algunos llaman a este conflicto la Guerra del Cisma, el Gobierno la Guerra de la Traición... ¿personalmente? Me da igual cómo le llamen. Fue una época de mierda para ser cazador. No la llegué a vivir estando en activo, cuando la guerra terminó yo aún era joven. Pero, nuevamente, cualquiera de nuestros veteranos os lo pueden confirmar. Durante esta guerra, nos topamos con que nuestro trabajo se había vuelto infinitamente más difícil. La Legión, el nuevo ejército del Gobierno, ponía recompensa por la cabeza de unos criminales, la Marina de otros. Criminales que perseguíamos en islas del Gobierno pasaban a estar protegidos por la ley con solo pasar a una isla de la Liga, y viceversa. Y para colmo, las licencias de cazador que expedía el Gobierno no eran legales en los países de la Liga de los Mares. Peor aún, como la Liga de los Mares era solo una alianza informal, no había manera de llegar a un acuerdo con el conjunto de todos los países que la componían a la vez. Peor aún: tanto Marina como Gobierno pusieron recompensas por la cabeza de enemigos suyos. ¿Resultado? Si un cazador intentaba cobrar una de esas recompensas, la facción contraria lo marcaba como un enemigo y ponía recompensa por él.

Así surgió El Gremio. Necesitábamos una manera de organizarnos. Sí, ya teníamos gremios de cazadores, y aún los tenemos. Pero hacía falta una organización única que nos representase a todos. Una capaz de representar nuestros intereses y negociar en nuestro nombre. Así, hace hoy mismo cuarenta y dos años, los gremios más importantes se reunieron para fundar esta organización. El camino no fue fácil. Estuvimos al borde de ser declarados una amenaza y enemigos por el Gobierno muchas veces. La Liga de los Mares tampoco fue muy benévola en las conversaciones, considerándonos poco más que mercenarios al borde de la criminalidad. Y para terminar de liar la marrana, la Revolución se hizo fuerte y se convirtió en un tercer jugador de la partida. Pero finalmente, todos se hicieron a la idea de que el Gremio había llegado para quedarse. Y entonces, al duodécimo año de nuestra fundación, la guerra acabó. El Gobierno y la Liga firmaron una inquieta paz, pero paz al fin y al cabo. Y entonces fue cuando pudimos sentar a representantes de la Legión, la Marina y la Revolución en una misma mesa a negociar sobre las recompensas. Fueron unas negociaciones duras, por lo que cuentan quienes estuvieron presentes. Los representantes de la Legión protestaron por la presencia de los revolucionario y estuvieron a punto de dejar la reunión. Cuando se les pasó la rabieta, se pudo hablar como adultos.

De esa cumbre salió el Acuerdo de la Caza, el conjunto de leyes que regulan la profesión de cazarrecompensas en todo el mundo. Todos los países de la Liga, el Gobierno y la Revolución están incluidos, y la amplia mayoría de países independientes se fueron uniendo también y firmándolo. El Acuerdo de la Caza establecía a El Gremio como la organización encargada de otorgar y revocar la licencia de cazador de recompensas, licencias que tienen valor en todas las naciones que han suscrito el Acuerdo. Es gracias a este tratado que podéis cazar a un criminal en cualquier parte del mundo, sin importar dónde cometiese sus crímenes y a qué isla huya. Mientras el sitio donde esté haya firmado el Acuerdo, estáis legalmente capacitados para darle caza y emplear fuerza letal. Pero hay más tras este acuerdo. ¿Recordáis que durante la guerra había cazadores que acababan siendo declarados criminales por cazar militares con recompensa por sus cabezas? Ese fue uno de los puntos importantes del debate. Dado que ahora íbamos oficialmente a conformar un tratado para cazar para tres organizaciones transnacionales rivales, lo más sensato era no entrar en política. Se puso una norma: los objetivos militares no son asunto nuestro. Un enemigo de guerra es un enemigo de guerra, no un criminal, así que el gremio de cazadores no acepta ningún contrato de cacería contra revolucionarios, marines, legionarios o agentes del Gobierno. Salvo que más allá de toda duda hayan cometido crímenes de guerra, y primero debe pasar el caso a estudio por una comisión de El Gremio. Por último, las recompensas las ofrecen los gobiernos, pero corresponde a El Gremio sancionarlas y poner los carteles en circulación.

Con estos puntos sobre la mesa, los cazadores pudimos volver a ejercer nuestra profesión seguros. Al principio hubo roces, sí, y varios pulsos con el Gobierno cuando intentaron someter a consejo de guerra a varios de los nuestros que capturaron a criminales de guerra de la Legión.Un asunto feo, pero logramos ganar el pulso y nuestros chicos se salvaron. Sin embargo tuvimos que endurecer los criterios para señalar a alguien como criminal de guerra. Al fin y al cabo, debemos evitar la política lo máximo posible. No es asunto nuestro. Desde entonces, hemos florecido. Los múltiples conflictos en el mundo y el crecimiento del crimen y la piratería nos han dado suficiente trabajo como para no tener tiempo para estar quietos. Uno de los petardazos más gordos fue la Guerra Mundial. El nombre suena muy grandilocuente, sobre todo para ser un conflicto que se libró solo en el Nuevo Mundo, pero no fue para menos. Esa guerra sí que me cogió, al menos sus fases finales, en activo. Imaginaos reventarle el pecho a un pirata, para que unos segundos después vuelva a levantarse como un no muerto. Hasta los más jóvenes debéis haber oído hablar del conflicto, pero creo que merece la pena como un ejemplo de por qué no jodes con el equilibrio de poderes del mundo.

La Yonkou Katharina von Steinhell, la Reina Bruja, decidió lanzarse contra el Gobierno Mundial. Reunió un ejército compuesto por diferentes bandas piratas, ejércitos de sus naciones vasallas y no muertos creados por la akuma no mi de su segundo al mando, Ivan Markov. Al principio la Guerra Mundial no fue... tan mundial. Escaramuzas y batallas menores a lo largo del Nuevo Mundo. Sin embargo, parece ser que la Bruja solo estaba tanteando las fuerzas de su enemigos mientras preparaba su verdadero ataque. Tras construir una gran flota y levantar a todos los muertos de los cementerios de sus naciones vasallas y conquistadas, se lanzaron como una marea imparable hacia Marie Geoise, con el objetivo de destruir la capital del Gobierno, aniquilar a sus dirigentes y aplastarles. Y quién sabe qué habrían hecho esos psicópatas de haber triunfado. Sin embargo, cuando un poder al nivel de un Yonkou pasa de la nada a convertirse en una de las mayores potencias militares del mundo y amenaza con destruir el equilibrio, el resto de poderes reaccionan. La Legión no estuvo sola: los Yonkous Terra Kepler y Berthil "Ojos de Dragón", el Ouka Shichibukai, la Marina y la mismísima Revolución comandanda por el legendario Dexter Black, su líder, acudieron a su ayuda. Nosotros también fuimos convocados mediante un acuerdo especial con El Gremio por el que se nos premiaría por cada cabeza de objetivos críticos, oficiales y, en general, guerreros poderosos. Todos los grandes poderes del mundo estuvieron reunidos en lo alto de la Red Line. Fue la clase de batallas que te hacen sentir insignificante, con grandes guerreros de todos los rincones del mundo y enormes aberraciones no muertas por todas las esquinas.

En fin, como sabéis, al final ganamos. Steinhell y Markov se vieron obligados a retirarse y poco después tuvieron alguna clase de disputa en la que se mataron el uno al otro y arrasaron el reino de Prodence en el proceso. Bastardos diabólicos. Esta guerra vino muy bien a nuestra organización. El Gremio aportó un nutrido grupo de cazadores de élite que resultaron una aportación vital para la batalla y mantuvieron la línea allá donde los peces gordos no estaban presentes. Mejoramos nuestro prestigio y reforzamos la posición de El Gremio, lo que a la larga repercutió en más libertad para todos.

Sin embargo, puedo ver en los ojos de los más jóvenes que de lo que queréis que os hable es del Trono. El título al que todo cazador ambicioso aspira: el Rey de los Cazadores. No hemos tenido uno desde que Byakuro Kyoya murió en la Guerra del North Blue matando al tirano Derian Markov, hace ya más de sesenta años. Antes era un título dado por el Gobierno al mejor cazador del mundo, el que lograse una hazaña singular al nivel de entregar la cabeza de un Yonkou al Gobierno, como hizo Byakuro Kyoya en su día. El Gremio ha decidido que este título vuelve a estar disponible para ser reclamado. Se le dará no al cazador más alocado que logre la presa más jugosa, sino a un auténtico maestro de la caza que logre, en numerosas ocasiones, capturar a criminales de gran poder y se distinga como un faro de luz entre los nuestros. Solo el mejor entre todos nosotros conseguirá la corona.

¡Preparaos para la gran cacería! Se acercan nubes de tormenta y todos tendremos piezas que cobrar.


Hiromori Jun, Señora de la Caza.

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