[Pasado] Manos a la Obra [Berry-Sora]

Vaya que era gigante y atareada aquella isla, parecía que el trabajo brotaba de cada lugar y los habitantes no podían con todo. La mink se encontraba liderando a un grupo de reclutas mientras exhibía sus medallas y uniforme con orgullo, después de todo era de las pocas islas donde podía presumir de su cargo e impartir la ley sin que le recriminasen por ser marine. Ahí tenía autoridad y su palabra era respetada, al menos entre los civiles y reclutas que habían dejado a su cargo.

—Bien chicos, espero que estén listos porque hay mucho que hacer. Primero debemos reparar estas casas que se dañaron con el último tsunami, luego nos requieren para atender a algunos heridos y también debemos ayudar en el puerto. Los dejaré a cargo de llevar las reparaciones y me adelantaré al puerto.—

Los reclutas hicieron una reverencia y comenzaron a limpiar los escombros, la mink les ayudó con las rocas más pesadas para solo dejarles la tarea de barrer y traer materiales nuevos. Tras asegurarse de que su fuerza ya no era requerida, les dejó vigilados por otro supervisor para atender las urgencias del puerto.

—Parece que no hice mal en adelantarme un poco—

Expresó Berry al llegar a la ubicación, el hombre de gafas apenas podía supervisar todos los buques de carga que estaban llegando, además de parecer muy cansado como para soportar tantas tareaa en simultaneo. La mink se apresuró trotando en cuatro patas, para rápidamente tomar una de las planillas ayudando a catalogar el segundo buque de carga.

—Veamos, zanahorias, huevos, legumbres... ¿Tres barriles de cerveza? ¡Falta uno!—

Avisó alzando la voz, mientras el dependiente se apresuraba a comprobar las cosas. Al parecer se olvidarón de cargar uno de los barriles y había también uno más de vino, aunque la mink aceptó las disculpas ya que compensaba lo faltante.

Bajó del barco llenando el papeleo restante, mientras no dudaba en hacer gala de sus curvas y sus medallas, después de todo, debía disfrutarlo mientras podía. El clima era agradable, lo que ayudaba a su humor, además todo se hacía más sencillo con una sargento guapa y alegre para una tarea tan tediosa como el papeleo.

El joven skypiean había estado navegando durante dias, la verdad es que necesitaba provisiones y al parecer la suerte lo ha tocado, ya que por fin ha avistado una isla, pero aparentemente hay buques da la marina. ¨Estoy solo, aunque no será un problema, no tienen ninguna información de mi, soy pirata porque me he autoproclamado uno, no es como que los marines sepan de mi existencia, desde que salí al mar jamás he cometido algún delito como pirata.¨ Tras encallar en puerto, con suma lentitud sale de su barco para pisar tierra firme, observando como unos marines desmontan algunas provisiones de los buques.

¨Intentaré pasar desapercibido, si no me hablan no me veré obligado hablar y no me juzgaran por mi enfermedad¨ En lo que procede a caminar lentamente por el puerto en camino al pueblo, para entonces poder hacerse de algunas provisiones y volver al barco, no puede tomarle mas de medio dia ir y volver. Aunque intentó no hacer contacto visual con ninguno de los presentes, era inevitable, ya que tenia que observar todo en su entorno para poder crear su mapa en el debido momento. Algunos marines lo miraban y se reían, no sabe si era de su apariencia, de sus pequeñas alas o simplemente de la lentitud con la cual caminaba.

Por algún motivo que no logra comprender el joven tropezó y cayó al piso, dejando caer sus afiches que contenían escritas algunas frases, así como listas de compras

Afiches con frases:

Lista de compras:

Con mucha vergüenza y a la velocidad a la que podía moverse intentó recoger todos sus afiches antes de que cualquier marine se acercase para preguntarle cualquier cosa, pues en algún momento sospecharan, ya que lleva consigo varios mapas, además lleva un estoque como arma. ¨Oh no, acabo de caer tan estúpidamente, a pesar de lo lento que soy.¨

Berry continuaba su labor rellenando el formulario tranquilamente cuando el sonido de un golpe resonó en el puerto, levantó la mirada para observar a un joven que se había caído torpemente en el mismo. Terminó de firmar los papeles para luego, al ver que el joven no se había levantado acercarse para ver si se había herido de gravedad, caminó en cuatro patas hasta su ubicación, observando al joven de lado a lado antes de erguirse en su altura completa.

—Hmm, ¿Qué es esto?—

Preguntó leyendo la nota que el joven intentaba levantar, abriendo sus ojos sorprendida. Se trataba de una pobre alma atormentada por alguna enfermedad, rápidamente levantó la otra nota para examinar una meticulosa lista de compras que por esa enfermedad podría tomarle horas e incluso el día entero.

—No te preocupes Sora, Berry está aquí para ayudarte. Oye tú, recluta, necesito que compres lo de esta lista y lo traigas, es para este civil enfermo.—

Señaló al recluta y le mostró la lista, al saber de la enfermedad de Sora este solo respondió con un saludo y partió de inmediato a realizar lo que le pidieron. Después de todo, tampoco se atrevería a discutirle a Berry como sargento, ya era bastante conocida su fuerza y el respeto que podía llegar a infundir pese a su actitud pintoresca.

—¿Cartográfo? No los veo muy a menudo en esta isla, supongo que has tenido un largo viaje. Descuida no debes responder todo, sé que mi belleza puede ser chocante pero es mi encanto natural.—

La mink tomó con cuidado los hombros del muchacho y lo levantó del suelo sin muchos problemas. A la par que movía su cola de lado a lado y mostraba una sonrisa cerrando sus brillantes orbes carmesí.

—Como he dicho, Sargento Berry ¡En servicio! ¿Algo más en lo que pueda ayudarte?—

Tendió los afiches a Sora tras haberlas leído otra vez y comprobado que no necesitaba nada más o al menos no había nada más escrito detrás. La actitud de Berry se notaba relajada, incluso tras notar que no era un humano, tal vez porque para ella todos eran iguales y no discriminaba con quien coquetear siempre que pudiese divertirse un rato. Incluso su propuesta de ayuda llevaba un sútil tono sugerente.

— Gra...cias— Sora en agradecimiento mostró su muy lenta voz, haciendo que los que se encontraban cerca escucharan lo terriblemente lento que hablaba. Tras estar de pie nuevamente gracias a la sargento toma su cuaderno y comienza a escribir ** Gracias Sargento Berry, como ya habrás leído mi nombre es Sora, vengo desde las islas del cielo para cartografiar todas las islas que pueda, en los meses que he estado en alta mar nunca me había encontrado con los marines, es un placer conocerles **. Procede a mostrarle el cuaderno a la Sargento y le da una pequeña sonrisa.

Cuando la sargento termina de leer vuelve a escribir ** Se que no eres humana, he escuchado acerca de tu raza, la tribu de los mink, dicen que esa es una de las islas que esta en constante movimiento, pero espero algún dia poder hacer un mapa de ella. Y conocer mas miembros de tu raza, si son todos tan amables como tú**. No es un coqueteo pero tiene que ser perspicaz, ella es una Marine y el es un autoproclamado pirata. Aunque nunca ha cometido ningún acto que lo demuestre.  

— Sa...bes ¿Don...de pue...do ven...der mis ma...pas? — Su voz a pesar de ser lenta es bastante relajante. Su cabello azul que recubre sus ojos casi por completo. A pesar de que muchos de sus movimientos son muy lentos, Sora puede escribir bastante rápido ya que sus muñecas son la parte menos afectada por su enfermedad.

En espera de respuestas de parte de la mink, Sora se sienta en el piso durante un rato para esperar que vengan con aquellos suplementos que necesita para emprender el viaje, sin embargo sabe que no puede irse de esta isla antes de cartografiarla, por lo que comienza por dibujar el puerto, con todos los detalles que puede observar, excluyendo claro, los barcos y demás. Sabe que puede vender sus mapas a los marines, civiles e incluso piratas. Por lo que sus esfuerzos nunca han sido en vano. Sus ojos se pasean por todo el puerto observando cada mínimo detalle.

Sus manos comienzan trazando el mapa con total delicadeza haciendo cada linea con hermosura y precisión, sabe que en algún momento tendrá que adentrarse y probablemente tarde unos dias en hacer el mapa, pero es lo normal, se ha acostumbrado, además hay informaciones que necesitaba saber, pero no puede pedirla a ningún Marine, ya que pueden descubrir que este intenta convertirse en pirata.

La mink movía sus orejas de lado a lado mientras escuchaba el agradecimiento de Sora, al parecer su voz era lenta pero al escribir era bastante rápido, no llegaba a entender del todo esa extraña enfermedad aunque suponía que algún médico podría asesorarle mejor. El problema era que muchos se encontraban ocupados tratando a los civiles heridos por el tsunami, por lo cual deberían esperar si en verdad precisaba algo de asesoramiento médico.

Estudió el primer escrito, leyendo con calma antes de responder mostrando un poco de orgullo por cumplir su labor.

—Espero haber causado una buena impresión, algunas personas piensan que somos malvados o buscamos un beneficio personal pero la verdad es que yo y muchos de los reclutas solo estamos para servir y ayudar a las personas.—

Comentó mostrando orgullosa sus medallas relucientes en su uniforme, muchas de ellas eran por trabajos de ayuda a civiles, capturar criminales y otros trabajos solidarios. Volvió a inclinar su cuerpo al ver una nueva nota.

—¿Oh? Te refieres a Zou ¿Verdad? Es una isla bastante escurridiza pero supongo que algún día podrás conocerla, en cuanto a otros de mi raza somos peludos y adorables, al menos en mi tribu. Puedo contarte mucho de mi tribu y nuestras costumbres pero debes saber que en Zou hay varias y muchas difieren de nosotros por lo que te recomiendo ir con alguien nativo si no quieres ofender a nadie. ¿En las islas del cielo es similar? Siempre he querido visitarlas...—

Aconsejó Berry ya que muchos de los minks eran guerreros, algunas tribus buscaban pelear como forma de respeto y otras eran más pacifistas. La suya incluso era un híbrido entre fiesteros y poderosos guerreros territoriales, ella misma era un ejemplo de esto por su destreza en combate. Supuso que en todas las culturas podía repetirse el patrón, por tal motivo decidió preguntar antes de aventurarse en solitario.

—Hmm, que yo sepa hay tiendas de mapas en la ciudad, podríamos visitarlas. ¿Necesitas que te cargue en mi espalda? Podrás darme un abrazo si gustas, no me es ninguna molestia ayudar a los demás.—

La mink señaló su espalda mientras sonreía, había estado lamiendo el pelaje de sus doradas garras mientras escuchaba al joven. Si bien hablaba lento, Berry no mostraba ningún signo de molestía, en cambio siempre respondía con optimismo y ofreciendo su garrita en todo lo que pudiese.

Curioseó poniendosé a espaldas de Sora para ver lo que estaba dibujando, se notaba que era bueno en su trabajo pese a que Berry no conocía nada sobre el trazado o los dibujos, reconocía el puerto y las inmediaciones que lentamente se plasmaban en aquel trozo de papel. En verdad podría pasar todo el día observando al muchacho dibujar, era una actividad relajante y bastante inusual.

¨No me gustaría aprovecharme de ella, sin embargo estar en su espalda me concedería la oportunidad de observar mas lugares de la isla¨ Con movimientos lentos Sora se levantó y miro a la Mink. Guardó su libreta y sacó de su bolso un trozo de pan para darle una mordida lenta pero deliciosa. Aquel pan contenía la misma cantidad de queso y jamón, a exactamente las mismas proporciones, pues Sora es un poco Tiquismiquis con esos detalles. Luego de esto escribe en su cuaderno ** No será incomodo para ti cargarme en tu espalda, no soy tan débil como parezco, solo soy muy lento, no tendrán algún artefacto para moverme como en mi isla natal **. Le muestra el cuaderno a la Sargento en espera de una respuesta mientras una fuerte brisa levanta un poco su camisa, dejando ver muchos moretones y heridas que tiene debido a su constante entrenamiento.

En espera de una respuesta, el joven pirata guarda aquella hoja del dibujo para continuarla mas adelante, sabe que es una isla muy grande ya que su puerto es también muy grande. Ahora con los detalles que tiene sobre Zou y sus tribus puede tener mas cuidado en un futuro, aunque dicen que es un lugar a donde se debe escalar para llegar.

Sora se revisa en todos lados en busca de su lápiz, pero al parecer lo perdió, es un tanto descuidado, los objetos pequeños suele perderlos muy a menudo. — Va...mos a ven...der mis ma...pas, me que...da muy po..cos ...be..rries.— Ya que perdió su lápiz no le quedó de otra que hablar aunque la verdad no le gusta demasiado. También es consiente que sin dinero no puede sobrevivir mucho tiempo y menos viajando solo como lo ha estado haciendo durante estos últimos meses. No ha tenido que robar, pero sabe que en algún momento será necesario, porque al final sigue siendo un pirata. (Perdona lo corto, es que voy caminando)

Berry se limitó a sonreír ante la amabilidad del joven, sin embargo, era evidente que le subestimaba bastante. Había entrenado meses enteros para dominar un peso que a muchos le resultaría imposible intentar, e incluso así, una persona se sentía como una pluma para su fuerza. Era algo que en verdad le enorgullecía, aquel porte que la milicia le daba, esa fuerza que sus músculos podían ejercer pero sin perder esa silueta sensual y delicada. Toda una sorpresa para quienes se pensaran que era una mujercita frágil o solo una cara bonita. Lo que despertó sin dudas una enorme carcajada, al pensar que le estaban subestimando un poco.

—¡Bwahaha! No me será ninguna carga, puedo levantar incluso tres toneladas si me esfuerzo y no me parece que seas alguien que pesa tanto.—

La mink suspiró luego de reír por imaginar al chico con tantos kilos encima, de seguro no estaría tan delgado o debería medir unos cuantos metros más. Inclinó su cuerpo para permitirle subir a su espalda. No le molestaba hacer de transporte, a fin de cuentas, ayudar era su deber y si podía ayudar con una sola acción a que el día del joven fuese más ameno ella estaría feliz. Además ayudaba a que la reputación de la marina fuese incluso mejor, mostrando que no había nadie excluido a la hora de ayudar, fuese joven, viejo o alguien enfermo.

—Vamos sin miedo, no me hará nada pasear por la ciudad.—

Guiñó su ojo moviendo su cola, mientras escuchaba la voz de Sora indicando que tenía algo de urgencia para obtener dinero. Era algo usual en esos días, los marines apenas estaban cobrando sus sueldos y muchos civiles andaban cortos de dinero. Sin lugar a dudas obtener un poco era costoso, no conocía nada los precios de los mapas, pero suponía que alguna tienda podría ofrecer una gran tajada por un trabajo bien hecho. Después de todo, gran parte del mundo permanecía oculto y toda nueva información, en especial la reciente proveniente de sitios tan exóticos era bastante cotizada.

—Claro, puedo llevarte volando si eso deseas.—

Ofreció con seriedad, parecía una broma que aquella zorro humanoide pudiese surcar los cielos, pero Berry no era cualquier mink y guardaba una o varias sorpresas bajo la manga. Siempre dispuesta a causar un gran impacto mientras ayudaba, su sonrisa parecía permanente en su rostro, así como su actitud aniñada a la hora de actuar como un animal.

"¿Volando dijo? ¿Acaso los Zorros de la raza mink pueden holary? No me arriesgare" el joven saca vuelve a escribir en su libreta un poco apresurado para hacerle una petición. ** En mi barco tengo una motocicleta plegable, si puedes buscarla, solamente necesitare que me des una guía rápida por el pueblo y así no te quitaré todo el tiempo que podría haber tomado llevarme en tu espalda** el pirata le muestra la libreta a la joven sargento para ver si puede completar esta tarea o pedirle a uno de sus hombres que busquen su motocicleta plegable. Es un método más viable que ir en la espalda de un apenas conocido y mucho más de un Marine.

Sora podía percatarse de la cantidad de marines que había ahí, sin embargo el trabajo aún se veía muy díficil, al parecer tienen tantas cosas que hacer tras lo que fue un "Tsunami" . "Las islas del cielo jamás pasaron por ese tipo de cosas, pues es obvio, no habían mares que llegarán a tal magnitud" Le hubiera gustado ayudar, aunque no son del mismo bando, aunque sabe que si estos se enteran que quiere ser pirata lo pueden llevar a la cárcel, pero también sabe que ayudar a quien lo necesite es una prioridad del skypiean.

mientras esté esperaba una respuesta de si aquella Sargento podría buscar su motocicleta, una motocicleta proveniente de la misma isla de Skypiea, algo diseñado para poder moverse a velocidad normal o incluso más alta que eso. Sora no puede pensar que aquella mink es algo coqueta, no entiende el motivo, ni la razón, no hay nadie que pueda sentir atracción hacia una persona con su enfermedad, nadie quiere a una persona lenta en su vida.

Mientras otros marines pasaban por el lugar, Sora levantó lentamente su mano y los saludo con una sonrisa, apesar de todo es amable realmente, así que no puede evitar sonreírle a la gente. Pero mientras piensa en esto ya su pereza lo esta dominando y lo que desea es poder vender sus mapas y volver a descansar en el interior de su barco.

¿Miedo a las alturas? Desconocía si eso era posible, aunque si no estaba en las islas del cielo podía ser posible. Se golpeó a si misma la frente, cayendo en cuenta de su propio error, mientras sonreía. Tal vez no se había puesto a pensar lo suficiente antes de ofrecerse, suspiró negando con la cabeza antes de volver a responder con su semblante habitual.

—Descuida te traeré esa cosa de inmediato, desconocía tu miedo a las alturas pero eso explica porque estás lejos de casa. Ahora entiendo todo...—

Claro que no entendía nada, pero Berry era fiel a sus instintos al suponer que el joven le rechazaba por un temor a las alturas. ¿Por qué otra razón le rechazaría? Ella era bonita, una figura respetable y una marine diligente que cumplía con su deber. Se giró nuevamente esta vez haciendo brotar sus hermosas alas blancas.

Era todo un espectáculo aquel momento, varios marines que saludaban al joven quedaron petrificados al ver como un par de grandiosas y majestuosas alas comenzaron a emerger lentamente de la espalda de la mink para luego desplegarse, soltando algunas plumas blancas alrededor de Berry quien gracias al sol parecía un ángelical ser venido desde los cielos.

—No me tardo lindo...—

Suspiró antes de agitar suavemente sus alas y emprender el vuelo hasta el barco indicado previamente. No tuvo que hacer mucho esfuerzo para encontrar el vehículo que estaba apoyado en la cubierta. Tal vez el joven salió muy de prisa, ya había notado que en ocasiones Sora podía ser descuidado, por lo cual a Berry no le sorprendía que se lo hubiese olvidado. Sujetó el transporte con ambos brazos para no tirarlo en pleno vuelo, en unos minutos se encontraba de regreso, sonriente y feliz.

—Aquí tienes, no es problema para un ángel y menos para uno como yo.—

Guiñó su ojo derecho mientras se ponía a mordisquear sus garras para afilarlas, o quizás solo jugaba mientras sostenía el vehículo firmemente para que Sora pudiese subir sin problemas. Una de sus garras era suficiente para mantener el mismo estable e incluso no se necesitaba mucho más para soportar el peso del joven.

—Puedo guiarte cuando gustes, si vuelo muy rápido solo hazme una seña.—

Expresó relajada, pese a todo el trabajo que había la prioridad era ayudar a aquel joven a obtener el dinero y sus cosas para proseguir el viaje. Si algún inconveniente ocurría podrían llamarle o solicitarle al acabar el paseo.

"¿Miedo a las alturas?" Tras ese pensamiento Sora solo río un poco mientras veía como la Marine exponía dos hermosas alas blancas, no como las suyas, sino de una manera angelical. Muchos de los marines en el lugar quedaron boquiabiertos al ver este espectáculo.

Su barco estaba relativamente cerca, pero aún así ella fue volando, algo curioso para el joven pirata que tenía muchos pensamientos ahogando su mente justo en este momento "Esta chica posee una fruta zoan definitivamente, no tengo duda de ello, ¿Acaso es una zoan de aguila? Su plumaje es blanco, puede ser cualquier animal volador con ese tipo de plumaje." Los pensamientos siguen recorriendo su cabeza mientras ve como la chica llega con su motocicleta y la sostiene amablemente hasta que esté puede subir en ella.

Esta vez no dice ni escribe absolutamente nada, simplemente hace un gesto con su rostro en espera de que la Sargento comience a guiarlo para este seguirle el paso ya en su moto. No sabe cuántos berries costarán sus mapas pero espera poder venderlos por una buena cantidad. Pues son mapas de la isla del cielo, aquel lugar donde muchos quieren llegar, específica la ruta marítima que hay que tomar para llegar allí y los lugares más conocidos de esa isla.

En momentos se percata que aquella mink es muy fiel a su naturaleza, no tiene miedo de morderse o rascarse como un animal, eso es interesante, mientras más la observa más conocimiento añade acerca de aquella raza a su mente. Haciendo que este tenga muchas más ganas de ir a Zou.

Una vez sentado el joven pareció esperar por la guía de Berry, por lo cual acto seguido emprendió vuelo esta vez en dirección a la ciudad. Demostró que pese al tamaño de las alas no le era complicado maniobrar entre los edificios, si bien pasaba por varias calles algo maltratadas y húmedas por el clima no era nada lo suficientemente peligroso para el transporte del muchacho.

Finalmente Berry descendió y ocultó sus alas frente a un enorme edificio, este mostraba un globo terráqueo como techo junto a varios carteles con catalejos, mapas y diversas ofertas en plumas y en tintas. Reconoció al marine que salía del mismo con dos bolsas de compras y rápidamente se las entregó a la mink.

—Oh, mira que encontrarnos aquí de todos los lugares. Sora, aquí están tus compras.—

Expresó la mink mostrando ambas bolsas en una se encontraban los alimentos y en la otra los artilugios para dibujar los mapas junto a todo lo que el joven había pedido. Berry sonrió para dejarle ambas al joven y luego señalar la tienda.

—En ese lugar tendras todo lo necesario para vender tus mapas, aunque no sé nada sobre tasaciones es la mejor tienda de la isla en cuanto a precios según conozco.—

Berry estaba por proseguir cuando un sonido le distrajo, una voz gruesa y un "biribirp" constante, buscó entre sus bolsillos encontrando una caracola negra. Sus ojos estaban cerrados incluso cuando Berry intentaba responder.

—Moshi moshi... ¡Ehh Holaaa!—

Pronunció mientras daba pequeños golpecitos con su garra al molusco que apenas se inmutaba. Aún así el sonido de la llamada prosiguió, obligando a la mink a volver a buscar, esta vez en su escote de donde extrajo otra caracola, esta un poco más grande pero del mismo color y apenas diferencias, no era de extrañar la confusión.

—¿Cómo llegaste ahí travieso? Moshi moshi.. ¿Ahora? ¿Están seguros? ¡Voy enseguida!—

Berry guardó el den den mushi en su pantalón para luego desplegar sus alas inmediatamente, le habían informado de una supuesta invasión pirata en el puerto y requerían su presencia como refuerzo para repelerla. Claro que no deseaba alarmar a Sora pese a que este claramente había escuchado toda la llamada y que su propio barco estaba en aquel lugar.

—Me requieren en el puerto, descuida no le pasará nada a tu barco ni a nadie. Yo puedo encargarme. ¡Super Berry!—

Y al grito de heroína como si fuese alguien salida de un comic o alguna película la mink emprendió un vuelo feroz en dirección al puerto. Esperaba que Sora pudiese realizar sus compras, a menos que deseara ayudarle, claro que podría ser peligroso pero recordaba los moretones en su cuerpo siendo que tal vez estaba acostumbrado a lidiar con los corsarios.

Tras haber llegado a una gran tienda gracias a la guía de aquella Marine, procedo lentamente a bajarme de la moto, es cuando nos encontramos con el marine que estaba haciendo mis compras, con mucha amabilidad Berry me da las bolsas y las coloco en la parte trasera de la moto, a lo que procedo amarrarlas bien para que no se caigan.

Tras escuchar la explicación sobre la tienda de mapas que Berry me dió, me disponía a entrar para entonces intentar negociar mis mapas, aunque antes de poder actuar mis pensamientos fueron interrumpidos por lo que era un den den mushi. Veo como la Marine saca el primero, viendo yo que estaba equivocada, por lo que vuelve a revisarse y saca el segundo. Tras unas noticias que me incomodaron bastante Berry salió volando hacia el puerto.

¿Piratas? No puede ser cierto, dentro de mi barco tengo todas mis pertenencias importantes, además, ese barco me costó todos los ahorros, si acaso destruyen mi barco no podré navegar nuevamente hasta conseguir suficiente dinero para reemplazarlo. Como era costumbre sus pensamientos eran mucho más veloces que sus palabras, con movimientos lentos y sutiles vuelve a subir a su moto para dirigirse al puerto a toda velocidad.

Arrancó rápidamente hacia su destino, dejando atrás al marine que había hecho sus compras, aceleraba su moto todo lo que podía incluso llegando a casi atropellar algunos civiles que al ver la velocidad a la que iba solo le gritaban y maldecian. De todos modos no puede detenerse a disculparse, su barco estaba en peligro, aunque el mismo es un pirata, no puede permitirse que otros piratas arruinen sus planes y sueños.  

Con una velocidad abrumadora su moto llegaba a los límites, sabe que no puede usar toda la velocidad porque no conoce buenos mecánicos que puedan darle un toque a su moto. De todos modos lograba visualizar el puerto y aquello era verdad, había un gran navio de piratas, estos ya se encontraban luchando contra los marines. Sin embargo buscaba por todos lados a Berry y no podía visualizarla, esto estaba mal. No quería usar su técnica y mucho menos transformarse. Pero si las cosas surgían mal, tendría que hacerlo.

Ya había llegado al puerto, pero no se había bajado de su moto, solamente se limitaba a correr en ella de un lado a otro mientras veía como los marines peleaban con aquellos estúpidos piratas que se les ocurrió atracar en esta isla justamente el día en que esté había llegado. Le daba igual lo que hicieran los piratas en la isla, lo que le incomodaba es que pudieran hacerle daños a su barco y este quedarse varado un tiempo.

La mink había llegado al puerto, al ver la escena no dudó en aterrizar con un puñetazo sobre uno de los piratas el cual lo mandó directo contra el suelo. Las cosas no pintaban demasiado bien pero su llegada logró desconcertar a algunos piratas quienes rápidamente fueron abatidos por los marines quienes comenzaban a recuperar terreno.

—Muy bien soldados, aseguren los barcos, necesito tiradores en los tejados y esperaremos a que embistan.—

La mink levantó sus brazos para que las tropas se reorganizaran de una mejor manera así como dejar un pasillo para que los heridos fuesen trasladados. A la vez el pasillo funcionaba como una trampa ya que se cerraría ante cualquier invasor que buscase traspasarlo. Golpeó a otro pirata tomando su calabaza y al olfatear el alcohol no se cortó a la hora de beber un trago, después de todo era más peligrosa de esa manera.

—Bien, bien... ¿Tu eres el líder de todos estos?—

Comentó la mink crujiendo sus nudillos al ver desembarcar a un pirata más grande de lo normal y que portaba una chaqueta roñosa junto a una barba azul ensangrentada. Los piratas se apartaban a su paso mientras el sujeto visiblemente enfadado se dirigía a los marines.

—¡Rwagh! ¿Qué es esto? Los marines solo traen a una mascota a pelear contra el gran Barba Azulado... ¿Qué se supone que eres? ¿Una mezcla de pato con un gato?—

Berry recortó distancias a gran velocidad al escuchar la palabra "gato" y el sonido de su puño, las chispas del electro y el impacto a la mándibula del pirata recorrió todo el puerto. Berry sentía el aroma de Sora cerca y esperaba que no hubiese tenido que hacer ninguna locura para llegar hasta aquel lugar.

—Soy una zorra, mira bien mi cola, un gato no es ni la mitad de hermosa que yo. ¿Pato? ¡Estás ante un ángel! Y como tal, voy a darte una paliza...—

Berry escondió sus alas nuevamente mientras el pirata incaba su rodilla ante aquel golpe, de su boca brotaba sangre aunque sonreía. Al parecer hacía bastante tiempo que nadie le golpeaba tan bien, muchos piratas se voltearon a ver la escena, lo cual le facilitaba la tarea a los marines quienes comenzaban a controlar el puerto pese a algunas trifulcas más aisladas.

Los hombres de Berry y los piratas del barbudo rodeaban en círculo a ambos contendientes de lo que parecía ser la pelea decisiva. Tanto la mink como el pirata comenzaron un frenesí de golpes que resonaban por todo el lugar, pese a que Berry solo parecía estar calentando, de hecho si desease acabar con aquello de un golpe se hubiese transformado pero su naturaleza guerrera y su esmero en no destruir el puerto le llevaban a divertirse un poco.

Por fin Sora pudo visualizar a Berry, se encontraba luchando contra un hombre grande y esbelto con una extraña barba de color azul. Los marines de rango inferior y los subordinados de aquel pirata extraño peleaban al rededor. Se podía observar desde el lugar donde se encontraba Sora que los piratas estaban retrocediendo, todo esto parecía ser gracias a las órdenes de Berry. La pelea estaba siendo llevada a donde Berry quería, ella era quien estaba por encima de aquel pirata. Sin embargo pude notar como otro pirata salía de la parte trasera del barco.

Era un pirata robusto, con una vestimenta anticuada, pero lo que me pareció peligroso eran aquellas armas que tenía en sus brazos. Eran garras metálicas adheridas a unos guantes extraños. " No soy un experto pero estoy seguro que si este tipo aparece de sorpresa la concentración de Berry se perderá, no puedo permitirme eso, no debería importarme lo que pase con la marina, pero esta sargento me ha ayudado pese a yo ser una carga, tengo que pagar ese favor"

Sora cerró los ojos un momento y su cuerpo comenzó a calentarse debido a que estaba apunto de utilizar su técnica Shissoku no Senko para destensar sus músculos y poder atacar de manera rápida y eficaz, aunque solamente puede usar esta técnica por tres minutos, entiende que en ese tiempo puede derrotar al pirata.

Al activar su técnica, también utiliza las garras afiladas que su fruta zoan le permite manifestar, con movimientos rápidos en zigzag llega hasta el barco y choca sus garras con las garras metálicas de aquel pirata. — Yo seré tu oponente, durante tres minutos te haré vivir un infierno en el paraíso — con movimientos graciles el joven Skypiean esquivaba y acertaba cortes precisos aunque su contrincante no se quedaba atrás. Durante los primeros treinta segundos las garras de ambos chocaban continuamente sin dejar a relucir ninguna ventaja por parte de ninguno de los contrincantes.

— Tonto chico, no sabes con quién te estás metiendo, soy Garras de Marfil, vicecapitan de los piratas Barba Azulada — el contrario se había enojado por la pronta reacción del chico ante la situación.

— Menos cháchara y más golpes, tengo el tiempo encima pedazo de inútil — Sora lanza cortes con sus garras que son evadidas por el contrario y en un momento determinado vuelven a chocar garras generándose un sonido metálico que abruma a cualquiera suficientemente cerca.

Golpe tras golpe el pirata mostraba la fatiga, la sangre y el dolor seguido de espasmos por la electricidad que las descargas le estaban produciendo en su cuerpo. Pelear a corta distancia contra la mink había sido una mala idea, porque pese a su mano pesada nunca imaginó que aquella zorra pudiese aguantar tanto con tan sllo unos raspones en su rostro. Un golpe le sorprendió al estómago y otro incrustó su cara contra el suelo, ese último golpe le pareció mucho más duro que el anterior, como si además del puño una fuerza invisible hubiese presionado su rostro al contacto.

El gordinflón trató de ponerse de pie para ser golpeado nuevamente, siendo tomado de su cabello por la marine y demostrando estar a duras penas consciente. Los piratas soltaron sus armas y comenzaron a entregarse al ver a su líder en tal estado, con el rostro deformado por los moretones y la sangre bajando por su cuerpo. Además que ver a la mink saborear la sangre que había impregnado sus garras les sumió en un pánico colectivo.

Más cuando esta no parecía conforme y continuaba golpeando al pirata una y otra vez, era usual que Berry no sintiera la emoción de un combate y le disgustaba cuando otro no lograba satisfacer un poco las ansias de adrenalina. Sus instintos le obligaban a seguir golpeando hasta que el pirata no pudiese más o alguien le indicase que era suficiente. Para fortuna de Barba Azulada uno de los marines le informó que el puerto estaba seguro y la invasión estaba repelida casi por completo. Faltando solo los piratas que seguían en el barco, aunque ahora completamente rodeados por los marines en el puerto.

—Lleven a este y a sus hombres al cuartel... ¿Todavía quedan más?—

Preguntó al sentir el choque de garras provenientes del barco pirata, algo que despertó una sonrisa en Berry quien se acercó volando al mismo para ver algo inesperado. Se trataba de Sora luchando contra quien parecía ser el segundo al mando de la tripulación. Por lo que escuchó no le quedaba mucho tiempo, pero tampoco le gustaba meterse en peleas ajenas sin permiso. Aunque la idea de tomar el relevo no sonaba tan mal. Su uniforme tenía algunas marcas y su pelaje mostraba signos de suciedad, en su rostro podían verse unos raspones superficiales junto a un pequeño hilo rojo bajando por su labio, aunque su voz y expresiones eran alegres como si estuviese algo ebria o no le importase para nada su condición.

—¡Soraaa! ¿Necesitas una mano?—

Preguntó aterrizando en la cubierta mientras su altura comenzaba a crecer lentamente, perdiendo sus rasgos minks para tomar la apariencia completa de su forma de esfinge. Su rostro humanizado, su cuerpo de leon y su gigantesca altura de casi seis metros que hicieron temblar levemente al navío. La gigantesca esfinge parecía lista para atacar si Sora lo requería, después de todo seguía siendo su lucha.

Evidentemente tener una esfinge parlante como compañera cambuaba las cosas y más cuando estaba rodeado, el pirata aunque burlase a Sora de alguna forma estaba condenado a entregarse o perecer bajo las garras de Berry.

El murmullo había cesado, al parecer las cosas ya estaban casi totalmente bajo control ya que no se escucha el choque de espadas y mucho menos la feroz batalla que Berry estaba teniendo contra el capitán pirata. Se sentía feliz de que todo saliera bien aunque ahora debía enfocarse en su batalla, pues apenas le quedaba 30 segundos se su técnica y debía asestar un golpe definitivo. En medio de lo que parecía un interminable choque de garras Sora escuchó el aleteo de unas alas y tras eso la voz de Berry. Quien se transformó en una especie de esfinge realmente grande.

Sabiendo que ya todo estaba bien, podía hacer un ataque final y saber que si este no era lo suficientemente fuerte Berry estaría ahí para acabarlo. Por lo que Sora corrió hacia su oponente para lo que parecía otro choque de garras sin embargo en el momento justo cuando esto iba a suceder, Sora se deslizó por el piso de aquel barco rasguñando profundamente la pierna izquierda del pirata abriendo una herida que comenzó a brotar sangre de una manera alarmante.

— Por favor, terminalo — Fueron las palabras que salieron de la boca de Sora tras aquel ataque, ya que apenas quedaban unos pocos segundos para que su técnica acabara. Sabía que tras ese corte tan profundo el pirata no podría huir de ninguna manera pero lo mejor es que una marine lo arreste.

Sora se dezlisaba por la cubierta de arriba de aquel barco mientras su técnica había finalizado, debido a esto no pudo detenerse a tiempo ya que sus músculos estaban tensos nuevamente y cayó hasta el primer piso golpeándose fuertemente la espalda, sin embargo marines que ya habían tomado el barco le ayudaron a levantar y sacaron de allí mientras esperaba lo que Berry haría con aquel pirata.

No había mucho que pensar, ese pirata tendría solo dos posibles finales, moría a manos de Berry o lo encerrarian en una cárcel, no había más para él. Por otra parte Sora sentía un dolor inmenso en su espalda seguido de la incomodidad que dejaba su técnica ya que al terminar este sentía como sus músculos se tensaban uno por uno al compás.

Esto fue una indiscutible victoria para los marines, lo que dejaba a Sora como un civil valiente, aunque está claro de cuál es su facción. Se apoyó de una pared mientras un doctor vendaba sus heridas en espera de Berry.

— Esta marine es increíble, no se si por su entrenamiento o por la raza, pero es alguien admirable, puede pelear sin límites, algo que realmente yo desearía poder hacer — Pensamientos algo tristes llegaban a la cabeza de Sora mientras esté estaba siendo vendado por el doctor de la marina.

La mink aguardó la señal disfrutando el combate, al escuchar la orden rápidamente utilizó una de sus garras para aplastar al pobre pirata quién poco pudo hacer ante tal ataque quedando inconsciente casi en el acto. Tras ser rodeado por los otros marines y arrestado en el acto, la mink les recomendó llevarlo mientras otros se encargaban de recuperar el botín que ayudaría en la reconstrucción del sector afectado por la naturaleza. De no ser por Berry y Sora el combate se hubiera prolongado más y las bajas podrían haberse duplicado debido a que las órdenes de la sargento reorganizaron la situación de una mejor manera y evidentemente se llevaba los elogios por haber apalizado al capitán pirata. De hecho, no eran piratas que debieran tomarse a la ligera, aunque su acción de intentar invadir una isla de la marina pareció ser precipitada por la falta de alimentos y esto pudo mermar su amenaza.

Retomó su forma original aunque ahora con un cambio drástico, su cola y orejas permanecían pero su pelaje se veía reducido a su cabello y su apariencia era la de una mujer humana. Como la cabeza de su forma esfinge, su belleza era mucho más notoria para los demás e incluso algunos marines a su alrededor se mostraban encantados con aquel aspecto. Teniendo corazones en sus ojos de solo recibir una mirada de Berry, cosa que alimentaba el gigantesco ego de la mink.

Berry buscó con su mirada a Sora, le había perdido desde aquel golpe y esperaba que no hubiese sufrido algún daño o caído en alguna trampa oculta. Como marine veía su seguridad como una prioridad, temiendo haberle arrastrado a la batalla. Le encontró después de un tiempo, acercándose al médico de la marina quien al ver los raspones de su rostro y labios ahora más visibles sin tanto pelo comenzó a aplicarle alcohol cosa que hizo reír adolorida a Berry, esa cosa siempre ardía sin importar cuantas veces se la aplicasen.

—¿Cómo estás Sora? ¿Me reconoces? ¡Soy Berry! ¿Así soy más guapa? Oh, es verdad no puedes responder tantas cosas de golpe. Tómate tu tiempo.—

Los marines le acercaron a Sora su cuaderno y un lápiz mientras el doctor hablaba con Berry terminando de aplicarle algunos parches en las mejillas donde más le habían golpeado. Al parecer lo de Sora solo había sido un golpe, con algunos medicamentos estaría bien para continuar el viaje. Para fortuna de todos el ataque pirata pudo ser repelido con pocas bajas, Berry había tardado un poco en llegar pero por suerte su llegada bastó para cambiar las cosas.

La mink continuaba en su forma humana pero aún así seguía moviendo su cola y relamiendo sus manos que mostraban algunos magullones pese a que el doctor le recomendaba dejar de hacer eso para que las pudieran vendar de una vez. Sus instintos minks se mantenían intactos, era la misma persona en diferente cuerpo.

—Al parecer todavía debemos vender esos mapas.—

Expresó Berry volviendo hasta Sora con sus heridas ya tratadas, mientras los marines continuaban escoltando piratas y tratando a los heridos para continuar con el trabajo de reconstrucción de los hogares afectados. Quizás Berry no podía luchar contra la naturaleza pero sí demostraba controlar piratas, a quienes enseñaba con sus garras a no subestimarle pese a su apariencia.

Su rostro no dejaba de sonreír, tal vez por haberse podido divertir un poco en un día que pintaba como rutinario y todavía no concluía. Estaba decidida a ayudar a Sora con la tarea de los mapas antes de continuar sus deberes, aunque gracias a la invasión tenía una excusa para escapar a sus deberes, Berry no era el tipo de persona que huyese de las responsabilidades.

No pasa mucho tiempo para que todo vuelva a calmarse y una Berry un tanto cambiada se acercase al lugar donde Sora se encontraba. Esta vez tenía un cuerpo ¿Humano? Su belleza era muy notable tanto que algunos marines se quedaban boquiabiertos por toda la hermosura que irradiaba la Mink en esta forma. Con entusiasmo hizo algunas preguntas a Sora a lo que uno de los marines le entregó su libreta y lápiz para que esté conteste.

** Estoy bien, no te preocupes. Sobre tu apariencia, te ves bastante hermosa pero la verdad te prefiero en tu forma natural. También quería comentarte que lamento mucho no haber podido ayudar mas. La técnica que he desarrollado solo me permite liberarme de esta enfermedad por tres minutos, por cierto volvamos a vender mis mapas, esta vez sí aceptaré ir en tu espalda** El Skypiean no sentía un cansancio abrumador pero si un dolor incómodo en su espalda, por lo que no quería ir en su moto ya que su espalda estaría incomodandole durante todo el transcurso.

Sabia que sus músculos estarán muy tensados durante unas horas por culpa de su técnica, más no siente ningúna incomodidad pues ayudó en lo que pudo a la que considera ahora su amiga, a pesar de que está no sabe que Sora es un pirata. El joven con su lápiz vuelve a escribir en su libreta ** Por cierto, veo que tienes una zoan pero no puedo catalogarla entre prehistórica o mitológica, eres bastante poderosa y eso llama bastante mi atención como persona. ¿Podrías hablarme más sobre tu fruta mientras vamos a la tienda? **

Sora tiene unas cuantas heridas leves, sangre en algunas partes y varios moretones insignificantes añadidos a la colección, ya que este posee ya muchos por su constante ejercitación. Un bostezo sale reluciendo mientras esté le mostraba lo anterior escrito a la Mink. Su cuerpo está llegando al límite y necesita tomar una siesta pronto, su pereza se apoderará de el y caerá dormido en cualquier parte que se encuentre. Por lo que quiere ir de inmediato a vender estos mapas para poder descansar.

Sora ha sido un Perezoso por naturaleza y no por gusto, por lo que se ha adaptado a limitarse bastante y descansar más que la persona promedio. Aun así su rutina de ejercicios y cocina es algo que se toma muy enserio, pues cada cosa que come debe ser debidamente preparada a las medidas exactas que este requiere.

Berry llevó su mano a sus labios curiosa, era verdad que los humanos la preferían de esta manera pero quizás las otras razasceran más suceptibles a sus encantos minks. Era curioso, pensando en aquello tardó un tiempo en hablar, de hecho pareció comenzar a fantasear algo ladeando su cabeza de lado a lado hasta que despertó de aquel trance.

—No me esperaba esa respuesta, supongo que mi belleza no tiene límites después de todo. En cuanto a ir en mi espalda será muy divertido y no te preocupes toda ayuda es bienvenida, serías un gran marine si algún día te pica la curiosidad podrías ir al cuartel y alistarte. Tenemos un buen sueldo, comida, un lugar donde dormir, nos dan medallas bonitas como estas y no necesariamente tendrías que forzar tu cuerpo. Podrías dedicarte a hacer mapas, planear estrategias e incluso dedicarte a la ayuda en pequeñas tareas...—

Una vez más Berry empezó a divagar invitando a otra alma a su causa, mostrando sus medallas, moviendo su cola y comentando todas las ventajas de pertenecer a la marina. Sabía que le tratarían mucho mejor que en la Legión o con los traicioneros piratas, según rumores eran demasiado extremistas en ciertos casos aunque la mink siempre defendería a su facción ante todo.

Tan inmersa estaba en sus explicaciones que tuvo que frenar para leer el nuevo cartel de Sora quién preguntaba por su fruta. Desplegó sus alas y alzó al chico sin dificultad en su espalda para emprender vuelo cuanto antes.

—Bueno mi fruta es una Zoan Mitológica, no sé si es tan fuerte, creo que no hay frutas fuertes o débiles si uno no entrena adecuadamente hasta la fruta más poderosa se volvería inútil en un usuario no apto. No creo que haya mucho más por contarte que lo que has visto, puedo volar, cambiar mi aspecto, dar buenos golpes.—

Berry enumeraba sus cualidades que no distaban en gran manera de lo que ya hacía en su modo normal, mientras el vuelo se volvía más placentero y las vistas de la ciudad se divisaban con solo observar el suelo. Tras unos minutos aterrizó frente a la tienda guardando sus alas y dando unas suaves palmadas a las piernas del muchacho.

—Hemos llegado, espero no haberte aburrido con tanta charla.—

Expresó la muchacha sonriendo, mientras se inclinaba para dejar a Sora espacio suficiente para descender sin ningún problema.

Sora escuchaba atentamente a Berry mientras esta hablaba de los beneficios que tiene ser parte de la Marina, sin embargo no se sentía dispuesto a ser parte de ellos, pues Sora está en busca de libertad y siente que alistado a la marina no podrá dar el todo por el todo.

Tras una breve pausa se subió a su espalda y esta emprendió el viaje, mientras hablaba de su fruta y como funcionaba. Sora había escuchado rumores de las frutas mitológicas, se decía que estas eran frutas que equiparaban el poder de los mismos Dioses de las leyendas, no entiende como Berry se toma eso tan a la ligera. Aunque cada quien tiene su forma de pensar y Sora respeta eso.

Observando la hermosa vista de la ciudad mientras volaban, se sentía bastante bien el sentir el aire en su rostro y los ciudadanos caminando de aquí para allá. Tras unos pocos minutos aterrizó frente a la tienda y le permitió a Sora bajar lentamente.

Con sus lentos pasos entró a la tienda y luego de unos 10 minutos salió con la cantidad de 120,000 Berries, no es tanto como pensaba pero al menos es algo. Al salir observó un local vacío y se apresuró a escribir en su cuaderno para Berry ** ¿Acaso ese local esta en alquiler? seria un excelente lugar para asentarme y vender los mapas que haga al rededor del mundo**

Sentía emoción ya que entiende bastante el punto de los piratas robar, es porque no tienen una manera de producir dinero, sin embargo si este puede formar un puesto para vender mapas,  esta sumamente seguro de que le irá bien tanto como vendedor como pirata, pues no tendrá que cometer robos, aunque probablemente uno que otro botín de alguna tripulación hostil si tendrá que tomar.

No se ha encontrado con tripulaciones o personas que hayan sido un dolor de cabeza o una amenaza real, pues siempre lo tachan de débil y terminan francamente arrepentidos por hacerlo. Sora a pesar de su enfermedad es un luchador eficaz. Sin embargo sabe que solo un hombre anduvo solo por los mares sin sentir temor siendo aquel hombre Dracule Mihawk, aquel hombre de las historias, que decían era el mejor espadachín del mundo, surcaba los mares estando solo y enfrentando a cual estuviese de frente.

Sora no llega ni a sus talones, a las hazañas que este hombre cumplió, por lo que sabe que en algún momento tendrá que aliarse con alguien, sino puede que muera en algún momento en solitario.

La mink sintió al joven bajar y aguardó pacientemente su retorno, aprovechando el tiempo para estirarse y elongar su cuerpo. Se encontraba en medio de su rutina cuando pudo ver salir a Sora, lamiendo sus garras y retornando a su forma habitual por pura diversión. A Berry le agradaba ver las expresiones que su apariencia podía generar, al saber que Sora estaba más atraido por aquella forma natural no se privaría de hacer gala de todos sus encantos.

—¿Ese local? Sí por lo que se lleva así un buen tiempo, la ciudad creció mucho pero hay pocas personas habitando la isla por lo que es la mejor isla para pedir y encontrar un trabajo. Creo que puedes alquilarla de manera sencilla solo pagando una pequeña cantidad. Si necesitas ayuda para remodelar su interior puedo ayudarte con algunos de mis hombres, aunque ahora mismo estamos hasta arriba de trabajo.—

La mink esbozó una sonrisa tras su explicación, si Sora se decidía a alquilar el lugar podrían verse bastante seguido y como ambos viajaban por trabajo tal vez coincidieran en varios recorridos juntos. Algo que no le disgustaba a la mink ya que parecían entenderse bastante bien, siendo que el muchacho soportaba su humor y ligoteo mientras que a ella no le incomodaba ayudar a alguien necesitado.

—¿Entonces te quedarás por aquí? Podremos ir a comer juntos, pasear por ahí, podría llevarte volando a distintos lugares. Casi como una cita...—

La mink guiñó su ojo derecho esperando alguna respuesta, le intrigaba la decisión que Sora pudiese tomar, después de todo era la primera vez que se encontraban pero en ese poco tiempo sentía que habían llegado a congeniar y fortalecer un vínculo entre los dos. Berry era bastante amigable, de hecho con su belleza no le extrañaba formar amistades allí donde pasara.

Su expresión era bastante afable a ese punto, solo buscando que el joven se sintiese libre de tomar la decisión que quisiera. Por ese motivo no había insistido con la idea de la marina ni volvió a tocar el tema, respetaba las libertades individuales pese a carecer respeto por el espacio personal o conocimiento sobre las normas morales. Pues ya estaba en cuatro patas nuevamente, olfateando el local abandonado y paseando por la entrada del mismo como si de un animal se tratase.

Sora sonrió levemente y sus mejillas se tornaron un poco rojas durante unos breves segundos por aquello de la cita que la mink habia dicho. Pero luego lo ignoró a sabiendas de que era un juego de parte de aquella chica.

**Seria genial poder tener el loca, ¿Podrias investigar el valor de alquiler o incluso si esta en venta? ** Escribió Sora en su cuaderno antes de mostrarle a la chica. Momentos antes de poder mostrarle y mientras este aun se encontraba escribiendo, la Mink se acercó al local y comenzaba a olfatear a lo que Sora sonrió al mirarla.

Estas acciones de la mink le parecian algo tiernas a Sora, pues este siempre ha respetado las costumbres de cada raza, y ver a Berry haciendo lo que realmente le hace ser parte de su raza es como ver a los Skypieans crear sus dials, o como ver los gyojins practicar su karate. Siente que la naturalidad de las especies es la forma mas hermosa de demostrar quien eres.

No han habido muchos skypieans piratas, y no se conoce ninguno que haya sido marine en el pasado, pues Sora quiere darle al mundo un concepto distinto de ellos, no son debiles, de hecho son genios, llegando a crear tecnologia como los dials y muchos otros aparatos que funcionan para la vida cotidiana.

** Po..de..mos te..ner una ci..ta tras to..do es..to ** Sora bromea con la mink mientras muestra una gran sonrisa y levanta la mirada, sus ojos violeta se ven deslumbrantes ante la luz del sol. Intenta hacer reir a la chica ya que en el poco tiempo que han estado juntos este se da cuenta de la naturaleza risueña y graciosa que tiene. Sabe que es una buena aliada y como amiga será excelente.

¨No puedo imaginar donde estaria si no hubiera desembarcado en esta isla, no me arrepiento en lo absoluto, conoci a una persona increible que decidió ser mi amiga y pude demostrar a la gente que los Skypieans no son tan debiles como creen. ¨ Sora piensa dentro de si, sintiendose orgulloso por comenzar a cumplir uno de sus sueños.

Se acercó al local para verlo mejor y la verdad es que se ve perfecto para una tienda de mapas, es un tanto pequeña pero puede guardar una gran cantidad de pergaminos. Ademas con ayuda de la marina lo que le llevaria varias semanas pueden hacerlo en unos cuanto dias. Tras eso sabe que debe zarpar pero puede dejar alguien a cargo mientras vuelve.

La mink irguió su cuerpo al escuchar que le proponían una cita, riendo por la broma aunque aprovechando para retrucar aquella apuesta. Sonrió mirando al muchacho para luego comenzar a hablar con su voz más dulce y delicada posible, aprovechando el hecho para poder sacar provecho de la situación.

—Si eso piensas entonces es un plan, ya nos veremos otro día y tendremos una cita. Pero no te quejes si llego un poco tarde.—

Un poco podía ser una hora, un día o un mes. Berry no era muy amiga del reloj y tendía a llegar tarde incluso sin quererlo, era una costumbre que muchas veces le valía algunos regaños pero ya estaba acostumbrada a no comprometerse con ningún horario o día puntual.

Leyó la nota luego de darse la vuelta, debido a que hasta escuchar las palabras estaba sumamente distraída olfateando el local. Masculló las palabras entre sus labios antes de formular la respuesta, ya que recordaba haber visto algo sobre los alquileres en el cuartel.

—Oh, claro supongo que solo debes hablarlo en el ayuntamiento, por suerte está justo a la vuelta doblando esa esquina, incluso caminando puedes llegar en menos de unos minutos.—

Un grupo de marines apareció trayendo el vehículo de Sora para luego hablar con Berry sobre la necesidad de ir al cuartel para ayudar en los primeros auxilios de algunos heridos por la invasión, debido a la falta de personal se necesitaba a algún asistente que pudiese llevar a cabo la tarea.

—¿Oh? ¿Por qué no me avisaron antes? ¿Cómo? Ya entiendo, olvidé ver la hora...—

La mink se despidió de los marines volviendo hasta el muchacho, depositando un dulce beso sobre su mejilla derecha.

—El deber me llama, más bien mis superiores me requieren en el cuartel. No te olvides de la cita y suerte con el local, me pasaré en cuanto tenga tiempo.—

La zorra agitó su mano derecha en señal de despedida mientras sonreía de oreja a oreja, para acto seguido alejarse caminando hacia atrás, no tardó en desplegar sus alas y comenzar a volar sonriente en dirección al cuartel. Algunas plumas blancas fueron arrastradas por el viento alrededor de Sora, girando por unos minutos hasta finalmente caer a sus pies.