Misión "Ave Rapaz" [Pasado]

07:45 AM
El día era soleado, no había muchas nubes en el cielo que taparan ese azul claro pero si se notaba un viento algo fuerte que dotaba a los barcos de un par de nudos más. Era una corriente de aire bastante fuerte, lo suficiente como para alborotar cabellos y volar sombreros, pero soportable. Las gaviotas graznaban y las olas que llegaban a la playa picaban en el rompe olas como una buena bofetada de una mujer despechada.

En el puerto sur, justamente en el muelle dos, había un barco del gobierno, de la unidad veintisiete. Tanto en el muelle uno, como en el tres, no habían barcos y estaba todo vacío, ni cajas de carga, ni civiles, diferentes agentes del gobierno estaban esparcidos por esos tres muelles protegiendo una carga claramente importante. En el barco número veintisiete, justo en la bodega, habían tres antiguos revolucionarios que habían sido apresados, bueno, dos de ellos, el tercero se había entregado antes de que se le arrestase pero era inminente su final, la diferencia es que el tercero iba a colaborar con el gobierno. No solo habían esos tres despojos de la revolución, dos antiguos marines que pasaban información al enemigo, tanto piratas como criminales, también habían sido apresados. Justamente en una redada del gobierno cayeron los cinco mientras estos intercambiaban información por dinero.
El barco estaba bien protegido, siendo este algo pequeño, dentro de él habían, los cinco "VIPs" como así los llamaban y cincuenta soldados, alrededor del muelle dos, habían otros treinta soldados y tanto en el muelle uno, como en el tres, unos ochenta en total. Estaban ahí a la espera de un barco de la legión, ya que la captura de los delincuentes no habría podido ser llevada a cabo sin la información de la que la Legión dotó al gobierno. Por lo que se decidió que los marines pasaran a cargo de la Legión y los revolucionarios del gobierno. En principio, el barco debía atracar en una hora en el muelle número uno, con el objetivo de llevarse e interrogar a esos dos Ex-marines. Lo más inteligente habría sido devolver a dichos soldados a su cuerpo respectivamente, pero la Legión había ayudado en la captura y tenían más motivación para hacer hablar a esos dos.

07:52 AM
De la calle central que comunica la plaza de la ciudad al muelle, aparecían cuatro sujetos importantes para esa misión. Uno era el encargado del traslado de prisioneros, otro era el superior del pelotón de defensa, como tercer lugar había un hombre, pelo alborotado, gafas de culo de botella y bata blanca, caminando algo torpe y llamando la atención entre tanto hombre trajeado de color azabache pero detrás de él alguien llamaba más la atención. Con el cuerpo cubierto totalmente por vendas blancas y tapado con andrajos en forma de chaqueta larga negros, sombrero de paja antiguo y roído por el tiempo, a más a más de una espada enorme en su espalda estaba Matt. Dicho soldado sospechoso era el encargado de una "protección" extra ya que había llegado a oídos de los expertos que podrían intentar rescatar a dichos presos. Aún que la protección ya era optima para el nivel de peligrosidad de esos cinco, tenían a Matt cogiendo polvo en una esquina y era buen momento para usar todo el dinero invertido en su cuerpo...

08:00 AM
A lo lejos, en el horizonte, se veía un barco, daba la sensación de una fragata, tenían entendido que vendría una calavera de la Legión pero a medida que se acercaba el barco, parecía ser el indicado. Se empezaron los preparativos para el traslado de prisioneros de una cubierta a otra -¿No es muy pronto?- Comentó el encargado del traslado, el superior del pelotón afirmó con la cabeza -Querrán dar buena imagen- Aportó como escusa a su temprana apariencia.
Las cosas empezaron a ser más sospechosas, cuando el barco, a una distancia peligrosa, empezó a virar y una vez se posicionó de costado al muelle, las trampillas de los cañones se abrieron y dispararon una salva entera de las tres filas de cañones hacia el muelle, evitando el barco del gobierno pero haciendo polvo los dos muelles y creando agujeros en los edificios más cercanos a estos...

Los cañones que impactaron en los muelles uno y dos mataron a unos diez soldados, entre la bala de cañón, la explosión de estos y las astillas de los tablones del suelo al reventar ante la explosión. Rápidamente los demás soldados empezaron a ponerse a cubierto. Les pilló desprevenidos pero actuaron rápido pues el barco anclado en el puerto tenía dos cañones que podían rotar sobre su eje para disparar en diferentes direcciones (como los de los barcos marines) Los cuales apuntaron al barco que había abierto fuego y respondieron de la misma forma...


Información:
(Aliados)
-Un barco gubernamental con dos cañones en cubierta móviles y 36 por banda
-160 soldados - 7 por los ataques = 153
-2 Superiores al cargo
-1 científico
-Matt

(Enemigos)
-Una fragata con un total de 64 cañones por banda
-No se sabe más información

Parecía ser que todo había salido de perlas, o al menos eso fue lo que se nos había reportado en el cuartel general cuando llegaron las nuevas de los capturados. El subcomandante Antares había ordenado ir al punto de encuentro para la recogida de los objetivos para llevarlos de vuelta para ser interrogados. Para ello se dotó de un pequeño navío, de clase bergantín, algo pequeño y rápido, con una dotación de 15 cañones por banda y 45 almas, para una misión de estas características de llegada, coger paquete y volver. Yo era un mero soldado, pero también sabía que no era del todo cierto, puesto que solo había que verme para saber que, si bien mi graduación era rasa, mi nuevo físico no lo era. De hecho había logrado hacerme "respetar" entre la marinería, peor aún así estaba sujeto a las órdenes del capitán del bergantín, el señor Krakes, veterano legionario. Durante nuestro trayecto  hacia la isla no dudó en llamarnos a formar en la cubierta, cosa que hicimos todos, yo incluido sin demora alguna.

Allí mismo, sobre las negras tablas de cubierta se nos expuso lo que debíamos hacer un vez llegáramos a la bahía. Debíamos recoger a los objetivos, subirlos y volver poner viento al cuartel. Aún así mi capitán me sorprendió al nombrarme jefe de un pequeño grupo de marineros, no más de ocho, para bajar del navío y llevar a cabo el traslado entre barcos de los prisioneros. Era una tarea muy modesta, pero sabía perfectamente porque el capitán lo hacía. ¿Qué acojonaría más, un legionario flemillas uniformado  o un maldito ciborg de dos metros quince? La respuesta es obvia.

También por mi parte estaba deseoso de charlar con alguno de los científicos que estaban en la comitiva legionaria, aunque sabía que no iba a ser posible debido a la presteza de la misión. Fuera como fuera habíamos llegado antes de lo esperado a la bahía, donde ya pudimos ver de cerca la fragata anclada. Las órdenes fueron dadas y pegamos el navío al costado del gran buque. Nada más colocar las escalas y pasarelas salí de la cubierta inferior del bergantín, con paso decidido como si fuera un velociraptor, pues mis pies se asemejaban al movimiento de un dinosaurio....quizás fuera por las garras. Detrás de mi venían los ocho hombres a mi cargo, y nada más legar a la cubierta de la fragata me reuní con la autoridad al mando, el encargado del traslado. Yo me presenté como Darvius, y sin más demora se procedió al traspaso.

O eso se hubiera hecho, si el vigía no hubiera gritado desde la cofa del bergantín que un navío se aproximaba a la bahía donde estábamos anclados. Estaba confuso, no había orden de llegada de ningún navío más al intercambio. Así que le pedí información al vigía con un gran grito chirriante mecánico, y este me respondió que era una fragata, pero no llevaba insignias de la legión o marina. Entonces cuando vi que el navío empezaba adentrarse y a torcer el rumbo hasta ponerse de costado a los muelles, mi reacción fue inmediata.

-¡CABEZA A TIERRA!

Pues una salva pasó entre los dos navíos sin tocarlos, sufriendo grandes daños los muelles y llevándose por delante a unos cuantos desgraciados que estaban en ellos. La confusión era máxima, y mis propios marineros empezaron a hacer preguntas chorras.

-¡¿Quien cojones son?!

A lo que yo tirado aún en el suelo le respondí.

-ESPERA QUE AHORA SE LO  PREGUNTO. ¿QUE DEMONIOS HACÉIS AÚN MIRANDO LAS TABLAS, VAMOS MUCHACHOS MOVEOS!

Rápidamente  mis compañeros trataron de volver al bergantín, sin embargo cuando yo me disponía a cruzar la pasarela una andana nos dio de llevo al costado de ambos navíos, dañando gravemente a nuestro navío. Mi capitán por su aparte estaba pegando voces para que los marineros se pusieran a los cañones, mientras que un sinfín de hombres iban de una lado para a otro en ambos navíos.

-¡Darvius!no de mis oficiales superiores  cuando logró vislumbrarme en entre la humareda- ¡Usted y sus compañeros vayan al otro navío, cojan a los prisioneros y llévenlos a tierra! ¡Muévase!

-¡Pero señor, tenemos que transpórtalos en navío para sacarlos de la bahía!- le repliqué confuso.

-¡Haga lo que le digo soldado, en tierra podremos cubrirnos mejor, porque me da a mi que no tardaremos en hacer compañía a los peces. Muévase, les ganaremos tiempo, júntese con las tropas de tierra ya!

No hubo ni un rechiste más por mi parte, agarré a uno de mis compañeros, que iba a cebar un cañón por la camisa y lo tiré hacia adelante de la pasarela para ir al otro navío. Los demás captaron la idea y no dudaron en seguirme, de los ocho legionarios  conseguimos pasar a la fragata de dos cañones siete con vida, pues uno de nuestros compañeros ante el fogonazo de un cañón enemigo, una bala le partió la crisma.

Mientras tanto mis superiores y el capitán disponían proa con el bergantín para hacer frente a aquella fragata. Era un suicidio, si la fragata amiga nuestra no le daba apoyo, solo conseguirían un tiempo ínfimo, ahora bien, conocía a mi capitán, y si lograba caer en la cubierta enemiga, pobre de los hijos de puta que nos estaban atacando.

Yo por mi parte seguí las órdenes y mientras los marineros de la fragata nos ayudan a subir pude ver como el bergantín comenzó a abrir fuego  casco a casco contra la fragata.


Bufé y agarrando a uno de los marineros de aquel barco le ordené.

-Lléveme a los prisioneros ¡ya!

Todo era un poco confuso, la mitad de los soldados de negro ahí presentes podría decirse que hacía poco que les habían reclutado, era una simple misión de custodia por lo que no hacía falta un gran despliegue de medios, pero claramente alguno de los prisioneros sabía más de lo que admitía pues era un gran grupo de rescate por parte de la revolución. El barco de la legión empezó a moverse, iba a hacerle frente y el gubernamental no se iba a quedar atrás pero antes necesitaban recuperar la información que en este caso venía en forma de cinco hombres. -¡Matt, sácalos del barco!- Ordenó el superior, a lo que el cyborg respondió en el acto, salio corriendo en dirección a los presos mientras el superior informaba a los que estaban dentro por Den Den Mushi.

8:12 AM
Matt llegó al interior del barco, se podía observar que todos se preparaban para salir a hundir la cascara de nuez enemiga hasta que tocara el fondo del mar, pero a parte reconoció a los ocho legionarios que entraron en el barco por la insignia que portaban, por eso y por que los demás compañeros de negro no parecían estar alerta ante su presencia por lo que entendió que era la comitiva de recibimiento. -Me llevo. A los cinco presos- Dijo sin emoción alguna con su sonido típico metálico y sin mover más que las vendas que salían de su cuerpo. Por un momento se quedó observando a uno de los legionarios, la curiosidad aún que no era muy típica en Matt, era evidente.

8:23 AM
Para cuando la embarcación se quiso poner en marcha y ayudar al barco aliado, los prisioneros estaban nuevamente en tierra firme protegidos por ocho legionarios y un soldado del gobierno. Aún que muchos digan lo contrario, el gobierno y la revolución son lo mismo, son diferentes caras de una misma moneda por lo que aún usando diferentes formatos piensan igual, ¿Por qué menciono dicho dato? Pues nada más el barco salió del muelle tras el enfrentamiento naval, en el puerto se empezaron a escuchar gritos que daban a entender una batalla.
Desde la ciudad, aparecieron diferentes pequeños grupos de revolucionarios dispuestos a cortar cabezas trajeadas, la intención era clara, el barco era el cebo, solo querían que bajaran a los prisioneros a tierra firme donde desde hace días empezaron a acumularse soldados revolucionarios para la salvación de dichos personajes. Una acción temeraria por su parte pues la isla estaba protegida y dirigida por la facción contraria, pero ese ego que mantenía dicha protección fue tan alto que no se dio cuenta que se acumulaban fuerzas de la resistencia en su interior...

Los guerreros trajeados respondieron lentos al ataque sorpresa, pues el factor sorpresa golpeó duro pero aún así no fue suficiente para eliminarlos a todos y una batalla campal emergió en dicho puerto... Nadie esperaba que tras el ataque del barco al muelle, este escondiera enemigos pero fue suficiente engaño como para que todos estuvieran centrados en el agua y no en sus espaldas...

Matt, empuñó su espadón y rápidamente le quitó las vendas mostrando así la gran hoja -Prioridad, proteger, prioridad, proteger- Ordenó aún que no tuviera el menor rango para ejercer autoridad, pero quedaba claro a lo que se refería. Fuese como fuese esos cinco enemigos apresados tenían que sobrevivir a este día. El enemigo aún no había sobrepasado la fuerza aliada en el muelle pero iban con toda la intención de hacer lo que hiciera falta para sacar a sus cinco soldados de las garras de la ley.


Información:
(Gobierno)
-Un barco gubernamental con dos cañones en cubierta móviles y 36 por banda
-153 soldados - 23 por los ataques = 130 (60 soldados en el barco y 70 en tierra)
-2 Superiores al cargo
-1 científico
-Matt

(Legión)
-Bergantín con 15 cañones por banda
-45 soldados - 7 por los ataques = 38

(Enemigos)
-Una fragata con un total de 64 cañones por banda
-No se sabe más información de la fragata
-50 soldados en tierra

Maldita sea mi estampa ¿ Cuánto tiempo teníamos ante aquel ataque? La revolución, esos hippies pestilentes no tenían tanta cabeza como para pillar a La Legión por la espalda. ¿ Que ha pasado para que nos la metieran doblada? Alguien ha tenido que colaborar con ellos y darles el chivatazo, sino esto no se explica, Si tienen una fragata armada, me apostaría el brazo de uno de mis compañeros a que esta no había venido sola. Bueno, da igual, la misión debe completarse, así que hay que llevar a los prisioneros a tierra.

Justo cuando habíamos llegad o ellos bajo cubierta, y tras haberle pedido a los oficiales de guardia que me los entregaran en nombre de La Legión, hasta que vi a un tipo de lo más peculiar, y si bien me quedé detenido por unos segundos con cierto semblante curioso, mis compañeros de armas no tardaron en darme un toque al hombro para que espabilara.

-Darvius muévete ¿ a que esperas? -dijo uno de los compañeros tratando de coger a los prisioneros, pero a su vez, aquel hombre misterioso, que imaginaba era de los nuestros también quería llevárselos. -¿Este es de los nuestros no?

-¿Tu que crees¿ ¡Vamos!- le repliqué con una voz mecánica seguida de dos tosidos.

Agarré personalmente a uno de los prisioneros hasta llevarlos a tierra junto a aquel acompañante, que sin duda alguna, era de los nuestros. La batalla parecía encrudecerse, sobre todo porque la contienda ya no era solo en el mar, sino que parecía que los revolucionarios habían tocado tierra, y es más, salieron igual que hormigas de un hormiguero en llamas por todas las callejuelas y zonas del muelle disponibles. Esto era una trampa, y vive Dios que no iba a caer en ella. Mientras tanto mi capitán parecía luchar con furia de titán contra aquella fragata, e incluso la otra fragata donde habían estado los prisioneros izó velas para echar una mano al bergantín.

Mientras tanto, en tierra, mis compañeros protegieron a los prisioneros, mientras que yo vi como un grupo de esos hippies aparecía de entre uno de los muelles y comenzaba a cargar contra nosotros. Yo me eché unos pasos hacia adelante, y con una risa mecánica el primero se abalanzó sobre mi con un golpe de sable; el arma al impactar contra mi pechos se partió por la mitad, haciendo un chirriante estruendo. El revolucionario se quedó con cara de sorpresa, hasta que se dio cuenta que debajo de mi capa era...metal. Le miré y con cierta malicia le dije:

-Mi turno.

Le agarré con mi brazo derecho por el cuello y alzándolo en el aire lo lancé contra un grupo de rebeldes que venían en su auxilio, tirándolos a todos al suelo. Otros tres  aparecieron de detrás de un edificio, armados con mosquetes y no tardaron en abrir fuego contra mi. Las tres balas de sus mosquetes rebotaron en mi armadura. Aún así, y a pesar de que podía aguantar algunos tiros, no podía estar a descubierto mucho tiempo, así que, igual que una araña, comencé a caminar por el suelo a toda velocidad hasta saltar sobre dos de aquellos agresores. Les coloqué las garras sobre la cabeza, y apreté hasta estrujárselas. El tercero de estos sacó su sable e intentó clavármelo en la cabeza desde mi espalda, pero al igual que el del otro rebelde, este se partió, pero me había dolido. Así que me giré lentamente mientras me levantaba hasta que le agarré la muñeca al rebelde, y con un rápido giro se la rompí, haciéndole gritar y caer al suelo. Fue entonces cuando la cosa se puso peor, pues seguían apareciendo más y más de estos tipos. Así que miré al compañero robótico que nos habíamos encontrado en el barco y le grité:

-TU, ¿hay algún otro barco por aquí?

Esperaba que al menos la fragata sobreviviera a la emboscada, pero nunca estaba mal tener un plan B. De momento solo se estaban colando algunos de los rebeldes a la zona donde estábamos, pero por suerte, nuestros hombres todavía mantenían los muelles bajo nuestra bandera, tan sólo habría que preguntarse por cuanto tiempo.

Matt observó al hombre de la legión y tras analizar fácilmente las peleas que estaba teniendo comprendió que no era alguien común y que siguiera al rebaño, pues parecía que, o iba bien protegido o no era un soldado corriente. El CP no hizo ningún movimiento, simplemente observó hasta que el legionario le hizo una pregunta -No hay barcos. Aliados. Barcos civiles sí- Contestó, no era una mala idea usar uno de los barcos pesqueros pero no estaban preparados para una batalla naval y tampoco es que fueran rápidos -Mi objetivo es. Custodiar prisioneros. Mejor forma de. Cumplir misión. Eliminar al enemigo- Sí, ya sea por "X" o por "B" la mejor manera de hacer su trabajo era matando a alguien, no preguntéis a Matt, si no al científico que lo programó.

Un par de revolucionarios se acercaron a Matt, este simplemente de un movimiento empuño su espada, la cual se "desnudó" fácilmente (ya que las vendas que la ocultaban perdieron la presión y estas cayeron al suelo) Y mostró el espadón afilado y limpio que siempre portaba, de un simple movimiento lateral de derecha a izquierda, por mucho que se protegieron los dos condenados, fueron repelidos. El ataque partió los finos sables de los "humanos", les hizo un corte en el pecho a los dos y los lanzó hacia atrás -Hay que, salir de campo abierto- Comentó. Por mucho que observara a su alrededor no veía por donde ir, pero a sus pies estaba la respuesta para él. Miró hacia abajo, luego al prisionero que tenía con él quien negaba con la cabeza de forma brusca y repetida, para luego clavar su espada en la tapa de la alcantarilla (después lanzó dicha tapa hacia un revolucionario pero eso no tiene importancia) -Entra- Ordeno, pero el preso no quería, Matt le arreó un cabezazo y lo tiró hacia el agujero -Da igual ocho que ochenta. En los túneles, vendrán de dos en dos- Cierto y el no se cansaba, pero los demás... ¿Que harían? También nuestro cyborg gubernamental era consciente que ahí abajo su espadón no podría ser blandido...

En la plaza cuatro balas de cañón que no impactaron en el navío aliado volvieron a golpear el muelle causando bajas tanto en un bando como en otro... No estaba planificado, pero por mucho que fuera un ataque sorpresa, la revolución tampoco tenía en mente que la legión se adelantara dando así apoyo al gobierno.


Información:
(Gobierno)
-Un barco gubernamental con dos cañones en cubierta móviles y 30 por banda (-6)
-130 soldados - 17 por los ataques = 113 (53 soldados en el barco y 60 en tierra)
-2 Superiores al cargo
-1 científico
-Matt

(Legión)
-Bergantín con 12 cañones por banda (-3)
-38 soldados - 5 por los ataques = 33

(Enemigos)
-Una fragata con un total de 53 cañones por banda (-11)
-No se sabe más información de la fragata
-50 soldados en tierra - 14 por los ataques = 36

¿Qué? ¿Tan sólo hay barcos civiles? ¿Pero en que demonios estaba pensando el Gobierno? Definitivamente estaban perdiendo facultades. Madre de todos los santos, inútiles. ¿Ahora que?. Estamos en un fuego cruzado atrapados como ratas, y aún así parece que vamos ganando a pesar del navío que ataca el puerto y el bergantín. Algo no me estaba cuadrando para nada, o sea, están enviando una fuerza no demasiado grande para llevarse a los prisioneros, y sin embargo, no están haciendo foco en ellos precisamente. La distracción del puerto es obvia, tenernos entretenidos en el puerto evita que enviemos ayuda al mar y vice versa, pero esto también propia que pequeños grupúsculos rebeldes se cuelen con mayor facilidad a nuestra retaguardia. Ahora mismo da igual, pero que por mis muertos más frescos voy a llevar a esos desgraciados al cuartel.

Así que escuché las palabras de aquel tipo deol gobierno, lanzando un leve quejido por la boca mecánica mientras otro rebelde se abalanzaba sobre mi empuñando un sable. Lo agarré con la mano en el aire, y estrenando las mejoras del doctor en mi cuerpo, la muñeca comenzó a rotar haciéndolo girar como la hélice de un helicóptero hasta lanzarlo contra una pared de un edificio de la plaza. Tras esto miré nuevamente al compañero, el cual estaba quitando la tapa de una alcantarilla. No era la mejor idea del mundo, pero era una idea, por lo menos podríamos aislar a los presos ahi abajo hasta que la cosa mejorara, ya que aqui arriba, somos blanco fácil. Así que me dirigí a mis compañeros y les dije:

- ¡Muchachos, venga, por aqui! -dije antes de ver como las cuatro balas de cañón impactaban en la plaza- ¡ Y SI ES PARA HOY MEJOR!

Mis compañeros no dudaron, y tras haber entrado los prisioneros con los escoltas del Gobierno, entramos los legionarios propiamente. Olía mal como era de esperar, pero al menos la zona estaba tranquila. Igualmente mis muchachos se llevaron las manos a la nariz, yo sin embargo, miré al compañero que había tenido la idea de la alcantarilla.

-Espero que tengas un buen plan para que acabemos aquí con los prisioneros. Está claro que al puerto no podemos ir, ¿que sugieres?. Mis órdenes son sacarlos de esta isla, aunque ahora creo que pueden traducirse por "mantener a estos con vida". Por cierto, soldado Darvius. ¿Y usted es?-dije con un carraspeo mecánico mientras me llevaba las manos a la espalda.

Tras entrar en las alcantarillas, Matt no hizo ningún gesto, notaba el olor, podía entrar hasta por esas vendas secas y ásperas pero no quiso darle más importancia, había estado en situaciones peores. Tras entrar en los túneles de desagües, pudieron confirmar lo que el CP pudo intuir y es que, ahí abajo, las balas de cañón no eran más que polvo. Los acueductos de la ciudad tenían una buena estructura, estaban bien asentadas, los proyectiles lanzados desde el barco que impactaban en puerto, no eran más que pequeños temblores. Tras la colisión del último ataque, las ratas de la zona empezaron a correr de un lado hacia otro asustadas, hasta que todas tomaron una dirección -Cuando un barco. Está apunto de. Hundirse, ratas huir. Seguir Ratas, llevarnos hasta centro ciudad. Ahí reclusos estar a salvo- Lo que bien se traducía en, si llegan a algún cuartel de la ciudad, ni el barco ni los revolucionarios podrían hacerse con el "paquete valioso" vamos la vida de los presos...

Matt colocó el espadón a su espalda tras comprobar que era demasiado grande para un lugar tan angosto, no podría defenderse con su arma pero no le hacía falta tampoco, tenía más ases bajo la manga -Matt- Contestó a la presentación de Darvius. Aún no tenía controlado como socializar con los demás, por lo que se quedó estático sin moverse ni dar la mano. De pronto sin avisar, empezó a caminar el primero siguiendo el rastro de ratas.
Tras caminar unos pocos pasillos, Matt se detuvo al ver que un grupo de ratas volvía de donde había venido. Esos animales eran listos y no se equivocaban a la hora de escapar, por no decir que caben por cualquier rendija y un pequeño riachuelo se formaba a los pies de los presentes en dirección al mar, por lo que alguna salida había. Matt alargo el brazo en forma de barrera, le daba mala espina (Si es que se le podía llamar así a lo que sea que sintiera el pobre homb...robot...) -No seguro- Agregó con su voz metálica resonando en el eco del túnel...

En el mar las cosas no mejoraban, la batalla naval era más cruda a cada minuto y en el muelle no mejoraba, la batalla se alargaba pero parecía que el bando "bueno" tenía la sartén por el mango e iban ganando. Del barco del gobierno mundial, empezó a sonar la campana, nadie entendía por qué, ya que se sabía que estaba en combate pero parecían alertar de algo...


Información:
(Gobierno)
-Un barco gubernamental con un cañón en cubierta móvil y 24 por banda
-90 soldados (41 soldados en el barco y 49 en tierra)
-2 Superiores al cargo
-1 científico
-Matt

(Legión)
-Bergantín con 9 cañones por banda
-30 soldados

(Enemigos)
-Una fragata con un total de 47 cañones por banda
-No se sabe más información de la fragata
-25 soldados en tierra

Ahora estábamos en un sitio donde no debíamos estar. Dicen que la paciencia es virtud, pero ahora mismo ninguno de los presentes la teníamos salvo el hombre de voz robótica llamado Matt. Fuera como fuera debíamos seguir el "plan", a pesar de que apenas cabíamos por aquel maldito túnel. Lo único bueno que le veía era que si íbamos de uno en uno por aquel angosto lugar, el enemigo también tendría que hacerlo, reduciendo así su ventaja en número. Aún así no pretendía que nos emboscaran, y menos aquí abajo. Aún así y a pesar de las dificultades que desentrañaba el dar un paso entre aquellas aguas fecales, se lograba avanzar lentamente.

-Debemos llegar cuanto antes al centro pues- dije nuevamente con la voz mecánica mientras me llevaba las manos a la espalda. Los legionarios que venían con nosotros vieron correcta mis palabras de compañero, así que nos dispusimos a caminar, pero eso si, el tal Matt lo quería delante de mi.


Mientras caminábamos hacia nuestro destino, podía escucharse por encima nuestro las explosiones, y algún que otro grito de la refriega que estaba llevándose a cabo, así como de los pasos a carreras de gente yendo hacia nuestra dirección. O bien los nuestros se estaban retirando hacia el centro, o bien los maleantes habían logrado sobrepasarlos. Fuera como fuera esto era un gran problema. Así que mientras miraba al techo de la alcantarilla, concretamente a uno de sus tapas del exterior, me dirigí a Matt.

-O apretamos el paso o nos quedamos aquí a criar malvas

Así que aceleré el paso rápidamente, y esperaba que todos, incluidos los rehenes hicieran lo mismo, hasta que de repente un chapoteo se escuchó a lo lejos ante nosotros. Rápidamente coloqué mi brazo hacia un lado para detener a todos y que se dejara de hacer ruido. ¿Eran enemigos? ¿ Amigos? ¿ O una simple rata?. No sé, pero en aquel momento solo se escuchaba mi respiración metálica, hasta que miré a Matt, expectativo de que podíamos hacer.

Matt también pudo escuchar el ruido que hizo que Darvius detuviera a los demás, no solo eso, también pudo observar las ondas creadas en el agua, era dificil distinguir solo por eso si había sido algo de escombros cayendo en el canal, una rata corriendo de lado a lado o alguien a la espera de crear una emboscada. El agente del gobierno dio un paso al frente -Serviré de avanzadilla- Comentó, en su programación las ordenes eran lo primero y que esos reclusos llegasen a salvo para que luego los mataran era lo importante, al ser creado por partes, él era prescindible en la misión por lo que si le hacían una emboscada y lo dejaban inutilizado ya lo arreglarían pero habría servido para superar la misión con éxito.
Con paso firme avanzó hasta que la oscuridad lo engulló por completo, se le escuchaba andar pero ya no podía verse la poca luz reflejada en su metal. De pronto se escucharon un par de golpes secos, unos metálicos y un buen golpe final pocos segundos antes de ver aparecer a Matt "volando" cayendo a los pies de todos los presentes. Se levantó rápidamente sin rasguños aparentes -Tenemos problema- Confirmó...

Tras unos segundos de tensión como en las películas que te hacen entender que va a venir un susto pero en realidad te ponen tenso solo para ver aparecer lentamente y de forma épica al asesino, entre las sombras se podía lentamente vislumbrar una silueta

Spoiler:

Una pedazo de rata del tamaño de un ogro, gorda y con la piñata amarillenta y rota hizo presencia tanto corporalmente como olfativa pues olía a más que queso podrido. Tras ella un personaje con un látigo en la mano -Y pensar que no quería venir por que era absurdo que alguien intentara huir por las cloacas, pero veo que hay más ratas de las que pensaba...- Comentó gracioso, después le soltó un latigazo en la espalda a la rata gigante la cual se abalanzó sobre Matt
Nada más ponerse frente a él, la rata le agarró con sus patitas delanteras de los hombros y le soltó un tremendo bocado en el cuello que sonó bastante, se podía escuchar los dientes crujir y rayar el metal del cuerpo de Matt, quien estaba intentando zafarse de aquél monstruo bastante repelente. El lugar seguía siendo angosto, no podía usar su espada y como su cuerpo no era orgánico en ese momento, las técnicas del Rokushiki quedaban descartadas... ¿Tenía que transformarse?

Como era totalmente de esperar estábamos ante una emboscada. Las cosas ya no podían ir a peor, y lo único que deseaba era salir de aquel maldito lugar y acabar con la tarea de una santa vez. No sé como estaban las cosas por la superficie, pero esperaba que estuvieran mejor que aqui abajo. Ya no solo por el olor nauseabundo, y a pesar de que no tenía nariz, podía oler aquella mierda a distancia. De lo que si me había dado cuenta es de poder vislumbrar aquella enorme y rechinante silueta que estaba al fondo y que no dudó en agarrar a mi nuevo compañero.

Si, definitivamente estábamos ante una emboscada, y si bien teníamos el número a nuestro favor, ellos tenían la fuerza bruta, y eso que eran dos. De nada nos serviría ser más en aquel túnel tan angosto. No sabía si Matt podría zafarse bien de aquel bicho, pero los Legionarios no lo dudamos ni un momento, y mis compañeros abrieron fuego contra aquella asquerosa criatura. Si bien los disparos produjeron que lanzara un chillido ensordecedor, yo desenvainé mis espadas mientras procuraba avanzar.

Era bastante difícil hacerlo, y de hecho para mi no es que fuera complicado, sino lo siguiente debido a mi tamaño. Fuera como fuera pude acercarme a la criatura, más el látigo de la acompañante enrolló una de mis hojas justo cuando esta iba a darle un golpe a su mascota, si es que lo era.

-Ah ah ah, eso es de mala educación- me dijo la que parecía la domadora.

Fue cuando enrollé con un giro de muñeca la hoja con el látigo enrollándola en la espada. La domadora abrió los ojos pues sabía que estaba a punto de hace. Así que una vez tuve tensa la cola del látigo, pegué un tirón que tiró hacia mi a aquella tipa, y con un revésde mi puño metálico le di en toda la quijada, tirándola contra las aguas fecales del túnel, a unos dos metros.

-Maleducada- dije antes de toser.

Se pudo notar como una de las balas que dispararon contra la rata, le dio a Matt, o a una tubería del fondo, a saber, el ruido sería el mismo para los dos casos. La rata gigante empezó a retorcerse ante los disparos pero nos soltaba al mecánico, en una de estas, los dos cayeron al suelo, la rata encima de Matt y empezaron a moverse cual cocodrilo e ir cambiando de posición. Todos pudieron pasar al otro lado y en un abrir y cerrar de ojos la cosa cambió. Ya no había un soldado del gobierno mundial peleando contra una mutación de alcantarilla, ahora habían ¡Dos animales! de un tamaño que no les pertenece. De pronto en un abrir y cerrar de ojos el roedor estaba intentando comerse a una araña y por contra parte, una araña de un tamaño solo visto en Australia estaba intentando comerse a un roedor... ¡¿Qué animal está por encima del otro en la cadena alimenticia?! Todo y mucho más después de los anuncios...

En el combate de los animales, Matt transformado en la araña, empezaba a dejar hilos de seda por todas partes, que poco a poco se estaban enrollando tanto en él como en la rata, pero no parecía afectar mucho al soldado, en cambio al animalillo, al cual se le quedaba pegado por todos los pelos, se notaba que la velocidad como el movimiento cada vez eran más lentos y acotados. La araña soltó un par de bocados de los cuales el último impacto de pleno, la rata hizo lo mismo pero el ser arácnido tenía unos buenos reflejos y pudo evitar todo el daño... Menos importante es mencionar que en la pelea de estos dos titanes, salpicaban mucho y como estaban en una alcantarilla no hace falta decir que eso que estaba impactando en las paredes y en los demás, no era barro... Sí, una guarrada y sí, tendrían que hacer algo más que ducharse y desinfectarse pero es lo que había...


Por la superficie ya no había mucho más ruido, todo se había calmado, parecía ser que uno de los dos bandos (O tres) había mostrado la superioridad ante los demás, pero... Lo malo es saber cual había sido el ganador pues no había ningún indicio que diera una minúscula pista de quien había pisado el cuello a quien... En los corazones de cada uno quiere escuchar a su bando ganar, pero es ley de vida que solo uno ha suprimido al otro

Habíamos llegado a tiempo como para limpiar la plaza de aquellos desgraciados. Debía de admitir que la Legión era más inútil de lo que parecía. Si pensaban que esta misión conjunta iba a salir bien llevando ellos el liderazgo, es que eran más tontos de lo normal. Fuera como fuera yo estaba en la plaza, tras haberla limpiado junto a mi superior y mi pelotón como un marine más. Mi superior el Comodoro Arnold, el cual había solicitado que fuera con él debido a que era uno de los pocos que sabía de mi "castigo" para seguir dándome a valer en la Marina y enmendar mi error. Durante meses había procurado hacer las cosas bien, pero esta misión era la más complicada a la que nos habíamos enfrentado. Un auténtico campo de batalla, una misión conjunta a punto de fracasar, de la que solo teníamos conocimiento unos pocos, entre ellos, el comodoro.

Arnold temía que los prisioneros pudieran escapar, y más ahora que  el caos dominaba el lugar. Se había llegado al acuerdo de que un grupo de legionarios llevarían a los prisioneros hasta la plaza, donde pasarían dos de ellos, que resultaban ser lugartenientes de la revolución en el West Blue, a manos de la Marina, mientras que el líder se lo quedaría la Legión. Esto sería la única colaboración que tendrían, y encima en secreto.

De hecho, mi escuadra no debía dejarse ver hasta el traspaso, pero la guerra de imprevisto surgida en la villa provocó que todo se fuera al traste, y ahora estábamos ahí, en las alcantarillas, tras haber escuchado los ruidos previamente por una de las bocanas. Sin duda era una buena estrategia, y más mientras el caos estaba presente en la superficie. Arnold no lo dudó y mientras el resto del pelotón defendía lo que quedaba de la plaza, dos marines y yo, acompañados del comodoro bajamos a las alcantarillas, para caminar por ellas rumbo a los ruidos que se escuchaban por cinco minutos.

Debían ser ellos. pues parecían estar en combate, y solo esperábamos que los revolucionarios no hubieran escapado, o que los legionarios fueran lo suficientemente fuertes como para que aguantaran un poco más . ¿Porqué tanta preocupación? Por algo muy simple, el líder de los revolucionarios era un usuario de akuma no mi, y en vista de que los Legionarios no lo sabían, por ser meros soldados, Arnold nos había dicho que era una akuma muy peligrosa, y que de  hecho si los legionarios que estaban peleando hubieran prestado algo más de atención, en vez de huir, verían que las esposas eran de kairoseki.

Nada más llegar al combate vimos una araña peleando contra una gran rata, y Arnold no lo dudó y sibilinamente  nos ordenó abrir fuego contra aquella mujer del látigo, la cual, sin percatarse, debido a la distracción que el hombre mecánico tenía con ella, recibió varios impactos de bala en la espalda, cayendo en las aguas fecales de bruces. Arnold por su parte ni corto ni perezoso caminó hasta la rata que estaba entretenida, extendió su dedo índice casi como aburrido y de el salió una larga estaca que atravesó al roedor haciéndole caer contra su ama, al fin y al cabo era un Comodoro por algo. No tardó mucho en observar a los prisioneros, su principal objetivo, ignorando a los legionarios mecánicos y comprobando con la vista de que los prisioneros siguieran siendo eso, prisioneros.

-Nos han emboscado y engañado a todos. Identifíquense soldados- dijo Arnold serio mientras caminaba entre los presentes.

Yo por mi parte estaba atrás , recargando y esperando órdenes. La verdad es que los legionarios imponían, sobre todo el mecánico, pero aún asi no eran para tanto.

La pelea de la rata gigante contra la araña gubernamental estaba más interesante que un cotilleo de adulterio sobre un famoso muy respetado que casi siempre suele ser muy religioso en un programa de televisión creado para el chismorreo y sacar información sin ningún tipo de investigación. La rata cada vez era más lenta por lo que la araña cada vez le asestó más mordiscos por ende, le inoculó más veneno y cuando parecía todo controlado, como si de un espasmo se tratara la rata mordió a la araña produciendo ¿Sangre? De pronto un cacho de estaca apareció de la nada derrotando al roedor. La araña, bueno Matt quedó medio encogido por el mordisco y subió hasta el techo quedando como al acecho por si recibía también un ataque. Por lo visto la marina había llegado al lugar y tras las presentaciones de los legionarios hacia los marines, Matt se dejó caer y antes de llegar al suelo se transformó nuevamente en "humano" cayendo con los pies en el suelo, dejando así mostrar el daño que había recibido.
El mordisco le había impactado en la clavícula izquierda, se veía el cuerpo metálico rajado y hasta saltaban chispas, el brazo izquierdo parecía tener espasmos pero lo más impactante para el propio herido era lo que había sentido... ¿Sentido? Sí, el sentimiento de dolor... Como robot carecía de ello pero al sufrirlo como un animal, ese sentimiento le tenía intrigado, se miraba el hombro mientras apoyaba su mano derecha sobre la "herida" -Soldado gubernamental, Matt- No dio más información, no tenía ni permiso ni razón para hacerlo -¿Quien, ser vosotros?- Comentó mientras con tranquilidad se movía hasta un punto "al azar", se agachaba y metía la mano en esas aguas (Si es que se pueden llamar aguas) para luego sacar su arma y apuntar a los marines -Identificación, o considerar, enemigos- Se podía decir que estaba alerta, pero era la programación, aún que su atención ahora estaba en ese "recuerdo" de dolor... ¿Que había sido eso?

Una vez se presentasen adecuadamente, pasó a poner nuevamente la espada a su espalda, no la podía usar en esos túneles angostos pero entendía el concepto de "intimidación". -No conocer, que marines estar, también en la misión- Informó de extra. Mientras ellos seguían a lo suyo, momentáneamente el cuerpo de Matt cambió, intentó adoptar la forma híbrida, pero nuevamente un dolor punzante en la herida apareció, por lo que la transformación se revirtió y volvió a su forma original. Claramente pensó que no podía transformarse, que antes necesitaba ser arreglado -Capacidad de combate, reducida a la mitad- Compartió con los demás

El comodoro arqueó la ceja ante el comentario del robot, y antes de responderle se dirigió al hombre mecánico que tosía.

-Comodoro Arnold, de la sexta brigada. Sus superiores nos habían dicho que debíamos reunirnos en la plaza para que nos dieran a nuestros rehenes, pero como ven, ahora mismo todo se ha torcido. Nos llevaremos a los dos mientras que ustedes se llevan al líder, así pues se ha acordado con su superior el Doctor y el comandante.

Darvius no dijo nada, ya que parecía no cuestionar órdenes , a pesar que fuera la Marina ya que esta en cierta medida al tanto, y por ello los marines agarraron por los brazos a los dos rehenes de la revolución. Mientras esto sucedía el comodoro procedió a responderle al robot, el cual parecía estar bastante tocado.

-Por supuesto que no sabíais nada, en eso consistía la misión. Ustedes hagan lo que se les ordena, porque de momento, estamos en el mismo barco. Nos llevamos a estos dos, usted si se ve todavía con fuerzas, puede venir con nosotros. Hemos preparado una tienda de enfermería en la plaza, la cual es nuestra, pero no podremos quedarnos mucho tiempo, la pelea no ha acabado ahí arriba.

"Un usuario" Pensó el comodoro antes de dar una orden a Nia y los marines para que cogieran a los rehenes. Ya no había mucha luz, poco más de la tapa de alcantarilla que teníamos sobre nuestras cabezas con una pequeña escalerilla, que afortunadamente no había sido destrozada por el combate de bestias. Nia se acercó a los tres prisioneros y procedió, junto a sus dos compañeros a que empezaran a subir por la escalerilla, siendo apuntados con las armas en todo momento.

Fue entonces cuando los legionarios hicieron lo mismo con su prisionero, pero uno de estos legionarios comenzó a palparse los bolsillos como buscando algo. Desesperado por que no encontraba lo que buscaba le preguntó al otro legionario.

-Oye, ¿me habías dado la llave de las esposas verdad?.

El legionario le asintió, arqueando una ceja.

-Se te habrá caído durante la pelea al agua, idiota. No hay tiempo que perder.

Darvius también asintió con la cabeza, y procedió, con el líder de los revolucionarios a la cabeza, a subir por la escalerilla. ¿ Que habría allí arriba? Por lo que decía el comodoro, habían logrado hacer un perímetro de seguridad, pero los cañonazos seguían sonando.

El Comodoro informó sobre una tienda de campaña de emergencias, una enfermería en el campo de batalla para los heridos y aún que Matt lo estaba, de poco le serviría un enfermero, si no sabía de mecánica o veterinaria. Tras su presentación y una breve explicación de la situación, Matt bajó el arma y la colocó en su espalda, no había ninguna razón para desconfiar, los trajes eran oficiales, los galones y dudaba mucho que alguien de la revolución se llegase a infiltrar de esas pintas en la isla. O bien habían ganado los revolucionarios y no les hacía falta esta treta o el gobierno podría haber solicitado ayuda a la marina para limar asperezas, aún que juntar a cuatro facciones con sus discrepancias políticas era un tema bastante complicado, seguramente habían tratos de favor, imagen publica afectada u otros temas más siniestros bajo esa unión.

Matt estaba haciendo un análisis de su estado actual en profundidad, si fuese un humano, ese mordisco habría sido peligroso, pero como su cuerpo es de todo menos orgánico, no estaba preocupado, bueno, es un sentimiento que no puede tener actualmente pero ya me entendéis. De un pequeño manguito que salía de la herida estaba soltando un liquido azulado, podría decirse que era sangre para él, pero era solo liquido del sistema hidráulico de su brazo izquierdo.
No prestó atención a la conversación de esos dos, simplemente se limitó a salir por las escaleras cuando de pronto vio como estaba todo el percal ahí fuera. Los barcos no eran problema, junto con el de la marina habían hundido el revolucionario, aún se podía ver un poco la proa y la popa, pero no estaban unidas, toda la cubierta estaba bajo el nivel del mar pero en la plaza era diferente. Los marines habían hecho un circulo de contención, se habían parapetado en la plaza y bien protegida estaba la enfermería, el gobierno y los legionarios se habían llevado un buen palo en este ataque.

Sin dudarlo un segundo, saco la espada de su espalda la cual aún chorreaba mierda (literal) de las cloacas y la puso en modo escudo para que los demás pudieran salir sin riesgo. Usaría el cuerpo de la espada más su propio cuerpo para parar todo tipo de proyectil que pase cerca -Plaza contenida, seguridad al salir de la escalera, setenta y tres, por ciento. Velocidad, enfermería a unos, doce metros- Los cálculos eran bastante acertados pero no exactos

Por fin algo de aire fresco, gracias a los dioses. No tardamos en estar mis compañeros marines y yo en la plaza ante todo el caos que había allí, pues parecía que nuestros hombres habían llegado a tiempo para dar apoyo a la legión. De seguro los hubieran aplastado si el comodoro no hubiera venido con el cuarto regimiento ante la duda de la incapacidad de la legión para llevar a cabo estos temas. Fuera como fuere Darvius se despidió de nosotros llevándose  al líder de los rebeldes bajo una escolta de cuatro legionarios. Por nuestra parte el robot parecía que estaba con ellos, pero la verdad no nos vendría mal que peleara un poco más si todavía podía.

Aunque lo que yo opinara sobraba totalmente, ya que era una recluta que seguía las órdenes del comodoro, el cual estaba empezando a dar órdenes a los que se apsotaban en las barricadas, no sin antes mandar a mis compañeros a escoltar a los lugartenientes hacia el hospital, mientras que a mi y a otro marine nos llamó para ir a junta de él. Según iba a reunirme con el comodoro pude ver en el suelo una pequeña llave dorada pequeña. No tardé en darme cuenta de que podía ser la llave que estaban buscando los legionarios, así que la cogí, antes de recibir un grito por parte del comodoro.

-¡Quiere mover su  culo y comenzar a disparar contra esta sección recluta!- dijo molesto mientras se acercaba a mi, momento en que sin decirle nada le enseñe la llave. Este la cogió, y se quedó mirándola, y fue entonces cuando se dio cuenta de nos la habían liado. Así que con la vista buscó a los legionarios que se marchaban a lo lejos para gritarles un fuerte "¡ESTÁ LIBRE!"

Los legionarios que se viraron para escuchar aquellos gritos escucharon esta vez un " clank" más pesado que el que habían escuchado en las alcantarillas, y para cuando se dieron la vuelta, pudieron ver al líder revolucionario con las manos libres y las esposas a sus pies, esbozando una sonrisa casi maniática. Los legionarios se quedaron con la boca abierta.

-¿A que asusta cuando el oponente puede contratacar?- dijo con  tono irónico antes de que sus puños  se tornaban en una sustancia totalmente viscosa de color verde que se abalanzó, a modo de sifones,  sobre los legionarios, cayendo sobre ellos mientras sus cuerpos se deshacían al contacto con aquella sustancia, muriendo en el acto.

Como era obvio, los que estaban cerca del revolucionario comenzaron a dispararle e a intentar detenerle, pero los que se acercaban demasiado al él se desintegraban, y las balas parecían no hacerle año. Era un maldito usuario, y eso no nos lo habían dicho a ninguno de los reclutas, como era obvio.

-¡Saquen equipos de usuario! ¡ Logia de ácido! ¡Reclutas, usen proyectiles de piedra marina!- gritó el Comodoro mientras cargaba contra aquel tipo imbuyendo su puño de haki negro mientras evadía chorros de ácido a través de fintas.

Todos seguimos las órdenes y yo la primera entre todos. Corrí hacia uno de los baúles donde estaban las municiones junto al resto de marines y comenzamos a cargar balas de kairoseki, sin embargo, aquel tipo había logrado detener al Comodoro con su puño también imbuído en haki, creando los dos una gran explosión de fuerza que echó a gran parte de los combatientes hacia el suelo, alejándonos de las balas, las cuales se desparramaron por el suelo.





Por otro lado tampoco podíamos hacer más ni recibir ayuda de los que estaban peleando conteniendo a los revolucionarios en las barricadas, así que ahora mismo éramosapenas dieciséis marines, cuatro legionarios y aquel  robot para defendernos...ostras ¡ El robot!.

-¡TU!- le grité al robot- Puedes ganarle tiempo al comodoro o a la barricada, elige

Necesitaba que distrajera al usuario logia para que nosotros pudiéramos la menos cargar algunas balas de kairo, pero también venía bien que ayudara en las barricadas, al fin y al cabo aquel líder era un revo, y si veía a sus hombres sufrir mucho, seguro que iba a ayudarles. Mientras tanto el comodoro había desenvainado su espada, y el revo había creado una a partir del ácido, ambas imbuidas en haki mientras chocaban lanzando relámpagos negros.

La onda generada por el choque de Hakis no solo tumbó a los marines, desestabilizó mentalmente a Matt, casi cae desmayado al suelo pero antes de cerrar los ojos consiguió espabilarse. Se agarró la cabeza confundido, era un gesto innato de cuando era humano pues poco podía hacer ahora mismo ese movimiento. No tardó en escuchar las ordenes y se quedó sobre todo en la última orden de Nia -Logía, nula capacidad de ofensiva- Lo que venía diciendo es que no tenía forma de enfrentarse a una logia, no controlaba el Haki, no tenía forma de defenderse de la logia, ese líquido corroería la carrocería del robot, tampoco podía transformarse para ayudar... ¿O sí? -Intento, ganar, tiempo- Comentó mientras empuñaba nuevamente su arma y empezó a correr hacia el Comodoro y el Revolucionario... De pronto su velocidad se vio aumentada, pero no solo esta, también sus piernas y brazos, adoptando la forma híbrida de su fruta y sintiendo nuevamente esa sensación de dolor que se le hacía agridulce. El dolor es dolor, pero hacía tiempo que no sentía nada...

Spoiler:

Tras adoptar esa forma, su clavícula izquierda estaba sangrando, eso no era líquido de frenos, era liquido vital ahora mismo. Matt empezó a rodear a los dos acercando y alejando su posición, esquivando todo lo que se le podía lanzar y contraatacando. La araña humanoide estaba escupiendo telas de araña apuntando a los ojos del revolucionario. Las telas se deshacían en segundos pero esos segundos son los que perdía de visión cuando acertaba claro. Pero no se quedó ahí. Su arma estaba en el brazo derecho, el izquierdo aún que débil seguía móvil por lo que alzó la mano y tiró una tela de araña hacia el suelo. Luego cual "lucero del alba" o "látigo con punta" lanzó un ataque hacia la cabeza del revolucionario que aparentemente no tendría efecto pero movió la cabeza del líder y por los ojos que puso, parece que se sorprendió de haber notado el golpe.
Cuando lanzó la telaraña al suelo agarró un par de munición de Kairoseki y el golpe lo notó aún que no le hizo nada de daño, pero era una buena brecha creada para que el comodoro la aprovechase...

Técnica:

Matt no podría seguir el nivel del combate ni el ritmo que había adoptado ahora mismo, su retirada estaba próxima por el dolor que estaba afectando a su cordura. Por lo que sabía que, en cuanto bajase el ritmo se retiraría rápidamente a ayudar en la contención. Era más útil ahí que enfrentando a un oponente que le supera en sus capacidades

El comodoro miraba aquella intervención del robot, que resultaba ser un usuario zoan nada menos con cierto estupor. Él sabía que la araña no iba a aguantar más , pero aquella brecha que había dejado quizás le daba la oportunidad de poder golpear. No lo dudó y estirando su puño imbuido nuevamente, procuró darle un gran puñetazo en la cara al revolucionario, ahora entretenido, o eso pensaba, puesto que en cuanto la cara de sorpresa del revo ante el inminente golpe pasaba de una cara de sorpresa a una sonrisa maliciosa se sabía que esto para él era un juego.

-¿Pero que vas a hacer, viejales?- le dijo antes de que un puño de ácido saliera del estómago del revo golpeando el pecho del comodoro, el cual salió disparado hacia atrás golpeándose contra varios soldados. Su vestimenta a la altura del estómago había desaparecido, un gran boquete de humo negro le salía de él, y aún así trató de erguirse. Nia era uan de las marinas contra las que el comodoro había impactado y ahora se encantaraba tratándose de levantar. Su mosquete había caído lejos, y ahora el revo ponía sus ojos en la araña -¿Para que te metes imbécil? Tu no me interesas, márchate, esto no es contigo sino con él.

Mientras ellos hablaban, yo ayudaba al comodoro a tratar de levantarse. Sobreviviría, pero estaba herido, pero al menos varios marines estaban ya tratando de dispararle balas de kairoseki, las cuales el usuario evitaba abriendo huecos en su cuerpo. Miré al comodoro, si él no podía frenarlo me daba a mi que duraríamos entre poco y nada en la plaza, a pesar de tener a un usuario zoan de nuestro lado.

-¿Señor?, Ordenes- le pregunté mientras pasaba su brazo por mi hombro.

El comodoro escupió algo de sangre pero logró incorporarse. Él bien sabía que no podía tumbarlo solo, y menos herido. Bien podía pedir refuerzos, pero no había tiempo. Si llamábamos a los vicealmirante o a los propios almirantes, todo se iría al garete. Estábamos arrinconados, y la barricada de la calle sur de la plaza empezaba a ser rebasada.

-¿Nos retiramos señor?- le insistí antes de ver como se me quedaba mirándome.

- Tienes una oportunidad de ayudarme.-dijo mirándome mientras sacaba un pequeño puñal del cinturón- No hagas que me arrepienta- concluyó antes de hacer un rápido movimiento con el arma sobre mi brazo clavándome la punta en él mientras me lo sujetaba. Comenzó a remover la punta por la superficie, como removiendo la carne. Como era obvio grité, hasta que con un rápido movimiento circular, un pequeño chip salió disparado, manchado de sangre, contra el suelo.

Me llevé la mano al brazo, que sangraba un poco mientras que el comodoro me seguía agarrando y me echó hacia adelante. ¿De verdad habían soltado la correa? ¿Ahora?.

-Yo y la araña le tocamos los cojones, entonces entras tu. Cuentas con la ventaja de que no sabe quien eres ni que haces, aprovéchala...veamos si sonríe tanto cuando se enfrente a algo como él.

Tras decir esto se lanzó directo al revolucionario, y de su mano comenzaron a brotar unas estacas que disparó contra el revo, mientras que cargaba con la espada en la otra mano. Si, el comodoro era un usuario también, paramecia de estacas.

-¡TU!- le gritó a la araña el comodoro- ¡OTRA VEZ!

La orden fue dada, una vez más tenía que atacar, cada vez era más lento pero de eso no se estaba dando cuenta, la perdida de sangre era algo nuevo para él. Volvió a arremeter contra el revolucionario, esta vez intentó algo nuevo. De un salto hacia arriba se precipitó de forma "suicida" contra el revolucionario, su intención parecía que era partirlo por la mitad con su espada pero sabía que si lo hacía solo perdería un arma que lleva mucho tiempo con él. El golpe descendente con su arma golpeó justo al lado, levantando una humareda y así evitando que pudiera ver algo por su propia derecha. Claramente el revolucionario no se iba a quedar quieto, alzó la mano la cual convirtió en ácido e intentó cubrir a la araña, esta se lanzó hacia atrás y evitó lo más grabe pero pudo ver como el suelo se disolvía. Tras nublar un poco la visión por uno de los lados, soltó el arma que no servia de nada y volvió a lanzar dos telas de araña hacia cajas que había por la plaza, podrían ser tanto de munición como de algún puesto, no importaba, una vez las atrapó con la tela, las lanzó hacia el revolucionario. Las cajas se golpearon mutuamente delante de la visión de este, contando que pueda ver a Norte, Este, Oeste y Sur, podría decirse que Oeste y Sur quedaron nublados momentáneamente...

Matt era consciente que, no serviría de nada pero era lo único que podía hacer, molestar, intentar crear una brecha lo suficientemente grande aún que hablasen de milésimas para que alguien del rango Comodoro pudiera asestar un golpe crítico, claramente no sabía que la peor era la pelirroja.
Sorpresa fue, que entre el polvo de las cajas y las astillas, salieron disparadas un par de balas de ácido hacia Matt, quien fue lo suficientemente rápido para esquivar cuatro y al recibir el impacto de dos de ellas en una de las patas arácnidas, cambió su forma a la "normal", viendo como su pierna derecha perdía lo que viene siendo el gemelo. Quedando así, a unos cuantos metros alejado pero sin poder acercarse para volver a atacar

Creía haber hecho suficiente con las capacidades con las que contaba, no tenía nada contra usuarios y cuando se enfrentó a este, tampoco tenía el brazo izquierdo en condiciones, "hizo lo que pudo con lo que tubo". Ahora a esperar si era suficiente

¿Sabes ese momento cuando descorchas una botella del mejor champán del mundo? Pues igual. Había vuelto aquel cosquilleo, parecía que tenía las pilas cargadas, una sensación que echaba mucho de menos. Parecía haber pasado una eternidad desde que me habían " vaciado" y ahora tenía la oportunidad de hacer algo bien y acabar con un gran problema, o al menos si no podía acabar con él, ayudar a tumbarlos. Así que mi corta ni perezosa miré mis manos y apreté los puños, antes de mirar como la araña y el comodoro combatían como podían a aquel tipo.

Así que comencé a concentrarme, y de mis puños no tardó nada en brotar magma. Comenzaba a salirme humo por encima de los hombros y la cabeza, pues estaba cogiendo temperatura. ¿ Para que? Para que con un silbido de viento salir disparada como una bala volcánica contra aquel tipo, el cual sorprendido apretó los dientes mientras veía como me acercaba a toda pastilla. Su reacción lógica fue lanzarme varios proyectiles ácidos, y mi reacción fue colocar las manos delante de mi creando un pequeño escudo de magma. Las balas eran "incineradas" al contacto con él, y fue entonces cuando, echando mi puño atrás, traté de pegarle un golpe en la mandíbula.

Obivamente esto era un farol, pues yo no tenía haki, pero aquel tipo picó y trató de detener mi puño de magma con su puño de ácido, cochando ambos logia en un gran estruendo. Sin embargo, el revo esbozó una sonrisa.

-Vaya pelirroja...pero si no tienes haki. Lástima que yo si- dijo mientras su puño de ácido se imbuía en haki, haciendo que mi magma retrocediera. Si bien mi elemento era superior, sin haki no podía hacer nada. Mi puño comenzó a retroceder, pero en ese momento se escuchó la voz del comodoro.

-¿Y sabes que? Yo también.

Entonces apareció en escena la espada del comodoro, haciendo un largo tajo de arriba abajo al desprevenido revolucionario, dejando sus ojos en blanco a la par que escupía sangre y salía disparado contra el suelo, volviendo su cuerpo a la normalidad.

-¡Ahora, traigan las amarras!- gritó el comodoro antes de colocar su pie sobre aquel tipo imbuido en haki, el cual no tardaría mucho en levantarse, al fin y al cabo, no dejaba de ser un usuario fuerte. Afortunadamente los marines y legionarios acudieron con las esposas de kairo, y por si acaso, con varias cadenas del mismo material, atándolo in situ.

Yo por mi parte volví a caer al suelo de pie, y mi brazo se volvió a tornar en hueso y carne antes de mirar a la araña. Su akuma me llamaba la atención, pero una zoan, al menos a primera vista como la de su tipo poco podía hacer ante un usuario logia con haki. Debía de admitir que estaba algo cansada, normal después de tanto tiempo, como algo tan simple me reventaba. Acudí al comodoro mientras que este quitaba el pie del revolucionario, ahora atado.

Todo pasó muy rápido pero el sonido cual agua hirviendo mezclado con metal oxidándose y una uña rascando la pizarra llamó la atención de todos en la plaza, eran los puños de dos usuarios chocando. El humo que emanó de ese golpe y el olor ácido que se había esparcido eran dignos de una canción de trovador en una taberna llena de borrachos. El combate con esos dos duró nada y menos pues con el bloqueo de la mujer, el comodoro aprovechó para soltar un golpe final y poder engrillar al hombre. Solo quedaban los revolucionarios que intentaban entrar a por su jefe pero pronto serían sofocados. Por la parte que le toca a Matt, no pudo hacer nada más que distraer, no estaba molesto con eso, ni disgustado, había hecho lo que estaba en su mano para abrir un hueco o por lo menos, molestar para que los otros dos hicieran su trabajo. Se intentó poner de pie, pero cayó, su pierna por debajo de la rodilla y por encima del tobillo, estaba totalmente carcomida como oxidada y le costaba mantenerse erguido. Agarró su espada y la uso a modo muleta pero sabía que así no podría combatir -¡No, no, no, Hojo me matará!- Gritó un hombre de bata blanca, gafas culo de botella y pelo desaliñado -¿Como te han dejado así Matt?- El cyborg miró al hombre pero no respondió nada, simplemente había pasado...

Usando la espada, alcanzó a los dos marines y al preso -Buen trabajo, sin ustedes, misión fallida- Era su forma de decir "Good Job" pero de una forma seca y sin vida. Se giró para ir a la batalla, no podría hacer mucho pero algo seguramente sí, aún que el científico de la bata lo detuvo -¡Retiresé soldado, es una orden directa!- Matt aceptó la orden y se detuvo en seco -Bastante dañado estás ya, como para permitir más daños, cuesta mucho repararte...- Admitió el jovenzuelo... Quien se giró y agradeció como era debido -De parte de Matt, muchas gracias por ayudarle, para él es peor perder la misión que una pierna- Eran Marines y esa facción no se llevaba nada bien con el gobierno pero estos dos no tenían nada que ver con esa guerra política, simplemente eran mandados, a uno le mandaban destrozar y a otro arreglar, aún que seguro que el joven científico tendrá faena pues tendrá que reponer la pierna y arreglar la clavícula...

Parecía que aquel robot era bastante codiciado por el gobierno, o al menos eso parecía, ya que aquellas atenciones no eran para nada normales en la Legión a no ser que sirvieras para algo o valieras tu peso en oro. Fuera como fuera tenía bastante curiosidad, y si bien el robot, el cual se llamaba Matt nos dijo que buen trabajo, el comodoro solo asintió levemente con la cabeza y se largó de escena llevándose a su prisionero escoltado solo por los legionarios. Si bien el comodoro parecía incómodo por la decisión de tener que tumbarlo y que otros se lleven el mérito, también le daba igual, se había logrado lo que se requería, y encima nos llevaríamos a dos lugartenientes.

Yo me encontraba allí de pie, mirando curiosa al robot en la distancia, hasta que el comodoro pasó por mi lado con tono serio.

-Pasa por mi despacho en cuanto llegues al cuartel. Nosotros nos adelantamos y nos llevamos a estos dos- dijo seco antes de esbozar una leve sonrisa- Bien hecho muchacha.

Tras decir esto pasó por mi lado y se largó junto a una escolta de varios marines. La lucha en la plaza iba cesando, y yo en nada tendría que ahuecar el ala, pero como siempre. la curiosidad me podía, así que me acerqué al tipo de la bata, ya que Matt volvía a la refriega.

-No se deben, deberíamos darle nosotros las gracias por haber ayudado a mi jefe, y bueno.... a mi. Si no hubiera servido de apoyo no hubiéramos podido. Era un usuario fuerte, pero con un golpe bien dado hasta el árbol más grande cae.-extendí mi mano ignorando al tipo de la bata- Recluta Nia -concluí.

-No sabía que la Legión tenía robots a su cargo, y menos usuarios. Y hoy ya he visto dos. Parece que los estándares de la Legión se van volviendo más selectos- dije bromista.- Aquí no tenemos taller, pero si le sirve, la enfermería se quedará puesta un rato más .

Si bueno un poco más, lo que tardaran los pocos revos que quedaban en pie peleando, y ahora que la misión de rescate de su jefe había fracasado dudaba que siguieran peleando con tanto ahínco.

Matt observó con la luz azulada de su lente como la muchacha extendía su mano sin entender muy bien el por qué o qué hacer, el científico se adelantó a ese problema -Matt, protocolos de presentación, carpeta doce, archivo diecisiete. Cuando te ofrecen la mano los aliados es para una presentación formal y cercana- Matt se quedó mirando a su compañero y apretó la mano de la muchacha con la derecha haciendo gala de su equilibrio pues no se movió peligrosamente o titubeo en su posición aún solo ejerciendo fuerza sobre un pie -Agente del gobierno, Matt- Se volvió a presentar de forma correcta, -No es muy sociable tras un pequeño trauma en combate dejó de comunicarse bien con los demás- Seguía explicando aún que era totalmente mentira, eso de ahí era humano tiempo atrás pero ahora no se podría considerar como tal pero no podían decir que los proyectos del gobierno van camino a forjar un ejército de Matts

Todavía Matt no había soltado la mano de la muchacha y para la sorpresa del científico, Matt demostró interés -Su fruta, alto rango, ¿Poder mostrar?- Los ojos del compañero del agente se abrieron que ni viendo un fantasma los abro yo tanto, la boca también estaba desencajada, simplemente estaba flipando -¿Matt?- Preguntó dudoso de si era él o una parte de la personalidad encerrada del antiguo Marine con el que se había creado a dicho soldado. -Fruta, impresionante, fruta, poderosa, querer saber sobre, elemento- Solo había captado el humo y el rojizo brillante que desprendía pero no había notado el calor por lo que estaba un tanto curioso, en su "sabiduría" de frutas (Archivos agregados) sabía de las logías pero no conseguía posicionar dicha akuma -Intercambio de, información, yo tener, Kumo kumo no mi, modelo araña- Otro dato impactante que Cody (El científico) No podía creer, había dado información cifrada, aún que le habían visto, seguía siendo tema tabú... ¿A qué se debía ese cambio de actitud? Solo mostró un cambio grande cuando se transformó en aquella forma híbrida tan peligrosa e inteligente, se tubo que hacer un reinicio de su programación (mente) para hacerle olvidar todo lo sucedido (También murió muchos compañeros por sus manos, esa forma estaba descontrolada) -Tendré... Que informar del cambio...- Mencionó en voz baja aún que sabía que eso sería un reinicio, otro más para la colección. Aún que él sospechaba que a cada reinicio, la verdadera persona de ahí dentro moría lentamente...

Estuve a punto de abrir la boca, pero la verdad es que me detuve tan pronto separé mis labios. No creía que fuera buena idea decir mi tipo de akuma, principalmente porque había sido una akuma secreta, y no era buena idea ir soltándolo por ahi, y menos a los legionarios. Además me sentía libre por fin ahora que me habían devuelto las " alas" y no me apetecía que me las cortasen de nuevo, ya no. Así que procuré ser amable y responderle con tranquilidad mientras me llevaba el mosquete a la espalda.

-Si lo es, pero no puedo decirte cual es lo siento, mis jefes me matarían ya sabes aunque según lo que has visto imagino que puedes intuirla- le puntualicé, porque no había que ser muy listo para darse cuenta de que aquello era magma. - Suspiré antes de mirar alrededor- Vaya escabechina, la verdad es que me sorprendió mucho que colaboráramos juntos tanto marines como legionarios...creo que el milagro no fue vencer a este ataque, sino colaborar sin habernos matado.

¿Kumo kumo no mi? Curiosa fruta la verdad, y más proviniendo de un ser inorgánico como era él. A saber que había hecho la legión en sus momentos libres con ese pobre ser. Igualmente no era mi competencia, así que me dirigí al tipo de la bata.

-Espero que tu camarada araña se recupere, a nosotros seguro nos mandan volver al cuartel en breve- dije antes de despedirme con la mano, pero en el último momento giré sobre mis tobillos- Oye ¿Se llamaba Matt verdad?

Fue entonces cuando se hizo el silencio. Ya n ose escuchaban disparos, ni gritos ni objetos siendo lanzados. La batalla había concluido. Eché un vistazo alrededor y la verdad que aquello asustaba. Había muchos cuerpos tirados por la plaza, así mismo muchos juntados sobre las barricadas. A lo lejos podía verse un barco hundido y dos gravemente dañados, pero todo apuntaba a que la legión y los marines se habían apuntado un tanto esta vez. De seguro que esta misión traería otras, y más ahora que hemos agitado el avispero revolucionario. A mi ahora mismo lo que me preocupaba era la futura reunión con el comodoro en su despacho. Y si bien me había gustado conocer a ¿Matt?, bueno, a aquel ser robótico por algún motivo, también había aprendido quizás a hacerlo que se me pide.

-Entender- Comentó Matt aceptando que su información fue dada para no recibir nada a cambio, pero no pareció importarle en absoluto, se quedó mirando su mano derecha, la que había estrechado con ella y cuando preguntó por su nombre su compañero respondió -Si, puedes llamarlo Matt- Comentó con una sonrisa. Pocos momentos tras que se hiciera el silencio, la marine se fue y los dos agentes del gobierno se iban retirando hacia el barco -No podré repararte aquí, tendremos que ir a la sede, cuando te vea Hojo me matará...- Matt miró a su compañero centrando sus luces azules en los ojos del gafotas -Yo... Sentir... Dolor...- Nuevamente los ojos se abrieron para el humano en forma de sorpresa pero esta era grata -Matt, antes de volver a la sede, me gustaría hacer unas comprobaciones, pero cuéntame más, ¿Que te hizo sentir el dolor?- Las preguntas eran claras, si se enteraban los mandamases que algo había cambiado en sus soldado perfecto lo reiniciarían y fuera, pero eso a Cody no le gustaba, él quería traer de vuelta a la "persona" y no al robot -Imágenes, guerra, muerte- Verdaderamente estaba recordando, necesitaba hacer una copia de seguridad de los datos desbloqueados antes de que fueran borrados -Ciertamente tenemos trabajo Matt... ¿Crees que podré contar con el agente Rokuro para información clasificada?- Cody pensaba en informar a ese agente para intentar mejorar a Matt y traerlo de vuelta, pero quizás no fuese buena idea, si informaba sabía que mandarían a alguien a por su cabeza e irónicamente lo más cruel sería mandar al propio Matt a terminar con la vida de quien intenta salvarlo...