[Privado] Sospecha Abordo. [Arabel - Dry-Kun]

Una suabe brisa entraba por la escotilla junto con la clara luz de la mañana, el ambiente era optimo para una maxima relajación,l pero yo no pude percibir estos pequeños detalles por culpa del estupido que me desperto.

-Arriba recluta, hay muchos pasillos que fregar.
-Si señor -Dije medio somnoliento. Cuando me desperte me puse la ropa de marine y sali al encuentro de mi superior, el me dijo que pasase al comedor a desayunar. El desayuno estaba delicioso peor era muy poco abundante, por suerte tenia algo de queso que había robado de la despensa y pude saciar mi hambre y la de Kygess, que me seguia sigilosamente desde las sombras.

Tras fregar todos los pasillos interiores me digeron que debia salir a la cubierta a seguir fregando alli. Cuando sali vi a la capitana tumbada mirando al horizonte, cuando mire en su misma dirección vi el largo y ancho mar, siempre me fascino el mar, ya que era el unico lugar donde podia perderme incluso con mi memoria, pero mas me fascinaban las personas que podian horientarse en este como si nada. Estaba sumergiendome en mis pensamientos hasta que una colleja de mi superior me saco del trance.

-Vamos recluta, quiero verme reflejado en estos suelos. -Estuve a punto de sacar mi navaja y rajarle el cuello, pero me contuve porque debía permanecer en el barco hasta que llegásemos a la siguiente isla.

-Si señor -Dije mientras farfullaba maldiciones en voz baja.

Hubo varios días en los que no paso nada destacable ni fuera de lo normal. Pero una mañana en la que estaba limpiando unos cañones la capitana salto del barco derrepente, todos quedamos sorprendidos pero nos sorprendimos aun mas cuando está salio dos minutos después con un gran rey marino tras de ella. Después me contaron que era para alimentar al barco. Después la capitana corto al rey marino en pedazos, mi superior me ordeno que llevase los trozos a la despensa, esta vez lo hice de buena gana ya que aproveche para robar un poco mas de queso y fruta.

Tras acabar una dura jornada de trabajo me dirigí de nuevo a mi camarote, pero de camino pase por el despacho de la capitana y oí una conversación que tenían ella y mi superior, la cual me alegro mucho.

-Capitana, me temo que el rey marino solo nos durara una semana, a demás los soldados no sobrevivirán únicamente con peces y las reservas de la bodega están en las ultimas, debemos atracar en algún puerto antes de que pase la semana.

Perfecto, solo una semana mas y seré libre -solo por esto ya dormiría bien aquella noche

Nos atacan, pero como es posible si no hay ningun barco alrededor -pensaba mientras miles miles de balas enormes explotaban a nuetsro alrededor. La situación era insostenible, pero finalmente di con la respuesta, caian del cielo. Al principio no lo creia, no lo podia asimilar, pero indudablemente esas enormes balas provenian del cielo. La capitana estaba defendiendo como podia el barco con sus dos enormes espadas, pero la situación era insostenible porque la tripulación corria de un lado a otro sin hacer nada mas qyue estorbar a la capitana. Hasta que mi superior llego con mas de sus hombres.

-Capitana puede remar, nosotros nos encargamos de esto. -En cuanto acabo la frase mi superior saco una espada y corto una de las enormes balas en dos como si fuese un trozo de madera. Sus hombres le siguieron y empezaron a disparar y cotar las enormes balas. Y yo no iba a ser menos, saque mis dos escopetas y rápidamente empece a disparar a las enormes bolas rebentandolas a porcos metros del barco.

Poco a poco comenzamos a avanzar ya que la capitana remaba con una gran fuerza, pero todos estabamos exaustos y no podriamos defender el barco mucho mas, a demas, me estaba quedando sin balas.

-Quince, BUM, catorce, BUM, trece, BUM.... tenemos que salir de aqui ya.

Primero llueven balas, ahora un rey marino, todo esto que nos pasaba no podía ser posible, por lo menos la capitana había dicho que en dos días llegaríamos a Arabasta y eso eran buenas noticias, peor por ahora debía ocuparme de sobrevivir.

La capitana remaba con fuerza pero el gran rey marino nos acabaría alcanzando, por si no fuera poco al rey marino empezaban a seguirle mas reyes marinos, no tan grandes pero peligrosos igualmente. Todos estábamos luchando fieramente contra los reyes marinos que se aproximaban más y más. Pero cuando creíamos que estábamos a salvo, el rey marino mas grande arranco de cuajo uno de los mástiles del barco. Empezamos a perder velocidad y los reyes marinos empezaban destruir el barco, entonces baje corriendo al camarote y cogí un lanzacohetes que había visto la primera vez que baje, solo le quedaba un cohete así que solo tendría una oportunidad. Vi como un grupo de soldados ponían un montón de comida en un bote y la tiraban al mar -buena distracción- aproveche esta situación para apuntar hacia el bote, no tardo mucho en aparecer el gran rey marino para devorar el bote, solo tenia una oportunidad y...

¡ DIANA ! -exclamaba mientras el rey marino (ahora muerto) se hundia en el agua. La sangre atrayo a los otros reyes marinos, quedando nosotros,por fin, libres de todo peligro. Pero, la fuerza del cohete que había lanzado me había tirado la gorra, entonces mi superior, que estaba detrás mía, me reconoció.

-Tu, tu eres el fugitivo que... -no le deje acabar la frase ya que rápidamente saque mi puñal y lo hundí en su estomago, retorciéndolo una y otra vez, eso si, aguantándolo con una mano para que no se notase que lo estaba apuñalando. Cuando comprobé que se había quedado inconsciente le deje en el suelo y limpie mi puñal. Tras eso me puse mi gorra y me oculte entre el resto de marines.

Arabel terminó de remar, vio el desastre.

Ara - ¡Reportes de heridos! Tambien quiero un reporte de daños. Contabilicen munición y comida. No podemos bajar la guardia.

Comandante Rigardo - Tenemos un oficial gravemente herido. Capitan.

Arabel sin mas solto los remos corrió a su auxilio, apesar de su tamaño era medica, no tenia el pulso y control de sus dedos de una manera fina pero suministraba y decía que debían hacer. La vida del marin estaba a salvo.

Ara - Rigardo, necesito que me hagas un favor, ya que eres el mas capaz en este barco. Tienes un dia para encontrar al polizonte, la herida de Rifas, es de un cuchillo, no encontre el cuchillo dentro de el. Ni había manera de que se formara esa herida por un accidente o astillas. Tienes un dia. Estaré remando sin descanso, para llegar lo antes posibles, todos los suministros están escasos. Y el barco necesita reparaciones.

Comandante Rigardo - Entiendo y ejecuto.

Sin mas Rigardo comenzó a realizar un checo exaustivo, y mando a todos los marines a sus camerinos. Exceptuando carpinteros, y herreros.

Parecía que tenia un nuevo superior, este envió a todos los marines a sus camarotes, y yo no era una excepción.

Al llegar a mi habitación me tumbe sobre la cama, Kygess me estaba esperando, impaciente por estar esperando a que su amo le diese unos mimos, se tumbo a mi lado y le empece a acariciarle suavemente la cabeza.

-Tenemos problemas amiguito.

Empece a reflexionar sobre como podía solucionar estos problemas. Tras meditar miles de ideas llegue a tres conclusiones:
-Debia evitar que mi antiguo superior sobreviviera.
-Debia parecer inofensivo para mi nuevo superior.
-Y debia alejarme lo mas posible de la capitana, ya que creo que era una de las pocas personas que podria reconocerme.
Esta noche entrare en acción para encargarme del primero de mis problemas.

Al caer la noche me quite mi traje de marine y me puse mi túnica. Salí de la habitación armado con mi puñal, con mis dos escopetas, y con Kygess dentro del bolsillo, por si las cosas se ponían feas. Empece a caminar por los largos pasillos del navío, había varios guardias, patrullando, pero mi túnica permitía pasar desapercibido entre las sombras. Tras caminar diez minutos llegue a la cubierta (que es donde me habían dicho que tendrían a mi antiguo superior), allí estaba la capitana remando y un medico curando al herido. Por muy sigiloso que fuese no podría pasar entre ellos dos sin que me vieran, así que regrese a los pasillos.

Me debute a pensar que podía hacer -Eureka- se me había ocurrido una gran idea. Avance por los pasillos en busca de las celdas. No tarde demasiado en encontrarlas, entre en estas (con la cara tapada por la capucha de la túnica para que no me pudiesen reconocer), cuando los piratas me miraron empezaron a gritar.

-Y tu quien eres desgraciado
-Soy quien os va a sacar de aquí pero solo si os quedáis calladitos -Tras decir esto todo el mundo quedo en silencio, entonces saque mi puñal y lo clave en las cerraduras, rompiéndolas desde dentro. Ya todos los presos fuera les dije.

-Yo os he dejado libres, y solo os pido una cosa, que valláis a la cubierta y derrotéis a la capitana. -Pensaba que me costaría mas convencerlos, pero parecían entusiasmados con la idea.

Todo marchaba segun lo había planeado, los piratas habian enecrrado a todos los marines en sus habitaciones, se habian armado y habían salido a la cubierta para enfrentarse a la capitana. Yo por mi parte habia salido un poco antes por una puerta trasera para que asi, en cuanto tubiese la oportunidad, pudiera matar a mi antiguo superior sigilosamente. pero las cosas no salieron exactamente como había previsto. En cuanto salieron los piratas yo corri sigilosamente hacia mi victima para asestarle un golpe mortal, pero para mi sorpresa este se había despertado y habia agarrado mi mano antes de poder clavarle el puñal.

-No dejare que acabes con mi vida tan facilmente.

Y, para colmo, cuando me quise dar cuenta los piratas estaban volando a varios kilometros del barco. Si aquellos estupidos hubiesen aguantado siete segundos mas todo habria salido de perlas, pero no fue asi.

En cuanto estaba a punto de clavarle el puñal a mi antiguo superior, mi actual superior se interpuso y me arrrebato el puñal a una asombrosa velocidad.

-Comprueba el poder de la marina. SORU.


Empezo a moverse a una velocidad extremadamente rapida, por suerte (gracias a mi memoria) yo sabia donde se encontraba y pude esquvar el primero de sus golpes, pero los quince siguientes me dieron de lleno. Cuando se disponia a rematarme saque mi escopeta y le dispare a la cara. Dio en el blanco, pero lamentablemente la bala no le atraveso.

-TEKKAI -fue lo unico que pude oir antes de recibir una patada en el estomago- parece que ya no eres tan duro maldito canalla. -Pero cuando iba a recogerme del suelo Kygess salio de mi bolsillo echo una colera y le ataco con todas sus fuerzas, al no esperarse el ataque mi superior no pudo utilizar su Roukushiki y fue envestido por mi mascota, este empezo a arañarle los brazos hasta el punto de arrancarle la piel, pero finalmente el marine pudo sacarselo de encima y echo a correr detras de su capitana. Kygess se dirigio hacía mi y empezo a lamerme la cara.

-No te preocupes chico, me pondre bien. -Como la capitana estaba ocupada atendiendo a mi actual superior decidi decirle a Kygess que me llevase a mi camarote, asi lo hizo y cuando llegamos alli cerre mi puerta desde dentro y tire la llave por la ventana para que pareciese que yo tambien estaba encerrado, a demas me quite mi tunica y me puse mi traje de marine, depues me volvi a acostar y a descansar un rato, había ganado tiempo, pero dentro de unas horas mi antiguo superior desvelaria mi identidad.

Parecía que ya era de día, y hacia mucho calor. Me encontraba en mi habitación, encerrado, mire por la ventana. -Arabasta- debía darme prisa y salir de aquí, empece a llamara a gritos pidiendo ayuda ya que estaba encerrado. Cuando varios marine oyeron mis gritos habrieron la puerta y me dijeron que fuese a la cubierta a ayudar en lo que necesitasen. Cuando me dijeron eso sabia que tenia que hacer algo para que no me reconocieran, así que me puse la gorra hacia atrás y le quite los cristales a las gafas de sol, ahora estaba algo distinto, esperaba que así si me veía mi antiguo superior no me reconociese.

Al salir a la cubierta divise el reino de Arabasta -Mi puerta hacia la libertad-. Salí sigilosamente, intentando no llamar la atención, pero en cuanto estaba a punto de salir del barco los marines subieron y el barco se puso en marcha.

-Mierda -pensé para mi mismo, y sigilosamente volví a mi camarote. Cuando pensaba que todo había acabado no había echo mas que comenzar. Ahora solo podía esperar a llegar a nuestro siguiente destino, Water 7, según me habían informado.

Off rol: ahora seguimos en alta mar o abrimos un nuevo tema en ¿Water seven?

Desde mi camarote podía ver como lentamente mi libertad desaparecía- Cuando deje de ver completamente Arabasta. Me empece a preocupar ya que no tardarian en descubrirme, debia hacer algo pero no sabía el que. Por el momento intentaria pasar desapercivido para llegar a Water 7 y escabullirme de aquel infierno.

Tras unas cuantas horas de descanso me toco limpiar la cubierta.

-Vamos soldado quiero esto como los chorros de loro. -Dijo mi nuevo superior con los brazos todavia vendados por las heridas que mi mascota le había producido.

-Si señor.

Tras otra dura jornada de trabajo me retire a descansar y a pensar en como podia vengarme de aquel maldito canalla que me habia dejado un gran moraton en el estomago. Aun no sabía como iba a hacerlo pero una cosa tenia clara -Donde las dan las toman-.