[Grupal - Privado] Un poco de oro. [Samanta - Dayane - Kev - Ruxer - Sinclar Moon]

Estaba completamente empapada por culpa de la tormenta, y además, me caía del sueño. Y para mejorarlo todo, Sam me pidió que explicara nuestro plan para entrar en una fortaleza de marines... Suspiré y me dispuse a explicar, medio dormida.

Day -Sam se disfrazará de Tenryuubito, y con eso, nuestro barco pasará desapercibido. Éstos marines son de niveles bajos, por lo que no nos debería ser difícil derrotarles en el caso de que nos descubran. Necesitamos el cofre que se hay escondido en algún lugar de la fortaleza, y también suministros, así como encontrar un ingeniero. Tenemos que ser muy discretos cuando entremos y... Sam, déjame dormir por favor-supliqué, mientras me dejaba caer en el suelo de la cubierta, completamente mojado.

El plan me pareció muy bien, no creo que nadie sospechase de que eramos piratas, el problema era encontrar las cosas que nos propusimos conseguir, ya que no sabíamos con exactitud en que parte estaban.

Ruxer: Ella pasará totalmente desapercibido pero sería mejor que nosotros nos pusiésemos unas túnicas con una capucha, ya que no creo que con la pinta que tenemos vayamos a pasar por alto. Hacedme caso se bien como disfrazarme y distraer.

Samanta si iba a pasar desapercibido, pero como ya había mencionado nosotros necesitábamos como un envoltorio para que no nos pillarán. Pero también había que decidir quién iba a por que cosa.

Ruxer: Y por cierto, hay que pensar que va a ver que separarnos para que cada uno o por grupos vayamos a conseguir todo lo que vamos a buscar. Sugiero que yo vaya junto con Day a por el cofre, que Kev vaya a por los suministros y que Sam vaya a por el ingeniero debido a que tu ya tienes una idea del tipo de ingeniero al que necesitamos, ¿qué os parece?

Era de madrugada, estaba en la cubierta observando la luna y disfrutando de aquella noche con lluvia, era un día perfecto para entrar a aquella base de la marina, el plan de Samanta como casi todos sus planes me pareció muy bueno, el capitán dio también la idea de disfrazarnos nosotros me pareció buena idea, así pasaríamos desapercibidos.

Kev - En cuanto entremos en la fortaleza me dirigiré a sus almacenes a buscar algunos suministros y buscaré algo que nos pueda ser útil.

La verdad quería ir por ahí distraerme un rato y porque no asesinar unos cuantos marines, claro sin causar problemas, llevaba tiempo sin hacerlo y mi sed de sangre iba aumentando.

Esta vez me encontraba en el east blue en la isla de shelltown, una isla que se resumía en una palabra, marines. Digamos que era una ciudad perfecta para los marines novatos, no sé si será porque es una isla de baja peligrosidad, en la que los criminales que hay en ella no son demasiado peligrosos, o porque era una isla donde un marine podría encontrar fácilmente trabajo, pues había una base de la marina.

Bueno siguiendo con mi ubicación, me encontraba en una taberna, bebiéndome una copa tranquilamente, en un rincón tranquilo y solitario, sobretodo solitario, pues en aquella taberna solo estábamos el tabernero y yo. Podía parecer que la tormenta, que había caído hacía unos instantes había espantado a todos los clientes. Cuando acabé mi copa la dejé encima de la mesa en la que me encontraba, me acerque a la barra pagué la cuenta y salí de la taberna.

El día de hoy había amanecido fresco y desapacible, asique cambié mi traje blanco de lino por mi traje negro de cuero, con el cual llevaba unas gafas oscuras a juego. Pero ahora no era de día si no de noche y bien de noche. Era un noche oscura y fría, por eso no había ni un alma por las calles.

Estaba aburrido asique decidí ir a los muelles de aquella isla ya que, quizás, de este modo encontrara algo de diversión.

Sam ya se había preparado para salir después de desearnos suerte. Me levanté del suelo de la cubierta y me puse una capa, de las que había propuesto Ruxer, que ocultaba tanto mi rostro como mi pelo, al ser morado, llamaría demasiado la atención, y no era recomendable meterme en líos por mi color de pelo.

Después, esperé a que Ruxer se preparaba para que nos marcháramos juntos en busca del cofre, para conseguir el dinero.
Además, tenía ganas de explorar, aunque seguía teniendo sueño...
Pero eso ahora mismo no era importante, necesitaba estar despierta para no meter la pata en esta "misión".

Me puse la capa y me propuse a entrar en la fortaleza haciéndole una señal a Day para que me siguiera. Entramos en la fortaleza, y pensé que era la primera vez que íbamos a hacer una algo "grande". Tenía una gran emoción por lo que íbamos a hacer, pero también sabía que tenía que estar muy concentrado y muy serio para que no hubiese ningún fallo. Lo primero era intentar de alguna forma buscar información para saber donde estaba el cofre.

Ruxer: Muy bien Day, hay que buscar información y se me ocurren un par de cosas. La primera es capturar a un guardia y interrogarle, aunque claro eso dentro de una fortaleza llena de marines sería muy pero que muy difícil. Otra cosa que se me ocurre es que vayamos paseando por ahí a ver si escuchamos algo, ¿tú que crees?

Después de las instrucciones que nos dio Sam me fui a mi habitación y me distraje leyendo uno de los libros que robamos en Ohara, cuando lo terminé y salí a cubierta me di cuenta que ya todos se había ido, me dispuse a salir, me acomode la capa recomendada por Ruxer, dejé el barco listo para que cuando huyamos solo subiéramos y zarpemos.

Bajé del barco, mi misión era conseguir suministros un trabajo demasiado fácil diría yo, así que tenía tiempo de sobra me puse a pasear por los muelles y el pueblo, en los muelles vi a un tipo extraño de cabello rojo y ropa blanca. Me dirigí hacía el pueblo causaría un poco de caos para que algunos marines vengan a por mi, dejando así la fortaleza con un poco menos de marine para que los otros puedan hacer su trabajo, claro que no me dejaría atrapar después de todo soy un experto escondiéndome y atacando. Así saciaría un poco mi sed de sangre y me divertiría matando unos cuantos marines y al mismo tiempo ayudaría un poco con el plan.

Me encontraba en los muelles y, a pesar de que, pensé que aquello le podría dar un giro a aquella aburrida noche, pero no fue así. Cuando me iba a ir vi una silueta, dirigiéndose hacia el pueblo, asique comencé a seguir a aquel tipo. No sé si era buena idea, ya que quizás me descubriese, pero aún así lo hice, pues prefería, quizás, que aquel tipo me matara a aburrirme, asique caminé detrás de él a una distancia prudencial para disminuir el riesgo de que aquel tipo me descubriese, además tenía un punto a mi favor, yo vestía con ropa negra, asique no sería muy notoria mi presencia.

Offrol:

Estaba con Day, caminábamos a la luz de la luna, todo me daba buenas sensaciones y esperaba que fuera así. Decidimos que íbamos a ver si escuchábamos algo de los guardias de por ahí. Estuvimos andando para a ver si escuchábamos algo de los guardias durante un buen rato, creo que nunca había caminado tanto para no hacer nada. Aunque queríamos que nuestros ánimos no decayesen, así era. Pero de repente escuchas a unos guardias que al parecer estaban enfadados, de hecho yo diría que muy enfadados. Bueno en realidad solo estaba enfadado un de los dos que estaban hablando, aunque el otro le daba la razón.

Marine: ¡Maldita sea! Jimmy se a roto la pierna y no va a poder vigilar el cofre, y sabes a quién han puesto de sustituto, ¡a mi!

Teníamos una información muy valiosa, cuando esos dos se separaron, seguimos al que le había tocado vigilar el cofre, ya que lógicamente si le seguíamos íbamos a dar con el cofre. Le seguimos poco a poco con paciencia, mientras le seguíamos me estaba memorizando el camino, hasta que llegamos a una pequeña fortaleza dentro de la fortaleza. Había una parte de la fortaleza en la que solo esa parte se encargaban de tener allí el cofre, me fije que había dos guardias para entrar a aquella parte de la fortaleza y dentro se supone que todavía había más guardias. Nos retiramos para esperar a que fuese la hora para reunirnos todos.

Había estado caminando por aquel camino de piedras un poco antiguo y descuidado, cuando me percate que una sombra misteriosa me seguía, sin duda alguien me estaba persiguiendo desde donde me seguía me pregunte, tal vez lo hacía desde que desembarque o desde el muelle, sería alguien peligroso o alguien que me perseguía por curiosidad; pero viendo el como se comportaba, el sigilo con el que me seguía sin duda era alguien experto en persecuciones, debía tener mucho cuidado.

Avance en aquel camino era enorme no había muchos sitios para ocultarse, así que iba atento a lo que hacía el tipo que me seguía, cuando llegue a la ciudad perdí de vista al sujeto, pero sin duda me acordaba cual era su apariencia vestía con una capa negra no pude ver su rostro. Llegue a la ciudad era algo lúgubre y antigua las casas estaban construidas con piedras, sin duda era un pueblo pobre, solo resaltaba la fortaleza de la marina; toque la puerta de una casa, me abrió una joven de no más de 17 años la cual al verme se sobresalto cualquiera lo hubiera hecho por mi apariencia lúgubre, esta era muy bella, le hable y le dije que era un forastero y si me podía dar asilo por esa noche y un poco de comida, la recompensaría. Al parecer vivía sola, me dijo que se llamaba Rosmyl, me dio la comida y me señalo un cuarto. Al amanecer me desperté y el desayuno ya estaba listo, conversamos mientras comíamos me contó que sus padres eran mercaderes y habían ido a otra isla a ofrecer sus productos, también me contó que la marina les obligaba a pagar una exagerada suma de impuestos, después de comer me despedí, le pague el dinero que le debía y me marché.

Era ya las 8 de la mañana el sol brillaba resplandeciente, sin duda el sol le daba otro aspecto mucho más bello a aquel pueblo, me dirigí al bar del pueblo a conseguir un poco más de información y armar un gran lío, cuando llegue al bar vi al tipo que me había seguido la noche anterior sentado en una de las mesas, seguía con la capucha negra no pude ver su rostro, sin embargo emanaba un olor a sangre debía ser un asesino profesional, me dirigí a la barra sin perderle de vista. Esperaba que hiciera algo, mientras hablaba con el dueño de aquel bar.

Seguí a aquel tipo por las calles de Shelltown hasta que lo perdí de vista, quizás lo hubiese perdido y me seguiría aburriendo, pero lo único que sabía era que debía descansar, asique busque una posada para pasar la noche.
Al día siguiente después de pagar la estancia de la posada me dirigí hacía una taberna, para desayunar algo, le pedí algo al tabernero para desayunar y cuando me lo sirvió me fui a una mesa para degustarlo. De repente un tipo entró en el bar y que suerte la mía era el tipo que perseguía la noche anterior, al cual le hice un gesto para que se acercara.

- Hey muchacho, acércate.

Cuando pasó la noche y llegó el día nos fuimos a una taberna, pero claro no encontrábamos ninguna. Queríamos relajarnos unos cinco minutos antes de seguir con las planificaciones e intentar robar el cofre. De repente vimos a Kev doblar una esquina, le llamamos pero no pareció escucharnos. Le seguimos y al doblar la esquina vimos como se metía en una taberna, mira tu que suerte. Encontrábamos a Kev y encima también una taberna. Parecía que nuestra suerte iba mejorando. Entramos en la taberna para hablar con él, pero de repente antes de que le pudiésemos hablar un hombre le llamó. Y al parecer era un hombre distinto a los demás. Nos sentamos en una mesa cercana sin que nos viese por si acaso Kev tenía problemas.

Había estado mucho tiempo caminando dando vueltas buscando un bar, cuando lo encontré decidí entrar en el, al encontrarme en la puerta pude observar el como era; el bar era un poco antiguo sus mesas y sillas eran de antaño pero muy bien conservadas la barra estaba llena de variados licores, la comida olía bien, al entrar vi al tipo que me había seguido la noche anterior estaba sentado en una mesa alejada comiendo, decidí pasar sin llamar la atención, no lo perdía de vista, oí que me llamaba, voltee me acerque a él.

Kev Dígame que es lo que quiere de mí

En ese momento que me acercaba me di cuenta que en otro mesa alejada estaba el capitán con Day, si algo ocurría podía confiar en ellos.

Aquel hombre al que llamé, que bien podría haber salido de una película de terror, se acerco a mi y me preguntó que quería de él:

- Le va a parecer extraño, pero…me aburro y no sé cómo decirlo, ni explicarlo, pero cuando te ví en los muelles, pensé que habías venido a esta isla a hacer algo interesante, algo en lo que si me permites que te ayude, si es que no me equivoque y, en verdad estas en esta isla de paso solamente, podría acabar con mi aburrimiento.

Le dí un sorbo a mi café y me acerque más a él y le susurré:

- Si estoy en lo cierto y has venido a esta isla, te podría ayudar, soy capaz de hurtar y agredir, pero no me pidas que asesine o que hiera de gravedad.

Me acerqué a él lo observe atentamente para poder ver si me iba a atacar o no, al ver que me contesto tan tranquilamente me relaje un poco, su actitud tan relajada me pareció sorprendente sin duda era alguien fuerte, escuche lo que me dijo, me sorprendió un poco su ofrecimiento, yo necesitaba ayuda pero lo que iba a hacer no creo que fuera de su agrado, decidí decírselo.

Kev - Ante todo me presento mi nombre es Kev, sería tan amable de decirme el suyo

Dicho esto esperé que me contestará para pasar a contarle lo que estaba planeando, me senté a su lado, llamé al camarero este vino rápidamente, pedí una botella de whisky y 2 copas, procedí a contarle mi plan.

Kev -Hace poco desembarqué en esta isla, tengo planeado entrar a la base de la marina y robar algo que hay ahí dentro, pero primero tengo que robar sus suministros, así que si deseas ayudarme aceptaré con gusto tu oferta, creo que con esto se te pasará un poco el aburrimiento, y sino deseas matar marines con noquearlos esta bien, en cambio yo si los mataré

OffRol:

Uff... Cómo me alegro de haber estado todo el tiempo con el capitán, si hubiera estado yo sola seguro que ya me habría perdido...
Habíamos acabado en una taberna, menos mal que era temprano, porque si no este sitio estaría lleno de borrachos, y no me gustan nada...
Kev había empezado a hablar con un tipo raro de ropas negras al que no le podía distinguir la cara, el capitán y yo nos habíamos sentado en una mesa prácticamente al lado para poder escuchar la conversación.
El extraño hombre le había dicho que si le explicaba su plan quizás podría serle de ayuda pero... a mi no me daba buena espina. ¿Y si era un marine disfrazado?
Bueno, en ese momento yo no podía decir nada ya que Kev le explicó nuestro plan...
Suspiré. No es bueno confiar en los extraños tan rápidamente... y menos en una fortaleza llena de marines... Decidí esperar a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos antes de actuar por mi cuenta y hacer alguna locura.

Vi como Kev le había dicho lo que íbamos a hacer y pensé en que no teníamos que perder el tiempo más de lo necesario. No sabía si ese tipo era de fiar o no, pero yo me iba a tomar mi tiempo en averiguarlo, ya que no podíamos correr más riesgo de lo necesario. Me levante y le hice con un gesto a Dayane que se quedase sentada, por si era una trampa. Me levanté y me dirigí a Kev como si no me hubiese enterado de nada.

Ruxer: Oye Kev hay que seguir.

Mire al tipo fingiendo sorpresa de que acompañase a Kev y le dije.

Ruxer: ¿Quién eres tu? Y espero que me seas sincero.

Solo quería asegurarme de que no nos habían descubierto y de que fuese una trampa.

Aquel hombre, el que parecía salido de una historia de terror me dijo su nombre e incluso me dijo que había ido hacer allí, lo que me indicaba que una de dos o era un estúpido o podía hacérmelo pagar si tras decirme su plan intentaba algo:

- Kev, encantado, puedes llamarme Sinclair.

A un par de mesas de distancia había una chica y un chico y algo me decía que eran amigos de mi acompañante y, pronto el chico se acercó y me pregunto que quién era y que era mejor que se lo dijera:

- Bueno, lo primero decir que es un poco temerario dejar a una hermosa dama sola en una taberna, asique dile que se acerque. Lo segundo relájate, no soy un marine, yo tengo mas estilo que esos tipos y lo tercero, me llamo Sinclair y soy un cazarrecompensas.

Hice una pausa tras decir esto para acabarme mi café y proseguí:

- Pero no te pongas tenso por esto último porque para tu tranquilidad mis armas han probado más sangre marine y nunca la sangre pirata.

Revelado casi todo el plan ante aquel desconocido, vi como el capitán y Day oían y miraban todo lo que ocurría, el tipo me dijo -Kev, encantado, puedes llamarme Sinclair.- se presento a si mismo como Sinclair, vi al capitán ponerse de pie y acercarse a nosotros una vez en nuestra mesa me dijo -Oye Kev hay que seguir.- y le pregunto a Sinclair -¿Quién eres tu? Y espero que me seas sincero.- Sinclair respondió -Bueno, lo primero decir que es un poco temerario dejar a una hermosa dama sola en una taberna, asique dile que se acerque. Lo segundo relájate, no soy un marine, yo tengo mas estilo que esos tipos y lo tercero, me llamo Sinclair y soy un cazarrecompensas. Pero no te pongas tenso por esto último porque para tu tranquilidad mis armas han probado más sangre marine y nunca la sangre pirata.- sin duda el capitán desconfiaba de Sinclair quien no o haría si era un desconocido y parecía ser fuerte, este aclaro que era un cazarrecompensa cosa que yo suponía por su peculiar olor el dijo que no era lo suyo atacar piratas sino atacar marines, cosa que nos ayudaría con el plan, aparte que no me preocupaba porque no tenía ninguna recompensa, ante tanta tensión, dije.

Kev - Mucho gusto Sinclair, te presento a mi capitán Ruxer, Capitán el es Sinclair como ya se presento es un cazarrecompensas, esperemos llevarnos bien y que nos ayudes con el plan.

Hecha las presentaciones debidas, alcé la mano llamando a Day.

Kev - Day acércate ya vamos a empezar.

Parecía que Kev estaba seguro de que aquel tipo no nos iba a dar problemas. Así que confie en Kev. Pero le dije.

Ruxer: Oye Kev, no tendrías que haber confiado tanto en este tipo, y tu Sinclair, no confió mucho en ti, no se si dejarte ayudarnos, ¿tú que opinas Dayane?

Quería la opinión de Dayane para ver que pensaba, ya que me gusta saber lo que opinan mis nakamas.

Había estado oyéndolo todo sin perderme un detalle.
Kev me hizo una señal y me acerqué a la mesa, disimulando mi enfado con el extraño, que al parecer se llama Sinclair. ¡¿Cómo se atrevía a llamarme débil?! No lo había hecho directamente, claro, pero eso de "es un poco temerario dejar a una hermosa dama sola en una taberna".
¡¿Pero qué se ha creído?! No soy una muñeca de porcelana, ¡sé defenderme de los enemigos!
Me sentía realmente ofendida, ¡no necesito que nadie me proteja!
El capitán me pidió mi opinión, así que aproveché para hablar :

-Tú.-le dije a Sinclair, clavándole la mirada más fría que pude dirigirle.-No me gustas, y no sé de dónde apareces. Esto es una fortaleza de marines, y no hay nada que me dé la seguridad de que no seas un marine... O que no trabajes para ellos.

El único que parecía confiar en mi era el tipo tenebroso, el capitán de aquella banda de piratas y la chica no parecían confiar en mi y la chica parecía cabreada supongo que por mi comentario de antes, asique acomodándome hacia atrás y poniéndome las manos detrás de la nuca les dije:

- Vaya, vaya parece que quereis pruebas irrefutables de que no soy un marine, bueno pues os las daré pues tengo un par de pruebas de ello, una es la historia de mi vida y si aun así no me creeis os mostrare una prueba más clara. Empezaré contándoos lo que fui y porque ahora soy lo que soy. Cuando vivía con mi familia, me gustaba pasar el mayor tiempo posible con mi tio, era un pirata y poseía una banda, yo los admiraba. Dentro de esa banda, también encontré el amor, me enamoré de la hija de uno de los miembros de la tripulación de mi tio. En una de esas aventuras una banda rival mató a mi tio, a su banda y a mi amada, el único que sobrevivió fui yo y desde ese día juré vengarme de aquella banda de piratas y pensé que la mejor manera de hacerlo y, aunque en mi alma seguía siendo pirata, era hacerse cazarrecompensas.