ROL Privado - Nadando por papel. [Arabel - Zakashi]

Por aquellas aguas se pudo ver lo que parecía un pequeño bote. En aquel sitio parecía un suicidio viajar así pero¿ que se le iba a hacer? el chico que iba en el no tenia otro método de viaje. Zakashi iba dentro observando el panorama muy tranquilo como si no pasara nada. Los picos que sobresalían le parecían increíbles por su altura y su forma. Paso por uno de ellos remando despacio y freno el bote justo al lado de uno. Se levanto de su pequeña embarcación y deslizo la mano sobre la enorme superficie del pico con una mirada sonriente. No parecía llevar equipaje en el bote, Iba tal y con que llevaba cargando en su cuerpo. Sus ropas y sus dos cajetas atadas al cinturón de la cintura. Había oído rumores de ese lugar, grandes corrientes que se cargaban barcos. Y el iba solo con un bote, había que estar chalado para ello. Aunque esa era la principal cualidad de este Zakashi.

Al poco observo como un barco a lo lejos era arrastrado por una corriente. Que mal destino le esperaría a aquel barco o eso creía al menos. Su mirada seguía fija en él y empezó a cambiar a la de una amplia sonrisa algo sádica. Elevo ambos brazos estirándolos hacia el cielo mientras observaba al barco. De repente sin pleno aviso Zakashi elevo el callado tono de su voz y empezó a cantar. Gritaba con toda la fuerza de sus pulmones y su voz era horrible. Estaba claro que la música no era lo suyo pero a le daba totalmente igual.

- Barquito!! que te vas de viaje al mal! húndete! y acaba en el fondo marino!.Dale recuerdos a los cangrejos de parte de un servidor!. Y a cocinarlos con gran pesar! cómelos con un tenedor! y degusta su inmenso sabor!. Que no hagas mal la digestión! y que tu madera sea la perdición!. Adiós barquito! cuídate jajajajajajajaja!!

Estaba claro. Como una cabra, este hombre estaba fatal como se podía apreciar para cualquiera que lo hubiera visto o escuchado. Cantaba solo porque un barco se estaba siendo arrastrado por la corriente. Suerte tenia de no haber sido el mismo el que acabó así. Por suerte no había pillado ninguna corriente. Pero el era feliz ahora viendo lo que ocurria

Zakashi seguía a lo suyo cantando y riendo cuando observó de repente algo que le impacto bastante. Aquella enorme gigante abrazar aquel barco. Su mirada era ahora de asombro al contemplar tal acto. Sonrió de lado un poco y empezó a mover los remos despacio de una lado a otro avanzando un poco mas pero con cuidado. Solo recorrió varios metros con cuidado para parar el bote. Observo y escuchaba voces que no conseguía oír. Parecían ser varias por lo que serian los habitantes del barco. Suspiro de nuevo y empezó a gritar un nuevo cántico desde allí alzando la voz como podía. le daba igual ser escuchado o no. Era bastante raro la verdad, por no decir que estaba loco, cosa que ya se notaba estar.

- El barco!! fue salvado! por una mujer de gran tamaño. Los hombres gritaban! pidiendo una empanada!!. ¿ Por que gritaban!?. El miedo les paralizaba!. La muerte los dejo pasar!, y la gigante los fue a rescatar! Uooo!! si! . Mi bote es de madera! de madera de color marrón! si!.

Seguía con su acto de locura riendo y cantando sin parar. Pese a ello aún seguía impresionado con lo que había visto. Una chica enorme que podía con aquellas corrientes marinas y encima había cogido el barco como si nada. A él podía aplastarlo si no lo veía, pero con aquellas voces y semejantes rarezas , para no verlo. Deslizo su mano tocando su cajeta y sonrió dispuesto a saltar al agua . Cuando estuvo a punto de saltar se freno y el bote tembló un poco. Su sonrisa se amplio aun mucho mas y se sentó despacio en el bote contemplando el bonito espectáculo. Su mirada era ahora sádica y bastante tenebrosa. Casi pierde la vida en ese momento, ¿a quien se le iba a ocurrir tirarse al agua tras comer lo que él comió?. Solo a un tarado como a este. sabia perfectamente que desde esa enorme distancia la gigante no le iba a escuchar. Sin embargo este se puso a hablar en voz baja en el sitio de repente ya con la voz calmada.

- Vamos.. vamos..

Pasaba sus dedos por los filos de aquel pequeño bote arañando a veces la madera con sus uñas. Claro que apenas le hacía nada de nada a la madera.

Zakashi aun estaba impresionado por aquello, lo que más le alucino fue como la gigante lanzo el barco por los aires y este se quedo mirándolo. Su mirada lo seguía hasta que no pudo levantar más el cuello y sonrió de lado observando a la gigante. Pero algo le puso algo nervioso. Esta ahora se acercaba a él por lo que se levanto del bote algo confuso. ¿Le atacaría? ¿Querría hablar simplemente? No lo sabía, por ello estaba alerta. Los hombres que se descuidaban morían muchas veces por su error. Él se puso de pie en el bote sin saber lo que esta haría. Cuando depositó aquel hombre desarmado en su bote se quedo algo extrañado. Así por las buenas lo había dejado allí. Por la cabeza del cazador pasaron varias ideas como cargárselo o tirarlo al agua o simplemente dejarlo allí. Su decisión fue la tercera. No se arriesgaría caer al agua. Se sentó en su bote de nuevo y observo al hombre con una sonrisa sádica en su rostro mientras se rascaba tras la oreja. Apenas pasaron tres segundos cuando sus manos pasaron a las cajetas que llevaba a la cintura atada y miró de nuevo al hombre. Se dispuso a hablarle en un tono chulesco pero algo terrorífico para que no pudiera rechistar a lo que iba a decirle.

- Escucha bien, puedes quedarte en el bote hasta que la gigante vuelva. Pero te lo advierto. Estas en mi bote, si haces algo que no me guste acabaras con los tiburones en el mar. Y si me apetece antes te mato aquí mismo, así que tú decides. ¿ Serás un buen chico y esperaras aquí callado?. O ¿te me pondrás difícil y deberé aniquilarte despacio y lentamente para que aprendas la lección?. ¿Aunque de que servirá que aprendas algo si ya estás muerto?. ¿Y sabes que es lo mejor de todo?. Que los cangrejos tienen un sabor delicioso cuando son cocinados como es debido. Deberías probarlos, te encantarían caballero jajajajaja!!! . Ricos cangrejos y deliciosos si señor! Son los mejores!
El hombre lo miro como se diría en expresión vulgar ``acojonado`` parecía estar como una cabra. No solo por sus amenazas sino por ponerse de repente a hablar de los cangrejos y lo buenos que están. Este dio unos cuantos pasos a atrás con los que casi cae al agua. Se reincorporo con dificultad y se sentó asintiendo a las palabras que le había dicho Zakashi. Las había escuchado paralizado por su tono de voz y por haber estado a punto de morir en la corriente. Por suerte para él, la gigante le había salvado.

Zakashi levanto la mirada y observo como la gigante cogía el barco en el aire. Fue una acción fabulosa, pero varios cañones cayeron al agua lo que produjeron unas olas enormes que movieron el bote de un lado a otro sin parar. Zakashi asustado por que los pillara alguna corriente agarró uno de los remos y empezó a remar hacia donde estaba el pico anterior. Remaba con fuerza y como loco después de que el bote se hubiera movido por las olas producidas por los cañones. Su mirada e fijó un momento en el hombre que había a su lado y le grito con furia y con un tono muy elevado y serio. Esta vez no pretendía asustarlo sino avisarlo pero el resultado fue el mismo que el anterior.

- Idiota empieza a remar que nos matamos!!

El hombre asintió a sus palabras sin decir nada y se puso también a remar con el otro remo como loco. Consiguieron desplazarse hasta donde estaba el pico anterior y ahí pararon ambos para respirar tranquilos y algo exhaustos.

Zakashi observo como la chica tras hacer aquello se tiraba al agua. Este esperaba que no le dejara al ``peso muerto`` allí con él o rápidamente intentaría cargárselo. Su mirada era seria y algo cabreada. Cuando la gigante salió frente a él la observo atentamente. Respiraba algo agitado aun por lo pasado y el esfuerzo que tuvo que hacer con el remo. Tras unos segundos ella le hablo al parecer disculpándose. Zakashi en ese momento se dio cuenta de que la chica no tenía malas intenciones y solo quería dejar al hombre ahí provisionalmente hasta salvar el barco. Este suspiro unos segundos mientras sus parpados se cerraban para después observarla y sonreírle tranquilamente. La chica además era una segunda teniente de la marina, algo bastante molona en la opinión de Zakashi. Creía que era una simple gigante de la zona pero era toda una teniente según sus palabras. Empezó a hablarle en un tono de amabilidad y bastante tranquilo por lo que parecía.

- Mis respetos señorita Arabel, debo decir que es usted tan linda como amable si me permite decírselo. No se preocupe, este tío no me a dado ningún problema. Yo le agradezco haberme dado un espectáculo tan maravilloso como el que he presenciado.
Me ha impresionado su rango en la marina, la felicito. Seguro que no ha sido nada fácil llegar hasta ese cargo. Mi nombre es Zakashi aunque me conocen por el loco rojo. A su disposición señorita. Si hay algo que pueda hacer por usted solo dígalo. Por cierto debería probar los cangrejos cocidos son deliciosos.


Una vez acabó de hablar le sonrió de manera amable con sus ojos rojizos para después observar al hombre que estaba a su lado. Este parecía estar callado y no querer resaltar mucho, buena opción, si hablaba más de la cuenta. Estaba claro que Zakashi podía ponerse nervioso y acabar con él o al menos tratar de hacerlo. Su mirada empezó a ser sádica y empezar a mostrar una sonrisa algo aterradora. Llevó sus dedos hasta detrás de su nuca y empezó a rascarse despacio mientras cerraba los ojos. Tras eso los abrió despacio apartando la mano de la nuca y dejándola junto a su cajeta acariciándola despacio. Finalmente llevó su mirada de nuevo a la gigante y le sonrió de nuevo. La mente de Zakashi era muy retorcida pero con la gente buena se convertía en una persona amable y de fiar. Como era ahora el caso. Esa gigante salvo a unos piratas incluso siendo de la marina. Y encima ellos la atacaron y aun así los salvo sin mirar por ella. También se había arriesgado con la corriente, realmente se había ganado el respeto del cazador pelirrojo. Comenzó a hablarle de nuevo en un tono más suave y tranquilo mientras se acomodaba en el bote.

- Le daría un consejo señorita. No arriesgue su vida por gente que no la arriesgaría por usted. Puede hacerme caso o no pero es lo que le recomiendo Arabel. En este mundo nadie se preocupa por nadie y lo se por experiencia. No puedes fiarte ni de tus seres queridos ni de tu sombra. Se que suena muy negativo pero créame es la verdad. Por ello siendo de la marina no debería arriesgarse por unos simples piratas. Casi sale herida por ayudarles ah y debo añadir que yo también. Uno de los cañones casi me abre la cabeza en dos jajajajaja.
Dijo eso ultimo riendo un poco mientras pasaba las manos por detrás de la nuca a forma de almohada y se mantenía alerta por si el de al lado se le ocurría hacer algo. Aunque si apreciaba su vida no haría nada. No solo estaba él, sino aquella gigante también y no podría hacer mucho contra dos. Pese a eso Zakashi no le quitaba la vista de encima, un pirata era un pirata y no podía permitirse el lujo de morir. No sin antes haberse comido todo el cangrejo del mundo y haber vivido en el restaurante que soñaba. Uno lleno de cocineros cocinándole cada día cangrejos sin parar de todas las formas y gratis. Era un sueño muy raro pero claro viniendo de un tipo así, se podía esperar cualquier cosa. Nada le importaba más ahora que la chica le respondiera. Quería saber si ella lo hizo por voluntad propia o si le habían pagado o buscaba algo de interés en el asunto. De ser así su forma de pensar sobre ella cambiaria en decimas de segundo. Pero si no. Esa chica tendría totalmente su confianza, eso estaba clarísimo. El pirata parecía estar callado observándoles aun sin creerse lo que había pasado debido a la rapidez con la que ocurrió tal acto. Zakashi observo a la gigante esperando a que ella le respondiera rápidamente y aclarara sus grandes dudas.