[Privado] (Rainbow662 y Yo) Un "agradable" día de descanso.

Kiroi caminaba tranquilo por las calles de uno de los asentamientos más grandes de la isla Takenuma. Era su día libre, después de un largo y duro mes de asesinatos, sabotajes y robos en nombre de la justicia y, como siempre, Kiroi acudía a Takenuma a pasarlo.

Lo que hacía que Kiroi descansara en esa isla era, simple y llanamente, sus gentes. Siempre había alguien allí que reía sus chistes, coreaba sus canciones o, simplemente, compartía un buen trago con el. Aunque eran criaturas despreciables e inferiores, muchos humanos conocían su lugar y eran agradables al trato, y a Kiroi le gustaba eso. En ocasiones hasta aparecía algún otro Gyojin por la isla.

Por desgracia, no era uno de esos días. Kiroi estaba apoyado contra la pared de una taberna tarareando su canción favorita, en la que describía la muerte de una familia real.

-Entonces el rey gritó, gritó... su cabeza rodó, rodó... una pica la alcanzó, alcanzó... y las almenas adornó, adornó... Entonces la reina gritó, gritó... su cabeza rodó, rodó...

Arribor había llegado a una peculiar isla repleta de cavernas. Al principio pensó que no habría nadie en la isla pero pronto esperó a ver gente y decidió seguirles. Acabó en una zona bastante activa y empezó a buscar un bar o una taberna. Había conseguido algo de dinero hacía poco en un casino y, después de olvidarse de donde puso una de las bolsas, tenía pensado gastarse el resto. Al poco tiempo encontró lo que buscaba, una ruidosa taberna. Entró dando voces y abriendo la puerta de par en par.

-Oooohhhh!!!!!!!! Por fin encuentro un buen sitio. Camarero, pon una copa a todo aquel se ponga a armar jaleo, estoy de celebración!!!!!

Después de llamar la atención con su entrada se sentó en la barra y pidió algo de comer. Había organizado un buen escándalo en la taberna. Le gustaba que hubiese ruido en las celebraciones y esa no era la excepción. Entonces vio a un tipo sentado contra una pared y cantando una curiosa canción sobre unos reyes que llamó su atención y le dijo:

-Eh, tipo amarillo, bonita canción. ¿Hoy estoy de buen humor, quieres una copa?

Aquellas palabras hicieron que el hombre pez saltara como un resorte.

-¡Yo siempre quiero una copa, amigo!- Dijo mientras se acercaba. Acto seguido continuó cantando su canción con energías renovadas, desafinando adrede, hasta que llegó la jarra de espumosa cerveza. El Gyojin se detuvo un instante, se bebió la mitad de su contenido de una sentada, y soltó una sonora carcajada.- ¡Hacía tiempo que no me encontraba con nadie tan generoso, amigo! ¡Esto se merece un brindis!- Dijo mientras se ponía en pie y entonaba con voz potente y seria.- ¡Por los Gyojins, terribles bestias submarinas que suben a la superficie y devoran a nuestros hijos!- Durante tres largos segundos el silencio se apoderó de la taberna, hasta que Kiroi estalló en carcajadas, momento en el cual todos los demás en el bar se le unieron, redoblando sus esfuerzos por hacer un ruido insoportable.- Ah, tu si que sabes como montar una buena juerga, amigo.... Vaya, que torpe soy, si ni siquiera se tu nombre.- Dijo Kiroi, sonriendo.- Yo soy Kiroi, encantado.

Por fin un sitio animado donde celebrar su buena suerte, todo el mundo se había puesto a beber y a dar voces. El extraño hombre amarillo se acercó a él y aceptó su invitación a una copa y se presentó como Kiroi.

-Encantado, yo soy Arribor, Arribor Neus. - se presentó él mientras le tendía un vaso lleno - La verdad es que no estoy seguro de cuál es el nombre y cuál el apellido. En fin llamame como quieras. Hoy estoy de celebración, he tenido suerte en un casino y me apetece gastar jajaja.

Tomó un largo trago y luego, alzando la voz por encima del estruendo, le preguntó - ¿Y dime, ¿qué es exactamente un gyojin? - Arribor había oído hablar de ellos pero no estaba muy seguro de que eran o de donde venían y sentía curiosidad.

Kiroi sentía curiosidad por aquel descuidado y campechano hombre. No sabía ni cual era su nombre y cual su apellido. Era extremadamente curioso. Pero, en cuanto hizo aquella pregunta, Kiroi se puso ligeramente serio.

-Los Gyojin somos los hijos del mar. Combinamos lo mejor de las múltiples especies submarinas con la capacidad de moverse a dos patas de vosotros, los que vivís encima del mar. Somos más fuertes, más rápidos y podemos hacer más cosas... ¿Quieres saber lo que somos los Gyojin?... Los Gyojin somos el futuro, Neus.- Le dijo en voz baja para no crear tensión en el ambiente general del bar. Tras unos segundos para ver su reacción, fuese cual fuese, Kiroi alzaría su jara con una sonrisa y diría:

-¡Brindemos de nuevo! ¡Por la esclavitud, la desigualdad y el alcohol!

Arribor escuchó atentamente las palabras de Kiroi. Se sorprendió un poco por los brindis tan extraños que proponía y que provocaban alguna que otra mirada de incomodidad entre los presentes. Pero un brindis era un brindis, alzó su copa y la vació de un trago. En ese momento cayó en la cuenta de algo evidente, algo evidente pero que se le había pasado hasta ese momento.

-Oh, entonces tú eres un Gyojin. Claro, eso explica todo. Yo creía que eras un humano extraño. - dijo Arribor con una cara que demostraba su sorpresa por su reciente descubrimiento - En fin que mas da, llena tu copa amigo Gyojin, tengo una bolsa llena de dinero que debemos gastar justo...

Su frase quedó interrumpida mientras señalaba a un asiento vacío al lado del suyo donde se suponía que debía estar su dinero. En su cara se reflejaba el gran asombro que sentía por haber perdido el dinero, otra vez, pero solo duró solo unos instantes. Luego se rehizo y antes de llenar de nuevo su copa dijo:

-Bien, no hay problema, podremos seguir bebiendo mientras toda esta gente no se de cuenta de que van a tener que pagar sus propias bebidas.

Por desgracia no se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta y siguió bebiendo y comiendo sin estar seguro de quien había podido escucharle.

Kiroi no pudo hacer otra cosa que reír a carcajadas con su compañero de juerga. Era todo un personaje. El tema del dinero suponía un aliciente a la diversión, y el hecho de que un par de personas le hubieran escuchado, otro más.

Estos hombres se levantaron y se acercaron a ellos con rostros furibundo al saber que debían pagar todo lo que habían bebido.

-Escucha, desgraciado... ¿Como es eso de que no hay dinero para pagar las bebidas?- El silencio se hizo en el bar y todo el mundo se puso tenso, esperando una respuesta.

Kiroi no podía dejar de reír y, para hacerlo más entretenido, esperó a ver cual era la reacción de su compañero. Fuera cual fuese, Kiroi tiraría unas cuantas monedas a los pies de uno de aquellos tipos para demostrarles que la juerga podía continuar, aunque no tenía intención real de pagar nada más que su bebida y, tal vez, la de Neus.

Arribor seguía comiendo y bebiendo despreocupado mientras que el bar se quedaba en silencio por las palabras  de uno de los varios hombres que se habían molestado por la falta de dinero. Lo único que se oía ahora era la risa de Kiroi, que resonaba por todo el lugar.

-Escucha, desgraciado... ¿Como es eso de que no hay dinero para pagar las bebidas?-

Arribor se giró con la botella en la mano y sin dejar de masticar y le contestó a la vez que le escupía en la cara por hablar con la boca llena. -Eh?, ¿cómo os habéis dado cuenta?, en fin ¿que más da?, estoy seguro de que sobrevivirás.

El hombre se irritó aún más, y mientras se limpiaba la cara echó la mano a la empuñadura de su espada. Arribor ignoró al hombre y dio la vuelta a su silla para volver a lo suyo, con la mala suerte de que se rompió una de las patas y le hizo caer de espaldas. Se dio un fuerte golpe contra el suelo y su botella junto con todo su contenido impactó contra la cabeza de aquel tipo y le hizo caer inconsciente. Luego se levantó, limpió un poco su ropa, cogió otra copa de la barra y bajó la extrañada y, en algunos casos, intimidatoria mirada de los presentes gritó - Kampai!!!!!.

Kiroi se cayó al suelo de la risa.

-Por los cielos, Neus... jajajaja... Eres desternillante. Si llego a saber que me iba a encontrar a un elemento como tu, me hubiera traído a unos amigos.- Aquello era una mentira como un piano, pues Kiroi no tenía a nadie a quien considerar amigo, pero sonaba bien.

El joven Gyojin brindó con su compañero de bebida otra vez, ignorando, al igual que el, la creciente hostilidad del ambiente. Si pasaba algo, estaría preparado, pues su gran masa hacía que necesitara toneladas de alcohol para que le hiciera efecto.

Kiroi y Arribor brindaron de nuevo ignorando las, cada vez menos disimuladas, muestras de enfado de mucha de la gente del bar.

-Por los cielos, Neus... jajajaja... Eres desternillante. Si llego a saber que me iba a encontrar a un elemento como tu, me hubiera traído a unos amigos. - dijo Kiroi entre carcajadas.

El Gyojin continuaba riéndose sin descanso al igual que él, debido al alcohol y a que tenía facilidad para que la risa de los demás se le contagiase aún sin saber el motivo. Mientras tanto algunos hombres, probablemente compañeros del que yacía inconsciente en el suelo, se acercaban a su espalda echando mano a las espadas que colgaban de sus cinturas y apuntándoles con varias armas de fuego. Uno de ellos golpeó con su espada la copa que Arribor sujetaba derramando su contenido sobre Kiroi y él.

Arribor se giró hacia él. Había dejado de reír pero su siniestra sonrisa delataba que pensaba que la fiesta se había puesto aún más interesante.

Kiroi estaba disfrutando como nunca de aquello... hasta que un imbécil derramó la bebida de su amigo Neus por encima de los dos. El Gyojin se giró hacia su compañero, que miraba a los hombres con un gesto que Kiroi conocía perfectamente.

-Por los mares, Neus, te han puesto perdido...- Se levantó con total serenidad y encaró a los hombres. Aunque su estatura era menor que la de la mayoría de ellos, su enorme complexión y anchura lo hacían realmente imponente. Miró al que había derramado la bebida de Neus con calma y sonrió.-Bueno, dado que nos estamos poniendo algo tensos, me veo obligado a sincerarme con vosotros. En realidad yo... odio a los humanos.- Tras pronunciar esas palabras, Kiroi descargó un puñetazo en el rostro de aquel hombre, derribándolo. Un segundo se acercó a el con el sable en alto, pero el Gyojin, haciendo gala de una flexibilidad inesperada en alguien de su complexión, apoyó su sandalia en el pecho del hombre y, activando la habilidad especial de su calzado, lo lanzó volando contra la pared opuesta de la sala.

La repentina seriedad de Kiroi le había tomado por sorpresa. era increíble la rapidez con la que pasaba de una intensa carcajada a una total serenidad. Aún así se le había adelantado. Arribor tenía pensado empezar la pelea, pero el Gyojin apalizó rápidamente a dos tipos con una velocidad impropia de alguien de su tamaño. En fin, que importaba quien fuera el primero.

Además había oído como su nuevo amigo afirmaba odiar a los humanos pero al fin y al cabo a él tampoco le caía demasiado bien la gente.

Aprovechando que Arribor estaba pensativo otro tipo se le abalanzó encima. Este paró el golpe y le asestó un puñetazo en el estómago dejándolo inclinado por le dolor. Luego, en el momento en que oyó el sonido de varias pistolas a su espalda, le golpeó en la nuca con el codo, se mordió el dedo índice y disparó una serie de pequeñas balas de sangre que impactaron en los tiradores.

Aún quedaban algunos pero aún así, viendo la facilidad con la que Kiroi y él se había desecho de varios de ellos, no creía que la lucha fuese a durar mucho. Sin embargo, una lucha era una lucha, y Arribor no pensaba dejarla pasar.

Pese a estar ocupado golpeando a otro hombre, Kiroi observó, por el rabillo del ojo, como Neus lanzaba su sangre como una bala. Aquella técnica era muy similar a su Yabusame, pero era imposible que un humano supiese Karate Gyojin, por lo que debía de tratarse de una fruta. De cualquier modo, el ataque había derribado a varios tiradores, lo que le dio a Kiroi el tiempo justo para interponerse entre Neus y las pistolas de sus enemigos mientras endurecía su cuerpo.

-¡Tekkai!

Las balas rebotaron contra su piel como si fueran corchos, pero los enemigos no dejaban de disparar y, mientras ejecutaba el Tekkai, Kiroi no podía moverse, así que le tocaba jugar al pirata.

-¡Neus, te toca!

-Ey, cuidado!!!! - gritó Arribor al ver como las balas impactaban en el cuerpo de Kiroi.

Al principio se había preocupado al ver como recibía disparo tras disparo pero lo que vio después le dejó pasmado. Las balas rebotaban en el cuerpo del Gyojin como si fuera de acero y caían aplastadas al suelo.

Sin embargo no se movía del sitio y Arribor no estaba seguro de cuanto aguantaría las balas. Volvió a la realidad y dejando a un lado su asombro agarró uno de los taburetes de la barra y se lanzó hacia los enemigos.

Llegó hasta donde estaban los tiradores rápidamente y se agachó para esquivar una espada que pasó rozando su cabello al tiempo que giraba sobre su propio eje y estampaba la silla en la cabeza de su enemigo. Sin perder un segundo extendió el índice donde se había herido y disparó varias balas de sangre que noquearon a los hombres que disparaban contra un inmóvil Kiroi.

En ese momento un par de tipos enormes, que medirían aproximadamente el doble que él, le salieron al paso. Arribor rodó para esquivar el ataque del primero y lanzó un par de proyectiles en su cuello al tiempo que, desde su punto ciego, el otro enemigo alzaba un enorme mazo que se disponía a descargar contra su cabeza.

En cuanto Neus derribó a los tiradores, Kiroi comenzó a moverse de nuevo y vio perfectamente como aquellos dos hombres atacaban al humano. Llegó en el momento exacto para detener el mazazo, directo al cráneo del humano, con sus antebrazos, recibiendo un buen golpe. Tras eso, el Gyojin agarró al hombre por el cuello y lo alzó como una pluma, haciendo gala de la impresionante fuerza de su raza. Giró sobre si mismo para coger impulso y lanzó al hombre contra un pequeño grupo que se había alejado un poco y sacaba sus pistolas. Los hombres cayeron derribados y el enorme chocó contra la esquina de un banco, desnucándose.

-¡Escuchadme, panda de insectos!- Comenzó el Gyojin con voz potente.- ¡Esto es muy divertido, pero me gustaría terminarme mi bebida antes de que la marina viniera a detener este pequeño juego! Así que, el próximo que haga una tontería, morirá.

De repente se hizo el silencio. Después de librarse de varios enemigos, Kiroi advirtió a todos los de la taberna que si alguien continuaba con la lucha él mismo se encargaría de matarlo y parece que la advertencia tuvo el efecto deseado. Los hombres enfundaron sus armas y la mayoría, ante el recordatorio de que la marina podía llegar en cualquier momento, salió rápidamente del lugar.

-Bueno, parece que ya hemos acabado. Ha sido entretenido jajajajaja. Nada como una buena pelea. - dijo Arribor cuando el bar quedó vació.

Entonces volvió a la barra pero en lugar de sentarse pasó al otro lado aprovechando que el camarero probablemente habría huido. Agarró una botella, llenó dos copas y le tendió una a Kiroi. - Brindemos antes de que yo también tenga que huir de la marina.

Kiroi sonrió ante la despreocupada actitud de Neus. Solo era un humano, pero no parecía mala gente y era extremadamente gracioso. Cogió la copa y brindó con el pirata

-¡Por los valientes y responsables hombres de la marina, que mantienen al populacho libre de escoria como nosotros!- Entonó con voz potente antes de beberse la copa de un trago.- Coincido contigo en que deberíamos marcharnos, no me gusta dar explicaciones, menos aún a la marina.- Dice mientras se dirige a la puerta con calma.

-¡Por los valientes y responsables hombres de la marina, que mantienen al populacho libre de escoria como nosotros! - dijo Kiroi mientras salía por la puerta - Coincido contigo en que deberíamos marcharnos, no me gusta dar explicaciones, menos aún a la marina.

-Salud!!! - contestó Arribor. Salió del bar después de Kiroi y echó a andar  tranquilamente. Antes de alejarse demasiado dijo, sin girarse y alzando el brazo en señal de despedida: -Hey Gyojin, procura no morir por ahí. El mundo es demasiado pequeño como para que no nos encontremos de nuevo. La próxima vez invitas tú. Jajajajaja.

Mientras perdía de vista a su compañero de bebida, alcanzó a ver un bulto oscuro entre unos trozos de madera apilados contra la pared de un callejón. Se acercó y la agarró, miró sorprendido su contenido y siguió su camino riéndose a carcajadas al haber encontrado por fin la bolsa con su dinero.

Kiroi escuchó sus palabras y sonrió. Aquellas palabras, aunque algo sentimentaloides para el gusto del Gyojin, no dejaban de ser ciertas. Pero Kiroi aún no había terminado de divertirse.

No paso mucho tiempo hasta que llegaron los hombres de la marina, que encañonaron al Gyojin, que estaba esperando apoyado en la pared. Uno de los hombres de la taberna, con un morado en la cara, estaba oculto tras la línea de marines. El hombre asintió con la cabeza y un marine se adelantó.

-Hemos venido a detenerte, Gyojin. Este hombre te ha identificado como el causante de la pelea en el bar. No te resistas o utilizaremos la fuerza.

El Gyojin se levantó y sonrió al marine.

-¡Soru! ¡Shigan!- Tras pasar a gran velocidad entre los marines y haber hundido su dedo en el cráneo de aquel hombre, el Gyojin miró a los asustados marines.- Escuchadme bien, ineptos. Trabajo para el gobierno mundial. ¿Os suena la Cipher Pol? Ese hombre era un espía revolucionario que pretendía sembrar el caos. Con marines como vosotros, el mundo no está seguro. A ver si espabiláis.

-Lo...lo lamento, señor.- Dijo el marine, algo intimidado.- No volverá a suceder.

-Bien.- Dijo el Gyojin fingiendo amabilidad y apoyó su mano en el hombro del marine.- El causante de esta revuelta es un pirata llamado Neus, Arribor Neus. Id con los ojos bien abiertos por si lo encontráis.

Sin decir nada más, Kiroi se fue hacia la costa para marcharse de la isla, esperando que aquellos marines entretuvieran a Neus hasta su próximo encuentro.