Si dice il peccato, non il peccatore. [ID/En proceso]

La perfección, dicen, sólo está en el firmamento.
Allí, los sueños brillan en cada estrella. Flotan deseos. Iluminan ilusiones.

Roxanne falleció en el momento en que un sombrero pirata se posó sobre su cabeza. A partir de ahí, la nueva Tigresa de Jade nació. Cuenta la leyenda que en Oriente, una mujer, muñeca de porcelana, de cabello rojo como la misma sangre, rizada como si las almas arrebatadas se hubieran quedado atrapadas en una danza de curvaturas extrañas y rígidas, sin movimiento a no ser que la bendición del aire meza su cascada, retaba constantemente a su propio destino.

Las voces hablan y vuelven a contar. Aquella extraña doncella, cuyos oídos terceros identificaban como Jade Thygra, era esbelta. De 1'70m de estatura, mintiendo 0'5m más por el tacón de sus características botas. Entonces, se rumorea que sí que hay una perfección. Una excepción. O eso cuentan los marinos u hombres, esclavos de Lujuria; Un cuerpo delgado, tonificado. Porque así era. Jade poseía un cuerpo envidiable. Su rostro, refinado y femenino, se adornaba por unos grandes y seductores ojos verdes esmeralda; tan intensos como la mismísima piedra de Jade; llenos a esas alturas de historias por contar. De miedos y vivencias. De decepciones y alegrías. Eran la mismísima marea. Pero allí no acababa su encanto, una risueña nariz, pequeña y algo puntiaguda, descansaba algo más arriba de su pequeña boca. Ésta, de labios carnosos y carmesí, despertaban deseo. ¿Inocencia? Podría ser. Pero los esquemas de esta mujer se romperían. Su cara bonita no era lo que le abría las puertas de cada lugar al que iba. No, había mucho más.

Al final de su cuello delgado descansaba una espalda ancha; sin haber exagerado, hombros redondeados y brazos largos y torneados; ocultando una fuerza bruta que dejaría boquiabierto a más de un ignorante juzgador. Pero aquellas extremidades no podrían terminar de mejor manera que con unas manos de pianista innata. De largos y delgados dedos; daba la impresión de ser frágil. Tan incorruptible... Hasta que llegaron sus senos, bien alzados y de golosa talla media, sus caderas femeninas y anchas, su ombligo divertido y anfitrión de visitas obscenas. Pero, cuando creían los oyentes de leyendas que ya no había más, quedaban sus glúteos firmes, tanto como la carne de sus también torneados muslos. Y sus largas piernas, y sus pequeños pies, y cada perfecta uña cuidada.

Entonces, díganme, a mi, que soy un pobre narrador. A mí, que soy quien cuenta leyendas que han llegado a mis oídos. Y que esa gente que me la contó haya oído lo mismo en el trabajo, yendo a comprar, o en la cama del amante. Díganme, ¿existe ahora sólo la perfección en el firmamento? Puede que no... Pero me temo que, a ésos intensos y candentes ojos de Jade, ella no sería la excepción.

Me pregunto como algo tan aterrador y angustioso puede despertar el énfasis en algunos hombres; porque la tersa y pálida piel de ésta pelirroja no es regular. No, no la llaman tigresa por nada más que sus ojos o el porte que lleva a cada golpe de tacón... No. En aquella espalda que podría haber sido un lienzo de besos, alguien se adelantó y la marcó de por vida. Como Cuentacuentos los he fallado... Pero creo que la verdad de lo que os voy a contar sólo la sabe la mismísima Pirata. Su espalda, marcada por horribles cicatrices que nacen desde sus costados hasta unos dos centímetros antes de su columna vertebral, recuerdan al pelaje de un tigre. Claramente puedo deciros las versiones que más se han oído; dicen que fue por la hoja de traidoras dagas. O de envidiosos latigazos. O pasionales arañazos de una mismísima bestia mítica.

Entonces, vuelvan a asegurarme algo. En el alma de esta mujer, ¿los sueños brillan en cada estrella, flotan sus deseos, iluminan sus ilusiones?

No es fácil describir a Thygra. Recuerden que no es una mujer normal y corriente. No; no es la típica mosquita muerta que si puede te apuñala. Tampoco es la Barbie que sólo sabe llevar la ropa ajustada y abrirse de piernas. Mucho menos una chica que finge ser algo que no es para auto-proteger un interior dulce. Para nada. Ella es mucho más compleja, rompiendo estereotipos; pueda aparentar lo que Dios quiera que aparente.

Quizá para entender la evolución de Jade, sus creencias y su idiosincrasia, deberíamos ser conscientes de su historia. De las vivencias que la rodearon desde que abrió los ojos por primera vez y del primer llanto que emitió. Eso, o imaginarnos a un tigre con orgullo en los ojos. Un tigre que mata para respirar. Una bestia que moriría por subsistir. Así sería ella. Pero, antes que nada, si debería describirla con una sola palabra; Independiente.
Muchos no podréis imaginaros la magnitud y fuerza de esta palabra. La independencia; ¿qué es, exactamente? ¿Qué conlleva? Mucho, eso es evidente. Jade es una mujer que se vale por si misma. Que puede estar sola; no necesita unos brazos que la rodeen para sentirse más segura. De corazón de hierro y alma de metal. Cree en ella como un cristiano creería en su señor pues, ha aprendido que el verdadero enemigo de uno mismo es su propia persona. Y de este mismo negro hay blanco, la única ayuda que realmente puede levantarte son tus piernas. Esto la lleva a ser desconfiada; pero es algo que va atado a la cautela.

Thygra ha sentido demasiadas veces el miedo. Tantas, que ahora podría irse de copas con él sin estremecerse. Ha sabido sonreírle con burla... Y es que aunque sea una esponja que absorbe sabiduría por allí donde pasa, gracias a que es una persona atenta, que se fija en los detalles y recuerda lo menos importante, sabe muy bien que lo que no te mata te hace más temible. Y así es como la describen; temible y letal. La vida le enseñó que una no puede ser compasiva. El paso del tiempo la ha esculpido con una soledad en la que se arropa. Difícil de penetrar. Difícil de querer. Es como la mismísima pieza del Tigre de Jade.

Parece alguien negativa, pero está llena de vida y de positivismo aunque no lo demuestre. Cada día en su mente podría cruzársele la frase "Tú puedes" mil veces. Una vez por cada gota de mar. Y no exagero. Afronta lo que se le cruza por delante. Sin embargo es mujer, ¿no? Tiene hormonas y eso le hace que de vez en cuando se descontrole. Que esté de mal humor... Pero le cuesta mucho gritar; lo ve una falta de respeto. ¡Sí! Esta pirata sabe lo que es respetar. Y quizá por eso la respetan. Por eso, y por todo lo que ella es, la quieren y la odian. La admiran y la intentan descoronar. Es de las típicas personas que o te pueden caer muy bien o, por todo un contrario, muy mal. ¿Será eso una desgracia? Quién sabe, pero a ella no le importa.

Consecuente y consciente con sus acciones. Responsable, pasional; pero no suele ser cariñosa. Muestra muy poco afecto con los demás y es que su único pudor es que la vean en su lado débil. Porque todas las personas tienen una debilidad... Padece de algún que otro de los Pecados Capitales como la Avaricia y la Gula.. Acercándose pero sin entrar en la Lujuria; "no hay tiempo para amar cuerpos ajenos, pero de vez en cuando brindarse placer no estaría mal". De carácter fuerte, de gran memoria y de fácil rencor. Energética y emprendedora.

A pesar de aparentar ser intocable, nadie lo es. Es alguien con secuelas. Con tristes historias que contar que pesan más que todas las bonitas que ha llegado a vivir y zanjar. Es alguien que ha sido Tocada y Hundida un millón de veces. Sabia por ello, sí... Irreemplazable, quizá. Difícil de olvidar; esto ya empieza a dudarlo. Es alguien que por desgracia, tiene mucha autoestima y se enorgullece de lo que ve, pero que no cree que nadie más lo piense. Así que siente ternura cuando alguien intenta demostrarle su afecto hacia su persona, pero no se quiere engañar. Todo lo que sube baja, y a suerte el tiempo se va llevando lo que un día la marea trajo.

Para rematar de hurgar en la personalidad de esta peculiar pelirroja; no creo que haya falta decir que es alguien competitiva. Es alguien que, aparte de enorgullecerse de si misma, de no dejarse pisotear por nadie... Las cosas a veces se le va de las manos. No es fácil hacer que pierda el control, y como la Templanza, sabrá elegir lo que es mejor. Pero quizá todo cambia si le rozan en el alma o si tocan a los que --aunque parezca mentira-- aprecia. ¡Entonces hará que el mar se encuentre en el cielo, y las estrellas en el mar! ¡Removerá todo! Y la ferocidad de su bestia interna, cada día más domada, se desatará.

Es alguien que disfruta de su soledad, pudiendo así reencontrarse todos los días consigo misma. Le gusta brindarse tiempo y, mientras sea ésto posible, lo que haga y lo demás le da bastante igual. Le gusta concentrarse y entretenerse con lo que sea; una de sus grandes aficiones es la Literatura, pudiendo así redactar y leer fluidamente y sin ningún tipo de problema. Además de eso, también le encantan las aventuras. Amante del Arte; sintiendo debilidad por el erotismo. Le gusta mezclarse entre bares y copas, enfrentarse a hombres y oler la sangre. Propia o ajena. Le gusta revolucionar y rebelarse ante lo que nno considere correcto, jamás porque sí.

Jade sólo es afectiva con los animales. Piensa que son uno de los pocos que pueden traicionar, y es que esta bien escarmentada. Adora sobretodo a las aves, teniendo a su disposición una Águila Real. Ama el vuelo de estos animales y los ve fuertes y libres. A veces hasta desearía ser como ellos; adora soñar. Por tanto, hay que reconocer que también le gusta descansar... Pero jamás estaría un día entero de pura vagancia. Le gusta producir. Le extasía dejar secuelas en los demás aunque esto revele seria crueldad.

Adora su tierra natal y, aunque no tenga con quien practicarlo, el idioma.

Los desagrados, aquello que desquicia a las personas. Ojalá no existieran. Con este mismo pensamiento, Jade quiso apartar lo negativo de su vida. Ignora simplemente lo que no le gusta; ya pueden ser las novelas de romanticismo por el mero hecho de que no puede llegar a entenderlas, o los ladridos de un perro. No soporta el ruido, así que cuando lo escucha, simplemente desconecta y se centra en sus cosas.

Algo que tampoco tolera sería la sopa de verduras. Incluso el pescado, a pesar de tener el alma en el mar, no le hace mucha gracia comer animales marinos.
En verdad, Jade tolera muy bien todo. Menos algunos aspectos del carácter de las personas. Lo que la supera serían las mentiras. Nada la desquicia más que una mentira. Se siente defraudada siempre que se da cuenta que la mienten. No se lleva bien con los fraudes, y menos con la desilusión. Además, le cuesta mucho confiar en las personas, y cuando confía y la traicionan... ya puede temblar el suelo.

Odia la hipocresía, la falsedad, el cinismo, la avaricia -aunque padezca de esta-, los extremos, la irresponsabilidad -ya que le preocupa que a la gente le pueda pasar algo- y, entre otras, las faltas de respeto.