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Turnos: Sohem-Liara-Sohem
Escenaro:Õkyū mazushī - Ruinas centrales.
GANADOR: LIARA
· Se vuelve dueña de: El Hundred Moon (Barco)
· + 20.000 XP
· + 5.000 B (El 50% de mi recompensa, al entregarme)
GANADOR: SOHEM
· Recibo 100.000.000 de Recompensa (según las normas) + 50% correspondiente de su recompensa actual (tiene 150.000.000 por lo tanto, recibiría 75.000.000)
· Usurpo su puesto como miembro del Ouka Shichibukai
· + 2.000 XP
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OFF: Con el permiso de la Administración, agilizaré el rol partiendo de la situación de encontrarnos frente a frente, Liara y un servidor, en vez de gastar ocho post hasta que nos encontremos en esta isla, que es bastante laberíntica.
OFF: Lo contado de Impel Down en el flashback, corresponde al Fic que prometí hacer explicando la huída de dicho lugar, así como la perdida de mi brazo y mi herida en la cara. Será un Fic en pasado, naturalmente.
Se avecinaba una gran tormenta. No hacía falta ser un navegante experimentado ni un experto en el clima para notar que esos densos nubarrones negros, cargados y gordos como la panza de un toro bravo, estaban a punto de reventar provocando un diluvio considerable. El aire era, como de costumbre, una bomba de humedad, y el sentido del oído se perdía entre los rugidos de las nubes furiosas por explotar en llanto, la fauna inquieta por dicha tormenta y el viento agitando la flora del lugar.
Podrían haber pasado, tranquilamente 4 largos meses desde la fuga de Impel Down, aunque no tenía conciencia exacta del tiempo transcurrido, excepto de los periódicos que leía de tanto en tanto en tascas, bares y demás antros suburbanos.
Sabía que hacía tan solo un mes, tenía a mi disposición el Hundred Moon, el barco de mi hermano, reconstruido y preparado para cumplir nuestros sueños. Barco que estaba atracado en la isla en la que me encontraba.
Teniendo esos datos como referente, podría asegurar que habían pasado dos o tres meses desde que salí de aquel infierno y encontré y obtuve el barco.
Dejé de mirar al cielo y centré mi vista en el suelo, polvoriento. Y suspiré.
Estaba en la cima del monte de la isla, en las ruinas de las construcciones maya, sentado en una columna derruida, con el codo apoyado en la rodilla izquierda y la mano "dejada caer", con la vista en el suelo. Cerrando los ojos llevé mi mano izquierda al muñón del brazo derecho y lo apreté entre mis dedos, frunciendo el ceño y abriendo los ojos. ~Ese cabrón de Norrington...~ pensaba para mis adentros, notando como la ira se apoderaba de mi. Recordaba como si fuera ayer ese despiste. La fuga fue casi perfecta, un año de planificación, ni un cabo suelto, pero ese hijo de puta sabía donde iría y ahí estaba.
El simple hecho de recordar como Lawrence Norrington, el Alcaide de Impel Down, frustró mi primer intento de fuga me parecía cómico. Su Haki del rey me dejó K.O. en el suelo en cuanto maté al guardia con las llaves. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que hice amigos en los trabajos del "caldero" y organizamos la fuga correctamente.
Fue ruin por mi parte, pero fue necesario. ~Murieron muchos...~ me repetía para mis adentros apretando el muñón de mi hombro con fuerza a la par que lo hacía con mis párpados, hasta que de pronto, dejé dicha presión, y una extraña y triste sonrisa se dibujó en mi cara. ~Pero yo estoy vivo... y libre~ me dije al final.
Me retrasé, a propósito. Convertido en polvo me escabullí por entre las grietas, hasta llegar a la cámara de objetos requisados. Cogí mi bolsa, en la que estaba Aeram hecha polvo, y mi sombrero. Nada más, no necesitaba ropa.
En ese pequeño fragmento de tiempo, Norrington había diezmado a más de cincuenta hombres realmente poderosos y a varios gigantes, estaba usando su power up de conversión en gigante, pero tras estudiar sus ataques en las historias de los reclusos, mi estrategia cobraba sentido. No era capaz de usar su Haki del Rey en esa forma, y solo podía usar su fruta con las manos, así que los gigantes que lo sujetaban de las muñecas estaban ganando mucho tiempo.
O eso creía.
Cuando conseguí avanzar lo suficiente, el Alcaide se quitó de encima dos gigantes con una finta y con la mano abierta, barrió literalmente a más de doscientos hombres que intentaban tirar abajo las puertas. Giró de nuevo y eliminó a un gigante, y el resto se echó hacia atrás, al oírlo rugir, incluso los suyos, viendo como este volvía a su forma original.
Intenté pasar a su lado, convertido en una nube de polvo, pero me interceptó con Haki Armadura...
La lucha fue una auténtica paliza. Esquivé todo lo que pude con mi haki, pero consiguió alcanzarme en el brazo, arrancándomelo. Consiguió usar mi propia espada para tajarme la cara, y solo pude huir.
Transformado en polvo de acero, me arremoliné contra él, lo corté levemente por el cuerpo, cogí mi espada y salí por la rendija de la puerta, sellada. Dejando a todo el mundo dentro.
Me levanté de la columna en la que estaba sentado, metiendo mi mano en el bolsillo y mirando al cielo, a las nubes, rugiendo, brillando. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir.
Miré hacia delante, y di un paso, pero me detuve al notar la presencia de la persona que había venido a buscar, con la que me había citado. Liara.
La pelirroja estaba frente a mi, no la veía, pero su presencia era esa sin duda. Estaría oculta en la sombra, pero estaba ahí. Así que me encogí de hombros y levanté un poco la mano y el brazo izquierdos, diciendo
~ Deja que te vea, mujer. Taiko me habló muy bien de ti y de lo que sabes hacer en la cama...~ a la par que sonreía.
Conocí a Taiko, hombre del mismo nombre que un tripulante que tuve una vez bajo mis órdenes, en un bar en una isla podrida y sucumbida por la mala juntera. Taiko era un borracho absoluto, y en seguida se puso a contar batallitas. En eso era idéntico a mi. Pero cuando mencionó a la Shichibukai, todos palidecieron. Mas vi en sus ojos, que se trataba de la verdad. Nos contó que una vez sintieron algo el uno por el otro, pero nada más, y yo podría usarlo a mi favor
~ Tu puesto no me interesa, pero tu cuerpo si. ¿Es cierto que lo tragas todo hasta el final?~ dije dando un paso hacia delante, mirando hacia donde la sentía con mi Haki Mantra
Podrían haber pasado, tranquilamente 4 largos meses desde la fuga de Impel Down, aunque no tenía conciencia exacta del tiempo transcurrido, excepto de los periódicos que leía de tanto en tanto en tascas, bares y demás antros suburbanos.
Sabía que hacía tan solo un mes, tenía a mi disposición el Hundred Moon, el barco de mi hermano, reconstruido y preparado para cumplir nuestros sueños. Barco que estaba atracado en la isla en la que me encontraba.
Teniendo esos datos como referente, podría asegurar que habían pasado dos o tres meses desde que salí de aquel infierno y encontré y obtuve el barco.
Dejé de mirar al cielo y centré mi vista en el suelo, polvoriento. Y suspiré.
Estaba en la cima del monte de la isla, en las ruinas de las construcciones maya, sentado en una columna derruida, con el codo apoyado en la rodilla izquierda y la mano "dejada caer", con la vista en el suelo. Cerrando los ojos llevé mi mano izquierda al muñón del brazo derecho y lo apreté entre mis dedos, frunciendo el ceño y abriendo los ojos. ~Ese cabrón de Norrington...~ pensaba para mis adentros, notando como la ira se apoderaba de mi. Recordaba como si fuera ayer ese despiste. La fuga fue casi perfecta, un año de planificación, ni un cabo suelto, pero ese hijo de puta sabía donde iría y ahí estaba.
El simple hecho de recordar como Lawrence Norrington, el Alcaide de Impel Down, frustró mi primer intento de fuga me parecía cómico. Su Haki del rey me dejó K.O. en el suelo en cuanto maté al guardia con las llaves. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que hice amigos en los trabajos del "caldero" y organizamos la fuga correctamente.
Fue ruin por mi parte, pero fue necesario. ~Murieron muchos...~ me repetía para mis adentros apretando el muñón de mi hombro con fuerza a la par que lo hacía con mis párpados, hasta que de pronto, dejé dicha presión, y una extraña y triste sonrisa se dibujó en mi cara. ~Pero yo estoy vivo... y libre~ me dije al final.
FLASHBACK
Cierto es que en el último intento de fuga, los engañé. Hice salir a los gigantes primero, seguidos de los más peligrosos, mientras yo liberaba a más. No por caridad ni piedad, si no para que Lawrence tuviera con que entretenerse. En seguida se encargaron de los guardias más cercanos, y cuatro o cinco más se encargaron de liberar más y más reos.Me retrasé, a propósito. Convertido en polvo me escabullí por entre las grietas, hasta llegar a la cámara de objetos requisados. Cogí mi bolsa, en la que estaba Aeram hecha polvo, y mi sombrero. Nada más, no necesitaba ropa.
En ese pequeño fragmento de tiempo, Norrington había diezmado a más de cincuenta hombres realmente poderosos y a varios gigantes, estaba usando su power up de conversión en gigante, pero tras estudiar sus ataques en las historias de los reclusos, mi estrategia cobraba sentido. No era capaz de usar su Haki del Rey en esa forma, y solo podía usar su fruta con las manos, así que los gigantes que lo sujetaban de las muñecas estaban ganando mucho tiempo.
O eso creía.
Cuando conseguí avanzar lo suficiente, el Alcaide se quitó de encima dos gigantes con una finta y con la mano abierta, barrió literalmente a más de doscientos hombres que intentaban tirar abajo las puertas. Giró de nuevo y eliminó a un gigante, y el resto se echó hacia atrás, al oírlo rugir, incluso los suyos, viendo como este volvía a su forma original.
Intenté pasar a su lado, convertido en una nube de polvo, pero me interceptó con Haki Armadura...
La lucha fue una auténtica paliza. Esquivé todo lo que pude con mi haki, pero consiguió alcanzarme en el brazo, arrancándomelo. Consiguió usar mi propia espada para tajarme la cara, y solo pude huir.
Transformado en polvo de acero, me arremoliné contra él, lo corté levemente por el cuerpo, cogí mi espada y salí por la rendija de la puerta, sellada. Dejando a todo el mundo dentro.
FIN DEL FLASHBACK
Me levanté de la columna en la que estaba sentado, metiendo mi mano en el bolsillo y mirando al cielo, a las nubes, rugiendo, brillando. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir.
Miré hacia delante, y di un paso, pero me detuve al notar la presencia de la persona que había venido a buscar, con la que me había citado. Liara.
La pelirroja estaba frente a mi, no la veía, pero su presencia era esa sin duda. Estaría oculta en la sombra, pero estaba ahí. Así que me encogí de hombros y levanté un poco la mano y el brazo izquierdos, diciendo
~ Deja que te vea, mujer. Taiko me habló muy bien de ti y de lo que sabes hacer en la cama...~ a la par que sonreía.
Conocí a Taiko, hombre del mismo nombre que un tripulante que tuve una vez bajo mis órdenes, en un bar en una isla podrida y sucumbida por la mala juntera. Taiko era un borracho absoluto, y en seguida se puso a contar batallitas. En eso era idéntico a mi. Pero cuando mencionó a la Shichibukai, todos palidecieron. Mas vi en sus ojos, que se trataba de la verdad. Nos contó que una vez sintieron algo el uno por el otro, pero nada más, y yo podría usarlo a mi favor
~ Tu puesto no me interesa, pero tu cuerpo si. ¿Es cierto que lo tragas todo hasta el final?~ dije dando un paso hacia delante, mirando hacia donde la sentía con mi Haki Mantra
OFF: Lo contado de Impel Down en el flashback, corresponde al Fic que prometí hacer explicando la huída de dicho lugar, así como la perdida de mi brazo y mi herida en la cara. Será un Fic en pasado, naturalmente.
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Había sido citada en lo más alto de una isla perdida del mar del sur, cuyo acceso había sido bastante complicado en un principio. Tuvo que rodearla hasta encontrar un método de ascenso hasta el lugar donde se daría el encuentro, pues la pared vertical parecía impracticable y menos con la tormenta que parecía estar a punto de avecinarse. Además su sentido del olfato que le otorgaba ser usuaria de una zoan se veía truncado y alterado por culpa de la enorme humedad que parecía ser constante en aquel lugar, dificultando todavía más encontrar la forma adecuada de subir. Sin embargo su oído todavía funcionaba entre los truenos constantes, así como su Haki Mantra que le indicaba que su anfitrión ya estaba esperándolo. Decidió no mostrar su Zoan a ojos curiosos, por lo que mantuvo su apariencia humana mientras caminaba por el borde de un canal que parecía ser la única forma segura de subir a aquel lugar.
Una vez llegó hasta la cima se coló por entre las ruinas, ocultándose entre las sombras que producían las nubes negras y manteniéndose al acecho como un felino que espera el momento de saltar a por su presa. Logró ver su figura en aquella semioscuridad pero ya sabía que estaba allí desde hacía un rato gracias al Mantra. Al parecer él también se había dado cuenta de su presencia, pues tras moverse ligeramente pareció darse cuenta de que había llegado. Las palabras que el hombre le dedicó como saludo le causaron muy mala impresión acerca de aquel hombre, pues Liara odiaba a los hombres que hacían esa clase de comentarios. Dio unos pasos para mostrarse de detrás de las ruinas y que así ambos pudieran observarse, dejando una distancia de unos cinco metros entre ambos.
La guinda del pastel vino cuando mencionó de forma tan lasciva el interés por su cuerpo, así como la pregunta que articuló. Sí, Liara podía tener una mente bastante "sucia", pero esa clase de comentarios de un desconocido que le había citado en aquel lugar no le agradaban en absoluto. De hecho, habían llegado a provocarla hasta el punto de no querer saber más acerca de su motivo para estar allí, por lo que rápida como el viento que le rodeaba se lanzó hacia adelante alzando una de sus dos katanas y ejecutó un corte horizontal a la altura de su pecho, con suficiente fuerza para dañarlo con seriedad en caso de que golpeara (AF). Tras esto se detuvo con su mente algo más calmada y la respiración ligeramente entrecortada.
Si no quieres perder el otro brazo o la cabeza, será mejor que te comportes con algo más de educación. ¿Me has citado solo para provocarme o vas a hacer algo más? preguntó con un tono de voz bastante serio y ofendido. Identifícate Le había sentado mal, no había duda, pero había sido capaz de controlarse para golpearle de forma no letal en lugar de apuntar a su cuello u atravesarle en un órgano vital. No toleraría ese "machismo" y degradación de la mujer por parte de un desconocido, aunque fuera de broma.
Una vez llegó hasta la cima se coló por entre las ruinas, ocultándose entre las sombras que producían las nubes negras y manteniéndose al acecho como un felino que espera el momento de saltar a por su presa. Logró ver su figura en aquella semioscuridad pero ya sabía que estaba allí desde hacía un rato gracias al Mantra. Al parecer él también se había dado cuenta de su presencia, pues tras moverse ligeramente pareció darse cuenta de que había llegado. Las palabras que el hombre le dedicó como saludo le causaron muy mala impresión acerca de aquel hombre, pues Liara odiaba a los hombres que hacían esa clase de comentarios. Dio unos pasos para mostrarse de detrás de las ruinas y que así ambos pudieran observarse, dejando una distancia de unos cinco metros entre ambos.
La guinda del pastel vino cuando mencionó de forma tan lasciva el interés por su cuerpo, así como la pregunta que articuló. Sí, Liara podía tener una mente bastante "sucia", pero esa clase de comentarios de un desconocido que le había citado en aquel lugar no le agradaban en absoluto. De hecho, habían llegado a provocarla hasta el punto de no querer saber más acerca de su motivo para estar allí, por lo que rápida como el viento que le rodeaba se lanzó hacia adelante alzando una de sus dos katanas y ejecutó un corte horizontal a la altura de su pecho, con suficiente fuerza para dañarlo con seriedad en caso de que golpeara (AF). Tras esto se detuvo con su mente algo más calmada y la respiración ligeramente entrecortada.
Si no quieres perder el otro brazo o la cabeza, será mejor que te comportes con algo más de educación. ¿Me has citado solo para provocarme o vas a hacer algo más? preguntó con un tono de voz bastante serio y ofendido. Identifícate Le había sentado mal, no había duda, pero había sido capaz de controlarse para golpearle de forma no letal en lugar de apuntar a su cuello u atravesarle en un órgano vital. No toleraría ese "machismo" y degradación de la mujer por parte de un desconocido, aunque fuera de broma.
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Como si de la nada se tratase, se plantó frente a mi. Pelirroja, altiva, sensual... Era exactamente igual que Yoko.
Por un momento mi rostro perdió la expresión irónica y sarcástica, pero me recompuse rápido. Sabía que no era ella, Yoko había desaparecido de la faz de la tierra, es más, nos había traicionado a todos y había matado a varios nakama... Ella provocó la destrucción de los piratas de Barbarubia.
Mis pensamientos se nublaban. Tenía claro a que había venido, era mi objetivo, derrotar a Liara, la Shichibukai, y llevar su cuerpo a las autoridades para exigir el trapaso de su título a mi persona. Sabía que era atractiva y pelirroja, pero jamás me imaginé que se pareciera tantísimo a ella. Por un momento pensé, que Yoko había cambiado de identidad y que esto era el destino, pero no... y de ser así, mi juramento como segundo al mando de la tripulación de mi hermano me hacía cobrarme su vida... Como traidora a la "familia", era mi deber. Bajé la mirada al suelo a la par que relajaba los hombros y apretaba mi puño. Yo era una persona fría... si había hecho lo de Impel Down, podría hacer esto una y mil veces. Tan solo era una mujer parecida a Yoko, nada más.
La mujer debió notar mi bajada de defensas, y en cuanto bajé la mirada al suelo saltó hacia mí, con la espada en alto con intenciones poco honestas. Bien pude haberla esquivado con ayuda de mi mantra, pero al alzar la mirada y verla, mi mente me volvió a jugar una mala pasada y vi de nuevo a mi amada, produciendo que me quedara inmóvil.
Acto seguido, me atravesó con su espada a la altura del pecho de forma horizontal, y se quedó a mi lado paralizada, diciendo que la próxima vez que la hablara así perdería el otro brazo o la cabeza.
La miré, mientras el corte del pecho se recomponía mota de polvo tras mota de polvo. Por suerte no me había atacado usando el Haki Armadura. Mi estupidez pudo haberme costado la vida. Cerré los ojos y traté de no pensar.
~Hokori Hokori No...~ dije en tono bajo, con los párpados apretados y extendiendo un poco el brazo ~Storm...~ Finalicé serio y casi apagando mis palabras. Acto seguido exploté en una nube de polvo y me arremoliné contra mi inmovil contrincante. La sentía gracias al mantra, pero hacía todo lo posible por no verla. Me arremoliné con furia, al son de los truenos y el vendaval, girando entorno a ella, acariciando con mi forma etérea todas y cada una de sus facciones... su suave rostro, sus caderas, sus pechos, sus piernas, su pelo. En esa forma advertí que no era Yoko. No era mi chica. Conocía cada centímetro de su cuerpo y esta mujer, aunque bien dotada y muy parecida no era ella.
Materialicé mi mano con intenciones de agarrarla por el cuello mientras pequeñas fracciones de polvo se arremolinaban contra sus fosas nasales, lo suficientemente grande como para hacer un tapón en el interior del tabique.
Así mismo, me materialicé de cuerpo presente e intenté llevarme su cara hacia la mía, para besarla, mientras susurraba ~Sweet Death~ a un tono casi imperceptible excepto para ella y para mi.
Las intenciones con dicho movimiento no eran otras que acercarla con mi mano, apresando su cuello, obstruir sus vías respiratorias nasales con mi polvo y besarla, para asfixiarla.
No podría atacar de otra forma y manera a una persona tan parecida a Yoko.
Por un momento mi rostro perdió la expresión irónica y sarcástica, pero me recompuse rápido. Sabía que no era ella, Yoko había desaparecido de la faz de la tierra, es más, nos había traicionado a todos y había matado a varios nakama... Ella provocó la destrucción de los piratas de Barbarubia.
Mis pensamientos se nublaban. Tenía claro a que había venido, era mi objetivo, derrotar a Liara, la Shichibukai, y llevar su cuerpo a las autoridades para exigir el trapaso de su título a mi persona. Sabía que era atractiva y pelirroja, pero jamás me imaginé que se pareciera tantísimo a ella. Por un momento pensé, que Yoko había cambiado de identidad y que esto era el destino, pero no... y de ser así, mi juramento como segundo al mando de la tripulación de mi hermano me hacía cobrarme su vida... Como traidora a la "familia", era mi deber. Bajé la mirada al suelo a la par que relajaba los hombros y apretaba mi puño. Yo era una persona fría... si había hecho lo de Impel Down, podría hacer esto una y mil veces. Tan solo era una mujer parecida a Yoko, nada más.
La mujer debió notar mi bajada de defensas, y en cuanto bajé la mirada al suelo saltó hacia mí, con la espada en alto con intenciones poco honestas. Bien pude haberla esquivado con ayuda de mi mantra, pero al alzar la mirada y verla, mi mente me volvió a jugar una mala pasada y vi de nuevo a mi amada, produciendo que me quedara inmóvil.
Acto seguido, me atravesó con su espada a la altura del pecho de forma horizontal, y se quedó a mi lado paralizada, diciendo que la próxima vez que la hablara así perdería el otro brazo o la cabeza.
La miré, mientras el corte del pecho se recomponía mota de polvo tras mota de polvo. Por suerte no me había atacado usando el Haki Armadura. Mi estupidez pudo haberme costado la vida. Cerré los ojos y traté de no pensar.
~Hokori Hokori No...~ dije en tono bajo, con los párpados apretados y extendiendo un poco el brazo ~Storm...~ Finalicé serio y casi apagando mis palabras. Acto seguido exploté en una nube de polvo y me arremoliné contra mi inmovil contrincante. La sentía gracias al mantra, pero hacía todo lo posible por no verla. Me arremoliné con furia, al son de los truenos y el vendaval, girando entorno a ella, acariciando con mi forma etérea todas y cada una de sus facciones... su suave rostro, sus caderas, sus pechos, sus piernas, su pelo. En esa forma advertí que no era Yoko. No era mi chica. Conocía cada centímetro de su cuerpo y esta mujer, aunque bien dotada y muy parecida no era ella.
Materialicé mi mano con intenciones de agarrarla por el cuello mientras pequeñas fracciones de polvo se arremolinaban contra sus fosas nasales, lo suficientemente grande como para hacer un tapón en el interior del tabique.
Así mismo, me materialicé de cuerpo presente e intenté llevarme su cara hacia la mía, para besarla, mientras susurraba ~Sweet Death~ a un tono casi imperceptible excepto para ella y para mi.
[AF]
Las intenciones con dicho movimiento no eran otras que acercarla con mi mano, apresando su cuello, obstruir sus vías respiratorias nasales con mi polvo y besarla, para asfixiarla.
No podría atacar de otra forma y manera a una persona tan parecida a Yoko.
- OFF::
- Es decir, el ataque costa de lo siguiente
- Hokori Hokori No - Storm: El principo del combo. Me materializa totalmente en una nube de polvo, y me arremolina sobre ella
- Materializar mi mano para atrapar su cuello: Ataque inesperado y con poca o nula visibilidad.
- Introducir polvo en sus vías respiratorias: Contando con la nube de polvo girando entorno a ella, se desvía una cantidad hacia sus orificios nasales.
- Hokori Hokori No - Sweet Death: El final del combo. Besa a la victima para impedir que tome aire por la boca.
Esas son las intenciones del combo. Dado que estabas parada a mi lado, decidí usarlo a mi favor para envolverte en una nube de polvo que dificulta tu vista, y que es mi presencia por completo, es decir, no podrías diferenciar si materializo una mano, un pie o la nariz en medio de la nube con el Mantra. Me notas a mi y listo.
Suerte y gracias por el reto. - Hokori Hokori No - Storm: El principo del combo. Me materializa totalmente en una nube de polvo, y me arremolina sobre ella
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Aquel hombre comenzó aquella batalla susurrando estañas palabras que Liara no conseguía entender. El muchacho se arremolinó en una gran nube de polvo mostrando su poder: logia de polvo. Mierda. Pensó mientras se mantenía alerta en todo momento.
Sentía su presencia, pero no lograba diferenciar entre sus partes corporales, algo que a Liara la frustraba bastante. De pronto pudo ver una mano materializarse entre esa gran nube de polvo que había a su alrededor, y que consiguió agarrarla, pronunciando unas palabras que ella se negaba a aceptar.
La joven impuso resistencia y consiguió escapar de su mano pero con la consecuencia de un gran dolor de cuello por la fuerza con la que la retenía y mucha arena en sus orificios dificultando su respiración.
Liara se transformó en su forma híbrida de Smilodon y sacó ambas espadas de sus respectivas fundas. Ella sabía que el combate estaba perdido y que este día podría ser el último, pero no dudará en luchar hasta el final. No se dejará ganar por alguien como él, sino que luchará hasta el último segundo de su vida.
La tormenta aumentaba y Liara consiguió salir de la nube de polvo. Con algo de suerte, la tormenta seguiría aumentando y el joven de arena pasaría a ser el joven de barro. No sabía muy bien que hacer ya que mientras esté en su forma logia, no podrá hacer nada sin el haki armadura así que siguió con el haki mantra y sus sentidos felinos activos para esperar cualquier otro ataque que pueda venir después.
Sentía su presencia, pero no lograba diferenciar entre sus partes corporales, algo que a Liara la frustraba bastante. De pronto pudo ver una mano materializarse entre esa gran nube de polvo que había a su alrededor, y que consiguió agarrarla, pronunciando unas palabras que ella se negaba a aceptar.
La joven impuso resistencia y consiguió escapar de su mano pero con la consecuencia de un gran dolor de cuello por la fuerza con la que la retenía y mucha arena en sus orificios dificultando su respiración.
Liara se transformó en su forma híbrida de Smilodon y sacó ambas espadas de sus respectivas fundas. Ella sabía que el combate estaba perdido y que este día podría ser el último, pero no dudará en luchar hasta el final. No se dejará ganar por alguien como él, sino que luchará hasta el último segundo de su vida.
La tormenta aumentaba y Liara consiguió salir de la nube de polvo. Con algo de suerte, la tormenta seguiría aumentando y el joven de arena pasaría a ser el joven de barro. No sabía muy bien que hacer ya que mientras esté en su forma logia, no podrá hacer nada sin el haki armadura así que siguió con el haki mantra y sus sentidos felinos activos para esperar cualquier otro ataque que pueda venir después.
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De una forma impresionante la muchacha se separó de mi y se echó para atrás, cambiando de aspecto de forma casi instantánea y desenvainando dos espadas.
Estaba claro por su primer ataque y por su huída ahora, que no poseía el Haki de la Armadura, pues si no, podría haberme machacado en ese instante, y también quedaba bastante claro que era usuaria de una fruta tipo Zoan, aunque no podría determinar cual.
Me materialicé frente a ella, asombrado por que no quiso atacarme, si no que se quedó frente a mi respirando por la boca y sin dejar de mirarla, extendí la mano hacia ella y apreté el puño ~ Hokori Kotetsu ~ dije en un tono solemne. Dichas estas palabas, abrí de nuevo la mano extendiendo los dedos hacia ella ~ Inner Tear ~ añadí a la par que cesaba mi movimiento.
La muchacha había absorbido el polvo que introduje en su sistema respiratorio. Mi polvo. Mi control.
Haciendo uso de mis habilidades adquiridas con el tiempo, transformé ese polvo en polvo de acero, y lo introduje más aun por su traquea.
Dicho polvo, giraba a una velocidad considerable y provocaba el mismo efecto que un baile de cuchillos.
Las intenciones con ese golpe fueron claras. El polvo de acero dentro de su organismo avanzaría por su traquea hasta sus pulmones desgarrando los tejidos y perforando el órgano clave de la respiración, provocando que muriera de asfixia o por un encharcamiento en los pulmones. Lo que sucediera antes. De cualquier caso tendría pocos segundos y dudo que pudiera combatir una amenaza interna como esa.
Mirándola de forma fría y seria, materialicé mi espada sin su vaina y me quedé esperando a que cayera al suelo.
Estaba claro por su primer ataque y por su huída ahora, que no poseía el Haki de la Armadura, pues si no, podría haberme machacado en ese instante, y también quedaba bastante claro que era usuaria de una fruta tipo Zoan, aunque no podría determinar cual.
Me materialicé frente a ella, asombrado por que no quiso atacarme, si no que se quedó frente a mi respirando por la boca y sin dejar de mirarla, extendí la mano hacia ella y apreté el puño ~ Hokori Kotetsu ~ dije en un tono solemne. Dichas estas palabas, abrí de nuevo la mano extendiendo los dedos hacia ella ~ Inner Tear ~ añadí a la par que cesaba mi movimiento.
La muchacha había absorbido el polvo que introduje en su sistema respiratorio. Mi polvo. Mi control.
Haciendo uso de mis habilidades adquiridas con el tiempo, transformé ese polvo en polvo de acero, y lo introduje más aun por su traquea.
Dicho polvo, giraba a una velocidad considerable y provocaba el mismo efecto que un baile de cuchillos.
[AB]
Las intenciones con ese golpe fueron claras. El polvo de acero dentro de su organismo avanzaría por su traquea hasta sus pulmones desgarrando los tejidos y perforando el órgano clave de la respiración, provocando que muriera de asfixia o por un encharcamiento en los pulmones. Lo que sucediera antes. De cualquier caso tendría pocos segundos y dudo que pudiera combatir una amenaza interna como esa.
Mirándola de forma fría y seria, materialicé mi espada sin su vaina y me quedé esperando a que cayera al suelo.
- OFF::
- No consigo comprender como eres capaz de ver dentro de una tormenta de polvo, como para esquivar mi mano que se materializaba en tu cuello, pero obviaré eso.
Lo que me molesta del post, es que has deducido en un solo movimiento que fruta tengo. Y eso solo está al alcance de los Arqueólogos más experimentados, que dado el nivel de este NPC no alcanza a serlo.
Independientemente de eso y aunque considero que no había forma posible de esquivar mi primer ataque, para este personaje, me complace que dure algún post más.
Como bien has dicho, el polvo seguía en tu nariz, lo has respirado y estaba ahí. Mi polvo de acero es un power up que me permite transformarme a mi o al polvo que uso en acero, el cual manejo girandolo y provocando cortes, pequeños pero profundos.
El tejido de un pulmón es fino y el polvo comienza a cortar desde la traquea, lo cual ejerce que la sangre brote y salga hacia el pulmón, y por si fuera poco, al perforar el tejido del pulmón este pierde el aire y se encharca de sangre, lo cual hace que tu sistema respiratorio se inunde y es exactamente lo mismo que ahogarse, por ejemplo, en el mar.
Espero una revisión de un Mod o Admin y una reacción por tu parte por supuesto.
Gracias por el combate Iku :)
Simo
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GANADOR SOHEM, FELICIDADES ¡YA EREES SHICHI! :D
Premios por ganar:
- Recibes 100.000.000 de Recompensa (según las normas) + 50% correspondiente de su recompensa actual (tiene 150.000.000 por lo tanto, recibiría 75.000.000)
- Usurpo su puesto como miembro del Ouka Shichibukai
- + 2.000 XP
Premio de consolación a la perdedora:
- Pero... Si es NPC ._. En otras palabras, nada.
Te espero en el próximo reto ^^
- importante que se lea antes de cerrar el tema o darlo por concluido:
- Sohem me ha pedido que no se cierre el tema hasta que pueda responder para hacer un post final y que sea más coherente su ascenso a Shici. Lo hará mañana a más tardar.
Sohem
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Lamento postear, pero tan solo me han concedido el título de Shichibukai, pero no he recibido ni la XP correspondiente ni se ha aumentado mi Wanted (y realicé la petición)
Seguro que solo se os ha pasado por alto, pero me gustaría aclararlo.
Muchas gracias ;)
Seguro que solo se os ha pasado por alto, pero me gustaría aclararlo.
Muchas gracias ;)
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Hoja de personaje actualizada.
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