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(Privado Dexter Black) [Pasado] ¿Así que así son los piratas? Empty (Privado Dexter Black) [Pasado] ¿Así que así son los piratas? {Dom 22 Jun 2014 - 21:03}

Amanecía un día como cualquier otro en aquella isla, la Isla del Alfa y el Omega; Logue Town. La ciudad tenía su importancia relativa puesto que allí nació y murió el Rey de los Piratas. Pero aquello eran cuentos de viejas y yo estaba orgulloso de que un maleante, el Rey de los maleantes cayera en aquella ciudad.
Los días transcurrían sin cesar, uno detrás de otro y nada más amanecer, yo debía ponerme en pie para vigilar las calles. Realmente nadie me había encomendado hacer aquello pero como no tenía nada mejor que hacer con mi vida y puesto a que no me hacían comparecer en las oficinas para llevar a cabo misiones, impartía la justicia del gobierno con pequeños maleantes con los que podía físicamente.

Aquella mañana hice lo de siempre; me levanté, desayuné un par de tostadas a las cuales ya le iba pillando el tranquilo de cómo hacerlas, me puse el traje que estaba recién lavado y de un salto me presenté en medio de una callejuela que daba a parar en una calle secundaria de la ciudad, las puertas son de cobardes. Mientras caminaba con paso firme y decidido hacia el mercado advertí la presencia de un viejo malhechor; era un tipo al cual ya le había dado alguna que otra torta pero se resistía a abandonar la ratería y seguía cometiendo pequeños hurtos; se merecía un rapapolvo.
Comencé a andar cada vez más cerca de él hasta que estuve lo suficientemente próximo como para agarrarle un brazo y sonreírle. No me pude dar cuenta del enorme error que había cometido. Al parecer había caído de lleno en una trampa. Aquel tipo ya me tenía fichado y junto a unos maleantes más, había organizado una trampa orquestada con pos de defenestrarme, al menos eso pensé yo al ver como 5 tipos, harto conocidos por mí ya que todos eran viejos ladronzuelos y gente mala vida.
En cuestión de segundos  me vi rodeado por cinco tipos armados hasta los dientes. El primero llevaba dos katanas, una por mano y una cinta roja en su calva cabezota. El segundo era un tipo corpulento armado con una enorme bola de demolición atada a una pesada cadena, ¿Estamos locos?. El tercer tipo que allí se encontraba era aquel al cual había visto primero y al que había agarrado un brazo. El muy cobarde llevaba dagas hasta en los dientes y no dejaba de reírse. El cuarto y el quinto eran un par de gemelos los cuales atacaban igual y lo que era peor, al mismo tiempo pero poseían tan sólo una katana cada uno; cuatro brazos y dos katanas, cosa peligrosa.
Estaba completamente acorralado así que lo mejor que podía hacer era enfrentarme al problema de frente, no tenía tiempo que perder y la ventaja numérica a veces era insalvable.
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