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Akuma no mi
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Hace no más de dos días que había llegado con la banda de Sons of Anarchy a esta isla desértica y el camino hacía esta ciudad no fue para nada fácil. Para llegar a esta ciudad tuve que atravesar gran parte del desierto al llegar desde el sur de la isla, además del desierto que ya es mucho, solo llevaba conmigo una cantimplora de agua y por suerte encontré a medio camino, casi sediento, la ciudad de Yuma, en la cual pude rellenar mi botella. Mi cuerpo no resistía las altas temperaturas muy bien, pues me había criado en una isla completamente nevada y gélida, cosa completamente contraria a este clima, un clima caluroso, seco e insoportable. En ese primer día de viaje hacía la civilización me había bebido toda la cantimplora, pues eliminaba demasiada agua por el sudor, parecía un río. La noche de ese día decidí pasarla haciendo una pequeña fogata en el desierto, donde conseguí después de varios fatídicos intentos, cazar un par de escorpiones. Después de desprenderos de sus venenosas colas los cociné rápidamente como bien recordaba y los convertí en un revitalizaste plato.
Tras comerme esta pequeña y única cena me dormí para proseguir mi viaje hacía alguna especie de civilización al día siguiente. Una vez levantado por la mañana y con un increíble dolor de espalda por dormir sobre las duras dunas de arena, proseguí mi camino en busca de personas. El sol seguía brillando y cociendo todo a su paso, eso era un infierno y no me gustaba nada. Caminando y caminando, siempre mirando para ver si el sol seguía en la misma posición, pues era mi único punto de referencia al no haber más que arena y más arena. De vez en cuando veía pequeños lagos y al acercarme a estos, desaparecían, sin duda alguna, estaba experimentando ilusiones. Tras caminar y caminar, por fin encontré lo que buscaba, de lejos se veía una gigantesca ciudad y esperaba que esta no fuera una ilusión también.
Tras vislumbrar la posición de la ciudad, corrí en mi forma guepardo hasta las proximidades, donde cambié a mi forma humana para que nadie de la ciudad me viera y se escandalizase, no necesitaba problemas nada más encontrarme con la civilización. Dado esto, vi una gran fuente en el centro de esta ciudad y me apresuré a darme un chapuzón, la verdad es que poco me importaba la mirada de las personas, estaba sediento. No tardé mucho en salir de ese agua, pues llevaba demasiadas sustancias y no era de lo más placentero, pero me había refrescado y eso era lo que me importaba en ese momento. Pocos minutos después me decidí en visitar una pequeña taberna que me había llamado la atención por su colorido cartel rosa que decía "Okaberna" y entré por la puerta principal en busca de comida, pues estaba hambriento.
El tabernero, vestido de forma extraña vino a servirme y le pedí una jarra de agua, a lo que se río y me la trajo seguidamente. Tras beberme la jarra de agua de un trago pedí un plato de frutos secos y un buen sake, a eso que me quedé comiendo frutos secos mientras bebía sake y en espera de que algo interesante sucediese. Esa taberna era de lo más extraño sin duda, las personas de dentro parecían tías, pero se veían claramente que eran tíos. No entendía lo que a esas personas les pasaba por la cabeza pero eso era normal en Grand Line, la gente esta cada vez más loca en este mar.
Tras comerme esta pequeña y única cena me dormí para proseguir mi viaje hacía alguna especie de civilización al día siguiente. Una vez levantado por la mañana y con un increíble dolor de espalda por dormir sobre las duras dunas de arena, proseguí mi camino en busca de personas. El sol seguía brillando y cociendo todo a su paso, eso era un infierno y no me gustaba nada. Caminando y caminando, siempre mirando para ver si el sol seguía en la misma posición, pues era mi único punto de referencia al no haber más que arena y más arena. De vez en cuando veía pequeños lagos y al acercarme a estos, desaparecían, sin duda alguna, estaba experimentando ilusiones. Tras caminar y caminar, por fin encontré lo que buscaba, de lejos se veía una gigantesca ciudad y esperaba que esta no fuera una ilusión también.
Tras vislumbrar la posición de la ciudad, corrí en mi forma guepardo hasta las proximidades, donde cambié a mi forma humana para que nadie de la ciudad me viera y se escandalizase, no necesitaba problemas nada más encontrarme con la civilización. Dado esto, vi una gran fuente en el centro de esta ciudad y me apresuré a darme un chapuzón, la verdad es que poco me importaba la mirada de las personas, estaba sediento. No tardé mucho en salir de ese agua, pues llevaba demasiadas sustancias y no era de lo más placentero, pero me había refrescado y eso era lo que me importaba en ese momento. Pocos minutos después me decidí en visitar una pequeña taberna que me había llamado la atención por su colorido cartel rosa que decía "Okaberna" y entré por la puerta principal en busca de comida, pues estaba hambriento.
El tabernero, vestido de forma extraña vino a servirme y le pedí una jarra de agua, a lo que se río y me la trajo seguidamente. Tras beberme la jarra de agua de un trago pedí un plato de frutos secos y un buen sake, a eso que me quedé comiendo frutos secos mientras bebía sake y en espera de que algo interesante sucediese. Esa taberna era de lo más extraño sin duda, las personas de dentro parecían tías, pero se veían claramente que eran tíos. No entendía lo que a esas personas les pasaba por la cabeza pero eso era normal en Grand Line, la gente esta cada vez más loca en este mar.
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Me encontraba en Arabasta. Una isla conocida de siempre por su calor, montones de desiertos, escasas ciudades entre ellos, grandes mercados…
También era históricamente conocida por la guerra civil, que ocurrió hace 200 años o por ahí, una fecha que digo a ojo, pues la historia no es lo mío. A quién sí que se le daba bien la historia, era a nico robin la nakama que encontraron y reclutaron en su día, en esta misma isla la banda de los sombrero de paja, a la cual pertenecía Monkey. D Luffy, el último rey de los piratas.
Bueno y volviendo al presente, me encontraba paseando, por el mercado de Rainbase, una isla conocida, sobretodo y desafortunadamente, porque allí fue, en un casino, donde el shichibukai cocodrilo, hilaba el tejido de la guerra civil que azotó a toda esta isla.
Yo me encontraba paseando, por el mercado, viendo los numerosos puestos de pescado, carne, telas, perfumes…cualquier cosa que pudieras imaginar estaba allí, olía todos, los que se podían oler, los olores de aquellas cosas y disfrutaba de las vistas, de las bellas mujeres que por allí caminaban. Aunque, no todo podía ser perfecto, también disfrutaba del calor excesivo de la isla, aunque ¿Qué esperaba de una ciudad que está en una isla llena de desiertos?. Por esta razón, esta vez no voy ataviado con mi ropa de cuero, sino con un traje de lino blanco, una camisa verde, unos zapatos blancos y mis gafas de sol. En cuanto a armas, si que voy tan armado como siempre, mis pistolas en mi pistolera y mi arrow of destruction en el brazo. Ya acababa con el mercado, a lo lejos podía verse una gran pirámide coronada por la cabeza de una extraña especie de cocodrilo originario de esta isla. No sé porque seguía en pie, un edificio que traía tan malos recuerdos a las gentes de esta isla. Seguí caminando hacía el casino, y en la puerta vi a un hombre:
- ¿Cómo puede seguir en pie un edificio que solo trae a la mente los recuerdos de una guerra?
También era históricamente conocida por la guerra civil, que ocurrió hace 200 años o por ahí, una fecha que digo a ojo, pues la historia no es lo mío. A quién sí que se le daba bien la historia, era a nico robin la nakama que encontraron y reclutaron en su día, en esta misma isla la banda de los sombrero de paja, a la cual pertenecía Monkey. D Luffy, el último rey de los piratas.
Bueno y volviendo al presente, me encontraba paseando, por el mercado de Rainbase, una isla conocida, sobretodo y desafortunadamente, porque allí fue, en un casino, donde el shichibukai cocodrilo, hilaba el tejido de la guerra civil que azotó a toda esta isla.
Yo me encontraba paseando, por el mercado, viendo los numerosos puestos de pescado, carne, telas, perfumes…cualquier cosa que pudieras imaginar estaba allí, olía todos, los que se podían oler, los olores de aquellas cosas y disfrutaba de las vistas, de las bellas mujeres que por allí caminaban. Aunque, no todo podía ser perfecto, también disfrutaba del calor excesivo de la isla, aunque ¿Qué esperaba de una ciudad que está en una isla llena de desiertos?. Por esta razón, esta vez no voy ataviado con mi ropa de cuero, sino con un traje de lino blanco, una camisa verde, unos zapatos blancos y mis gafas de sol. En cuanto a armas, si que voy tan armado como siempre, mis pistolas en mi pistolera y mi arrow of destruction en el brazo. Ya acababa con el mercado, a lo lejos podía verse una gran pirámide coronada por la cabeza de una extraña especie de cocodrilo originario de esta isla. No sé porque seguía en pie, un edificio que traía tan malos recuerdos a las gentes de esta isla. Seguí caminando hacía el casino, y en la puerta vi a un hombre:
- ¿Cómo puede seguir en pie un edificio que solo trae a la mente los recuerdos de una guerra?
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Dentro de la taberna todos los tipo ahí presentes empezaban a cortejar conmigo. Entre que me invitaban a beber y me empezaban a tocar, no había manera de estar bien ahí dentro y no resistía más, dicho esto le tiré unas monedas al tabernero y salí por patas de esa Taberna tan extraña. Tenía la impresión de que esos tipos de dentro me querían robar y por eso había salido de ahí. Una vez fuera de la taberna casi me desmayé por el cambio de temperaturas, pues dentro hacía bastante fresco y fuera mucho calor. Me moví como un borracho de izquierda a derecha hasta conseguir volver en mi y mantenerme en pie sin caer. Pues no estaba borracho, solo que el cambio de temperatura me puso nervioso. Fuera de la Okaberna y delante de mis ojos, tenía un edificio gigantesco, tenía forma de pirámide y se encontraba coronado por la cabeza de un cocodrilo. Sin duda alguna parecía ser uno de esos lujosos casinos de los que hablaban por todo el Grand Line, sin duda uno de los más lujosos, todos los ricos venían aquí a malgastar su dinero o jugárselo para sacar algún tipo de beneficio. El Casino era un lugar para hacer negocios y aparte de eso servía para divertirse, claro, siempre que tuvieras algo de dinero y yo no tenía más que 200 berries, cosa que no iba a malgastar ahí dentro, pues estaba interesado en la comida de esta exquisita ciudad.
Mientras miraba por los alrededores del casino, observé una persona en la salida de este y un joven que se le había acercado a hablar, la persona que ahí se encontraba desde antes denotaba un aspecto bastante rico o de clase social muy alta. Llevaba vestidos ropajes muy elegantes y mostraba elegancia y superioridad en sus formas de moverse y mirar a los demas. No tenía ninguna emoción por este tipo de gente, pues nunca había tenido ningún problema con algún rico por su forma de sentirse superior y actuar con superioridad.
No tenía nada mejor que hacer, así que me acerque a estos y dirigiendo mis palabras hacía el joven elegante y bien vestido le digo lo siguiente: -Buenos días, ¿no cree que hace un día muy soleado hoy?- dirigí estas frases con un poco de ironía, ya que en el desierto siempre hacía sol y a parte de esto, lo dije sonriendo y con cara amigable. Era un buen momento para conocer personas con las que pudiera entablar una bonita amistad, o por lo menos añadirlos a mi lista de contactos que en un futuro podría llegar a necesitar. Obviamente no ofrecería mis datos ni el hecho de que pertenezca al bando pirata a no ser que este seguro de que pueda confiar en esos dos ahí presentes.
Mientras miraba por los alrededores del casino, observé una persona en la salida de este y un joven que se le había acercado a hablar, la persona que ahí se encontraba desde antes denotaba un aspecto bastante rico o de clase social muy alta. Llevaba vestidos ropajes muy elegantes y mostraba elegancia y superioridad en sus formas de moverse y mirar a los demas. No tenía ninguna emoción por este tipo de gente, pues nunca había tenido ningún problema con algún rico por su forma de sentirse superior y actuar con superioridad.
No tenía nada mejor que hacer, así que me acerque a estos y dirigiendo mis palabras hacía el joven elegante y bien vestido le digo lo siguiente: -Buenos días, ¿no cree que hace un día muy soleado hoy?- dirigí estas frases con un poco de ironía, ya que en el desierto siempre hacía sol y a parte de esto, lo dije sonriendo y con cara amigable. Era un buen momento para conocer personas con las que pudiera entablar una bonita amistad, o por lo menos añadirlos a mi lista de contactos que en un futuro podría llegar a necesitar. Obviamente no ofrecería mis datos ni el hecho de que pertenezca al bando pirata a no ser que este seguro de que pueda confiar en esos dos ahí presentes.
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En mi interior, la ira crecía por ver aquel maldito lugar todavía en pie. Me daban ganas de destruir aquel símbolo de una de las mayores escorias del mundo antiguo. Aunque algo me sacó de mis pensamientos de ira y destrucción, pues una tercera persona había entrado en escena saludándonos.
- Buenos días.
El otro hombre, con el primero con el que me había encontrado respondió a mi pregunta con una especie de acertijo, yo lo entendí como que no importaba quien hubiera morado en ese lugar, solo importaba que aquel infame morador ya no se encontraba allí. Y quizás ese hombre tenía razón:
- Bueno caballeros, ¿algun plan para pasar el día?
- Buenos días.
El otro hombre, con el primero con el que me había encontrado respondió a mi pregunta con una especie de acertijo, yo lo entendí como que no importaba quien hubiera morado en ese lugar, solo importaba que aquel infame morador ya no se encontraba allí. Y quizás ese hombre tenía razón:
- Bueno caballeros, ¿algun plan para pasar el día?
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Después de decir mi irónica frase del día, el hombre bien vestido me ignoró por completo, parecía algo más alocado de lo que había pensado y no parecían gustarle mis frases humorísticas tanto como a mi. Un tercer hombre peli-rojo se dirigió a ella algo frustrado por la existencia de aquel casino y esta le respondió ignorándome con un acertijo, no muy complicado digamos, pues ella pensaba que no importaba el hecho de que ahí hubiera vivido alguien peligroso sino que ya no vivía y habían desaparecido los problemas por ello. Un frase interesante y bien pensada, ese tipo era inteligente y eso concordaba con un tipo que no debería convertirse en mi enemigo, pues lo último que me faltaba sería un enemigo inteligente.
Tras escuchar su frase oí decir al peli-rojo preguntar sobre que teníamos pensado hacer hoy y sin ganas de contestar para que el otro tipo me ignorara preferí esperar la respuesta de este y ver que se le ocurría hacer ese día. Tenía mucho tiempo libre y poco que hacer, es más, necesitaba de algún tipo de aventura o me aburriría todo el día, por lo tanto dije esto:
-Mientras no sea aburrido os seguiré a cualquier lado, siempre que esteis de acuerdo con ello, hoy especialmente es un día muy aburrido.- Tras esta vaga frase me quedé esperando la respuesta de estos dos haciendo un esfuerzo sobrehumano por no bostezar, me aburría mucho y ese sol solo inducía sueño.
Tras escuchar su frase oí decir al peli-rojo preguntar sobre que teníamos pensado hacer hoy y sin ganas de contestar para que el otro tipo me ignorara preferí esperar la respuesta de este y ver que se le ocurría hacer ese día. Tenía mucho tiempo libre y poco que hacer, es más, necesitaba de algún tipo de aventura o me aburriría todo el día, por lo tanto dije esto:
-Mientras no sea aburrido os seguiré a cualquier lado, siempre que esteis de acuerdo con ello, hoy especialmente es un día muy aburrido.- Tras esta vaga frase me quedé esperando la respuesta de estos dos haciendo un esfuerzo sobrehumano por no bostezar, me aburría mucho y ese sol solo inducía sueño.
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Estuve esperando la respuesta de alguno de los dos y el joven refinado habló invitandome a ir al casino a malgastar el dinero, no fue exactamente asi pero era lo que iba a pasar. Los casinos siempre ganan, da igual lo que hagas, tienes pocas posibilidades de ganar comparado a lo que gana el casino, pero siempre esta el factor suerte de por medio y yo tenía ganas de jugar y conversar un rato con el joven. Me lo pensé por unos momentos y saqué mi cartera con el simbolo de Sons of anarchy para mirar cuanto dinero me quedaba, era suficiente para lo que iba a gastar, me propuse no gastar más de 150 berries.
Tras volver a meter la cartera en el bolsillo miré al joven y le dije con voz amable y jugueteando con el: -Estoy de acuerdo, no tengo nada mejor que hacer, tengo ganas de ver si hoy tengo suerte, pues sobreviví al duro desierto y esto no puede ser peor. Dicho esto, se me olvido mencionar que mi nombre es Kryword, Kito D. Kryword, encantado de conocerte.- Tras decir esta frase me quedé esperando la respuesta del joven, y tras eso me apresuraría a entrar a dentro del casino, ya que fuera hacía demasiado calor.
Tras volver a meter la cartera en el bolsillo miré al joven y le dije con voz amable y jugueteando con el: -Estoy de acuerdo, no tengo nada mejor que hacer, tengo ganas de ver si hoy tengo suerte, pues sobreviví al duro desierto y esto no puede ser peor. Dicho esto, se me olvido mencionar que mi nombre es Kryword, Kito D. Kryword, encantado de conocerte.- Tras decir esta frase me quedé esperando la respuesta del joven, y tras eso me apresuraría a entrar a dentro del casino, ya que fuera hacía demasiado calor.
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El chico dijo "¡Plubio!" e hizo una señal para entrar al gran edificio que teníamos en frente. Nada más entrar miré hacía arriba asombrado por lo enorme que era aquel edificio en medio del desierto. Todas las paredes se encontraban decoradas en tonos exóticos y caros, todo era caro en aquél lugar e inspiraba dinero, mucho dinero. Sin duda era un buen lugar para pasar el tiempo si tenías enormes cantidades de dinero, lo que yo no tenía y quería conseguir, hoy descubriríamos si de verdad tenía suerte o no, aunque todos estos juegos estaban a favor del casino, pues eran pura matemática. Giré la cabeza por un momento y me fijé en la gran puerta principal que tenía dos grandes cocodrilos recorriendo-la.
Se oían voces de gente gritando de alegría otros decepcionados pero todos jugando, algunos se encontraban bebiendo exquisitos zumos o cocktails exóticos que el propio bar del casino ofrecía, yo no me permitía beber nada con el dinero que tenía, pues necesitaba algo más y para eso he venido, para ver si podría conseguirlo. Seguidamente el joven me invitó a jugar, y me pregunto que quería jugar, pues el casino ofrecía de todo, desde poker hasta blackjack, pasando por traga-perras y otros tipos de juegos del azar. Vislumbré con la mirada todas las máquinas y le hice una señal al joven de que iba a ir hacía las traga perras, pues querría empezar con algo sencillo.
-Miraré haber si puedo sacar algo de dinero por aquí y luego proseguiré con los grandes juegos como el poker, pues son más fáciles de predecir que estas máquinas.- Dije respondiendo a su pícara sonrisa de forma calmada y con ganas de juego, necesitaba algo de diversión y eso me servía.
Una vez delante de una de las cientas de máquinas traga-perras que había en aquél edificio me senté y metí 40 Berries para luego tirar de la palanca y ver si tenía suerte. Crucé los dedos y esperé la respuesta de la máquina, no era supersticioso pero sentía la necesidad de cruzar los dedos.
Poco después de mirar los resultados y recoger el dinero si es que había proseguí y fui a la siguiente máquina, esta vez era una traga-perras diferente, parecía una con más dinero dentro, tenía un bote de 100.000 Berries acumulado y podría cambiar mi suerte, quien sabe, introduje 100 Berries y tiré de la palanca. A lo que le dije al joven que esperaba se encontrara cerca de mi: -Y que te trae por este desierto, yo llevo aquí unos días intentando mantenerme vivo, y por fin encontré esta increíble ciudad.
Se oían voces de gente gritando de alegría otros decepcionados pero todos jugando, algunos se encontraban bebiendo exquisitos zumos o cocktails exóticos que el propio bar del casino ofrecía, yo no me permitía beber nada con el dinero que tenía, pues necesitaba algo más y para eso he venido, para ver si podría conseguirlo. Seguidamente el joven me invitó a jugar, y me pregunto que quería jugar, pues el casino ofrecía de todo, desde poker hasta blackjack, pasando por traga-perras y otros tipos de juegos del azar. Vislumbré con la mirada todas las máquinas y le hice una señal al joven de que iba a ir hacía las traga perras, pues querría empezar con algo sencillo.
-Miraré haber si puedo sacar algo de dinero por aquí y luego proseguiré con los grandes juegos como el poker, pues son más fáciles de predecir que estas máquinas.- Dije respondiendo a su pícara sonrisa de forma calmada y con ganas de juego, necesitaba algo de diversión y eso me servía.
Una vez delante de una de las cientas de máquinas traga-perras que había en aquél edificio me senté y metí 40 Berries para luego tirar de la palanca y ver si tenía suerte. Crucé los dedos y esperé la respuesta de la máquina, no era supersticioso pero sentía la necesidad de cruzar los dedos.
Poco después de mirar los resultados y recoger el dinero si es que había proseguí y fui a la siguiente máquina, esta vez era una traga-perras diferente, parecía una con más dinero dentro, tenía un bote de 100.000 Berries acumulado y podría cambiar mi suerte, quien sabe, introduje 100 Berries y tiré de la palanca. A lo que le dije al joven que esperaba se encontrara cerca de mi: -Y que te trae por este desierto, yo llevo aquí unos días intentando mantenerme vivo, y por fin encontré esta increíble ciudad.
- Off-Rol:
- Si en la primera tirada saco 1 o 2 entonces gano un total de 200 Berries, si saco 3, son 500 Berries y si en la segunda saco un 6 gano el bote entero, 100.000 Berries.
El miembro 'Kryword' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 '6' : 6
--------------------------------
#2 '6' : 1
#1 '6' : 6
--------------------------------
#2 '6' : 1
El miembro 'Iro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'6' : 4
'6' : 4
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El joven de antes miró como empezaba a apostar y tras haber fallado mi apuesta, cosa que me hizo sentirme bastante fastidiado y dolido, me contestó a mi pregunta. Pero por alguna razón, me contestó de manera completamente despreocupada, como si aquello no tuviera ninguna importancia para el, la verdad no es que pareciera estar mintiendo, pero su actitud y personalidad me estaban molestando cada vez más, no solía ser así, pero la apuesta fallida me calentó bastante. El joven dijo que no era más que un comerciante de paso por allí, cosa que me tragué al completo, pues no tenía la más mínima señal de mentir, pero esa respuesta no era suficiente, algo me decía que escondía algo más, puesto que era una respuesta muy general y demasiado escueta. No confiaba en el joven y menos en su carácter.
Poco después el rubio se fue a una de las grandes mesas de apuestas, a un juego de ruleta para ser exactos. Una vez delante este joven hizo algo que me enfadó aún más, apostó 1 millón de berries por un numero, yo me encontraba apostando cantidades tan insignificantes como 100 berries y este tipo estaba derrochando el dinero delante de mis narices. No me enfadaba tanto el asunto de que apostara tanto dinero como el hecho de que lo hiciera delante de mi, pues al haber visto mis apuestas ahora mismo solo se encontraba chuleándose delante mía y mostrando su gran cartera. No resistí más y le dí una patada a una de las sillas mientras gritaba mirándole.
-Pensaba que eras una persona modesta pero lo único que eres es un puto richachón que se pasa el día malgastando el dinero, hasta hace un momento parecías buena persona, una persona modesta sin duda, pero ahora mostraste tu verdadera cara. No puedo creer que haya personas tan así incluso en un país como este. Mereces la muerte, tanto tu, como las personas como tu, que solo no se fijan nunca en las necesidades de los demás más que en las suyas, malditos ricos que solo desperdician el dinero.- Dije yo gritándole mientras llamaba la atención dándole un fuerte golpe a la mesa de la ruleta, todas las fichas de esta salieron volando y las personas del casino empezaban a recogerlas agitada-mente.
Estaba furioso y debería calmar esa furia con alguien, el joven rubio hizo que mi ira estallara y no se saldría muy bien de ese edificio, pensaba hacerle algo de cirugía a su cara.
Poco después el rubio se fue a una de las grandes mesas de apuestas, a un juego de ruleta para ser exactos. Una vez delante este joven hizo algo que me enfadó aún más, apostó 1 millón de berries por un numero, yo me encontraba apostando cantidades tan insignificantes como 100 berries y este tipo estaba derrochando el dinero delante de mis narices. No me enfadaba tanto el asunto de que apostara tanto dinero como el hecho de que lo hiciera delante de mi, pues al haber visto mis apuestas ahora mismo solo se encontraba chuleándose delante mía y mostrando su gran cartera. No resistí más y le dí una patada a una de las sillas mientras gritaba mirándole.
-Pensaba que eras una persona modesta pero lo único que eres es un puto richachón que se pasa el día malgastando el dinero, hasta hace un momento parecías buena persona, una persona modesta sin duda, pero ahora mostraste tu verdadera cara. No puedo creer que haya personas tan así incluso en un país como este. Mereces la muerte, tanto tu, como las personas como tu, que solo no se fijan nunca en las necesidades de los demás más que en las suyas, malditos ricos que solo desperdician el dinero.- Dije yo gritándole mientras llamaba la atención dándole un fuerte golpe a la mesa de la ruleta, todas las fichas de esta salieron volando y las personas del casino empezaban a recogerlas agitada-mente.
Estaba furioso y debería calmar esa furia con alguien, el joven rubio hizo que mi ira estallara y no se saldría muy bien de ese edificio, pensaba hacerle algo de cirugía a su cara.
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El tipo rubio no parecía haberse siquiera inmutado por mis palabras, lo único que hizo fue mostrar una pícara sonrisa en su rostro y seguidamente empezó a devolverme los insultos, aunque no de una forma tan directa como lo había hecho yo, si no, de una forma indirecta y discreta pero que mostraba sus verdaderas intenciones. Sus intenciones no eran nada más ni nada menos que provocarme a pelear y lo había conseguido, porque la rabia se había apoderado de mi cuerpo y no podía controlar lo músculos como yo quería, tenía una sensación fuerte que me obligaba a pegar a ese tipo, mi cuerpo deseaba pegarle con toda su fuerza y mostrarle el dolor de no tener dinero, cosa que seguramente no haya sentido en su vida.
Seguidamente grité con rabia hacía el para luego disparar mi bumerán con fuerza a una de las paredes del lujoso casino, el bumerán iba cargando con ondas de choque y toda la pared empezó a destrozarse, ese edificio no seguiría mucho más tiempo en pie y tendríamos que hacer nuestro combate en esas condiciones, pero a mi no me importaba, iba a ganar ese combate o perdería mi dignidad. Después de unos momentos salté hacía donde había dejado el bumerán para recogerlo y posicionarme delante del tipo rubio y decirle a la cara lo siguiente.
-Te reto, pedazo de escoria. Solo vives a base del dinero, si no lo tuvieras no podrías hacer nada con tu vida.- Dije mientras mostraba una furiosa cara al hombre rubio que tenía delante y esperaba que este aceptara el reto, pues lo mostraría lo que un guepardo como yo podría llegar a hacer.
Seguidamente grité con rabia hacía el para luego disparar mi bumerán con fuerza a una de las paredes del lujoso casino, el bumerán iba cargando con ondas de choque y toda la pared empezó a destrozarse, ese edificio no seguiría mucho más tiempo en pie y tendríamos que hacer nuestro combate en esas condiciones, pero a mi no me importaba, iba a ganar ese combate o perdería mi dignidad. Después de unos momentos salté hacía donde había dejado el bumerán para recogerlo y posicionarme delante del tipo rubio y decirle a la cara lo siguiente.
-Te reto, pedazo de escoria. Solo vives a base del dinero, si no lo tuvieras no podrías hacer nada con tu vida.- Dije mientras mostraba una furiosa cara al hombre rubio que tenía delante y esperaba que este aceptara el reto, pues lo mostraría lo que un guepardo como yo podría llegar a hacer.
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