conociendo a un marine [Raze & Joseph Leto]

Caminaba por la ciudad de Water Seven, ciudad famosa por sus creaciones de barcos. El viaje en el Umi Resha me había dejado mareado, el atracón que me pegué en la cafetería ayudo, mas el aire fresquito que me venía del agua que corría por la ciudad justo a mi lado me estaba calmando.

Me estaba cansando de andar por lo que me acerqué a una pequeña terraza y amablemente pedí al camarero una taza de té la cual me sirvió con un poco de leche y unos azucarillos, tal y como a mi me gustaba. Mientras estaba allí sentado pude ver como una pareja comenzaba a discutir en bajo y como poco a poco el tono de los insultos por parte del hombre comenzaron a alzarse.

Aquellas situaciones no me gustaban, y mucho menos tener que meterme y llamar la atención, ya que era un pirata, sin recompensa, pero al fin y al cabo un pirata. El hombre se levantó y tiro la mesa al tiempo que la joven, gritaba y se acurrucaba en la silla, al ver que nadie se disponía a actuar me levanté de mi silla y sacando el estoque de mi cintura, puse la punta de este sobre su garganta.

El hombre respondió levantando las manos y tragando saliva con nerviosismo marcandosele con esto la nuez. Comenzó a echarse hacia atrás al tiempo que yo me acercaba.

-Como me entere yo de que pones la mano encima a una damisela, te buscaré seguiré hasta el infierno si hace falta y te arruinaré la vida. - Con una voz mas alta le pregunté - ¿Me has entendido?

Una vez dije esto el hombre asintió con la cabeza y huyó de la escena lo mas rápido que pudo, esto le llevó a tropezarse en varias ocasiones. Me acerqué a la mesa de la chica mientras guardaba mi estoque y mientras levantaba la mesa la pregunté que tal se encontraba a lo que me contestó afirmativamente entre sollozos.

Di una seña al camarero para que sirviese a la chica a mi cuenta y me volví a mi mesa a seguir disfrutando de mi té.

Nada mas que me senté comencé a sentirme incomodo, como si alguien me mirase todo el tiempo, mas, por mucho que miraba por todos los lados no podía encontrar nadie mirándome. Esta sensación me estaba volviendo loco, y solo por no soportarla terminé mi té de un trago y depositando un puñado de monedas junto con un billete sobre la mesa, con la suficiente cantidad de monedas como para pagar lo de las dos mesas, me levanté de mi sitio y acomodándome la ropa una vez me hube levantado, me marché del lugar a paso tranquilo, observando la ciudad a mi paso.

La sensación que tenía en la cafetería seguía en mi, y tuve una idea. Al pasar por una calle llena de gente, me escondí en un callejón donde me escondería, si alguien me estaba siguiendo u observando, esperaba despistarle, o al menos descubrirle si este entraba al callejón.

-¿Qué es lo que te ha llevado a detenerte aquí? Yo simplemente quería hablar con alguien que sabe como comportarse debidamente.

Un hombre acababa de aparecer volteando la esquina, había estado atento, pero aquel tipo me sorprendió igualmente. Me sonaba haberle visto por la cafetería aunque a ciencia cierta no sabría decir si estaba allí o no.

-Noté que alguien me miraba, y al no poder encontrarle me marché del lugar jeje. En cuanto a comportarse debidamente, era algo que había que hacer, ese tipo de abusos no me gustan, si quiere pelea que lo haga con alguien que pueda igualarle.

No conocía de nada a este tipo, pero nuestra conversación me estaba gustando, parecía un tipo con unos buenos valores inculcados y demostraba buena educación, aunque abordar a alguien así en un callejón era algo extraño.

-En eso concuerdo contigo, ese tipo de personas que golpea a los que son más débiles son escoria que hay que poner en su lugar y el que te miraba era yo pues estaba a punto de hacer algo similar pero eso me complicaría el trabajo. Por cierto esto es tuyo.

El tipo me arrojó lo que al tener en mi mano me di cuenta que eran las monedas que había dejado en el restaurante.

-Esto en realidad era del bar jeje, pero bueno ahora que se quien me miraba podríamos seguir esta conversación en algún otro bar, solo que esta vez invito yo jeje

Aquel tipo me había sorprendido, nadie paga la cuenta de otro así como así y por otra parte no me gustaba estar en deuda con nadie por lo que saliendo del callejón a todo prisa y dando casi saltitos me dispuse a meterme entre el gentío aunque antes de hacerlo me paré e hice un gesto al tipo con el brazo entero a la que me agachaba ligeramente de que me siguiese.

Joseph me indicó que ese bar le parecía bien y tras buscar un poquitín encontramos una mesa bien colocada a la sombra, cerca de una fuente de piedra. Nada mas sentarnos hice un gesto con la mano para que uno de los camareros viniese a tomarnos nota y servirnos.

-Tienes un nombre un tanto peculiar, al menos en donde yo nací. Además, tengo curiosidad de saber porqué caminas con ese estoque.

A mi, mi nombre me parecía normal y el suyo raro, el vivir en tierras distintas es lo que tiene. Me parecía raro que alguien se interesase por mi estoque, estaba claro que no todo el mundo iba por la vida con armas bajo la chaqueta, pero tampoco sería tan extraño con los tiempos que corrían donde nadie era de fiar, entre la piratería, la corrupción tanto en el gobierno como en la marina, la revolución y los cazadores de recompensa, quien estaba seguro por las calles?

-Bueno, la vida no me a tratado mal, pero nunca está de mas el ir bien protegido. Además del estoque llevo mas armas, si no, ¿como puede defenderse bien un pirata?

El echo de ser un pirata no era algo deshonroso para mi, por ahora no había tenido que matar ni nada por el estilo por lo que ahora mismo simplemente era un ciudadano que ya había elegido un camino en su vida para conseguir sus objetivos, quizás no el mejor camino, pero, ¿acaso hay alguno bueno?

Tras oír mi respuesta su cara cambió, se puso serio y al tiempo que se levantaba me habló, por lo visto tenía que hacer algo dentro del bar donde unos tipos estaban causando jaleo. Al tiempo que entraba, se presentó como marine y se dispuso a arrestarlos, cosa que consiguió tras varios disparos contra aquellos tipos. Por lo visto su misión aquí era el evitar los conflictos que se estaban dando en los bares, y con esto esperaba pararlos. Joseph se acercó a la mesa arrastrando a aquellos tipos al tiempo que yo me levantaba de la mesa.

-Bueno, tu compañía y nuestra charla a sido muy gratificante, mas, viendo tu posición y la mía no podemos ser amigos.

Extendí mi mano como muestra de despedida para estrecharla con la suya.

-Espero que nos veamos pronto, y si aun sigo sin recompensa, podamos tomar algo tranquilos, o si la tengo, que no me arrestes jajaja Ojala nos hubiésemos conocido en otras circunstancias, un placer.

Dicho esto, solté su mano y me alejé del lugar al tiempo que sacaba una manzana y comenzaba a comérmela, este, había sido un gran día.